SANTA MARTA (ML)
PROGRAMA PARROQUIAL:
JUEVES, 29 DE JULIO
- Horario de la
parroquia: abierta de 10.30 h. a 13.30 h. y de 18.00 h. a 21.30 h.
- Horario de
despacho: de lunes a viernes, de 10.30 h. a 13.30 h y de 18.00 h. a 21.00 h.
- Rezo del Santo Rosario (a las 20.00 h.), y Eucaristía del Jueves de la XVII Semana del Tiempo Ordinario (a las 20.30 h.).
NOTICIAS DE ACTUALIDAD
Sobre el cumplimiento de «Traditionis Custodes» en la Diócesis de Huelva
El obispo de Huelva. Santiago Gómez Sierra, ha firmado en la mañana de hoy jueves, 29 de julio, un decreto sobre el uso de la liturgia romana antes de la reforma de 1970 en la Diócesis de Huelva, siguiendo las indicaciones de la Carta Apostólica en forma de Motu Proprio «Traditionis Custodes».
En dicho decreto, el Obispo en uso de las competencias exclusivas que tiene para ello, establece el lugar y los días indicados para la celebración de la Santa Misa, según el Missale Romanum de 1962, así como autoriza al padre José Luis Millán Romero (O.F.M.) para utilizar dicho misal y lo nombra delegado suyo para las celebraciones y la atención de los fieles que asisten a ellas.
Decreto del Obispo de Huelva sobre Traditionis Custodes en la Diócesis
San Ignacio de Loyola y el apostolado de la Compañía de Jesús
San Ignacio de Loyola murió el 31 de julio de 1556, anhelando el cielo como única meta de su existencia. El amor a Cristo, la lealtad al Pontífice y el deseo de seguir el Evangelio son los pilares sobre los que fundó la Compañía de Jesús, iluminando el camino europeo tras las huellas de la fe.
el matrimonio ícono del amor de Dios
Cada mes, con un total de 10 episodios, lanzamos un vídeo con las reflexiones del Papa y los testimonios de familias de todo el mundo -producido en colaboración entre el Dicasterio para la Familia y la Vida y Vatican News- que ayuda a releer la Exhortación Apostólica, con la aportación de un subsidio descargable para el estudio personal y comunitario. Porque ser una familia, nos recuerda Francisco, es siempre "ante todo una oportunidad".
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SANTORAL DE HOY
(NT, hermana de Lázaro y María)
Otros santos de este día:
Santos Lázaro y María, santos del NT
Conmemoración de san Lázaro, hermano de santa Marta, a quien lloró el
Señor al saber que había muerto y después resucitó, y de santa María, su
hermana, la cual, mientras Marta se ocupaba inquieta y nerviosa en preparar
todo lo necesario, ella, sentada a los pies del Señor, escuchaba sus palabras.
San
Calínico, mártir
En Gangra, de Paflagonia, san Calínico, mártir.
San Félix,
mártir
En Roma, en el tercer miliario de la vía Portuense, en el cementerio
dedicado a su nombre, san Félix, mártir.
Santos
Simplicio, Faustino, Beatriz y Rufo, mártires
En Roma también, en el cementerio de Generosa, santos Simplicio,
Faustino, Beatriz y Rufo, mártires.
San
Lupo de Troyes, obispo
En Troyes, ciudad de la Galia Lugdunense, san Lupo, obispo, que con san
Germán de Auxerre fue a Bretaña para combatir la herejía de los pelagianos,
defendió con la oración a su ciudad del furor de Atila y, habiendo ejercido de
modo admirable el sacerdocio durante cincuenta años, descansó en paz.
San
Próspero de Orleans, obispo
En Orleans, ciudad también de la Galia Lugdunense, san Próspero, obispo.
San
Olav, mártir
En Nídaros (hoy Trondheim), ciudad de Noruega, san Olav, mártir, que,
siendo rey, difundió con gran diligencia la fe cristiana que había conocido en
Inglaterra, liberando a su pueblo de la idolatría, y finalmente, atacado por
sus enemigos, murió asesinado.
Beato
Urbano II, papa
En Roma, en la basílica de San Pedro, beato Urbano II, papa, que defendió
la libertad de la Iglesia de las intromisiones de los laicos, combatió la
simonía y la corrupción del clero, y en el Concilio de Clermont exhortó a los
soldados cristianos a que liberasen, bajo el signo de la cruz, a sus hermanos
cristianos oprimidos por los infieles y recuperasen el sepulcro del Señor.
San
Guillermo Pinchón, obispo y confesor
En la ciudad de Saint-Brieuc, en Bretaña Menor, san Guilleüno Pinchón,
obispo, que se preocupó por la construcción de la iglesia catedral, brilló por
su benignidad y sencillez y, por defender con decisión y fortaleza a sus ovejas
y los derechos de la Iglesia, tuvo que sufrir muchas vejaciones y el destierro.
