31 de octubre - LUNES DE LA XXXI SEMANA DEL TIEMPO ORDIANRIO, feria



  LUNES DE LA XXXI SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, feria
  Oficio del Lunes de la III Semana del Salterio
  (Liturgia de las Horas, Tomo IV: Oficio de Lecturas Laudes - TerciaSexta     Nona Vísperas - Completas)
 


El Tweet del Papa:

    Portada

La táctica woke es asustar y amenazar, pero en tribunales suelen perder

No te achantes, usa abogados y persevera: 4 victorias judiciales recientes contra las amenazas woke

La fiesta se ha consolidado y promete recuperar el sentido cristiano de Todos los Santos

«Adorar, evangelizar las calles y aprender de los santos»: Holywins calienta motores

«Estoy muy desilusionado con estas personas», declaró a Religión en Libertad

Cardenal Müller: «Los obispos alemanes son cobardes ante la opinión pública, lo serán ante el Papa»

Vídeos

  «Madre Ven»: ya hay fecha y tráiler

  Müller, duro con los obispos alemanes

  Por qué Grílex hace rap cristiano

  9 Papas enterrados en las catacumbas

  Calvinismo: la Reforma se complica

Otras noticias

  La CEE presenta el Día de la Iglesia Diocesana: «Celebramos la importancia de darse a los demás»

  Elsa González: «El padre Gago, emprendedor, sabio y humano, se adelantó a su tiempo con la COPE»

  Tras el éxito de la canción de «El cielo no puede esperar», llega el cartel de la película de Acutis

  40 años de la visita de Juan Pablo II: «España tiene que volver a ser referente contra el ateísmo»

Opinión

  Lo razonable, el mito del progreso y la Iglesia de hoy , por José Carlos Súbtil

Blogs

  No me gustan los números , por Cuestión de vida

  Hoy el reto del amor es dar gracias por tres detalles , por El Reto Del Amor

  Unirnos en la lucha. Comentario para Matrimonios: Lucas 13, 31-35 , por ProyectoAmorConyugal.es

  Barbastro: estudio, testimonio, oración, convivencia y evangelización , por Victor in vínculis


SANTORAL DE HOY

Elogio: En la ciudad de Palma, en la isla de Mallorca, en España, san Alonso Rodríguez, que al perder a su esposa e hijos entró como religioso en la Orden de la Compañía de Jesús y estuvo como portero del colegio de aquella ciudad durante largos años, mostrando una gran humildad, obediencia y constancia en una vida penitente.

Patronazgos: patrono de la isla de Mallorca y de la ciudad de Palma.

Refieren a este santo: Beata Humiliana.

Otros santos de este día:

   San Epímaco de Pelusio, mártir

En Alejandría de Egipto, san Epímaco de Pelusio, mártir, del cual cuenta la tradición que en tiempo de persecución bajo el emperador Decio, al ver cómo el prefecto obligaba a los cristianos a ofrecer sacrificios a los ídolos, intentó destruir el ara, a causa de lo cual fue inmediatamente detenido, torturado y decapitado.

   San Quintín, mártir  

Cerca de la ciudad de Vermand, en la Galia Bélgica, san Quintín, mártir, del orden senatorial, que padeció por Cristo en tiempo del emperador Maximiano.

   San Foilán, abad  

En Fosses, en el territorio de Brabante, en Austrasia, san Foilán, presbítero y abad, el cual, nacido en Hibernia y hermano y compañero de san Furseo, fue siempre fiel a la disciplina monástica de su patria, fundó monasterios dobles de monjes y monjas en Fosses y en Nivelles, y en un viaje entre estos dos cayó en manos de malhechores, que lo asesinaron.

   San Antonino de Milán, obispo

En Milán, de la Lombardía, san Antonino, obispo, que trabajó esforzadamente para acabar con la herejía arriana de los lombardos.

   San Wolfgango de Ratisbona, monje y obispo  

En Ratisbona, en el territorio de Baviera, san Wolfgango, obispo, que, después de ser maestro de escuela y haber profesado como monje, fue elevado a la sede episcopal, desde donde reinstauró la disciplina del clero, y mientras visitaba la región de Pupping descansó en el Señor.

   Beato Cristóbal de Romagna, religioso presbítero  

En Cahors, lugar de Aquitania, beato Cristóbal de Romagna, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, que, enviado por san Francisco, después de muchos trabajos en favor de las almas murió ya centenario.

   Beato Tomás de Florencia Bellaci, religioso  

En Rieti, en la Sabina, beato Tomás de Florencia Bellaci, religioso de la Orden de los Hermanos Menores, que, enviado a Tierra Santa y Etiopía, a causa de Cristo sufrió cautividad y pruebas de toda clase por parte de los infieles, y, habiendo vuelto a su patria, casi centenario descansó en paz.

   Beato Domingo Collins, religioso y mártir  

En Youghall, cerca de Cork, en Irlanda, beato Domingo Collins, religioso de la Orden de la Compañía de Jesús y mártir. el cual, encarcelado largo tiempo mientras padecía interrogatorios y torturas, confesó constantemente su fe católica, y consumó su martirio al ser ahorcado.

