21 de agosto - DOMINGO XXI DEL TIEMPO ORDINARIO (CICLO C)



  DOMINGO DE LA XX SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
  Oficio del Sábado de la IV Semana del Salterio
  (Liturgia de las Horas, Tomo IV: Oficio de Lecturas Laudes - TerciaSexta     Nona Vísperas - Completas)
 


PROGRAMA PARROQUIAL:
DOMINGO, 21 DE AGOSTO

- Horario de la parroquia: abierta de 10.30 h. a 13.30 h. y de 18.00 h. a 21.30 h.

- Rezo del Santo Rosario camino de Montemayor (a las 08.00 h.), y Eucaristía del Domingo XXI del Tiempo Ordinario, en Montemayor (a las 09.15, aprox.).

- Horario de despacho: de lunes a viernes, de 10.30 h. a 13.30 h y de 18.00 h. a 21.00 h.


- Rezo del Santo Rosario (a las 20.00 h.) y Eucaristía II Vísperas del Domingo XXI del Tiempo Ordinario, en la Parroquia (a las 20.30 h.).

- Llegada de la Virgen de Montemayor a la Parroquia, (a partir de las 21.30 h.)




NOTICIAS DE ACTUALIDAD



Homilía - Domingo XXI del T. O.
(Misa de la tarde, 21.08.2022)



La Virgen de Montemayor
ya viene hoy a la Parroquia


SANTORAL DE HOY


Elogio: Memoria de san Pío X, papa, que primero fue sacerdote en una parroquia, y después obispo de Mantua y patriarca de Venecia, en Italia. Finalmente, elegido Sumo Pontífice, se propuso como programa de gobierno recapitular todo en Cristo, lo que llevó a cabo con simplicidad de ánimo, pobreza y fortaleza, promoviendo entre los fieles la vida cristiana con la participación en la Eucaristía, la dignidad de la sagrada liturgia y la integridad de la doctrina.

Patronazgos: Patrono de los catequistas

Refieren a este santo: Beato Andrés Jacinto Longhin.

Oración

Señor, Dios nuestro, que, para defender la fe católica e instaurar todas las cosas en Cristo, colmaste al papa san Pío décimo de sabiduría divina y fortaleza apostólica, concédenos que, siguiendo su ejemplo y su doctrina, podamos alcanzar la recompensa eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén (oración litúrgica).


 Otros santos de este día:

   Santos Agatónico, Gótico y otros mártires, mártires

En Tracia, santos Agatónico, Gótico y otros mártires, que, según la tradición, sufrieron el suplicio en Selimbria y en otros lugares.

   Santa Ciriaca, laica

En Roma, en Campo Verano, santa Ciríaca, que dio su nombre al cementerio de la vía Tiburtina, que ella misma había donado a la Iglesia.

   San Cuadrado de Útica, obispo y mártir

En Útica, en Africa, san Cuadrado, obispo y mártir, que, habiendo dado a todo su pueblo, clérigos y seglares, fiel testimonio de fe en Cristo, corno buen pastor, al cabo de cuatro días, siguió a la grey que había apacentado.

   San Euprepio de Verona, obispo

En Verona, en los confines de Venecia, san Euprepio, que es tenido como primer obispo de esta ciudad.

   San Luxorio, mártir

En Forolongianus, en Cerdeña, san Luxorio, mártir.

   Santos Basa y sus tres hijos, Teognis, Agapio y Pistio, mártires

Conmemoración de los santos mártires Basa y sus tres hijos, Teognis, Agapio y Pistio, de quienes se dice que Basa, la madre, sufrió el martirio en la isla de Alonia, y los hijos en Edesa.

   San Privado, obispo y mártir

En el territorio de los gábalos, en la Galia, san Privado, obispo y mártir, que durante la invasión de los vándalos fue encontrado en la cripta, donde se daba a la oración y al ayuno, y por negarse a traicionar su ministerio sacrificando a los ídolos, murió destrozado a golpes.

   San Sidonio Apolinar, obispo

En Auvernia, en Aquitania, san Sidonio Apolinar, que era prefecto de la ciudad de Roma cuando fue ordenado obispo de Auvernia, y muy bien formado en lo divino y lo humano, dueño asimismo de gran fortaleza cristiana, se enfrentó a la ferocidad de los bárbaros como padre de la Iglesia y doctor insigne.

