09 de diciembre - VIERNES DE LA II SEMANA DE ADVIENTO, feria o SAN JUAN DIEGO CUAUHTLATOATZIN


  
  VIERNES DE LA II SEMANA DE ADVIENTO, feria
  Oficio del Viernes de la II Semana del Salterio
  (Liturgia de las Horas, Tomo I: Oficio de Lecturas Laudes - TerciaSexta     Nona Vísperas - Completas)
 


PROGRAMA PARROQUIAL:
VIERNES, 09 DE DICIEMBRE

PARROQUIA DEL CARMEN:

- Celebración de la Palabra del Viernes de la II Semana de Adviento, en la Parroquia (a las 18.30 h.).

PARROQUIA DE LOS DOLORES:

- Rezo del Santo Rosario (19.00 H.) y Eucaristía del Viernes de la II Semana de Adviento, en la Parroquia (a las 19.30 h.).




NOTICIAS DE ACTUALIDAD

Homenaje del Papa Francisco
al Inmaculada Concepción


El Papa no puede contener las lagrimas y llora por Ucrania
ante la imagen de Inmaculada en la Plaza de España en Roma





SANTORAL DE HOY

Para ver el video, pincha aquí

Elogio: San Juan Diego Cuauhtlatoatzain, de la estirpe indígena nativa, varón provisto de una fe purísima, de humildad y de fervor, que logró que se construyera un santuario en honor de la Bienaventurada María Virgen de Guadalupe en la colina de Tepeyac, en la ciudad de México, lugar donde se le había aparecido la Madre de Dios. Hoy es la memoria litúrgica, que evoca la fecha de la primera aparición de la Virgen, la fecha de su muerte es el 30 de mayo.

Refieren a este santo: Bienaventurada Virgen María de Guadalupe en México, Santos Cristóbal, Antonio y Juan.

Oración

Oh Dios, que por medio del bienaventurado Juan Diego manifestaste a tu pueblo el amor de la Santísima Virgen María, concédenos, por su intercesión, que, obedientes a las recomendaciones de nuestra Madre de Guadalupe, podamos cumplir siempre tu voluntad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén (oración litúrgica).


Elogio: En Toledo, en España, santa Leocadia, virgen y mártir, insigne por la confesión de Cristo.

Otros santos de este día:

    San Siro de Pavía, obispo

En Pavía, de la Liguria, san Siro, primer obispo de la ciudad.

   Santa Gorgonia, madre de familia   

En Nacianzo, de Capadocia, santa Gorgonia, madre de familia, que fue hija de santa Nonna y hermana de san Gregorio el Teólogo y de san Cesáreo. Fue el mismo Gregorio quien escribió sus virtudes.

   San Cipriano de Genouillac, abad

En el monasterio de Genouillac, cerca de Perigueux, en la Galia, san Cipriano, abad, preclaro por el cuidado de los enfermos.

   Beatos Simón Takeda y compañeros, mártires 

En Yamato, Kagoshima, Japón, beatos Simón Takeda y su esposa Inés, con su madre Juana, y Magdalena Minami, con su hijo adoptivo Luis, de siete años, todos ellos mártires. Simón muere decapitado y los demás crucificados, rezando a coro o predicando desde la cruz.

   Beato Liborio Wagner, presbítero y mártir   

Cerca de Schonungen, a orillas del río Main, en la región de Baviera, en Alemania, beato Liborio Wagner, presbítero y mártir, quien, eximio por su caridad, coronó con el derramamiento de su sangre la cura pastoral, tanto de católicos como de disidentes.

   San Pedro Fourier, presbítero y fundador   

En Gray, de la Borgoña, en donde se había retirado al ser desterrado, tránsito de san Pedro Fourier, presbítero, que escogió para sí la pobrísima parroquia de Mattaincourt, en la Lorena, a la que sirvió admirablemente. Renovó también la Congregación de Canónigos Regulares de Nuestro Salvador, y fundó, asimismo, la Congregación de Nuestra Señora, para la educación gratuita de las niñas.

