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Elogio: Cerca de Jerusalén, san Sabas, abad, que, nacido en Capadocia, se retiró al desierto de Judea, donde fundó un nuevo estilo de vida eremítica en siete monasterios que se llamaron «lauras», reuniendo a los solitarios bajo un superior. Vivió durante muchos años en la Gran Laura, que posteriormente llevó su nombre, brillando con el ejemplo de santidad y luchando esforzadamente por la fe de Calcedonia.
Refieren a este santo: San Eutimio «el Grande», San Gerásimo, San Juan el Silencioso o Hesicasta, San Teodosio.
LITURGIA DE HOY
Misa de feria (morado).
LITURGIA DE HOY
Misa de feria (morado).
MISAL: ants. y oracs.
props., Pf. I o III Adv.
LECC.: vol. II.
- Is 35, 1-10. Dios viene en
persona y os salvará.
- Sal 84. R. He
aquí nuestro Dios; viene en persona y nos salvará.
- Lc 5,
17-26. Hoy hemos visto maravillas.
Liturgia de las Horas: oficio de feria.
Martirologio: elogs. del 6 de
diciembre, pág. 707.
CALENDARIOS:
Arzobispado Castrense-Arma de Artillería; Cuerpo de Ingenieros Politécnicos del
Ejército de Tierra (Armamento, Escala Superior y mecánica y Química de la
Escala Técnica): Santa Bárbara (S-trasladada).
Instituto
Voluntarias de Don Bosco: Beato Felipe Rinaldi, presbítero (F).
Familia Salesiana: (MO).
Valencia: San Mauro,
mártir (MO).
Siervas de
María, Ministras de los Enfermos: Beatas Aurelia Arambarri Fuente y
compañeras, mártires (MO).
Jaén: San
Nicolás, obispo (ML).
Benedictinos, O.
Cist. y OCSO: San Sabas, abad (ML).
Carmelitas
Descalzos: Beato Bartolomé Fanti, presbítero (ML)
Antífona de entrada Cfr Jr 31, 10;
Is 35, 4
Escuchad, pueblos, la palabra del Señor; anunciadla
en los confines de la tierra: he aquí nuestro Salvador que viene, no temáis.
Oración colecta
para que los deseos de servirte con total pureza
nos conduzcan hasta el gran misterio de la encarnación de tu Unigénito.
Él, que vive y reina contigo.
Le ha sido dada la gloria del Líbano, el esplendor del Carmelo y del Sarón.
Contemplarán la gloria del Señor, la majestad de nuestro Dios.
Fortaleced las manos débiles, afianzad las rodillas vacilantes; decid a los inquietos: «Sed fuertes, no temáis.
¡He aquí vuestro Dios! Llega el desquite; la retribución de Dios.
Viene en persona y os salvará».
Entonces se despegarán los ojos de los ciegos, los oídos de los sordos se abrirán; entonces saltará el cojo como un ciervo, y cantará la lengua del mudo, porque han brotado aguas en el desierto y corrientes en la estepa.
El páramo se convertirá en estanque, el suelo sediento en manantial.
En el lugar donde se echan los chacales habrá hierbas, cañas y juncos.
Habrá un camino recto.
Lo llamarán «Vía Sacra».
Los impuros no pasarán por él.
Él mismo abre el camino para que no se extravíen los inexpertos.
No hay por allí leones, ni se acercarán las bestias feroces.
Los liberados caminan por ella y por ella retornan los rescatados del Señor.
Llegarán a Sión con cantos de júbilo: alegría sin límite en sus rostros.
Los dominan el gozo y la alegría.
Quedan atrás la pena y la aflicción.
Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL (Sal 84, 9abc y 10. 11-12.13-14 [R.: is 35, 4ce])
R. He aquí nuestro Dios; viene en persona y nos salvará.
R. He aquí nuestro Dios; viene en persona y nos salvará.
R. He aquí nuestro Dios; viene en persona y nos salvará.
R. He aquí nuestro Dios; viene en persona y nos
salvará.
R. Gloria a ti, Señor.
En esto, llegaron unos hombres que traían en una camilla a un hombre paralítico y trataban de introducirlo y colocarlo delante de él. No encontrando por donde introducirlo, a causa del gentío, subieron a la azotea, lo descolgaron con la camilla a través de las tejas, y lo pusieron en medio, delante de Jesús. Él, viendo la fe de ellos, dijo:
«Hombre, tus pecados están perdonados».
Entonces se pusieron a pensar los escribas y los fariseos:
«¿Quién es éste que dice blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios?».
Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, respondió y les dijo:
«¿Qué estáis pensando en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir: “Tus pecados te son perdonados”, o decir: “Levántate y echa a andar”? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar pecados -dijo al paralítico-: “A ti te lo digo, ponte en pie, toma tu camilla y vete a tu casa”».
Y, al punto, levantándose a la vista de ellos, tomó la camilla donde había estado tendido y se marchó a su casa dando gloria a Dios
El asombro se apoderó de todos y daban gloria a Dios. Y, llenos de temor, decían:
«Hoy hemos visto maravillas.»
Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.
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