NOTICIAS DE ACTUALIDAD
El Papa Francisco ha presidido la celebración del Domingo de Ramos en el Vaticano
"Para nosotros, discípulos del Abandonado, nadie puede ser abandonado"
En la santa misa del Domingo de Ramos el Pontífice reflexionó sobre la fe que Jesús puso en Dios, sin ceder a la desesperación, sino rezando y encomendándose al Padre. Asimismo, el Santo Padre llamó a no olvidar la existencia de múltiples "Cristos abandonados" en el mundo de hoy y exhortó a estar cerca de ellos.
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Actualidad Comentada por el P. Santiago Martín"Alemania, algo se mueve por fin"
SANTORAL DE HOY
Elogio: En Roma, san Sixto I, papa, que en tiempo del emperador Adriano rigió la Iglesia Romana, como sexto pontífice tras el bienaventurado Pedro.
Elogio: En Chichester, ciudad de Inglaterra, san Ricardo, obispo, que fue desterrado por el rey Enrique III, y restituido después a esta sede, se mostró siempre generoso en ayudar a los pobres.
Patronazgos: patrono de los conductores (de coches, etc).
refieren a este santo: San Edmundo Rich.
Santos Cresto y Papo, mártires
En Tomis, en Escitia, santos Cresto y Papo, mártires. († c. s. IV)
San Ulpiano, mártir
En Tiro, ciudad de Fenicia, san Ulpiano, mártir, que, siendo aún adolescente, durante la persecución desencadenada bajo el emperador Maximino Daza fue encerrado en un odre con una serpiente y un perro, y, sumergido en el mar, completó así su martirio. († c. 306)
San Juan de Nápoles, obispo
En Nápoles, en la región de Campania, san Juan, obispo, que falleció en la noche santa de Pascua mientras celebraba los sagrados misterios, y, acompañado de multitud de fieles y neófitos, fue inhumado el día de la solemnidad de la Resurrección del Señor. († 432)
San Nicetas, abad
En el monasterio de Medikion, en Bitinia, san Nicetas, abad, que en tiempo del emperador León el Armenio, por defender el culto de las sagradas imágenes, sufrió cárcel y exilio. († 824)
San José «Himnógrafo», monje y presbítero
En Constantinopla, san José, presbítero, por sobrenombre «Himnógrafo», el cual, siendo monje, en la persecución desencadenada por los iconoclastas fue enviado a Roma para pedir la protección de la Sede Apostólica. Posteriormente, después de muchos padecimientos, recibió la custodia de los vasos sagrados de la Iglesia de Santa Sofía. († 886)
Beato Gandulfo de Binasco Sacchi, religioso presbítero
En Polizzi, en la isla de Sicilia, en Italia, beato Gandulfo de Binasco Sacchi, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, que llevó una vida solitaria y austera, e iluminó aquella región con la predicación de la Palabra de Dios. († c. 1260)
Beato Juan de Pina, religioso presbítero
En Pina, en el Piceno, también en Italia, beato Juan, presbítero, uno de los primeros compañeros de san Francisco, que fue enviado a la Galia Narbonense, donde enseñó la nueva forma de vida evangélica. († 1275)
Beatos Roberto Middleton y Turstano Hunt, presbíteros y mártires
En Lancaster, en Inglaterra, beatos Roberto Middleton, de la Orden de la Compañía de Jesús, y Turstano Hunt, ambos presbíteros y mártires. Este último, al querer liberar al primero cuando era conducido prisionero, también fue apresado y, bajo el reinado de Isabel I, los dos fueron condenados a muerte por ser sacerdotes, llegando, a través de los tormentos padecidos, a la derecha de Cristo. († 1601)
San Luis Scrosoppi, presbítero y fundador
En Udine, en la región de Venecia, san Luis Scrosoppi, presbítero de la Congregación del Oratorio de San Felipe Neri, que fundó la Congregación de Hermanas de la Divina Providencia, para la educación cristiana de la juventud femenina. († 1884)
Beatos José Luciano Huerta Gutiérrez y José Salvador Huerta Gutiérrez, mártires
En Guadalajara, México, beatos laicos José Luciano Ezequiel Huerta Gutiérrez y José Salvador Huerta Gutiérrez, mártires. († 1927)
Beata María Teresa Casini, virgen y fundadora
En Grottaferrata, beata María Teresa Casini, virgen, fundadora de la congregación de Oblatas del Sagrado Corazón de Jesús († 1937)
Beato Pedro Eduardo Dankowski, presbítero y mártir
Cerca de Cracovia, en Polonia, en el campo de concentración de Auschwitz, beato Pedro Eduardo Dankowski, presbítero y mártir, que al ser ocupada militarmente Polonia, su patria, en tiempo de guerra, fue detenido por su confesión cristiana y atormentado hasta consumar el martirio. († 1942)
LITURGIA DE HOY
Elogio: En Roma, san Sixto I, papa, que en tiempo del emperador Adriano rigió la Iglesia Romana, como sexto pontífice tras el bienaventurado Pedro.
