02 de junio - SANTOS MARCELINO y PEDRO, mártires

  


 
  JUEVES DE LA VII SEMANA DE PASCUA,
  SANTOS MARCELINO y PEDRO, mártires
  Oficio del Jueves de la III Semana del Salterio.
  (Liturgia de las Horas, Tomo II: Oficio de Lecturas Laudes - TerciaSexta   Nona Vísperas - Completas)
 



PROGRAMA PARROQUIAL:
JUEVES, 02 DE JUNIO

- Horario de la parroquia: abierta de 09.30 h. a 13.30 h. y de 18.00 h. a 21.30 h.

- Horario de despacho: de lunes a viernes, de 10.30 h. a 13.30 h y de 18.00 h. a 21.00 h.

- Exposición del Santísimo y Rezo de Vísperas (a las 18.00 h.). 

- Rezo del Santo Rosario (a las 20.00 h.) y Eucaristía del Jueves de la VII Semana de Pascua (a las 20.30 h.). 



El Tweet del Papa:


    Portada

Un análisis de Marcel LeJeune (aunque, detalla, los sacerdotes seguirán siendo los pastores)

O los laicos hacen atención pastoral... o los fieles quedarán sin atender y las iglesias vacías

Didier Grandjean, de 32 años, cuenta cómo pasó de las armas a la vocación sacerdotal

De la Guardia Suiza directo al seminario: «Sirviendo a dos Papas me cuestioné el sentido de la vida»

Fundador de la escuela de evangelización Jeunesse Lumière

10 frutos buenos de que los cristianos salgan en grandes manifestaciones, según el padre Daniel Ange

Vídeos

  Un espacio para el cine de fe

  La misa: un sacrificio por amor

  Bendición a unos soldados

  Escultura única de Jesús por nacer

  Oración del Papa en el Rosario por la paz

Otras noticias

  En Religión en Libertad destapamos lo que ocultan los abortistas... y solo es posible con tu ayuda

  El mediático Robert Barron, hasta ahora obispo auxiliar en Los Angeles, pasa a ser obispo de Winona

 «Me han devuelto la alegría, no me arrepiento»: los rescatadores provida resisten y siguen sin miedo

  Rel-i-pública denuncia la «imposición del laicismo en la educación» que acosa a la clase de religión

  La UFV lanza un nuevo máster que te prepara para la defensa de la vida «en toda circunstancia»

  Ante el avance de la muerte, los obispos andaluces llaman a «defender la vida» en el 19-J electoral

Opinión

  Yo acuso , por Josep Miró i Ardèvol

Blogs

  Irse a vivir juntos , por Pequeños secretos de la vida en común

  Hoy el reto del amor es que cuando te surja “ladrarte”, no lo hagas, , por El Reto Del Amor

  Pentecostés. Un nuevo enfoque para 2022. , por Duc in altum!

  Tres claves para la unidad. Comentario para Matrimonios: Juan 17, 20-26 , por ProyectoAmorConyugal.es



SANTORAL DE HOY


 

Elogio: San Marcelino, presbítero, y san Pedro, exorcista, mártires, acerca de los cuales el papa san Dámaso cuenta que, durante la persecución bajo Diocleciano, condenados a muerte y conducidos al lugar del suplicio, fueron obligados a cavar su propia tumba y después degollados y enterrados ocultamente, para que no quedase rastro suyo, pero más tarde, una piadosa mujer llamada Lucila trasladó sus santos restos a Roma, en la vía Labicana, dándoles digna sepultura en el cementerio «ad Duas Lauros».

Oración

Señor, tú has hecho del glorioso testimonio de tus mártires san Marcelino y san Pedro nuestra protección y defensa; concédenos la gracia de seguir sus ejemplo y de vernos continuamente sostenidos por su intercesión. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén (oración litúrgica).

