PROGRAMA PARROQUIAL:JUEVES, 04 DE AGOSTO- Horario de la parroquia: abierta de 10.30 h. a 13.30 h. y de 18.00 h. a 21.30 h.
- Horario de despacho: de lunes a viernes, de 10.30 h. a 13.30 h y de 18.00 h. a 21.00 h.
- Rezo del Santo Rosario (20.00 h.) y Eucaristía del Jueves de la XVIII Semana del Tiempo Ordinario, en la Parroquia (a las 20.30 h.).
- Horario de la parroquia: abierta de 10.30 h. a 13.30 h. y de 18.00 h. a 21.30 h.
- Horario de despacho: de lunes a viernes, de 10.30 h. a 13.30 h y de 18.00 h. a 21.00 h.
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NOTICIAS DE ACTUALIDAD
NOTICIAS DE ACTUALIDAD
SANTORAL DE HOY
Otros santos de este día:
San Aristarco, santo del NT
Conmemoración de san Aristarco de
Tesalónica, que fue discípulo del apóstol san Pablo, fiel compañero en sus
viajes y prisionero junto a él en Roma.
Santos Justino y Crescencio,
mártires
En Roma, en la vía Tiburtina, santos
Justino y Crescencio, mártires. († 258)
San Eleuterio de Tarsia, mártir
En Tarsia, de Bitinia, san Eleuterio,
mártir. († s. IV)
Santa Ia, mártir
En Persia, santa Ia, mártir durante el
reinado de Sapor II. († c. 362)
San Eufronio de Tours, obispo
En Tours, de Neustria, conmemoración de
san Eufronio, obispo, que participó en varios concilios, restauró muchas
iglesias en la ciudad, erigió parroquias en las aldeas y promovió con gran
esmero la veneración de la Santa Cruz. († 573)
San Onofre de Catanzaro, eremita
En los bosques de Panaia, cerca de
Catanzaro, en la Calabria, san Onofre, eremita, insigne por sus ayunos y por la
austeridad de vida. († 995)
San Rainero de Split, obispo y
mártir
En Spalato (hoy Split), en Dalmacia, san
Rainero, obispo y mártir, que en primer lugar fue monje, después sobrellevó
grandes padecimientos por defender los derechos de la Iglesia en la sede
episcopal de Cagli y posteriormente murió apedreado en la de Split. († 1180)
Beata Cecilia, virgen
En Bolonia, en la Emilia, beata Cecilia,
virgen, que recibió el hábito de religiosa de manos de santo Domingo, de cuya
vida y de cuyo espíritu fue testimonio fidelísima. († 1290)
Beato Guillermo Horne, monje
mártir
En Londres, en Inglaterra, beato Guillermo
Horne, mártir, monje en la Cartuja de esta ciudad, en la que nunca se apartó
del cumplimiento de la Regla. Debilitado por una larga permanencia en la cárcel
durante el reinado de Enrique VIII, y sometido finalmente al suplicio en el
patíbulo de Tyburn, emigró a la diestra de Cristo. († 1540)
Beato Federico Janssoone, religioso
presbítero
En Montreal, en la región de Quebec, en
Canadá, beato Federico Janssoone, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores,
el cual, para el progreso de la fe, difundió notablemente las peregrinaciones a
Tierra Santa. († 1916)
Beato Gonzalo Gonzalo, religioso y
mártir
En Madrid, capital de España, beato
Gonzalo Gonzalo, religioso de la Orden de San Juan de Dios y mártir, que, en el
furor de la persecución contra la fe, confirmó con su sangre su testimonio de
Cristo. († 1936)
Beatos José Batalla Parramón, José
Rabasa Bentanachs y Gil Rodicio Rodicio, religiosos mártires
En Barcelona, también de España, beatos
mártires José Batalla Parramón, presbítero, José Rabasa Bentanachs y Egidio Gil
Rodicio, religiosos de la Sociedad de San Francisco de Sales, que durante la
misma persecución alcanzaron la vida eterna con la defensa de la fe. († 1936)
Beato Enrique Krzysztofik,
presbítero y mártir
En el campo de concentración de Dachau,
cerca de Munich, en Alemania, beato Enrique Krzysztofik, presbítero y mártir,
el cual, deportado, en tiempo de guerra, desde Polonia a una cárcel extranjera
por haberse profesado cristiano, consumó entre suplicios su martirio. († 1942)
Beato Ioan Balan, obispo y
mártir
En Bucarest, Rumanía, beato Ioan Balan,
eparca de Lugoj, y mártir en un régimen enemigo de Dios y de la Iglesia. (†
1959)
Beato Enrique Angelelli, obispo y
mártir
En Punta de los Llanos, La Rioja, República Argentina, beato Enrique Angelelli, obispo de La Rioja y mártir, que entregó su ministerio al servicio de la paz y la justicia en favor de los más necesitados, y fue muerto en un accidente de coche provocado para acallar su acción pastoral. († 1976)
LITURGIA DE HOY
Misa de la memoria (blanco).
