10 de abril - SÁBADO DE LA OCTAVA DE PASCUA

 


            

SÁBADO DE PASCUA
Sábado dentro de la Octava

 

PROGRAMA PARROQUIAL:
SÁBADO, 10 DE ABRIL

- Horario de la parroquia: abierta de 11.00 a 13.30 h.

- Misa en Montemayor: Rezo del Santo Rosario (a las 16.30 h.) y Eucaristía I Vísperas del Domingo II de Pascua (a las 17.00 h.).

- Misa en San Francisco: Rezo del Santo Rosario (a las 18.30 h.) y Eucaristía I Vísperas del Domingo II de Pascua (a las 19.00 h.).

 

 

(Hasta la hora nona)


Misa del sábado de la Octava (blanco).

MISAL: ants. y oracs. props., Gl., sin Cr., Pref. Pasc. I «en este día», embolismos props. en las PP. EE. No se puede decir la PE IV. Despedida con doble «Aleluya».

LECC.: vol. II.

- Hch 4, 13-21: No podemos menos de contar lo que hemos visto y oído.

 - Sal 117: R. Te doy gracias, Señor, porque me escuchaste.

- Secuencia (opcional). Ofrezcan los cristianos.

- Mc 16, 9-15: Id al mundo entero y proclamad el Evangelio.

Liturgia de las Horas: oficio del sábado de la Octava. Te Deum.

Martirologio: elogs. del 11 de abril, pág. 249.

CALENDARIOS: Canarias: Aniversario de la ordenación episcopal de Mons. Francisco Cases Andreu, obispo, emérito (1994).

 

TEXTOS MISA


PRIMERA LECTURA
No podemos menos de contar lo que hemos visto y oído
 

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (Hch 4, 13-21)

EN AQUELLOS DÍAS, los jefes del pueblo, los ancianos y los escribas, viendo la seguridad de Pedro y Juan, y notando que eran hombres sin letras ni instrucción, estaban sorprendidos. Reconocían que habían sido compañeros de Jesús, pero, viendo de pie junto a ellos al hombre que había sido curado, no encontraban respuesta. Les mandaron salir fuera del Sanedrín y se pusieron a deliberar entre ellos, diciendo:

«Qué haremos con estos hombres? Es evidente que todo Jerusalén conoce el milagro realizado por ellos, no podemos negarlo; pero, para evitar que se siga divulgando, les prohibiremos con amenazas que vuelvan a hablar a nadie de ese nombre».

Y habiéndolos llamado, les prohibieron severamente predicar y enseñar en el nombre de Jesús. Pero Pedro y Juan les replicaron diciendo:

«¿Es justo ante Dios que os obedezcamos a vosotros más que a él? Juzgadlo vosotros. Por nuestra parte no podemos menos de contar lo que hemos visto y oído».

Pero ellos, repitiendo la prohibición, los soltaron, sin encontrar la manera de castigarlos a causa del pueblo, porque todos daban gloria a Dios por lo sucedido.

 

Palabra de Dios.

R. Te alabamos, Señor.

 

SALMO RESPONSORIAL (Sal 117, 1 y 14-15. 16-18. 19-21 [R.: 21a])

R. Te doy gracias, Señor, porque me escuchaste.

 

O bien: Aleluya.

 

V. Dad gracias al Señor porque es bueno,

porque es eterna su misericordia.

El Señor es mi fuerza y mi energía,

él es mi salvación.

Escuchad: hay cantos de victoria

en las tiendas de los justos.

 

R. Te doy gracias, Señor, porque me escuchaste.

 

V. «La diestra del Señor es poderosa.

La diestra del Señor es excelsa».

No he de morir, viviré

para contar las hazañas del Señor.

Me castigó, me castigó el Señor,

pero no me entregó a la muerte.

 

R. Te doy gracias, Señor, porque me escuchaste.

 

V. Abridme las puertas de la salvación,

y entraré para dar gracias al Señor.

Esta es la puerta del Señor:

los vencedores entrarán por ella.

