EXALTACIÓN DE LA SANTA CRUZ, fiesta
PROGRAMA PARROQUIAL:
MARTES, 14 DE SEPTIEMBRE
- Horario de la
parroquia: abierta de 10.00 h. a 13.30 h. y de 18.00 h. a 22.00 h.
- Horario de
despacho: de lunes a viernes, de 10.30 h. a 13.30 h y de 18.00 h. a 21.00 h.
- Rezo del Santo Rosario (a las 20.00 h.) y Eucaristía de la Exaltación de la Santa Cruz (a las 20.30 h.)
NOTICIAS DE ACTUALIDAD
Uno de los momentos culminantes de la visita apostólica del Papa Francisco con la celebración de la Divina Liturgia Bizantina en memoria de los mártires greco-católicos que tiene lugar en la plaza de la Mestská športová hala de Prešov.
Bratislava acoge al Papa en su segunda jornada de Visita Apostólica
Vatican News comparte un video que resume la abultada agenda de Francisco en la capital eslovaca, donde encontró autoridades civiles y religiosas, y a representantes de la comunidad judía.
Elogio: Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, que al día siguiente de la dedicación de la basílica de la Resurrección, erigida sobre el Sepulcro de Cristo, es ensalzada y venerada como trofeo pascual de su victoria y signo que aparecerá en el cielo, anunciando a todos la segunda Venida.
Refieren a este santo: Santa Elena.
Otros santos de este día:
En Roma, en la vía Apia, en la
cripta de Lucina del cementerio de Calixto, sepultura de san Cornelio, papa y
mártir, que se opuso firmemente a la escisión de Novaciano, y con gran espíritu
de caridad recuperó a la plena comunión con la Iglesia a muchos cristianos
caídos en la herejía. Padeció al final el destierro en Civitavecchia, lugar de
Toscana, por parte del emperador Galo, y sufrió lo indecible en palabras de san
Cipriano. Su memoria se celebra pasado mañana.
En Cartago, de la África romana,
pasión de san Cipriano, obispo muy esclarecido en santidad y doctrina, que
gobernó sabiamente la Iglesia en tiempos difíciles, consolidó la fe de los
cristianos en medio de tribulaciones, y, en tiempo del emperador Galieno,
después de sufrir un penoso exilio, consumó su fe en el martirio, decapitado
por orden del procónsul ante gran concurrencia de pueblo. Su memoria se celebra
también pasado mañana.
En Colonia Agripina, de
Germania, san Materno, obispo, que convirtió a la fe de Cristo a gentes de
Tongres, Colonia y Tréveris.
En Cumana del Ponto, muerte de
san Juan Crisóstomo, obispo, cuya memoria se relató ayer.
En el monasterio de Bellevaux,
en la región de Besançon, en Francia, tránsito de san Pedro, obispo, que,
siendo abad cisterciense, fue promovido a la sede de Tarantasia, rigiéndola con
fervorosa diligencia y esforzado fomento de la concordia entre los pueblos.
En Tolemaida, en Palestina,
cerca de la actual Haifa, san Alberto (de Castro Gualteri), obispo, que,
trasladado de la Iglesia de Vercelli a la de Jerusalén, dio una Regla a los
eremitas del monte Carmelo, y que mientras celebraba la fiesta de la Santa Cruz
fue asesinado por la espada de un malvado, a quien había reprendido.
En la localidad de Eben, en el
Tirol, santa Notburga, virgen, cuya dedicación a las labores domésticas y al
servicio de Cristo en los pobres fue ejemplo de santidad para sus compatriotas.
En Foggia, Italia, beata María
Celeste del Santísimo Salvador, en el siglo Julia Crostarosa, virgen y
fundadora de la Orden del Santísimo Redentor (Madres redentoristas).
En el mar, frente a la costa de
Rochefort, en Francia, beato Claudio Laplace, presbítero y mártir, que,
encarcelado en una nave de transporte anclada, debido a su condición de
sacerdote, en tiempo de la Revolución Francesa murió por inanición y contagio.
En la ciudad de Chengdu, en la
provincia china de Sichuan, san Gabriel Taurino Dufresse, obispo y mártir,
decapitado cruelmente después de una plena dedicación a la actividad
ministerial durante cuarenta años.
LITURGIA
DE HOY
Antífona
de entrada Cf. Ga 6, 14
Nosotros
hemos de gloriarnos en la cruz de nuestro Señor Jesucristo: en él está nuestra
salvación, vida y resurrección, por él somos salvados y liberados.
Monición
de entrada
Celebramos hoy la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, que es
ensalzada y venerada como trofeo pascual de la victoria de Cristo y signo que
aparecerá en el cielo, anunciando a todos su segunda venida. Los cristianos no
exaltamos una cruz cualquiera, sino la cruz que Jesus santificó con su
sacrificio, testimonio de su inmenso amor. Por tanto, de signo de maldición, la
cruz se ha transformado en signo de bendición; de símbolo de muerte en símbolo,
por excelencia, del amor que vence el odio y la violencia, y que engendra la
vida inmortal.
Acto
penitencial
Se dice Gloria.
Oh, Dios, que para salvar al género humano
has querido que tu Unigénito soportara la cruz,
concede, a quienes hemos conocido en la tierra este misterio,
alcanzar en el cielo los premios de su redención.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Lectura del libro de los Números (Nm 21, 4b-9)
EN AQUELLOS DÍAS, el pueblo se cansó de caminar y habló contra Dios y
contra Moisés:
«¿Por qué nos has sacado de Egipto para morir en el desierto? No tenemos
ni pan ni agua, y nos da náuseas ese pan sin sustancia».
El Señor envió contra el pueblo serpientes abrasadoras, que los mordían,
y murieron muchos de Israel.
Entonces el pueblo acudió a Moisés, diciendo:
«Hemos pecado hablando contra el Señor y contra ti; reza al Señor para
que aparte de nosotros las serpientes».
Moisés rezó al Señor por el pueblo y el Señor le respondió:
«Haz una serpiente abrasadora y colócala en un estandarte:
los mordidos de serpientes quedarán sanos al mirarla».
Moisés hizo una serpiente de bronce y la colocó en un estandarte. Cuando
una serpiente mordía a alguien, este miraba a la serpiente de bronce y salvaba
la vida.
Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses (Flp 2, 6-11)
no retuvo ávidamente el ser igual a Dios;
al contrario, se despojó de sí mismo
tomando la condición de esclavo,
hecho semejante a los hombres.
Y así, reconocido como hombre por su presencia,
se humilló a sí mismo,
hecho obediente hasta la muerte,
y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo exaltó sobre todo
y le concedió el Nombre-sobre-todo-nombre;
de modo que al nombre de Jesús
toda rodilla se doble
en el cielo, en la tierra, en el abismo,
y toda lengua proclame:
Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL (Sal 77, 1-2. 34-35. 36-37. 38 [R.: Cf. 7b])
R. No olvidéis las acciones del Señor.
V. Escucha, pueblo mío, mi enseñanza;
inclina el oído a las palabras de mi boca:
que voy a abrir mi boca a las sentencias,
para que broten los enigmas del pasado.
R. No olvidéis las acciones del Señor.
V. Cuando los hacía morir, lo buscaban,
y madrugaban para volverse hacia Dios;
se acordaban de que Dios era su roca,
el Dios altísimo su redentor.
R. No olvidéis las acciones del Señor.
V. Lo adulaban con sus bocas,
pero sus lenguas mentían:
su corazón no era sincero con él,
ni eran fieles a su alianza.
R. No olvidéis las acciones del Señor.
V. Él, en cambio, sentía lástima,
perdonaba la culpa y no los destruía:
una y otra vez reprimió su cólera,
y no despertaba todo su furor.
R. No olvidéis las acciones del Señor.
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos: porque con tu cruz has redimido el mundo. R.
EVANGELIO
Tiene que ser elevado el Hijo del hombre
R. Gloria a ti, Señor.
EN AQUEL TIEMPO, dijo Jesús a Nicodemo:
«Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre.
Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser
elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna.
Porque tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo
el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna.
Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para
que el mundo se salve por él.
El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque
no ha creído en el nombre del Unigénito de Dios».
Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Del
Catecismo de la Iglesia Católica
617 "Sua
sanctissima passione in ligno crucis nobis justificationem meruit" ("Por
su sacratísima pasión en el madero de la cruz nos mereció la
justificación") enseña el Concilio de Trento (DS 1529) subrayando el
carácter único del sacrificio de Cristo como "causa de salvación
eterna" (Hb 5, 9). Y la Iglesia venera la Cruz cantando: "O
crux, ave, spes unica" ("Salve, oh cruz, única
esperanza", himno "Vexilla Regis").
2015 El camino
de la perfección pasa por la cruz. No hay santidad sin renuncia y sin combate
espiritual (cf 2Tm 4). El progreso espiritual implica la ascesis y la
mortificación que conducen gradualmente a vivir en la paz y el gozo de las
bienaventuranzas:
"El que asciende no cesa nunca de ir de comienzo en comienzo
mediante comienzos que no tienen fin. Jamás el que asciende deja de desear lo
que ya conoce" (S. Gregorio de Nisa, hom. in Cant. 8).
2427 El
trabajo humano procede directamente de personas creadas a imagen de Dios y
llamadas a prolongar, unidas y para mutuo beneficio, la obra de la creación
dominando la tierra (cf Gn 1, 28; GS 34; CA 31). El trabajo es, por tanto, un
deber: "Si alguno no quiere trabajar, que tampoco coma" (2Ts 3, 10;
cf. 1Ts 4, 11). El trabajo honra los dones del Creador y los talentos
recibidos. Puede ser también redentor. Soportando el peso del trabajo (cf Gn 3,
14-19), en unión con Jesús, el carpintero de Nazaret y el crucificado del
Calvario, el hombre colabora en cierta manera con el Hijo de Dios en su Obra
redentora. Se muestra discípulo de Cristo llevando la Cruz cada día, en la
actividad que está llamado a realizar (cf LE 27). El trabajo puede ser un medio
de santificación y una animación de las realidades terrenas en el espíritu de
Cristo.
Oración
de los fieles
Jesucristo es Señor para gloria de Dios Padre: él es nuestro único
mediador y sacerdote, al ofrecer una vez y para siempre su sacrificio en la
cruz. Que él, resucitado, interceda ante el Padre por la Iglesia orante en la
tierra.
- Para
que, por el poder de la cruz de Cristo, el Padre conceda a la Iglesia la
firmeza en la fe, el valor de la esperanza, la entrega en el amor. Oremos al
Señor.
- Para
que, por la eficacia salvífica de la cruz de Cristo, el Señor conceda la paz y
la reconciliación entre todos los hombres de buena voluntad. Oremos al Señor.
- Para
que, por la cruz salvadora, el Padre sostenga a los enfermos, dé fortaleza y
aliento a los oprimidos, conforte a cuantos comparten la pasión de Cristo.
Oremos al Señor.
- Para
que, por la cruz redentora, robustezca a cuantos predican el Evangelio en
tierras lejanas y en los sectores más alejados de la Iglesia. Oremos al Señor.
- Para
que, por la fuerza de la cruz del Señor, el Padre otorgue a cuantos con ella
hemos sido marcados con el Espíritu de fortaleza y de paciencia, de paz y de
amor. Oremos al Señor.
que levantaste sobre todo a tu Hijo,
obediente hasta la muerte y muerte de cruz,
escucha la oración de todos los que creemos en él
y queremos seguir su camino de entrega,
de sacrificio por amor a ti y a nuestros hermanos.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Señor, que nos limpie de toda culpa esta oblación,
la misma que en el ara de la cruz
quitó el pecado del mundo entero.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
La victoria de la Cruz gloriosa
R. Santo, Santo, Santo...
Antífona
de la comunión Cf. Jn 12, 32
Cuando yo
sea elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí, dice el Señor.
Alimentados en tu sagrado banquete,
te pedimos, Señor Jesucristo,
que lleves a la gloria de la resurrección
a los que has redimido mediante el leño de la cruz vivificadora.
Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Se puede usar la fórmula de bendición
solemne.
que en la pasión de su Hijo os ha dado ejemplo de amor,
os conceda, por vuestra entrega a Dios y a los hombres, la mejor de sus bendiciones.
R. Amén.
Y que gracias a la muerte temporal de Cristo,
que alejó de vosotros la muerte eterna,
obtengáis el don de una vida sin fin.
R. Amén.
Y así, imitando su ejemplo de humildad,
participéis un día en su resurrección gloriosa.
R. Amén.
Y la bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo ✠ y Espíritu Santo,
descienda sobre vosotros y os acompañe siempre.
R. Amén.
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