02 de febrero - JUEVES DE LA IV SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, PRESENTACIÓN DEL SEÑOR EN EL TEMPLO (fiesta)



  JUEVES DE LA SEMANA IV DEL TIEMPO ORDINARIO,
  PRESENTACIÓN DEL SEÑOR EN EL TEMPLO, fiesta
  Oficio de la fiesta del Salterio
  (Liturgia de las Horas, Tomo I: Oficio de Lecturas Laudes - TerciaSexta     Nona Vísperas - Completas)
 


PROGRAMA PARROQUIAL:
JUEVES, 02 DE FEBRERO

PARROQUIA DEL CARMEN:

- Exposición del Santísimo (17.45 h.).

- Celebración de la Palabra de la fiesta de la Presentación del Señor, en la Parroquia (a las 18.30 h.).

PARROQUIA DE LOS DOLORES:

Exposición del Santísimo (18.00 h.).

- Rezo del Santo Rosario (19.00 h.) y Eucaristía de la fiesta de la Presentación del Señor, en la Parroquia (a las 19.30 h.).




Catecismo de la Iglesia Católica

529 La Presentación de Jesús en el templo (cf. Lc 2, 22-39) lo muestra como el Primogénito que pertenece al Señor (cf. Ex 13, 2. 12-13). Con Simeón y Ana toda la expectación de Israel es la que viene al Encuentro de su Salvador (la tradición bizantina llama así a este acontecimiento). Jesús es reconocido como el Mesías tan esperado, "luz de las naciones" y "gloria de Israel", pero también "signo de contradicción". La espada de dolor predicha a María anuncia otra oblación, perfecta y única, la de la Cruz que dará la salvación que Dios ha preparado "ante todos los pueblos".




NOTICIAS DE ACTUALIDAD

Catequesis del Papa Francisco
(01.02.2023)




    Portada

Un estudio de la Universidad de Georgetown vincula PIB per capita con religiosidad

El «progreso», la «calidad de vida»... ¿principales enemigos de la fe? Una encuesta mundial responde

La cantante, ex de The Pussycat Dolls, conoce bien el aborto: «Me arrepentiré toda mi vida»

Kaya Jones: paradigma de víctima de la revolución sexual... «Si acabas herida será solo tu culpa»

Uno acabó siendo sacerdote, el otro acompañaba a drogadictos en su rehabilitación

Silvo y Vlado, trece años en la cárcel: dos amigos héroes de la Iglesia eslovaca bajo el comunismo

Vídeos

  Kinsasa, lista para recibir al Papa

  Se fueron todos, salvo los misioneros

  Dos formas de persecución

  La oración de Novak Djokovic

  Cotelo te enseña el salto de altura

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  Emotivo mensaje de la pequeña Ana a los médicos ante el Síndrome de Down: «Poned cara de felicidad»

  Luis Arcos, exmisionero en El Congo, habla del que será uno de los viajes más peligrosos del Papa

  «Cuidando los cuerpos para salvar las almas»: 150 años con Hermanitas de los Ancianos Desamparados

  El curso de la UFV para evangelizar con las finanzas amplia su fecha de matrícula al 15 de febrero

Opinión

  Sacerdocio común y ministerial en el sacramento de la Penitencia , por Pedro Trevijano

Blogs

  A la atención de la Sra. Embajadora de EEUU en España , por En cuerpo y alma

  Hoy el reto del amor es, pedir al Señor, en un rato de oración que, no deje de mandar , por El Reto Del Amor

  La fe un misterio. Comentario para Matrimonios: Marcos 5, 21-43 , por ProyectoAmorConyugal.es


SANTORAL DE HOY

Elogio: Fiesta de la Presentación del Señor, llamada Hypapante por los griegos: cuarenta días después de Navidad, Jesús fue llevado al Templo por María y José, y lo que pudo aparecer como cumplimiento de la ley mosaica se convirtió, en realidad, en su encuentro con el pueblo creyente y gozoso. Se manifestó, así, como luz para alumbrar a las naciones y gloria de su pueblo, Israel.

Refieren a este santo: Natividad de la bienaventurada Virgen María, San Valentín.


   San Flósculo de Orleans, obispo   

En Orleans, en la Galia Lugdunense, san Flósculo, obispo.

   San Lorenzo de Canterbury, obispo   

En Cantorbery, en Inglaterra, san Lorenzo, obispo, que gobernó esta Iglesia después de san Agustín y la engrandeció al convertir a la fe al rey Edbaldo.

   San Burcardo de Würzburg, obispo   

En Würzburg, en Austrasia, san Burcardo, el cual, oriundo de Inglaterra, fue ordenado por san Bonifacio como primer obispo de esta sede.

   Beato Simón Fidati de Cascia, monje y presbítero   

En Florencia, de la Toscana, beato Simón Fidati de Cassia, presbítero de la Orden de Ermitaños de San Agustín, que con sus palabras y sus escritos condujo a muchos a vivir con más fidelidad la vida cristiana.

