01 de noviembre - TODOS LOS SANTOS, SOLEMNIDAD

 

    

LUNES 01 DE NOVIEMBRE - TODOS LOS SANTOS, SOLEMNIDAD

 


PROGRAMA PARROQUIAL:
DOMINGO, 01 DE NOVIEMBRE

- Horario de la parroquia: abierta de 10.00 h. a 13.30 h. y de 17.00 h. a 21.30 h.

- Eucaristía de la Solemnidad de Todos los Santos (a las 11.00 h.).

- Eucaristía de la Solemnidad de Todos los Santos, en la Capilla de San Sebastián (a las 17.00 h.).

- Rezo del Santo Rosario (a las 19.00 h.) y Eucaristía II Vísperas de la Solemnidad de Todos los Santo (a las 19.30 h.) 

Para ver la transmisión en directo, pincha aquí

 


 NOTICIAS DE ACTUALIDAD


Anuncio de Catequesis
para jóvenes y adultos:
Lunes y Jueves, a las 20.30h  (desde el lunes, 18 oct)



Portada

Entona el «mea culpa» por un error suyo sobre el general Gorostieta que la película recoge

Seis errores comunes sobre la Cristiada y sus consecuencias, aclarados por el historiador Jean Meyer

Jorge Gutiérrez Berlinches analiza «La trampa del sexo digital»

Cinco formas en que las redes sociales y los videojuegos preparan el terreno a la pornoadicción

Patsy Baker ya tiene 4 años y la familia lo agradece al beato Michael McGivney

Bebé «incompatible con la vida»... pero huyendo del aborto, los padres lo fiaron todo a la oración

Vídeos

  Todo cambia si la Iglesia actúa

  Las señales que Dios nos deja

  Francisco-Biden, las imágenes

  Monjas jóvenes y un estilo medieval

  La capilla del éxtasis de Santa Teresa

Otras noticias

  Los mártires de Tortosa «no buscaban el martirio, pero cuando llegó el momento no lo rehuyeron»

  Biden dice que el Papa le dijo que es «un buen católico» y puede seguir recibiendo la comunión

  La Defensora del Pueblo boliviana asume haber vandalizado la sede de la conferencia episcopal

Opinión

  España, Monarquía Católica , por Germán Masserdotti

Blogs

  Hoy el reto del amor es que cojas tu Rosario y lo reces por la calle , por El Reto Del Amor

  El importante. Comentario para Matrimonios: Lucas 14, 1.7-11 , por ProyectoAmorConyugal.es

  ¡2.050 santos y beatos de la persecución religiosa! , por Victor in vínculis


SANTORAL DE HOY

Elogio: Solemnidad de Todos los Santos que están con Cristo en la gloria. En el gozo único de esta festividad, la Iglesia Santa, todavía peregrina en la tierra, celebra la memoria de aquellos cuya compañía alegra los cielos, recibiendo así el estímulo de su ejemplo, la dicha de su patrocinio y, un día, la corona del triunfo en la visión eterna de la divina Majestad.

Otros santos de este día:

   San Cesáreo, mártir  

En Tarracina, en la costa del Lacio, san Cesáreo, mártir.

   San Benigno de Dijón, presbítero y mártir (2 coms.)  

En Dijón, en la Galia Lugdunense, san Benigno, venerado como presbítero y mártir.

   San Austremonio de Auvernia, obispo  

En Auvernia, de Aquitania, san Austremonio, obispo, que, según la tradición, predicó en esta ciudad la palabra de la salvación.

   San Marcelo de París, obispo  

En París, en la Galia Lugdunense, san Marcelo, obispo.

   San Rómulo, abad y presbítero

En el territorio de Bourges, en Aquitania, san Rómulo, presbítero y abad.

   San Severino, monje

En Tívoli, en el Lacio, san Severino, monje.

   San Magno de Milán, obispo

En Milán, de la Lombardía, san Magno, obispo.

   San Vigor de Bayeux, obispo  

En Bayeux, en la Galia Lugdunense, san Vigor, obispo, discípulo de san Vedasto.

   San Licinio de Angers, obispo

En Angers, en Neustria, san Licinio, obispo, a quien el papa san Gregorio I Magno encomendó los monjes que se dirigían a Inglaterra.

   San Maturino, presbítero  

En Larchant, ciudad del Gatinais Aquitano, san Maturino, presbítero.

   San Audomaro de Thérouanne, monje y obispo  

En el territorio de Théouranne, en Flandes, san Audomaro, que, siendo discípulo de san Eustasio, abad de Luxeuil, fue elegido obispo de los Marinos y renovó allí la fe cristiana.