MISAL: 1.ª orac. prop. y el resto del común de pastores (para un pastor), o de un domingo del T.O., Pf. común o de la memoria.
LECC.: vol. III-par.
- Jer 31, 31-34. Haré una alianza nueva y no recordaré los pecados.
- Sal 50. R. Oh, Dios, crea en mí un corazón puro.
- Mt 16, 13-23. Tú eres Pedro, y te daré las llaves del reino de
los cielos.
o bien: cf. vol. IV.
Liturgia
de las Horas: oficio de la memoria.
Martirologio: elogs. del 5 de agosto,
pág. 468.
4 de agosto
San Juan María Vianney, presbítero.
Memoria
Antífona
de entrada Cf. Lc 4, 18
El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me
ha ungido. Me ha enviado a evangelizar a los pobres y curar a los contritos de
corazón.
O bien: Cf. Eclo 45, 16
El Señor lo eligió como su sacerdote, para
ofrecer el sacrificio de alabanza.
Monición de entrada
Celebramos hoy la memoria de san Juan María Vianney, presbítero. Nació en Lion el año 1786. Durante más de cuarenta años se entregó de una manera admirable al servicio de la parroquia que le fue encomendada en la aldea de Ars, en Francia, con asidua predicación, oración y ejemplos de penitencia. Diariamente catequizaba a niños y adultos, reconciliaba a los arrepentidos y con su ardiente caridad, alimentada en la eucaristía, brilló de tal modo a lo largo y a lo ancho de toda Europa; con su sabiduría llevó a Dios a muchísimas almas. Murió el año 1859.
a san Juan María Vianney, presbítero, por su celo pastoral,
concédenos, por su ejemplo e intercesión,
ganar para Cristo nuevos hermanos en el amor
y poder alcanzar con ellos la gloria eterna.
Por nuestro Señor Jesucristo.
LECTURAS DE LA MISA
Audio y comentario del Evangelio de hoy (I)
Audio y comentario del Evangelio de hoy (II)
Lectura del libro de Jeremías (Jr 31, 31-34)
MIRAD que llegan días llegan días —oráculo
del Señor— en que haré con la casa de Israel y la casa de Juda una alianza
nueva. No sera una alianza como la que hice con sus padres, cuando los tomé de
la mano para sacarlos de Egipto, pues quebrantaron mi alianza, aunque yo era su
Señor —oráculo del Señor—.
Esta será la alianza que haré con ellos después de aquellos días —oráculo del
Señor—: Pondré mi ley en su interior y la escribiré en sus corazones; yo seré
su Dios y ellos serán mi pueblo. Ya no tendrán que enseñarse unos a otros
diciendo:
«Conoced al Señor», pues todos me conocerán, desde el más pequeño al mayor
—oráculo del Señor—, cuando perdone su culpa y no recuerde ya sus pecados.
R. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL (Sal 50, 12-13. 14-15. 18-19 [R.: 12a])
R. Oh, Dios, crea en mí un corazón puro.
V. Oh, Dios, crea en mí un corazón
puro,
renuévame por dentro con espíritu firme.