Elogio: En Chichester, ciudad de Inglaterra, san Ricardo, obispo, que fue desterrado por el rey Enrique III, y restituido después a esta sede, se mostró siempre generoso en ayudar a los pobres.
Patronazgos: patrono de los conductores (de coches, etc).
refieren a este santo: San Edmundo Rich.
Santos Cresto y Papo, mártires
En Tomis, en Escitia, santos Cresto y Papo, mártires. († c. s. IV)
San Ulpiano, mártir
En Tiro, ciudad de Fenicia, san Ulpiano, mártir, que, siendo aún adolescente, durante la persecución desencadenada bajo el emperador Maximino Daza fue encerrado en un odre con una serpiente y un perro, y, sumergido en el mar, completó así su martirio. († c. 306)
San Juan de Nápoles, obispo
En Nápoles, en la región de Campania, san Juan, obispo, que falleció en la noche santa de Pascua mientras celebraba los sagrados misterios, y, acompañado de multitud de fieles y neófitos, fue inhumado el día de la solemnidad de la Resurrección del Señor. († 432)
San Nicetas, abad
En el monasterio de Medikion, en Bitinia, san Nicetas, abad, que en tiempo del emperador León el Armenio, por defender el culto de las sagradas imágenes, sufrió cárcel y exilio. († 824)
San José «Himnógrafo», monje y presbítero
En Constantinopla, san José, presbítero, por sobrenombre «Himnógrafo», el cual, siendo monje, en la persecución desencadenada por los iconoclastas fue enviado a Roma para pedir la protección de la Sede Apostólica. Posteriormente, después de muchos padecimientos, recibió la custodia de los vasos sagrados de la Iglesia de Santa Sofía. († 886)
Beato Gandulfo de Binasco Sacchi, religioso presbítero
En Polizzi, en la isla de Sicilia, en Italia, beato Gandulfo de Binasco Sacchi, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, que llevó una vida solitaria y austera, e iluminó aquella región con la predicación de la Palabra de Dios. († c. 1260)
Beato Juan de Pina, religioso presbítero
En Pina, en el Piceno, también en Italia, beato Juan, presbítero, uno de los primeros compañeros de san Francisco, que fue enviado a la Galia Narbonense, donde enseñó la nueva forma de vida evangélica. († 1275)
Beatos Roberto Middleton y Turstano Hunt, presbíteros y mártires
En Lancaster, en Inglaterra, beatos Roberto Middleton, de la Orden de la Compañía de Jesús, y Turstano Hunt, ambos presbíteros y mártires. Este último, al querer liberar al primero cuando era conducido prisionero, también fue apresado y, bajo el reinado de Isabel I, los dos fueron condenados a muerte por ser sacerdotes, llegando, a través de los tormentos padecidos, a la derecha de Cristo. († 1601)
San Luis Scrosoppi, presbítero y fundador
En Udine, en la región de Venecia, san Luis Scrosoppi, presbítero de la Congregación del Oratorio de San Felipe Neri, que fundó la Congregación de Hermanas de la Divina Providencia, para la educación cristiana de la juventud femenina. († 1884)
Beatos José Luciano Huerta Gutiérrez y José Salvador Huerta Gutiérrez, mártires
En Guadalajara, México, beatos laicos José Luciano Ezequiel Huerta Gutiérrez y José Salvador Huerta Gutiérrez, mártires. († 1927)
Beata María Teresa Casini, virgen y fundadora
En Grottaferrata, beata María Teresa Casini, virgen, fundadora de la congregación de Oblatas del Sagrado Corazón de Jesús († 1937)
Beato Pedro Eduardo Dankowski, presbítero y mártir
Cerca de Cracovia, en Polonia, en el campo de concentración de Auschwitz, beato Pedro Eduardo Dankowski, presbítero y mártir, que al ser ocupada militarmente Polonia, su patria, en tiempo de guerra, fue detenido por su confesión cristiana y atormentado hasta consumar el martirio. († 1942)
LITURGIA DE HOY
DIRECTORIO SOBRELA PIEDAD POPULAR Y LA LITURGIALa Semana Santa
138. "Durante la Semana Santa la Iglesia celebra los misterios de la salvación actuados por Cristo en los últimos días de su vida, comenzando por su entrada mesiánica en Jerusalén".