 

Otros santos de este día:

Santos Potino, obispo, y Blandina con cuarenta y seis compañeros, mártires

En Lyon, en la Galia, santos mártires Potino, obispo, Blandina y cuarenta y seis compañeros, cuyo valeroso y reiterado combate, que tuvo lugar en tiempo del emperador Marco Aurelio, está atestiguado en la carta que la Iglesia de Lyon envió a las Iglesias de Asia y Frigia. El obispo Potino, ya nonagenario, falleció al poco de ser encarcelado, y algunos otros también murieron en prisión, mientras que los restantes fueron expuestos como espectáculo en el anfiteatro, ante miles de personas, donde los que eran ciudadanos romanos perecieron decapitados y los demás entregados a las fieras. Por último, Blandina, reservada para un combate más cruel y prolongado, después de haber estado alentando a sus compañeros, les siguió a la gloria al ser también decapitada, tras padecer prolongadas y crueles torturas. Estos son los nombres: Zacarías, presbítero, Vecio Epagato, Macario, Asclibíades, Silvio, Primo, Ulpio, Vital, Comino, Octubre, Filomeno, Gemino, Julia, Albina, Grata, Emilia, Potamia, Pompeya, Rodana, Biblis, Quarcia, Materna, Helpis; Santo, diácono; Maturo, neófito; Atalo de Pérgamo, Alexander de Frigia, Pontico, Justo, Aristeo, Cornelio, Zosimo, Tito, Julio, Zotico, Apolonio, Geminiano, otra Julia, Ausona, otra Emilia, Jamnica, otra Pompeya, Domna, Justa, Trófima y Antonia.

San Erasmo, obispo y mártir

En Formia, de la Campania, san Erasmo, obispo y mártir.

San Eugenio I, papa

En Roma, en la basílica de San Pedro, san Eugenio I, papa, que fue sucesor de san Martín, mártir.

San Nicéforo de Constantinopla, obispo y confesor

En el Bósforo, en la Propóntide, muerte de san Nicéforo, obispo de Constantinopla, que, tenaz defensor de las tradiciones, se opuso con decisión al emperador iconoclasta León el Armenio, sosteniendo el culto de las sagradas imágenes. Expulsado de su sede, fue relegado largo tiempo en un monasterio, donde entregó su alma a Dios.

San Guido de Acqui, obispo

En Acqui, del Piamonte, san Guido, obispo.

San Nicolás, peregrino

En Trani, de la Apulia, san Nicolás, peregrino, que, natural de Grecia, recorría toda la región llevando un crucifijo en la mano y repitiendo incesantemente «Señor, ten piedad».

Beatos Sadoc y compañeros, mártires

En Sandomierz, junto al río Vístula, en Polonia, beatos Sadoc, presbítero, y sus compañeros de la Orden de Predicadores, mártires, que, según la tradición, fueron víctimas de los tártaros mientras cantaban la Salve Regina, saludando al final de su existencia a la Madre de la Vida.

Santo Domingo Ninh, mártir

En la ciudad de Au Thi, en Tonquín, santo Domingo Ninh, mártir, joven agricultor, que, por no querer pisotear la Cruz, fue decapitado en tiempo del emperador Tu Duc.

Beato Joseph Tien [Thao Tien], presbítero y mártir

En Ban Talang, Houaphan, Laos, beato Joseph Tien [Thao Tien], sacerdote del vicariato apostólico (actual diócesis) de Thanh Hoá y mártir.


LITURGIA DE HOY

Misa de feria (blanco) o de la memoria (rojo).

MISAL: para la feria ants. y oracs. props. / para la memoria 1.ª orac. prop. y el resto del común de mártires (para vv. mártires en TP) o de la feria. Conveniente PE I. Pf. Pasc., de la Ascensión, después de la Ascensión o de la memoria. 

LECC.: vol. II.

- Hch 22, 30; 23, 6-11: Tienes que dar testimonio en Roma.

- Sal 15: R. Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.

