03 de octubre - MIÉRCOLES DE LA XXXI SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, feria o SAN MARTÍN DE PORRES, religioso (ML)

 

    

MIÉRCOLES DE LA XXXI SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, feria
o SAN MARTÍN DE PORRES, religioso (ML)

 

PROGRAMA PARROQUIAL:
MIÉRCOLES, 03 DE NOVIEMBRE

- Horario de la parroquia: abierta de 10.00 h. a 13.30 h. y de 17.00 h. a 21.30 h.

- Rezo del Santo Rosario (a las 19.00 h.) y Eucaristía del Miércoles de la XXXI Semana del Tiempo Ordinario (a las 19.30 h.).

 


 NOTICIAS DE ACTUALIDAD

Portada

La Madre Olga María del Redentor... y las jóvenes carmelitas samaritanas

Ser monja le «cortaba el rollo»... y Dios quiso que acabase siendo la superiora más joven de España

El Tribunal Supremo de EEUU examina la oración vocal y táctil en el momento de la ejecución

¿Existe el derecho a que, mientras te ejecutan, tu capellán te imponga las manos y rece en voz alta?

Patrick O'Shea narra cómo según se fue acercando a Dios se fueron sus heridas

Viudo nada más ser padre, sobrevivió al suicidio y en el vacío un misterioso hombre le habló de Dios

Vídeos

  La Palma: flores sobre los difuntos

  Fieles Difuntos: qué podemos hacer

  Una película sobre el purgatorio

  Todos los Santos... o, al menos, uno

  Por qué San José, en un minuto

Otras noticias

  El Papa pide en la fiesta de los Fieles Difuntos «que el último paso nos encuentre en camino»

  La Santa Sede amplia de nuevo las indulgencias por los difuntos a todo el mes de noviembre

  Hogar de María: más de 1.000 vidas salvadas, ayuda a cientos de madres y también vela por sus almas

  La ley anti-conversión de la India alimenta una mayor violencia contra la minoría cristiana

  Homilía de D. Jesús Higueras: Domingo 31 de octubre

  Jesús de Nazaret, una persona: Cardenal Raniero Cantalamessa

Evangelio del día

  «Tu hermano resucitará» , por ReL

Opinión

  Tanganas eclesiásticas , por Juan Manuel de Prada

  Del obispo Novell al baúl de la Piquer , por Ignacio Monar García

Blogs

  Estudio científico LGTBIQ. La verdad de los datos. , por Estamos en Sus Manos

  Hoy el reto del amor es pedir al Señor vivir el día con Su mirada. , por El Reto Del Amor

  ¿Cualquier cosa? Comentario para Matrimonios: Juan 14, 1-6 , por ProyectoAmorConyugal.es

  Don Jesús Arnal, escribiente en la Columna de Durruti (2) , por Victor in vínculis

  El diablo anda suelto (V) , por Piedras vivas



SANTORAL DE HOY

Elogio: San Martín de Porres, religioso de la Orden de Predicadores, hijo de un español y de una mujer de raza negra, quien, ya desde niño, a pesar de las limitaciones provenientes de su condición de hijo ilegítimo y mulato, aprendió la medicina que, después, siendo religioso, ejerció generosamente en Lima, ciudad del Perú, a favor de los pobres. Entregado al ayuno, a la penitencia y a la oración, vivió una existencia austera y humilde, pero irradiante de caridad.

Patronazgos: patrono del Perú, de los peluqueros, de la limpieza pública, de los farmacéuticos, de los enfermeros, de la televisión, de la raza negra.

Otros santos de este día:

   Santos Germán, Teófilo y Cirilo, mártires

En Cesarea de Capadocia, santos Germán, Teófilo y Cirilo, mártires.

   San Libertino de Agrigento, obispo y mártir  

En Agrigento, de Sicilia, san Libertino, obispo y mártir.

   San Pápulo, mártir

En la región de Lauragais, en la Galia Narbonense, san Pápulo, venerado como mártir.

   Santos Valentín e Hilario, mártires  

En Viterbo, del Lacio, santos Valentín, presbítero, e Hilario, diácono, mártires.

   San Guenael, abad

En la Bretaña Menor, san Guenael, venerado como abad de Landevenec.

   Santa Silvia, madre de familia (2 coms.)  

