31 de agosto - MARTES DE LA XXII SEMANA DEL T.O.

 


MARTES DE LA XXII SEMANA DEL T. ORDINARIO, feria
SAN RAMÓN NONATO, PRESBÍTERO, (MO)

 

PROGRAMA PARROQUIAL:
MARTES, 31 DE AGOSTO

- Horario de la parroquia: abierta de 10.00 h. a 13.30 h. y de 18.00 h. a 22.30 h.

- Horario de despacho: de lunes a viernes, de 10.30 h. a 13.30 h y de 18.00 h. a 21.00 h.

- Rezo del Santo Rosario (a las 20.00 h.) y Eucaristía del Martes de la XXII Semana del Tiempo Ordinario (a las 20.30 h.) 

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NOTICIAS DE ACTUALIDAD 

 Homilía del Martes 31.08.2021

Primer Día de Novena a la Virgen de Montemayor

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Los dos pecados que mas ofenden a Dios según dice la Virgen María en una de sus apariciones



Portada
Acaba de ser reconocida como «venerable» avanzando así su causa de beatificación
Cristina murió con 26 años para salvar a su tercer hijo: «No hay sufrimiento que no merezca la pena»
Apuntes de los biólogos Nicolás Jouve de la Barreda y Miquel-Àngel Serra
Transhumanismo y biotecnología: lo posible, las fantasías, peligros y límites de ser «mejorado»
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«La solución no es aflojar las exigencias con los candidatos al sacerdocio sino que haya fe viva»
 

 
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  Hoy el reto del amor es sentarte un rato y dialogar con el Señor. , por El Reto Del Amor
  ¿Tiene autoridad? Comentario para Matrimonios: Lucas 4, 31-37 , por ProyectoAmorConyugal.es


SANTORAL DE HOY 

 San Ramón Nonato, religioso
(1200 - †1240)

Elogio: En Cardona, de Cataluña, san Ramón Nonato, que fue uno de los primeros compañeros de san Pedro Nolasco en la Orden de Nuestra Señora de la Merced, y es tradición que, por el nombre de Cristo, sufrió mucho para la redención de los cautivos.

Patronazgos: patrono de las mujeres embarazadas, madres lactantes y niños, protector de los inocentes injustamente acusados, para pedir un parto feliz, y contra la fiebre puerperal.

Refieren a este santo: San Serapión.


 Otros santos de este día:

   Santos José de Arimatea y Nicodemo, santos del NT

En Jerusalén, conmemoración de los santos José de Arimatea y Nicodemo, que recogieron el cuerpo de Jesús bajo la cruz, lo envolvieron en una sábana y lo depositaron en el sepulcro. José, noble decurión y discípulo del Señor, esperaba el reino de Dios, y Nicodemo, fariseo y principal entre los judíos, que había ido de noche a ver a Jesús para interrogarle acerca de su misión, defendió luego su causa ante los sumos sacerdotes y los fariseos que buscaban la detención del Señor.

   San Aristídes, laico

En Atenas, en Grecia, san Aristides, filósofo, que, notabilísimo por su fe y por su ciencia, dedicó al emperador Adriano algunos de sus libros sobre la religión cristiana.

   San Paulino de Tréveris, obispo y mártir

En Tréveris, en la Galia Bélgica, san Paulino, obispo y mártir, que en tiempo de la herejía arriana fue el verdadero heraldo de la verdad, y en el Sínodo de Arlés, convocado por el emperador arriano Constancio, ni amenazas ni adulaciones pudieron llevarle a condenar a san Atanasio ni a apartarse de la recta fe, por lo que fue relegado a Frigia, en la actual Turquía, donde pasados cinco años llevó a cumplimiento su martirio en el exilio.

   San Aidano de Lindisfarne, abad y obispo

En Lindisfarne, en el territorio de Northumbria, san Aidano, obispo y abad, varón de suma mansedumbre, piedad y rectitud de gobierno, que desde el monasterio de Iona fue llamado por el rey Osvaldo a esta sede episcopal, donde fundó un monasterio, para atender eficazmente a la evangelización de aquel reino.

   Beato Andrés de Borgo Sansepolcro, religioso presbítero

En el desierto de Vallucola, en la Toscana, beato Andrés de Borgo Sansepolcro, presbítero de la Orden de los Siervos de María, entregado a la penitencia y a la contemplación.

   Beatos Edmigio Primo Rodríguez, Amalio Zariquiegui Mendoza y Valerio Bernardo Herrero Martínez, religiosos mártires

En Almería, en España, beatos Edmigio (Isidoro) Primo Rodríguez, Amalio (Justo) Zariquiegui Mendoza y Valerio Bernardo (Marciarlo) Herrero Martínez, mártires, que, por ser hermanos de las Escuelas Cristianas, sufrieron la muerte durante la persecución contra la fe en tiempo de guerra.

