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- Rezo del Santo Rosario, (a las 20.00 h.), Mes de María (día 31) y Eucaristía de la Visitación de la Virgen, (a las 20,30 h.).
NOTICIAS DE ACTUALIDAD
Carta de Mons. Santiago Gómez Sierra, obispo de Huelva
El martes 31 de mayo, al concluir el mes de María, a las 18 horas, el Papa Francisco rezará el Rosario ante la imagen de María Reina de la Paz en la Basílica de Santa María la Mayor de Roma, pidiendo el fin de la guerra en Ucrania y de otras guerras activas en el mundo. Así el Santo Padre quiere ofrecer un signo de esperanza al mundo, que sufre profundamente herido por la violencia.
Además, los santuarios internacionales de todo el mundo participarán en esta oración y rezarán el Rosario al mismo tiempo. También, toda la Iglesia está invitada a unirse al Papa Francisco en esta oración a la Reina de la Paz.
Exhorto a las comunidades religiosas de la diócesis y a los párrocos a que inviten a los fieles a abrazar esta iniciativa del Santo Padre, convocándolos el mismo día y a la misma hora, ante la imagen de la Santísima Virgen que concite la mayor devoción, a rezar el Rosario, pidiendo por la paz en Ucrania y en todo el mundo.
Yo mismo me uniré al rezo de este Rosario desde el Santuario Nacional de la Virgen del Rocío, el martes 31 de mayo, a las 18 horas, celebrando a continuación la Eucaristía.
SANTORAL DE HOY
Elogio: Fiesta de la Visitación de la Bienaventurada Virgen María, con motivo de su viaje al encuentro de su prima Isabel, que estaba embarazada de un hijo en su ancianidad, y a la que saludó. Al encontrarse gozosas las dos futuras madres, el Redentor que venía al mundo santificó a su precursor, que aún estaba en el seno de Isabel, y al responder María al saludo de su prima, exultante de gozo en el Espíritu Santo, glorificó a Dios con el cántico de alabanza del Magníficat.
Otros santos de este día:
Santa Petronila, virgen y mártir
En Roma, en el cementerio de Domitila, en la vía Ardeatina, santa Petronila, virgen y mártir.
San Hermias, mártir
Junto a Comana (Gumenek), en el Ponto, san Hermias, soldado y mártir.
Santos Cancio, Canciano y Cancianila, mártires
En Aquilea, en el territorio de Venecia, santos Cancio, Canciano y Cancianila, mártires, que, detenidos por el perseguidor mientras huían de la ciudad en un carromato, finalmente fueron condenados al suplicio.
San Silvio de Toulouse, obispo
En la población de Toulouse, en la Galia Narbonense, san Silvio, obispo, que comenzó la construcción de una basílica para instalar dignamente el sepulcro de san Saturnino.
Beato Jacobo Salomoni, religioso presbítero
En Forlí, en la Emilia, beato Jacobo Salomoni, presbítero, que, siendo aún adolescente, fallecido su padre e ingresada su madre en las monjas cistercienses, distribuyó sus bienes entre los pobres y entró en la Orden de Predicadores, donde resplandeció durante cuarenta y cinco años como amigo de los pobres y hombre de paz, dotado de insignes carismas.
Santa Bautista Varano, abadesa
En Camerino, en el Piceno, santa Bautista (Camila) Varano, abadesa del monasterio de Clarisas fundado por su mismo padre, donde experimentó grandes tribulaciones y también místicas consolaciones.
Beatos Roberto Thorpe y Tomás Watkinson, mártires
En York, en Inglaterra, beatos Roberto Thorpe, presbítero, y Tomás Watkinson, que fueron condenados a muerte en tiempo de la reina Isabel I, el primero por ser sacerdote y el segundo, padre de familia de edad avanzada, por haber prestado muchas veces ayuda a los sacerdotes. Ambos recibieron, a un mismo tiempo, la corona del martirio en el patíbulo.
Beato Nicolás Barré, presbítero y fundador
En París, en Francia, beato Nicolás Barré, presbítero, el cual, siendo maestro en teología y célebre educador de almas en el espíritu del Evangelio, instituyó en toda Francia las Escuelas Cristianas y de Caridad, así como el Instituto de Hermanas del Niño Jesús, para impartir educación gratuita a los hijos del pueblo.
San Félix Amoroso, religioso
En Nicosia, lugar de Sicilia, san Félix (Jacobo) Amoroso, religioso, que, tras haber sido rechazado durante diez años, finalmente ingresó en la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos, donde desempeñó humildísimos oficios con sencillez e inocencia de corazón.