   Beato Rainiero Aretino, religioso  

En Borgo Sansepolcro, lugar de Umbría, beato Rainiero Aretino, de la Orden de los Hermanos Menores, que brilló por su humildad, pobreza y paciencia.

   Beatos Pedro Pablo Navarro, Dionisio Fujishima, Pedro Onizuka Sandayu y Clemente Kyuemon, mártires  

En Shimabara, lugar de Japón, beatos Pedro Pablo Navarro, presbítero, Dionisio Fujishima y Pedro Onizuka Sandayu, religiosos de la Orden de la Compañía de Jesús, y Clemente Kyuemon, mártires, que fueron sometidos al tormento del fuego por quienes odiaban la fe.

   Santos Jerónimo Hermosilla, Valentín de Berriochoa y Pedro Almató Ribeira, mártires  

En la ciudad de Hai Duong, en Tonquín, santos mártires Jerónimo Hermosilla y Valentín de Berriochoa, obispos, y Pedro Almató Ribeira, presbítero de la Orden de Predicadores, que fueron decapitados por orden del emperador Tu Duc.

   Beato Eudald d´Igualada, religioso y mártir

En La Pobla de Claramunt, Barcelona, beato Eudald d'Igualada (Lluís Estruch Vives), capuchino mártir en la persecución religiosa durante la Guerra Civil.

   Beato Ruperto Mayer, religioso presbítero  

En Munich, en la región de Baviera, en Alemania, beato Ruperto Mayer, presbítero de la Orden de la Compañía de Jesús, que fue celosísimo maestro de los fieles, ayuda para los pobres y obreros, y predicador de la palabra de Dios. Sufrió persecución bajo el nefasto régimen nazi, durante el cual le deportaron primero a un campo de concentración y después fue recluido en un monasterio, totalmente incomunicado con sus fieles.

   Beato Teodoro Jorge Romzsa, obispo y mártir  

En la ciudad de Mukacevo, en Ucrania, beato Teodoro Jorge Romzsa, obispo y mártir, que, por mantener su fidelidad infatigable a la Iglesia en tiempo de persecución de la fe, mereció alcanzar la palma gloriosa.


LITURGIA DE HOY

Solemnidad de Todos los Santos, que están con Cristo en la gloria. En el gozo único de esta festividad, la Iglesia Santa, todavía peregrina en la tierra, celebra la memoria de aquellos cuya compañía alegra los cielos, recibiendo así el estímulo de su ejemplo, la dicha de su patrocinio y, un día, la corona del triunfo en la visión eterna de la divina Majestad (elog. del Martirologio Romano).


Misa de la solemnidad (blanco).
MISAL: ants. y oracs. props., Gl., Cr., Pf. prop. No se puede decir la PE IV.
LECC.: vol. IV.
- Ap 7, 2-4. 9-14. Vi una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de todas las naciones, razas, pueblos y lenguas.
- Sal 23. R. Esta es la generación que busca tu rostro, Señor.
- 1 Jn 3, 1-3. Veremos a Dios tal cual es.
- Mt 5, 1-12a. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo.

Todos estamos llamados a la santidad cristiana. Esta es la plenitud de la vida cristiana y la perfección de la caridad, y se realiza en la unión íntima con Cristo y, en él, con la Santísima Trinidad. El camino de santificación del cristiano, que pasa por la cruz, tendrá su cumplimiento en la resurrección final de los justos, cuando Dios sea todo en todos (CEC, Compendio, 428). Los santos, habiendo alcanzado la salvación eterna, cantan la perfecta alabanza a Dios en el cielo e interceden por nosotros. Al celebrar la fiesta de los santos, la Iglesia proclama el Misterio pascual cumplido en ellos, propone a los fieles sus ejemplos, los cuales atraen a todos por Cristo al Padre, y por los méritos de estos implora los beneficios divinos (cf. SC 104).

Liturgia de las Horas: oficio de la solemnidad. Te Deum. Comp. Dom. II.

Martirologio: elogs. del 2 de noviembre, pág. 645.

Indulgencia: A los fieles que visiten devotamente el cementerio u oren solo mentalmente por los difuntos se les concede la indulgencia plenaria (aplicable solamente a las almas del purgatorio) en cada uno de los días del 1 al 8 de noviembre, e indulgencia parcial en los demás días del año.


En el día de la conmemoración de los fieles difuntos (o, con el consentimiento del Ordinario, en el domingo anterior o posterior, o en la solemnidad de Todos los Santos), en todas las iglesias y oratorios se puede lucrar de indulgencia plenaria.

Antífona de entrada

Alegrémonos todos en el Señor al celebrar este día de fiesta en honor de todos los santos. Los ángeles se alegran de esta solemnidad y alaban a una al Hijo de Dios.