Es muy intensa la participación del pueblo en los ritos de la Semana Santa. Algunos muestran todavía señales de su origen en el ámbito de la piedad popular. Sin embargo ha sucedido que, a lo largo de los siglos, se ha producido en los ritos de la Semana Santa una especie de paralelismo celebrativo, por lo cual se dan prácticamente dos ciclos con planteamiento diverso: uno rigurosamente litúrgico, otro caracterizado por ejercicios de piedad específicos, sobre todo las procesiones.
Esta diferencia se debería reconducir a una correcta armonización entre las celebraciones litúrgicas y los ejercicios de piedad. En relación con la Semana Santa, el amor y el cuidado de las manifestaciones de piedad tradicionalmente estimadas por el pueblo debe llevar necesariamente a valorar las acciones litúrgicas, sostenidas ciertamente por los actos de piedad popular.
Domingo de Ramos
Las palmas y los ramos de olivo o de otros árboles
139. "La Semana Santa comienza con el Domingo de Ramos "de la Pasión del Señor", que comprende a la vez el triunfo real de Cristo y el anuncio de la Pasión".
La procesión que conmemora la entrada mesiánica de Jesús en Jerusalén tiene un carácter festivo y popular. A los fieles les gusta conservar en sus hogares, y a veces en el lugar de trabajo, los ramos de olivo o de otros árboles, que han sido bendecidos y llevados en la procesión.
Sin embargo es preciso instruir a los fieles sobre el significado de la celebración, para que entiendan su sentido. Será oportuno, por ejemplo, insistir en que lo verdaderamente importante es participar en la procesión y no simplemente procurarse una palma o ramo de olivo; que estos no se conserven como si fueran amuletos, con un fin curativo o para mantener alejados a los malos espíritus y evitar así, en las casas y los campos, los daños que causan, lo cual podría ser una forma de superstición.
La palma y el ramo de olivo se conservan, ante todo, como un testimonio de la fe en Cristo, rey mesiánico, y en su victoria pascual.
Introducción al Triduo pascual
140. Todos los años en el «sacratísimo triduo del Crucificado, del Sepultado y del Resucitado», o Triduo pascual, que se celebra desde la misa vespertina del Jueves en la cena del Señor hasta las Vísperas del Domingo de Resurrección, la Iglesia celebra, «en íntima comunión con Cristo su Esposo», los grandes misterios de la redención humana.
Otras observaciones
- Es sagrado el ayuno pascual de los dos primeros días del Triduo, en los cuales, según la antigua tradición, la Iglesia ayuna «porque el Esposo le ha sido arrebatado». El Viernes Santo de la Pasión del Señor hay que observar en todas partes el ayuno y la abstinencia, y se recomienda que se observe también durante el Sábado Santo, a fin de que la Iglesia pue- da llegar con espíritu abierto a la alegría del Domingo de Resurrección (cf. PCFP, n. 39).
- Las celebraciones de la primera parte del Triduo (misa vespertina del Jueves Santo y celebraciones del Viernes y Sábado Santos durante el día) son intensamente sobrias; en cambio la Noche Santa de la Resurrec- ción es una fiesta rebosante de alegría. El paso de la tristeza al gozo se expresa en la misma Vigilia pascual, celebración del tránsito de Cristo, de su muerte a su resurrección. Que se haga este paso en la liturgia es fundamental, para captar la realidad salvífica que se conmemora. La culminación del Triduo pascual es la Vigilia pascual, en la que hacemos memoria sacramental de la resurrección del Señor.