Beatos
Luis Bertrán, Mancio de la Santa Cruz y Pedro de Santa María, mártires
En Omura, en Japón, beatos mártires Luis Bertrán, presbítero, y Mancio de
la Santa Cruz y Pedro de Santa María, religiosos, todos ellos de la Orden de
Predicadores, que por su fe en Cristo fueron quemados vivos.
Beato
Carlos Nicolás Antonio Ancel, presbítero y mártir
En la costa de Francia, ante la ciudad de Rochefort, beato Carlos Nicolás
Antonio Ancel, presbítero de la Congregación de Jesús y María, mártir, que
durante la Revolución Francesa, por su condición de sacerdote, fue encarcelado
en condiciones inhumanas en un barco convertido en prisión, donde murió como
auténtico mártir, víctima de una enfermedad contagiosa.
Santos
José Zhang Wenlan, Pablo Chen Changpin, Juan Bautista Lou Tingyin y Marta Wang
Louzhi, mártires
En la ciudad de Quigyan, en la provincia china de Guizhou, santos
mártires José Zhang Wenlan, Pablo Chen Changpin, seminaristas, Juan Bautista
Lou Tingyin, administrador del seminario, y Marta Wang Louzhi, viuda, que,
encerrados en una cueva calurosa y húmeda, sufrieron atroces vejaciones y
fueron finalmente decapitados.
San
Luis Martin, padre de familia (3 coms.)
En Burdeos, Francia, san Luis Martin, esposo de santa Celia Guerín y
padre de Santa Teresa del Niño Jesús, canonizado conjuntamente con su esposa,
cuya memoria se celebra el 28 de agosto, como ejemplo de matrimonio cristiano.
Beato
Juan Bautista Egozcuezábal Aldaz, religioso y mártir
En la población de Esplugas, cerca de Barcelona, en España, beato Juan
Bautista Egozcuezábal Aldaz, religioso de la Orden Hospitalaria de San Juan de
Dios, que fue asesinado durante la persecución contra la fe desencadenada en
tiempo de guerra.
Beatos
Lucio Martínez Mancebo y siete compañeros, mártires
En Calanda, población cercana a Teruel, también en España, beatos Lucio
Martínez Mancebo, presbítero de la Orden de Predicadores, y compañeros
mártires, que, apoyándose en la fortaleza de Cristo, dieron su vida durante la
misma persecución. Sus nombres son: Antonio López Couceiro, Felicísimo Diez
González, Saturio Rey Robles, Tirso Manrique Melero, presbíteros; Gumersindo
Soto Barros y Lamberto de Navascués y de Juan, religiosos, de la Orden de
Predicadores; y Manuel Albert Ginés, presbítero.
Beato
José de Calasanz Marqués, presbítero y mártir
En Valencia, igualmente en España, beato José Calasanz Marqués,
presbítero de la Sociedad de San Francisco de Sales y mártir, que derramó su
sangre por Cristo en esa misma persecución.
Beatos
Pjetër Çuni y Lek Sirdani, presbíteros y mártires
En Koplek, Albania, beatos Pjetër Çuni y Lek Sirdani, presbíteros de la
arquidiócesis de Shkodrë-Pult y mártires.
LITURGIA
DE HOY
Misa de la memoria (blanco).
MISAL: ants. y oracs. props., Pf. común o de la memoria.
LECC.: vol. III-impar para la primera lectura y
vol. IV para el Evangelio.
- Éx 40, 16-21. 34-38. La nube cubrió la Tienda del
Encuentro y la gloria del Señor la llenó.
- Sal 83. R. ¡Qué deseables son tus moradas, Señor del
universo!
- Jn 11, 19-27. Creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios.
o bien: Lc 10, 38-42. Marta, Marta, andas
inquieta y preocupada con muchas cosas.
o bien: cf. vol. IV.
Liturgia de las Horas: oficio de
la memoria.
Martirologio: elogs. del 30 de julio, pág. 454.
CALENDARIOS: Reparadores: Santos Marta, María y Lázaro, amigos del
Señor (F). Benedictinos, O. Cist. y OCSO: (MO).
Málaga: Beatos Martiniano Meléndez y compañeros, mártires (ML).
LECTURAS
DE LA MISA
Audio y
comentario del Evangelio de hoy
Audio y
comentario del Evangelio de hoy
Monición de entrada
Hoy se celebra la memoria de santa Marta, que recibió en su casa de Betania, cerca de Jerusalén, a Jesús el Señor y, muerto su hermano Lázaro, profesó: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo».
Oración colecta
Dios todopoderoso y eterno, tu Hijo se dignó hospedarse en la casa de santa Marta, concédenos, por su intercesión, que, sirviendo fielmente a Cristo en nuestros hermanos, merezcamos ser recibidos por ti en la morada celestial. Por nuestro Señor Jesucristo.
Lectura del libro del Éxodo (Éx 40, 16-21. 34-38)
EN AQUELLOS DÍAS, Moisés hizo todo conforme a lo que el Señor le había mandado.