 

Monición de entrada

Hoy es la solemnidad de Todos los Santos, que están con Cristo en la gloria. En el gozo único de esta festividad, la Iglesia santa, todavía peregrina en la tierra, celebra la memoria de aquellos que nos estimulan con su ejemplo, nos ayudan con su intercesión y mantienen nuestra esperanza de participar con ellos de su misma vida en Cristo.

Acto penitencial

Reconocemos nuestros pecados ante Dios y los demás, e invocamos a la Virgen María y a todos los santos, para que intercedan por nosotros:
- Tú eres el Santo de Dios: Señor, ten piedad.
R. Señor, ten piedad.
- Tú nos llamas a la santidad: Cristo, ten piedad.
R. Cristo, ten piedad.
- Tú eres la recompensa de todos los santos: Señor, ten piedad.
R. Señor, ten piedad. 

Se dice Gloria.

 

Oración colecta

Dios todopoderoso y eterno,
que nos has otorgado venerar en una misma celebración
los méritos de todos los santos,
concédenos, por esta multitud de intercesores,
la deseada abundancia de tu misericordia.
Por nuestro Señor Jesucristo.

 

PRIMERA LECTURA
Vi una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de todas las naciones, razas, pueblos y lenguas

Lectura del libro del Apocalipsis (Ap 7, 2-4. 9-14)

YO, JUAN, vi a otro ángel que subía del oriente llevando el sello del Dios vivo. Gritó con voz potente a los cuatro ángeles encargados de dañar a la tierra y al mar diciéndoles:

«No dañéis a la tierra ni al mar ni a los árboles hasta que sellemos en la frente a los siervos de nuestro Dios».

Oí también el número de los sellados, ciento cuarenta y cuatro mil, de todas las tribus de Israel.

Después de esto vi una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de todas las naciones, razas, pueblos y lenguas, de pie delante del trono y delante del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos. Y gritan con voz potente:

«¡La victoria es de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero!».

Y todos los ángeles que estaban de pie alrededor del trono y de los ancianos y de los cuatro vivientes cayeron rostro a tierra ante el trono, y adoraron a Dios, diciendo:

«Amén. La alabanza y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y el honor y el poder y la fuerza son de nuestro Dios, por los siglos de los siglos. Amén».

Y uno de los ancianos me dijo:

«Estos que están vestidos con vestiduras blancas, ¿quiénes son y de dónde han venido?».

Yo le respondí:

«Señor mío, tú lo sabrás».

Él me respondió:

«Estos son los que vienen de la gran tribulación: han lavado y blanqueado sus vestiduras en la sangre del Cordero».

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

 

SALMO RESPONSORIAL (Sal 23, 1-2. 3-4ab. 5-6 [R.: cf. 6])

R. Esta es la generación que busca tu rostro, Señor.

V. Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos.

R. Esta es la generación que busca tu rostro, Señor.

V. ¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes y puro corazón,
que no confía en los ídolos.

R. Esta es la generación que busca tu rostro, Señor.

V. Ese recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Este es el grupo que busca al Señor,
que busca tu rostro, Dios de Jacob.

R. Esta es la generación que busca tu rostro, Señor.

 

SEGUNDA LECTURA
Veremos a Dios tal cual es

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (1 Jn 3, 1-3)

QUERIDOS HERMANOS:

Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos! El mundo no nos conoce porque no lo conoció a él.

Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es.

Todo el que tiene esta esperanza en él se purifica a sí mismo, como él es puro.

 

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

 

Aleluya Mt 11, 28

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados -dice el Señor-, y yo os aliviaré. R

 

EVANGELIO 
Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo

╬ Lectura del santo Evangelio según san Mateo (
Mt 5, 1-12a)
R. Gloria a ti, Señor.

EN AQUEL TIEMPO, al ver Jesús el gentío, subió al monte, se sentó y se acercaron sus discípulos; y, abriendo su boca, les enseñaba diciendo:

«Bienaventurados los pobres en el espíritu,

porque de ellos es el reino de los cielos.

Bienaventurados los mansos,

porque ellos heredarán la tierra.

Bienaventurados los que lloran,

porque ellos serán consolados.

Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia,

porque ellos quedarán saciados.

Bienaventurados los misericordiosos,

porque ellos alcanzarán misericordia.

Bienaventurados los limpios de corazón,

porque ellos verán a Dios.

Bienaventurados los que trabajan por la paz,

porque ellos serán llamados hijos de Dios.

Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia,

porque de ellos es el reino de los cielos.

Bienaventurados vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo»

 
Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.


SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS
PAPA FRANCISCO
ÁNGELUS. Plaza de San Pedro. Domingo, 1 de noviembre de 2020

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
En esta solemne fiesta de Todos los Santos, la Iglesia nos invita a reflexionar sobre la gran esperanza, la gran esperanza que se funda en la Resurrección de Cristo: Cristo ha resucitado y también nosotros estaremos con Él. Los santos y los beatos son los testigos más autorizados de la esperanza cristiana, porque la han vivido plenamente en su existencia, entre alegrías y sufrimientos, poniendo en práctica las Bienaventuranzas que Jesús predicó y que hoy resuenan en la liturgia (cf. Mt 5,1-12a). Las Bienaventuranzas evangélicas son, en efecto, el camino de la santidad. Me refiero ahora a dos Bienaventuranzas, la segunda y la tercera.
La segunda es esta: "Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados" (v. 4). Parecen palabras contradictorias, porque el llanto no es un signo de alegría y felicidad. Motivos de llanto y de sufrimiento son la muerte, la enfermedad, las adversidades morales, el pecado y los errores: simplemente la vida cotidiana, frágil, débil y marcada por las dificultades. Una vida a veces herida y probada por la ingratitud y la incomprensión. Jesús proclama bienaventurados a los que lloran por estas situaciones y, a pesar de todo, confían en el Señor y se ponen a su sombra. No son indiferentes ni tampoco endurecen sus corazones en el dolor, sino que esperan con paciencia en el consuelo de Dios. Y ese consuelo lo experimentan ya en esta vida.
En la tercera Bienaventuranza Jesús afirma: "Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra" (v. 5). Hermanos y hermanas ¡la mansedumbre! La mansedumbre es característica de Jesús, que dice de sí mismo: «Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón» (Mt 11, 29). Mansos son aquellos que tienen dominio de sí, que dejan sitio al otro, que lo escuchan y lo respetan en su forma de vivir, en sus necesidades y en sus demandas. No pretenden someterlo ni menospreciarlo, no quieren sobresalir y dominarlo todo, ni imponer sus ideas e intereses en detrimento de los demás. Estas personas, que la mentalidad mundana no aprecia, son en cambio preciosas a los ojos de Dios, que les da en herencia la tierra prometida, es decir, la vida eterna. También esta bienaventuranza comienza aquí abajo y se cumplirá en el Cielo, en Cristo. La mansedumbre. En este momento de la vida, también mundial, donde hay tanta agresividad...Y también en la vida cotidiana, lo primero que sale de nosotros es la agresión, la defensa. Necesitamos mansedumbre para avanzar en el camino de la santidad. Escuchar, respetar, no agredir: mansedumbre.
Queridos hermanos y hermanas, elegir la pureza, la mansedumbre y la misericordia; elegir confiarse al Señor en la pobreza de espíritu y en la aflicción; esforzarse por la justicia y la paz, todo esto significa ir a contracorriente de la mentalidad de este mundo, de la cultura de la posesión, de la diversión sin sentido, de la arrogancia hacia los más débiles. Los santos y los beatos han seguido este camino evangélico. La solemnidad de hoy, que celebra a Todos los Santos, nos recuerda la vocación personal y universal a la santidad, y nos propone los modelos seguros de este camino, que cada uno recorre de manera única, de manera irrepetible. Basta pensar en la inagotable variedad de dones e historias concretas que se dan entre los santos y las santas: no son iguales, cada uno tiene su personalidad y ha desarrollado su vida en la santidad según su propia personalidad y cada uno de nosotros puede hacerlo, ir por ese camino. Mansedumbre, mansedumbre por favor e iremos a la santidad.
Esta inmensa familia de fieles discípulos de Cristo tiene una madre, la Virgen María. Nosotros la veneramos con el título de Reina de todos los Santos, pero es sobre todo la Madre, que enseña a cada uno a acoger y seguir a su Hijo. Que nos ayude a alimentar el deseo de santidad recorriendo el camino de las Bienaventuranzas.


31 de octubre - DOMINGO XXXI DEL TIEMPO ORDINARIO

 

    

DOMINGO XXXI DEL TIEMPO ORDINARIO

 


PROGRAMA PARROQUIAL:
DOMINGO, 31 DE OCTUBRE

- Horario de la parroquia: abierta de 10.00 h. a 13.30 h. y de 18.00 h. a 21.30 h.

- Eucaristía del Domingo de la XXXI Semana del Tiempo Ordinario (a las 11.00 h.).



¡¡LA MISA DE LA TARDE YA ES
DE LA SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS!!

- Rezo del Santo Rosario (a las 19.00 h.) y Eucaristía I Vísperas de la Solemnidad deTodos los Santo (a las 19.30 h.).