En Roma, conmemoración de santa Silvia, madre del papa san Gregorio I Magno, de la que el mismo Pontífice dejó escrito que había alcanzado la cima de la oración y de la penitencia, siendo óptimo ejemplo para todos los demás.

   San Pirmino, abad y obispo  

En el monasterio de Hornbach, junto a Estrasburgo, en Burgundia, sepultura de san Pirmino, obispo y abad de Reichenau, que evangelizó a alamanes y bávaros, fundó muchos monasterios y compuso para sus discípulos un libro para catequizar a los campesinos.

   San Juanicio, monje  

En el cenobio de Antidio, en Bitinia, san Juanicio, monje, que, después de más de veinte años al servicio de las armas, vivió solitario en varias montañas del Olimpo, y solía acompañar su oración con estas palabras: «Dios es mi esperanza, Cristo mi refugio, el Espíritu Santo mi protector».

   Santa Odrada, virgen

En Alem, de Flandes, conmemoración de santa Odrada, virgen.

   San Ermengol de Urgel, obispo  

En Urgel, en la región hispánica de Cataluña, san Ermengol, obispo, uno de los preclaros pastores que se cuidaron de restablecer la Iglesia en las tierras rescatadas del yugo de los sarracenos. Construyó un puente poniendo los materiales y su mano de obra, pero, resbalándose de lo alto, murió entre las piedras por fractura del cráneo.

   Beato Berardo de Mársica, obispo

En el territorio de los marsos, en el Abruzo, beato Berardo, obispo, que sobresalió en la extirpación de la simonía, la restauración de la disciplina clerical y la sustentación y protección de los pobres.

   Beata Alpaide, virgen  

En Cudot, en la región de Sens, en Francia, beata Alpaide, virgen, que, siendo jovencita, cruelmente herida y abandonada por los suyos, vivió recluida en una minúscula celda hasta la ancianidad.

   Santa Ida, reclusa

Cerca del monasterio de Fieschingen, santa Ida, reclusa.

   Beato Simón Balachi, religioso  

En Rímini, de la provincia de Flaminia, beato Simón Balachi, religioso de la Orden de Predicadores, que entregó toda su vida al servicio de los hermanos, dedicado a la penitencia y a la oración.

   San Carlos Borromeo, obispo  

En Milán, de la Lombardía, muerte de san Carlos Borromeo, obispo, cuya memoria se celebra mañana.

   San Pedro Francisco Nerón, presbítero y mártir  

Junto a la fortaleza Xa Doai, en Tonquín, san Pedro Francisco Nerón, presbítero de la Sociedad de Misiones Extranjeras de París y mártir, que, en tiempo del emperador Tu Duc, vivió tres meses encerrado en una cueva estrechísima, donde, herido atrozmente con varas, se abstuvo durante tres semanas de todo alimento y consumó su martirio al ser finalmente decapitado.

   Beato Manuel Lozano Garrido, laico

En Linares, de Jaén, España, beato Manuel Lozano Garrido, llamado popularmente «Lolo», periodista, que dio alegre testimonio del Evangelio en medio del sufrimiento de una parálisis progresiva.


LITURGIA DE HOY

Misa de feria (verde) o de la memoria (blanco).

MISAL: para la feria cualquier formulario permitido (véase pág. 67, n. 5) / para la memoria 1.ª orac. prop. y el resto del común de santos (para religiosos), o de un domingo del T.O.; Pf. común o de la memoria.
LECC.: vol. III-impar.
- Rom 13, 8-10. La plenitud de la ley es el amor.
- Sal 111. R. Dichoso el que se apiada y presta.
- Lc 14, 25-33. Aquel que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío.
o bien: cf. vol. IV.

Liturgia de las Horas: oficio de feria o de la memoria.

Martirologio: elogs. del 4 de noviembre, pág. 649.
CALENDARIOS: Urgell: San Ermengol, obispo (S). Solsona: (MO).
Zaragoza: Santa Engracia, virgen y mártir, y los protomártires de Zaragoza (F).
Dominicos: San Martín de Porres, religioso (F).
Sevilla: Todos los santos hispalenses (MO).
Barbastro-Monzón y Tarazona: San Gaudioso, obispo (ML).
Jaén: Beato Manuel Lozano Garrido (ML).
Vic: San Pedro Almato, presbítero y mártir (ML).
Jesuitas: Beato Ruperto Mayer, presbítero (ML).
Pasionistas: Beato Pío de San Luis, religioso (ML).
Escolapios, Mínimos y Salesas: Conmemoración de los difuntos de la Orden.


