JUEVES DE LA XX SEMANA DEL T. ORDINARIO, feria
o o SAN JUAN EUDES, presbítero (ml), o SAN EZEQUIEL MORENO DÍAZ, obispo, (ML)
PROGRAMA PARROQUIAL:
JUEVES, 19 DE AGOSTO
- Horario de la
parroquia: abierta de 10.00 h. a 13.30 h. y de 18.00 h. a 22.00 h.
- Horario de
despacho: de lunes a viernes, de 10.30 h. a 13.30 h y de 18.00 h. a 21.00 h.
- Rezo del Santo
Rosario (a las 20.00 h.) y Eucaristía del Jueves de la XX Semana del Tiempo
Ordinario (a las 20.30 h.).
Para ver la
transmisión en directo, pincha aquí
NOTICIAS DE ACTUALIDAD
SANTORAL
DE HOY
Otros santos de este día:
LITURGIA
DE HOY
Misa de feria
(verde) o de una de las memorias (blanco).
MISAL: para la feria cualquier formulario permitido (véase pág. 67,
n. 5) / para la memoria de san Juan E.: 1ª orac. prop. y el resto del común de
pastores (para un pastor) o de santos (para religiosos), o de un domingo del
T.O. / para la memoria de san Ezequiel M.: ants. y oracs. props.; Pf. común o
de la memoria.
LECC.: vol. III-impar.
- Jue 11, 29-39a. El primero que salga de la casa será para el
Señor y lo ofreceré en holocausto.
- Sal 39. R. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
- Mt 22, 1-14. A todos los que encontréis, llamadlos a la boda.
o bien: cf. vol. IV.
Liturgia de las Horas: oficio de feria o de una de las memorias.
Martirologio: elogs. del 20 de agosto, pág. 501.
CALENDARIOS: Religiosas del Buen Pastor y Unión de Nuestra Señora de la
Caridad: San Juan Eudes, presbítero (S). Reparadores: (MO).
Calahorra y La Calzada-Logroño y Agustinos: San Ezequiel Moreno,
obispo (MO).
O. Cist. y OCSO: Beato Guerrico de Igny, abad cisterciense (MO).
Tarragona-ciudad: San Magín, mártir (MO). Tarragona-diócesis: (ML).
Valencia y Familia Franciscana: San Luis de Tolosa, obispo (ML).
Benedictinos: San Bernardo Tolomei, abad (ML).
Dominicos: Beato Jordán de Pisa, presbítero (ML).
Antífona de entrada Cf. Lc 4, 18
El Espíritu del Señor está sobre mí,
porque él me ha ungido. Me ha enviado a evangelizar a los pobres y curar a los
contritos de corazón.
O bien: Cf. Eclo 45, 16
El Señor lo eligió como su sacerdote,
para ofrecer el sacrificio de alabanza.
Monición de entrada
Celebramos la memoria de san Juan Eudes, presbítero. Nació en Francia el
año 1601. Se dedicó durante muchos años a la predicación en las parroquias y
fundó después la Congregación de Jesús y María, para la formación de los
sacerdotes, y la Congregación de Nuestra Señora de la Caridad, de religiosas,
para fortalecer la vida cristiana de las mujeres arrepentidas. Fomentó de una
manera especial la devoción a los Sagrados Corazones de Jesús y de María, hasta
que murió piadosamente en el Señor el año 1680.
Oración colecta
Oh, Dios, que, para anunciar las insondables riquezas de Cristo,
elegiste al
presbítero san Juan Eudes,
concédenos, por su palabra y ejemplo,
crecer en tu
conocimiento y vivir fielmente a la luz del Evangelio.
Por nuestro Señor
Jesucristo.
O bien:
También conmemoramos hoy a san Ezequiel Moreno Díaz, obispo de Pasto
(Colombia), de la Orden de Agustinos Recoletos. Nació en Alfaro, La Rioja, el
año 1848. Dedicó toda su vida a anunciar el Evangelio, tanto en las islas
Filipinas como en América del Sur, y falleció en Monteagudo, Navarra, el año
1906.
Oración colecta
Oh, Dios, que nos ofreces en san Ezequiel, obispo,
un modelo de fidelidad al
Evangelio y un pastor
según el Corazón de tu Hijo,
concédenos, por su
intercesión,
que, viviendo con alegría nuestro testimonio cristiano,
estemos
plenamente dirigidos hacia ti
y nos consagremos al servicio de tu Iglesia.
Por
nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
El
primero que salga de la casa será para el Señor y lo ofreceré en holocausto
Lectura del libro de los Jueces (Jue 11, 29-39a)
EN AQUELLOS DÍAS, el espíritu del Señor vino sobre Jefté. Atra vesó
Galaad y Manasés, y cruzó a Mispá de Galaad, y de Mispá de Galaad pasó hacia
los amonitas. Entonces Jefté hizo un voto al Señor:
«Si entregas a los amonitas en mi mano, el primero que salga de las
puertas de mi casa a mi encuentro, cuando vuelva en paz de la campaña contra
los amonitas, será para el Señor Y lo ofreceré en holocausto».
Jefté pasó a luchar contra los amonitas, y el Señor los entregó en su
mano. Los batió, desde Aroer hasta Minit —veinte ciudades—, y hasta Abel
Queramín. Fue una gran derrota, y los amonitas quedaron sometidos a los hijos
de Israel.
Cuando Jefté llegó a su casa de Mispá, su hija salió a su encuentro con
adufes y danzas. Era su única hija. No tenía más hijos. Al verla, rasgó sus
vestiduras y exclamó:
«Ay, hija mía, me has destrozado por completo y has causado mi ruina! He
hecho una promesa al Señor y no puedo volverme atrás».
Ella le dijo:
«Padre mío, si has hecho una promesa al Señor, haz conmigo según lo
prometido, ya que el Señor te ha concedido el desquite de tus enemigos
amonitas».
Y le pidió a su padre:
«Concédeme esto: déjame libre dos meses, para ir vagando por los montes y
llorar mi virginidad con mis compañeras».
Él le dijo:
«Vete».
Y la dejó ir dos meses. Ella marchó con sus compañeras y lloró su
virginidad por los montes.
Al cabo de dos meses volvió donde estaba su padre, que hizo con ella
según el voto que había pronunciado
Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL (Sal 39, 5. 7-8a. 8b-9. 10 [R.: cf. 8a y 9a])
R. Aquí
estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
V. Dichoso el hombre que ha puesto
su confianza en el Señor,
y no acude a los idólatras,
que se extravían con engaños.
R. Aquí
estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
V. Tú no quieres sacrificios ni ofrendas,
y, en cambio, me abriste el oído;
no pides holocaustos ni sacrificios expiatorios;
entonces yo digo: «Aquí estoy.»
R. Aquí
estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
V. «-Como está escrito en mi libro-
para hacer tu voluntad.
Dios mío, lo quiero,
y llevo tu ley en las entrañas».
R. Aquí
estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
V. He proclamado tu justicia
ante la gran asamblea;
no he cerrado los labios,
Señor, tú lo sabes.
R. Aquí
estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Aleluya Cf. Ps 94, 8
R. Aleluya,
aleluya, aleluya.
V. No endurezcáis hoy vuestro corazón; escuchad la voz del Señor. R.
EVANGELIO
A
todos los que encontréis, llamadlos a la boda
╬ Lectura del santo Evangelio según san Mateo (Mt 22, 1-14)
R. Gloria a ti, Señor.
EN AQUEL TIEMPO, Jesús volvió a hablar en parábolas a los sumos
sacerdotes y a los ancianos del pueblo, diciendo:
«El reino de los cielos se parece a un rey que celebraba la boda de su hijo;
mandó a sus criados para que llamaran a los convidados, pero no quisieron ir.
Volvió a mandar otros criados encargándoles que dijeran a los convidados:
“Tengo preparado el banquete, he matado terneros y reses cebadas y todo
está a punto. Venid a la boda”.
Pero ellos no hicieron caso; uno se marchó a sus tierras, otro a sus
negocios, los demás agarraron a los criados y los maltrataron y los mataron.
El rey montó en cólera, envió sus tropas, que acabaron con aquellos
asesinos y prendieron fuego a la ciudad. Luego dijo a sus criados:
“La boda está preparada, pero los convidados no se la merecían. Id ahora
a los cruces de los caminos y a todos los que encontréis, llamadlos a la boda”.
Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron,
malos y buenos. La sala del banquete se llenó de comensales. Cuando el rey
entró a saludar a los comensales, reparó en uno que no llevaba traje de fiesta
y le dijo:
“Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin el vestido de boda?”.
El otro no abrió la boca.
Entonces el rey dijo a los servidores:
“Atadlo de pies y manos y arrojadlo fuera, a las tinieblas. Allí será el
llanto y el rechinar de dientes”.
Porque muchos son los llamados, pero pocos los elegidos».
Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Papa Francisco, Ángelus
12-octubre-2014
La bondad de Dios no tiene fronteras y no discrimina a nadie: por eso el
banquete de los dones del Señor es universal, para todos. A todos se les da la
posibilidad de responder a su invitación, a su llamada; nadie tiene el derecho
de sentirse privilegiado o exigir una exclusiva. Todo esto nos induce a vencer
la costumbre de situarnos cómodamente en el centro, como hacían los jefes de
los sacerdotes y los fariseos. Esto no se debe hacer; debemos abrirnos a las
periferias, reconociendo que también quien está al margen, incluso ese que es
rechazado y despreciado por la sociedad es objeto de la generosidad de Dios.
Todos estamos llamados a no reducir el Reino de Dios a las fronteras de la
"iglesita" –nuestra "pequeña iglesita"– sino a dilatar la
Iglesia a las dimensiones del Reino de Dios. Solamente hay una condición:
vestir el traje de bodas, es decir, testimoniar la caridad hacia Dios y el
prójimo.
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