   Beata Irene Stefani, virgen  

En Gikondi, diócesis de Nyeri, Kenya, beata Irene Stefani, virgen profesa del Instituto de las Hermanas Misioneras de la Consolata, que entregó su vida al servicio de las víctimas de la peste, como oblación por las misiones.

   Beato León Nowakowski, presbítero y mártir  

En la localidad de Piotrkow Kujawski, en Polonia, beato León Nowakowski, presbítero y mártir, que, durante la ocupación militar de Polonia, por su fe fue fusilado a manos de un régimen contrario a Dios.

   Beato Timoteu de Palafrugell, presbítero y mártir

En Olot, Girona, beato Timoteu de Palafrugell (Jesús Miquel Girbau), presbítero, capuchino mártir en la persecución religiosa durante la Guerra Civil.

   Beato Gjon Pantalia, religioso y mártir

En Shkodrë, Albania, beato Gjon Pantalia, religioso profeso de la Compañía de Jesús, y mártir.


LITURGIA DE HOY

(Hasta la Hora Nona:)

Misa de feria (verde).

MISAL: cualquier formulario permitido (véase pág. 67, n. 5), Pf. común.

LECC.: vol. III-par.

- Flp 2, 1-4. Dadme esta gran alegría: manteneos unánimes.
- Sal 130. R. Guarda mi alma en la paz, junto a ti, Señor.
- Lc 14, 12-14. No invites a tus amigos, sino a pobres y lisiados.

Liturgia de las Horas: oficio de feria.

Martirologio: elogs. del 1 de noviembre, pág. 643.

CALENDARIOS: Segovia, Mallorca y Jesuitas: San Alonso Rodríguez, religioso (MO).
OFM Cap.: San Ángel de Acri, presbítero (ML).
Cartujos: Vigilia de Todos los Santos (misa propia).
Madrid: Aniversario de la ordenación episcopal del cardenal Antonio María Rouco Varela, arzobispo, emérito (1976).

 

Antífona de entrada Ef 6, 2-3

Honra a tu padre y a tu madre es el primer mandamiento al que se añade una promesa: te irá bien y vivirás largo tiempo en la tierra.


Monición de entrada

Pidamos hoy, con verdadero interés, por todas las familias del mundo. A través de la familia, el hombre es introducido en la sociedad civil y en el pueblo de Dios. En la familia y de la familia hemos recibido, muchos de nosotros, una educación cristiana. En la familia hemos aprendido también la convivencia, el amor, el respeto, pero es necesaria, hoy más que nunca, nuestra oración por la familia, llamada a ser una pequeña comunidad de amor en medio del mundo.


Oración colecta

Oh, Dios, en cuyo ordenamiento tiene la familia su sólida base,
atiende compasivo las súplicas de tus siervos,
y haz que, siguiendo los ejemplos de la Sagrada Familia de tu Unigénito
en las virtudes domésticas y en la práctica del amor,
lleguemos a gozar de los premios eternos en el hogar del cielo.
Por nuestro Señor Jesucristo.


LECTURAS DE LA MISA


PRIMERA LECTURA
Dadme esta gran alegría: manteneos unánimes

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses (Flp 2, 1-4)

HERMANOS:
Si queréis darme el consuelo de Cristo y aliviarme con vuestro amor, si nos une el mismo Espíritu y tenéis entrañas compasivas, dadme esta gran alegría: manteneos unánimes y concordes con un mismo amor y un mismo sentir.
No obréis por rivalidad ni por ostentación, considerando por la humildad a los demás superiores a vosotros. No os encerréis en vuestros intereses, sino buscad todos el interés de los demás.

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL (Sal 130, 1bcde. 2. 3)
R. Guarda mi alma en la paz, junto a ti, Señor.
V. Señor, mi corazón no es ambicioso,
ni mis ojos altaneros;
no pretendo grandezas
que superan mi capacidad.
R. Guarda mi alma en la paz, junto a ti, Señor.
V. Sino que acallo y modero mis deseos,
como un niño en brazos de su madre;
como un niño saciado
así está mi alma dentro de mí.
R. Guarda mi alma en la paz, junto a ti, Señor.
V. Espera Israel en el Señor
ahora y por siempre.
R. Guarda mi alma en la paz, junto a ti, Señor.

Aleluya Jn 8, 31b-32

R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Si permanecéis en mi palabra —dice el Señor—
seréis de verdad discípulos míos, y conoceréis la verdad. R.
 
EVANGELIO
No invites a tus amigos, sino a pobres y lisiados

╬ Lectura del santo Evangelio según san Lucas
 (Lc 14, 12-14)
R. Gloria a ti, Señor.

EN AQUEL TIEMPO, Jesús dijo a uno a de los principales fariseos que lo había invitado:
«Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos; porque corresponderán invitándote, y quedarás pagado. Cuando des un banquete, invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos; y serás bienaventurado, porque no pueden pagarte; te pagarán en la resurrección de los justos».

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.


Del Papa Francisco, Homilía en santa Marta 3 de noviembre de 2014

"Jesús nos dice en el Evangelio: no os encerréis en vuestros intereses, no vayáis por el camino de la recompensa, del do ut des". En definitiva, no decir: "Está bien, yo te hice este favor, pero tú me haces este". Jesús lo recuerda con la parábola del Evangelio de san Lucas (Lc 14, 12-14) que relata la invitación a la cena de "los que no pueden dar nada a cambio: es la gratuidad".


