PROGRAMA PARROQUIAL:
MIÉRCOLES, 09 DE FEBRERO
- Horario de la parroquia: abierta de 10.30 h. a 13.30 h. y de 17.00 h. a 21.00 h.
- Horario de despacho: de lunes a viernes, de 10.30 h. a 13.30 h y de 17.00 h. a 20.00 h.
- Rezo del Santo Rosario (a las 19.00 h.) y Eucaristía del Miércoles de la V Semana del Tiempo Ordinario (a las 19.30 h.).
NOTICIAS DE ACTUALIDAD
SANTORAL DE HOY
Elogio: En Granada, España, beato Leopoldo de Alpandeire, religioso de la Orden de los Frailes Capuchinos, que desempeño durante muchos años el oficio de limosnero.
Elogio: En Granada, España, beato Leopoldo de Alpandeire, religioso de la Orden de los Frailes Capuchinos, que desempeño durante muchos años el oficio de limosnero.
Elogio: En Valverde del Camino, cerca de Huelva, en la región española de Andalucía, beata Eusebia Palomino Yenes, virgen del Instituto de Hijas de María Auxiliadora, que, dando un egregio ejemplo de humildad y evitando toda ostentación, mostró su espíritu de abnegación en las tareas más sencillas y mereció los dones de la gracia.
Elogio: En Valverde del Camino, cerca de Huelva, en la región española de Andalucía, beata Eusebia Palomino Yenes, virgen del Instituto de Hijas de María Auxiliadora, que, dando un egregio ejemplo de humildad y evitando toda ostentación, mostró su espíritu de abnegación en las tareas más sencillas y mereció los dones de la gracia.
Elogio: En Premiá de Mar, cerca de Barcelona, en España, san Miguel (Francisco Luis) Febres Cordero, religioso de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, que durante cuarenta años se dedicó a la educación en la ciudad de Cuenca, en Ecuador, y trasladado después a España, se distinguió por la perfecta observancia de la disciplina de la vida religiosa.
Elogio: En Premiá de Mar, cerca de Barcelona, en España, san Miguel (Francisco Luis) Febres Cordero, religioso de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, que durante cuarenta años se dedicó a la educación en la ciudad de Cuenca, en Ecuador, y trasladado después a España, se distinguió por la perfecta observancia de la disciplina de la vida religiosa.
Santa Apolonia, virgen y mártir
En Alejandría de Egipto, conmemoración de santa Apolonia, virgen y mártir, que tras sufrir muchos y crueles tormentos por parte de los perseguidores, para no verse obligada a proferir palabras impías prefirió entregarse al fuego antes que ceder en su fe.
Santos Mártires de Alejandría
También en la misma ciudad de Alejandría, pasión de numerosos santos mártires, que durante la celebración de la Eucaristía en la iglesia fueron asesinados de distintos modos por los arrianos.
Santos Primo y Donato, diáconos y mártires
En Lemelléfa, en África, conmemoración de los santos Primo y Donato, diáconos y mártires, que por defender el altar de la iglesia murieron a manos de los herejes.
San Marón, eremita
En un monte cercano a Apamea, en Siria, san Marón, eremita, muerto tras una vida de áspera penitencia e intensa piedad. Se fundó después, sobre su sepulcro, un célebre monasterio, en torno al cual fue configurándose la comunidad cristiana a la que dio nombre.
San Teliavo, abad y obispo
En el monasterio de Llandaff, en Cambria, san Teliavo, obispo y abad, cuyos eximios esfuerzos pastorales son recordados por muchas iglesias de Cambria, Cornualles y Armórica.
San Sabino de Canosa, obispo
En Canosa, de la Apulia, san Sabino, obispo, que fue amigo de san Benito y legado de la Sede Romana en Constantinopla, para defender la fe auténtica ante la herejía monofisita.
San Ansberto de Rouen, abad y obispo
En el monasterio de Hautmont, junto al Sambre, en Hainaut, muerte de san Ansberto, el cual, después de ser abad de Fontanelle, ocupó la sede episcopal de Rouen y fue desterrado por el príncipe Pipino.
San Alto, abad
En Baviera, conmemoración de san Alto, abad, nacido en Irlanda, que fundó en los bosques de esta región el monasterio que después llevó su nombre.
San Rainaldo de Nocera, monje y obispo
En Nocera, de la Umbría, san Rainaldo, obispo, que fue primero monje camaldulense en Fonte Avellana, y una vez designado en su cargo episcopal, mantuvo las costumbres de la vida monástica.
Beato Santiago Abbondo, presbítero
En Tronzano, Italia, beato Santiago Abbondo, presbítero.
Beata Anna Katharina Emmerick, virgen
En Dülmen, Alemania, beata Anna Katharina Emmerick, virgen de las Canonesas Regulares de San Agustín.
Beato Luis Magaña Servín, mártir
En Guadalajara, México, beato Luis Magaña Servín, mártir, que confesó valientemente la fe en Cristo en la persecución mexicana.
LITURGIA DE HOY
Misa de feria (verde).
LECTURAS
DE LA MISA
Lectura del primer libro de los Reyes (1 Re 10, 1-10)
EN AQUELLOS DÍAS, la reina de Saba oyó la fama de Salomón, en honor del
nombre del Señor, y vino a ponerlo a prueba con enigmas.
Llegó a Jerusalén con una gran fuerza de camellos portando perfumes, oro
en cantidad y piedras preciosas. Ante Salomón se presentó para plantearle
cuanto había ideado. El rey resolvió sus preguntas todas, pues no había
cuestión tan arcana que él no pudiese desvelar. Cuando la reina de Saba
percibió la sabiduría de Salomón, el palacio que había construido, los manjares
de su mesa, las residencias de sus servidores, el porte y vestimenta de sus
ministros, sus coperos y los holocaustos que ofrecía en el templo del Señor, se
quedó sin respiración y dijo al rey:
«Era verdad cuanto oí en mi tierra acerca de tus enigmas y tu sabiduría.
No daba crédito a lo que se decía, pero ahora he venido y mis propios ojos lo
han visto. ¡Ni la mitad me narraron! Tu conocimiento y prosperidad superan con
mucho las noticias que yo escuché. Dichosas tus mujeres, dichosos estos
servidores tuyos siempre en tu presencia escuchando tu sabiduría. Bendito sea
el Señor, tu Dios, que se ha complacido en ti y te ha situado en el trono de
Israel. Pues, por el amor eterno del Señor a Israel, te ha puesto como rey para
administrar derecho y justicia».
Ofreció al rey ciento veinte talentos de oro y gran cantidad de esencias perfumadas y piedras preciosas. Jamás llegaron en tal abundancia perfumes como los que la reina de Saba dio a Salomón.
R. Te alabamos, Señor.
R. La boca del justo expone la sabiduría.
V. Encomienda tu camino al Señor,
confía en él, y él actuará:
hará tu justicia como el amanecer,
tu derecho como el mediodía.
V. La boca del justo expone la sabiduría,
su lengua explica el derecho;
porque lleva en el corazón la ley de su Dios,
y sus pasos no vacilan.
V. El Señor es quien salva a los justos,
él es su alcázar en el peligro;
el Señor los protege y los libra,
los libra de los malvados y los salva
porque se acogen a él.
R. La boca del justo expone la sabiduría.
╬ Lectura del santo Evangelio según san Marcos (7, 14-23)
R. Gloria a ti, Señor.
EN AQUEL TIEMPO, llamó Jesús de nuevo a la gente y les dijo:
«Escuchad y entended todos: nada que entre de fuera puede hacer al hombre
impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre».
Cuando dejó a la gente y entró en casa, le pidieron sus discípulos que
les explicara la parábola.
Él les dijo:
«¿También vosotros seguís sin entender? ¿No comprendéis? Nada que entre
de fuera puede hacer impuro al hombre, porque no entra en el corazón sino en el
vientre y se echa en la letrina».
(Con esto declaraba puros todos los alimentos).
Y siguió:
«Lo que sale de dentro del hombre, eso sí hace impuro al hombre. Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los pensamientos perversos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, malicias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro».
En la Biblia, el corazón es el órgano no sólo de los afectos, sino
también de las facultades espirituales, la razón y la voluntad, es la sede de
las decisiones, del modo de pensar y de obrar. La sabiduría de las elecciones,
abierta al movimiento del Espíritu Santo, compromete también el corazón. De
aquí nacen las obras buenas, pero también las que son fruto de una
equivocación, cuando se rechaza la verdad y las sugerencias del Espíritu. El
corazón, en definitiva, es la síntesis de la humanidad plasmada por las manos
mismas de Dios (cf. Gn 2, 7) y contemplada por su Creador con una complacencia
única (cf. Gn 1, 31). En el corazón del hombre Dios derrama su propia
sabiduría.
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