   Santos Bernardo, María y Gracia, mártires

En Alcira, en el territorio de Valencia, en España, conmemoración de los santos mártires Bernardo, antes llamado Ahmed, monje de la Orden Cisterciense, y sus hermanas María (Zaida) y Gracia (Zoraida), a las que había convertido de la religión mahometana a la fe en Cristo.

   San José Dang Dinh Viên, presbítero y mártir

En la ciudad de Hung Yen, en Tonquín, san José Dang Dinh (Niên) Viên, presbítero, mártir en tiempo del emperador Minh Mang.

   Beata Victoria Rasoamanarivo, viuda

En Antananarivo, en Madagascar, beata Victoria Rasoamanarivo, la cual, después de enviudar de un matrimonio con un hombre violento, y habiendo sido expulsados de la isla los misioneros, socorrió con solicitud a los cristianos y defendió a la Iglesia frente a los magistrados públicos.

   Beato Salvador Estrugo Solves, presbítero y mártir

En la localidad de Alberic, en la región de Valencia, en España, beato Salvador Estrugo Solves, presbítero y mártir, que en tiempo de persecución soportó toda clase de adversidades por amor a Cristo, hasta alcanzar la palma del martirio.

   Beato Raimundo Peiró Victorí, presbítero y mártir 

En el lugar de El Morrot, cerca de Barcelona, también en España, beato Raimundo Peiró Victorí, presbítero de la Orden de Predicadores y mártir, que en la misma persecución, siguiendo con fidelidad las palabras de Cristo, a través de la muerte pasó a la vida gloriosa.

   Beato Bruno Zembol, mártir 

Cerca de Munich, ciudad de Baviera, en Alemania, beato Bruno Zembol, mártir, quien, sometida Polonia, su patria, bajo un régimen hostil a Dios, a causa de su fe fue deportado al campo de concentración de Dachau, donde, destrozado por las torturas, murió para entrar en la gloria.

   Beato Ladislao Findysz, presbítero y mártir

En Nowy Żmigród, Polonia, beato Ladislao Findysz, presbítero y mártir, que murió a causa de la cárcel y los padecimientos soportados a causa de la fe, bajo un ´regimen contrario a la dignidad humana y cristiana.


LITURGIA DE HOY

Misa del Domingo (verde).

MISAL: ants. y oracs. props., Gl., Cr., Pf. dominical.

LECC.: vol. I (C).

- Is 66, 18-21. De todas las naciones traerán a todos vuestros hermanos.
- Sal 116. R. Id al mundo entero y proclamad el Evangelio.
- Heb 12, 5-7. 11-13. El Señor reprende a los que ama.
- Lc 13, 22-30. Vendrán de oriente y occidente, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios.

Al comienzo de la celebración pedimos mantenernos firmes en la verdadera alegría, en medio de las vicisitudes del mundo (1.ª orac.). La fuente de esa alegría es saber que nos Dios nos ha adquirido como un pueblo de hijos, por el único sacrificio de Cristo (cf. orac. sobre las ofrendas). En nosotros, congregados de todas las partes del mundo, se han cumplido las profecías, y nos hemos sentado a la mesa en el reino de Dios, que se nos hace presente ya en la celebración de la eucaristía (cf. 1 lect. y Ev.). Pero no podemos quedarnos encerrados en nosotros mismos, sino que cuando al final de la misa se nos diga: «Podéis ir en paz», nos sentiremos llamados a llevar a los demás lo que aquí hemos contemplado: «Id al mundo entero y proclamad el Evangelio» (sal. resp.).

Liturgia de las Horas: oficio dominical. Te Deum. Comp. Dom. II.

Martirologio: elogs. del 22 de agosto, pág. 505.

Antífona de entrada Sal 85, 1-3

Inclina tu oído, Señor, escúchame. Salva a tu siervo que confía en ti. Piedad de mí, Señor, que a ti te estoy llamando todo el día.

Monición de entrada

Nos hemos reunido en asamblea litúrgica para celebrar la eucaristía en el domingo. Se trata de la reunión más importante de nuestra comunidad cristiana. Al mismo tiempo que celebramos y acogemos la salvación de Dios realizada por Jesucristo con su muerte y resurrección, ha de ser expresión de nuestra fe y nuestra vida fraterna. Que esta celebración nos ayude a tener un corazón abierto y universal para acoger a todos, pues Dios llama a todos a participar en la mesa de su reino.

Acto penitencial

- Que tu gran bondad nos escuche: Señor, ten piedad.
R. Señor, ten piedad.
- Ábrenos la puerta de tu misericordia: Cristo, ten piedad.
R. Cristo, ten piedad.
- Tú eres nuestro Dios y Salvador: Señor, ten piedad.
R. Señor, ten piedad.