- Para la celebración adecuada del Triduo pascual se requiere un número conveniente de ministros y colaboradores, que han de ser instruidos cuidadosamente acerca de lo que han de hacer (PCFP, n. 41).
- No se celebren los oficios del Triduo pascual en aquellos lugares donde falte el número suficiente de participantes, ministros y cantores, y procúrese que los fieles se reúnan para participar en una iglesia más importante (PCFP, n. 43).
- Los pastores no dejen de explicar a los fieles, en el mejor modo posible, el significado y la estructura de las celebraciones, preparándoles a una participación activa y fructuosa (PCFP, n. 41).
- Tiene una importancia especial en las celebraciones de la Semana Santa, y especialmente durante el Triduo pascual, el canto del pueblo, de los ministros y del sacerdote celebrante, porque es concorde a la solemnidad de dichos días y, también, porque los textos adquieren toda su fuerza precisamente cuando son cantados (cf. PCFP, n. 42).
- En la celebración del matrimonio se advertirá a los esposos que tengan en cuenta la naturaleza peculiar de este tiempo litúrgico. En ningún caso se celebrará el matrimonio el Viernes Santo ni el Sábado Santo (cf. Ritual del matrimonio, n. 32).
- La práctica de organizar en una misma comunidad parroquial dos vigilias pascuales, una abreviada y otra muy desarrollada, es incorrecta, como contraria a los más elementales principios de la celebración pascual, que requieren una única asamblea, signo de la única Iglesia que se renueva en la celebración de los Misterios pascuales. Hay que favorecer el hecho de que los grupos particulares tomen parte en la celebración común de la Vigilia pascual, de suerte que todos los fieles, formando una única asamblea, puedan experimentar más profundamente el sentido de pertenencia a la comunidad eclesial.
Misa de feria
(morado).
MISAL: ants. y oracs.
props., Pf. II de la Pasión del Señor.
LECC.: vol. II.
- Is 42, 1-7. No gritará, no voceará por las calles.
- Sal 26. R. El Señor es mi luz y mi salvación.
- Jn 12, 1-11. Déjala; lo tenía guardado para el día de mi
sepultura.
- Hoy no se permiten otras celebraciones, excepto la misa exequial.
Liturgia de las Horas: oficio de feria.
Martirologio: elogs. del 4 de
abril, pág. 237.
La Semana Santa
138. "Durante la Semana Santa la Iglesia celebra los misterios de la salvación actuados por Cristo en los últimos días de su vida, comenzando por su entrada mesiánica en Jerusalén".
Es muy intensa la participación del pueblo en los ritos de la Semana Santa. Algunos muestran todavía señales de su origen en el ámbito de la piedad popular. Sin embargo ha sucedido que, a lo largo de los siglos, se ha producido en los ritos de la Semana Santa una especie de paralelismo celebrativo, por lo cual se dan prácticamente dos ciclos con planteamiento diverso: uno rigurosamente litúrgico, otro caracterizado por ejercicios de piedad específicos, sobre todo las procesiones.
Esta diferencia se debería reconducir a una correcta armonización entre las celebraciones litúrgicas y los ejercicios de piedad. En relación con la Semana Santa, el amor y el cuidado de las manifestaciones de piedad tradicionalmente estimadas por el pueblo debe llevar necesariamente a valorar las acciones litúrgicas, sostenidas ciertamente por los actos de piedad popular.
Domingo de Ramos
Las palmas y los ramos de olivo o de otros árboles
139. "La Semana Santa comienza con el Domingo de Ramos "de la Pasión del Señor", que comprende a la vez el triunfo real de Cristo y el anuncio de la Pasión".
La procesión que conmemora la entrada mesiánica de Jesús en Jerusalén tiene un carácter festivo y popular. A los fieles les gusta conservar en sus hogares, y a veces en el lugar de trabajo, los ramos de olivo o de otros árboles, que han sido bendecidos y llevados en la procesión.