   Beato Pere Tarrés i Claret, presbítero

En Barcelona, España, beato Pere Tarrés i Claret, presbítero.


LITURGIA DE HOY


Misa de feria (verde).
MISAL: cualquier formulario permitido (véase pág. 67, n. 5), Pf. común.
LECC.: vol. III-impar.
- 1 Tes 5, 1-6. 9-11.
 Murió por nosotros para que vivamos con él.
- Sal 26. R. Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida.
- Lc 4, 31-37. Sé quién eres: el Santo de Dios.

Liturgia de las Horas: oficio de feria.

Martirologio: elogs. del 1 de septiembre, pág. 526.
CALENDARIOS: Guadix y Málaga: Dedicación de la iglesia-catedral (F).
Mercedarios: San Ramón Nonato, presbítero (F). Solsona: (MO). En el resto de Cataluña: (ML).
Calahorra y La Calzada-Logroño, diócesis: Santos Emeterio y Celedonio, mártires (MO).
Mallorca: Santa Teresa de Jesús Jornet e Ibars, virgen (MO).
Zaragoza: Santo Domingo del Val, mártir (MO).
Servitas: Beato Andrés de Borgo Sansepolcro, religioso (ML).
Jaén: Aniversario de la ordenación episcopal de Mons. Amadeo Rodríguez Magro, obispo (2003).


LECTURAS DE LA MISA

Audio y comentario del Evangelio de hoy (I)

Audio y comentario del Evangelio de hoy (II)

 
PRIMERA LECTURA
Murió por nosotros para que vivamos con él

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (1 Tes 5, 1-6. 9-11)

HERMANOS:

En lo referente al tiempo y a las circunstancias no necesitáis que os escriba, pues vosotros sabéis perfectamente que el Día del Señor llegará como un ladrón en la noche.
Cuando estén diciendo: «paz y seguridad», entonces, de improviso, les sobrevendrá la ruina, como los dolores de parto a la que está encinta, y no podrán escapar.
Pero vosotros, hermanos, no vivís en tinieblas, de forma que ese día os sorprenda como un ladrón; porque todos sois hijos de la luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas. Así, pues, no nos entreguemos al sueño como los demás, sino estemos en vela y vivamos sobriamente.
Porque Dios no nos ha destinado al castigo, sino a obtener la salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo, que murió por nosotros para que, despiertos o dormidos, vivamos con él.
Por eso, animaos mutuamente y edificaos unos a otros, como ya lo hacéis.

 
Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.


SALMO RESPONSORIAL (Sal 26, 1. 4. 7 y 8b y 9a. 13-14)

R. Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida
 
V. El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar?

R. Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida
 
V. Una cosa pido al Señor,
eso buscaré:
habitar en la casa del Señor
por los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor,
contemplando su templo.

R. Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida
 
V. Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor.

R. Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida
 
Aleluya
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Un gran Profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo. R.

 
EVANGELIO
Sé quien eres: el Santo de Dios

╬ Lectura del santo Evangelio según san Lucas  (4,31-37)
R. Gloria a ti, Señor.

EN AQUEL TIEMPO, Jesús bajó a Cafarnaún, ciudad de Galilea, y los sábados les enseñaba.
Se quedaban asombrados de su enseñanza, porque su palabra estaba llena de autoridad.
Había en la sinagoga un hombre poseído por un espíritu de demonio inmundo y se puso a gritar con fuerte voz:
«¡Basta! ¿Qué tenemos que ver nosotros contigo, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios».
Pero Jesús le increpó diciendo:
«¡Cállate y sal de él!».
Entonces el demonio, tirando al hombre por tierra en medio de la gente, salió sin hacerle daño.
Quedaron todos asombrados y comentaban entre sí:
«¿Qué clase de palabra es esta? Pues da órdenes con autoridad y poder a los espíritus inmundos, y salen».
Y su fama se difundía por todos los lugares de la comarca.


Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.


Papa Francisco, Homilía en santa Marta 2-septiembre-2014

"Lo que da autoridad, lo que da identidad es el Espíritu Santo, la unción del Espíritu Santo". Por eso,  "el pueblo no amaba a los predicadores, a los doctores de la ley, porque hablaban, en verdad, de teología, pero no llegaban al corazón, no daban libertad, no eran capaces de hacer que el pueblo encontrase la propia identidad, porque no estaban ungidos por el Espíritu Santo". En cambio, "la autoridad de Jesús -y la autoridad del cristiano- viene precisamente de esta capacidad de entender las cosas del Espíritu, de hablar la lengua del Espíritu; viene de esta unción del Espíritu Santo".
Señor danos "la identidad cristiana, la que Tú tenías: danos tu Espíritu; danos tu modo de pensar, de sentir, de hablar: es decir, Señor, danos la unción del Espíritu Santo".