Se dice Gloria.


Oración colecta
Oh, Dios, que unes los corazones de tus fieles en un mismo deseo,
concede a tu pueblo amar lo que prescribes y esperar lo que prometes,
para que, en medio de las vicisitudes del mundo,
nuestros ánimos se afirmen allí donde están los gozos verdaderos.
Por nuestro Señor Jesucristo.


 LECTURAS DE LA MISA

Audio y comentario del Evangelio de hoy (I)


PRIMERA LECTURA
De todos las naciones traerán a todos vuestros hermanos


Lectura del libro de Isaías (Is 66, 18-21)

ESTO DICE el Señor:
«Yo, conociendo sus obras y sus pensamientos,
vendré para reunir
las naciones de toda lengua;
vendrán para ver mi gloria.
Les daré una señal, y de entre ellos
enviaré supervivientes a las naciones:
a Tarsis, Libia y Lidia (tiradores de arco),
Túbal y Grecia, a las costas lejanas
que nunca oyeron mi fama ni vieron mi gloria.
Ellos anunciarán mi gloria a las naciones.
Y de todas las naciones, como ofrenda al Señor,
traerán a todos vuestros hermanos,
a caballo y en carros y en literas,
en mulos y dromedarios,
hasta mi santa montaña de Jerusalén
—dice el Señor—,
así como los hijos de Israel traen ofrendas,
en vasos purificados, al templo del Señor.
También de entre ellos escogeré
sacerdotes y levitas —dice el Señor—».

 
Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.


SALMO RESPONSORIAL (Sal 116, 1. 2 [R.: Mc 16, 15])

R. Id al mundo entero y proclamad el Evangelio.

O bien: Aleluya.

V. Alabad al Señor todas las naciones,

aclamadlo todos los pueblos. R.

R. Id al mundo entero y proclamad el Evangelio.

V. Firme es su misericordia con nosotros,
su fidelidad dura por siempre. R.

R. Id al mundo entero y proclamad el Evangelio.

 

SEGUNDA LECTURA 
El Señor reprende a los que ama

Lectura de la carta a los Hebreos (Hb 12, 5-7. 11-13)

HERMANOS:
Habéis olvidado la exhortación paternal que os dieron:
«Hijo mío, no rechaces la corrección del Señor,
ni te desanimes por su reprensión;
porque el Señor reprende a los que ama
y castiga a sus hijos preferidos».
Soportáis la prueba para vuestra corrección, porque Dios os trata como a hijos, pues ¿qué padre no corrige a sus hijos?
Ninguna corrección resulta agradable, en el momento, sino que duele; pero luego produce fruto apacible de justicia a los ejercitados en ella.
Por eso, fortaleced las manos débiles, robusteced las rodillas vacilantes, y caminad por una senda llana: así el pie cojo, no se retuerce, sino que se cura.

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.


Aleluya Jn 14, 6bc

R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Yo soy el camino y la verdad y la vida –dice el Señor–;
nadie va al Padre sino por mí. R.
 
EVANGELIO
Vendrán de oriente y occidente, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios

╬ Lectura del santo Evangelio según san Lucas (Lc 13, 22-30)
R. Gloria a ti, Señor.

EN AQUEL TIEMPO, Jesús pasaba por ciudades y aldeas enseñando y se encaminaba hacia Jerusalén.
Uno le preguntó:
«Señor, ¿son pocos los que se salvan?».
Él les dijo:
«Esforzaos en entrar por la puerta estrecha, pues os digo que muchos intentarán entrar y no podrán. Cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta, os quedaréis fuera y llamaréis a la puerta diciendo:
Señor, ábrenos;
pero él os dirá:
“No sé quiénes sois”.
Entonces comenzaréis a decir:
“Hemos comido y bebido contigo, y tú has enseñado en nuestras plazas”.
Pero él os dirá:
“No sé de dónde sois. Alejaos de mí todos los que obráis la iniquidad”.
Allí será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán, a Isaac y a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, pero vosotros os veáis arrojados fuera. Y vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios.
Mirad: hay últimos que serán primeros, y primeros que serán últimos».


Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.


Papa Francisco
ÁNGELUS. Domingo, 25 de agosto de 2019

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
El Evangelio de hoy (cf. Lc 13, 22-30) nos presenta a Jesús, que pasa enseñando por ciudades y pueblos, en su camino hacia Jerusalén, donde sabe que debe morir en la cruz por la salvación de todos nosotros. En este contexto, se inserta la pregunta de un hombre que se dirige a él y le dice: «Señor, ¿son pocos los que se salvan?» (v. 23). La cuestión se debatía en aquel momento –cuántos se salvan, cuántos no…– y había diferentes maneras de interpretar las Escrituras a este respecto, dependiendo de los textos que tomaron. Pero Jesús invierte la pregunta, que se centra más en la cantidad, es decir, «¿son pocos?» y en su lugar coloca la respuesta en el nivel de responsabilidad, invitándonos a usar bien el tiempo presente. En efecto, dice: «Luchad por entrar por la puerta estrecha, porque, os digo, muchos pretenderán entrar y no podrán» (v. 24). Con estas palabras, Jesús deja claro que no se trata de una cuestión de número, ¡no hay «un número cerrado» en el Paraíso! Sino que se trata de cruzar el paso correcto desde ahora, y este paso correcto es para todos, pero es estrecho. Este es el problema. Jesús no quiere engañarnos diciendo: «Sí, tranquilos, la cosa es fácil, hay una hermosa carretera y en el fondo una gran puerta». No nos dice esto: nos habla de la puerta estrecha. Nos dice las cosas como son: el paso es estrecho. ¿En qué sentido? En el sentido de que para salvarse uno debe amar a Dios y al prójimo, ¡y esto no es cómodo! Es una «puerta estrecha» porque es exigente, el amor es siempre exigente, requiere compromiso, más aún, «esfuerzo», es decir, voluntad firme y perseverante de vivir según el Evangelio. San Pablo lo llama «el buen combate de la fe» (1Tm 6, 12). Se necesita el esfuerzo de cada día, de todo el día para amar a Dios y al prójimo. Y, para explicarse mejor, Jesús cuenta una parábola. Hay un cabeza de familia que representa al Señor. Su casa simboliza la vida eterna, es decir, la salvación. Y aquí vuelve la imagen de la puerta. Jesús dice: «Cuando el dueño de la casa se levante y cierre la puerta, os pondréis los que estáis fuera a llamar a la puerta, diciendo: "¡Señor, ábrenos!" Y os responderá: "No sé de dónde sois"» Estas personas tratarán de ser reconocidas, recordando al dueño de la casa: «Hemos comido y bebido contigo, y has enseñado en nuestras plazas». «Yo estaba allí cuando diste esa conferencia…». Pero el Señor repetirá que no los conoce y los llama "obradores de la injusticia". Este es el problema! El Señor no nos reconocerá por nuestros títulos –«Pero mira, Señor, que yo pertenecía a esa asociación, que era amigo de tal monseñor, tal cardenal, tal sacerdote…». No, los títulos no cuentan, no cuentan. El Señor nos reconocerá sólo por una vida humilde, una vida buena, una vida de fe que se traduce en obras. Y para nosotros, los cristianos, esto significa que estamos llamados a establecer una verdadera comunión con Jesús, orando, yendo a la iglesia, acercándonos a los Sacramentos y nutriéndonos con su Palabra. Esto nos mantiene en la fe, alimenta nuestra esperanza, reaviva la caridad. Y así, con la gracia de Dios, podemos y debemos gastar nuestras vidas por el bien de nuestros hermanos y hermanas, luchando contra todas las formas de maldad e injusticia. Que nos ayude en esto la Virgen María. Ella ha pasado por la puerta estrecha que es Jesús. Ella lo acogió con todo su corazón y lo siguió todos los días de su vida, incluso cuando ella no lo entendía, aun cuando una espada atravesaba su alma. Por eso la invocamos como la «Puerta del Cielo»: María, la Puerta del Cielo; una puerta que replica exactamente la forma de Jesús: la puerta del corazón de Dios, un corazón exigente, pero abierto a todos nosotros.

