Elogio: Elogio: En la basílica de San Pedro, en Roma, san Adeodato I, papa, que amó a su clero y a su pueblo y brilló excepcionalmente por su sencillez y sabiduría.
Elogio: En Ostra Vetere, del Piceno, en Italia, beata María Crucificada (Isabel María) Satellico, abadesa de la Orden de Clarisas, extraordinaria en la contemplación del misterio de la cruz y enriquecida con carismas místicos.
Conmemoración de los santos mártires Simproniano, Claudio, Nicóstrato,
Cástor y Simplicio, que, según la tradición, eran marmolistas en Srijem, en
Panonia, y por negarse, en fidelidad al nombre de Jesucristo, a esculpir la
imagen del dios Esculapio, fueron arrojados al río por orden del emperador
Diocleciano y coronados por Dios con la gracia del martirio. Sus restos fueron
venerados en Roma en la basílica del monte Celio, bajo el título de los Cuatro
Coronados.
San Claro, monje y presbítero
En Tours, de la Galia Lugdunense, san Claro, presbítero, discípulo de san
Martín, que al lado del monasterio del obispo construyó una casa, donde
congregó a muchos hermanos.
San Wilehado de Bremen, obispo
En Bremen, de Sajonia, san Wilehado, obispo, que, nacido en Northumbria y
amigo de Alcuino, propagó el Evangelio en Frisia y Sajonia después de san
Bonifacio y, ordenado obispo, fundó la sede de Bremen y la gobernó sabiamente.
San Godofredo de Amiéns, obispo
En Soissons, de Francia, muerte de san Godofredo, obispo de Amiens, que
educado en la vida monástica desde los cinco años, padeció mucho en su labor
incansable de dar solución a las luchas en la ciudad entre señores y plebeyos,
así como por su dedicación a la reforma del clero y del pueblo.
Beato Juan Duns Escoto, religioso
presbítero
En Colonia, de la Lotaringia, en Germania, beato Juan Duns Escoto,
presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, que, oriundo de Escocia, enseñó
las disciplinas filosóficas y teológicas en Cantorbery, Oxford, París y,
finalmente, en Colonia, como maestro preclaro de sutil ingenio y fervor
admirable.
Santos José Nguyên Dinh Nghi, Pablo Nguyên
Ngân, Martín Ta Dúc Thinh, Martín Tho y Juan Bautista Con, mártires
En la localidad de Nam Dinh, en Tonkín, santos mártires José Nguyên Dinh
Nghi, Pablo Nguyên Ngân, Martín Ta Dúc Thinh, presbíteros, y Martín Tho y Juan
Bautista Con, labradores, que en tiempo del emperador Thiêu Tri fueron
decapitados por causa de su fe cristiana.
Beato Antolín Pablos Villanueva, presbítero
y mártir
En Soto de Aldovea, Madrid, beato Antolín Pablos Villanueva, sacerdote
profeso benedictino, del priorato de Montserrat, dependiente de la abadía de
Santo Domingo de Silos.
- Sab 1, 1-7. La sabiduría es un espíritu amigo de los hombres: el
espíritu del Señor llena la tierra.
- Sal 138. R. Guíame, Señor, por el camino eterno.
- Lc 17, 1-6. Si siete veces en un día vuelve a decirte: «Me
arrepiento», lo perdonarás.
Liturgia de las Horas: oficio de
feria.
Martirologio: elogs. del 9 de noviembre, pág. 657.
CALENDARIOS: Madrid y Getafe: Dedicación de la basílica de Letrán
(F).
Canónigos Regulares de Letrán y Jerónimos:Todos los santos de la
Orden (F).
Concepcionistas, OFM, OFM Conv. y Clarisas: Beato Duns Escoto (MO).
Burgos: Santa Victoria, virgen y mártir (ML).
Santander: Santo Toribio de Palencia, monje (ML).
Carmelitas: Santa Isabel de la Trinidad, virgen (ML).
Dominicos: Aniversario de todos los difuntos de la Orden.
Mercedarios: Conmemoración de todos los difuntos de la Orden.
Pasionistas: Conmemoración de los benefactores difuntos.
Sigüenza-Guadalajara:Aniversario de la muerte de Mons. Jesús Pla
Gandía, obispo, emérito (2000).