Para ver la transmisión en directo, pincha aquí

 


 NOTICIAS DE ACTUALIDAD


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Lunes y Jueves, a las 20.30h  (desde el lunes, 18 oct)



Portada

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  Los mártires de Tortosa «no buscaban el martirio, pero cuando llegó el momento no lo rehuyeron»

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  Hoy el reto del amor es que cojas tu Rosario y lo reces por la calle , por El Reto Del Amor

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SANTORAL DE HOY

Elogio: En la ciudad de Palma, en la isla de Mallorca, en España, san Alonso Rodríguez, que al perder a su esposa e hijos entró como religioso en la Orden de la Compañía de Jesús y estuvo como portero del colegio de aquella ciudad durante largos años, mostrando una gran humildad, obediencia y constancia en una vida penitente.

Patronazgos: patrono de la isla de Mallorca y de la ciudad de Palma.

Refieren a este santo: Beata Humiliana.

Otros santos de este día:

   San Epímaco de Pelusio, mártir

En Alejandría de Egipto, san Epímaco de Pelusio, mártir, del cual cuenta la tradición que en tiempo de persecución bajo el emperador Decio, al ver cómo el prefecto obligaba a los cristianos a ofrecer sacrificios a los ídolos, intentó destruir el ara, a causa de lo cual fue inmediatamente detenido, torturado y decapitado.

   San Quintín, mártir  

Cerca de la ciudad de Vermand, en la Galia Bélgica, san Quintín, mártir, del orden senatorial, que padeció por Cristo en tiempo del emperador Maximiano.

   San Foilán, abad  

En Fosses, en el territorio de Brabante, en Austrasia, san Foilán, presbítero y abad, el cual, nacido en Hibernia y hermano y compañero de san Furseo, fue siempre fiel a la disciplina monástica de su patria, fundó monasterios dobles de monjes y monjas en Fosses y en Nivelles, y en un viaje entre estos dos cayó en manos de malhechores, que lo asesinaron.

   San Antonino de Milán, obispo

En Milán, de la Lombardía, san Antonino, obispo, que trabajó esforzadamente para acabar con la herejía arriana de los lombardos.

   San Wolfgango de Ratisbona, monje y obispo  

En Ratisbona, en el territorio de Baviera, san Wolfgango, obispo, que, después de ser maestro de escuela y haber profesado como monje, fue elevado a la sede episcopal, desde donde reinstauró la disciplina del clero, y mientras visitaba la región de Pupping descansó en el Señor.

   Beato Cristóbal de Romagna, religioso presbítero  

En Cahors, lugar de Aquitania, beato Cristóbal de Romagna, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, que, enviado por san Francisco, después de muchos trabajos en favor de las almas murió ya centenario.

   Beato Tomás de Florencia Bellaci, religioso  

En Rieti, en la Sabina, beato Tomás de Florencia Bellaci, religioso de la Orden de los Hermanos Menores, que, enviado a Tierra Santa y Etiopía, a causa de Cristo sufrió cautividad y pruebas de toda clase por parte de los infieles, y, habiendo vuelto a su patria, casi centenario descansó en paz.

   Beato Domingo Collins, religioso y mártir  

En Youghall, cerca de Cork, en Irlanda, beato Domingo Collins, religioso de la Orden de la Compañía de Jesús y mártir. el cual, encarcelado largo tiempo mientras padecía interrogatorios y torturas, confesó constantemente su fe católica, y consumó su martirio al ser ahorcado.

   Beata Irene Stefani, virgen  

En Gikondi, diócesis de Nyeri, Kenya, beata Irene Stefani, virgen profesa del Instituto de las Hermanas Misioneras de la Consolata, que entregó su vida al servicio de las víctimas de la peste, como oblación por las misiones.

   Beato León Nowakowski, presbítero y mártir  

En la localidad de Piotrkow Kujawski, en Polonia, beato León Nowakowski, presbítero y mártir, que, durante la ocupación militar de Polonia, por su fe fue fusilado a manos de un régimen contrario a Dios.

   Beato Timoteu de Palafrugell, presbítero y mártir

En Olot, Girona, beato Timoteu de Palafrugell (Jesús Miquel Girbau), presbítero, capuchino mártir en la persecución religiosa durante la Guerra Civil.

   Beato Gjon Pantalia, religioso y mártir

En Shkodrë, Albania, beato Gjon Pantalia, religioso profeso de la Compañía de Jesús, y mártir.


