Elogio: En Nicomedia, de Bitinia, santos Luciano y Marciano, mártires, que en tiempo del emperador Decio, por orden del prefecto Sabino, fueron quemados vivos.
Patronazgos: protectores de los conversos y los poseídos.
En Cartago, conmemoración de san Rogaciano, presbítero, a quien, durante
la persecución bajo el emperador Decio, su obispo, san Cipriano, confió la
administración de la Iglesia de Cartago, y que junto con san Felicísimo padeció
torturas y cárceles por el nombre de Cristo.
San Amando de Estrasburgo, obispo (1
coms.)
En Argentorato, de Germania, san Amando, considerado como primer obispo
de esta sede.
San Rústico de Narbona, obispo
En Narbona, en el mediodía de la Galia, san Rústico, obispo, que deseoso
de abandonar su función para retirarse a una vida de silencio, convencido por
el papa san León I Magno y reconfortado, permaneció en el cargo y en el trabajo
que se le había confiado.
San Aptonio de Angulema, obispo
En Angulema, ciudad de Aquitania, san Aptonio, obispo.
San Ceda de Lastingham, obispo
En Lastingham, en Northumbria, san Ceda, hermano de san Ceada, ordenado
obispo de los sajones orientales por san Finano, distinguido por asentar los
cimientos de esta nueva Iglesia.
San Eata de Hexham, abad y obispo
En Hexham, también en Northumbria, san Eata, obispo, varón dulce y
sencillo, que rigió a la vez varios cenobios e iglesias, hasta que, al regresar
a Hexham, fue elegido obispo y abad, sin dejar de llevar una vida ascética.
San Sigebaldo de Metz, obispo
En Metz, ciudad de Austrasia, san Sigebaldo, obispo, fundador de diversos
monasterios.
San Witta de Bürberg, obispo
En el monasterio de Heresfeld, en Germania, sepultura de san Witta o
Albuino, primer obispo de Bürberg, el cual, oriundo de Inglaterra, fue llamado
por san Bonifacio y recibió el encargo de sembrar la simiente de la Palabra de
Dios en la región de Hesse.
San Beano de Mortlach, obispo
En Escocia, san Beano, obispo de Mortlach.
San Fulco de Pavia, obispo
En Pavia, en la Lombardia, san Fulco, obispo, el cual, de origen escocés,
fue varón pacífico, insigne por su trabajo y su caridad.
Beato Damián Furcheri, religioso
presbítero
En la ciudad de Reggio, en la Emilia, beato Damián Furcheri, presbítero
de la Orden de Predicadores, egregio proclamador del Evangelio.
Beato Buenaventura de Potenza, religioso
presbítero
En Ravello, cerca de Amalfi, en la Campania, beato Buenaventura de
Potenza, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores Conventuales, que se
distinguió por su obediencia y caridad.
Beata Celina Chludzinska, viuda y
fundadora
En Cracovia, Polonia, beata Celina Chludzinska, viuda de Borzecka,
fundadora de la congregación de Hermanas de la Resurrección de Nuestro Señor
Jesucristo, para la educación cristiana de las jóvenes y la renovación
religiosa y moral de la mujer.
Beato Josif Mihali, presbítero y mártir
En Maliq, Korçë, Albania, beato Josif Mihali, presbítero de la
administración apostólica de Albania Sur (rito greco-católico albano) y mártir.
LITURGIA DE HOY
Misade feria (verde).
MISAL:cualquier formulario permitido (véase pág. 67, n. 5), Pf.
común.
LECC.: vol. III-impar.
- Rom 8, 18-25. La creación, expectante, está aguardando la
manifestación de los hijos de Dios.
- Sal 125. R. El Señor ha estado grande con nosotros.
- Lc 13, 18-21.El grano creció y se hizo un árbol.
Liturgia de las Horas:oficio de feria.
Martirologio: elogs. del 27 de octubre, pág. 635.
CALENDARIOS: Familia Paulina: Jesús Divino Maestro (S).
Segovia:Santos Valentín y Engracia, mártires (MO).
Vic-ciudad: Santos Luciano y Marciano, mártires (ML).
Canónigos Regulares de Letrán: San Fulco, obispo (ML).
Dominicos: Beato Damián de Finalborgo, presbítero (ML).
OFM Conv.: Beato Buenaventura de Potenza, presbítero (ML).
Orden Premonstratense: San Gilberto, abad (ML).
Coria-Cáceres: Aniversario de la muerte de Mons. Jesús Domínguez
Gómez, obispo (1990).
Antífona de entradaCf. Jr 31, 3; 1Jn 2, 2
Con amor eterno nos amó Dios; envió a su
Hijo único como víctima de propiciación por nuestros pecados, no sólo por los
nuestros, sino también por los del mundo entero.
O bien: Sal 88, 2
Cantaré eternamente las misericordias del Señor,
anunciaré tu fidelidad por todas las edades.
Monición de entrada
Dios se nos ha revelado como un Padre misericordioso a lo largo de la
historia de la salvación. Esa revelación alcanza su plenitud en Cristo, el
rostro de la misericordia de Dios, que, siendo nosotros pecadores, entregó su
vida por nosotros. Su Espíritu de amor, derramado en nuestros corazones, nos
llama a ser misericordiosos como el Padre es misericordioso. En la eucaristía
que vamos a celebrar se nos hace realmente presente esa misericordia de Dios.
Oración colecta
Señor Dios, cuya misericordia no tiene límites y cuya bondad es un tesoro
inagotable, acrecienta la fe del pueblo a ti consagrado, para que todos
comprendan mejor qué amor nos ha creado, qué sangre nos ha redimido y qué
Espíritu nos ha hecho renacer. Por nuestro Señor Jesucristo.
La
creación, expectante, está aguardando la manifestación de los hijos de Dios
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (Rom 8, 18-25)
HERMANOS:
Considero que los sufrimientos de ahora no se pueden comparar con la gloria que
un día se nos manifestará. Porque la creación, expectante, está aguardando la
manifestación de los hijos de Dios; en efecto, la creación fue sometida a la
frustración, no por su voluntad, sino por aquel que la sometió, con la
esperanza de que la creación misma sería liberada de la esclavitud de la
corrupción, para entrar en la gloriosa libertad de los hijos de Dios.
Porque sabemos que hasta hoy toda la creación está gimiendo y sufre dolores de
parto.
Y no solo eso, sino que también nosotros, que poseemos las primicias del
Espíritu, gemimos en nuestro interior, aguardando la adopción filial, la
redención de nuestro cuerpo.
Pues hemos sido salvados en esperanza. Y una esperanza que se ve, no es
esperanza; efectivamente, ¿cómo va a esperar uno algo que ve?
Pero si esperamos lo que no vemos, aguardamos con perseverancia.
Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL Sal 125, 1-2ab. 2cd-3, 4-5, 6 (R.: 3a)
R. El
Señor ha estado grande con nosotros.
V. Cuando el Señor hizo volver a los cautivos de Sion,
nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares.
R. El
Señor ha estado grande con nosotros.
V. Hasta los gentiles decían:
«El Señor ha estado grande con ellos».
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres.
R. El
Señor ha estado grande con nosotros.
V. Recoge, Señor, a nuestros cautivos
como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares.
R. El
Señor ha estado grande con nosotros.
V. Al ir, iba llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelve cantando,
trayendo sus gavillas.
R. El
Señor ha estado grande con nosotros.
Aleluya Cf. Mt 11, 25
R. Aleluya,
aleluya, aleluya.
V. Bendito
seas, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado
los misterios del reino a los pequeños. R.
EVANGELIO El
grano creció y se hizo un árbol
╬ Lectura del santo Evangelio según san Lucas (Lc 13, 18-21)
R. Gloria a ti, Señor.
EN AQUEL TIEMPO, decía Jesús:
«A qué es semejante el reino de Dios o a qué lo compararé?
Es semejante a un grano de mostaza que un hombre toma y siembra en su huerto;
creció, se hizo un árbol y los pájaros del cielo anidaron en sus ramas».
Y dijo de nuevo:
«¿A qué compararé el reino de Dios?
Es semejante a la levadura que una mujer tomó y metió en tres medidas de
harina, hasta que todo fermentó».
Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Papa Francisco, Homilía en santa
Marta 31-octubre-2017
El Espíritu Santo está dentro de nosotros y nos lleva a eso: a algo grandioso,
a una liberación, a una gran gloria. Por eso, Jesús dice: dentro de la semilla
de mostaza, de aquel grano pequeñito, hay una fuerza que produce un crecimiento
inimaginable. Dentro de nosotros, y en la creación, hay una fuerza increíble:
está el Espíritu Santo, que nos da la esperanza. ¿Y qué quiere decir vivir de
esperanza? Dejar que esas fuerzas del Espíritu nos ayuden a crecer hacia la
plenitud que nos espera en la gloria. Y como la levadura debe ser mezclada y el
grano de mostaza enterrado, porque de lo contrario esa fuerza interior queda
estéril, así en el Reino de Dios, que crece desde dentro, con la fuerza del
Espíritu Santo. La Iglesia siempre tuvo el valor de sembrar y enterrar, de
tomar y mezclar, y también el miedo de hacerlo. Y muchas veces vemos se
prefiere una pastoral de conservación y no deja que el Reino crezca. Porque si
seguimos siendo lo que somos, pequeñitos, donde estamos seguros, entonces el
Reino no crece. Para que el Reino crezca hace falta valor: enterrar el grano,
mezclar la levadura.
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