Sin embargo es preciso instruir a los fieles sobre el significado de la celebración, para que entiendan su sentido. Será oportuno, por ejemplo, insistir en que lo verdaderamente importante es participar en la procesión y no simplemente procurarse una palma o ramo de olivo; que estos no se conserven como si fueran amuletos, con un fin curativo o para mantener alejados a los malos espíritus y evitar así, en las casas y los campos, los daños que causan, lo cual podría ser una forma de superstición.
La palma y el ramo de olivo se conservan, ante todo, como un testimonio de la fe en Cristo, rey mesiánico, y en su victoria pascual.
Introducción al Triduo pascual
140. Todos los años en el «sacratísimo triduo del Crucificado, del Sepultado y del Resucitado», o Triduo pascual, que se celebra desde la misa vespertina del Jueves en la cena del Señor hasta las Vísperas del Domingo de Resurrección, la Iglesia celebra, «en íntima comunión con Cristo su Esposo», los grandes misterios de la redención humana.
Otras observaciones
- Es sagrado el ayuno pascual de los dos primeros días del Triduo, en los cuales, según la antigua tradición, la Iglesia ayuna «porque el Esposo le ha sido arrebatado». El Viernes Santo de la Pasión del Señor hay que observar en todas partes el ayuno y la abstinencia, y se recomienda que se observe también durante el Sábado Santo, a fin de que la Iglesia pue- da llegar con espíritu abierto a la alegría del Domingo de Resurrección (cf. PCFP, n. 39).
- Las celebraciones de la primera parte del Triduo (misa vespertina del Jueves Santo y celebraciones del Viernes y Sábado Santos durante el día) son intensamente sobrias; en cambio la Noche Santa de la Resurrec- ción es una fiesta rebosante de alegría. El paso de la tristeza al gozo se expresa en la misma Vigilia pascual, celebración del tránsito de Cristo, de su muerte a su resurrección. Que se haga este paso en la liturgia es fundamental, para captar la realidad salvífica que se conmemora. La culminación del Triduo pascual es la Vigilia pascual, en la que hacemos memoria sacramental de la resurrección del Señor.
- Para la celebración adecuada del Triduo pascual se requiere un número conveniente de ministros y colaboradores, que han de ser instruidos cuidadosamente acerca de lo que han de hacer (PCFP, n. 41).
- No se celebren los oficios del Triduo pascual en aquellos lugares donde falte el número suficiente de participantes, ministros y cantores, y procúrese que los fieles se reúnan para participar en una iglesia más importante (PCFP, n. 43).
- Los pastores no dejen de explicar a los fieles, en el mejor modo posible, el significado y la estructura de las celebraciones, preparándoles a una participación activa y fructuosa (PCFP, n. 41).
- Tiene una importancia especial en las celebraciones de la Semana Santa, y especialmente durante el Triduo pascual, el canto del pueblo, de los ministros y del sacerdote celebrante, porque es concorde a la solemnidad de dichos días y, también, porque los textos adquieren toda su fuerza precisamente cuando son cantados (cf. PCFP, n. 42).
- En la celebración del matrimonio se advertirá a los esposos que tengan en cuenta la naturaleza peculiar de este tiempo litúrgico. En ningún caso se celebrará el matrimonio el Viernes Santo ni el Sábado Santo (cf. Ritual del matrimonio, n. 32).
- La práctica de organizar en una misma comunidad parroquial dos vigilias pascuales, una abreviada y otra muy desarrollada, es incorrecta, como contraria a los más elementales principios de la celebración pascual, que requieren una única asamblea, signo de la única Iglesia que se renueva en la celebración de los Misterios pascuales. Hay que favorecer el hecho de que los grupos particulares tomen parte en la celebración común de la Vigilia pascual, de suerte que todos los fieles, formando una única asamblea, puedan experimentar más profundamente el sentido de pertenencia a la comunidad eclesial.
Misa de feria (morado).
MISAL: ants. y oracs.
props., Pf. II de la Pasión del Señor.
LECC.: vol. II.
- Is 42, 1-7. No gritará, no voceará por las calles.
- Sal 26. R. El Señor es mi luz y mi salvación.
- Jn 12, 1-11. Déjala; lo tenía guardado para el día de mi
sepultura.
- Hoy no se permiten otras celebraciones, excepto la misa exequial.
Liturgia de las Horas: oficio de feria.
Martirologio: elogs. del 4 de
abril, pág. 237.
RITOS INICIALES
RITOS INICIALES
Antífona de entrada Cfr. Sal 34, 1-2; Sal 139, 8
Juzga, Señor, a los que me hacen daño, ataca a los que me atacan, toma las armas y el escudo, levántate y ven en mi ayuda. Señor, mi fuerza de salvación.
Oración colecta
TE ROGAMOS Dios todopoderoso,que quienes desfallecemos a causa de nuestra debilidad,nos recuperemos gracias a la pasión de tu Unigénito.El, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santoy es Dios por los siglos de los siglos.
Juzga, Señor, a los que me hacen daño, ataca a los que me atacan, toma las armas y el escudo, levántate y ven en mi ayuda. Señor, mi fuerza de salvación.
Oración colecta
TE ROGAMOS Dios todopoderoso,
LITURGIA DE LA PALABRA
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURANo gritará, no voceará por las calles
Lectura del libro de Isaías Is 42, 1-7
MIRAD a mi siervo,a quien sostengo;mi elegido,en quien me complazco.He puesto mi espíritu sobre él,manifestará la justicia a las naciones.No gritará, no clamará,no voceará por las calles.La caña cascada no la quebrará,la mecha vacilante no la apagará.Manifestará la justicia con verdad.No vacilará ni se quebrará,hasta implantar la justicia en el país.En su ley esperan las islas.Esto dice el Señor, Dios,que crea y despliega los cielos,consolidó la tierra con su vegetación,da el respiro al pueblo que la habitay el aliento a quienes caminan por ella:«Yo, el Señor,te he llamado en mi justicia,te cogí de la mano, te formée hice de ti alianza de un puebloy luz de las naciones,para que abras los ojos de los ciegos,saques a los cautivos de la cárcel,de la prisión a los que habitan en tinieblas».
Palabra de Dios.Te alabamos , Señor.
Salmo responsorialSal 26, 1bcde. 2. 3. 13-14 (R: 1b)
R/. El Señor es mi luz y mi salvación.
V/. El Señor es mi luz y mi salvación,¿a quién temeré?El Señor es la defensa de mi vida,¿quién me hará temblar? R/.
V/. Cuando me asaltan los malvadospara devorar mi carne,ellos, enemigos y adversarios,tropiezan y caen. R/.
V/. Si un ejército acampa contra mí,mi corazón no tiembla;si me declaran la guerra,me siento tranquilo. R/.
V/. Espero gozar de la dicha del Señoren el país de la vida.Espera en el Señor, sé valiente,ten ánimo, espera en el Señor. R/.
Versículo antes del Evangelio
R/. Gloria a ti, Cristo, Palabra de Dios.
V/. Salve, Rey nuestro,solo tú te has compadecido de nuestros errores. R/.
EVANGELIODéjala; lo tenía guardado para el día de mi sepultura
Lectura del santo Evangelio según san Juan Jn 12, 1-11
SEIS DIAS antes de la Pascua, fue Jesús a Betania, donde vivía Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. Allí le ofrecieron una cena; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban con él a la mesa.María tomó una libra de perfume de nardo, auténtico y costoso, le ungió a Jesús los pies y se los enjugó con su cabellera. Y la casa se llenó de la fragancia del perfume.Judas Iscariote, uno de sus discípulos, el que lo iba a entregar, dice:«¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios para dárselos a los pobres?».Esto lo dijo no porque le importasen los pobres, sino porque era un ladrón; y como tenía la bolsa, se llevaba de lo que iban echando.Jesús dijo:«Déjala; lo tenía guardado para el día de mi sepultura; porque a los pobres los tenéis siempre con vosotros, pero a mí no siempre me tenéis».Una muchedumbre de judíos se enteró de que estaba allí y fueron no solo por Jesús, sino también para ver a Lázaro, al que había resucitado de entre los muertos.Los sumos sacerdotes decidieron matar también a Lázaro, porque muchos judíos, por su causa, se les iban y creían en Jesús.
Palabra del Señor.Gloria a Ti, Señor Jesús.