Pensamientos para el Evangelio de hoy

«Una palabra, una sonrisa amable, bastan muchas veces para alegrar a un alma triste» (Santa Teresa del Niño Jesús).

«A quien quiere seguirlo, Jesús le pide amar a los que no lo merecen, sin esperar recompensa, para colmar los vacíos de amor que hay en los corazones, en las relaciones humanas, en las familias, en las comunidades, en el mundo» (Francisco).

«La Eucaristía entraña un compromiso en favor de los pobres: para recibir en la verdad el Cuerpo y la Sangre de Cristo, entregados por nosotros, debemos reconocer a Cristo en los más pobres, sus hermanos» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1.397).


(Después de la Hora Nona:)

Misa vespertina de la solemnidad de Todos los Santos (blanco).

Liturgia de las Horas: I Vísp. del oficio de la solemnidad, Comp. Dom. I.


30 de octubre - DOMINGO DE LA XXXI SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO (CICLO C)



  DOMINGO DE LA XXXI SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO (CICLO C)
  Oficio del Domingo de la III Semana del Salterio
  (Liturgia de las Horas, Tomo IV: Oficio de Lecturas Laudes - TerciaSexta     Nona Vísperas - Completas)
 


El Tweet del Papa:

    Portada

La táctica woke es asustar y amenazar, pero en tribunales suelen perder

No te achantes, usa abogados y persevera: 4 victorias judiciales recientes contra las amenazas woke

La fiesta se ha consolidado y promete recuperar el sentido cristiano de Todos los Santos

«Adorar, evangelizar las calles y aprender de los santos»: Holywins calienta motores

«Estoy muy desilusionado con estas personas», declaró a Religión en Libertad

Cardenal Müller: «Los obispos alemanes son cobardes ante la opinión pública, lo serán ante el Papa»

Vídeos

  «Madre Ven»: ya hay fecha y tráiler

  Müller, duro con los obispos alemanes

  Por qué Grílex hace rap cristiano

  9 Papas enterrados en las catacumbas

  Calvinismo: la Reforma se complica

Otras noticias

  La CEE presenta el Día de la Iglesia Diocesana: «Celebramos la importancia de darse a los demás»

  Elsa González: «El padre Gago, emprendedor, sabio y humano, se adelantó a su tiempo con la COPE»

  Tras el éxito de la canción de «El cielo no puede esperar», llega el cartel de la película de Acutis

  40 años de la visita de Juan Pablo II: «España tiene que volver a ser referente contra el ateísmo»

Opinión

  Lo razonable, el mito del progreso y la Iglesia de hoy , por José Carlos Súbtil

Blogs

  No me gustan los números , por Cuestión de vida

  Hoy el reto del amor es dar gracias por tres detalles , por El Reto Del Amor

  Unirnos en la lucha. Comentario para Matrimonios: Lucas 13, 31-35 , por ProyectoAmorConyugal.es

  Barbastro: estudio, testimonio, oración, convivencia y evangelización , por Victor in vínculis


SANTORAL DE HOY

Elogio: En Tánger, ciudad de Mauritania, pasión de san Marcelo, centurión, que el día del cumpleaños del emperador. mientras los demás ofrecían sacrificios, se quitó las insignias de su función y las arrojó al pie de los estandartes, afirmando que por ser cristiano no podía seguir manteniendo el juramento militar, pues debía obedecer solamente a Cristo, y así consumó su martirio al ser inmediatamente decapitado.

Patronazgos: Patrono de León, España.

Refieren a este santo: San Casiano de Tánger, Santos Claudio, Lupercio y Victorio, Santos Facundo y Primitivo, Santos Servando y Germán.

Otros santos de este día:

   San Marciano de Siracusa, obispo

En Siracusa, de Sicilia, san Marciano, considerado como el primer obispo de esta ciudad.

   San Serapión de Antioquía, obispo  

Conmemoración de san Serapión, obispo de Antioquía, célebre por su erudición y doctrina, que dejó gran fama de santidad.

   Santa Eutropia, mártir

En Alejandría, de Egipto, santa Eutropia, mártir, que por negarse a rechazar a Cristo fue torturada cruelmente hasta la muerte.

   Santos Claudio, Lupercio y Victorio, mártires

En la ciudad de León, en Hispania, santos Claudio, Lupercio y Victorio, mártires, que en la persecución bajo el emperador Diocleciano sufrieron la muerte por Cristo.

   San Máximo de Cuma, mártir

En Cuma, de la Campania, san Máximo, mártir.

   San Germán de Capua, obispo

En Capua, también en la Campania, san Germán, obispo, del que habla el papa san Gregorio I Magno en sus escritos.

   San Gerardo de Potenza, obispo  

En Potenza, ciudad de la Lucania, san Gerardo, obispo.

   Beata Bienvenida Boiani, virgen  

En Cividale di Friuli, en el territorio de Venecia, beata Bienvenida Boiani, virgen, hermana de la Penitencia de santo Domingo, que pasó toda su vida entregada a la oración y a la austeridad.