Antífona
de entrada Cf. Ap 1, 5-6
Jesucristo, que nos ama, nos ha librado
de nuestros pecados por su sangre, y nos ha hecho reino y sacerdotes para Dios,
su Padre; a él la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén.
Monición de entrada
La Iglesia es una y católica, la misma en todo el mundo, pero está formada
por un conjunto de Iglesias locales, como la nuestra, llamadas diócesis,
presididas por su obispo, en unión con los demás miembros del colegio episcopal
y con el papa a la cabeza.
Oración colecta
Oh, Dios, que en cada una de las Iglesias
que peregrinan por el mundo
manifiestas la Iglesia,
una, santa, católica y apostólica,
haz que tu familia
se una de tal modo a su pastor
que, congregada en el Espíritu Santo por el
Evangelio y la Eucaristía,
manifieste la universalidad de tu pueblo
y sea signo
e instrumento de la presencia de Cristo en el mundo.
La
sabiduría es un espíritu amigo de los hombres; el espíritu del Señor llena la
tierra
Comienzo del libro de la Sabiduría (Sab 1, 1-7)
AMAD LA JUSTICIA, gobernantes de la tierra, pensad correctamente del Señor y buscadlo con sencillez de corazón. Porque se manifiesta a los que no le exigen pruebas y se revela a los que no desconfían de él. Los pensamientos retorcidos alejan de Dios y el poder, puesto a prueba, confunde a los necios. La sabiduría no entra en alma perversa, ni habita en cuerpo sometido al pecado. Pues el espíritu educador y santo huye del engaño, se aleja de los pensamientos necios y es ahuyentado cuando llega la injusticia. La sabiduría es un espíritu amigo de los hombres que no deja impune al blasfemo: inspecciona las entrañas, vigila atentamente el corazón y cuanto dice la lengua. Pues el espíritu del Señor llena la tierra, todo lo abarca y conoce cada sonido.
V. Señor, tú me sondeas y me conoces. Me conoces cuando me siento o me levanto, de lejos penetras mis pensamientos; distingues mi camino y mi descanso, todas mis sendas te son familiares.
R. Guíame,
Señor, por el camino eterno.
V. No ha llegado la palabra a mi lengua, y ya, Señor, te la sabes toda. Me estrechas detrás y delante, me cubres con tu palma. Tanto saber me sobrepasa, es sublime, y no lo abarco.
R. Guíame,
Señor, por el camino eterno.
V. ¿Adónde iré lejos de tu aliento, adónde escaparé de tu mirada? Si escalo el cielo, allí estás tú; si me acuesto en el abismo, allí te encuentro.
R. Guíame,
Señor, por el camino eterno.
V. Si vuelo hasta el margen de la aurora, si emigro hasta el confín del mar, allí me alcanzará tu izquierda, me agarrará tu derecha.
R. Guíame,
Señor, por el camino eterno.
Aleluya Flp 2, 15d. 16A
R. Aleluya,
aleluya, aleluya.
V. Brilláis como lumbreras del mundo, manteniendo firme la
palabra de la vida. R.
EVANGELIO
Si
siete veces en un día vuelve a decirte: “Me arrepiento”, lo perdonarás
╬ Lectura del santo Evangelio según san Lucas (Lc 17, 1-6) R. Gloria a ti, Señor.
EN AQUEL TIEMPO, dijo Jesús a sus discípulos:
«Es imposible que no haya escándalos; pero ¡ay de quien los provoca!
Al que escandaliza a uno de estos pequeños, más le valdría que le ataran al
cuello una piedra de molino y lo arrojasen al mar. Tened cuidado.
Si tu hermano te ofende, repréndelo, y si se arrepiente, perdónalo; si te
ofende siete veces en un día, y siete veces vuelve a decirte: “Me arrepiento”,
lo perdonarás».
Los apóstoles le dijeron al Señor:
«Auméntanos la fe».
El Señor dijo:
«Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera: “Arráncate
de raíz y plántate en el mar”, y os obedecería».
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Papa Francisco, Ángelus
6-octubre-2013
También nosotros, como los Apóstoles, digamos al Señor Jesús: "Auméntanos
la fe". Sí, Señor, nuestra fe es pequeña, nuestra fe es débil, frágil,
pero te la ofrecemos así como es, para que Tú la hagas crecer. ¿Os parece bien
repetir todos juntos esto: "¡Señor, auméntanos la fe!"? ¿Lo hacemos?
Todos: Señor, auméntanos la fe. Señor, auméntanos la fe. Señor, auméntanos la
fe. ¡Que la haga crecer!
Y, ¿qué nos responde el Señor? Responde: "Si tuvierais fe como un granito
de mostaza, diríais a esa morera: "Arráncate de raíz y plántate en el
mar", y os obedecería" (v. 6). La semilla de la mostaza es
pequeñísima, pero Jesús dice que basta tener una fe así, pequeña, pero
auténtica, sincera, para hacer cosas humanamente imposibles, impensables. ¡Y es
verdad! Todos conocemos a personas sencillas, humildes, pero con una fe muy
firme, que de verdad mueven montañas. Pensemos, por ejemplo, en algunas mamás y
papás que afrontan situaciones muy difíciles; o en algunos enfermos, incluso
gravísimos, que transmiten serenidad a quien va a visitarles.
- Rezo del Santo Rosario (a las 19.00 h.) y Eucaristía II Vísperas del Domingo de la XXXII Semana del Tiempo Ordinario: Función Principal de Instituto de la Virgen de la Soledad (Hermandad de la Vera+Cruz, a las 19.30 h.)
para celebrar que «somos una gran familia contigo»
El próximo Domingo día 7 celebramos el Día de la Iglesia Diocesana con el lema: Somos lo que tú nos ayudas a ser. Somos una gran familia contigo. Esta Jornada, situada en el contexto de la fase sinodal diocesana de la XI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, es una ocasión para sentir y obrar en el espíritu que quiere promover este acontecimiento eclesial: Por una Iglesia sinodal. Comunión, participación, misión.
La Iglesia siempre nos remite a la familia, a la familia de loshijos de Dios, en la que vamos edificando, bajo la acción del Espíritu, el pueblo santo que constituimos a partir del bautismo. Nuestra pertenencia a la Iglesia universal se realiza en la Iglesia particular, ennuestro caso la Diócesis de Huelva. Como nos recuerda el Concilio Vaticano II: «la diócesis es una parte del Pueblo de Dios que se confía a un obispo para que la apaciente con la cooperación del presbiterio, de forma que unida a su pastor y reunida por él en el Espíritu Santo por el Evangelio y la Eucaristía, constituye una Iglesia particular, en la que verdaderamente está y obra la Iglesia de Cristo, que es Una, Santa, Católica y Apostólica» (Christus Dominus, 11).
Para vivir la unidad entre todos los fieles que peregrinamosennuestra IglesiadeHuelvadebemos coser sin desfallecerlas tres redes en las que está el Pueblo de Dios: la red que constituyenlas parroquias, vertebrando todo el territorio de nuestra iglesia particular;la red de la vida consagrada, con sus comunidades de monjas de clausura, comunidades de religiosos y religiosas, y otras formas de vida consagrada; y la red de los movimientos, asociaciones de fieles, nuevas comunidades e instituciones eclesiales. Todos debemos comprendernos en la fraternidad recibida y en el trabajo misionero hecho en comunión que Huelva necesita. La Jornada de la Iglesia Diocesana es una ocasión para fijarnos, particularmente, en las parroquias.
Una familia que anuncia
Nuestra pertenencia a la Iglesia se abre en la fuente bautismal, situada en la parroquia. Allí se realiza nuestro primer contacto con la familia de Dios, se nos acompaña en la iniciación cristiana, recibimos la Palabra de Vida y se nos envía a evangelizar, a ser misioneros. Es el primer núcleo familiar dentro de la familia diocesana, donde nos han llevado, en la mayoría de las ocasiones, nuestras propias familias humanas.
En la tarea misionera de la Iglesia, la parroquia tieneunpapel imprescindible. Cada una de ellas lleva a cabo su misión de anunciar el Evangelio a través de múltiples actividades: catequesis de niños y de adultos, catequesis presacramentales, formación de sus miembros. Para ello las parroquias han de contar con la implicación de los fieles, que sientan suya a la parroquia donde viven su ser eclesial.
Una familia que sirve
También en la parroquia logramos tener el primer contacto con la Iglesia que sirve como Cristo, que ejerce su función de diakonía. Los pobres siempre tuvieron en las parroquias un referente de familia, donde son estimados. Muchas veces con medios y recursos muy escasos, pero con mucho amor. También en este aspecto hay que subrayar la colaboración de los fieles y de los pastores, que sostienen con su generosidad las Cáritas parroquiales junto a las iniciativas de caridad protagonizadas por Hermandades y otras instituciones eclesiales vinculadas a la parroquia.
La Iglesia diocesana impulsa esta labor de las parroquias y suple lo que por ellas mismas no pueden afrontar. Es más, anima la presencia de Cristo en tantas periferias de nuestro mundo, nos permite besar las llagas de Cristo en los pobres.
Una familia que alaba
La parroquia nos introduce en la alabanza divina, especialmente con la Eucaristía dominical. Es una familia que alaba a su Padre, porque el Señor inspira y hace suya «nuestra acción de gracias, para que nos sirva de salvación» (Prefacio Común IV). Esa alabanza adquiere especial plenitud cuando nos unimos a la Iglesia localpresidida por su obispo (ese sentido tiene la mención al obispo diocesano en el memento de la Misa). La familia parroquial inserta en la familia diocesana nos une con Cristo presente y actuante en su Iglesia a través de la liturgia.
Esta familia que es la Iglesia particular tiene una serie de necesidades, ocasionadas en el ejercicio del desarrollo de la misión de anunciar, servir y alabar, que requieren la contribución y colaboración de todos los fieles. Es inexcusable que ofrezcamos nuestra disponibilidad, poniendo tiempo y cualidades personales al servicio de la Iglesia. Es precisa la cooperación espiritual, que nos haga sentir como propias las necesidades de nuestra comunidad diocesana, y rezar por ellas. También es ineludible la colaboración económica, que forma parte de una exigencia moral recogida en los mandamientos de la madre Iglesia, hoy tan olvidados: ayudar a la Iglesia en sus necesidades. Así estaremos haciendo verdadlo que dice el lema de este año: Somos lo que tú nos ayudas a ser, una familia que anuncia, sirve y alaba en nombre del Señor y así contribuye al mayor bien de todos los hombres. Como el niño que presentó a Jesús los panes y los peces, ofrezcamos nuestras capacidades personales y ayuda económica enla medida que nos sea posible.
Que la Virgen Inmaculada y San Leandro intercedanpor nosotros, para que el Señor nos conceda el don de la generosidad, que yo os agradezco de corazón, para sostener la labor de nuestra familia diocesana.
Con mi afecto y bendición.
+ Santiago Gómez Sierra,
Obispo de Huelva.
Huelva, 4 de noviembre de 2021,
Memoria litúrgica de San Carlos Borromeo.
El Video del Papa - Noviembre 2021 "Las personas que sufren depresión"
Elogio: En Colonia, de Lotaringia, en Germania, san Engelberto, obispo, que por defender la justicia y libertad de la Iglesia, yendo de camino fue asaltado por unos sicarios, que le hirieron hasta causarle la muerte.
En Padua, de la región de Venecia, san Prosdócimo, a
quien se tiene por el primer obispo de esta Iglesia.
San Atenodoro de Neocesarea, obispo
En Neocesarea, del Ponto, san Atenodoro, obispo,
hermano de san Gregorio Taumaturgo, que fue tan aventajado en las letras
divinas, que, pese a su juventud, se le consideró digno de ejercer el
ministerio episcopal.
San Amaranto, mártir
En Albi, de Aquitania, conmemoración de san
Amaranto, mártir.
San Hierón y sus numerosos compañeros,
mártires
En Melitene, de Armenia, san Hierón y sus numerosos
compañeros.
San Herculano de Perugia, obispo y
mártir
En Perugia, de la Umbría, san Herculano, obispo y
mártir, que, por orden de Totila, rey de los godos, fue decapitado.
San Baldo de Tours, obispo
En Tours, de Neustria, san Baldo, obispo, que
distribuyó en limosnas para los pobres el dinero que le había dejado su
predecesor.
San Cungaro, abad
En el lugar después llamado Congresbury, en
Inglaterra, san Cungaro, abad, bretón de origen, con cuyo nombre se honran
muchas poblaciones e iglesias.
San Florencio de Estrasburgo, obispo
En Estrasburgo, de Burgundia, conmemoración de san
Florencio, obispo, sucesor de san Arbogasto.
San Wilibordo de Utrecht, abad y obispo
En Echternach, de Austrasia, sepultura de san
Wilibordo, inglés de nacimiento, que ordenado obispo de Utrecht por el papa san
Sergio I, predicó el Evangelio en Frisia y en Dinamarca, y fundó sedes
episcopales y monasterios hasta que, agobiado de trabajo y gastado por la edad,
se durmió en el Señor dentro de los muros de un monasterio por él levantado.
San Lázaro el estilita, monje
En el monte Galesio, cercano a Éfeso, san Lázaro,
estilita, que, en diversos lugares, vivió muchos años sobre una columna,
cargado además de hierros y cadenas, y contento, con solo pan y agua, con esta
forma de vida tan austera atrajo a muchos fieles.
Beato Antonio Baldinucci, religioso
presbítero
En la aldea de Pofi, en el Lacio, beato Antonio
Baldinucci, presbítero de la Orden de la Compañía de Jesús, totalmente dedicado
a la predicación de misiones populares.
Santos Jacinto María Castañeda y Vicente Lê
Quang Liêm, presbíteros y mártires
En la ciudad de Ket Cho, en Tonquín, santos Jacinto
María Castañeda y Vicente Lê Quang Liêm, presbíteros de la Orden de
Predicadores y mártires, que coronaron los trabajos evangélicos con el
derramamiento de su sangre en tiempo del reinado de Trinh Sâm.
San Pedro Wu Guosheng, catequista
mártir
En Zunyi, provincia de Guizhou, en China, san Pedro
Wu Guosheng, catequista y mártir, que fue estrangulado por su fidelidad a
Cristo.
San Vicente Grossi, presbítero y fundador (1
coms.)
En Cremona, de Italia, san Vicente Grossi,
presbítero, que, dedicado al ministerio parroquial, fundó la Congregación de
Hijas del Oratorio.
Beatos Isabelino Carmona Fernández y cinco
compañeros, mártires
En Paracuellos de Jarama, Madrid, España, beatos
Isabelino Carmona Fernández, Alfredo Fanjul Acebal, Juan Mendibelzúa Ocerín,
Vicente Rodríguez Fernández, presbíteros, y José Delgado Pérez, todos
religiosos de la Orden de Predicadores, y Manuel Marín Pérez, religioso de los
Salesianos de Don Bosco, mártires.
Beato José Vega Riaño, presbítero y mártir
En Paracuellos de Jarama, Madrid, España, beato José
Vega Riaño, sacerdote profeso de los Misioneros Oblatos de María Inmaculada,
muerto en tiempos de la Guerra Civil por venerar el nombre de Cristo.
Beato Serviliano Riaño Herrero, religioso y
mártir
En Soto de Aldovea, Torrejón de Ardoz, Madrid,
España, beato Serviliano Riaño Herrero, clérigo profeso de los Misioneros
Oblatos de María Inmaculada, muerto en tiempos de la Guerra Civil por venerar
el nombre de Cristo.
San Ernesto de Zwiefalten, abad y
mártir
En La Meca, san Ernesto, abad del monasterio de
Zwiefalten y mártir, que se unió a la cruzada y recibió la muerte por su fe a
manos de los sarracenos.
LITURGIA DE HOY
Misa del
Domingo (verde).
MISAL: ants. y
oracs. props., Gl., Cr., Pf. dominical.
LECC.: vol. I
(B).
- 1 Re
17, 10-16. La viuda preparó con su harina una pequeña torta y
se la llevó a Elías.
- Sal
145. R. Alaba, alma mía, al Señor.
- Heb
9, 24-28. Cristo se ofreció una sola vez para quitar los
pecados de todos.
- Mc
12, 38-44. Esta viuda pobre ha echado más que nadie.
La generosidad hasta el extremo y la confianza en Dios es un tema
fundamental de este domingo. Así, la viuda de la 1 lect. confía en la palabra
del profeta Elías y le entrega lo único que tenía para comer, un panecillo. Y,
por esa confianza en el Señor, habiendo hecho caso al profeta, no le faltó para
comer en adelante (1 lect.). Igualmente, en el Evangelio, Jesús alaba a una
pobre viuda que dio de limosna para el templo todo lo poco que tenía para
vivir. Así demostraba su confianza en Dios. Supone esto una llamada a poner a
Dios por encima del dinero y de los bienes materiales y a fomentar la
disponibilidad para darlo todo, sabiendo que al Señor no vamos a ganarle en
generosidad.
* DÍA Y COLECTA DE LA IGLESIA DIOCESANA
(dependiente de la CEE, optativa). Liturgia del día, alusión en la mon. de
entrada y en la hom., intención en la oración universal, colecta.
Liturgia de las Horas:oficio dominical. Te Deum.
Comp. Dom. II.
Martirologio:elogs. del 8 de noviembre,
pág. 656.
Antífona
de entradaSal 87, 3
Llegue hasta ti mi súplica, inclina tu
oído a mi clamor, Señor.
Monición de entrada
Celebrar la eucaristía supone vivir con coherencia la fe que profesamos,
aunque muchas veces nos cueste. Vivir en autenticidad la fe, supone confiarse
en las manos de Dios, pidiendo que nos otorgue un corazón sencillo que desborde
generosidad. Dios no mira las apariencias sino el corazón.
Acto penitencial
Todo como en el Ordinario de la Misa. Para la tercera fórmula pueden
usarse las siguientes invocaciones:
La viuda preparó
con su harina una pequeña torta y se la llevó a Elías
Lectura del primer libro de los Reyes (1 R 17, 10-16)
EN AQUELLOS DÍAS, se alzó el profeta Elías y fue a Sarepta. Traspasaba la
puerta de la ciudad en el momento en el que una mujer viuda recogía por allí
leña.
Elías la llamó y le dijo:
«Tráeme un poco de agua en el jarro, por favor, y beberé».
Cuando ella fue a traérsela, él volvió a gritarle:
«Tráeme, por favor, en tu mano un trozo de pan».
Ella respondió:
«Vive el Señor, tu Dios, que no me queda pan cocido; solo un puñado de harina
en la orza y un poco de aceite en la alcuza. Estoy recogiendo un par de palos,
entraré y prepararé el pan para mí y mi hijo, lo comeremos y luego moriremos».
Pero Elías le dijo:
«No temas. Entra y haz como has dicho, pero antes prepárame con la harina una
pequeña torta y tráemela. Para ti y tu hijo la harás después. Porque así dice
el Señor, Dios de Israel:
“La orza de harina no se vaciará
la alcuza de aceite no se agotará
hasta el día en que el Señor conceda
lluvias sobre la tierra”».
Ella se fue y obró según la palabra de Elías, y comieron él, ella y su familia.
Por mucho tiempo la orza de harina no se yació ni la alcuza de aceite se agotó,
según la palabra que había pronunciado el Señor por boca de Elías.
Cristo se ha
ofreció una sola vez para quitar los pecados de todos
Lectura de la carta a los Hebreos (Hb 9, 24-28)
CRISTO entró no en un santuario construido por hombres, imagen del auténtico,
sino en el mismo cielo, para ponerse ante Dios, intercediendo por nosotros.
Tampoco se ofrece a sí mismo muchas veces como el sumo sacerdote, que entraba
en el santuario todos los años y ofrecía sangre ajena. Si hubiese sido así,
tendría que haber padecido muchas veces, desde la fundación del mundo. De
hecho, él se ha manifestado una sola vez, al final de los tiempos, para
destruir el pecado con el sacrificio de sí mismo.
Por cuanto el destino de los hombres es morir una sola vez; y después de la
muerte, el juicio.
De la misma manera, Cristo se ofreció una sola vez para quitar los pecados de
todos.
La segunda vez aparecerá, sin ninguna relación al pecado, para salvar a los que
lo esperan.
Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.
Aleluya Mt 5, 3
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Bienaventurados los pobres en el espíritu, porque de ellos es el
reino de los cielos. R.
EVANGELIO (forma larga)
Esa pobre viuda ha echado más que nadie
╬ Lectura del santo Evangelio según san Marcos (Mc 12, 38-44)
R. Gloria a ti, Señor.
EN AQUEL TIEMPO, Jesús, instruyendo al gentío, les decía:
«¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplio ropaje y que les
hagan reverencias en las plazas, buscan los asientos de honor en las sinagogas
y los primeros puestos en los banquetes; y devoran los bienes de las viudas y
aparentan hacer largas oraciones. Esos recibirán una condenación más rigurosa».
Estando Jesús sentado enfrente del tesoro del templo, observaba a la gente que
iba echando dinero: muchos ricos echaban mucho; se acercó una viuda pobre y
echó dos monedillas, es decir, un cuadrante.
Llamando a sus discípulos, les dijo:
«En verdad os digo que esta viuda pobre ha echado en el arca de las ofrendas
más que nadie. Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero esta, que
pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir».