
LUNES DE LA XVIII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, feria
o SAN EUSEBIO DE VERCELLI, obispo, (ML) o
SAN
PEDRO JULIÁN EYMARD, presbítero, (ML)
PROGRAMA PARROQUIAL:
LUNES, 02 DE AGOSTO
- Horario de la
parroquia: abierta de 10.30 h. a 13.30 h. y de 18.00 h. a 21.30 h.
- Horario de
despacho: de lunes a viernes, de 10.30 h. a 13.30 h y de 18.00 h. a 21.00 h.
- Entierro de +TOMÁS
GARRIDO DUARTE, en la Parroquia (a las 11.30 h.).
- Rezo del Santo
Rosario (a las 20.00 h.).
NO TENDREMOS LA SANTA MISA DE LA
TARDE.
YA MAÑANA SÍ
NOTICIAS DE ACTUALIDAD
Ángelus del Papa Francisco:
“No busques a Dios ni a un amigo sólo cuando tengas un problema”
¿Buscamos a Dios sólo para resolver nuestros problemas? Hoy el Papa Francisco nos pide pararnos a pensar cual es nuestro verdadero motivo por el que buscamos a Dios y nos recuerda que el verdadero amor es desinteresado: ¡no se ama para recibir un favor a cambio!
La Cruz de la JMJ recorrerá España
en septiembre y octubre
Un Itinerario que tocará unas 50 ciudades a lo largo y ancho de España, en un recorrido para animar a los jóvenes a participar en la Jornada Mundial de la Juventud de Lisboa 2023.
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El perdón de Asís:
un don pedido al Señor para cada persona
Los días 1 y 2 de agosto se celebra en Asís la Solemnidad del Perdón. Los fieles que acudan a la Porciúncula de Santa Maria Degli Angeli, o a cualquier iglesia franciscana del mundo, podrán obtener la indulgencia plenaria. Todas las celebraciones podrán seguirse también por streaming. "El perdón es el abrazo del Padre a cada hijo", explica el padre Francesco Piloni, Ministro Provincial de los Hermanos Menores de Umbria y Cerdeña.
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SANTORAL
DE HOY
Nuestra Señora de los Ángeles
INDULGENCIA DE LA PORCIÚNCULA
En julio de 1216, Francisco pidió en Perusa a Honorio III que todo el que, contrito y confesado, entrara en la iglesita de la Porciúncula, ganara gratuitamente una indulgencia plenaria, como la ganaban quienes se enrolaban en las Cruzadas, y otros que sostenían con sus ofrendas las iniciativas de la Iglesia. De ahí el nombre de Indulgencia de la Porciúncula, Perdón Asís, Indulgencia o Perdón de las rosas (por el prodigio que medió en su confirmación según alguna tradición tardía) u otros parecidos.
Más allá de las controversias históricas acerca de los orígenes y circunstancias de la concesión de la Indulgencia, lo cierto es que la Iglesia ha seguido, hasta nuestros días, otorgando y ampliando esa gracia extraordinaria. En la actualidad, esta Indulgencia puede lucrarse no sólo en Santa María de los Ángeles o la Porciúncula, sino en todas las iglesias franciscanas, y también en las iglesias catedral y parroquial, cada 2 de agosto, día de la Dedicación de la iglesita, una sola vez, con las siguientes condiciones: 1) visitar una de las iglesias mencionadas, rezando la oración del Señor y el Símbolo de la fe (Padrenuestro y Credo); 2) confesarse, comulgar y rezar por las intenciones del Papa, por ejemplo, un Padrenuestro con Avemaría y Gloria; estas condiciones pueden cumplirse unos días antes o después, pero conviene que la comunión y la oración por el Papa se realicen en el día en que se gana la Indulgencia.
* * *
S. S. Benedicto XVI
Ángelus del domingo 2 de agosto de 2009
EL «PERDÓN DE ASÍS»
Queridos hermanos y hermanas, el Año sacerdotal que estamos celebrando constituye una magnífica ocasión para profundizar en el valor de la misión de los presbíteros en la Iglesia y en el mundo. Al respecto nos llegan útiles motivos de reflexión de la memoria de los santos que la Iglesia nos propone diariamente. (...)