30 de agosto - LUNES DE LA XXII SEMANA DEL T.O.

 


LUNES DE LA XXII SEMANA DEL T. ORDINARIO,
PRIMER DÍA DE NOVENA A LA VIRGEN DE MONTEMAYOR

 

PROGRAMA PARROQUIAL:
LUNES, 30 DE AGOSTO

- Horario de la parroquia: abierta de 10.00 h. a 13.30 h. y de 18.00 h. a 22.00 h.

- Horario de despacho: de lunes a viernes, de 10.30 h. a 13.30 h y de 18.00 h. a 21.00 h.

- Rezo del Santo Rosario (a las 20.00 h.) y Eucaristía del Lunes de la XXII Semana del Tiempo Ordinario (a las 20.30 h.), Primer Día de Novena a la Virgen de Montemayor.

 

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29 de agosto - DOMINGO DE LA XXII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, CICLO B (Memoria del Martirio de San Juan Bautista)

 



DOMINGO DE LA XXII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO,
Fiesta del Martirio de San Juan Bautista (no se celebra por ser Domingo)

  

PROGRAMA PARROQUIAL:
DOMINGO, 29 DE AGOSTO

- Horario de la parroquia: abierta de 10.00 h. a 13.30 h. y de 18.00 h. a 21.30 h.

- Eucaristía del Domingo de la XXII Semana del Tiempo Ordinario (a las 11.00 h.)

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- Rezo del Santo Rosario (a las 20.00 h.) y Eucaristía II Vísperas del Domingo de la XXII Semana del Tiempo Ordinario (a las 20.30 h.) 


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NOTICIAS DE ACTUALIDAD 

 

Portada
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Evangelio del día
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Opinión
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  Hoy el reto del amor es “tirar de confianza”. , por El Reto Del Amor
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  Cumplir la Ley de Dios o las costumbres humanas , por La divina proporción


Actualidad Comentada por P. Santiago Martín
(28.08.2021)

¿Merecemos seguir existiendo?


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SANTORAL DE HOY 

El martirio de san Juan Bautista
(†s. I)

Elogio: Memoria del martirio de san Juan Bautista, a quien el rey Herodes Antipas retuvo encarcelado en la fortaleza de Maqueronte, en el actual Israel, y al cual mandó decapitar en el día de su cumpleaños, a petición de la hija de Herodías. De esta suerte, el Precursor del Señor, como lámpara encendida y resplandeciente, tanto en la muerte como en la vida dio testimonio de la verdad.

Patronazgos: San Juan Bautista es patrono de muchos países, regiones y ciudades, entre ellos Malta y Jordania. También de muchos oficios: tejedores, curtidores, peleteros, talabarteros, trabajadores del alimento, bodegueros, toneleros, carpinteros, arquitectos, albañiles, canteros, deshollinadores, herreros, pastores, agricultores, cantantes, bailarines, músicos, exhibidores de cine, comunicadores de masas; protector también de los corderos, las ovejas, los animales de compañía y las vides; para invocar contra el alcoholismo, los dolores de cabeza, mareos, ansiedad, epilepsia, espasmos, ronquera, enfermedades de la infancia, el miedo.

Oración

Señor, Dios nuestro, tú has querido que san Juan Bautista fuese el precursor del nacimiento y de la muerte de tu Hijo; concédenos, por su intercesión, que, así como él murió mártir de la verdad y la justicia, luchemos nosotros valerosamente por la confesión de nuestra fe. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén (oración litúrgica).


Otros santos de este día:

Santa Basila

En Sirmio, de Panonia, santa Basila.

Santa Sabina

En Roma, conmemoración de santa Sabina, cuya iglesia titular construida en el monte Aventino recibe su nombre, digno de veneración.

San Adelfo de Metz, obispo

En Metz, de la Galia Bélgica, san Adelfo, obispo.

San Víctor, recluso

En la región de Nantes, en la Bretaña Menor, san Víctor, solitario, que vivió recluido en un pequeño oratorio, construido por él mismo junto a Bonchamp.

San Sebbo, monje

En Londres, en Inglaterra, conmemoración de san Sebbo, rey de los sajones orientales muy devoto del Señor, que dejó la corona y quiso morir con el hábito monacal, deseado desde largo tiempo atrás.

San Mederico, abad

En París, en Neustria, san Mederico, presbítero y abad de Autun, que vivió en una celda cercana a la ciudad.