   Beato Bernardo María de Jesús Silvestrelli, religioso presbítero   

En Moricone, lugar de la Sabina, en Italia, beato Bernardo María de Jesús (César) Silvestrelli, presbítero de la Congregación de la Pasión, el cual, elegido superior general, se empeñó con entusiasmo en su incremento y difusión.

   Beato José Ferrer Esteve, presbítero y mártir   

En el pueblo de Llombay, en la región de Valencia, en España, beato José Ferrer Esteve, presbítero de la Orden de Clérigos Regulares de las Escuelas Pías y mártir, que fue fusilado por quienes odiaban el sacerdocio.

   Beatos Ricardo de los Ríos Fabregat, Julián Rodríguez Sánchez y José Giménez López, presbíteros y mártires   

En el Picadero de Paterna, también en la región de Valencia, beatos Ricardo de los Ríos Fabregat, Julián Rodríguez Sánchez y José Giménez López, presbíteros de la Sociedad Salesiana y mártires, los cuales, en la persecución contra la fe, lucharon ardientemente por Cristo.


LITURGIA DE HOY

Misa de feria (morado) o de la memoria (blanco). 

MISAL: para la feria ants. y oracs. props. / para la memoria 1.ª orac. prop. y el resto de la feria o del común de santos (para un santo); Pf. I o III Adv. o de la memoria. 

LECC.: vol. II. 

- Is 48, 17-19. Si hubieras atendido a mis mandatos. 

- Sal 1. R. El que te sigue, Señor, tendrá la luz de la vida. 

- Mt 11, 16-19. No escuchan ni a Juan ni al Hijo del hombre. 

o bien: cf. vol. IV. 

 

Liturgia de las Horas: oficio de feria o de la memoria. 

Martirologio: elogs. del 10 de diciembre, pág. 712.


CALENDARIOS: Toledo-ciudad: Santa Leocadia, virgen y mártir (S). Toledo-diócesis: (MO). Oviedo: (ML). 

Canónigos Regulares de Letrán: San Pedro Fourier, presbítero (MO). 

Terrassa: Santa Eulalia de Mérida, virgen y mártir (ML). 

Pasionistas: Beato Bernardo María de Jesús, religioso (ML). 

Vitoria: Aniversario de la muerte de Mons. José María Larrauri Lafuente, obispo, emérito (2008).

 

Antífona de entrada
El Señor vendrá con esplendor a visitar a su pueblo con la paz y comunicarle la vida eterna.


Oración colecta

Dios todopoderoso, concede a tu pueblo
esperar vigilante la venida de tu Unigénito,
para que nos apresuremos a salir a su encuentro
con las lámparas encendidas,
como nos enseñó nuestro Salvador.
Él, que vive y reina contigo.

En la memoria:
9 de diciembre
San Juan Diego de Cuauhtlatoatzin.

Oración colecta propia, y el resto de la feria de Adviento.


Monición de entrada

Hacemos memoria en esta celebración de san Juan Diego Cuauhtlatoatzin. Hombre bueno y de gran fe, humildad y fervor, logró que se construyera un santuario en honor de la bienaventurada María Virgen de Guadalupe en la colina de Tepeyac, en la ciudad de México, lugar donde se le había aparecido la Madre de Dios. Murió el año 1548.


Oración colecta.

Oh, Dios, que manifestaste el amor de la santísima Virgen María
hacia tu pueblo por medio de san Juan Diego,
concédenos por su intercesión
que, dóciles a las recomendaciones de nuestra Madre de Guadalupe,
podamos cumplir siempre tu voluntad.
Por nuestro Señor Jesucristo.



PRIMERA LECTURA
Si hubieras atendido a mis mandatos


Lectura del libro de Isaías (Is 48, 17-19)

ESTO DICE el Señor, tu libertador, el Santo de Israel:
«Yo, el Señor, tu Dios, te instruyo por tu bien, te marco el camino a seguir.
Si hubieras atendido a mis mandatos, tu bienestar sería como un río, tu justicia como las olas del mar, tu descendencia como la arena, como sus granos, el fruto de tus entrañas; tu nombre no habría sido aniquilado, ni eliminado de mi presencia».

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.


SALMO RESPONSORIAL (Sal 1, 1-2. 3. 4 y 6 [R.: Jn 8, 12])

R. El que te sigue, Señor, tendrá la luz de la vida.

V. Dichoso el hombre
que no sigue el consejo de los impíos,
ni entra por la senda de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los cínicos;
sino que su gozo es la ley del Señor,
y medita su ley día y noche.
R. El que te sigue, Señor, tendrá la luz de la vida.

V. Será como un árbol
plantado al borde de la acequia:
da fruto en su sazón
y no se marchitan sus hojas;
y cuanto emprende tiene buen fin.
R. El que te sigue, Señor, tendrá la luz de la vida.

V. No así los impíos, no así;
serán paja que arrebata el viento.
Porque el Señor protege el camino de los justos,
pero el camino de los impíos acaba mal.
R. El que te sigue, Señor, tendrá la luz de la vida.

Aleluya
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. El Señor llega, salid a su encuentro; él es el Príncipe de la paz. R.

EVANGELIO 
No escuchan ni a Juan ni al Hijo del hombre
╬ Lectura del santo Evangelio según san Mateo (Mt 11, 16-19)
R. Gloria a ti, Señor.

EN AQUEL TIEMPO, dijo Jesús al gentío:
«¿A quién compararé esta generación?
Se asemeja a unos niños sentados en la plaza, que gritan diciendo: “Hemos tocado la flauta, y no habéis bailado; hemos entonado lamentaciones, y no habéis llorado”.
Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: “Tiene un demonio”. Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: “Ahí tenéis a un comilón y borracho, amigo de publicanos y pecadores”.
Pero la sabiduría se ha acreditado por sus obras».

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.


San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 37, 3

Viene el Señor. Esto equivale a decir: "Juan y yo hemos venido por caminos diferentes y hemos hecho lo mismo, del mismo modo que unos cazadores que para caer sobre un solo animal lo persiguieran por caminos diferentes. Todo el mundo se admira del ayuno y de la vida penitente de Juan y porque quiso desde sus primeros años alimentarse de esta manera. No fue otro su objeto, que el que todos dispensaran confianza a sus palabras. También marchó el Señor por este camino cuando ayunó cuarenta días. Pero sin embargo, se valió de otro medio para atraer al pueblo a su fe. Porque era más digno que Juan, que había andado por este camino, diese testimonio de El, y no el que el mismo Señor lo hiciese. Juan no hace más que manifestar dos cosas: la vida y la justicia. Cristo tiene el testimonio de sus milagros. Dejando, pues, que brillase Juan en el ayuno, El siguió otro camino, asistiendo a la mesa de los publicanos, comiendo y bebiendo con ellos.


Pensamientos para el Evangelio de hoy

«Al ver Dios que el temor arruinaba el mundo, trató inmediatamente de volverlo a llamar con amor, de invitarlo con su gracia, de sostenerlo con su caridad, de vinculárselo con su afecto» (San Pedro Crisólogo).

«A la humanidad, que ya no tiene tiempo para Él, Dios le ofrece otro tiempo para volver a encontrar el sentido de la esperanza. Dios nos ama y, precisamente por eso, espera que volvamos a Él, que abramos nuestro corazón a su amor» (Benedicto XVI).

«‘Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre’ (Jn 3,13). Dejada a sus fuerzas naturales, la humanidad no tiene acceso a la ‘Casa del Padre’ (Jn 14,2), a la vida y a la felicidad de Dios. Solo Cristo ha podido abrir este acceso al hombre» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 661).


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