Beato Mariano de Roccacasale, religioso
En el pueblo de Bellegra, en los alrededores de Roma, beato Mariano de Roccacasale, religioso de la Orden de los Hermanos Menores, que, cumpliendo el oficio de portero, abrió la puerta del convento a los pobres y a los peregrinos, a quienes con suma caridad atendía en todo.
San Noé Mawaggali, mártir
En el lugar de Mityana, en Uganda, san Noé Mawaggali, mártir, que, siendo servidor del rey, iniciada la persecución rehusó impávido emprender la fuga y ofreció voluntariamente su pecho a las lanzas de los soldados, quienes, tras atravesárselo, lo colgaron de un árbol hasta que entregó el espíritu por Cristo.
LITURGIA DE HOY
DIRECTORIO SOBRE LA PIEDAD POPULAR Y LA LITURGIA
La novena de Pentecostés
155. La Escritura da testimonio de que en los nueve días entre la Ascensión y Pentecostés, los Apóstoles "permanecían unidos y eran asiduos en la oración, junto con algunas mujeres y con María, la Madre de Jesús, y con sus hermanos" (Hech 1, 14), en espera de ser "revestidos con el poder de lo alto" (Lc 24, 49). De la reflexión orante sobre este acontecimiento salvífico ha nacido el ejercicio de piedad de la novena de Pentecostés, muy difundido en el pueblo cristiano.
En realidad, en el Misal y en la Liturgia de las Horas, sobre todo en las Vísperas, esta "novena" ya está presente: los textos bíblicos y eucológicos se refieren, de diversos modos, a la espera del Paráclito. Por lo tanto, en la medida de lo posible, la novena de Pentecostés debería consistir en la celebración solemne de las Vísperas. Donde esto no sea posible, dispóngase la novena de Pentecostés de tal modo que refleje los temas litúrgicos de los días que van de la Ascensión a la Vigilia de Pentecostés.
En algunos lugares se celebra durante estos días la semana de oración por la unidad de los cristianos.
Fiesta de la Visitación de la Bienaventurada Virgen María, con motivo de su viaje al encuentro de su prima Isabel, que estaba embarazada de un hijo en su ancianidad, y a la que saludó. Al encontrarse gozosas las dos futuras madres, el Redentor que venía al mundo santificó a su precursor, que aún estaba en el seno de Isabel, y al responder María al saludo de su prima, exultante de gozo en el Espíritu Santo, glorificó a Dios con el cántico de alabanza del «Magníficat» (elog. del Martirologio Romano).
Misa de la fiesta (blanco).
MISAL: ants. y oracs. props., Gl., Pf. II de BVM. No se puede decir la PE IV.
LECC.: vol. IV.
- Sof 3, 14-18. El rey de Israel, el Señor, está en medio de ti.
o bien: Rom 12, 9-16b. Compartid las necesidades de los santos; practicad la hospitalidad.
- Salmo: Is 12, 2-6. R. Es grande en medio de ti el Santo de Israel.
- Lc 1, 39-56. ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?
Liturgia de las Horas: oficio de la fiesta. Te Deum.
Martirologio: elogs. del 1 de junio, pág. 341.
CALENDARIOS: Hospitalarias del Sagrado Corazón de Jesús: Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Jesús (S).
Salesas: Visitación de la bienaventurada Virgen María (S).
Monición de entrada
Celebramos hoy la fiesta de la Visitación de la bienaventurada Virgen María, con motivo del encuentro con su prima santa Isabel, que estaba embarazada en su ancianidad. Al encontrarse gozosas las dos futuras madres, el Redentor que venía al mundo santificó a su precursor, Juan Bautista, que aún estaba en el seno de Isabel. Al responder María al saludo de su prima, exultante de gozo en el Espíritu Santo, glorificó a Dios con el cántico de alabanza del Magníficat.
Se dice Gloria.
Oración colecta
Dios todopoderoso y eterno,
que inspiraste a la Virgen María,
cuando llevaba en su seno a tu Hijo, visitar a Isabel,
concédenos que, dóciles al soplo del Espíritu,
podamos siempre cantar con ella tus maravillas.
Por nuestro Señor Jesucristo.
LECTURAS DE LA MISA
Audio y comentario del Evangelio de hoy
Lectura de la profecía de Sofonías (So 3, 14-18)
ALÉGRATE, hija de Sión, grita de gozo, Israel,
regocíjate y disfruta con todo tu ser, hija de Jerusalén.
El Señor ha revocado tu sentencia,
ha expulsado a tu enemigo.
El rey de Israel, el Señor,
está en medio de ti,
no temas mal alguno.
Aquel día se dirá a Jerusalén:
«¡No temas! ¡Sión, no desfallezcas!».
El Señor, tu Dios, está en medio de ti,
valiente y salvador;
se alegra y se goza contigo,
te renueva con su amor;
exulta y se alegra contigo
como en día de fiesta.
Acabé con tu mal,
con el peso de tu oprobio.
Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (Rom 12, 9-16b)
HERMANOS:
Que vuestro amor no sea fingido; aborreciendo lo malo, apegaos a lo bueno.
Amaos cordialmente unos a otros; que cada cual estime a los otros más que a si mismo; en la actividad, no seáis negligentes; en el espíritu, manteneos fervorosos, sirviendo constantemente al Señor.
Que la esperanza os tenga alegres; manteneos firmes en la tribulación, sed asiduos en la oración; compartid las necesidades de los santos; practicad la hospitalidad.
Bendecid a los que os persiguen; bendecid, sí, no maldigáis.
Alegraos con los que están alegres; llorad con los que lloran.
Tened la misma consideración y trato unos con otros, sin pretensiones de grandeza, sino poniéndoos al nivel de la gente humilde.
Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL (Is 12, 2-3. 4bcd. 5-6 [R.: 6])
V. «El Señor es mi Dios y salvador:
confiaré y no temeré,
porque mi fuerza y mi poder es el Señor,
él fue mi salvación».
Y sacaréis aguas con gozo
de las fuentes de la salvación.
R. Es grande en medio de ti el Santo de Israel.
V. «Dad gracias al Señor,
invocad su nombre,
contad a los pueblos sus hazañas,
proclamad que su nombre es excelso».
R. Es grande en medio de ti el Santo de Israel.
V. Tañed para el Señor, que hizo proezas,
anunciadlas a toda la tierra;
gritad jubilosos, habitantes de Sión:
porque es grande medio de ti el Santo de Israel.
R. Es grande es en medio de ti el Santo de Israel.
R. Gloria a ti, Señor.
EN AQUELLOS DÍAS, María se levantó y puso en camino de prisa hacia la montaña, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.
Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y, levantando la voz exclamó:
«¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Pues, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Bienaventurada la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor se cumplirá».
porque ha mirado la humildad de su esclava”.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí:
“su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación”.
dispersa a los soberbios de corazón,
“derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
-como lo había prometido a “nuestros padres”-
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre».
Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Del Papa Francisco, Ángelus 15-agosto-2015
El cántico de la Virgen nos deja también intuir el sentido cumplido de la historia de María: si la misericordia del Señor es el motor de la historia, entonces no podía «conocer la corrupción del sepulcro la mujer que, por obra del Espíritu, concibió en su seno al autor de la vida, Jesucristo» (Prefacio). Todo esto no tiene que ver sólo con María. Las «cosas grandes» hechas en Ella por el Todopoderoso nos tocan profundamente, nos hablan de nuestro viaje en la vida, nos recuerdan la meta que nos espera: la casa del Padre. Nuestra vida, vista a la luz de María asunta al Cielo, no es un deambular sin sentido, sino una peregrinación que, aun con todas sus incertidumbres y sufrimientos, tiene una meta segura: la casa de nuestro Padre, que nos espera con amor.
Pensamientos para el Evangelio de hoy
«Corazón Dulcísimo de María, da fuerza y seguridad a nuestro camino en la tierra: sé tú misma nuestro camino, porque tú conoces la senda y el atajo cierto que llevan, por tu amor, al amor de Jesucristo» (San Josemaría).
«En esta fiesta contemplamos a María. Ella nos abre a la esperanza, a un futuro lleno de alegría y nos enseña el camino para alcanzarlo: acoger en la fe a su Hijo; no perder nunca la amistad con Él, sino dejarnos iluminar y guiar por su Palabra» (Benedicto XVI).
«Sólo la fe puede adherir a las vías misteriosas de la omnipotencia de Dios. Esta fe se gloría de sus debilidades con el fin de atraer sobre sí el poder de Cristo. De esta fe, la Virgen María es el modelo supremo: ella creyó que ‘nada es imposible para Dios’ (Lc 1,37) y pudo proclamar las grandezas del Señor: ‘El Poderoso ha hecho en mi favor maravillas, Santo es su nombre’ (Lc 1,49)» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 273).
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