Antífona de entrada Sal 15, 5
El Señor es el lote de mi heredad y mi copa: tú eres el que restituyes mi heredad.


Monición de entrada

Conmemoramos en esta celebración a san Martín de Porres, religioso de la Orden de Predicadores, hijo de español y de peruana, nacido en Lima (Perú) el año 1579. Ya desde niño, a pesar de su condición social, considerada baja en la época, aprendió la medicina que, después, siendo religioso, ejerció generosamente en favor de los pobres. Entregado al ayuno, a la penitencia y a la oración, vivió una existencia austera y humilde, pero irradiante de caridad. Murió el año 1639.


Oración colecta

Oh, Dios, que has conducido a san Martín de Porres
a la gloria celeste por el camino de la humildad,
concédenos seguir ahora sus admirables ejemplos
para que merezcamos ser elevados con él a los cielos.
Por nuestro Señor Jesucristo.

PRIMERA LECTURA 
La plenitud de la ley del amor

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (Rm 13, 8-10)

HERMANOS:
A nadie le debáis nada, más que el amor mutuo; porque el que ama ha cumplido el resto de la ley. De hecho, el «no cometerás adulterio, no matarás, no robarás, no codiciarás», y cualquiera de los otros mandamientos, se resume en esto: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo».
El amor no hace mal a su prójimo; por eso la plenitud de la ley es el amor.

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

 
SALMO RESPONSORIAL (Sal 111, 1-2. 4-5. 9 [R.: 5a])

R. Dichoso el que se apiada y presta.

O bien: Aleluya.
 
V. Dichoso quien teme al Señor
y ama de corazón sus mandatos.
Su linaje será poderoso en la tierra,
la descendencia del justo será bendita.

R. Dichoso el que se apiada y presta.
 
V. En las tinieblas brilla como una luz
el que es justo, clemente y compasivo.
Dichoso el que se apiada y presta,
y administra rectamente sus asuntos.

R. Dichoso el que se apiada y presta.
 
V. Reparte limosna a los pobres;
su caridad dura por siempre
y alzará la frente con dignidad.

R. Dichoso el que se apiada y presta.


Aleluya 1 Pe 4, 14

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Si os ultrajan por el nombre de Cristo, bienaventurados vosotros, porque el Espíritu de Dios reposa sobre vosotros. R.

 

EVANGELIO 
Aquel que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío

╬ Lectura del santo Evangelio según san Lucas (Lc 14, 25-33)
R. Gloria a ti, Señor Jesús.

EN AQUEL TIEMPO, mucha gente acompañaba a Jesús; él se volvió y les dijo: «Si alguno viene a mí y no pospone a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío.
Quien no carga con su cruz y viene en pos de mí, no puede ser discípulo mío.

Así, ¿quién de vosotros, si quiere construir una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, a ver si tiene para terminarla?

No sea que, si echa los cimientos y no puede acabarla, se pongan a burlarse de él los que miran, diciendo:

“Este hombre empezó a construir y no pudo acabar”.

¿O qué rey, si va a dar la batalla a otro rey, no se sienta primero a deliberar si con diez mil hombres podrá salir al paso del que lo ataca con veinte mil?

Y si no, cuando el otro está todavía lejos, envía legados para pedir condiciones de paz.
Así pues, todo aquel de entre vosotros que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío».

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.


San Josemaría Escrivá, Camino 324
"Quia hic homo coepit aedificare et non potuit consummare!" –¡comenzó a edificar y no pudo terminar!
Triste comentario, que, si no quieres, no se hará de ti: porque tienes todos los medios para coronar el edificio de tu santificación: la gracia de Dios y tu voluntad.


02 de noviembre - CONMEMORACIÓN DE TODOS LOS FIELES DIFUNTOS

 

    

LUNES 01 DE NOVIEMBRE - TODOS LOS SANTOS, SOLEMNIDAD

 

PROGRAMA PARROQUIAL:
MARTES, 2 DE NOVIEMBRE

- Horario de la parroquia: abierta de 10.00 h. a 13.30 h. y de 17.00 h. a 21.30 h.