 

Papa Benedicto XVI
ÁNGELUS, Domingo 26 de agosto de 2007

Queridos hermanos y hermanas: 
También la liturgia de hoy nos propone unas palabras de Cristo iluminadoras y al mismo tiempo desconcertantes. Durante su última subida a Jerusalén, uno le pregunta: "Señor, ¿serán pocos los que se salven?". Y Jesús le responde: "Esforzaos en entrar por la puerta estrecha. Os digo que muchos intentarán entrar y no podrán" (Lc 13, 23-24). ¿Qué significa esta "puerta estrecha"? ¿Por qué muchos no logran entrar por ella? ¿Acaso se trata de un paso reservado sólo a algunos elegidos? 
Si se observa bien, este modo de razonar de los interlocutores de Jesús es siempre actual: nos acecha continuamente la tentación de interpretar la práctica religiosa como fuente de privilegios o seguridades. En realidad, el mensaje de Cristo va precisamente en la dirección opuesta: todos pueden entrar en la vida, pero para todos la puerta es "estrecha". No hay privilegiados. El paso a la vida eterna está abierto para todos, pero es "estrecho" porque es exigente, requiere esfuerzo, abnegación, mortificación del propio egoísmo. 
Una vez más, como en los domingos pasados, el evangelio nos invita a considerar el futuro que nos espera y al que nos debemos preparar durante nuestra peregrinación en la tierra. La salvación, que Jesús realizó con su muerte y resurrección, es universal. Él es el único Redentor, e invita a todos al banquete de la vida inmortal. Pero con una sola condición, igual para todos: la de esforzarse por seguirlo e imitarlo, tomando sobre sí, como hizo él, la propia cruz y dedicando la vida al servicio de los hermanos. Así pues, esta condición para entrar en la vida celestial es única y universal. 
En el último día -recuerda también Jesús en el evangelio- no seremos juzgados según presuntos privilegios, sino según nuestras obras. Los "obradores de iniquidad" serán excluidos y, en cambio, serán acogidos todos los que hayan obrado el bien y buscado la justicia, a costa de sacrificios. Por tanto, no bastará declararse "amigos" de Cristo, jactándose de falsos méritos: "Hemos comido y bebido contigo y tú has enseñado en nuestras plazas" (Lc 13, 26). La verdadera amistad con Jesús se manifiesta en el modo de vivir: se expresa con la bondad del corazón, con la humildad, con la mansedumbre y la misericordia, con el amor por la justicia y la verdad, con el compromiso sincero y honrado en favor de la paz y la reconciliación. Podríamos decir que este es el "carné de identidad" que nos distingue como sus "amigos" auténticos; es el "pasaporte" que nos permitirá entrar en la vida eterna. 
Queridos hermanos y hermanas, si también nosotros queremos pasar por la puerta estrecha, debemos esforzarnos por ser pequeños, es decir, humildes de corazón como Jesús, como María, Madre suya y nuestra. Ella fue la primera que, siguiendo a su Hijo, recorrió el camino de la cruz y fue elevada a la gloria del cielo, como recordamos hace algunos días. El pueblo cristiano la invoca como Ianua caeli, Puerta del cielo. Pidámosle que, en nuestras opciones.

Se dice Credo.

 

Oración de los fieles

Oremos a Dios Padre, que nos congrega en la unidad de su amor.
- Por la Iglesia, para que viva cada vez más su catolicidad, abierta a todo el mundo. Roguemos al Señor.

- Por todas las naciones del orbe, para que procuren la paz, fruto de la justicia. Roguemos al Señor.
- Por todos los que viven al margen de la Iglesia, para que descubran en ella la presencia de Cristo Salvador y no sufran escándalo por nuestro pecado. Roguemos al Señor.
- Por nosotros, aquí reunidos, que comemos y bebemos sentados a la mesa del Señor, para que, esforzándonos en entrar por la puerta estrecha, seamos admitidos en el banquete del reino glorioso. Roguemos al Señor.


Ábrenos, Señor, la puerta de tu misericordia;
atiende a nuestras súplicas.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

Oración sobre las ofrendas
Señor, que adquiriste para ti un pueblo de adopción
con el sacrificio de una vez para siempre,
concédenos propicio los dones de la unidad y de la paz en tu Iglesia.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I Dominical del Tiempo Ordinario.
El misterio pascual y el pueblo de Dios

En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación darte gracias
siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo, Señor nuestro.

Quien, por su Misterio pascual,
realizó la obra maravillosa de llamarnos
de la esclavitud del pecado y de la muerte,
al honor de ser estirpe elegida, sacerdocio real,
nación consagrada, pueblo de su propiedad,
para que, trasladados de las tinieblas a tu luz admirable,
proclamemos ante el mundo tus maravillas.

Por eso, con los ángeles y arcángeles,
tronos y dominaciones, y con todos los coros celestiales,
cantamos sin cesar el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo…


Antífona de la comunión Cf. Sal 103, 13. 14-15

La tierra se sacia de tu acción fecunda, Señor, para sacar pan de los campos y vino que alegre el corazón del hombre.

O bien: Cf. Jn 6, 54

El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día, dice el Señor.

