Elogio: Fiesta de san Lucas, evangelista, que, según la tradición, nació en Antioquía de familia pagana y fue médico de profesión. Convertido a la fe de Cristo, fue compañero carísimo del apóstol san Pablo, y en su libro del Evangelio expuso por orden, cual escriba de la mansedumbre de Cristo, todo lo que hizo y enseñó Jesús. Asimismo, en el libro de los Hechos de los Apóstoles narró los comienzos de la vida de la Iglesia hasta la primera venida de Pablo a la ciudad de Roma.
Patronazgos: patrono de Bolonia, Padua y Reutlingen, de los médicos, cirujanos, pacientes, artistas, joyeros, artistas del vidrio, escultores, notarios, del arte cristiano.
En Antioquía de Siria, san
Asclepíades, obispo, que fue uno del preclaro número de confesores de la fe en
tiempo de persecuciones.
Santos Próculo, Euticio y Acuto, mártires
En Pozzuoli, en la Campania,
santos Próculo, diácono, Euticio y Acuto.
San Amable, presbítero
En la localidad de Riom, del
territorio de los arvernios, en Aquitania, san Amable, presbítero.
San Monón, eremita mártir
En Nassogne, de Brabante, en
Austrasia, san Monón, venerado como eremita en los bosques de Ardennes y mártir
San Pedro de Alcántara, religioso presbítero
En la villa de Arenas, en la
región española de Castilla, san Pedro de Alcántara, que en España se celebra
mañana, día diecinueve.
San Isaac Jogues, presbítero y mártir
En la aldea de Ossernenon,
entonces en el territorio de Canadá, pasión de san Isaac Jogues, presbítero de
la Orden de la Compañía de Jesús y mártir, que fue convertido en esclavo por
los indígenas, quienes le cortaron los dedos y finalmente le abrieron la cabeza
a hachazos. Su memoria se celebra el día diecinueve de octubre.
San Pablo de la Cruz, presbítero y fundador
En Roma, muerte de san Pablo de la Cruz, presbítero, cuya
memoria se celebra mañana.
LITURGIA DE HOY
Fiesta de
san Lucas, evangelista, que, según la tradición, nació en Antioquía de familia
pagana y fue médico de profesión. Convertido a la fe de Cristo, fue compañero
carísimo del apóstol san Pablo, y en su libro del Evangelio expuso por orden,
cual escriba de la mansedumbre de Cristo, todo lo que hizo y enseñó Jesús.
Asimismo, en el libro de los Hechos de los Apóstoles narró los comienzos de la
vida de la Iglesia hasta la primera venida de Pablo a la ciudad de Roma (elog. del Martirologio Romano).
Misa de la fiesta (rojo).
MISAL: ants. y oracs. props., Gl., Pf. II de los apóstoles. No se
puede decir la PE IV.
LECC.: vol. IV.
- 2 Tim 4, 10-17b.Lucas es el único que está conmigo.
- Sal 144. R. Tus santos, Señor, proclaman la gloria de tu
reinado.
- Lc 10, 1-9. La mies es abundante y los obreros pocos.
Liturgia de las Horas:oficio de la fiesta. Te Deum.
Martirologio: elogs. del 19 de octubre, pág. 620. CALENDARIOS: Asidonia-Jerez y Cádiz: Sanlúcar de Barrameda (S). Vitoria: Beatos Fidel Fuidio y compañeros, mártires (MO). Jaca: Aniversario de la muerte de Mons. José María Conget
Arizaleta, obispo (2001).
Antífona de entradaIs 52, 7
Qué hermosos son sobre los montes los
pies del mensajero que proclama la paz, que anuncia la buena nueva, que pregona
la justicia.
Monición de entrada
Se celebra hoy la fiesta de san
Lucas, evangelista, que, según la tradición, nació en Antioquía de familia
pagana y fue médico de profesión. Convertido a la fe de Cristo, fue compañero
del apóstol san Pablo, y en su Evangelio expuso por orden todo lo que hizo y
enseñó Jesús. Asimismo, en el libro de los Hechos de los Apóstoles narró los
comienzos de la vida de la Iglesia hasta la primera venida de Pablo a la ciudad
de Roma.
Se dice Gloria.