LITURGIA DE LA EUCARISTÍA
LITURGIA DE LA EUCARISTÍA
Oración sobre las ofrendas
Oración sobre las ofrendas
MIRA con bondad, Señor,los sagrados misterios que estamos celebrandoy ya que en tu misericordia dispusisteque nos sirvieran para desechar nuestros falsos criterios,concédenos que nos ayuden a producirverdaderos frutos de vida eterna.Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio II de la pasión del SeñorLa victoria de la pasión
44. Este prefacio se dice el lunes, martes y miércoles de la Semana Santa.
En verdad es justo y necesario,es nuestro deber y salvacióndarte graciassiempre y en todo lugar,Señor, Padre santo,Dios todopoderoso y eterno,por Cristo, Señor nuestro.
Porque se acercan ya los días santosde su pasión salvadoray de su resurrección gloriosa;en ellos celebramos su triunfosobre el poder de nuestro enemigoy renovamos el misterio de nuestra redención.
Por eso,los ángeles te cantan con júbilo eternoy nosotros nos unimos a sus vocescantando humildemente tu alabanza:
Santo, Santo, Santo...
Antífona de la comunión Cfr. Sal 101. 3
No apartes tu rostro de mí. En el día de mi tribulación, inclina a mí tu oído, y, siempre que te invoque, respóndeme enseguida.
Oración después de la comunión
VISITA, Señor, a tu puebloy protege con tu constante amora quienes has santificado por estos misterios,para que recibamos de tu misericordia y conservemos con tu protección,los auxilios para nuestra salvación eterna.Por Jesucristo, nuestro Señor.
Oración sobre el pueblo
DIOS y Padre nuestro,que tu protección socorra a los humildesy asista continuamente a quienes confían en tu misericordia,para que se preparen a celebrar las fiestas pascualesno sólo con acciones corporales, sino sobre todo con pureza de corazón.Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de la comunión Cfr. Sal 101. 3
No apartes tu rostro de mí. En el día de mi tribulación, inclina a mí tu oído, y, siempre que te invoque, respóndeme enseguida.
Oración después de la comunión
VISITA, Señor, a tu pueblo
Oración sobre el pueblo
DIOS y Padre nuestro,
Pensamientos para el Evangelio de hoy
«¡Oh don preciosísimo de la Cruz! ¡Qué aspecto tiene más esplendoroso! No contiene, como el árbol del paraíso, el bien y el mal entremezclados. Es un árbol que engendra la vida, sin ocasionar la muerte; que ilumina sin producir sombras; que introduce en el paraíso, sin expulsar a nadie» (San Teodoro Estudita).
«El amor no calcula, no mide, no repara en gastos, no pone barreras, sino que sabe donar con alegría, busca sólo el bien del otro, vence la mezquindad, la cicatería, los resentimientos, la cerrazón que el hombre lleva a veces en su corazón» (Benedicto XVI).
«Jesús hace suyas estas palabras: ‘Porque pobres siempre tendréis con vosotros; pero a mí no siempre me tendréis’ (Jn 12,8). Con esto, no hace caduca la vehemencia de los oráculos antiguos: ‘comprando por dinero a los débiles y al pobre por un par de sandalias...’ (Am 8,6), sino que nos invita a reconocer su presencia en los pobres que son sus hermanos» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 2.449).
Pensamientos para el Evangelio de hoy
«¡Oh don preciosísimo de la Cruz! ¡Qué aspecto tiene más esplendoroso! No contiene, como el árbol del paraíso, el bien y el mal entremezclados. Es un árbol que engendra la vida, sin ocasionar la muerte; que ilumina sin producir sombras; que introduce en el paraíso, sin expulsar a nadie» (San Teodoro Estudita).
«El amor no calcula, no mide, no repara en gastos, no pone barreras, sino que sabe donar con alegría, busca sólo el bien del otro, vence la mezquindad, la cicatería, los resentimientos, la cerrazón que el hombre lleva a veces en su corazón» (Benedicto XVI).
«Jesús hace suyas estas palabras: ‘Porque pobres siempre tendréis con vosotros; pero a mí no siempre me tendréis’ (Jn 12,8). Con esto, no hace caduca la vehemencia de los oráculos antiguos: ‘comprando por dinero a los débiles y al pobre por un par de sandalias...’ (Am 8,6), sino que nos invita a reconocer su presencia en los pobres que son sus hermanos» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 2.449).
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