Eucaristía de la Conmemoración de Todos los Fieles Difuntos, en el Cementerio Parroquial (a las 09.00 h.).

Eucaristía de la Conmemoración de Todos los Fieles Difuntos, en el Cementerio Parroquial (a las 17.00 h.).

- Rezo del Santo Rosario y Eucaristía de la Conmemoración de Todos los Fieles Difuntos, en la Parroquia (a las 19.30 h.).

 


Del Directorio sobre la Piedad popular y la Liturgia
 
LOS SUFRAGIOS POR LOS DIFUNTOS
 
Sentido de los sufragios

251. En la muerte, el justo se encuentra con Dios, que lo llama a sí para hacerle partícipe de la vida divina. Pero nadie puede ser recibido en la amistad e intimidad de Dios si antes no se ha purificado de las consecuencias personales de todas sus culpas. "La Iglesia llama Purgatorio a esta purificación final de los elegidos, que es completamente distinta del castigo de los condenados. La Iglesia ha formulado la doctrina de la fe relativa al Purgatorio sobre todo en los Concilios de Florencia y de Trento".

De aquí viene la piadosa costumbre de ofrecer sufragios por las almas del Purgatorio, que son una súplica insistente a Dios para que tenga misericordia de los fieles difuntos, los purifique con el fuego de su caridad y los introduzca en el Reino de la luz y de la vida.

Los sufragios son una expresión cultual de la fe en la Comunión de los Santos. Así, "la Iglesia que peregrina, desde los primeros tiempos del cristianismo tuvo perfecto conocimiento de esta comunión de todo el Cuerpo Místico de Jesucristo, y así conservó con gran piedad el recuerdo de los difuntos, y ofreció sufragios por ellos, "porque santo y saludable es el pensamiento de orar por los difuntos para que queden libres de sus pecados" (2 Mac 12,46)". Estos sufragios son, en primer lugar, la celebración del sacrificio eucarístico, y después, otras expresiones de piedad como oraciones, limosnas, obras de misericordia e indulgencias aplicadas en favor de las almas de los difuntos.
 
Otros sufragios

255. La Iglesia ofrece el sacrificio eucarístico por los difuntos con ocasión, no sólo de la celebración de los funerales, sino también en los días tercero, séptimo y trigésimo, así como en el aniversario de la muerte; la celebración de la Misa en sufragio de las almas de los propios difuntos es el modo cristiano de recordar y prolongar, en el Señor, la comunión con cuantos han cruzado ya el umbral de la muerte. El 2 de Noviembre, además, la Iglesia ofrece repetidamente el santo sacrificio por todos los fieles difuntos, por los que celebra también la Liturgia de las Horas.

Cada día, tanto en la celebración de la Eucaristía como en las Vísperas, la Iglesia no deja de implorar al Señor con súplicas, para que dé a "los fieles que nos han precedido con el signo de la fe... y a todos los que descansan en Cristo, el lugar del consuelo, de la luz y de la paz".

Es importante, pues, educar a los fieles a la luz de la celebración eucarística, en la que la Iglesia ruega para que sean asociados a la gloria del Señor resucitado todos los fieles difuntos, de cualquier tiempo y lugar, evitando el peligro de una visión posesiva y particularista de la Misa por el "propio" difunto. La celebración de la Misa en sufragio por los difuntos es además una ocasión para una catequesis sobre los novísimos.

260. La piedad popular para con los difuntos se expresa de múltiples formas, según los lugares y las tradiciones.

- la novena de los difuntos como preparación y el octavario como prolongación de la Conmemoración del 2 de Noviembre; ambos se deben celebrar respetando las normas litúrgicas;

- la visita al cementerio; en algunas circunstancias se realiza de forma comunitaria, como en la Conmemoración de todos los fieles difuntos, al final de las misiones populares, con ocasión de la toma de posesión de la parroquia por el nuevo párroco; en otras se realiza de forma privada, como cuando los fieles se acercan a la tumba de sus seres queridos para mantenerla limpia y adornada con luces y flores; esta visita debe ser una muestra de la relación que existe entre el difunto y sus allegados, no expresión de una obligación, que se teme descuidar por una especie de temor supersticioso;

- la adhesión a cofradías y otras asociaciones, que tienen como finalidad "enterrar a los muertos" conforme a una visión cristiana del hecho de la muerte, ofrecer sufragios por los difuntos, ser solidarios y ayudar a los familiares del fallecido;

- los sufragios frecuentes, de los que ya se ha hablado, mediante limosnas y otras obras de misericordia, ayunos, aplicación de indulgencias y sobre todo oraciones, como la recitación del salmo De profundis, de la breve fórmula Requiem aeternam, que suele acompañar con frecuencia al Ángelus, el santo Rosario, la bendición de la mesa familiar.



