16 de septiembre - JUEVES DE LA XXIV SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, Santos Cornelio, papa, y Cipriano, obispo, mártires, (MO)

 


   
JUEVES DE LA XXIV SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO,
Santos Cornelio, papa, y Cipriano, obispo, mártires, (MO)


PROGRAMA PARROQUIAL:
JEUEVES, 16 DE SEPTIEMBRE

- Horario de la parroquia: abierta de 10.00 h. a 13.30 h. y de 18.00 h. a 22.00 h.

- Horario de despacho: de lunes a viernes, de 10.30 h. a 13.30 h y de 18.00 h. a 21.00 h.

- Rezo del Santo Rosario (a las 20.00 h.) y Eucaristía de la XXIV Semana del T.O. (a las 20.30 h.)


NOTICIAS DE ACTUALIDAD 


Francisco concluyó su viaje apostólico
a Budapest y Eslovaquia

Este 34º Viaje Internacional del Papa Francisco, con el que suma 54 países visitados hasta el momento, fue una peregrinación al corazón de Europa, durante la que el Sucesor de Pedro abordó temas de interés para todo el continente. Y, sobre todo, fue "un viaje espiritual", que comenzó con la adoración de la Eucaristía y concluyó con la invocación orante a la Virgen de los Dolores que, en este siglo, no ha dejado de velar por las tierras eslavas heridas por el totalitarismo.







SANTORAL DE HOY

Santos Cornelio, papa, y
Cipriano, obispo, mártires
(† 252, 258)


Elogio: Memoria de san Cornelio, papa, y san Cipriano, obispo, mártires, acerca de los cuales el catorce de septiembre se relata la sepultura del primero y la pasión del segundo. Juntos son celebrados en esta memoria por todo el orbe cristiano, porque, en días de persecución, ambos testimoniaron su amor por la verdad indefectible ante Dios y el mundo.

Otros santos de este día:

   Santa Eufemia, mártir

En Calcedonia, en Bitinia, santa Eufemia, virgen y mártir; que, según tradición, después de sufrir bajo el emperador Diocleciano y el procónsul Prisco numerosas torturas por Cristo, al final de su combate alcanzó la corona de la gloria.

   Santos Abundio y compañeros, mártires

En el monte Soratte, cerca de la vía Flaminia, en el Lacio, santos Abundio y compañeros, mártires.

   Santos Víctor, Félix, Alejandro y Papías, mártires

En Roma, en la vía Nomentana ad Capream, en el cementerio mayor, santos Víctor, Félix, Alejandro y Papías, mártires.

   * San Prisco de Nocera, obispo y mártir

En Nocera, en la Campania, san Prisco, obispo y mártir, a quien san Paulino de Nola dedicó loas poéticas.

   San Niniano de Galloway, obispo

En Cándida Casa, actual Whitehorn, en la región de Galloway, en Escocia, conmemoración de san Niniano, obispo, bretón de nacimiento, que llevó el pueblo de los pictos a la verdad de la fe, y fundó allí una sede episcopal.

   Santos Rogelio y Servideo, mártires

En Córdoba, en la región hispánica de Andalucía, santos Rogelio, monje anciano, y el joven Servideo (`Abdallah), que, procedentes de Oriente, predicaron con audacia a Cristo entre los sarracenos, por lo cual, condenados a muerte, sin ápice de tristeza, amputadas piernas y manos, fueron finalmente decapitados.

   * Santa Ludmila, mártir

En Praga, en el territorio de Bohemia, santa Ludmila, mártir, duquesa de Bohemia, que, como responsable de la educación de su nieto san Wenceslao, procuró infundir en su ánimo el amor de Cristo, y perseveró hasta morir estrangulada por la conjuración de su nuera Drahomira y otros nobles paganos.

   Santa Edita, virgen

En Wilton, en Inglaterra, santa Edita, virgen, hija del rey de los anglos, que desde su más temprana edad se consagró a Dios en un monasterio, ignorando, más que abandonando, el mundo.

   Beato Víctor III, papa

En Montecasino, tránsito del beato Víctor III, papa, el cual, después de regir sabiamente durante treinta años el célebre monasterio y enriquecerlo magníficamente, fue elegido para gobernar la Iglesia Romana.

   * San Vital, abad

En Savigny, de Normandía, en la Galia, san Vital, abad, que, dejadas las ocupaciones seculares, se entregó en la soledad al cultivo de la observancia rigurosa, y ganó muchos seguidores para el monasterio que él mismo había fundado.

