MIÉRCOLES, 18 DE MAYO
- Horario de la parroquia: abierta de 10.30 h. a 13.30 h.
- Horario de despacho: de lunes a viernes, de 10.30 h. a 13.30 h y de 17.00 h. a 20.00 h.
- Rezo del Santo Rosario, (a las 20.00 h.), Mes de María (día 18) y Eucaristía del Miércoles de la V Semana de Pascua, (a las 20,30 h.).
DURANTE ESTA SEMANA NO RETRANSMITIREMO LA MISA DIARIA. YA EL DOMINGO SÍ.
SANTORAL DE HOY
Refieren a este santo: San Eusebio de Fano, San Félix IV, San Germán de Capua.
Oración
Oh Dios, remunerador de las almas fieles, que has consagrado este día con el martirio del papa san Juan primero, escucha las oraciones de tu pueblo y concédenos imitar la constancia en la fe de aquel cuyos méritos veneramos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén (oración litúrgica).
Elogio: En Roma, san Félix de Cantalicio, religioso de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos, el cual, con admirable austeridad y sencillez, ejerció el trabajo de recaudar la limosna en la ciudad eterna durante cuarenta años, sembrando al mismo tiempo paz y caridad a su alrededor.
Patronazgos: patrono de las madres y los niños.
Otros santos de este día:
San Félix, mártir
En Salona, de la Dalmacia, san Félix, mártir en la persecución bajo el emperador Diocleciano.
San Dióscoro, mártir
En Egipto, san Dióscoro, mártir, quien, hijo de un lector, después de muchos y variados tormentos, consumó su sacrificio con la decapitación.
Santos Potamón, Ortasio, Serapión y compañeros, mártires
En Alejandría, también en Egipto, santos Potamón, Ortasio y Serapión, presbíteros, y sus compañeros, todos mártires.
Santos Teodoto y Tecusa, Alejandra, Claudia, Faína, Eufrasia, Matrona y Julita, mártires
En Ancira, en Galacia, santos mártires Teodoto y su tía Tecusa, y Alejandra, Claudia, Faína, Eufrasia, Matrona y Julita, vírgenes, que, después de haber sido prostituidas por orden del gobernador, fueron arrojadas a un lago con piedras atadas al cuello.
En el territorio de Argovia, en Helvecia, beato Burcardo, presbítero, que como párroco del pueblo de Beinwil cuidó con asidua diligencia pastoral el rebaño a él confiado.
San Erico IX, mártir
En Upsala, ciudad de Suecia, san Erico IX, rey y mártir, que durante su reinado gobernó sabiamente al pueblo, veló por los derechos de las mujeres y envió a Finlandia al obispo san Enrique para que propagase la fe de Cristo, pero finalmente, mientras asistía a la celebración de la Misa, cayó apuñalado en una agresión de sus enemigos daneses.
Beato Guillermo, monje y presbítero
En Toulouse, junto al río Garona, beato Guillermo, presbítero de la Orden de Ermitaños de San Agustín.
Beata Blandina Merten, virgen
En Mergentheim, en Alemania, beata Blandina (María Magdalena) Merten, virgen de la Orden de Santa Úrsula, que unió a la vida contemplativa el cuidado de la formación humana y cristiana de niñas y adolescentes.
Beato Estanislao Kubski, presbítero y mártir
En el campo de concentración de Dachau, cercano a la ciudad de Munich, en Alemania, beato Estanislao Kubski, presbítero y mártir, que en tiempo de guerra entregó su espíritu por Cristo en una cámara de gas.
Beato Martín Oprzadek, presbítero y mártir
En el lugar de Hartheim, cerca de Linz, en Austria, beato Martín Oprzadek, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores y mártir, el cual, de nacionalidad polaca, en la misma época y del mismo modo alcanzó el reino celestial.
LITURGIA DE HOY
Misa de feria (blanco) o de la memoria (rojo).
MISAL: para la feria ants. y oracs. props. / para la memoria 1.ª orac. prop. y el resto del común de mártires (para un mártir en TP) o de pastores (para un papa), o de la feria; Pf. Pasc. o de la memoria.
LECC.: vol. II.
- Hch 15, 1-6. Se decidió que subieran a Jerusalén a consultar a
los apóstoles y presbíteros sobre esta controversia.
- Sal 121. R. Vamos alegres a la casa del Señor.
- Jn 15, 1-8. El que permanece en mí y yo en él, ese da fruto
abundante.
o bien: cf. vol. IV.
Liturgia de las Horas: oficio de
feria o de la memoria.
Martirologio: elogs. del 19 de mayo,
pág. 316.
CALENDARIOS: Esclavas del Sagrado Corazón: Santa Rafaela María Porras (S).
Josefinos de Murialdo: San Leonardo Murialdo, presbítero (S). Familia
Salesiana: (ML).
Siervas de Jesús de la Caridad: Santa María Josefa del Sagrado
Corazón Sancho de Guerra, virgen (S). Bilbao: (MO).
Vitoria: Santa María Josefa del Sagrado Corazón Sancho de Guerra, virgen (ML), o san Juan I, papa (ML).
Barbastro-Monzón y Córdoba: Dedicación de la iglesia-catedral (F).
OFM Cap.: San Félix de Cantalicio, religioso (F). Familia Franciscana y Hermanas de la Cruz: (ML).
Tarragona: San Próspero, obispo (MO).
Orden de San Juan de Jerusalén: Beato Gerardo Mecatti de Villamagna, religioso (MO).
Agustinos: Beato Guillermo de Tolosa, presbítero (ML).
Prelatura de la Santa Cruz y Opus Dei: Beata Guadalupe Ortiz de Landázuri (ML).
Mallorca: Aniversario de la muerte de Mons. Teodoro Úbeda Gramage,
obispo (2003).
Antífona de entrada Cf. Sal 70, 8. 23
Llena estaba mi boca de tu
alabanza para poder cantar. Te aclamarán mis labios, Señor. Aleluya.
Oh, Dios, que amas la inocencia
y la devuelves a quien la ha perdido,
atrae hacia ti los corazones de tus siervos,
para que nunca se aparten de la luz de tu verdad
los que han sido liberados de las tinieblas del error.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Oración colecta propia, y el resto de la feria de Pascua.
Monición de entrada
Hacemos memoria en esta celebración de san Juan I, papa y mártir, que nació
en Italia a finales del siglo V. Víctima de la hostilidad y los celos del
emperador arriano Teodorico y obligado por él a permanecer en la ciudad de
Rávena, murió allí tal día como hoy en el año 526 a causa de los malos tratos
recibidos.
Oh, Dios, recompensa de las almas fieles,
que has consagrado este día con el martirio del papa san Juan,
escucha las oraciones de tu pueblo
y concédenos imitar la constancia en la fe
de aquel cuyos méritos veneramos.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (Hch 15, 1-6)
En aquellos días, unos que bajaron de Judea se pusieron a enseñar a los
hermanos que, si no se circuncidaban conforme al uso de Moisés, no podían
salvarse. Esto provocó un altercado y una violenta discusión con Pablo y
Bernabé; y se decidió que Pablo, Bernabé y algunos más de entre ellos subieran a
Jerusalén a consultar a los apóstoles y presbíteros sobre esta controversia.
Ellos, pues, enviados por la Iglesia provistos de lo necesario, atravesaron
Fenicia y Samaría, contando cómo se convertían los gentiles, con lo que
causaron gran alegría a todos los hermanos. Al llegar a Jerusalén, fueron
acogidos por la Iglesia, los apóstoles y los presbíteros; ellos contaron lo que
Dios había hecho con ellos.
Pero algunos de la secta de los fariseos, que habían abrazado la fe, se levantaron, diciendo:
«Es necesario circuncidarlos y ordenarles que guarden la ley de Moisés».
Los apóstoles y los presbíteros se reunieron a examinar el asunto.
Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL (Sal 121, 1bc-2. 3-4b. 4c-5 [R.: cf. 1bc])
R. Vamos alegres a la casa del Señor
R. Vamos alegres a la casa del Señor
V. ¡Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando nuestro pies
tus umbrales, Jerusalén.
R. Vamos alegres a la casa del Señor.
V. Jerusalén está fundada
como ciudad bien compacta.
Allá suben las tribus,
las tribus del Señor.
R. Vamos alegres a la casa del Señor.
V. Según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia,
en el palacio de David.
R. Vamos alegres a la casa del Señor.
╬ Lectura del
santo Evangelio según san Juan (Jn 15, 1-8)
R. Gloria a ti, Señor.
EN AQUEL TIEMPO, dijo Jesús a sus discípulos:
«Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento que no da fruto en mí lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto.
Vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros
Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.
Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden.
Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará.
Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis
discípulos míos».
Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Papa Francisco, Ángelus 27-diciembre-2017
Cristo resucitado, de hecho, es el Señor y es el único
mediador entre Dios y los hombres, no solamente en la hora de nuestra muerte,
sino también en cada instante de la vida: sin Él no podemos hacer nada (cf. Jn
15, 5). Por lo tanto, también nosotros (...) podemos rezar así: «Señor, Jesús,
te confiamos nuestro espíritu, acógelo», para que nuestra existencia sea
realmente una vida buena según el Evangelio.
Jesús es nuestro mediador y nos reconcilia no solamente con el Padre, sino también entre nosotros. Él es la fuente de amor, que nos abre a la comunión con los hermanos, a amarnos entre nosotros, eliminando cada conflicto y resentimiento. Sabemos que los resentimientos son algo feo, hacen tanto daño ¡y nos hacen tanto daño! Y Jesús elimina todo esto y hace que nos amemos. Este es el milagro de Jesús. Pidamos a Jesús, nacido por nosotros, que nos ayude a asumir este doble comportamiento de confianza en el Padre y de amor por el prójimo; es un comportamiento que transforma la vida y la hace más hermosa, más fructuosa.
Pensamientos para el Evangelio de hoy
«Donde está Jesucristo allí está la Iglesia Católica» (San Ignacio de Antioquía).
«Nosotros somos los sarmientos. Los sarmientos no son autosuficientes, sino que dependen totalmente de la vid, en donde se encuentra la fuente de su vida» (Francisco).
«Desde el comienzo, Jesús asoció a sus discípulos a su vida; les reveló el Misterio del Reino; les dio parte en su misión, en su alegría y en sus sufrimientos. Jesús habla de una comunión todavía más íntima entre Él y los que le sigan: ‘Permaneced en Mí, como yo en vosotros... Yo soy la vid y vosotros los sarmientos’ (Jn 15,4-5). Anuncia una comunión misteriosa y real entre su propio cuerpo y el nuestro» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 787).
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