 NOTICIAS DE ACTUALIDAD


Anuncio de Catequesis
para jóvenes y adultos:
Lunes y Jueves, a las 20.30h  (desde el lunes, 18 oct)



Portada

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  España, Monarquía Católica , por Germán Masserdotti

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  Hoy el reto del amor es que cojas tu Rosario y lo reces por la calle , por El Reto Del Amor

  El importante. Comentario para Matrimonios: Lucas 14, 1.7-11 , por ProyectoAmorConyugal.es

  ¡2.050 santos y beatos de la persecución religiosa! , por Victor in vínculis


SANTORAL DE HOY

Elogio: Conmemoración de todos los fieles difuntos. La Santa Madre Iglesia, después de su solicitud en celebrar con las debidas alabanzas la dicha de todos sus hijos bienaventurados en el cielo, se interesa ante el Señor en favor de las almas de cuantos nos precedieron con el signo de la fe y duermen en la esperanza de la resurrección, y por todos los difuntos desde el principio del mundo, cuya fe sólo Dios conoce, para que, purificados de toda mancha del pecado y asociados a los ciudadanos celestes, puedan gozar de la visión de la felicidad eterna.

Oración

Escucha, Señor, nuestras suplicas, para que, al confesar la resurrección de Jesucristo, tu Hijo, se afiance también nuestra esperanza de que todos tus hijos resucitarán. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén (oración litúrgica).


Otros santos de este día:

   San Victorino de Pettau, obispo y mártir  

Conmemoración de san Victorino, obispo de Pettau, en Panonia, que redactó múltiples escritos para explicar los libros de la Sagrada Biblia y fue coronado con el martirio en la persecución desencadenada por Diocleciano.

   San Justo de Trieste, mártir  

En Trieste, de Istria, san Justo, mártir.

   Santos Carterio, Estiriaco, Tobías, Eudoxio, Agapio y compañeros, mártires

En Sebaste, de Armenia, santos Carterio, Estiriaco, Tobías, Eudoxio, Agapio y compañeros mártires, que, siendo soldados, en tiempo del emperador Licinio fueron arrojados a las llamas por permanecer en la fe de Cristo, según nos refiere la tradición.

   Santos Acindino, Pegasio, Aftonio, Epidíforo, Anempodisto y muchos compañeros, mártires  

En Persia, santos Acindino, Pegasio, Aftonio, Epidíforo, Anempodisto y muchos compañeros mártires, que, según se cuenta, padecieron durante el reinado de Sapor II.

   San Marciano de Siria, eremita  

Conmemoración de san Marciano, eremita, que, nacido en Cirro, se retiró al desierto de Calcedonia, y allí, viviendo en una estrechísima caseta, sólo por la tarde se alimentaba de una módica cantidad de pan y agua, pero poniendo por delante del ayuno el amor fraterno.

   San Ambrosio, abad

En el monasterio de Agauno, entre los helvecios, san Ambrosio, abad, que, primeramente padre del monasterio de la isla Bárbara, cerca de Lyon, fue luego trasladado a Agauno por su ejemplar observancia religiosa, y allí estableció la práctica de la alabanza perpetua.

   San Domnino de Vienne, obispo

En Vienne, de la Galia Lugdunense, san Domnino, obispo, que se dedicó a la redención de los cautivos.

   Santa Winefrida, virgen  

Junto a la fuente de Holywell, en Cambria, santa Winefrida, virgen, a la que se venera como monja eximia.

   San Jorge de Vienne, obispo

En Vienne, de Burgundia, san Jorge, obispo.

   San Malaquías de Down y Connor, obispo (1 coms.)  

En el monasterio de Clairvaux, en la Borgoña, sepultura de san Malaquías, obispo de Down y Connor, en Irlanda, que restauró allí la vida de la Iglesia, y cuando se dirigía a Roma, en dicho monasterio, y en presencia del abad san Bernardo, entregó su espíritu al Señor.

   Beata Margarita de Lorena, religiosa  

En Argentan, de Normandía, en Francia, beata Margarita de Lorena, que primero fue duquesa de Alençon, y al quedar viuda, abrazó la vida religiosa en un monasterio de Clarisas que ella misma había edificado.

   Beato Juan Bodey, mártir  

En Andover, en el condado inglés de Hampshire, beato Juan Bodey, mártir, que, siendo maestro de escuela, por no aceptar la autoridad de la reina Isabel I en los asuntos espirituales, murió ahorcado y descuartizado.

   Beato Pío de San Luis Campidelli, religioso  

En Casale, de la provincia de Flaminia, en Italia, beato Pío de San Luis Campidelli, religioso pasionista, el cual, siendo joven y víctima de cruel enfermedad, se conformó totalmente a la divina voluntad.


LITURGIA DE HOY

Conmemoración de todos los fieles difuntos. La santa Madre Iglesia, después de su solicitud para celebrar con las debidas alabanzas la dicha de todos sus hijos bienaventurados en el cielo, se interesa ante el Señor en favor de las almas de cuantos nos precedieron con el signo de la fe y duermen en la esperanza de la resurrección, y por todos los difuntos desde el principio del mundo, cuya fe solo Dios conoce, para que, purificados de toda mancha de pecado y asociados a los ciudadanos celestes, puedan gozar de la visión de la felicidad eterna (elog. del Martirologio Romano).


Misa de la conmemoración (morado).
MISAL: ants. y oracs. props. (3 formularios a libre elección del celebrante), Pf. de difuntos. No se puede decir la PE IV.
LECC.: vol. IV. Se toman dos lecturas de las misas de difuntos.

* Todos los sacerdotes pueden celebrar tres misas; pero solo se puede recibir un estipendio; la segunda se debe aplicar por el sufragio de todos los fieles difuntos, la tercera por las intenciones del Sumo Pontífice.
* Los fieles que hayan recibido la comunión en una misa pueden recibirla otra vez, solamente dentro de la celebración eucarística en la que participe (c. 917).
* Hoy no se permiten otras celebraciones, excepto la misa exequial.

Liturgia de las Horas: oficio propio.

Martirologio: elogs. del 3 de noviembre, pág. 647.



Antífona de entrada Cf. 4 Esd 2, 34-35
Señor, dales el descanso eterno y brille sobre ellos la luz eterna.

Monición de entrada
Conmemoramos hoy en nuestra celebración a todos los fieles difuntos. La Iglesia intercede ante el Señor por cuantos nos precedieron en la fe y duermen en la esperanza de la resurrección; también ora por todos los difuntos desde el principio del mundo, cuya fe sólo Dios conoce, para que, purificados de todo pecado, puedan gozar de la eterna bienaventuranza.


Oración colecta

Oh, Dios, gloria de los fieles y vida de los justos,
los redimidos por la muerte y resurrección de tu Hijo,
te pedimos que acojas con bondad a tus siervos difuntos,
para que quienes profesaron el misterio de nuestra resurrección
merezcan alcanzar los gozos de la eterna bienaventuranza.
Por nuestro señor Jesucristo.

PRIMERA LECTURA 
¿Quién nos separará del amor de Cristo?

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (Rm 31b-35. 37-39)

HERMANOS:

Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros? El que no se reservó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará todo con él? ¿Quién acusará a los elegidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién condenará? ¿Acaso Cristo Jesús, que murió, más todavía, resucitó y está a la derecha de Dios y que además intercede por nosotros? ¿Quién nos separará del amor de Cristo?, ¿la tribulación?, ¿la angustia?, ¿la persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿el peligro?, ¿la espada?;

Pero en todo esto vencemos de sobra gracias a aquel que nos ha amado. Pues estoy convencido de que ni muerte, ni vida, ni ángeles, ni principados, ni presente, ni futuro, ni potencias, ni altura, ni profundidad, ni ninguna otra criatura podrá separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús, nuestro Señor.

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.


SALMO RESPONSORIAL (Sal 114, 5. 6; 115, 10-11. 15-16a y c [R.: 114, 9])

R. Caminaré en presencia del Señor en el país de los vivos.

V. El Señor es benigno y justo,
nuestro Dios es compasivo;
el Señor guarda a los sencillos:
estando yo sin fuerzas, me salvó.