Hoy contemplamos en san Francisco de Asís el ardiente amor por la salvación de las almas, que todo sacerdote debe alimentar constantemente: en efecto, hoy se celebra el llamado "Perdón de Asís", que obtuvo del Papa Honorio III en el año 1216, después de haber tenido una visión mientras se hallaba en oración en la pequeña iglesia de la Porciúncula. Apareciéndosele Jesús en su gloria, con la Virgen María a su derecha y muchos ángeles a su alrededor, le dijo que expresara un deseo, y Francisco imploró un "perdón amplio y generoso" para todos aquellos que, "arrepentidos y confesados", visitaran aquella iglesia. Recibida la aprobación pontificia, el santo no esperó ningún documento escrito, sino que corrió a Asís y, al llegar a la Porciúncula, anunció la gran noticia: "Hermanos míos, ¡quiero enviaros a todos al paraíso!". A partir de entonces, desde el mediodía del 1 de agosto hasta la medianoche del 2, se puede lucrar, con las condiciones habituales, la indulgencia plenaria también por los difuntos, visitando una iglesia parroquial o franciscana.
(tomado de http://www.franciscanos.org/enciclopedia/indulgencia.htm)
San Eusebio de Vercelli, obispo y confesor
(†371)
Elogio: San Eusebio, primer obispo de Vercelli, en la Liguria, que consolidó la Iglesia en toda la región subalpina, y que por defender la fe del Concilio de Nicea fue desterrado por el emperador Constancio, primero a Escitópolis y, posteriormente, a Capadocia y la Tebaida. Vuelto a su sede después de ocho años de exilio, se esforzó con empeño y valentía para restablecer la fe contra la herejía arriana.
Refieren a este santo: San Dionisio de Milán, San Grato de Aosta, San Gregorio de Elvira, San Hilario de Poitiers, San Honorato de Vercelli, San Lucífero de Cagliari, San Paulino de Tréveris, San Teonesto
Oración
Concédenos, Señor, Dios nuestro, imitar la fortaleza de tu obispo san Eusebio de Vercelli al proclamar su fe en la divinidad de tu Hijo, y haz que, perseverando en esa misma fe de la que fue maestro, merezcamos un día participar de la vida divina de Cristo. Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén (oración litúrgica).
San Pedro Julián Eymard, presbítero y fundador
(1811 - †1868)
Elogio: San Pedro Julián Eymard, presbítero, el cual fue primeramente sacerdote diocesano y después miembro de la Compañía de María. Adorador eximio del misterio eucarístico, instituyó dos nuevas congregaciones, una de clérigos y otra de mujeres, para fomentar y difundir la piedad hacia el Santísimo Sacramento. Murió en la aldea de La Mure, cerca de Grenoble, en Francia, donde había nacido.
Oración
Oh Dios, que concediste a san Pedro Julián un amor admirable hacia el sagrado misterio del Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, concédenos benigno que merezcamos participar de este divino convite, comprendiendo, como él, su riqueza. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén (oración litúrgica).
Otros santos de este día:
San
Rutilio, mártir
En África Proconsular, conmemoración de san Rutilio, mártir, que durante
largo tiempo escapó de la persecución huyendo de un lugar a otro y, a veces,
salvándose del peligro con soborno, pero, arrestado finalmente de improviso y
presentado al prefecto, recibió la corona de un glorioso martirio al ser
torturado con grandes suplicios y arrojado, finalmente, al fuego.
San
Esteban I, papa
En Roma, en el cementerio de Calixto, san Esteban I, papa, el cual, para
afirmar claramente que la unión bautismal de los cristianos con Cristo se
cumplía una sola vez, prohibió que los herejes que quisieran volver a la plena
comunión con la Iglesia fueran de nuevo bautizados.
Santa
Centolla, mártir
En la región cercana a la actual ciudad de Burgos, en Hispania, santa
Centolla, mártir.
San
Máximo de Padua, obispo
En Padua, en la región de Venecia, san Máximo, obispo, considerado
sucesor de san Prosdócimo.
San
Sereno de Marsella, obispo
En Marsella, en la Provenza, de la Galia, san Sereno, obispo, que acogió
con hospitalidad a san Agustín y a sus compañeros enviados por el papa san
Gregorio Magno a evangelizar Inglaterra y, mientras se dirigía a Roma, descansó
piadosamente en el Señor en Biandrate, cerca de Vercelli.
San
Betario de Chartres, obispo
En Carnuto (hoy Chartres), en Neustria, san Betario, obispo.
San Pedro
de Osma, monje y obispo
En Palencia, en la región hispánica de Castilla, muerte de san Pedro,
obispo de Osma, que, primero monje y después archidiácono de la Iglesia de
Toledo, finalmente fue elevado a la sede de Osma, recién liberada de la
dominación mahometana, la cual reorganizó con vivo celo pastoral.
Beata Juana
de Aza, laica
En Caleruega, población igualmente de Castilla, conmemoración de la beata
Juana de Aza, madre de santo Domingo, que, llena de fe, hizo grandes obras de
misericordia en favor de los pobres y necesitados.