Beatos Juan de Perugia y Pedro de Sassoferrato, religiosos mártires

En Valencia, de España, beatos mártires Juan de Perugia, presbítero, y Pedro de Sassoferrato, religioso, ambos de la Orden de los Hermanos Menores, que enviados a predicar la fe entre los musulmanes de aquel lugar, alcanzaron la palma del martirio al ser decapitados en la plaza pública por orden del rey.

Beata Bronislava, eremita

Cerca de Cracovia, en Polonia, beata Bronislava, virgen de la Orden Premonstratense, que quiso llevar una existencia humilde y retirada, y destruido su monasterio por los tártaros, vivió a solas con Dios en una choza.

Beato Ricardo Herst, mártir

En Lancaster, en Inglaterra, beato Ricardo Herst, mártir, padre de familia y labrador, que, acusado falsamente de un homicidio, por su fe en Cristo fue condenado a morir en la horca, en tiempo del rey Jacobo I.

Beato Luis Vulfilocio Huppy, presbítero y mártir

En el litoral frente a Rochefort, en Francia, beato Luis Vulfilocio Huppy, presbítero y mártir, que encarcelado de manera inhumana, por ser sacerdote, en una vieja nave durante la Revolución Francesa, murió víctima de enfermedad.

Beato Edmundo Ignacio Rice, fundador

En Waterford, en Irlanda, beato Edmundo Ignacio Rice, que con gran entusiasmo y perseverancia se entregó a la formación de los niños y de los jóvenes de condición modesta y, para el auge de esta obra, fundó la Congregación de los Hermanos Cristianos y la de los Hermanos de la Presentación.

Santa María de la Cruz Jugan, virgen y fundadora

Cerca de Renes, en Francia, santa María de la Cruz (Juana) Jugan, virgen, que fundó la Congregación de las Hermanitas de los Pobres para pedir limosna para los necesitados y para Dios, pero injustamente alejada de la dirección del Instituto, pasó el resto de su vida en la oración y en la humildad.

Beato Flaviano Miguel Melki, presbítero y mártir

En Cizre, Turquía, beato Flaviano Miguel Melki, presbítero de los Hermanos de San Efrén, eparquía de Jazira de los Sirios, muerto por odio a la fe.

Beato Constantino Fernández Álvarez, presbítero y mártir

En Valencia, en España, beato Constantino Fernández Álvarez, presbítero de la Orden de Predicadores y mártir, que en el tiempo de persecución llevó a cabo su prueba por la fe.

Beato Francisco Monzón Romeo, presbítero y mártir

En la localidad de Híjar, cerca de Teruel, también en España, beato Francisco Monzón Romero, presbítero de la Orden de Predicadores y mártir, que, durante la misma persecución, confirmó con la propia sangre su fidelidad para con el Señor.

Beato Pedro de Asúa y Mendía, presbítero y mártir

En Liendo, Cantabria, también en España, beato Pedro de Asúa, presbítero de la diócesis de Vitoria y mártir, testigo cruento de la fe en los años de la Guerra Civil.

Beato Domingo Jedrzejewski, presbítero y mártir

En el campo de concentración de Dachau, cercano a la ciudad de Munich, en Alemania, beato Domingo Jedrzejewski, presbítero y mártir, que en el furor de la guerra, deportado de Polonia y encarcelado en aquel lugar, murió por Cristo bajo crueles torturas.

Beata Sancha Szymkowiak, virgen

En Poznan, en Polonia, beata Sancha (Joanina) Szymkowiak, virgen, de la Congregación de las Hijas de la Virgen de los Dolores, que, en medio de las dificultades de la guerra, se ocupó con gran entrega de la asistencia a los encarcelados.

Beata Teresa Bracco, virgen y mártir

En la aldea de Santa Giulia, en la región del Piamonte, en Italia, beata Teresa Bracco, virgen y mártir, que en tiempo de guerra, cuando estaba trabajando en el campo, murió a causa de las heridas que le causaron los golpes de unos soldados, al defender valientemente su castidad.

Santa Eufrasia del Sagrado Corazón de Jesús Eluvathingal, virgen

En Trichur, India, santa Eufrasia del Sagrado Corazón de Jesús (Rosa) Eluvathingal, virgen.

 


LITURGIA DE HOY

Misa del Domingo (verde).

MISAL: ants. y oracs. props., Gl., Cr., Pf. dominical.
LECC.: vol. I (B).
- Dt 4, 1-2. 6-8. No añadáis nada a lo que yo os mando... observaréis los preceptos del Señor.
- Sal 14. R. Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?
- Sant 1, 16b-18. 21b-22. 27. Poned en práctica la palabra.
- Mc 7, 1-8. 14-15. 21-23. Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres.