R. Caminaré en presencia del Señor en el país de los vivos.

V. Tenía fe, aun cuando dije:
«¡Qué desgraciado soy!».
Yo decía en mi apuro:
«Los hombres son unos mentirosos».

R. Caminaré en presencia del Señor en el país de los vivos.

V. Mucho le cuesta al Señor
la muerte de sus fieles.
Señor, yo soy tu siervo,
rompiste mis cadenas.

R. Caminaré en presencia del Señor en el país de los vivos.


EVANGELIO 
Deseo que estén conmigo donde yo estoy

╬ Lectura del santo Evangelio según San Juan (Jn 17, 24-26)
R. Gloria a ti, Señor.

EN AQUEL TIEMPO, Jesús, levantando los ojos del cielo, oró diciendo:

«Padre, este es mi deseo: que los que me has dado estén conmigo donde yo estoy y contemplen mi gloria, la que me diste, porque me amabas, antes de la fundación del mundo.
Padre justo, si el mundo no te ha conocido, yo te he conocido, y estos han conocido que tú me enviaste. Les he dado a conocer y les daré a conocer tu nombre, para que el amor que me tenías esté en ellos, y yo en ellos».

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.

SANTA MISA POR LOS DIFUNTOS Y ORACIÓN EN EL CEMENTERIO

Homilía del Santo Padre Francisco
Capilla del Camposanto Teutónico. Lunes, 2 de noviembre de 2020

Job derrotado, o mejor dicho, acabado en su existencia, a causa de la enfermedad, con la piel desgarrada, casi a punto de morir, casi sin carne, Job tiene una certeza y dice: «Bien sé yo que mi Defensor está vivo, y que él, el último, se levantará sobre la tierra» (Jb 19,25). Cuando Job está más hundido, en lo peor, hay un abrazo de luz y calor que le asegura: «Yo, sí, yo mismo le veré, le mirarán mis ojos, no los de otro» (Jb 19,27).

Esta certeza, en el momento preciso, casi el último de la vida, es la esperanza cristiana. Una esperanza que es un regalo: no nos pertenece. Es un don que debemos pedir: “Señor, dame esperanza”. Hay tantas cosas malas que nos llevan a desesperar, a creer que todo será una derrota final, que después de la muerte no habrá nada... Y la voz de Job vuelve, vuelve: «Bien sé yo que mi Defensor está vivo, y que él, el último, se levantará sobre la tierra [...] Yo mismo le veré» con estos ojos.

«La esperanza no falla» (Rm 5,5), nos dice Pablo. La esperanza nos atrae y da sentido a nuestras vidas. No veo el más allá, pero la esperanza es el don de Dios que nos atrae hacia la vida, hacia la alegría eterna. La esperanza es un ancla que tenemos al otro lado, y nosotros, aferrándonos a la cuerda, nos sostenemos (cf. Hb 6,18-20). “Sé que mi Redentor vive y lo veré".” Y esto, hay que repetirlo en los momentos de alegría y en los malos momentos, en los momentos de muerte, digámoslo así.

Esta certeza es un don de Dios, porque nosotros nunca podremos alcanzar la esperanza con nuestras propias fuerzas. Tenemos que pedirla. La esperanza es un don gratuito que nunca merecemos: se nos da, se nos regala. Es gracia.

Y después, el Señor la confirma, esta esperanza que no falla: «Todo lo que me dé el Padre vendrá a mí» (Jn 6,37). Este es el propósito de la esperanza: ir a Jesús. Y «al que venga a mí no lo echaré fuera, porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado« (Jn 6,37-38). El Señor que nos recibe allí, donde está el ancla. La vida en esperanza es vivir así: aferrados, con la cuerda en la mano, con fuerza, sabiendo que el ancla está ahí. Y esta ancla no falla, no falla.

Hoy, pensando en los muchos hermanos y hermanas que se han ido, nos hará bien mirar los cementerios y mirar hacia arriba. Y repetir, como Job: “Sé que mi Redentor vive, y yo mismo le veré, le mirarán mis ojos, no los de otro”. Y esta es la fuerza que nos da la esperanza, este don gratuito que es la virtud de la esperanza. Que el Señor nos la dé a todos.