   Beato Pedro Cambiani de Ruffia, presbítero y mártir   

En Susa, en el Piamonte, beato Pedro Cambiani de Ruffia, presbítero de la Orden de Predicadores y mártir, que por odio a la Iglesia fue asesinado en el claustro por los herejes.

   Santa Catalina de Ricci, virgen

En Prato, de la Toscana, santa Catalina de' Ricci, virgen de la Tercera Orden Regular de Santo Domingo, que se dedicó de lleno a la restauración de la religión. Logró, de alguna manera, experimentar en ella los misterios de la pasión de Jesucristo, gracias a su asidua meditación.

   Santa Juana de Lestonnac, viuda y fundadora

En Burdeos, en Francia, santa Juana de Lestonnac, que, siendo niña, rechazó la invitación y los esfuerzos de su madre para apartarla de la Iglesia católica. Al quedar viuda, y después de educar convenientemente a sus cinco hijos, fundó la Sociedad de Hijas de Nuestra Señora, a imitación de la Orden de la Compañía de Jesús, para la educación cristiana de las muchachas.

   San Nicolás Saggio de Langobardis, religioso   

En Roma, san Nicolás Saggio de Langobardis, religioso de la Orden de los Mínimos, que ejerció con humildad y santidad el oficio de portero.

   Beato Esteban Bellesini, religioso presbítero   

En Genezzano, del Lacio, beato Esteban Bellesini, presbítero de la Orden de San Agustín, que permaneció fiel a su congregación durante tiempos difíciles y se dedicó infatigablemente a la educación de la juventud, a la predicación y al trabajo pastoral.

   San Juan Teófano Vénard, presbítero y mártir

En Hanoi, en Tonkin, san Juan Teófano Vénard, presbítero de la Sociedad de Misiones Extranjeras de París y mártir, que tras pasar seis años de trabajos ministeriales en la clandestinidad y en medio de grandes dificultades, fue encerrado en una jaula y condenado a muerte en tiempo del emperador Tu Duc, marchando serenamente a consumar su martirio por decapitación.

   Santa María Catalina Kasper, virgen y fundadora 

En Dernach, lugar de Renania, en Alemania, santa María Catalina Kasper, virgen, que fundó el Instituto de Pobres Siervas de Jesucristo, para servir al Señor en los indigentes.

   Beato Luis Brisson, presbítero y fundador

En Plancy, población de Aube, en Francia, beato Luis Brisson, presbítero y fundador de los Oblatos de San Francisco de Sales y Hermanas Oblatas de San Francisco de Sales.

   Beato Andrés Carlos Ferrari, obispo   

En Milán, en Italia, beato Andrés Carlos Ferrari, obispo, que trabajó en favor de las tradiciones religiosas de su pueblo y abrió nuevos cauces para dar a conocer en el mundo el amor de Cristo y de la Iglesia.

   Beata María Dominica Mantovani, virgen y fundadora

En Verona, también en Italia, beata María Dominica Mantovani, virgen, que junto con el beato José Nascimbeni, presbítero, fundó el Instituto de Pequeñas Hermanas de la Sagrada Familia, del cual fue primera superiora, para atender a los pobres, huérfanos y enfermos, y llevó siempre una vida humilde por amor a Cristo.

   Beato Tshimangadzo Samuel Benedicto Daswa, mártir   

En Mbahe, Limpopo, Sudafrica, beato Tshimangadzo Samuel Benedicto Daswa, mártir de la fe al oponerse a las prácticas de brujería.


LITURGIA DE HOY


JUEVES IV SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

Fiesta de la Presentación del Señor, llamada Hypapante (encuentro) por los griegos: cuarenta días después de Navidad, Jesús fue llevado al Templo por María y José, y lo que pudo aparecer como cumplimiento de la ley mosaica se convirtió, en realidad, en su encuentro con el pueblo creyente y gozoso. Se manifestó, así, como luz para alumbrar a las naciones y gloria de su pueblo, Israel (elog. del Martirologio Romano).

Hoy se clausuran las solemnidades de la Manifestación o Epifanía del Señor.


LA VENIDA DEL SEÑOR

En el capítulo 3 de su libro, el profeta Malaquías pronuncia un oráculo sobre la segunda venida de Jesús. Nuestra primera lectura constituye la última parte de este oráculo y explica su extensión y finalidad. Se concluye con la purificación del pueblo de Israel de todas sus injusticias para que sea, en su globalidad, una ofrenda íntegra a Dios. Esta finalidad es también postulada por Lucas sobre la venida de Jesús en el Templo, pero su extensión es ampliada: Simeón proclama que es para todos los pueblos (v. 31) y su significado es expresado en términos más positivos, pues no es sólo la eliminación de los pecados para hacer una ofrenda, sino es la salvación (v. 30) y luz (v. 31). Y todo esto es ocasionado por la entrada no de un personaje aterrador, sino de un pequeño niño!