Oración después de la comunión
Te pedimos, Señor, que realices plenamente en nosotros
el auxilio de tu misericordia,
y haz que seamos tales y actuemos de tal modo
que en todo podamos agradarte.
Por Jesucristo, nuestro Señor.


20 de agosto - SÁBADO DE LA XX SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, SAN BERNARDO, abad y doctor de la Iglesia (MO)



 
  
SÁBADO DE LA XX SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO,
  SAN BERNARDO, abad y doctor de la Iglesia (MO)
  Oficio del Sábado de la IV Semana del Salterio
  (Liturgia de las Horas, Tomo IV: Oficio de Lecturas Laudes - TerciaSexta     Nona Vísperas - Completas)
 


 PROGRAMA PARROQUIAL:

SÁBADO, 20 AGOSTO

- Horario de la parroquia: abierta de 10.30 h. a 13.30 h. y de 20.30 h. a 23.00 h.

ERMITA DE MONTEMAYOR:

NO HAY MISA PORQUE SE TRASLADA A MAÑANA, (A LAS 9.15 H., APROX.)

- Bautismos, en la Parroquia (a las 18.00 h.).

- Boda de JOSÉ ANTONIO y NATALIA, en Montemayor (a las 19.00 h.).

- Boda de JOSÉ ANTONIO Y ZULEIMA, en la Parroquia (a las 19.00 h.).

SAN FRANCISCO:

Rezo del Santo Rosario (a las 20.00 h.), y Eucaristía del Domingo XXI del T. O. (a las 20.30 h.).

PARROQUIA:

- Eucaristía con las Comunidades Neocatecumenales, en la Parroquia (a las 21.30 h.).



NOTICIAS DE ACTUALIDAD


SANTORAL DE HOY

Elogio: Memoria de san Bernardo, abad y doctor de la Iglesia, el cual, habiendo ingresado junto con treinta compañeros en el nuevo monasterio del Císter, fue después fundador y primer abad del monasterio de Clairvaux, donde dirigió sabiamente, con la vida, la doctrina y el ejemplo, a los monjes por el camino de los mandamientos del Señor. Recorrió una y otra vez Europa para restablecer la paz y la unidad e iluminó a toda la Iglesia con sus escritos y sus sabias exhortaciones, hasta que descansó en el Señor cerca de Langres, en Francia.

Patronazgos: patrono de varias regiones y ciudades europeas, de los apicultores y fabricantes de velas; protector contra las obsesiones, las enfermedades de infancia, las enfermedades de los animales, contra las tormentas y el mal tiempo, y para invocar en la hora de la muerte.

Refieren a este santo: San Balduíno, San Esteban Harding, Beato Eugenio III, Beato Gerardo de Clairvaux, Santa Hildegardis, Beato Hugo de Bonnevaux, Beata Humbelina, San Juan de Craticula, San Malaquías de Down y Connor, Beato Martín Cid.

Oración

Señor, Dios nuestro, tú hiciste del abad san Bernardo, inflamado en el celo de tu casa, una lámpara ardiente y luminosa en medio de tu Iglesia; concédenos, por su intercesión, participar de su ferviente espíritu y caminar siempre como hijos de la luz. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén (oración litúrgica).


Otros santos de este día:

   San Samuel, santo del AT

Conmemoración de san Samuel, profeta, quien, llamado por Dios cuando aún era niño, fue después juez en Israel, y por mandato divino ungió a Saúl como rey de su pueblo, pero después de que éste fue repudiado por Dios por su falta de fidelidad, confirió también la unción real a David, de cuya estirpe había de nacer Cristo.

   San Máximo, abad

Cerca de la fortaleza de Chinon, en el territorio de Tours, en Aquitania, san Máximo, discípulo de san Martín, que primero fue monje en Île-Barbe, cerca de Lyon, y después fundó un monasterio a orillas del río Vigenne, donde murió en edad muy avanzada.

   San Filiberto, abad

En el monasterio de Noirmoutier, en la isla de Hero, en la costa de Aquitania, san Filiberto, abad, que, educado en la corte del rey Dagoberto, todavía adolescente se hizo monje, y fundó y dirigió primeramente el cenobio de Jumièges y después aquel de Hero.

   Santos Leovigildo y Cristóbal, monjes y mártires

En Córdoba, en la región hispánica de Andalucía, santos mártires Leovigildo y Cristóbal, monjes, los cuales, durante la persecución llevada a cabo por los musulmanes, profesaron espontáneamente la fe en Cristo ante el juez, y por esto fueron decapitados, obteniendo así la palma del martirio.