La religiosidad verdadera es tema central de las lecturas de hoy. Ya en la oración colecta pedimos crecer en la piedad. Pero ¿en qué consiste esto? En la 2 lect., el apóstol Santiago nos dice que debemos no solo oír la Palabra de Dios sino llevarla a la práctica: «La religiosidad auténtica e intachable a los ojos de Dios Padre es esta: atender a huérfanos y viudas en su aflicción y mantenerse incontaminado del mundo». En la misma línea, Jesús recrimina a los fariseos por haber montado una religiosidad de tradiciones humanas y preceptos exteriores, estando su corazón lejos de Dios. Y nos recuerda que lo que nos hace impuros son las maldades que salen de nuestro corazón.

Liturgia de las Horas: oficio dominical. Te Deum. Comp. Dom. II.

Martirologio: elogs. del 30 de agosto, pág. 522.


Antífona de entrada Sal 85, 3. 5
Piedad de mí, Señor; que a ti te estoy llamando todo el día, porque tú, Señor, eres bueno y clemente, rico en misericordia con los que te invocan.

Monición de entrada

Celebrar bien la eucaristía exige un corazón bien dispuesto para acoger la Palabra de Dios y participar en su banquete de amor. Necesitamos pedir la conversión del corazón para aceptar los mandatos del Señor, desterrando nuestra pretensión de autosuficiencia. Que nuestro culto a Dios no sea solo de cumplimiento, sino que nazca de un verdadero deseo del corazón.

Acto penitencial
- Que no te honremos con los labios sino con el corazón: Señor, ten piedad.
R. Señor, ten piedad.
- Que siempre aceptemos tu Palabra y la llevemos a la práctica: Cristo, ten piedad.
R. Cristo, ten piedad.
- Que ninguna maldad salga de nuestro corazón y nos haga impuros en tu presencia: Señor, ten piedad.
R. Señor, ten piedad.

Se dice Gloria.


Oración colecta

Dios todopoderoso, que posees toda perfección, infunde en nuestros corazones el amor de tu nombre y concédenos que, al crecer nuestra piedad, alimentes todo bien en nosotros y con solicitud amorosa lo conserves. Por nuestro Señor Jesucristo.


LECTURAS DE LA MISA


PRIMERA LECTURA
No añadáis nada a lo que yo os mando.... observaréis los preceptos del Señor

Lectura del libro del Deuteronomio (Dt 4, 1-2. 6-8)

MOISÉS habló al pueblo, diciendo:
«Ahora, Israel, escucha los mandatos y decretos que yo os enseño para que, cumpliéndolos, viváis y entréis a tomar posesión de la tierra que el Señor, Dios de vuestros padres, os va a dar.
No añadáis nada a lo que yo os mando ni suprimáis nada; observaréis los preceptos del Señor, vuestro Dios, que yo os mando hoy.
Observadlos y cumplidlos, pues esa es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia a los ojos de los pueblos, los cuales, cuando tengan noticia de todos estos mandatos, dirán:
“Ciertamente es un pueblo sabio e inteligente esta gran nación”.
Porque ¿dónde hay una nación tan grande que tenga unos dioses tan cercanos como el Señor, nuestro Dios, siempre que lo invocamos?
Y ¿dónde hay otra nación tan grande que tenga unos mandatos y decretos tan justos como toda esta ley que yo os propongo hoy?».

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.


SALMO RESPONSORIAL (Sal 14, 2-3a. 3bc-4ab. 5 [R.: 1b])

R. Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?

V. El que procede honradamente
y practica la justicia,
el que tiene intenciones leales
y no calumnia con su lengua.

R. Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?

V. El que no hace mal a su prójimo
ni difama al vecino,
el que considera despreciable al impío
y honra a los que temen al Señor.

R. Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?

V. El que no presta dinero a usura
ni acepta soborno contra el inocente.
El que así obra nunca fallará.

R. Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?


SEGUNDA LECTURA
Poned en práctica la palabra

Lectura de la carta del apóstol Santiago (Sant 1, 16b-18. 21b-22. 27)

MIS QUERIDOS HERMANOS:

Todo buen regalo y todo don perfecto viene de arriba, procede del Padre de las luces, en el cual no hay ni alteración ni sombra de mutación.
Por propia iniciativa nos engendró con la palabra de la verdad, para que seamos como una primicia de sus criaturas.
Acoged con docilidad esa palabra, que ha sido injertada en vosotros y es capaz de salvar vuestras vidas.
Poned en práctica la palabra y no os contentéis con oírla, engañándoos a vosotros mismos.
La religiosidad auténtica e intachable a los ojos de Dios Padre es esta: atender a huérfanos y viudas en su aflicción y mantenerse incontaminado del mundo.