- Jn 17, 20-26: ¡Que sean completamente uno!

o bien: cf. vol. IV.

 

Liturgia de las Horas: oficio de feria o de la memoria.

Martirologio: elogs. del 3 de junio, pág. 345. 

CALENDARIOS: Astorga: San Dictino, obispo (ML). 

Burgos, Calahorra y La Calzada-Logroño: San Juan de Ortega, presbítero (ML). 

Girona: Santos Germán, Paulino, Justo y Sicio, mártires (ML). 

Dominicos: Beatos Sadoc y compañeros, mártires (ML).


Antífona de entrada Heb 4, 16
Comparezcamos confiados ante el trono de la gracia, para alcanzar misericordia y encontrar gracia para un auxilio oportuno. Aleluya.


Oración colecta

Te suplicamos, Señor, que tu Espíritu infunda con tal fuerza sus dones en nosotros, que nos conceda un corazón que te agrade y, propicio, nos haga conformes a tu voluntad. Por nuestro Señor Jesucristo.

Misa de la memoria:
2 de junio
Santos Marcelino y Pedro, mártires

La oración colecta es propia; el resto del común de varios mártires en Tiempo Pascual.


Antífona de entrada Mt 25, 34

Venid vosotros, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Aleluya.

O bien: Cf. Ap 7, 13-14

Estos, que están vestidos con vestiduras blancas, son los que vienen de la gran tribulación: han lavado y blanqueado sus vestiduras en la sangre del Cordero. Aleluya.


Monición de entrada

Conmemoramos en esta celebración a los mártires san Marcelino, presbítero, y san Pedro, exorcista. El papa san Dámaso cuenta que, durante la persecución bajo Diocleciano, fueron condenados a muerte hacia el año 304. Conducidos al lugar del suplicio, los obligaron a cavar su propia tumba y, después de ser degollados, los enterraron ocultamente para que no quedase rastro suyo. Más tarde, una piadosa mujer llamada Lucila trasladó sus santos restos a Roma, dándoles digna sepultura.


Oración colecta

Oh, Dios, que nos defiendes y nos proteges con el glorioso testimonio de los santos mártires Marcelino y Pedro, concédenos progresar en su imitación sostenidos por su ayuda. Por nuestro Señor Jesucristo.


PRIMERA LECTURA
Tienes que dar testimonio en Roma

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (Hch 22, 30; 23, 6-11)

EN AQUELLOS DÍAS, queriendo el tribuno conocer con certeza los motivos por los que los judíos acusaban a Pablo, mandó desatarlo, ordenó que se reunieran los sumos sacerdotes y el Sanedrín en pleno y, bajando a Pablo, lo presentó ante ellos. Pablo sabía que una parte eran fariseos y otra saduceos y gritó en el Sanedrín:

«Hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseo, se me está juzgando por la esperanza en la resurrección de los muertos».

Apenas dijo esto, se produjo un altercado entre fariseos y saduceos, y la asamblea quedó dividida. (Los saduceos sostienen que no hay resurrección ni ángeles ni espíritus, mientras que los fariseos admiten ambas cosas). Se armó un gran griterío, y algunos escribas del partido fariseo se pusieron en pie, porfiando:

«No encontramos nada malo en este hombre; ¿y si le ha hablado un espíritu o un ángel?».

El altercado arreciaba, y el tribuno, temiendo que hicieran pedazos a Pablo, mandó bajar a la guarnición para sacarlo de allí y llevárselo al cuartel.

La noche siguiente, el Señor se le presentó y le dijo:

«¡Ánimo! Lo mismo que has dado testimonio en Jerusalén de lo que a mí se refiere, tienes que darlo en Roma».


Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

 
SALMO RESPONSORIAL (Sal 15, 1b-2a y 5. 7-8. 9-10. 11 [R.: 1b])
 
R. Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.
 
O bien: Aleluya.
 
V. Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.
Yo digo al Señor: «Tú eres mi Dios».
El Señor es el lote de mi heredad y mi copa,
mi suerte está en tu mano.
 
R. Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.
 
V. Bendeciré al Señor, que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré.
 
R. Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.
 
V. Por eso se me alegra el corazón,
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa esperanzada.
Porque no me abandonarás en la región de los muertos
ni dejarás a tu fiel ver la corrupción.
 
R. Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.
 
V. Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha.
 
R. Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.
 
 
Aleluya Jn 17, 21

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Que todos sean uno –dice el Señor–, como tú, Padre, en mí, y yo en ti,
para que el mundo crea que tú me has enviado. R.

 
EVANGELIO
Que sean completamente uno

╬ Lectura del santo Evangelio según san Juan (Jn 17, 20-26)
R. Gloria a ti, Señor.

EN AQUEL TIEMPO, levantando los ojos al cielo, oró Jesús diciendo:

    «No solo por ellos ruego, sino también por los que crean en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí, y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.

    Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno; yo en ellos, y tú en mí, para que sean completamente uno, de modo que el mundo sepa que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has amado a mí.

    Padre, este es mi deseo: que los que me has dado estén conmigo donde yo estoy y contemplen mi gloria, la que me diste, porque me amabas, antes de la fundación del mundo.

    Padre justo, si el mundo no te ha conocido, yo te he conocido, y estos han conocido que tú me enviaste. Les he dado a conocer y les daré a conocer tu nombre, para que el amor que me tenías esté en ellos, y yo en ellos».


Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.
 

Papa Francisco, Vísperas con sacerdotes, consagrados y seminaristas en La Habana 20-septiembre-2005

Es frecuente confundir unidad con uniformidad; con un hacer, sentir y decir todos lo mismo. Eso no es unidad, eso es homogeneidad. Eso es matar la vida del Espíritu, es matar los carismas que Él ha distribuido para el bien de su Pueblo. La unidad se ve amenazada cada vez que queremos hacer a los demás a nuestra imagen y semejanza. Por eso la unidad es un don, no es algo que se pueda imponer a la fuerza o por decreto. Me alegra verlos a ustedes aquí, hombres y mujeres de distintas épocas, contextos, biografías, unidos por la oración en común. Pidámosle a Dios que haga crecer en nosotros el deseo de projimidad. Que podamos ser prójimos, estar cerca, con nuestras diferencias, manías, estilos, pero cerca. Con nuestras discusiones, peleas, hablando de frente y no por detrás. Que seamos pastores prójimos a nuestro pueblo, que nos dejemos cuestionar, interrogar por nuestra gente. Los conflictos, las discusiones en la Iglesia son esperables y, hasta me animo a decir, necesarias. Signo de que la Iglesia está viva y el Espíritu sigue actuando, la sigue dinamizando. ¡Ay de esas comunidades donde no hay un sí o un no! Son como esos matrimonios donde ya no discuten porque se ha perdido el interés, se ha perdido el amor.


01 de junio - San Justino, mártir (MO) y Beato Juan Bautista Scalabrini, obispo y fundador (ML)

 


 
  MIÉRCOLES DE LA VII SEMANA DE PASCUA,
  SAN JUSTINO, mártir
  Oficio del Miércoles de la III Semana del Salterio.
  (Liturgia de las Horas, Tomo II: Oficio de Lecturas Laudes - TerciaSexta   Nona Vísperas - Completas)
 


PROGRAMA PARROQUIAL:
MIÉRCOLES, 01 DE JUNIO

- Horario de la parroquia: abierta de 10.30 h. a 13.30 h. y de 18.00 h. a 21.30 h.

- Horario de despacho: de lunes a viernes, de 10.30 h. a 13.30 h y de 18.00 h. a 21.00 h.

Rezo del Santo Rosario, (a las 20.00 h.) y Eucaristía del Miércoles de la VII Semana de Pascua (a las 20,30 h.)