   San Bernardo Tolomei, abad y fundador

En Siena, de la Toscana, muerte de san Bernardo Tolomei, abad y fundador de la Congregación Olivetana según la Regla de san Benito, que se aplicó con empeño a la observancia de la disciplina monástica y, durante una epidemia de peste que asolaba Italia, murió junto a los monjes de Siena, que habían sido contagiados.

   Beatos Luis Francisco Le Brun y Gervasio Brunel, monjes y mártires

En una nave anclada frente a Rochefort, en la costa francesa, beatos Luis Francisco Le Brun y Gervasio Brunel, presbíteros y mártires, monje de la Congregación Benedictina de San Mauro el primero y prior de la abadía cisterciense de la Trapa el segundo, que, encarcelados ambos de manera inhumana durante la Revolución Francesa, consumaron el martirio agotados por la enfermedad.

   Santa María de Mattias, virgen y fundadora

En Roma, santa María de Mattias, virgen, fundadora de la Congregación de Adoratrices de la Sangre de Cristo.

   San Pío X, papa

En Roma, muerte del papa san Pío X, cuya memoria se celebra mañana.

   Beato Matías Cardona Meseguer, presbítero y mártir

En Vallibona, cerca de Castellón, en la región levantina de España, beato Matías Cardona Meseguer, presbítero de la Orden de los Clérigos Regulares de las Escuelas Pías, mártir durante la persecución religiosa.

   Beata María Climent Mateu, virgen y mártir

En Játiva, en la provincia de Valencia, igualmente en España, beata María Climent Mateu, virgen y mártir, que en el tiempo de la misma persecución mereció ser configurada con Cristo por su muerte en la fe.

   Beato Ladislao Maczkowski, presbítero y mártir  

En el campo de concentración de Dachau, cerca de Munich, en Alemania, beato Ladislao Maczkowski, presbítero y mártir, el cual, de nacionalidad polaca, fue deportado en tiempo de guerra y, ante los perseguidores de la dignidad humana y del cristianismo, entre crueles torturas defendió su fe hasta la muerte.

   Beato Jorge Häfner, presbítero y mártir

En el campo de concentración de Dachau, cerca de Munich, en Alemania, beato Jorge Häfner, presbítero y mártir, que testimonió la fe con su vida frente a un régimen contrario a la dignidad humana y cristiana.

   Beato Teofilus Matulionis, obispo y mártir

En Seduva, Radviliškis, Lituania, beato Teofilus Matulionis, arzobispo de la diócesis de Kaišiadorys, y mártir.


LITURGIA DE HOY

 (Hasta la Hora Nona:)

Misa de la memoria (blanco).
MISAL: ants. y oracs. props., Pf. común o de la memoria.
LECC.: vol. III-par.
- Ez 43, 1-7a. La Gloria del Señor entró en el templo.
- Sal 84. R. La gloria del Señor habitará en nuestra tierra.
- Mt 23, 1-12. Ellos dicen, pero no hacen.

o bien: cf. vol. IV.

Liturgia de las Horas: oficio de la memoria.
Martirologio: elogs. del 21 de agosto, pág. 503.

CALENDARIOS: O. Cist. y OCSO: San Bernardo, abad y doctor de la Iglesia (S).
Sevilla: Aniversario de la muerte del cardenal José María Bueno Monreal, arzobispo (1987).


20 de agosto

San Bernardo, abad y doctor de la Iglesia

Memoria

 

Antífona de entrada

El Señor colmó a san Bernardo de espíritu de inteligencia: él sirvió al pueblo de Dios con abundante doctrina.

 

Monición de entrada

Se celebra hoy la memoria de san Bernardo, abad y doctor de la Iglesia. Nació el año 1080 cerca de Dijon (Francia). Habiendo ingresado junto con treinta compañeros en el nuevo monasterio del Císter, fue después fundador y primer abad del monasterio de Claraval (Clairvaux), donde dirigió sabiamente, con la vida, la doctrina y el ejemplo, a los monjes por el camino de los mandamientos del Señor. Recorrió una y otra vez Europa para restablecer la paz y la unidad e iluminó a toda la Iglesia con sus escritos y sus sabias exhortaciones, hasta que descansó en el Señor cerca de Langres, en Francia, el año 1153.