   Beato Juan Slade, mártir  

En Winchester, en Inglaterra, beato Juan Slade, mártir, que, por negar la competencia de la reina Isabel I en las cuestiones espirituales, fue ahorcado y descuartizado.

   Beato Terencio Alberto O’Brien, obispo y mártir  

En Limerick, de Irlanda, muerte del beato Terencio Alberto O’Brien, obispo y mártir, de la Orden de Predicadores, que, nombrado para la sede de Emly, trabajó con empeño en favor de los afectados por la peste, pero, bajo el régimen de Oliver Cromwell, fue detenido por los soldados y conducido al patíbulo en odio a la fe católica.

   San Ángel de Acri, religioso presbítero  

En Acri, localidad de Calabria, san Ángel de Acri, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos, que viajó por todo el reino de Nápoles predicando la Palabra de Dios en un estilo adaptado a la gente sencilla.

   Beato Juan Miguel Langevin, presbítero y mártir  

En Angers, en Francia, beato Juan Miguel Langevin, presbítero y mártir, que, decapitado por razón de su sacerdocio, fue el primero de una larga lista de más de cien hombres y mujeres que durante la Revolución Francesa permanecieron unánimes y constantes en la confesión de la fe cristiana.

   Beato Alejo Zarycky, presbítero y mártir  

En la localidad de Dolinka, cerca de Karaganda, en el Kazajstán, beato Alejo Zaryckyj, presbítero y mártir, que en un régimen contrario a Dios fue deportado a un campo de concentración, y en el combate por la fe alcanzó la vida eterna.


LITURGIA DE HOY

Misa del Domingo (verde).

MISAL: ants. y oracs. props., Gl., Cr., Pf. dominical.

LECC.: vol. I (C).

- Sab 11, 22 — 12, 2. Te compadeces de todos, porque amas a todos los seres.
- Sal 144. R. Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey.
- 2 Tes 1, 11 — 2, 2. El nombre de Cristo será glorificado en vosotros y vosotros en él.
- Lc 19, 1-10. El Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido.

El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad (cf. sal. resp.). La misericordia del Señor es tema fundamental de la liturgia de hoy. Esa misericordia es fruto del amor que Dios tiene a todos los seres. Corrige poco a poco a los que pecan y les recuerda su pecado para que se conviertan y crean en Él. El Ev. es un ejemplo concreto que demuestra que el Hijo del Hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido. De Jesús parte la iniciativa de hospedarse en casa de Zaqueo, jefe de publicanos y rico, que a raíz de eso se convirtió. Así nosotros, como testigos de la misericordia, no podemos despreciar a nadie por sus pecados, ni estar encerrados en las sacristías, sino que tenemos que salir a acercarnos a los alejados para que se conviertan al Señor.

Liturgia de las Horas: oficio dominical. Te Deum. Comp. Dom. II.

Martirologio: elogs. del 31 de octubre, pág. 640.

CALENDARIOS: Familia Franciscana: Dedicación de la iglesia propia (S).
Familia Paulina: Nuestro Señor Jesucristo, Divino Maestro (S).
Paúles: Dedicación de las iglesias en que se ignora su día (S).


Antífona de entrada Sal 37, 22-23

No me abandones, Señor, Dios mío, no te quedes lejos; ven aprisa a socorrerme, Señor mío, mi salvación.


Monición de entrada

Nos hemos reunido para celebrar la eucaristía en el domingo, el día de la nueva creación. En esta celebración reconocemos el inmenso amor de Dios por todo lo que él ha creado, quien, de manera especial, ha puesto su amor en el hombre. El nos llama a cada uno de nosotros por nuestro nombre para alojarse en la casa de nuestra vida y transformarnos. Abramos nuestro corazón a este encuentro con él.


Acto penitencial

Todo como en el Ordinario de la Misa. Para la tercera fórmula pueden usarse las siguientes invocaciones:

- Tú, que no has venido a llamar a los justos, sino a los pecadores: Señor, ten piedad.
R. Señor, ten piedad.
- Tú, que acogías a los pecadores y comías con ellos: Cristo, ten piedad.
R. Cristo, ten piedad.
- Tú, que fuiste acusado de pecador: Señor, ten piedad.
R. Señor, ten piedad.

Se dice Gloria.


Oración colecta
Dios de poder y misericordia, de quien procede
el que tus fieles te sirvan digna y meritoriamente,
concédenos avanzar sin obstáculos
hacia los bienes que nos prometes.
Por nuestro Señor Jesucristo.

LECTURAS DE LA MISA


PRIMERA LECTURA

Te compadeces de todos, porque amas a todos los seres

Lectura del libro de la Sabiduría (Sab 11, 22-12, 2)

SEÑOR, el mundo entero es ante ti como un grano en la balanza,
como gota de rocío mañanero sobre la tierra.
Pero te compadeces de todos, porque todo lo puedes
y pasas por alto los pecados de los hombres para que se arrepientan.
Amas a todos los seres
y no aborreces nada de lo que hiciste;
pues, si odiaras algo, no lo habrías creado.
¿Cómo subsistiría algo, si tú no lo quisieras?,
o ¿cómo se conservaría, si tú no lo hubieras llamado?
Pero tú eres indulgente con todas las cosas,
porque son tuyas, Señor, amigo de la vida.
Pues tu soplo incorruptible está en todas ellas.
Por eso corriges poco a poco a los que caen,
los reprendes y les recuerdas su pecado,
para que, apartándose del mal, crean en ti, Señor.