El día uno del mes primero del segundo año fue erigida la Morada. Moisés erigió la Morada, colocó las basas, puso los tablones con sus travesaños y plantó las columnas; montó la tienda sobre la Morada y puso la cubierta sobre la tienda; como el Señor se lo había mandado a Moisés.
Luego colocó el Testimonio en el Arca, sujetó los varales al Arca y puso el propiciatorio encima del Arca. Después trasladó el Arca a la Morada, puso el velo de separación para cubrir el Arca del Testimonio; como el Señor había mandado a Moisés.
Entonces la nube cubrió la Tienda del Encuentro y la gloria del Señor llenó la Morada.
Moisés no pudo entrar en la Tienda del Encuentro, porque la nube moraba sobre ella y la gloria del Señor llenaba la Morada.
Cuando la nube se alzaba de la Morada, los hijos de Israel levantaban el campamento, en todas las etapas. Pero cuando la nube no se alzaba, ellos esperaban hasta que se alzase.
De día la nube del Señor se posaba sobre la Morada, y de noche el fuego, en todas sus etapas, a la vista de toda la casa de Israel.
Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL (Sal 83, 3. 4. 5-6a y 8a. 11 [R.: 2])
R. ¡Qué deseables son tus moradas, Señor del universo!
V. Mi alma se consume y anhela
los atrios del Señor,
mi corazón y mi carne
retozan por el Dios vivo.
R. ¡Qué deseables son tus moradas, Señor del universo!
V. Hasta el gorrión ha encontrado una casa;
la golondrina, un nido
donde colocar sus polluelos:
tus altares, Señor del universo,
Rey mío y Dios mío.
V. Vale más un día en tus atrios
que mil en mi casa,
y prefiero el umbral de la casa de Dios
a vivir con los malvados.
╬ Lectura del santo Evangelio según san Juan (opción : Jn 11, 19-27)
R. Gloria a ti, Señor.
Cuando Marta se enteró de que llegaba Jesús, salió a su encuentro, mientras María se quedó en casa. Y dijo Marta a Jesús:
«Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá».
Jesús le dijo:
«Tu hermano resucitará».
Marta respondió:
«Sé que resucitará en la resurrección en el último día».
Jesús le dijo:
«Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?».
Ella le contestó:
«Sí, Señor: yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo».
Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.
San Juan Pablo II, Redemptor Hominis, 18.
Esta vida prometida y dada a cada hombre por el Padre en Jesucristo, Hijo eterno y unigénito, encarnado y nacido, 'al llegar la plenitud de los tiempos' (cfr Ga 4, 4), de la Virgen María, es el cumplimiento final de la vocación del hombre. Es de algún modo cumplimiento de la 'suerte' que desde la eternidad Dios le ha preparado. Esta 'suerte divina' se hace camino, por encima de todos los enigmas, incógnitas, tortuosidades, curvas de la 'suerte humana' en el mundo temporal. En efecto, si todo esto lleva, aun con toda la riqueza de la vida temporal, por inevitable necesidad, a la frontera de la muerte y a la meta de la destrucción del cuerpo humano, Cristo se nos aparece más allá de esta meta: 'Yo soy la Resurrección y la Vida; el que cree en mí... no morirá para siempre'. En Jesucristo crucificado, depositado en el sepulcro y después resucitado, 'brilla para nosotros la esperanza de la feliz resurrección..., la promesa de la futura inmortalidad' (Misal Romano, Prefacio de difuntos 7), hacia la cual el hombre, a través de la muerte del cuerpo, va compartiendo con todo lo creado visible esta necesidad a la que está sujeta la materia.
R. Gloria a ti, Señor.
EN AQUEL TIEMPO, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa. Esta tenía una hermana llamada María, que, sentada junto a los pies del Señor, escuchaba su palabra.
Marta, en cambio, andaba muy afanada con los muchos servicios; hasta que, acercándose, dijo:
«Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola para servir? Dile que me eche una mano».
Respondiendo, le dijo el Señor:
«Marta, Marta, andas inquieta y preocupada con muchas cosas; solo una es necesaria. María, pues, ha escogido la parte mejor, y no le será quitada».
Del Papa Francisco, Audiencia general 26-agosto-2015
El espíritu de oración restituye el tiempo a Dios, sale de la obsesión de una vida a la que siempre le falta el tiempo, vuelve a encontrar la paz de las cosas necesarias y descubre la alegría de los dones inesperados. Buenas guías para ello son las dos hermanas Marta y María, de las que habla el Evangelio que hemos escuchado. Ellas aprendieron de Dios la armonía de los ritmos familiares: la belleza de la fiesta, la serenidad del trabajo, el espíritu de oración (cf. Lc 10, 38-42). La visita de Jesús, a quien querían mucho, era su fiesta. Pero un día Marta aprendió que el trabajo de la hospitalidad, incluso siendo importante, no lo es todo, sino que escuchar al Señor, como hacía María, era la cuestión verdaderamente esencial, la «parte mejor» del tiempo. La oración brota de la escucha de Jesús, de la lectura del Evangelio.