Te doy gracias porque me escuchaste

y fuiste mi salvación.

 

R. Te doy gracias, Señor, porque me escuchaste.

 

SECUENCIA (opcional)

 

Ofrezcan los cristianos

ofrendas de alabanza

a gloria de la Víctima

propicia de la Pascua.

 

Cordero sin pecado

que a las ovejas salva,

a Dios y a los culpables

unió con nueva alianza.

 

Lucharon vida y muerte

en singular batalla,

y, muerto el que es la Vida,

triunfante se levanta.

 

«¿Qué has visto de camino,

María, en la mañana?»

«A mi Señor glorioso,

la tumba abandonada,

 

los ángeles testigos,

sudarios y mortaja.

¡Resucitó de veras

mi amor y mi esperanza!

 

Venid a Galilea,

allí el Señor aguarda;

allí veréis los suyos

la gloria de la Pascua.»

 

Primicia de los muertos,

sabemos por tu gracia

que estás resucitado;

la muerte en ti no manda.

 

Rey vencedor, apiádate

de la miseria humana

y da a tus fieles parte

en tu victoria santa.

 

Aleluya Sal 117, 24

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Este es el día que hizo el Señor, sea nuestra alegría y nuestro gozo. R.

 

EVANGELIO
Id al mundo entero y proclamad el Evangelio

 

╬ Lectura del santo Evangelio según san Marcos (Mc 16, 9-15)

R. Gloria a ti, Señor.

 

JESÚS, resucitado al amanecer del primer día de la semana, se apareció primero a María Magdalena, de la que había echado siete demonios. Ella fue a anunciárselo a sus compañeros, que estaban de duelo y llorando.

Ellos, al oírle decir que estaba vivo y que lo había visto, no la creyeron.

Después se apareció en figura de otro a dos de ellos que iban caminando al campo.

También ellos fueron a anunciarlo a los demás, pero no los creyeron.

Por último, se apareció Jesús a los Once, cuando estaban a la mesa, y les echó en cara su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que lo habían visto resucitado.

Y les dijo:

«Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación».

 

Palabra del Señor.

R. Gloria a ti, Señor Jesús.

 

San Josemaría Escrivá, Amigos de Dios 267.

No hacemos nuestro apostolado. En ese caso, ¿qué podríamos decir? Hacemos -porque Dios lo quiere, porque así nos lo ha mandado: id por todo el mundo y predicad el Evangelio (Mc 16, 15)- el apostolado de Cristo. Los errores son nuestros; los frutos, del Señor.

¿Y cómo cumpliremos ese apostolado? Antes que nada, con el ejemplo, viviendo de acuerdo con la Voluntad del Padre, como Jesucristo, con su vida y sus enseñanzas, nos ha revelado. Verdadera fe es aquella que no permite que las acciones contradigan lo que se afirma con las palabras. Examinando nuestra conducta personal, debemos medir la autenticidad de nuestra fe. No somos sinceramente creyentes, si no nos esforzamos por realizar con nuestras acciones lo que confesamos con los labios.


 
(Después de la hora nona)
 
SEGUNDA SEMANA DE PASCUA
Segunda semana del salterio

 

Misa I Vísperas del II Domingo de Pascua (blanco).

Liturgia de las Horas: I Vísp. del oficio dominical. Comp. Dom. I.

 

II DOMINGO DE PASCUA o de la Divina Misericordia

 

Misa del Domingo (blanco).

MISAL: ants. y oracs. props., Gl., Cr., Pref. Pasc. I «en este día», embolismos props. en las PP. EE. No se puede decir la PE IV. Despedida con doble «Aleluya».

LECC.: vol. I (B).

- Hch 4, 32-35: Un solo corazón y una sola alma.

- Sal 117: R. Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia.

- 1 Jn 5, 1-6: Todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo.

- Secuencia (opcional): Ofrezcan los cristianos.

- Jn 20, 19-31: A los ocho días llegó Jesús.