   * San Martín de Finojosa, abad y obispo

En el monasterio de Santa María de Huerta, en el reino de Castilla, tránsito de san Martín de Finojosa, llamado «el Sacerdote», que, siendo abad cisterciense, fue ordenado obispo de Sigüenza, sede desde la cual se esforzó por reformar el clero. Finalmente, se retiró a su propio monasterio.

   Beato Ludovico Alemán, obispo

En Salon, de la Provenza, en Francia, tránsito del beato Ludovico Alemán, obispo de Arlés, que vivió una vida de eximia piedad y penitencia.

   Beatos Domingo Shobioye, Miguel Timonoya y Pablo, mártires

En Nagasaki, en Japón, beatos Domingo Shobioye, Miguel Timonoya y su hijo Pablo, decapitados por su confesión de fe.

   San Juan Macías, religioso

En Lima, en el Perú, san Juan Macias, religioso dominico, que, dedicado por mucho tiempo a oficios humildes, atendió con diligencia a pobres y enfermos y rezó asiduamente el Rosario por las almas de los difuntos.

   San Andrés Kim Taegòn, presbítero y mártir

En Sai-Nam-Hte, en Corea, pasión de san Andrés Kim Taegòn, presbítero y mártir, que dedicado durante dos años y con gran celo a la labor sacerdotal, fue decapitado con glorioso martirio. Su memoria se celebra el veinte de septiembre.

   Beato Ignacio Casanovas, presbítero y mártir

Cerca de la localidad de Ódena, en la provincia de Barcelona, en España, beato Ignacio Casanovas, presbítero de la Orden de Clérigos Regulares de las Escuelas Pías, mártir por Cristo en la persecución religiosa durante la contienda española.

   Beatos Laureano Ferrer Cardet, Benito Ferrer Jordá y Bernardino Martínez Robles, religiosos mártires

En la localidad de Turis, en la provincia de Valencia, también en España, beatos mártires Laureano (Salvador) Ferrer Cardet, presbítero, Benito (Manuel) Ferrer Jordá y Bernardino (Pablo) Martínez Robles, religiosos, de los Terciarios Capuchinos de la Virgen de los Dolores, los cuales murieron a manos de los hombres en la misma persecución religiosa, pero recibieron de Dios el reino celestial.


LITURGIA DE HOY

Misa de la memoria (rojo).

MISAL: oracs. props., ants. del común de mártires (para vv. mártires) o de pastores, Pf. común o de la memoria. Conveniente PE I.

LECC.: vol. III-impar.
- 1 Tim 4, 12-16. Cuida de ti mismo y de la enseñanza; y te salvarás a ti mismo y a los que te escuchan.
- Sal 110. R. Grandes son las obras del Señor.
- Lc 7, 36-50. Sus muchos pecados han quedado perdonados, porque ha amado mucho.
o bien: cf. vol. IV.

Liturgia de las Horas: oficio de la memoria.

Martirologio: elogs. del 17 de septiembre, pág. 558.
CALENDARIOS: Mérida-Badajoz: San Juan Macías, religioso (MO).
Mercedarios: Beatos Mariano Alcalá Pérez, presbítero, y compañeros, mártires (MO).

 

Antífona de Entrada Sal 33, 20-21

Aunque el Justo sufra muchos males, de todos lo libra el Señor; él cuida de todos sus huesos, y ni uno solo se quebrará.

O bien: Cf. Ap 7, 14, Dan 3, 95

Estos son los que vienen de la gran tribulación: han lavado sus vestiduras en la sangre del Cordero. Por Dios entregaron sus cuerpos al suplicio y merecieron poseer la corona eterna.

 

Monición de entrada

Recordamos hoy en una misma celebración a los santos Cornelio, papa, y Cipriano, obispo de Cartago. Los dos muy unidos en vida, fueron mártires de Cristo a mediados del siglo III. El primero, muerto en el destierro; el segundo, ejecutado por la espada.
De san Cipriano nos han llegado algunos escritos: cartas pastorales y su tratado sobre la unidad de la Iglesia. Pero es sobre todo un pastor cuya influencia se deja sentir no solo en el norte de Africa sino también en las Iglesias de España.

 

Oración colecta

Oh, Dios, que has puesto al frente de tu pueblo como abnegados pastores y mártires invencibles a los santos Cornelio y Cipriano, concédenos, por su intercesión, ser fortalecidos en la fe y en la constancia para trabajar con empeño por la unidad de tu Iglesia. Por nuestro Señor Jesucristo.

 

 

PRIMERA LECTURA
Cuida de ti mismo y de la enseñanza; y te salvarás a ti mismo ya los que te escuchan

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo (1 Tim 4, 12-16)

QUERIDO HERMANO:

Que nadie te menosprecie por tu juventud; sé, en cambio, un modelo para los fieles en la palabra, la conducta, el amor, la fe, la pureza.

Hasta que yo llegue, centra tu atención en la lectura, la exhortación, la enseñanza.

No descuides el don que hay en ti, que te fue dado por intervención profética con la imposición de manos del presbiterio.

Medita estas cosas y permanece en ellas, para que todos vean cómo progresas.

Cuida de ti mismo y de la enseñanza. Sé constante en estas cosas, pues haciendo esto te salvarás a ti mismo y a los que te escuchan.

 

Palabra de Dios.

R. Te alabamos, Señor.

 

Salmo responsorial Sal 110, 7-8. 9. 10 (R.: 2a)

R. Grandes son las obras del Señor.


V. Justicia y verdad son las obras de sus manos,
todos sus preceptos merecen confianza:
son estables para siempre jamás,
se han de cumplir con verdad y rectitud.

R. Grandes son las obras del Señor.

 

V. Envió la redención a su pueblo,
ratificó para siempre su alianza.
Su nombre es sagrado y temible.

R. Grandes son las obras del Señor.

 

V. Principio de la sabiduría es el temor del Señor,
tienen buen juicio los que lo practican;
la alabanza del Señor dura por siempre.

R. Grandes son las obras del Señor.

 

Aleluya Mt 11, 28

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados -dice el Señor-, y yo os aliviaré. R.

 

 

EVANGELIO 

Sus muchos pecados han quedado perdonados, porque ha amado mucho

╬ Lectura del santo Evangelio según san Lucas (Lc 7, 36-50)

R. Gloria a ti, Señor.

 

EN AQUEL TIEMPO, un fariseo rogaba a Jesús que fuera a comer con él y, entrando en casa del fariseo, se recostó a la mesa.

En esto, una mujer que había en la ciudad, una pecadora, al enterarse de que estaba comiendo en casa del fariseo, vino trayendo un frasco de alabastro lleno de perfume y, colocándose detrás junto a sus pies, llorando, se puso a regarle los pies con las lágrimas, se los enjugaba con los cabellos de su cabeza, los cubría de besos y se los ungía con el perfume. Al ver esto, el fariseo que lo había invitado se dijo:

«Si este fuera profeta, sabría quién y qué clase de mujer es la que lo está tocando, pues es una pecadora».

Jesús respondió y le dijo:

«Simón, tengo algo que decirte».

Él contestó:

«Dímelo, Maestro».

Jesús le dijo:

«Un prestamista tenía dos deudores: uno le debía quinientos denarios y el otro cincuenta. Como no tenían con qué pagar, los perdonó a los dos. ¿Cuál de ellos le mostrará más amor?».

Respondió Simón y dijo:

«Supongo que aquel a quien le perdonó más».

Le dijo Jesús:

«Has juzgado rectamente».

Y, volviéndose a la mujer, dijo a Simón:

«¿Ves a esta mujer? He entrado en tu casa y no me has dado agua para los pies; ella, en cambio, me ha regado los pies con sus lágrimas y me los ha enjugado con sus cabellos. Tú no me diste el beso de paz; ella, en cambio, desde que entré, no ha dejado de besarme los pies. Tú no me ungiste la cabeza con ungüento; ella, en cambio, me ha ungido los pies con perfume. Por eso te digo: sus muchos pecados han quedado perdonados, porque ha amado mucho, pero al que poco se le perdona, ama poco».

Y a ella le dijo:

«Han quedado perdonados tus pecados».

Los demás convidados empezaron a decir entre ellos: «¿Quién es este, que hasta perdona pecados?».

Pero él dijo a la mujer:

«Tu fe te ha salvado, vete en paz».

Palabra del Señor.

R. Gloria a ti, Señor Jesús.


Papa Francisco, Homilía 13-marzo-2015

La llamada de Jesús nos impulsa a cada uno de nosotros a no detenerse jamás en la superficie de las cosas, sobre todo cuando estamos ante una persona. Estamos llamados a mirar más allá, a centrarnos en el corazón para ver de cuánta generosidad es capaz cada uno. Nadie puede ser excluido de la misericordia de Dios. Todos conocen el camino para acceder a ella y la Iglesia es la casa que acoge a todos y no rechaza a nadie. Sus puertas permanecen abiertas de par en par, para que quienes son tocados por la gracia puedan encontrar la certeza del perdón. Cuanto más grande es el pecado, mayor debe ser el amor que la Iglesia expresa hacia quienes se convierten. ¡Con cuánto amor nos mira Jesús! ¡Con cuánto amor cura nuestro corazón pecador! Jamás se asusta de nuestros pecados.

 

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