Beatos
Felipe de Jesús Munárriz Azcona, Juan Díaz Nosti y Leoncio Pérez Ramos,
presbíteros y mártires
En Barbastro, también en España, beatos Felipe de Jesús Munárriz Azcona,
Juan Díaz Nosti y Leoncio Pérez Ramos, presbíteros y mártires, todos ellos
Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de la Bienaventurada Virgen María, que,
precediendo a otros muchos compañeros, en el furor de la persecución contra la
Iglesia fueron fusilados a las puertas del cementerio por milicianos.
Beato
Ceferino Giménez Malla, el «Pelé», mártir
En la misma ciudad de Barbastro, beato Ceferino Jiménez Malla, el «Pelé»,
mártir de raza gitana, dedicado a promover la paz y la concordia entre su
pueblo y los vecinos, el cual, en la mencionada persecución, al salir en
defensa de un sacerdote que era arrastrado por las calles por los milicianos,
fue detenido y, llevado al cementerio, consumó su peregrinación por la tierra
al ser fusilado, mientras sostenía la corona del Rosario en sus manos.
Beato
Francisco Calvo Burillo, presbítero y mártir
En la aldea de Híjar, cerca de Teruel, en España, beato Francisco Calvo
Burillo, presbítero de la Orden de Predicadores y mártir, que padeció el
martirio en la misma persecución contra la fe.
Beato
Francisco Tomás Serer, presbítero y mártir
En Madrid, de nuevo en España, beato Francisco Tomás Serer, presbítero de
los Terciarios Capuchinos de Nuestra Señora de los Dolores y mártir, que en la
citada persecución mereció derramar su sangre por Cristo.
Beato
Justino María Russolillo, presbítero y fundador
En Nápoles, Justino María Russolillo, presbítero y fundador de la
Sociedad de las Divinas Vocaciones (Vocacionistas).
LITURGIA
DE HOY
Misa de feria (verde) o de una de las memorias (blanco).
MISAL: para la feria cualquier formulario permitido (véase pág. 67,
n. 5) / para la memoria de san Eusebio V.: 1ª orac. prop. y el resto del común
de pastores (para un obispo), o de un domingo del T.O. / para la memoria de san
Julián E.: 1ª orac. prop. y el resto del común de santos (para religiosos) o de
pastores (para un pastor), o de un domingo del T.O.; Pf. común o de la memoria.
LECC.: vol. III-impar.
- Núm 11, 4b-15. Solo no puedo cargar con este pueblo.
- Sal 80. R. Aclamad a Dios, nuestra fuerza.
- Mt 14, 13-21. Alzando la mirada al cielo, pronunció la
bendición y dio los panes a los discípulos; los discípulos se los dieron a la gente.
o bien: cf. vol. IV.
Liturgia de las Horas: oficio de
feria o de una de las memorias.
Martirologio: elogs. del 3 de agosto, pág. 465.
CALENDARIOS: Getafe: Nuestra Señora de los Ángeles (S).
Osma-Soria: San Pedro de Osma, obispo (S).
Sacramentinos: San Pedro Julián Eymard, presbítero (S). PP.
Maristas: (MO).
Familia Franciscana y Hermanas de la Cruz: Santa María de los
Ángeles de la Porciúncula (F).
Hermanas del Ángel de la Guarda: Bienaventurada Virgen María de los
Ángeles (F).
Canónigos Regulares de Letrán: San Eusebio de Vercelli, obispo
(MO).
Dominicos: Beata Juana de Aza (MO). Burgos: (ML).
Agustinos: Beato Juan de Rieti, religioso (ML).
Familia Salesiana: Beato Augusto Czartoryski, presbítero (ML).
Monición de entrada
Recordamos en esta celebración a san Eusebio, primer obispo de Vercelli,
en Italia. Nació en Cerdeña a principios del siglo IV. La defensa y el
esclarecimiento de la fe le causaron sufrimientos y el destierro. Vuelto a su
sede después de ocho años de exilio, se esforzó con empeño y valentía para
restablecer la fe contra la herejía arriana. Allí entregó su alma Dios el año
371.
Conmemoramos también hoy a san Pedro Julián Eymard, presbítero, el cual
fue primero sacerdote diocesano y después miembro de la Compañía de María. Fiel
adorador del misterio eucarístico, instituyó dos nuevas congregaciones, una de
clérigos y otra de mujeres, para
PRIMERA LECTURA
Solo
no puedo cargar con este pueblo
Lectura del libro de los Números (Nm 11, 4b-15)
EN AQUELLOS DÍAS, dijeron los hijos de Israel:
«¡Quién nos diera carne para comer! ¡Cómo nos acordamos del pescado que
comíamos gratis en Egipto, y de los pepinos y melones y puerros y cebollas y
ajos! En cambio ahora se nos quita el apetito de no ver más que maná».