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

Aleluya St 1, 18

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Por propia iniciativa el Padre nos engendró con la palabra de la verdad, para que seamos como una primicia de sus criaturas. R.


EVANGELIO
Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres

╬ Lectura del santo evangelio según san Marcos (Mc 7, 1-8. 14-15. 21-23)
R. Gloria a ti, Señor.

EN AQUEL TIEMPO, se reunieron junto a Jesús los fariseos y algunos escribas venidos de Jerusalén; y vieron que algunos discípulos comían con manos impuras, es decir, sin lavarse las manos. (Pues los fariseos, como los demás judíos, no comen sin lavarse antes las manos, restregando bien, aferrándose a la tradición de sus mayores, y al volver de la plaza no comen sin lavarse antes, y se aferran a otras muchas tradiciones, de lavar vasos, jarras y ollas).
Y los fariseos y los escribas le preguntaron:
«¿Por qué no caminan tus discípulos según las tradiciones de los mayores y comen el pan con manos impuras?».
Él les contestó:
«Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, como está escrito:
“Este pueblo me honra con los labios,
pero su corazón está lejos de mí.
El culto que me dan está vacío,
porque la doctrina que enseñan
son preceptos humanos”.
Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres».
Llamó Jesús de nuevo a la gente y les dijo:
«Escuchad y entended todos: nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre.
Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los pensamientos perversos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, malicias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro».

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.

Papa Francisco

ÁNGELUS. Domingo, 2 de septiembre de 2018.

¡Queridos hermanos y hermanas, buenos días!

En este domingo retomamos la lectura del Evangelio de Marcos. En el pasaje de hoy (cfr Mc 7, 1-8.14-15.21-23), Jesús afronta un tema importante para todos nosotros creyentes: la autenticidad de nuestra obediencia a la Palabra de Dios, contra toda contaminación mundana o formalismo legalista. El pasaje se abre con la objeción que los escribas y los fariseos dirigen a Jesús, acusando a sus discípulos de no seguir los preceptos rituales según las tradiciones. De esta manera, los interlocutores pretendían golpear la confiabilidad y la autoridad de Jesús como maestro porque decían: «Pero este maestro deja que los discípulos no cumplan las prescripciones de la tradición». Pero Jesús replica fuerte y replica diciendo: «Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, según esta escrito: "Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. En vano me rinden culto, ya que enseñan doctrinas que son preceptos de hombres"» (Mc 7, 6-7). Así dice Jesús, ¡Palabras claras y fuertes! Hipócrita es, por así decir, uno de los adjetivos más fuertes que Jesús usa en el Evangelio y lo pronuncia dirigiéndose a los maestros de la religión: doctores de la ley, escribas… «Hipócrita», dice Jesús.

Jesús de hecho quiere sacudir a los escribas y los fariseos del error en el que han caído, ¿y cuál es este error? El de alterar la voluntad de Dios, descuidando sus mandamientos para cumplir las tradiciones humanas. La reacción de Jesús es severa porque es mucho lo que hay en juego: se trata de la verdad de la relación entre el hombre y Dios, de la autenticidad de la vida religiosa. El hipócrita es un mentiroso, no es auténtico.

También hoy el Señor nos invita a huir del peligro de dar más importancia a la forma que a la sustancia. Nos llama a reconocer, siempre de nuevo, eso que es el verdadero centro de la experiencia de fe, es decir el amor de Dios y el amor del prójimo, purificándola de la hipocresía del legalismo y del ritualismo. El mensaje del Evangelio hoy está reforzado también por la voz del apóstol Santiago, que nos dice en síntesis como debe ser la verdadera religión, y dice así: la verdadera religión es «visitar a los huérfanos y a las viudas en su tribulación y conservarse incontaminado del mundo» (Mc 7, 27). «Visitar a los huérfanos y a las viudas» significa practicar la caridad hacia el prójimo a partir de las personas más necesitadas, más frágiles, más a los márgenes. Son las personas de las cuales Dios cuida de forma especial, y nos pide a nosotros hacer lo mismo. «No dejarse contaminar de este mundo» no quiere decir aislarse y cerrarse a la realidad. No. Tampoco aquí debe ser una actitud exterior sino interior, de sustancia: significa vigilar para que nuestra forma de pensar y de actuar no esté contaminada por la mentalidad mundana, o sea de la vanidad, la avaricia, la soberbia. En realidad, un hombre o una mujer que vive en la vanidad, en la avaricia, en la soberbia y al mismo tiempo cree que se hace ver como religiosa e incluso llega a condenar a los otros, es un hipócrita. Hagamos un examen de conciencia para ver cómo acogemos la Palabra de Dios. El domingo la escuchamos en la misa. Si la escuchamos de forma distraída o superficial, esta no nos servirá de mucho. Debemos, sin embargo, acoger la Palabra con mente y corazón abiertos, como un terreno bueno, de forma que sea asimilada y lleve fruto en la vida concreta. Así la Palabra misma nos purifica el corazón y las acciones y nuestra relación con Dios y con los otros es liberada de la hipocresía.