 

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

 

SALMO RESPONSORIAL (Sal 144, 1bc-2. 8-9. 10-11. 13cd-14 [R.: cf. 1bc])

R. Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey.

V. Te ensalzaré, Dios mío, mi rey;
bendeciré tu nombre por siempre jamás.
Día tras día, te bendeciré
y alabaré tu nombre por siempre jamás.

R. Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey.

V. El Señor es clemente y misericordioso,
lento a la cólera y rico en piedad;
el Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus criaturas.

R. Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey.

V. Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas.

R. Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey.

V. El Señor es fiel a sus palabras,
bondadoso en todas sus acciones.
El Señor sostiene a los que van a caer,
endereza a los que ya se doblan.

R. Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey.

 

SEGUNDA LECTURA
Que Cristo sea glorificado en vosotros, y vosotros en él

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (2 Tes 1, 11-2, 2)

HERMANOS:
Oramos continuamente por vosotros, para que nuestro Dios os haga dignos de la vocación y con su poder lleve a término todo propósito de hacer el bien y la tarea de la fe. De este modo, el nombre de nuestro Señor Jesús será glorificado en vosotros y vosotros en él, según la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo.
A propósito de la venida de nuestro Señor Jesucristo y de nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos, que no perdáis fácilmente la cabeza ni os alarméis por alguna revelación, rumor o supuesta carta nuestra, como si el día del Señor estuviera encima.


Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

 

Aleluya Jn 3, 16

R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único.
Todo el que cree en él tiene vida eterna. R.
 

EVANGELIO
El Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido
╬ Lectura del santo Evangelio según san Lucas (Lc 19, 1–10)
R. Gloria a ti, Señor.

EN AQUEL TIEMPO, Jesús entró en Jericó e iba atravesando la ciudad.
En esto, un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de ver quién era Jesús, pero no lo lograba a causa del gentío, porque era pequeño de estatura. Corriendo más adelante, se subió a un sicomoro para verlo, porque tenía que pasar por allí.
Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y le dijo:
«Zaqueo, date prisa y baja, porque es necesario que hoy me quede en tu casa».
Él se dio prisa en bajar y lo recibió muy contento.
Al ver esto, todos murmuraban diciendo:
«Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador».

Pero Zaqueo, de pie, dijo al Señor:
«Mira, Señor, la mitad de mis bienes se la doy a los pobres;
y si he defraudado a alguno, le restituyo cuatro veces más».

Jesús le dijo:
«Hoy ha sido la salvación de esta casa, pues también este es hijo de Abrahán.
Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido».

 

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.


Papa Francisco
ÁNGELUS. Domingo, 3 de noviembre de 2019

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

El Evangelio de hoy (cf. Lc 19, 1-10) nos sitúa en el camino de Jesús que, dirigiéndose a Jerusalén, se detuvo en Jericó. Había una gran multitud para darle la bienvenida, incluyendo a un hombre llamado Zaqueo, jefe de los "publicanos"; es decir, de los judíos que recaudaban impuestos en nombre del Imperio Romano. Era rico no por sus ganancias honestas, sino porque exigía un "soborno", lo que aumentaba el desprecio hacia él. Zaqueo «quería ver quién era Jesús» (Lc 19, 3); no quería conocerlo, pero tenía curiosidad: quería ver aquel personaje del que había oído decir cosas extraordinarias. Tenía curiosidad. Y, siendo de baja estatura, «para poder verlo» (Lc 19, 4) sube a un árbol. Cuando Jesús se acerca, alza la mirada y lo ve (cf. Lc 19, 5).

Y esto es importante: la primera mirada no es la de Zaqueo, sino la de Jesús, que entre los muchos rostros que lo rodeaban –la multitud– busca precisamente el de Zaqueo. La mirada misericordiosa del Señor nos alcanza antes de que nosotros mismos nos demos cuenta de que necesitamos que Él nos salve. Y con esta mirada del divino Maestro comienza el milagro de la conversión del pecador. De hecho, Jesús lo llama, y lo llama por su nombre: «Zaqueo, baja pronto, porque hoy tengo que alojarme en tu casa» (Lc 19, 5). No lo reprocha, no le echa un "sermón"; le dice que tiene que alojarse en su casa: "tiene que", porque es la voluntad del Padre. A pesar de los murmullos de la gente, Jesús eligió quedarse en la casa de ese hombre pecador.

También nosotros nos habríamos escandalizado por este comportamiento de Jesús. Pero el desprecio y el rechazo hacia el pecador sólo lo aíslan y lo endurecen en el mal que está haciendo contra sí mismo y contra la comunidad. En cambio, Dios condena el pecado, pero trata de salvar al pecador, va en busca de él para traerlo de vuelta al camino correcto. Aquellos que nunca se han sentido buscados por la misericordia de Dios tienen dificultades para comprender la extraordinaria grandeza de los gestos y de las palabras con las que Jesús se acerca a Zaqueo.

La acogida y la atención de Jesús hacia él lo condujo a un claro cambio de mentalidad: en un momento se dio cuenta de lo mezquina que es una vida esclava del dinero, a costa de robar a los demás y recibir su desprecio. Tener al Señor allí, en su casa, le hace ver todo con otros ojos, incluso con un poco de la ternura con la que Jesús lo miraba. Y su manera de ver y de usar el dinero también cambia: el gesto de arrebatar es reemplazado por el de dar. De hecho, decide dar la mitad de lo que posee a los pobres y devolver el cuádruple a los que ha robado (cf. Lc 19, 8). Zaqueo descubre de Jesús que es posible amar gratuitamente: hasta entonces era tacaño, y ahora se vuelve generoso; le gustaba acopiar, y ahora se regocija en el compartir. Encontrándose con el Amor, descubriendo que es amado a pesar de sus pecados, se vuelve capaz de amar a los demás, haciendo del dinero un signo de solidaridad y de comunión.

Que la Virgen María nos conceda la gracia de sentir siempre la mirada misericordiosa de Jesús sobre nosotros, para que podamos encontrarnos con la misericordia de los que se han equivocado, para que ellos también puedan acoger a Jesús, quien «vino a buscar y a salvar lo que estaba perdido» (Lc 19, 10).


ÁNGELUS, Domingo 30 de octubre de 2016

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
El Evangelio de hoy nos presenta un hecho acaecido en Jericó, cuando Jesús, al llegar a la ciudad, fue acogido por la multitud (cf. Lc 19, 1-10). En Jericó vivía Zaqueo, el jefe de los «publicanos», es decir de los recaudadores de impuestos. Zaqueo era un rico colaborador de los odiados ocupantes romanos, un explotador de su pueblo. También él, por curiosidad, quería ver a Jesús, pero su condición de pecador público no le permitía acercase al Maestro. Incluso más, era pequeño de estatura, y por ello sube a un árbol de sicómoro, a lo largo de la calle donde tenía que pasar Jesús.
Cuando llegó cerca de ese árbol, Jesús levantando la vista le dijo: «Zaqueo, date prisa y baja, porque es necesario que hoy me quede en tu casa» (v. 5). Podemos imaginar el asombro de Zaqueo. Pero, ¿por qué Jesús dice «es necesario que hoy me quede en tu casa»? ¿De qué tipo de necesidad se trata? Sabemos que su deber supremo es realizar el designio del Padre para toda la humanidad, que se cumple en Jerusalén con su condena a muerte, la crucifixión y, al tercer día, la resurrección. Es el plan de salvación de la misericordia del Padre. Y en este designio está también la salvación de Zaqueo, un hombre deshonesto y despreciado por todos, y por ello con necesidad de convertirse. En efecto, el Evangelio dice que, cuando Jesús lo llamó, «todos murmuraban diciendo: "Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador"» (v. 7). El pueblo ve en él a un despreciable, que se ha enriquecido a costa de los demás. Y si Jesús hubiese dicho: «Baja, tú, explotador, traidor del pueblo. Ven a hablar conmigo para arreglar las cuentas». Seguramente el pueblo le hubiese aplaudido. En cambio, comenzaron a murmurar: «Jesús va a la casa de él, del pecador, del explotador».
Pero Jesús, guiado por la misericordia, lo buscaba precisamente a él. Y cuando entra en la casa de Zaqueo dice: «Hoy ha sido la salvación de esta casa, pues también este es hijo de Abrahán. Porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido» (vv. 9-10). La mirada de Jesús va más allá de los pecados y los prejuicios. ¡Y esto es importante! Debemos aprenderlo. La mirada de Jesús va más allá de los pecados y los prejuicios; mira a la persona con los ojos de Dios, que no se queda en el mal pasado, sino que vislumbra el bien futuro. Jesús no se resigna ante las cerrazones, sino que abre siempre, siempre abre nuevos espacios de vida; no se queda en las apariencias, sino que mira el corazón. Y aquí miró el corazón herido de este hombre: herido por el pecado de la codicia, de muchas cosas malas que había hecho este Zaqueo. Mira el corazón herido y va allí.
A veces nosotros buscamos corregir o convertir a un pecador riñendo, reprochando sus errores y su comportamiento injusto. La actitud de Jesús con Zaqueo nos indica otro camino: el de mostrar a quien se equivoca su valor, ese valor que Dios sigue viendo a pesar de todo, a pesar de todos sus errores. Esto puede provocar una sorpresa positiva, que causa ternura en el corazón e impulsa a la persona a sacar hacia fuera todo lo bueno que tiene en sí mismo. El gesto de dar confianza a las personas es lo que las hace crecer y cambiar. Así se comporta Dios con todos nosotros: no lo detiene nuestro pecado, sino que lo supera con el amor y nos hace sentir la nostalgia del bien. Todos hemos sentido esta nostalgia del bien después de haber cometido un error. Y así lo hace nuestro Padre Dios, así lo hace Jesús. No existe una persona que no tenga algo bueno. Y esto es lo que mira Dios para sacarla del mal.
Que la Virgen María nos ayude a ver lo bueno que hay en las personas que encontramos cada día, a fin de que todos sean alentados en hacer emerger la imagen de Dios grabada en su corazón. Y así podemos alegrarnos por las sorpresas de la misericordia de Dios. Nuestro Dios, que es el Dios de las sorpresas.


ÁNGELUS, Domingo 3 de noviembre de 2013

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

La página del Evangelio de san Lucas de este domingo nos presenta a Jesús que, en su camino hacia Jerusalén, entra en la ciudad de Jericó. Es la última etapa de un viaje que resume en sí el sentido de toda la vida de Jesús, dedicada a buscar y salvar a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Pero cuanto más se acerca el camino a la meta, tanto más se va formando en torno a Jesús un círculo de hostilidad.

Sin embargo, en Jericó tiene lugar uno de los acontecimientos más gozosos narrados por san Lucas: la conversión de Zaqueo. Este hombre es una oveja perdida, es despreciado y es un "excomulgado", porque es un publicano, es más, es el jefe de los publicanos de la ciudad, amigo de los odiados ocupantes romanos, es un ladrón y un explotador.

Impedido de acercarse a Jesús, probablemente por motivo de su mala fama, y siendo pequeño de estatura, Zaqueo se trepa a un árbol, para poder ver al Maestro que pasa. Este gesto exterior, un poco ridículo, expresa sin embargo el acto interior del hombre que busca pasar sobre la multitud para tener un contacto con Jesús. Zaqueo mismo no conoce el sentido profundo de su gesto, no sabe por qué hace esto, pero lo hace; ni siquiera se atreve a esperar que se supere la distancia que le separa del Señor; se resigna a verlo sólo de paso. Pero Jesús, cuando se acerca a ese árbol, le llama por su nombre: "Zaqueo, date prisa y baja, porque es necesario que hoy me quede en tu casa" (Lc 19, 5). Ese hombre pequeño de estatura, rechazado por todos y distante de Jesús, está como perdido en el anonimato; pero Jesús le llama, y ese nombre "Zaqueo", en la lengua de ese tiempo, tiene un hermoso significado lleno de alusiones: "Zaqueo", en efecto, quiere decir "Dios recuerda".

Y Jesús va a la casa de Zaqueo, suscitando las críticas de toda la gente de Jericó (porque también en ese tiempo se murmuraba mucho), que decía: ¿Cómo? Con todas las buenas personas que hay en la ciudad, ¿va a estar precisamente con ese publicano? Sí, porque él estaba perdido; y Jesús dice: "Hoy ha sido la salvación de esta casa, pues también éste es hijo de Abrahán" (Lc 19, 9). En la casa de Zaqueo, desde ese día, entró la alegría, entró la paz, entró la salvación, entró Jesús.

No existe profesión o condición social, no existe pecado o crimen de algún tipo que pueda borrar de la memoria y del corazón de Dios a uno solo de sus hijos. "Dios recuerda", siempre, no olvida a ninguno de aquellos que ha creado. Él es Padre, siempre en espera vigilante y amorosa de ver renacer en el corazón del hijo el deseo del regreso a casa. Y cuando reconoce ese deseo, incluso simplemente insinuado, y muchas veces casi inconsciente, inmediatamente está a su lado, y con su perdón le hace más suave el camino de la conversión y del regreso. Miremos hoy a Zaqueo en el árbol: su gesto es un gesto ridículo, pero es un gesto de salvación. Y yo te digo a ti: si tienes un peso en tu conciencia, si tienes vergüenza por tantas cosas que has cometido, detente un poco, no te asustes. Piensa que alguien te espera porque nunca dejó de recordarte; y este alguien es tu Padre, es Dios quien te espera. Trépate, como hizo Zaqueo, sube al árbol del deseo de ser perdonado; yo te aseguro que no quedarás decepcionado. Jesús es misericordioso y jamás se cansa de perdonar. Recordadlo bien, así es Jesús.

Hermanos y hermanas, dejémonos también nosotros llamar por el nombre por Jesús. En lo profundo del corazón, escuchemos su voz que nos dice: "Es necesario que hoy me quede en tu casa", es decir, en tu corazón, en tu vida. Y acojámosle con alegría: Él puede cambiarnos, puede convertir nuestro corazón de piedra en corazón de carne, puede liberarnos del egoísmo y hacer de nuestra vida un don de amor. Jesús puede hacerlo; ¡déjate mirar por Jesús!

 

Papa Benedicto XVI
ÁNGELUS, Domingo 4 de noviembre de 2007

Queridos hermanos y hermanas:

Hoy la liturgia presenta a nuestra meditación el conocido episodio evangélico del encuentro de Jesús con Zaqueo en la ciudad de Jericó. ¿Quién era Zaqueo? Un hombre rico, que ejercía el oficio de "publicano", es decir, de recaudador de impuestos por cuenta de la autoridad romana, y precisamente por eso era considerado un pecador público. Al saber que Jesús pasaría por Jericó, aquel hombre sintió un gran deseo de verlo, pero, como era bajo de estatura, se subió a un árbol. Jesús se detuvo precisamente bajo ese árbol y se dirigió a él llamándolo por su nombre: "Zaqueo, baja en seguida, porque hoy debo alojarme en tu casa" (Lc 19, 5). ¡Qué mensaje en esta sencilla frase!

"Zaqueo": Jesús llama por su nombre a un hombre despreciado por todos. "Hoy": sí, precisamente ahora ha llegado para él el momento de la salvación. "Tengo que alojarme": ¿por qué "debo"? Porque el Padre, rico en misericordia, quiere que Jesús vaya a "buscar y a salvar lo que estaba perdido" (Lc 19, 10). La gracia de aquel encuentro imprevisible fue tal que cambió completamente la vida de Zaqueo: "Mira -le dijo a Jesús-, la mitad de mis bienes se la doy a los pobres; y si de alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces más" (Lc 19, 8). Una vez más el Evangelio nos dice que el amor, partiendo del corazón de Dios y actuando a través del corazón del hombre, es la fuerza que renueva el mundo.

Esta verdad resplandece de modo singular en el testimonio del santo cuya memoria se celebra hoy: san Carlos Borromeo, arzobispo de Milán. Su figura destaca en el siglo XVI como modelo de pastor ejemplar por su caridad, por su doctrina, por su celo apostólico y, sobre todo, por su oración: "Las almas -decía- se conquistan de rodillas". Consagrado obispo con tan sólo 25 años, puso en práctica las indicaciones del concilio de Trento, que imponía a los pastores residir en sus respectivas diócesis, y se dedicó totalmente a la Iglesia ambrosiana: la visitó en su totalidad tres veces; convocó seis sínodos provinciales y once diocesanos; fundó seminarios para formar una nueva generación de sacerdotes; construyó hospitales y destinó las riquezas de su familia al servicio de los pobres; defendió los derechos de la Iglesia contra los poderosos; renovó la vida religiosa e instituyó una nueva congregación de sacerdotes seculares: los Oblatos. En 1576, cuando en Milán se propagó la peste, visitó, confortó y gastó todos sus bienes por los enfermos. Su lema consistía en una sola palabra: "Humilitas". La humildad lo impulsó, como al Señor Jesús, a renunciar a sí mismo para convertirse en servidor de todos.

Recordando a mi venerado predecesor Juan Pablo II, que llevaba con devoción su nombre -hoy es su onomástico-, encomendamos a la intercesión de san Carlos a todos los obispos del mundo, sobre los cuales invocamos como siempre la protección celestial de María santísima, Madre de la Iglesia.


Se dice Credo.

 

Oración de los fieles

Oremos a Dios Padre. Él es bueno con todos.

- Por la Iglesia, para que haga suyos los afanes, preocupaciones, éxi- tos y fracasos de todos los hombres, alentando con simpatía todo lo bueno, bello y justo que se promueva en el mundo entero. Roguemos al Señor.
- Por los dirigentes políticos, para que cumplan sus promesas en orden al bien común de los ciudadanos. Roguemos al Señor.
- Por los marginados de la sociedad, por cuantos sufren la pérdida de seres queridos, para que no pierdan la esperanza de vivir. Roguemos al Señor
- Por nosotros, aquí reunidos, para que aprendamos de Cristo a respetar, amar y acoger a todos, sin prejuicios ni discriminaciones, reconociendo lo bueno que hay en el otro. Roguemos al Señor.

Haz, Señor, que seamos dignos de nuestra vocación de cristianos
y cumple nuestros buenos deseos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

Oración sobre las ofrendas
Que este sacrificio, Señor, sea para ti una ofrenda pura
y, para nosotros, una efusión santa de tu misericordia.
Por Jesucristo, nuestro Señor.


Prefacio III Dominical del Tiempo Ordinario
El hombre salvado por un hombre
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque reconocemos como obra de tu poder admirable
no sólo socorrer a los mortales con tu divinidad,
sino haber previsto el remedio en nuestra misma condición humana,
y de lo que era nuestra ruina haber hecho nuestra salvación,
por Cristo, Señor nuestro.
Por él, los coros de los ángeles
adoran tu gloria eternamente,
gozosos en tu presencia.
Permítenos asociarnos a sus voces
cantando con ellos tu alabanza:
Santo, Santo, Santo…


Antífona de la comunión Cf. Sal 15, 11

Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, Señor.

O bien: Cf. Jn 6, 58

El Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que me come vivirá por mí, dice el Señor.

Oración después de la comunión
Te pedimos, Señor, que aumente en nosotros la acción de tu poder,
para que, alimentados con estos sacramentos del cielo,
nos preparemos, por tu gracia, a recibir tus promesas.
Por Jesucristo, nuestro Señor.


Pensamientos para el Evangelio de hoy

«Con la misma rapidez, espontaneidad y alegría espiritual con la que le recibió este hombre en su casa, que nuestro Señor, nos conceda la gracia de recibir su Santísimo Cuerpo y Sangre, su Alma y su Divinidad» (Santo Tomás More).

«En la casa de Zaqueo, desde ese día, entró la alegría, entró la paz, entró la salvación, entró Jesús» (Francisco).

«Durante su vida pública, Jesús no sólo perdonó los pecados; también manifestó el efecto de este perdón: a los pecadores que son perdonados los vuelve a integrar en la comunidad del pueblo de Dios, de donde el pecado los había alejado o incluso excluido. Un signo manifiesto de ello es el hecho de que Jesús admite a los pecadores a su mesa, más aún, Él mismo se sienta a su mesa (…)» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1.443).