Oración colecta
Señor Dios, que elegiste a san Lucas para que nos revelara con la predicación y los escritos el misterio de tu amor
a los pobres, concede, a cuantos se glorían en tu nombre, perseverar viviendo
con un solo corazón y una sola alma y que todos los pueblos merezcan ver tu
salvación. Por nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA Lucas es el único que está conmigo
Lectura de la segunda carta del
apóstol san Pablo a Timoteo (1 Tim 4, 9-17b)
QUERIDO HERMANO:
Demas me ha abandonado,
enamorado de este mundo presente, y se marchó a Tesalónica; Crescente, a
Galacia; Tito, a Dalmacia; Lucas es el único que está conmigo. Toma a Marcos y
tráelo contigo, pues me es útil para el ministerio. A Tíquico lo envié a Efeso.
El manto que dejé en Tróade, en
casa de Carpo, tráelo cuando vengas, y también los libros, sobre todo los
pergaminos.
Alejandro, el herrero, se ha
portado muy mal conmigo; el Señor le dará el pago conforme a sus obras.
Guárdate de él también tú, porque se opuso vehementemente a nuestras palabras.
En mi primera defensa, nadie
estuvo a mi lado, sino que todos me abandonaron. ¡No les sea tenido en cuenta!
Mas el Señor estuvo a mi lado y
me dio fuerzas para que, a través de mí, se proclamara plenamente el mensaje y
lo oyeran todas las naciones.
R. Tus santos, Señor, proclaman
la gloria de tu reinado. V. Que todas tus criaturas
te den gracias, Señor, que te bendigan tus fieles. Que proclamen la gloria de tu reinado, que hablen de tus hazañas.
R. Tus santos, Señor, proclaman
la gloria de tu reinado. V. Explicando tus hazañas a
los hombres, la gloria y majestad de tu reinado. Tu reinado es un reinado perpetuo, tu gobierno va de edad en edad.
R. Tus santos, Señor, proclaman
la gloria de tu reinado. V. El Señor es justo en
todos sus caminos, es bondadoso en todas sus acciones; cerca está el Señor de los que lo invocan, de los que lo invocan sinceramente.
R. Tus santos, Señor, proclaman
la gloria de tu reinado.
Aleluya Cf Jn 15, 16
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Yo os he elegido del
mundo —dice el Señor— para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca. R.
EVANGELIO
La mies es abundante y los obreros
pocos
╬ Lectura del santo
Evangelio según san Lucas (Lc 10, 1-9) R. Gloria a ti, Señor.
EN AQUEL TIEMPO, designó el
Señor otros setenta y dos, y los mandó delante de él, de dos en dos, a todos
los pueblos y lugares adonde pensaba ir él.
Y les decía:
«La mies es abundante y los
obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies.
¡Poneos en camino! Mirad que os
envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni
sandalias; y no saludéis a nadie por el camino.
Cuando entréis en una casa,
decid primero: “Paz a esta casa”. Y si allí hay gente de paz, descansará sobre
ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros.
Quedaos en la misma casa,
comiendo y bebiendo de lo que tengan: porque el obrero merece su salario. No
andéis cambiando de casa en casa.
Si entráis en una ciudad y os
reciben, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya en ella, y
decidles: “El reino de Dios ha llegado a vosotros”».
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor
Jesús.
Del Papa Francisco, Ángelus, 3 de
julio de 2016.
La misión del cristiano en el
mundo es una misión estupenda, es una misión destinada a todos, una misión de
servicio sin excluir a nadie; requiere mucha generosidad y sobre todo elevar la
mirada y el corazón, para invocar la ayuda del Señor. Hay tanta necesidad de
cristianos que testimonien con alegría el Evangelio en la vida de cada día. Los
discípulos enviados por Jesús «volvieron llenos de alegría» (Lc 10, 17). Cuando
hacemos esto, el corazón se llena de alegría. Y esta expresión me hace pensar
en cómo se alegra la Iglesia, se alegra cuando sus hijos reciben la Buena
Noticia gracias a la dedicación de tantos hombres y mujeres que cotidianamente
anuncian el Evangelio.
Elogio: Memoria de san Ignacio, obispo y mártir, discípulo del apóstol san Juan y segundo sucesor de san Pedro en la sede de Antioquía, que en tiempo del emperador Trajano fue condenado al suplicio de las fieras y trasladado a Roma, donde consumó su glorioso martirio. Durante el viaje, mientras experimentaba la ferocidad de sus centinelas, semejante a la de los leopardos, escribió siete cartas dirigidas a diversas Iglesias, en las cuales exhortaba a los hermanos a servir a Dios unidos con el propio obispo, y a que no le impidiesen poder ser inmolado como víctima por Cristo.