Misa de la fiesta (blanco).

MISAL: ants. y oracs. props., Gl., Pf. prop. No se puede decir la PE IV.

LECC.: vol. IV.

- Mal 3, 1-4. Llegará a su santuario el Señor a quien vosotros andáis buscando.
o bien: Heb 2, 14-18. Tenía que parecerse en todo a sus hermanos.
- Sal 23. R. El Señor, Dios del universo, él es el Rey de la gloria.
- Lc 2, 22-40. Mis ojos han visto a tu Salvador.


JORNADA DE LA VIDA CONSAGRADA (mundial y pontificia): Liturgia del día, alusión en la mon. de entrada y en la hom., intención en la orac. univ.

* Las candelas pueden ser bendecidas con procesión o entrada solemne.

* Se encienden las candelas desde el principio, mientras se canta la antífona «Nuestro Señor llega con poder».

* Al entrar en la iglesia o en el presbiterio se canta la antífona de entrada de la misa, sigue el Gloria y la oración colecta.

* En la procesión el sacerdote puede usar capa pluvial o casulla.

* Hoy no se permiten las misas de difuntos, excepto la exequial.

Liturgia de las Horas: oficio de la fiesta. Te Deum. II Vísp. de la fiesta.
Martirologio: elogs. del 3 de febrero, pág. 144.
CALENDARIOS: Orden Premonstratense: Presentación del Señor (S).
Palencia-ciudad: Nuestra Señora de la Calle (S).
Tenerife: Nuestra Señora de Candelaria (S). HH. de Belén: (F).

 

Bendición y procesión de las candelas

Primera forma: Procesión

1. En la hora más oportuna se reúnen todos en una iglesia o en otro lugar conveniente, fuera de la iglesia hacia la que va a encaminarse la procesión. Los fieles tienen en sus manos las candelas, apagadas.

2. Llega el sacerdote con sus ministros, revestido con vestiduras blancas como para la misa; no obstante, el sacerdote puede usar, en lugar de la casulla, la capa pluvial, que se quita terminada la procesión.

3.Mientras se encienden las candelas se canta la antífona:

Nuestro Señor llega con poder, para iluminar los ojos de sus siervos. Aleluya.

U otro cántico apropiado.

4. El sacerdote, terminado el canto, vuelto hacia el pueblo dice: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Después saluda, como de costumbre, al pueblo y luego hace una monición introductoria para invitar a los fieles a celebrar esta fiesta de manera activa y consciente, con estas o parecidas palabras:


Queridos hermanos:

Hace hoy cuarenta días celebrábamos, llenos de gozo, la fiesta del Nacimiento del Señor. Hoy es aquel día santo en el cual Jesús es presentado en el templo por María y José para cumplir públicamente con la ley, pero en realidad para encontrarse con el pueblo creyente.

Los santos ancianos Simeón y Ana, impulsados por el Espíritu Santo, habían acudid, al templo y reconocieron al Señor, iluminados por el mismo Espíritu, y lo proclamaron con alegría.

Del mismo modo, congregados también nosotros por el Espíritu Santo, vayamos hacia la casa de Dios al encuentro de Cristo. Lo encontraremos y lo reconoceremos en la fracción del pan, hasta que vuelva revestido de gloria.

 

5. Después de la monición, el sacerdote bendice las candelas diciendo con las manos juntas:


Oremos.

Oh, Dios, fuente y origen de toda luz,
que manifestaste hoy al justo Simeón
la Luz para alumbrar a las naciones,
te rogamos suplicantes que santifiques estos cirios con tu + bendición;
acepta los deseos de tu pueblo
que se ha reunido para cantar la alabanza de tu nombre,
llevándolos en sus manos, y así merezca llegar,
por la senda de las virtudes, a la luz eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

O bien:

Oremos.

Oh, Dios, luz verdadera, autor y dador de la luz eterna,
infunde en el corazón de los fieles
el resplandor de la luz que no se extingue,
para que, cuantos son iluminados en tu templo santo
por el brillo de estos cirios,
puedan llegar felizmente a la luz de tu gloria.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén. 

Asperja las candelas con agua bendita, sin decir nada, y pone el incienso para la procesión.

6. El sacerdote recibe, del diácono o de otro ministro, su propia candela encendida y comienza la procesión, después de decir el diácono (o en su defecto el propio sacerdote):

Vayamos en paz al encuentro del Señor.

O bien:

Vayamos en paz.

En cuyo caso, todos responden:
En el nombre de Cristo. Amén.

7. Durante la procesión, llevando todas las candelas encendidas, se canta alguna de las siguientes antífonas: la antífona Luz para alumbrar... con el cántico indicado (Lc 2,29-32), O la antífona Adorna... u otro canto apropiado:

I

Ant. Luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel.

Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz.

Ant. Luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel.

Porque mis ojos han visto a tu Salvador.

Ant. Luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel.

A quien has presentado ante todos los pueblos.

Ant. Luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel.

 

II

Ant. Adorna tu tálamo, Sion, y recibe a Cristo Rey: abraza a María, puerta del cielo, pues ella conduce al Rey de la gloria, luz nueva. Permanece Virgen llevando en sus manos al Hijo engendrado antes del lucero del alba, al que Simeón tomó en sus brazos y proclamó ante las naciones: Señor de la vida y de la muerte y Salvador del mundo.

 

8. Al entrar la procesión en la iglesia se canta la antífona de entrada de la misa. Llegado el sacerdote al altar, lo venera y, si parece oportuno, lo inciensa. Va a la sede, se quita la capa pluvial, si es que la ha usado en la procesión, y se pone la casulla; después del cántico del Gloria, dice la colecta. Y la misa prosigue como de costumbre.

 

Segunda forma: Entrada solemne

9. Cuando no se pueda hacer la procesión, los fieles, con las candelas en sus manos, se reúnen en la iglesia. El sacerdote, con vestiduras blancas como para la misa, acompañado de los ministros y algunos fieles, va a un lugar adecuado, bien delante de la puerta, bien dentro de la misma iglesia, con tal de que la mayor parte de los fieles puedan participar cómodamente en el rito.

10. Una vez llegados al lugar elegido para la bendición, se encienden las candelas mientras se canta la antífona: Nuestro Señor llega (n. 3) o algún otro cántico apropiado.

11. Tras el saludo y la monición, el sacerdote bendice las candelas, tal como se indica más arriba en los nn. 4-5; y se hace la procesión hacia el altar, con cánticos (nn. 6-7). Para la misa se observa lo ya indicado en el n. 8.

 

Antífona de entrada Sal 47, 10-11

Oh, Dios, meditamos tu misericordia en medio de tu templo: como tu Nombre, oh, Dios, tu alabanza llega al confín de la tierra. Tu diestra está llena de justicia.

Se dice Gloria.


Oración colecta

Dios todopoderoso y eterno,
rogamos humildemente a tu majestad
que, así como tu Hijo Unigénito ha sido presentado hoy en el templo
en la realidad de nuestra carne,
nos concedas, de igual modo, ser presentados ante ti con el alma limpia.
Por nuestro Señor Jesucristo.


PRIMERA LECTURA (opción 1)
Llegará a su santuario el Señor a quien vosotros andáis buscando

Lectura de la profecía de Malaquías (Mal 3, 1-4)

ESTO DICE el Señor Dios:

«Voy a enviar a mi mensajero para que prepare el camino ante mí.

De repente llegará a su santuario el Señor a quien vosotros andáis buscando; y el mensajero de la alianza en quien os regocijáis, mirad que está llegando, dice el Señor del universo. ¿Quién resistirá el día de su llegada? ¿Quién se mantendrá en pie ante su mirada? Pues es como fuego de fundidor, como lejía de lavandero. Se sentará como fundidor que refina la plata; refinará a los levitas y los acrisolará como oro y plata, y el Señor recibirá ofrenda y oblación justas.

Entonces agradará al Señor la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en tiempos pasados, como antaño».

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

 

PRIMERA LECTURA (opción 2)
Tenía que parecerse en todo a sus hermanos

Lectura de la carta a los Hebreos (Heb 2, 14-18)

LO MISMO que los hijos participan de la carne y de la sangre, así también participó Jesús de nuestra carne y sangre, para aniquilar mediante la muerte al señor de la muerte, es decir, al diablo, y liberar a cuantos, por miedo a la muerte, pasaban la vida entera como esclavos.

Notad que tiende una mano a los hijos de Abrahán, no a los ángeles. Por eso tenía que parecerse en todo a sus hermanos, para ser sumo sacerdote misericordioso y fiel en lo que a Dios se refiere, y expiar los pecados del pueblo. Pues, por el hecho de haber padecido sufriendo la tentación, puede auxiliar a los que son tentados.

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

 
SALMO RESPONSORIAL (Sal 23, 7. 8. 9. 10 [R.: 10b])

R. El Señor, Dios del universo, él es el Rey de la gloria.
 
V. ¡Portones!, alzad los dinteles,
que se alcen las puertas eternales:
va a entrar el Rey de la gloria.

R. El Señor, Dios del universo, él es el Rey de la gloria.
 
V. ¿Quién es ese Rey de la gloria?
El Señor, héroe valeroso,
el Señor, valeroso en la batalla.

R. El Señor, Dios del universo, él es el Rey de la gloria.
 
V. ¡Portones!, alzad los dinteles,
que se alcen las puertas eternales:
va a entrar el Rey de la gloria.

R. El Señor, Dios del universo, él es el Rey de la gloria.
 
V. ¿Quién es ese Rey de la gloria?
El Señor, Dios del universo,
él es el Rey de la gloria.

R. El Señor, Dios del universo, él es el Rey de la gloria.


Aleluya Lc 2, 32
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel. R.
 

EVANGELIO 
Mis ojos han visto a tu Salvador

╬ Lectura del santo Evangelio según san Lucas (Lc 2, 22-40)
R. Gloria a ti, Señor.

CUANDO se cumplieron los días de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: «Todo varón primogénito será consagrado al Señor», y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: «un par de tórtolas o dos pichones».

Había entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo estaba con él. Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo.

Y cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo acostumbrado según la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo:

«Ahora, Señor, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz.
Porque mis ojos han visto a tu Salvador,
a quien has presentado ante todos los pueblos:
luz para alumbrar a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel».

Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño. Simeón los bendijo y dijo a María, su madre: «Este ha sido puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; y será como un signo de contradicción —y a ti misma una espada te traspasará el alma—, para que se pongan de manifiesto los pensamientos de muchos corazones».

Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, ya muy avanzada en años. De joven había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones noche y día. Presentándose en aquel momento, alababa también a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén.

Y, cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño, por su parte, iba creciendo y robusteciéndose, lleno de sabiduría; y la gracia de Dios estaba con él.

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.

Audio y comentario del Evangelio de hoy

 

Oración sobre las ofrendas

Que te sea grata, Señor,
la ofrenda de tu Iglesia desbordante de alegría,
tú que quisiste que tu Unigénito te fuera ofrecido,
como Cordero inmaculado, para la vida del mundo.
Él que vive y reina por los siglos de los siglos.


Oración de los fieles

Oremos a Jesús que -para cumplir la ley de Moisés- quiso ser presentado en el templo y pidámosle que ruegue por nosotros sus hermanos:

- Para que Cristo, luz que resplandece sobre la faz de la Iglesia, conceda a sus fieles convertirse en luz del mundo y en sal de la tierra. Roguemos al Señor.

- Para que el Salvador del mundo sea anunciado y presentado ante todos los pueblos y se revele como luz de todas las naciones. Roguemos al Señor.

- Para que los ancianos y los moribundos, al ver que se acerca el fin de sus días dejen este mundo en paz, seguros de que -terminada su carrera- verán al Salvador. Roguemos al Señor.

- Para que Cristo, luz que alumbra a todo hombre que viene a este mundo, no sea para nosotros causa de caída, sino de levantamiento y de resurrección. Roguemos al Señor.

Señor, Dios todopoderoso, que -en el final de su camino- realizaste los deseos santos de los ancianos Simeón y Ana, haz que también nuestros ojos puedan contemplar al Salvador en el templo eterno de tu gloria. Él que vive y reina por los siglos de los siglos.

 
PREFACIO
El misterio de la presentación del Señor
En verdad es justo y necesario
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque al ser presentado hoy en el templo tu Hijo, eterno como tú,
fue proclamado por el Espíritu Santo gloria de Israel y luz de las naciones.
Por eso, nosotros, al acudir hoy llenos de júbilo
al encuentro del Salvador,
te alabamos con los ángeles,
diciendo sin cesar:
Santo, Santo, Santo.
 
Antífona de comunión  Lc 2, 30-31
Mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has puesto ante la vista de todos los pueblos.
 
Oración después de la comunión
Señor, por este santo sacramento que acabamos de recibir, lleva a su plenitud en nosotros la obra de tu gracia, tú que colmaste las esperanzas de Simeón; para que, así como él no vio la muerte sin que antes mereciera tener en sus brazos a Cristo, así nosotros al salir al encuentro del Señor, merezcamos alcanzar la vida eterna. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
 

Pensamientos para el Evangelio de hoy

«Ha llegado ya aquella luz verdadera que viniendo a este mundo alumbra a todo hombre. Dejemos, hermanos, que esta luz nos penetre y nos transforme. Ninguno de nosotros ponga obstáculos a esta luz. Imitemos la alegría de Simeón y, como él, cantemos un himno de acción de gracias» (San Sofronio).

«El anuncio de Simeón parece como un segundo anuncio a María, dado que le indica la concreta dimensión histórica en la cual el Hijo cumplirá su misión, es decir, en la incomprensión y en el dolor» (San Juan Pablo II).

«Con Simeón y Ana toda la expectación de Israel es la que viene al encuentro de su Salvador. Jesús es reconocido como el Mesías tan esperado, ‘luz de las naciones’ y ‘gloria de Israel’, pero también “signo de contradicción”. La espada de dolor predicha a María anuncia otra oblación, perfecta y única, la de la Cruz que dará la salvación que Dios ha preparado ‘ante todos los pueblos’» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 529).


01 de febrero - MIÉRCOLES DE LA SEMANA IV DEL TIEMPO ORDINARIO, feria



  MIÉRCOLES DE LA SEMANA IV DEL TIEMPO ORDINARIO, feria
  Oficio del Miércoles de la Semana IV del Salterio
  (Liturgia de las Horas, Tomo I: Oficio de Lecturas Laudes - TerciaSexta     Nona Vísperas - Completas)
 


PROGRAMA PARROQUIAL:
MIÉRCOLES, 01 DE FEBRERO

PARROQUIA DEL CARMEN:

Eucaristía del Miércoles de la Semana IV del T. O., en la Parroquia (a las 18.30 h.).

PARROQUIA DE LOS DOLORES:

- Rezo del Santo Rosario (19.00 h.) y Eucaristía del Miércoles de la Semana IV del T. O., en la Parroquia (a las 19.30 h.).




NOTICIAS DE ACTUALIDAD

Catequesis del Papa Francisco
(01.02.2023)




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Opinión

  Sacerdocio común y ministerial en el sacramento de la Penitencia , por Pedro Trevijano

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SANTORAL DE HOY

Elogio: En Kildare, de Hibernia, santa Brígida, abadesa, que fundó uno de los primeros monasterios de la isla y, según se cuenta, continuó el trabajo de evangelización iniciado por san Patricio.

Patronazgos: Patrona de Irlanda junto con los santos Patricio y Columba.

Refieren a este santo: San Conleto de Kildare, San Gildas «el Sabio», San Melis de Ardagh.

   San Trifón, mártir  

En Frigia, conmemoración de san Trifón, mártir.

   San Severo de Ravena, obispo   

En Ravena, en la región de Flaminia, san Severo, obispo.

   San Pablo de Trois-Châteaux, obispo   

En Augusta Tricastina, en la Galia Vienense, san Pablo, obispo, que dio posteriormente su actual nombre a la ciudad, Saint-Paul-Trois-Châteaux.

   San Urso, presbítero   

En Augusta Pretoria, en los Alpes Grayos, san Urso, presbítero.

   San Agripano de Le Puy, obispo y mártir   

En Anicio, en Aquitania, san Agripano, obispo y mártir, el cual, de regreso a Roma, a su llegada a dicha región fue asesinado por unos idólatras.

   San Sigeberto III, rey   

En Metz, en Austrasia, el santo rey Sigeberto III, que fundó los monasterios de Stavelot y Malmedy, así como muchos otros, y se distinguió por su liberalidad en hacer limosnas a las iglesias y a los pobres.

   San Raimundo de Fitero, abad y fundador   

En la villa de Ciruelos, en la región española de Castilla la Nueva, san Raimundo, abad de Fitero, fundador de la Orden de Calatrava, bajo la Regla del Cister, e insigne sostenedor del cristianismo.

   San Juan de Craticula, obispo   

En Saint-Malo, en Bretaña Menor, san Juan, obispo, varón de gran austeridad y justicia, que trasladó su sede episcopal desde Aleth a esa ciudad. San Bernardo lo alabó como obispo pobre, amigo de los pobres y amante de la pobreza.

   Beato Reginaldo de Orleans, religioso presbítero   

En París, en Francia, beato Reginaldo de Orleans, presbítero, quien, de paso por Roma, conmovido por la predicación de santo Domingo, entró en la Orden de Predicadores, donde atrajo a muchos con el ejemplo de sus virtudes y el ardor de su palabra.

   Santa Viridiana, virgen y reclusa

En Castro Fiorentino, en la Toscana, santa Viridiana, virgen, que vivió recluida desde la juventud hasta la ancianidad.

   Beato Andrés de Segni, religioso presbítero

En el convento de Piglio, en el Lacio, beato Andrés, de la familia de los condes de Segni, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, que, renunciando a altas dignidades, prefirió servir a Cristo en la humildad y simplicidad.

   Beatos Conor O`Devany y Patricio O`Lougham, mártires   

En Dublín, en Irlanda, beatos mártires Conor O'Devany, obispo de Down and Connor, de la Orden de los Hermanos Menores, y Patricio O'Lougham, presbítero, ahorcados ambos por ser católicos, bajo el reinado de Jacobo I.

   San Enrique Morse, mártir   

En Londres, en Inglaterra, san Enrique Morse, presbítero de la Orden de la Compañía de Jesús y mártir, el cual, apresado en diversas ocasiones y exiliado por dos veces, fue encarcelado de nuevo, en tiempo del rey Carlos I, por ser sacerdote, y, después de haber celebrado la Misa en la cárcel, entregó su alma a Dios, ahorcado en Tyburn.