No me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.
R. Oh, Dios, crea en mí un corazón puro.
V. Devuélveme la alegría de tu
salvación,
afiánzame con espíritu generoso.
Enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti.
R. Oh, Dios, crea en mí un corazón puro.
V. Los sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
El sacrificio agradable a Dios
es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
tú, oh, Dios, tú no lo
desprecias.
R. Oh, Dios, crea en mí un
corazón puro.
V. Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia,
y el poder del infierno no la derrotará.
R. Gloria a ti, Señor.
EN AQUEL TIEMPO, al llegar a la región de
Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos:
«¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?».
Ellos contestaron:
«Unos que Juan el Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los
profetas».
Él les preguntó:
«Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?».
Simón Pedro tomo la palabra y dijo:
«Tú eres el Mesías, el Hijo del Dios vivo».
Jesús le respondió:
«¡Bienaventurado tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado ni
la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos.
Ahora yo te digo: tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el
poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos;
lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la
tierra quedará desatado en los cielos».
Y les mandó a los discípulos que no dijesen a nadie que él era el Mesías.
Desde entonces comenzó Jesús a manifestar a sus discípulos que tenía que ir a
Jerusalén y padecer allí mucho por parte de los ancianos, sumos sacerdotes y
escribas, y que tenía que ser ejecutado y resucitar al tercer día.
Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo:
«¡Lejos de ti tal cosa, Señor! Eso no puede pasarte».
Jesús se volvió y dijo a Pedro:
«¡Ponte detrás de mí, Satanás! Eres para mí piedra de tropiezo, porque tú
piensas como los hombres, no como Dios».
Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Del Papa Benedicto XVI, Homilía 29 junio 2012
La Iglesia no es una comunidad de perfectos, sino de pecadores que se deben
reconocer necesitados del amor de Dios, necesitados de ser purificados por
medio de la Cruz de Jesucristo. Las palabras de Jesús sobre la autoridad de
Pedro y de los Apóstoles revelan que el poder de Dios es el amor, amor que
irradia su luz desde el Calvario. Así, podemos también comprender porqué, en el
relato del evangelio, tras la confesión de fe de Pedro, sigue inmediatamente el
primer anuncio de la pasión: en efecto, Jesús con su muerte ha vencido el poder
del infierno, con su sangre ha derramado sobre el mundo un río inmenso de
misericordia, que irriga con su agua sanadora la humanidad entera.
Pensamientos para el Evangelio de hoy
«Nadie puede tener a Dios por Padre si no tiene a la Iglesia por Madre» (San Cipriano).
«Fe y seguimiento de Cristo están estrechamente relacionados. Y, puesto que supone seguir al Maestro, la fe tiene que consolidarse y crecer. Pedro y los demás apóstoles tuvieron que avanzar por este camino, hasta que el encuentro con el Señor resucitado les abrió los ojos a una fe plena» (Benedicto XVI).
«Movidos por la gracia del Espíritu Santo y atraídos por el Padre nosotros creemos y confesamos a propósito de Jesús: ‘Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo’ (Mt 16,16). Sobre la roca de esta fe, confesada por San Pedro, Cristo ha construido su Iglesia (…)» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 424).
Pensamientos para el Evangelio de hoy
«Nadie puede tener a Dios por Padre si no tiene a la Iglesia por Madre» (San Cipriano).
«Fe y seguimiento de Cristo están estrechamente relacionados. Y, puesto que supone seguir al Maestro, la fe tiene que consolidarse y crecer. Pedro y los demás apóstoles tuvieron que avanzar por este camino, hasta que el encuentro con el Señor resucitado les abrió los ojos a una fe plena» (Benedicto XVI).
«Movidos por la gracia del Espíritu Santo y atraídos por el Padre nosotros creemos y confesamos a propósito de Jesús: ‘Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo’ (Mt 16,16). Sobre la roca de esta fe, confesada por San Pedro, Cristo ha construido su Iglesia (…)» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 424).