 

Oración colecta
Oh, Dios, tú hiciste del abad san Bernardo,
inflamado por el celo de tu casa,
una lámpara ardiente y luminosa en tu Iglesia,
concédenos, por su intercesión, participar de su ferviente espíritu
y caminar siempre como hijos de la luz.
Por nuestro Señor Jesucristo.

 

 LECTURAS DE LA MISA

Audio y comentario del Evangelio de hoy (I)


PRIMERA LECTURA 
La gloria del Señor entró en el templo

Lectura de la profecía de Ezequiel (Ez 43, 1-7a)

EL ÁNGEL me condujo al pórtico oriental.
Vi la Gloria del Dios de Israel que venía de Oriente, con un estruendo de aguas caudalosas. La tierra se iluminó con su Gloria. Esta visión fue como la visión que había contemplado cuando vino a destruir la ciudad, y como la visión que había contemplado a orillas del río Quebar.
Caí rostro en tierra.
La Gloria del Señor entró en el templo por la puerta oriental.
Entonces me arrebató el espíritu y me llevó al atrio interior.
La Gloria del Señor llenaba el templo.
Entonces oí a uno que me hablaba desde el templo, mientras aquel hombre seguía de pie a mi lado, y me decía:
«Hijo de hombre, este es el sitio de mi trono, 

el sitio donde apoyo mis pies, 

y donde voy a residir para siempre 

en medio de los hijos de Israel».

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.


SALMO RESPONSORIAL (Sal 84, 9abc y 10. 11-12. 13-14 [R.: cf. 10b])

R. La gloria del Señor habitará en nuestra tierra.

V. Voy a escuchar lo que dice el Señor:
«Dios anuncia la paz
a su pueblo y a sus amigos».
La salvación está cerca de los que le temen,
y la gloria habitará en nuestra tierra.

R. La gloria del Señor habitará en nuestra tierra.

V. La misericordia y la fidelidad se encuentran,
la justicia y la paz se besan;
la fidelidad brota de la tierra,
y la justicia mira desde el cielo.

R. La gloria del Señor habitará en nuestra tierra.

V. El Señor nos dará la lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él,
la salvación seguirá sus pasos.

R. La gloria del Señor habitará en nuestra tierra.


Aleluya Mt 23, 9b.10b

R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Uno sólo es vuestro Padre, el del cielo;
y uno sólo es vuestro maestro, el Mesías. R.

EVANGELIO

Ellos dicen pero no hacen

╬ Lectura del santo Evangelio según san Mateo (Mt 23, 1-12)
R. Gloria a ti, Señor.

EN AQUEL TIEMPO, habló Jesús a la gente y a sus discípulos, diciendo:
«En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos: haced y cumplid todo lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos dicen, pero no hacen. Lían fardos pesados y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar. Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y agrandan las orlas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias en las plazas y que la gente los llame “rabbí”.
Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar “rabbí”, porque uno solo es vuestro maestro y todos vosotros sois hermanos.
Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo.
No os dejéis llamar maestros, porque uno solo es vuestro maestro, el Mesías.
El primero entre vosotros será vuestro servidor.
El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.


Papa Francisco, Ángelus 5-noviembre-2017

Todos somos hermanos y no debemos de ninguna manera dominar a los otros y mirarlos desde arriba. No. Todos somos hermanos. Si hemos recibido cualidades del Padre celeste, debemos ponerlas al servicio de los hermanos, y no aprovecharnos para nuestra satisfacción e interés personal. No debemos considerarnos superiores a los otros; la modestia es esencial para una existencia que quiere ser conforme a la enseñanza de Jesús, que es manso y humilde de corazón y ha venido no para ser servido sino para servir.


Pensamientos para el Evangelio de hoy

«¿Hay algo más triste que un maestro, cuando el único modo de salvar a sus discípulos es decirles que no se fijen en la vida del que les habla? Creerán a nuestras obras más que a cualquier otro discurso» (San Juan Crisóstomo).

«La verdadera originalidad del Nuevo Testamento no consiste en nuevas ideas, sino en la figura misma de Cristo, que da carne y sangre a los [mismos] conceptos: un realismo inaudito» (Benedicto XVI).

«Por su sumisión a María y a José, así como por su humilde trabajo durante largos años en Nazaret, Jesús nos da el ejemplo de la santidad en la vida cotidiana de la familia y del trabajo» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 564).


(Después de la Hora Nona:)

VIGESIMOPRIMERA SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
Primera semana del Salterio

Misa vespertina del XXI Domingo del tiempo ordinario (verde).

Liturgia de las Horas: I Vísp. del oficio dominical. Comp. Dom. I.