Refieren a este santo: San Policarpo de Esmirna.
Oración
Dios todopoderoso y eterno, tú has querido que el testimonio de tus mártires glorificara a toda la Iglesia, cuerpo de Cristo; concédenos que, así como el martirio que ahora conmemoramos fue para san Ignacio de Antioquía causa de gloria eterna, nos merezca también a nosotros tu protección constante. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén (oración litúrgica).
Conmemoración de san Oseas,
profeta, que no sólo con sus palabras, sino con su misma vida mostró al Señor
al pueblo infiel de Israel, como Esposo siempre fiel y movido por una
misericordia infinita.
Santos Rufo y Zósimo, mártires
Conmemoración de los santos Rufo
y Zósimo, mártires, acerca de los cuales san Policarpo, como compañeros de
martirio de san Ignacio, confirmó, al escribir a los filipenses, que
«participaron en la pasión del Señor, no amaron la vida presente, sino a Aquel
que por ellos y por todos los hombres murió y resucitó».
Santos Mártires Volitanos, mártires
En África Proconsular, santos
mártires Volitanos, a los que san Agustín celebró en un sermón.
San Juan de Licópolis, eremita
En Licópolis, de Egipto, san
Juan, eremita, que entre sus muchas virtudes se distinguió por su espíritu
profético.
San Dulcidio de Agen, obispo
En Agen, ciudad de Aquitania,
san Dulcidio, obispo, que luchó denodadamente por la fe católica contra la
herejía arriana.
San Florencio de Orange, obispo
En la ciudad de Orange, en la
Provenza, de la Galia, san Florencio, obispo.
San Gilberto, abad
En Toulouse, de nuevo en la
Galia, muerte de san Gilberto, abad de Citeaux, el cual, nacido en Inglaterra,
varón ilustre por su saber, defendió a santo Tomás Becket.
Beato Baltasar Ravaschieri de Chiavari, religioso presbítero
En Binasco, de la Lombardía,
beato Baltasar de Chiavari Ravaschieri, presbítero de la Orden de los Hermanos
Menores.
San Ricardo Gwyn, mártir
En Wrexham, en el País de Gales,
san Ricardo Gwyn, mártir, que siendo padre de familia y maestro de escuela,
devoto de la fe católica, le encarcelaron bajo la acusación de animar a otras
personas a la conversión, y tras repetidas torturas, manteniéndose en su fe,
fue ahorcado y, mientras aun respiraba, descuartizado.
Beato Pedro de la Natividad de Santa María Virgen Casani, religioso
presbítero
En Roma, beato Pedro de la
Natividad de Santa María Virgen Casani, presbítero de la Orden de Clérigos
Regulares de las Escuelas Pías, que orientò sus dotes naturales y de la gracia
a la educación de los niños, contento de servir a Dios en los párvulos.
Santa Margarita María Alacoque, virgen
En Paray-le-Monial, en la región
de Autun, en Francia, muerte de santa Margarita María Alacoque, virgen, cuya
memoria se celebró ayer.
Beato Jacobo Burin, presbítero y mártir
En la región de Laval, también
en Francia, beato Jacobo Burin, presbítero y mártir, que durante la Revolución
Francesa ejerció su ministerio pastoral a escondidas, debiendo pasar de casa en
casa, hasta que fue fusilado mientras sostenía en sus manos el cáliz.
Beatas María Natalia de San Luis Vanot y cuatro compañeras, vírgenes y
mártires
En Valenciennes, igualmente de
Francia, beatas María Natalia de San Luis (María Luisa Josefa) Vanot y cuatro
compañeras, vírgenes de la Orden de las Ursulinas y mártires, que, durante la
Revolución Francesa, fueron condenadas a muerte por quienes odiaban la fe
católica, y subieron al patíbulo recitando el salmo Miserere. Sus nombres son:
beatas María Laurentina de San Estanislao (Juana Regina) Prin, María Úrsula de
San Bernardino (Jacinta Agustina Gabriela) Bourla, María Luisa de San Francisco
(María Genoveva) Ducrez y María Agustina del Sagrado Corazón de Jesús (María
Magdalena) Déjardin.
San Isidoro Gagelin, presbítero y mártir
En Hué, en Annam, san Isidoro
Gagelin, presbítero de la Sociedad de Misiones Extranjeras de París y mártir,
que por su fe en Cristo fue estrangulado en tiempo del emperador Minh Mang.
Beato Contardo Ferrini, laico
En la localidad de Suna, junto
al lago Maggiore, en Italia, beato Contardo Ferrini, que, dedicado a la
educación de la juventud, superó con la fe y la vida cristiana las ciencias
humanas.
Beato Fidel Fuidio Rodríguez, religioso y mártir
En Ciudad Real, en España, beato
Fidel Fuidio Rodríguez, religioso de la Sociedad de María y mártir, que durante
la persecución religiosa descansó en el Señor al ser fusilado.
Beato Raimundo Esteban Bou Pascual, presbítero y mártir
En la localidad de La Nucía,
cerca de Alicante, también en España, beato Ramón Esteban Julio Bou Pascual,
presbítero y mártir, que durante la misma persecución mereció, cual discípulo
fiel, ser redimido por la sangre de Cristo.
Beata Tarsila Córdoba Belda, mártir
En Algemesí, en la región de
Valencia, igualmente en España, beata Tarsila Córdoba Belda, mártir, que,
siendo madre de familia, pasó a la gloria del Señor en la misma persecución.
LITURGIA DE HOY
Misa del Domingo
(verde).
MISAL: ants. y oracs. props., Gl., Cr., Pf. dominical.
LECC.: vol. I (B).
- Is 53, 10-11.Al entregar su vida como expiación, verá su
descendencia, prolongará sus años.
- Sal 32. R. Que tu misericordia, Señor, venga sobre
nosotros, como lo esperamos de ti.
- Heb 4, 14-16. Comparezcamos confiados ante el trono de la
gracia.
- Mc 10, 35-45. El Hijo del hombre ha venido a dar su vida en
rescate por muchos.
«Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti»
(sal. resp.). Esta misericordia de Dios nos vino, como nos anunció el profeta
Isaías, por medio del siervo «que justificará a muchos, porque cargó con los
crímenes de ellos» (1 lect.). Esa profecía se cumple plenamente en nuestro
Señor Jesucristo, «probado en todo, como nosotros, menos en el pecado» (2
lect.), pues «el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y
dar su vida en rescate por muchos». Desde ahí tenemos que estar dispuestos a
compartir los sufrimientos de Cristo para la salvación del mundo, haciéndonos
servidores de los demás (Ev.).
Liturgia de las Horas:oficio
dominical. Te Deum. Comp. Dom. II.
Martirologio: elogs. del 18 de octubre, pág. 619.
Antífona de entradaSal 16, 6. 8
Yo te invoco porque tú me respondes, Dios mío; inclina el oído y escucha mis
palabras. Guárdame como a las niñas de tus ojos, a la sombra de tus alas
escóndeme.
Monición de entrada
La eucaristía es el memorial del
sacrificio de Cristo en la cruz. Por eso, seguir a Jesús supone recorrer el
mismo camino que hizo él: un camino de amor, humildad y obediencia a la
voluntad de Dios, hasta entregar la propia vida. Pero no tengamos miedo,
mantengamos la fe en aquel que sabe bien de nuestras debilidades e intercede
constantemente por nosotros ante el Padre.
Acto penitencial
- Tú, que te compadeces de
nuestras debilidades: Señor, ten piedad.
R. Señor, ten piedad.
- Tú, que has sido probado, como nosotros: Cristo, ten piedad.
R. Cristo, ten piedad.
- Tú, que has dado tu vida en rescate por todos: Señor, ten piedad.
R. Señor, ten piedad.
En lugar del acto penitencial, se puede celebrar el rito de la bendición y de
la aspersión del agua bendita.
Se dice Gloria.
Oración colecta
Dios todopoderoso y eterno, haz que te presentemos una voluntad solícita y
estable, y sirvamos a tu grandeza con sincero corazón. Por nuestro Señor
Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
Al entregar su
vida como expiación, verá su descendencia, prolongará sus años
R. Que tu misericordia,
Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.
V. La palabra del Señor es sincera,
y todas sus acciones son leales;
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra.
R. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos
de ti.
V. Los ojos del Señor están puestos en quien lo teme,
en los que esperan su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre.
R. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos
de ti.
V. Nosotros aguardamos al Señor:
él es nuestro auxilio y escudo.
Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti.
R. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos
de ti.
SEGUNDA LECTURA
Acerquémonos con
seguridad al trono de la gracia
Lectura de la carta a los Hebreos (Hb 4, 14-16)
HERMANOS:
Ya que tenemos un sumo sacerdote grande que ha atravesado el cielo, Jesús, Hijo
de Dios, mantengamos firme la confesión de fe.
No tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades,
sino que ha sido probado en todo, como nosotros, menos en el pecado. Por eso,
comparezcamos confiados ante el trono de la gracia, para alcanzar misericordia
y encontrar gracia para un auxilio oportuno.
Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.
Aleluya Mc 10, 45
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. El Hijo del hombre ha venido a servir y dar su vida en rescate por
muchos. R.
EVANGELIO(forma larga)
El Hijo del
hombre ha venido a dar su vida en rescate por muchos
╬ Lectura del santo Evangelio según san Marcos (Mc 10, 35-45)
R. Gloria a ti, Señor.
EN AQUEL TIEMPO, se acercaron a Jesús los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y
le dijeron:
«Maestro, queremos que nos hagas lo que te vamos a pedir».
Les preguntó:
«¿Qué queréis que haga por vosotros?».
Contestaron:
«Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda».
Jesús replicó:
«No sabéis lo que pedís, ¿podéis beber el cáliz que yo he de beber, o
bautizaros con el bautismo con que yo me voy a bautizar?».
Contestaron:
«Podemos».
Jesús les dijo:
«El cáliz que yo voy a beber lo beberéis, y seréis bautizados con el bautismo
con que yo me voy a bautizar, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no
me toca a mí concederlo, sino que es para quienes está reservado».
Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan. Jesús,
llamándolos, les dijo:
«Sabéis que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y
que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser
grande entre vosotros, que sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero,
sea esclavo de todos. Porque el Hijo del hombre no ha venido a ser servido,
sino a servir y dar su vida en rescate por muchos».
Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO (forma breve)
El Hijo del hombre ha venido a dar su vida en rescate por muchos
╬ Lectura del santo Evangelio según san Marcos (Mc 10, 42-45)
R. Gloria a ti, Señor.
EN AQUEL TIEMPO, Jesús, llamando a los Doce, les dijo:
«Sabéis que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y
que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser
grande entre vosotros, que sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero,
sea esclavo de todos. Porque el Hijo del hombre no ha venido a ser servido,
sino a servir y dar su vida en rescate por muchos».
Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Papa Francisco
ÁNGELUS. Plaza de San Pedro. Domingo, 21 de octubre de 2018
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
La página del Evangelio de hoy
(cf. Mc 10, 35-45) describe a Jesús, que una vez más y con gran paciencia,
intenta corregir a sus discípulos convirtiéndolos de la mentalidad del mundo a
la de Dios. Le brindan la ocasión los hermanos Santiago y Juan, dos de los
primeros que Jesús encontró y llamó a seguirlo. Ya han recorrido un largo
camino con Él y pertenecen al grupo de los doce Apóstoles. Por eso, mientras se
dirigen a Jerusalén, donde los discípulos esperan con ansia que Jesús, con
ocasión de la fiesta de Pascua, instaure finalmente el Reino de Dios, los dos
hermanos se arman de valor, se acercan y dirigen al maestro su petición:
«Concédenos que nos sentemos en tu gloria, uno a tu derecha y otro a tu
izquierda» (Mc 10, 37). Jesús sabe que Santiago y Juan están animados por un
gran entusiasmo por Él y por la causa del Reino, pero sabe también que sus
expectativas y su celo están contaminados por el espíritu del mundo. Por eso
responde: «No sabéis lo que pedís» (Mc 10, 38). Y mientras ellos hablaban de
«tronos de gloria» en los que sentarse junto a Cristo Rey, Él habla de un
«cáliz» para beber, de un «bautismo» a recibir, es decir de su pasión y muerte.
Santiago y Juan, siempre mirando
al privilegio esperado, dicen deprisa: ¡sí «podemos»! Pero tampoco aquí se dan
cuenta de lo que verdaderamente dicen. Jesús preanuncia que su cáliz lo beberán
y su bautismo lo recibirán, es decir, ellos también, como los demás apóstoles,
participarán en su cruz, cuando llegue el momento. Sin embargo –concluye Jesús–
«sentarse a mi derecha o a mi izquierda no es cosa mía el concederlo, sino que
es para quienes está preparado» (Mc 10, 40). Como diciendo: ahora seguidme y
aprended el camino del amor «con pérdida», y el Padre celestial se hará cargo
del premio. El camino del amor es siempre «con pérdida», porque amar significa
dejar a parte el egoísmo, la autorreferencialidad, para servir a los demás.
Jesús se da cuenta de que los otros diez Apóstoles se enfadan con Santiago y Juan,
demostrando así que tienen la misma mentalidad mundana. Y esto le ofrece la
inspiración para una lección que se aplica a los cristianos de todos los
tiempos, también para nosotros. Dice: «Sabéis que los que son tenidos como
jefes de las naciones las dominan como señores absolutos y los grandes las
oprimen con su poder. Pero no ha de ser así entre vosotros; sino que el que
quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor» (Mc 10,
42-44). Es la regla del cristiano. El mensaje del Maestro es claro: mientras
los grandes de la Tierra construyen «tronos» para el poder propio, Dios elige
un trono incómodo, la cruz, desde donde reinar dando la vida: «Tampoco el Hijo
del Hombre –dice Jesús– ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida
como rescate por muchos» (Mc 10, 45).
El camino del servicio es el
antídoto más eficaz contra la enfermedad de la búsqueda de los primeros
puestos; es la medicina para los arribistas, esta búsqueda de los primeros
puestos, que infecta muchos contextos humanos y no perdona tampoco a los
cristianos, al pueblo de Dios, ni tampoco a la jerarquía eclesiástica. Por lo
tanto, como discípulos de Cristo, acojamos este Evangelio como un llamado a la
conversión, a dar testimonio con valentía y generosidad de una Iglesia que se
inclina a los pies de los últimos, para servirles con amor y sencillez. Que la
Virgen María, que se adhirió plenamente y humildemente a la voluntad de Dios,
nos ayude a seguir a Jesús con alegría en el camino del servicio, el camino
maestro que lleva al Cielo.
Se dice Credo.
Oración de los fieles
Comparezcamos confiados -hemos
escuchado- ante el trono de la gracia y oremos para alcanzar misericordia y
encontrar gracia para un auxilio oportuno.
- Por el papa y los obispos, y
por todos los que han recibido alguna responsabilidad en la Iglesia. Roguemos
al Señor.
- Por los que han recibido el
poder de decidir a todos los niveles de la sociedad. Roguemos al Señor.
- Por todos los que llevan sobre
sí, con ánimo generoso, las cargas de los demás. Roguemos al Señor.
- Por los que sufren indefensos
opresión, violencia, injusticias, afrentas. Roguemos al Señor.
- Por nosotros, que, a imitación de Cristo Jesús, debemos servir y dar la
vida por todos. Roguemos al Señor.
Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo
esperamos de ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Oración sobre las Ofrendas
Concédenos, Señor, estar al servicio de tus dones con un corazón libre, para
que, con la purificación de tu gracia, nos sintamos limpios por los mismos
misterios que celebramos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO IX DOMINICAL DEL TIEMPO ORDINARIO
(Prefacio II del Espíritu Santo)
LA ACCIÓN DEL ESPÍRITU EN LA IGLESIA
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias
siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque nos concedes en cada momento lo que más conviene y diriges sabiamente la
nave de tu Iglesia, asistiéndola siempre con la fuerza del Espíritu Santo, para
que, a impulso de su amor confiado, no abandone la plegaria en la tribulación,
ni la acción de gracias en el gozo, por Cristo, Señor nuestro.
A quien alaban los cielos y la tierra, los ángeles y los arcángeles,
proclamando sin cesar:
Santo, santo Santo…
Antífona de la comuniónSal 32, 18-19
Los ojos del Señor están puestos quien lo
teme, en los que esperan su misericordia, para librar sus vidas de la muerte y
reanimarlos en tiempo de hambre.
O bien: Mc
10, 45
El Hijo del hombre ha venido para dar su vida en rescate
por muchos.
Oración después de la comunión
Señor, haz que nos sea provechosa la celebración de las realidades del cielo,
para que nos auxilien los bienes temporales y seamos instruidos por los
eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.