    Portada

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Sin bautizar y en una familia sin fe; vio un rosario, investigó como rezarlo... y ahora será cura

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  El veneno sutil , por Enrique García-Máiquez

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  Hoy el reto del amor es que antes de empezar el día, invoques al Espíritu Santo , por El Reto Del Amor

  Ponernos de acuerdo. Comentario para Matrimonios: Juan 17, 11b-19 , por ProyectoAmorConyugal.es

  La mística del Sagrado Corazón de Jesús , por La divina proporción



SANTORAL DE HOY


Elogio: Memoria de san Justino, mártir, que, como filósofo que era, siguió íntegramente la auténtica sabiduría conocida en la verdad de Cristo y la confirmó con sus costumbres, enseñando lo que afirmaba y defendiéndola con sus escritos. Al presentar al emperador Marco Aurelio, en Roma, su Apología en favor de la religión cristiana, fue conducido al prefecto Rústico, ante quien se declaró cristiano, siendo condenado a la pena capital.

Patronazgos: patrono de los filósofos.

Refieren a este santo: Santos Pedro y Pablo, San Pío I.

Oración

Señor, tú que has enseñado a San Justino a encontrar en la locura de la cruz la incomparable sabiduría de Cristo, concédenos, por intercesión de tu mártir, la gracia de alejar los errores que nos cercan y de mantenernos firmes en la fe. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén (oración litúrgica).

Elogio: En Piacenza, en Italia, beato Juan Bautista Scalabrini, obispo, quien trabajó incansable por el bien de su iglesia y mostró un especial interés por los sacerdotes, los agricultores y los obreros, llevando particularmente en su corazón a los que emigraban a los países de América, para los cuales fundó dos Pías Sociedades del Sagrado Corazón.

Refieren a este santo: Beata Asunta Marchetti.


Otros santos de este día:

Santos Discípulos de san Justino, mártires

También en Roma, santos Caritón y Cariti, Evelpisto y Jeracio, Peón y Liberiano, mártires, todos los cuales fueron discípulos de san Justino, y junto con él recibieron la corona eterna.

Santos Amón, Zenón, Ptolomeo, Ingenuo y Teófilo, mártires

En Alejandría de Egipto, santos mártires Amón, Zenón, Ptolomeo e Ingenuo, soldados, y el anciano Teófilo, los cuales, estando presentes en un proceso, al darse cuenta de que uno de los cristianos que era martirizado flaqueaba y se inclinaba a apostatar, con el rostro, la mirada y los gestos intentaron animarle, y al ser objeto de recriminaciones por parte del populacho, se adelantaron confesándose cristianos, y así es cómo por medio de su victoria, Cristo, que les infundió constancia, triunfó en ellos gloriosamente.

Santos Isquirión y cinco compañeros, mártires

En Licópolis, también en Egipto, santos mártires Isquirión, oficial del ejército, y otros cinco soldados, que, por orden del prefecto Arrio, y en tiempo del emperador Decio, por su fe en Cristo fueron muertos con variadas formas de martirio.

San Próculo, mártir

En Bolonia, ciudad de la Emilia, san Próculo, mártir, que por su fe cristiana fue crucificado.

San Fortunato, presbítero

En Montefalco, en la Umbría, san Fortunato, presbítero, de quien se dice que, siendo pobre, con su trabajo constante ayudó a los desvalidos, y que entregó su vida en favor de los hermanos.

San Caprasio, eremita

En la isla de Lérins, en la Provenza, san Caprasio, ermitaño, que, juntamente con san Honorato, se retiró a aquel lugar y dio comienzo a la vida monástica.

San Floro

En Auvernia, en Aquitania, san Floro, que dio nombre al monasterio que se edificó sobre su tumba, así como a la ciudad y a la sede episcopal.