El ejemplo y la intercesión de la Virgen María nos ayuden a honrar siempre al Señor con el corazón, testimoniando nuestro amor por Él en las elecciones concretas por el bien de los hermanos.

ÁNGELUS, Plaza de San Pedro, Domingo 30 de agosto de 2015

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
El Evangelio de este domingo presenta una disputa entre Jesús y algunos fariseos y escribas. La discusión se refiere al valor de la «tradición de los antepasados» (Mc 7, 3) que Jesús, refiriéndose al profeta Isaías, define «preceptos humanos» (v. 7) y que nunca deben ocupar el lugar del «mandamiento de Dios» (v. 8). Las antiguas prescripciones en cuestión comprendían no sólo los preceptos de Dios revelados a Moisés, sino también una serie de dictámenes que especificaban las indicaciones de la ley mosaica. Los interlocutores aplicaban tales normas de manera muy escrupulosa y las presentaban como expresión de auténtica religiosidad. Por eso recriminan a Jesús y a sus discípulos la transgresión de éstas, en particular las que se refieren a la purificación exterior del cuerpo (cf. v. 5). La respuesta de Jesús tiene la fuerza de un pronunciamiento profético: «Dejáis a un lado el mandamiento de Dios —dice— para aferraros a la tradición de los hombres» (v. 8). Son palabras que nos llenan de admiración por nuestro Maestro: sentimos que en Él está la verdad y que su sabiduría nos libra de los prejuicios.
Pero ¡atención! Con estas palabras, Jesús quiere ponernos en guardia también a nosotros, hoy, del pensar que la observancia exterior de la ley sea suficiente para ser buenos cristianos. Como entonces para los fariseos, existe también para nosotros el peligro de creernos en lo correcto, o peor, mejores que los demás por el sólo hecho de observar las reglas, las costumbres, aunque no amemos al prójimo, seamos duros de corazón, soberbios y orgullosos. La observancia literal de los preceptos es algo estéril si no cambia el corazón y no se traduce en actitudes concretas: abrirse al encuentro con Dios y a su Palabra, buscar la justicia y la paz, socorrer a los pobres, a los débiles, a los oprimidos. Todos sabemos, en nuestras comunidades, en nuestras parroquias, en nuestros barrios, cuánto daño hacen a la Iglesia y son motivo de escándalo, las personas que se dicen muy católicas y van a menudo a la iglesia, pero después, en su vida cotidiana, descuidan a la familia, hablan mal de los demás, etc. Esto es lo que Jesús condena porque es un antitestimonio cristiano.
Continuando su exhortación, Jesús se centra sobre un aspecto más profundo y afirma: «Nada que entra de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre» (v. 15). De esta manera subraya el primado de la interioridad, es decir, el primado del «corazón»: no son las cosas exteriores las que nos hacen o no santos, sino que es el corazón el que expresa nuestras intenciones, nuestras elecciones y el deseo de hacerlo todo por amor de Dios. Las actitudes exteriores son la consecuencia de lo que hemos decidido en el corazón y no al revés: con actitudes exteriores, si el corazón no cambia, no somos verdaderos cristianos. La frontera entre el bien y el mal no está fuera de nosotros sino más bien dentro de nosotros. Podemos preguntarnos: ¿dónde está mi corazón? Jesús decía: «tu tesoro está donde está tu corazón». ¿Cuál es mi tesoro? ¿Es Jesús, es su doctrina? Entonces el corazón es bueno. O ¿el tesoro es otra cosa? Por lo tanto, es el corazón el que debe ser purificado y convertirse. Sin un corazón purificado, no se pueden tener manos verdaderamente limpias y labios que pronuncian palabras sinceras de amor —todo es doble, una doble vida—, labios que pronuncian palabras de misericordia, de perdón. Esto lo puede hacer sólo el corazón sincero y purificado.
Pidamos al Señor, por intercesión de la Virgen Santa, que nos dé un corazón puro, libre de toda hipocresía. Este es el adjetivo que Jesús da a los fariseos: «hipócritas», porque dicen una cosa y hacen otra. Un corazón libre de toda hipocresía, para que así seamos capaces de vivir según el espíritu de la ley y alcanzar su finalidad, que es el amor.