LITURGIA DE HOY


(Hasta la hora nona)

Misa del Domingo (verde).
MISAL: ants. y oracs. props., Gl., Cr., Pf. dominical.
LECC.: vol. I (B).
- Dt 6, 2-6.
 Escucha Israel: Amarás al Señor con todo tu corazón.
- Sal 17. R. Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza.
- Heb 7, 23-28. Como permanece para siempre, tiene el sacerdocio que no pasa.
- Mc 12, 28b-34. Amarás al Señor, tu Dios. Amarás a tu prójimo.

El amor a Dios y al prójimo es el mensaje fundamental de este domingo. Así, en la 1 lect.: «Amarás, pues, al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas». Y en el Ev., Jesús añade: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo». Esta es la base de la moral cristiana, pues todos los demás mandamientos son formas concretas de ese amor a Dios y al prójimo. Además, esta es la base del auténtico culto a Dios: ese amor vale más que todos los holocaustos y sacrificios. La eucaristía es el sacramento del amor de Cristo que entregó su cuerpo y derramó su sangre para nuestra salvación. Así, ejerce su sacerdocio que no pasa, ofreciéndose en sacrificio de una vez para siempre (2 lect.).

Liturgia de las Horas: oficio dominical. Te Deum. Comp. Dom. II.

Martirologio: elogs. del 1 de noviembre, pág. 643.
CALENDARIOS: Paúles: Dedicación de las iglesias en que se ignora su día (S).
Cartujos: Vigilia de Todos los Santos (misa propia).
Madrid: Aniversario de la ordenación episcopal del cardenal Antonio María Rouco Varela, arzobispo, emérito (1976).

Antífona de entrada Sal 37, 22-23
No me abandones, Señor, Dios mío, no te quedes lejos; ven aprisa a socorrerme, Señor mío, mi salvación.


Monición de entrada

La palabra de Dios en este domingo nos recuerda que el primer mandamiento es agradar a Dios con nuestra vida, amarlo con corazón sincero, viviendo constantemente en su presencia. Este amor a Dios se ha de verificar en el amor que profesamos a todos. La eucaristía que vamos a celebrar nos sumerge en el misterio del amor de Dios y nos enseña a cumplir el mandamiento.


Acto penitencial

- Tú eres la imagen viva de Dios amor: Señor, ten piedad.
R. Señor, ten piedad.
- Tú nos has amado hasta el extremo: Cristo, ten piedad.
R. Cristo, ten piedad.
- Tú entregaste tu vida por nosotros, tus amigos: Señor, ten piedad.
R. Señor, ten piedad.

Se dice Gloria.


Oración colecta

Dios de poder y misericordia,
de quien procede el que tus fieles te sirvan digna y meritoriamente,
concédenos avanzar sin obstáculos hacia los bienes que nos prometes.
Por nuestro Señor Jesucristo.


PRIMERA LECTURA 
Escucha Israel: Amarás al Señor con todo tu corazón

Lectura del libro del Deuteronomio (Dt 6, 2-6)

MOISÉS habló al pueblo diciendo:
«Teme al Señor, tu Dios, tú, tus hijos y nietos, y observa todos sus mandatos y preceptos, que yo te mando, todos los días de tu vida, a fin de que se prolonguen tus días. Escucha, pues, Israel, y esmérate en practicarlos, a fin de que te vaya bien y te multipliques, como te prometió el Señor, Dios de tus padres, en la tierra que mana leche y miel.
Escucha, Israel: El Señor es nuestro Dios, el Señor es uno solo. Amarás, pues, al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas.
Estas palabras que yo te mando hoy estarán en tu corazón».

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.


SALMO RESPONSORIAL Sal 171 2-3a. 3bc-4. 47 y 51ab (R.: 2)

R. Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza.

V. Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza;
Señor, mi roca, mi alcázar, mi libertador.

R. Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza.

V. Dios mío, peña mía, refugio mío,
escudo mío, mi fuerza salvadora, mi baluarte.
Invoco al Señor de mi alabanza
y quedo libre de mis enemigos.

R. Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza.

V. Viva el Señor, bendita sea mi Roca,
sea ensalzado mi Dios y Salvador:
Tú diste gran victoria a tu rey,
tuviste misericordia de tu ungido.

R. Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza.


SEGUNDA LECTURA
Como permanece para siempre, tiene el sacerdocio que no pasa

Lectura de la carta a los Hebreos (Hb 7,23-28)

HERMANOS:
Ha habido multitud de sacerdotes de la anterior Alianza, porque la muerte les impedía permanecer; en cambio, Jesús, como permanece para siempre, tiene el sacerdocio que no pasa. De ahí que puede salvar definitivamente a los que se acercan a Dios por medio de él, pues vive siempre para interceder a favor de ellos.
Y tal convenía que fuese nuestro sumo sacerdote: santo, inocente, sin mancha, separado de los pecadores y encumbrado sobre el cielo.
Él no necesita ofrecer sacrificios cada día como los sumos sacerdotes, que ofrecían primero por los propios pecados, después por los del pueblo, porque lo hizo de una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo.
En efecto, la ley hace sumos sacerdotes a hombres llenos de debilidades. En cambio, la palabra del juramento, posterior a la ley, consagra al Hijo, perfecto para siempre.

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

Aleluya Cf. Jn 14, 23
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. El que me ama guardará mi palabra –dice el Señor–, y mi Padre lo amará, y vendremos a él. R.


EVANGELIO
Amarás al Señor, tu Dios. Amarás a tu prójimo

╬ Lectura del santo Evangelio según san Marcos (Mc 12, 28b-34)
R. Gloria a ti, Señor.

EN AQUEL TIEMPO, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó:
«¿Qué mandamiento es el primero de todos?».
Respondió Jesús:
«El primero es: “Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser”. El segundo es este: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. No hay mandamiento mayor que estos».
El escriba replicó:
«Muy bien, Maestro, sin duda tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios».
Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo:
«No estás lejos del reino de Dios».
Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor.


Del Papa Francisco
ÁNGELUS. 4 de noviembre de 2018

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
En el centro del Evangelio de este domingo (cf. Marcos 12, 28b-34), está el mandamiento del amor: amor a Dios y amor al prójimo. Un escriba preguntó a Jesús: «¿Cuál es el primero de todos los mandamientos?» (v. 28). Él responde citando la profesión de fe con la que cada israelita abre y cierra su día y que empieza con las palabras «Escucha, Israel. Yahveh nuestro Dios es el único Yahveh» (Deuteronomio 6, 4). De este modo Israel custodia su fe en la realidad fundamental de todo su credo: existe un solo Señor y ese Señor es «nuestro» en el sentido de que está vinculado a nosotros con un pacto indisoluble, nos ha amado, nos ama y nos amará por siempre. De esta fuente, de este amor de Dios, se deriva para nosotros el doble mandamiento: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas […] Amarás a tu prójimo como a ti mismo» (vv. 30-31).
Eligiendo estas dos Palabras dirigidas por Dios a su pueblo y poniéndolas juntas, Jesús enseñó una vez para siempre que el amor por Dios y el amor por el prójimo son inseparables, es más, se sustentan el uno al otro. Incluso si se colocan en secuencia, son las dos caras de una única moneda: vividos juntos son la verdadera fuerza del creyente,
Amar a Dios es vivir de Él y para Él, por aquello que Él es y por lo que Él hace. Y nuestro Dios es donación sin reservas, es perdón sin límites, es relación que promueve y hace crecer. Por eso, amar a Dios quiere decir invertir cada día nuestras energías para ser sus colaboradores en el servicio sin reservas a nuestro prójimo, en buscar perdonar sin límites y en cultivar relaciones de comunión y de fraternidad. El evangelista Marcos no se preocupa en especificar quién es el prójimo porque el prójimo es la persona que encuentro en el camino, durante mi jornada. No se trata de preseleccionar a mi prójimo, eso no es cristiano. Pienso que mi prójimo es aquel que he preseleccionado: no, esto no es cristiano, es pagano. Se trata de tener ojos para verlo y corazón para querer su bien. Si nos ejercitamos para ver con la mirada de Jesús, podremos estar siempre a la escucha y cerca de quien tiene necesidad. Las necesidades del prójimo reclaman ciertamente respuestas eficaces, pero primero exigen compartir.
Con una imagen podemos decir que el hambriento necesita no solo un plato de comida sino también una sonrisa, ser escuchado y también una oración, tal vez hecha juntos. El Evangelio de hoy nos invita a todos nosotros a proyectarse no solo hacia las urgencias de los hermanos más pobres, sino sobre todo a estar atentos a su necesidad de cercanía fraterna, de sentido de la vida, de ternura. Esto interpela a nuestras comunidades cristianas: se trata de evitar el riesgo de ser comunidades que viven de muchas iniciativas pero de pocas relaciones; el riesgo de comunidades «estaciones de servicio», pero de poca compañía en el sentido pleno y cristiano de este término.
Dios, que es amor, nos ha creado por amor y para que podamos amar a los otros permaneciendo unidos a Él. Sería ilusorio pretender amar al prójimo sin amar a Dios y sería también ilusorio pretender amar a Dios sin amar al prójimo. Las dos dimensiones, por Dios y por el prójimo, en su unidad caracterizan al discípulo de Cristo. Que la Virgen María nos ayude a acoger y testimoniar en la vida de todos los días esta luminosa enseñanza.

 

Del Papa Benedicto XVI
ÁNGELUS, Domingo 4 de noviembre de 2012

Queridos hermanos y hermanas:
El Evangelio de este domingo (Mc 12, 28-34) nos vuelve a proponer la enseñanza de Jesús sobre el mandamiento más grande: el mandamiento del amor, que es doble: amar a Dios y amar al prójimo. Los santos, a quienes hace poco hemos celebrado todos juntos en una única fiesta solemne, son justamente los que, confiando en la gracia de Dios, buscan vivir según esta ley fundamental. En efecto, el mandamiento del amor lo puede poner en práctica plenamente quien vive en una relación profunda con Dios, precisamente como el niño se hace capaz de amar a partir de una buena relación con la madre y el padre. San Juan de Ávila, a quien hace poco proclamé Doctor de la Iglesia, escribe al inicio de su Tratado del amor de Dios: "La causa que más mueve al corazón con el amor de Dios es considerar el amor que nos tiene este Señor... –dice–. Más mueve al corazón el amor que los beneficios; porque el que hace a otro beneficio, dale algo de lo que tiene: más el que ama da a sí mismo con lo que tiene, sin que le quede nada por dar" (n. 1). Antes que un mandato –el amor no es un mandato– es un don, una realidad que Dios nos hace conocer y experimentar, de forma que, como una semilla, pueda germinar también dentro de nosotros y desarrollarse en nuestra vida.
Si el amor de Dios ha echado raíces profundas en una persona, ésta es capaz de amar también a quien no lo merece, como precisamente hace Dios respecto a nosotros. El padre y la madre no aman a sus hijos sólo cuando lo merecen: les aman siempre, aunque naturalmente les señalan cuándo se equivocan. De Dios aprendemos a querer siempre y sólo el bien y jamás el mal. Aprendemos a mirar al otro no sólo con nuestros ojos, sino con la mirada de Dios, que es la mirada de Jesucristo. Una mirada que parte del corazón y no se queda en la superficie; va más allá de las apariencias y logra percibir las esperanzas más profundas del otro: esperanzas de ser escuchado, de una atención gratuita; en una palabra: de amor. Pero se da también el recorrido inverso: que abriéndome al otro tal como es, saliéndole al encuentro, haciéndome disponible, me abro también a conocer a Dios, a sentir que Él existe y es bueno. Amor a Dios y amor al prójimo son inseparables y se encuentran en relación recíproca. Jesús no inventó ni el uno ni el otro, sino que reveló que, en el fondo, son un único mandamiento, y lo hizo no sólo con la palabra, sino sobre todo con su testimonio: la persona misma de Jesús y todo su misterio encarnan la unidad del amor a Dios y al prójimo, como los dos brazos de la Cruz, vertical y horizontal. En la Eucaristía Él nos dona este doble amor, donándose Él mismo, a fin de que, alimentados de este Pan, nos amemos los unos a los otros como Él nos amó.
Queridos amigos: por intercesión de la Virgen María oremos para que cada cristiano sepa mostrar su fe en el único Dios verdadero con un testimonio límpido de amor al prójimo.

Se dice Credo.

Oración de los fieles

Oremos a Dios Padre, por Jesucristo, su Hijo, que vive para siempre para interceder a favor nuestro.
- Para que la Iglesia sea en medio del mundo comunidad de amor, llamada al amor. Roguemos al Señor.
- Para que los gobernantes y los que hacen las leyes procuren sobre todo el bien común. Roguemos al Señor.
- Para que los pobres, los parados y los hambrientos encuentren la debida acogida en todos nosotros. Roguemos al Señor.
- Para que comprendamos que no podemos amar a Dios, a quien no vemos, si no amamos al prójimo, a quien vemos. Roguemos al Señor.
Dios, Padre nuestro, enséñanos a amarte con todo el corazón, amando a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Por Jesucristo, nuestro Señor.


Oración sobre las ofrendas

Que este sacrificio, Señor, sea para ti una ofrenda pura
y, para nosotros, una efusión santa de tu misericordia.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

 
Antífona de la comunión Cf. Sal 15, 11
Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, Señor.

O bien: Cf. Jn 6, 58

El Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que me come vivirá por mí, dice el Señor.


Oración después de la comunión

Te pedimos, Señor, que aumente en nosotros la acción de tu poder,
para que, alimentados con estos sacramentos del cielo,
nos preparemos, por tu gracia, a recibir tus promesas.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

(Después de la hora nona:)

Misa vespertina de la solemnidad de Todos los Santos (blanco).
Liturgia de las Horas: I Vísp. del oficio de la solemnidad, Comp. Dom. I.