San Ronón de Quimper, eremita y obispo

En Bretaña Menor, san Ronón, obispo, que, habiendo llegado por mar desde Hibernia, llevó vida eremítica en los bosques del lugar.

San Vistano, mártir

En la región de Lichester, en Inglaterra, san Vistano, mártir, perteneciente a la estirpe real de Mercia, que, por oponerse al matrimonio incestuoso de su madre, fue asesinado por la espada del tirano.

San Simeón, eremita

En Tréveris, ciudad de Renania, en Lotaringia, san Simeón, el cual, nacido de padre griego en Siracusa, después de haber llevado vida eremítica en Belén y en el Sinaí, murió finalmente recluido en la torre de la Puerta Negra de esta ciudad.

San Iñigo, abad

En el monasterio de Oña, en el territorio de Burgos, de la región de Castilla, en Hispania, san Iñigo, abad, varón de paz, cuya muerte fue llorada también por judíos y musulmanes.

Beato Teobaldo de Alba, laico

En la ciudad de Alba, en el Piamonte, beato Teobaldo, que por amor a la pobreza dio todo su dinero para socorrer a una viuda y, trabajando como mozo de cuerda, por humildad llevó las cargas de los demás.

Beato Juan Pelingotto, laico

En Urbino, del Piceno, beato Juan Pelingotto, de la Tercera Orden Regular de San Francisco, que primero, siendo comerciante, procuraba favorecer más a los otros que a sí mismo, y luego, habiéndose recluido en una celda, solamente salía para atender a pobres y enfermos.

Beato Juan Storey, mártir

En Londres, en Inglaterra, beato Juan Storey, mártir, que, experto en derecho, fue fidelísimo al Romano Pontífice. Tras haber padecido la cárcel y el exilio, por su fe católica fue condenado a muerte y ahorcado en Tyburn, alcanzando así los gozos eternos.

Beatos Alfonso Navarrete, Fernando de San José de Ayala y León Tanaka, mártires

En Omura, en Japón, beatos mártires Alfonso Navarrete, de la Orden de Predicadores, Fernando de San José de Ayala, de la Orden de los Ermitaños de San Agustín, y León Tanaka, religioso de la Compañía de Jesús, que, por decisión del comandante supremo Hidetada, fueron decapitados a causa de la fe cristiana.

Beato Juan Bautista Vernoy de Montjournal, presbítero y mártir

En una nave prisión anclada frente al puerto de Rochefort, en Francia, beato Juan Bautista Vernoy de Montjournal, presbítero y mártir, que, canónigo de Moulins, durante la Revolución Francesa fue encarcelado por el hecho de ser sacerdote y murió a consecuencia de la enfermedad que contrajo en prisión.

San José Tuc, mártir

En la ciudad de Hung Yen, en Tonkín, san José Tuc, mártir, joven campesino que se negó a pisar la Cruz, por lo que fue encarcelado y martirizado varias veces, hasta ser decapitado en tiempo del emperador Tu Duc.

San Aníbal María Di Francia, presbítero y fundador

En Mesina, ciudad de Sicilia, de nuevo en Italia, san Aníbal María Di Francia, presbítero, que fundó la Congregación de Padres Rogacionistas del Corazón de Jesús y la de Hijas del Divino Celo, para rogar al Señor santos sacerdotes para su Iglesia y cuidar a huérfanos sin recursos.


LITURGIA DE HOY

Misa de la memoria (rojo).

MISAL: ants. y oracs. props., Pf. Pasc., de la Ascensión, después de la Ascensión o de la memoria.

LECC.: vol. II.

- Hch 20, 28-38. Os encomiendo a Dios, que tiene poder para construiros y haceros partícipes de la herencia.
- Sal 67. R. Reyes de la tierra, cantad a Dios.
- Jn 17, 11b-19. Que sean uno, como nosotros.

o bien: cf. vol. IV.

Liturgia de las Horas: oficio de la memoria.

Martirologio: elogs. del 2 de junio, pág. 344.