 

Papa Benedicto XVI

ÁNGELUS. Castelgandolfo. Domingo 2 de septiembre de 2012

Queridos hermanos y hermanas:

En la liturgia de la Palabra de este domingo destaca el tema de la Ley de Dios, de su mandamiento: un elemento esencial de la religión judía e incluso de la cristiana, donde encuentra su plenitud en el amor (cf. Rm 13, 10). La Ley de Dios es su Palabra que guía al hombre en el camino de la vida, lo libera de la esclavitud del egoísmo y lo introduce en la "tierra" de la verdadera libertad y de la vida. Por eso en la Biblia la Ley no se ve como un peso, como una limitación que oprime, sino como el don más precioso del Señor, el testimonio de su amor paterno, de su voluntad de estar cerca de su pueblo, de ser su Aliado y escribir con él una historia de amor.

El israelita piadoso reza así: "Tus decretos son mi delicia, no olvidaré tus palabras. (...) Guíame por la senda de tus mandatos, porque ella es mi gozo" (Sal 119, 16.35). En el Antiguo Testamento, es Moisés quien en nombre de Dios transmite la Ley al pueblo. Él, después del largo camino por el desierto, en el umbral de la tierra prometida, proclama: "Ahora, Israel, escucha los mandatos y decretos que yo os enseño para que, cumpliéndolos, viváis y entréis a tomar posesión de la tierra que el Señor, Dios de vuestros padres, os va a dar" (Dt 4, 1).

Y aquí está el problema: cuando el pueblo se establece en la tierra, y es depositario de la Ley, siente la tentación de poner su seguridad y su gozo en algo que ya no es la Palabra del Señor: en los bienes, en el poder, en otros "dioses" que en realidad son vanos, son ídolos.

Ciertamente, la Ley de Dios permanece, pero ya no es lo más importante, ya no es la regla de la vida; se convierte más bien en un revestimiento, en una cobertura, mientras que la vida sigue otros caminos, otras reglas, intereses a menudo egoístas, individuales y de grupo.

Así la religión pierde su auténtico significado, que es vivir en escucha de Dios para hacer su voluntad –que es la verdad de nuestro ser–, y así vivir bien, en la verdadera libertad, y se reduce a la práctica de costumbres secundarias, que satisfacen más bien la necesidad humana de sentirse bien con Dios. Y este es un riesgo grave para toda religión, que Jesús encontró en su tiempo, pero que se puede verificar, por desgracia, también en el cristianismo.

Por eso, las palabras de Jesús en el evangelio de hoy contra los escribas y los fariseos nos deben hacer pensar también a nosotros. Jesús hace suyas las palabras del profeta Isaías: "Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me dan está vacío, porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos" (Mc 7, 6-7; cf. Is 29, 13). Y luego concluye: "Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres" (Mc 7, 8).

También el apóstol Santiago, en su carta, pone en guardia contra el peligro de una falsa religiosidad. Escribe a los cristianos: "Poned en práctica la palabra y no os contentéis con oírla, engañándoos a vosotros mismos" (St 1, 22). Que la Virgen María, a la que nos dirigimos ahora en oración, nos ayude a escuchar con un corazón abierto y sincero la Palabra de Dios, para que oriente todos los días nuestros pensamientos, nuestras decisiones y nuestras acciones.

Se dice Credo.


Oración de los fieles

Oremos al Señor, nuestro Dios. Él está cerca de los que lo invocan.

- Por la Iglesia, para que sepa guardar y actualizar lo que ha recibido del Señor y prescindir de todo lo que impide o dificulta su misión en el mundo. Roguemos al Señor.

- Por los dirigentes de los países más pobres, para que promuevan la justicia social y eviten cualquier tentación de corrupción. Roguemos al Señor

- Por la juventud de nuestro tiempo, para que descubra los valores evangélicos que guíen su vida. Roguemos al Señor.

- Por nosotros, aquí reunidos, para que nuestro culto a Dios sea en espíritu y en verdad. Roguemos al Señor.

Escucha, Señor, la oración de tu pueblo, que te honra con los labios y desea honrarte con sincero corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor.


Oración sobre las ofrendas

Señor, que esta ofrenda santa nos alcance siempre tu bendición salvadora, para que perfeccione con tu poder lo que realiza en el sacramento. Por Jesucristo, nuestro Señor.


Antífona de la comunión Sal 30, 20

Qué bondad tan grande, Señor, reservas para los que te temen.

O bien: Mt 5, 9-10

Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.


Oración después de la comunión

Saciados con el pan de la mesa del cielo, te pedimos, Señor, que este alimento de la caridad fortalezca nuestros corazones y nos mueva a servirte en nuestros hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor.