PROGRAMA PARROQUIAL:
DOMINGO, 01 DE NOVIEMBRE
- Horario de la parroquia: abierta de 10.00 h. a 13.30 h. y de 17.00 h. a 21.30 h.
- Eucaristía de la Solemnidad de Todos los Santos (a las 11.00 h.).
- Eucaristía de la Solemnidad de Todos los Santos, en la Capilla de San Sebastián (a las 17.00 h.).
- Rezo del Santo Rosario (a las 19.00 h.) y Eucaristía II Vísperas de la Solemnidad de Todos los Santo (a las 19.30 h.)
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NOTICIAS DE ACTUALIDAD
para jóvenes y adultos:
SANTORAL DE HOY
Elogio: Solemnidad de Todos los Santos que están con Cristo en la gloria. En el gozo único de esta festividad, la Iglesia Santa, todavía peregrina en la tierra, celebra la memoria de aquellos cuya compañía alegra los cielos, recibiendo así el estímulo de su ejemplo, la dicha de su patrocinio y, un día, la corona del triunfo en la visión eterna de la divina Majestad.
San Cesáreo, mártir
En Tarracina, en la costa del
Lacio, san Cesáreo, mártir.
San Benigno de Dijón, presbítero y mártir (2 coms.)
En Dijón, en la Galia
Lugdunense, san Benigno, venerado como presbítero y mártir.
San Austremonio de Auvernia, obispo
En Auvernia, de Aquitania, san
Austremonio, obispo, que, según la tradición, predicó en esta ciudad la palabra
de la salvación.
San Marcelo de París, obispo
En París, en la Galia
Lugdunense, san Marcelo, obispo.
San Rómulo, abad y presbítero
En el territorio de Bourges, en
Aquitania, san Rómulo, presbítero y abad.
San Severino, monje
En Tívoli, en el Lacio, san
Severino, monje.
San Magno de Milán, obispo
En Milán, de la Lombardía, san
Magno, obispo.
San Vigor de Bayeux, obispo
En Bayeux, en la Galia
Lugdunense, san Vigor, obispo, discípulo de san Vedasto.
San Licinio de Angers, obispo
En Angers, en Neustria, san
Licinio, obispo, a quien el papa san Gregorio I Magno encomendó los monjes que
se dirigían a Inglaterra.
San Maturino, presbítero
En Larchant, ciudad del Gatinais
Aquitano, san Maturino, presbítero.
San Audomaro de Thérouanne, monje y obispo
En el territorio de Théouranne,
en Flandes, san Audomaro, que, siendo discípulo de san Eustasio, abad de
Luxeuil, fue elegido obispo de los Marinos y renovó allí la fe cristiana.
Beato Rainiero Aretino, religioso
En Borgo Sansepolcro, lugar de
Umbría, beato Rainiero Aretino, de la Orden de los Hermanos Menores, que brilló
por su humildad, pobreza y paciencia.
Beatos Pedro Pablo Navarro, Dionisio Fujishima, Pedro Onizuka Sandayu y
Clemente Kyuemon, mártires
En Shimabara, lugar de Japón,
beatos Pedro Pablo Navarro, presbítero, Dionisio Fujishima y Pedro Onizuka
Sandayu, religiosos de la Orden de la Compañía de Jesús, y Clemente Kyuemon,
mártires, que fueron sometidos al tormento del fuego por quienes odiaban la fe.
Santos Jerónimo Hermosilla, Valentín de Berriochoa y Pedro Almató
Ribeira, mártires
En la ciudad de Hai Duong, en
Tonquín, santos mártires Jerónimo Hermosilla y Valentín de Berriochoa, obispos,
y Pedro Almató Ribeira, presbítero de la Orden de Predicadores, que fueron
decapitados por orden del emperador Tu Duc.
Beato Eudald d´Igualada, religioso y mártir
En La Pobla de Claramunt,
Barcelona, beato Eudald d'Igualada (Lluís Estruch Vives), capuchino mártir en
la persecución religiosa durante la Guerra Civil.
Beato Ruperto Mayer, religioso presbítero
En Munich, en la región de
Baviera, en Alemania, beato Ruperto Mayer, presbítero de la Orden de la
Compañía de Jesús, que fue celosísimo maestro de los fieles, ayuda para los
pobres y obreros, y predicador de la palabra de Dios. Sufrió persecución bajo
el nefasto régimen nazi, durante el cual le deportaron primero a un campo de
concentración y después fue recluido en un monasterio, totalmente incomunicado
con sus fieles.
Beato Teodoro Jorge Romzsa, obispo y mártir
En la ciudad de Mukacevo, en
Ucrania, beato Teodoro Jorge Romzsa, obispo y mártir, que, por mantener su
fidelidad infatigable a la Iglesia en tiempo de persecución de la fe, mereció
alcanzar la palma gloriosa.
LITURGIA DE HOY
Solemnidad de Todos los Santos, que están con Cristo en la gloria. En el gozo único de esta festividad, la Iglesia Santa, todavía peregrina en la tierra, celebra la memoria de aquellos cuya compañía alegra los cielos, recibiendo así el estímulo de su ejemplo, la dicha de su patrocinio y, un día, la corona del triunfo en la visión eterna de la divina Majestad (elog. del Martirologio Romano).
Antífona de entrada
Alegrémonos todos en el Señor al
celebrar este día de fiesta en honor de todos los santos. Los ángeles se
alegran de esta solemnidad y alaban a una al Hijo de Dios.
Monición de entrada
Hoy es la solemnidad de Todos
los Santos, que están con Cristo en la gloria. En el gozo único de esta
festividad, la Iglesia santa, todavía peregrina en la tierra, celebra la
memoria de aquellos que nos estimulan con su ejemplo, nos ayudan con su intercesión
y mantienen nuestra esperanza de participar con ellos de su misma vida en
Cristo.
Acto penitencial
Se dice Gloria.
Dios todopoderoso y eterno,
que nos has otorgado venerar en una misma celebración
los méritos de todos los santos,
concédenos, por esta multitud de intercesores,
la deseada abundancia de tu misericordia.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Vi una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de todas las naciones, razas, pueblos y lenguas
Lectura del libro del
Apocalipsis (Ap 7, 2-4. 9-14)
YO, JUAN, vi a otro ángel que
subía del oriente llevando el sello del Dios vivo. Gritó con voz potente a los
cuatro ángeles encargados de dañar a la tierra y al mar diciéndoles:
«No dañéis a la tierra ni al mar
ni a los árboles hasta que sellemos en la frente a los siervos de nuestro
Dios».
Oí también el número de los
sellados, ciento cuarenta y cuatro mil, de todas las tribus de Israel.
Después de esto vi una
muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de todas las naciones, razas,
pueblos y lenguas, de pie delante del trono y delante del Cordero, vestidos con
vestiduras blancas y con palmas en sus manos. Y gritan con voz potente:
«¡La victoria es de nuestro
Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero!».
Y todos los ángeles que estaban
de pie alrededor del trono y de los ancianos y de los cuatro vivientes cayeron
rostro a tierra ante el trono, y adoraron a Dios, diciendo:
«Amén. La alabanza y la gloria y
la sabiduría y la acción de gracias y el honor y el poder y la fuerza son de
nuestro Dios, por los siglos de los siglos. Amén».
Y uno de los ancianos me dijo:
«Estos que están vestidos con
vestiduras blancas, ¿quiénes son y de dónde han venido?».
Yo le respondí:
«Señor mío, tú lo sabrás».
Él me respondió:
«Estos son los que vienen de la gran tribulación: han lavado y blanqueado sus vestiduras en la sangre del Cordero».
R. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL (Sal 23,
1-2. 3-4ab. 5-6 [R.: cf. 6])
R. Esta es la generación
que busca tu rostro, Señor.
R. Esta es la generación
que busca tu rostro, Señor.
R. Esta es la generación
que busca tu rostro, Señor.
R. Esta es la generación
que busca tu rostro, Señor.
Lectura de la primera carta del
apóstol san Juan (1 Jn 3, 1-3)
QUERIDOS HERMANOS:
Mirad qué amor nos ha tenido el
Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos! El mundo no nos conoce
porque no lo conoció a él.
Queridos, ahora somos hijos de
Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando él se
manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es.
Todo el que tiene esta esperanza
en él se purifica a sí mismo, como él es puro.
R. Te alabamos, Señor.
Aleluya Mt 11, 28
R. Aleluya, aleluya,
aleluya.
V. Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados -dice el Señor-, y yo os aliviaré. R
R. Gloria a ti, Señor.
EN AQUEL TIEMPO, al ver Jesús el gentío, subió al monte, se sentó y se acercaron sus discípulos; y, abriendo su boca, les enseñaba diciendo:
«Bienaventurados los pobres en
el espíritu,
porque de ellos es el reino de
los cielos.
Bienaventurados los mansos,
porque ellos heredarán la
tierra.
Bienaventurados los que lloran,
porque ellos serán consolados.
Bienaventurados los que tienen
hambre y sed de la justicia,
porque ellos quedarán saciados.
Bienaventurados los
misericordiosos,
porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los limpios de
corazón,
porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los que trabajan
por la paz,
porque ellos serán llamados
hijos de Dios.
Bienaventurados los perseguidos
por causa de la justicia,
porque de ellos es el reino de
los cielos.
Bienaventurados vosotros cuando
os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa.
Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo»
R. Gloria a ti, Señor Jesús.