CALENDARIOS: Rogacionistas e Hijas del Divino Celo: San Aníbal, presbítero (S).
Ciudad Real: Beato Fernando de Ayala, presbítero y mártir (MO). 

Tarazona: San Íñigo, abad (MO).

Clérigos Regulares de Somasca: Beato Giovanni B. Scalabrini (ML).
Burgos: Aniversario de la ordenación episcopal de Mons. Francisco Gil Hellín, arzobispo, emérito (1996).

 

Antífona de entrada Cf. Sal 118, 85. 46

Los insolentes me contaron falsedades ignorando tu ley; pero yo comentaré tus preceptos ante los reyes y no me avergonzaré. Aleluya.


Monición de entrada

Celebramos hoy la memoria del mártir san Justino, que nació en el seno de una familia pagana en Flavia Neápolis (actual Nablus) en Samaria, a comienzos del siglo II. Como filósofo que era, buscó la auténtica sabiduría, que encontró en la verdad de Cristo y la confirmó con su comportamiento, enseñando lo que afirmaba y defendiéndola con sus escritos. Al presentar al emperador Marco Aurelio, en Roma, su Apología en favor de la religión cristiana, fue conducido al prefecto Rústico, ante quien se declaró cristiano, siendo condenado a la pena capital, hacia el año 165


Oración colecta

Oh, Dios, que por medio de la locura de la cruz
enseñaste de modo admirable la incomparable
sabiduría de Jesucristo al mártir san Justino,
concédenos, por su intercesión, alejados los errores que nos cercan,
conseguir la firmeza de la fe.
Por nuestro Señor Jesucristo.

                                                    

LECTURAS DE LA MISA

Audio y comentario del Evangelio de hoy (I)

Audio y comentario del Evangelio de hoy (II)


PRIMERA LECTURA

Os recomiendo a Dios, que tiene poder para construiros y haceros partícipes de la herencia

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (Hch 20, 28-38)

EN AQUELLOS DÍAS, dijo Pablo a los presbíteros de la Iglesia de Éfeso:
«Tened cuidado de vosotros y de todo el rebaño sobre el que el Espíritu Santo os ha puesto como guardianes para pastorear la Iglesia de Dios, que él se adquirió con la sangre de su propio Hijo.
Yo sé que, cuando os deje, se meterán entre vosotros lobos feroces, que no tendrán piedad del rebaño. Incluso de entre vosotros mismos surgirán algunos que hablarán cosas perversas para arrastrar a los discípulos en pos de sí. Por eso, estad alerta: acordaos de que durante tres años, de día y de noche, no he cesado de aconsejar con lágrimas en los ojos a cada uno en particular.
Ahora os encomiendo a Dios y a la palabra de su gracia, que tiene poder para construiros y haceros partícipes de la herencia con todos los santificados. De ninguno he codiciado dinero, oro ni ropa. Bien sabéis que estas manos han bastado para cubrir mis necesidades y las de los que están conmigo. Siempre os he enseñado que es trabajando como se debe socorrer a los necesitados, recordando las palabras del Señor Jesús, que dijo: “Hay más dicha en dar que en recibir”».
Cuando terminó de hablar, se puso de rodillas y oró con todos ellos. Entonces todos comenzaron a llorar y, echándose al cuello de Pablo, lo besaban; lo que más pena les daba de lo que había dicho era que, no volverían a ver su rostro. Y lo acompañaron hasta la nave.

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.


SALMO RESPONSORIAL Sal 67, 29-30. 33-35a. 35bc y 36d (R.: 33a)

R. Reyes de la tierra, cantad a Dios.

O bien: Aleluya.

V. Oh, Dios, despliega tu poder,
tu poder, oh, Dios, que actúa en favor nuestro.
A tu templo de Jerusalén
traigan los reyes su tributo.