Del Catecismo de la Iglesia Católica

958 La comunión con los difuntos. "La Iglesia peregrina, perfectamente consciente de esta comunión de todo el Cuerpo místico de Jesucristo, desde los primeros tiempos del cristianismo honró con gran piedad el recuerdo de los difuntos y también ofreció por ellos oraciones `pues es una idea santa y provechosa orar por los difuntos para que se vean libres de sus pecados' (2M 12, 45)" (LG 50). Nuestra oración por ellos puede no solamente ayudarles sino también hacer eficaz su intercesión en nuestro favor.


La purificación final o Purgatorio

1030 Los que mueren en la gracia y en la amistad de Dios, pero imperfectamente purificados, aunque están seguros de su eterna salvación, sufren después de su muerte una purificación, a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en la alegría del cielo.

1031 La Iglesia llama Purgatorio a esta purificación final de los elegidos que es completamente distinta del castigo de los condenados. La Iglesia ha formulado la doctrina de la fe relativa al Purgatorio sobre todo en los Concilios de Florencia (cf. DS 1304) y de Trento (cf. DS 1820: 1580). La tradición de la Iglesia, haciendo referencia a ciertos textos de la Escritura (por ejemplo 1Co 3, 15; 1P 1, 7) habla de un fuego purificador:

"Respecto a ciertas faltas ligeras, es necesario creer que, antes del juicio, existe un fuego purificador, según lo que afirma Aquél que es la Verdad, al decir que si alguno ha pronunciado una blasfemia contra el Espíritu Santo, esto no le será perdonado ni en este siglo, ni en el futuro (Mt 12, 31). En esta frase podemos entender que algunas faltas pueden ser perdonadas en este siglo, pero otras en el siglo futuro" (San Gregorio Magno, dial. 4, 39).


1032 Esta enseñanza se apoya también en la práctica de la oración por los difuntos, de la que ya habla la Escritura: "Por eso mandó [Judas Macabeo] hacer este sacrificio expiatorio en favor de los muertos, para que quedaran liberados del pecado" (2M 12, 46). Desde los primeros tiempos, la Iglesia ha honrado la memoria de los difuntos y ha ofrecido sufragios en su favor, en particular el sacrificio eucarístico (cf. DS 856), para que, una vez purificados, puedan llegar a la visión beatífica de Dios. La Iglesia también recomienda las limosnas, las indulgencias y las obras de penitencia en favor de los difuntos:

"Llevémosles socorros y hagamos su conmemoración. Si los hijos de Job fueron purificados por el sacrificio de su Padre (cf. Jb 1, 5), ¿por qué habríamos de dudar de que nuestras ofrendas por los muertos les lleven un cierto consuelo? No dudemos, pues, en socorrer a los que han partido y en ofrecer nuestras plegarias por ellos" (San Juan Crisóstomo, hom. in 1Co 41, 5).

 

Sufragios por los difuntos

1371 El sacrificio eucarístico es también ofrecido por los fieles difuntos "que han muerto en Cristo y todavía no están plenamente purificados" (Cc. de Trento: DS 1743), para que puedan entrar en la luz y la paz de Cristo:

"Enterrad este cuerpo en cualquier parte; no os preocupe más su cuidado; solamente os ruego que, dondequiera que os hallareis, os acordéis de mi ante el altar del Señor" (S. Mónica, antes de su muerte, a S. Agustín y su hermano; Conf. 9, 9, 27).

"A continuación oramos (en la anáfora) por los santos padres y obispos difuntos, y en general por todos los que han muerto antes que nosotros, creyendo que será de gran provecho para las almas, en favor de las cuales es ofrecida la súplica, mientras se halla presente la santa y adorable víctima… Presentando a Dios nuestras súplicas por los que han muerto, aunque fuesen pecadores, … presentamos a Cristo inmolado por nuestros pecados, haciendo propicio para ellos y para nosotros al Dios amigo de los hombres" (s. Cirilo de Jerusalén, Cateq. Mist. 5, 9. 10).


1479 Puesto que los fieles difuntos en vía de purificación son también miembros de la misma comunión de los santos, podemos ayudarles, entre otras formas, obteniendo para ellos indulgencias, de manera que se vean libres de las penas temporales debidas por sus pecados.