   Beatas Maria Ana Vaillot y cuarenta y seis compañeras, mártires   

En Avrillé, en las cercanías de Angers, en Francia, pasión de las beatas María Ana Vaillot y sus cuarenta y seis compañeras, que recibieron la corona del martirio durante la Revolución Francesa. Estos son sus nombres: Otilia Baumgarten, religiosa; Juana Gruget, Luisa Rallier de la Tertinilre, Magdalena Perrotin, María Ana Pichery y Simona Chauvigné, viudas; Francisca Pagis, Juana Fouchard, Margarita Riviére, María Cassin, María Fausseuse, María Galard, María Gasnier, María Juana Chauvigné, María Lenée, María Leroy Brevet, María Rouault, Petrina Phélippeaux, Renata Cailleau, Renata Martin y Victoria Bauduceau, esposas; Juana, Magdalena y Petrina Sailland d'Espinatz, hermanas; Gabriela, Petrina y Susanna Androuin, hermanas; María y Renata Grillard, hermanas; Ana Francisca de Villencuye, Ana Hamard, Carla Davy, Catalina Cottanceau, Francisca Bellanger, Francisca Bonneau, Francisca Michau, Jacoba Monnier, Juana Bourigault, Luisa Amata Déan de Luigné, Magdalena Blond, María Leroy, Petrina Besson, Petrina Ledoyen, Petrina Grille, Renata Valin y Rosa Quenion.

   Santos Pablo Hong Yông-ju, Juan Yi Mun-u y Bárbara Ch'oe Yong-i, mártires   

En la ciudad de Seúl, en Corea, santos mártires Pablo Hong Yông-ju, catequista, Juan Yi Mun-u, que se ocupaba de los pobres y enterraba los cuerpos de los mártires, y Bárbara Ch'oe Yong-i, la cual, siguiendo el ejemplo de sus padres y esposo muertos por el nombre de Cristo, fue decapitada al igual que los otros.

   Beata Juana Francisca de la Visitación, virgen y fundadora

En Turín, en Italia, beata Juana Francisca de la Visitación (Ana) Michelotti, virgen, que fundó el Instituto de Hermanitas del Sagrado Corazón, para servir al Señor cuidando desinteresadamente a los enfermos pobres.

   Beato Luis Variara, presbítero y fundador   

En la ciudad de Cúcuta, en Colombia, beato Luis Variara, presbítero de la Sociedad de San Francisco de Sales, que dedicó toda su actividad en favor de los leprosos y fundó la Congregación de Hermanas Hijas de los Sagrados Corazones de Jesús y María.


LITURGIA DE HOY

Misa de feria (verde).

MISAL: cualquier formulario permitido (véase pág. 71, n. 5), Pf. común.

LECC.: vol. III-impar.

- Heb 12, 4-7. 11-15. El Señor reprende a los que ama.

- Sal 102. R. La misericordia del Señor dura por siempre, para aquellos que lo temen.

- Mc 6, 1-6. No desprecian a un profeta más que en su tierra.

Liturgia de las Horas: oficio de feria.

Martirologio: elogs. del 2 de febrero, pág. 142.

CALENDARIOS: Granada-ciudad: San Cecilio, obispo y mártir (S). Granadadiócesis: (F).

Ibiza: San Juan Bosco, presbítero (MO).

Pamplona y Tudela y O. Cist.: San Raimundo de Fitero, abad (ML).

Carmelitas: Beata Candelaria de san José, virgen (ML).

Misioneros del Sagrado Corazón: Samuel Benedicto Daswa, mártir (ML).

Paúles e Hijas de la Caridad: Beatas María Ana Vaillot y Otilia Baumgarten, vírgenes y mártires (ML).

Familia Salesiana: Conmemoración de todos los difuntos de la Congregación.


MIÉRCOLES IV SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

Verde De feria o Misa votiva de san José MR, p. 1205 (1197); Lecc. I, p. 567 LH, Semana IV del Salterio


UN SUMO SACERDOTE REALMENTE COMPASIVO

Gran parte de la Epístola a los hebreos se focaliza en Jesús como Sumo Sacerdote compasivo, según ha escrito el autor: no tenemos... un Sumo Sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino que... fue sometido a las mismas pruebas que nosotros (4, 15). En las lecturas de hoy podemos verificar esta convicción alentadora. En el Evangelio, Marcos propone un resumen de los inicios del ministerio de Jesús entre los suyos. Sin embargo, ellos lo rechazan, haciendo preguntas irónicas sobre sus orígenes. Este rechazo ocasiona sufrimiento para Jesús, ya que se quedó asombrado de su falta de fe (v. 6). La misma especie de sufrimiento, ocasionado esta vez por el rechazo por parte de sus contemporáneos, es lo que experimenta la comunidad a la cual está dirigida la Carta a los hebreos. Jesús puede compadecerse de esa comunidad y de todos nosotros.

 

Antífona de entrada Lc 12, 42

Éste es el siervo prudente y fiel, a quien el Señor puso al frente de su familia.

 

Oración colecta

Dios nuestro, que en tu inefable providencia
te dignaste elegir a san José como esposo de la santísima Madre de tu Hijo,
concédenos que merezcamos tener como intercesor en el cielo
a quien veneramos como protector en la tierra.
Por nuestro Señor Jesucristo.

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA
El Señor reprende a los que ama

Lectura de la carta a los Hebreos (Hb 12, 4-7, 11-15)

HERMANOS:

Todavía no habéis llegado a la sangre en vuestra pelea contra el pecado, y habéis olvidado la exhortación paternal que os dieron:
«Hijo mío, no rechaces la corrección del Señor,
ni te desanimes por su reprensión;
porque el Señor reprende a los que ama
y castiga a sus hijos preferidos».

Soportáis la prueba para vuestra corrección, porque Dios os trata como a hijos, pues ¿qué padre no corrige a sus hijos?

Ninguna corrección resulta agradable, en el momento, sino que duele; pero luego produce fruto apacible de justicia a los ejercitados en ella.

Por eso, fortaleced las manos débiles, robusteced las rodillas vacilantes, y caminad por una senda llana: así el pie cojo, no se retuerce, sino que se cura.

Buscad la paz con todos y la santificación, sin la cual nadie verá al Señor.

Procurad que nadie se quede sin la gracia de Dios, y que ninguna raíz amarga rebrote y haga daño, contaminando a muchos.

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

 

SALMO RESPONSORIAL (Sal 102, 1bc-2. 13-14. 17-I8a [R: cf. 17])
R/. La misericordia del Señor dura por siempre,
para aquellos que lo temen.
V/. Bendice, alma mía, al Señor,
y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides sus beneficios.
 
R/. La misericordia del Señor dura por siempre,
para aquellos que lo temen.
V/. Como un padre siente ternura por sus hijos,
siente el Señor ternura por los que lo temen;
porque él conoce nuestra masa,
se acuerda de que somos barro.
R/. La misericordia del Señor dura por siempre,
para aquellos que lo temen.
V/. La misericordia del Señor
dura desde siempre y por siempre,
para aquellos que lo temen;
su justicia pasa de hijos a nietos:
para los que guardan la alianza.
R/. La misericordia del Señor dura por siempre,
para aquellos que lo temen.
 
Aleluya Jn 10, 27
R/. Aleluya, aleluya, aleluya.
V/.Mis ovejas escuchan mi voz —dice el Señor—,
y yo las conozco, y ellas me siguen. R.

 

EVANGELIO
No desprecian a un profeta más que en su tierra

Lectura del santo Evangelio según san Marcos (Mc 6, 1-6)

EN AQUEL TIEMPO, Jesús se dirigió a su ciudad y lo seguían sus discípulos.

Cuando llegó el sábado, empezó a enseñar en la sinagoga; la multitud que lo oía se preguntaba asombrada:
«¿De dónde saca todo eso? ¿Qué sabiduría es esa que le ha sido dada? ¿Y esos milagros que realizan sus manos? ¿No es este el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago y José y Judas y Simón? Y sus hermanas ¿no viven con nosotros aquí?».

Y se escandalizaban a cuenta de él.

Les decía:
«No desprecian a un profeta más que en su tierra, entre sus parientes y en su casa».

No pudo hacer allí ningún milagro, solo curó algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y se admiraba de su falta de fe.

Y recorría los pueblos de alrededor enseñando.

Palabra del Señor.
Gloria, a Ti, Señor Jesús.



Oración sobre las ofrendas

Al prepararnos a ofrecerte, Padre santo, este sacrificio de alabanza,
te suplicamos que para cumplir la misión que nos has confiado
nos ayude la intercesión de san José, a quien concediste cuidar en la tierra,
haciendo las veces de padre de tu Unigénito.
El, que vive y reina por los siglos de los siglos.


Antífona de comunión Mt 25, 21  

Alégrate, siervo bueno y fiel. Entra a compartir el gozo de tu Señor.


Oración después de la comunión

Renovados con este sacramento que da vida, te rogamos, Señor,
que nos concedas vivir para ti en justicia y santidad,
a ejemplo y por intercesión de san José, el varón justo y obediente
que contribuyó con sus servicios
a la realización de tus grandes misterios.
Por Jesucristo, nuestro Señor. 


Pensamientos para el Evangelio de hoy

«En Dios el poder, la voluntad y la inteligencia, la sabiduría y la justicia son una sola cosa, de suerte que nada puede haber en el poder divino que no pueda estar en la justa voluntad de Dios o en su sabia inteligencia» (Santo Tomás de Aquino).

«Jesús de Nazaret, el carpintero, ilumina con su vida de trabajo vuestra vida de trabajadores cristianos. Vosotros iluminad también vuestro ambiente de trabajo con la luz de Cristo» (San Juan Pablo II).

«El valor primordial del trabajo atañe al hombre mismo que es su autor y su destinatario. Mediante su trabajo, el hombre participa en la obra de la creación. Unido a Cristo, el trabajo puede ser redentor» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 2.460).