R. Reyes de la tierra, cantad a Dios.

V. Reyes de la tierra, cantad a Dios,
tocad para el Señor, tocad para Dios,
que avanza por los cielos, los cielos antiquísimos;
que lanza su voz, su voz poderosa.
«Reconoced el poder de Dios».

R. Reyes de la tierra, cantad a Dios.

V. Sobre Israel resplandece su majestad,
y su poder sobre las nubes.
¡Dios sea bendito!

R. Reyes de la tierra, cantad a Dios.

Aleluya Cf. Jn 17, 17b.a
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Tu palabra, Señor, es verdad; santifícanos en la verdad. R.


EVANGELIO
Que sean uno, como nosotros

╬ Lectura del santo Evangelio según san Juan (Jn 17, 11b-19)

R. Gloria a ti, Señor.

EN AQUEL TIEMPO, levantando los ojos al cielo, oró Jesús diciendo:
«Padre santo, guárdalos en tu nombre, a los que me has dado, para que sean uno, como nosotros. Cuando estaba con ellos, yo guardaba en tu nombre a los que me diste, y los custodiaba, y ninguno se perdió, sino el hijo de la perdición, para que se cumpliera la Escritura. Ahora voy a ti, y digo esto en el mundo para que tengan en sí mismos mi alegría cumplida.
Yo les he dado tu palabra, y el mundo los ha odiado porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No ruego que los retires del mundo, sino que los guardes del maligno. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
Santifícalos en la verdad: tu palabra es verdad. Como tú me enviaste al mundo, así yo los envío también al mundo. Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad».

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.

Papa Francisco, Palabras pronunciadas en las Vísperas en La Habana (Cuba), 20-septiembre-2015

Cuando se acercaba su hora, Jesús rezó al Padre por sus discípulos, por los que estaban con Él y por los que vendrían (cf. Jn 17, 20). Nos hace bien pensar que en su hora crucial, Jesús pone en su oración la vida de los suyos, nuestra vida. Y le pide a su Padre que los mantenga en la unidad y en la alegría. Conocía bien Jesús el corazón de los suyos, conoce bien nuestro corazón. Por eso reza, pide al Padre para que no les gane una conciencia que tiende a aislarse, refugiarse en las propias certezas, seguridades, espacios; a desentenderse de la vida de los demás, instalándose en pequeñas «chacras» que rompen el rostro multiforme de la Iglesia. Situaciones que desembocan en tristeza individualista, en una tristeza que poco a poco va dejándole lugar al resentimiento, a la queja continua, a la monotonía; «ése no es el deseo de Dios para nosotros, ésa no es la vida en el Espíritu» (Evangelii gaudium, 2) a la que los invitó, a la que nos invitó. Por eso Jesús reza, pide para que la tristeza y el aislamiento no nos gane el corazón. Nosotros queremos hacer lo mismo, queremos unirnos a la oración de Jesús, a sus palabras para decir juntos: «Padre santo, cuídalos con el poder de tu nombre? para que estén completamente unidos, como tú y yo» (Jn 17, 11), «y su gozo sea completo» (Jn 17, 13).


Pensamientos para el Evangelio de hoy

«La totalidad de los fieles, nacida en la fuente bautismal, ha nacido con Cristo en su nacimiento, del mismo modo que ha sido crucificada con Cristo en su pasión y ha sido resucitada en su resurrección» (San León Magno).

«La oración de Jesús en la víspera de su pasión ha resonado hoy en el Evangelio: ‘Que sean una sola cosa como nosotros’. De este eterno amor entre el Padre y el Hijo, que se extiende en nosotros por el Espíritu Santo, toma fuerza nuestra misión y nuestra comunión fraterna» (Francisco).

«La oración de la ‘hora de Jesús’, llamada rectamente ‘oración sacerdotal’ (cf. Jn 17), recapitula toda la Economía de la creación y de la salvación. Inspira las grandes peticiones del ‘Padre Nuestro’» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 2.758)