(El maná se parecía a la semilla de coriandro, y tenía color de bedelio; el
pueblo se dispersaba para recogerlo, lo molían en la muela o lo machacaban en
el almirez, lo cocían en la olla y hacían con él hogazas que sabían a pan de
aceite. Por la noche caía el rocío en el campamento y encima de él el maná).
Moisés oyó cómo el pueblo lloraba, una familia tras otra, cada uno a la entrada
de su tienda, provocando la ira del Señor. Y disgustado, dijo al Señor:
«¿Por qué tratas mal a tu siervo? ¿Por qué no he hallado gracia a tus ojos,
sino que me haces cargar con todo este pueblo? ¿He concebido yo a todo este
pueblo o lo he dado a luz, para que me digas: “Coge en brazos a este pueblo,
como una nodriza a la criatura, y llévalo a la tierra que prometí con juramento
a sus padres”? ¿De dónde voy a sacar carne para repartirla a todo el pueblo,
que me viene llorando: “Danos de comer carne”? Yo solo no puedo cargar con todo
este pueblo, pues supera mis fuerzas. Si me vas a tratar así, hazme morir, por
favor, si he hallado gracia a tus ojos; así no veré más mi desventura».
Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL (Sal 80, 12-13. 14-15. 16-17 [R.: 2a])
R. Aclamad
a Dios, nuestra fuerza.
V. Mi pueblo no escuchó mi voz,
Israel no quiso obedecer:
los entregué a su corazón obstinado,
para que anduviesen según sus antojos.
R. Aclamad
a Dios, nuestra fuerza.
V. ¡Ojalá me escuchase mi pueblo
y caminase Israel por mi camino!:
en un momento humillaría a sus enemigos
y volvería mi mano contra sus adversarios.
R. Aclamad
a Dios, nuestra fuerza.
V. Los que aborrecen al Señor lo adularían,
y su suerte quedaría fijada;
los alimentaría con flor de harina,
los saciaría con miel silvestre.
R. Aclamad
a Dios, nuestra fuerza.
R. Aleluya,
aleluya, aleluya.
V. No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de
la boca de Dios. R.
EVANGELIO
Alzó
la mirada al cielo, pronunció la bendición y dio los panes a los discípulos;
los discípulos se los dieron a la gente
╬ Lectura del santo Evangelio según san Mateo (Mt 14, 13-21)
R. Gloria a ti, Señor.
EN AQUEL TIEMPO, al enterarse Jesús de la muerte de Juan el Bautista, se
marchó de allí en barca, a solas, a un lugar desierto. Cuando la gente lo supo,
lo siguió por tierra desde los poblados.
Al desembarcar vio Jesús una multitud, se compadeció de ella y curó a los
enfermos. Como se hizo tarde, se acercaron los discípulos a decirle:
«Estamos en despoblado y es muy tarde, despide a la multitud para que vayan a
las aldeas y se compren comida».
Jesús les replicó:
«No hace falta que vayan, dadles vosotros de comer».
Ellos le replicaron:
«Si aquí no tenemos más que cinco panes y dos peces».
Les dijo:
«Traédmelos».
Mandó a la gente que se recostara en la hierba y tomando los cinco panes y los
dos peces, alzando la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes
y se los dio a los discípulos; los discípulos se los dieron a la gente.
Comieron todos y se saciaron y recogieron doce cestos llenos de sobras.
Comieron unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños.
Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Papa
Francisco, Audiencia
general 17-agosto-2016
Vivir la comunión con Cristo es otra cosa distinta a permanecer pasivos y
ajenos a la vida cotidiana; por el contrario, nos introduce cada vez más en la
relación con los hombres y las mujeres de nuestro tiempo, para ofrecerles la
señal concreta de la misericordia y de la atención de Cristo. Mientras nos
nutre de Cristo, la Eucaristía que celebramos nos transforma poco a poco
también a nosotros en cuerpo de Cristo y nutrimento espiritual para los
hermanos. Jesús quiere llegar a todos, para llevar a todos el amor de Dios. Por
ello convierte a cada creyente en servidor de la misericordia. Jesús ha visto a
la muchedumbre, ha sentido compasión por ella y ha multiplicado los panes; así
hace lo mismo con la Eucaristía. Y nosotros, creyentes que recibimos este pan
eucarístico, estamos empujados por Jesús a llevar este servicio a los demás,
con su misma compasión. Este es el camino.