15 de noviembre - LUNES DE LA XXXIII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, SAN ALBERTO MAGNO (obispo y doctor de la Iglesia)


 

LUNES DE LA XXXIII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, feria
o SAN ALBERTO MAGNO, obispo y doctor de la Iglesia, (ML)

 

PROGRAMA PARROQUIAL:
LUNES, 15 DE NOVIEMBRE

- Horario de la parroquia: abierta de 10.00 h. a 13.30 h. y de 17.00 h. a 21.00 h.

- Horario de despacho: de lunes a viernes, de 10.30 h. a 13.30 h y de 17.00 h. a 20.00 h.

- Rezo del Santo Rosario (a las 19.00 h.)

HOY LUNES, MAÑANA Y PASADO NO TENDREMOS LA MISA. YA EL JUEVES SÍ

 


 NOTICIAS DE ACTUALIDAD


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  La esperanza es Cristo. Sólo Él es la Luz del mundo. , por La divina proporción


SANTORAL DE HOY

Elogio: San Alberto, llamado «Magno», obispo y doctor de la Iglesia, que ingresó en la Orden de Predicadores en París, enseñó de palabra y en sus escritos las disciplinas filosóficas y divinas, y fue maestro de santo Tomás de Aquino, uniendo maravillosamente la sabiduría de los santos con la ciencias humanas y naturales. Después se vio obligado a aceptar la sede episcopal de Ratisbona, desde la cual se esforzó asiduamente en fortalecer la paz entre los pueblos, aunque al cabo de un año prefirió la pobreza de la Orden a toda clase de honores, y murió santamente en Colonia, en la Lotaringia Germánica.

Patronazgos: patrono de teólogos, filósofos, técnicos médicos, científicos de ciencias exactas y naturales, estudiantes, escolares, mineros.

Refieren a este santo: Beato Ambrosio Sansedoni, Beato Inocencio V, Beato Jordán de Sajonia, Beato Juan de Vercelli, Santo Tomás de Aquino.


Otros santos de este día:

   Santos Fidenciano, Valeriana, Victoria y diecisiete compañeros, mártires  

En Hipona Regia, de Numidia, los veinte santos mártires cuya fe victoriosa celebró san Agustín y de los cuales solo se recuerdan los nombres del obispo Fidenciano, de Valeriana y de Victoria.

   Santos Gurias y Samonas, mártires  

En Edesa, de la región de Osroene, santos mártires Gurias, asceta, y Samonas, que bajo Diocleciano, después de prolongados y crueles tormentos, fueron condenados a muerte por el prefecto Misiano y decapitados.

   San Félix de Nola, obispo  

En Nola, de la Campania, san Félix, con cuyos cuidados pastorales y devoción se honra la ciudad.

   San Maclovio de Alet, obispo  

En Bretaña Menor, san Maclovio o Macuto, obispo de Alet, que, nacido en Cambria, murió en Saintes.

   San Desiderio de Cahors, obispo  

En Cahors, lugar de Aquitania, san Desiderio, obispo, que construyó iglesias, monasterios y edificios para el bien común, sin olvidarse de preparar las almas para su celeste Esposo, como verdaderos templos de Cristo.

   San Sidonio, abad

En Rouen, de Neustria, san Sidonio, abad, oriundo de Irlanda, que hizo vida monástica primero en Jumièges, después en el monasterio de Herio, en la isla de Noirmoutier, bajo la dirección de san Filiberto, y finalmente en el monasterio de Saint-Saens, fundado por él mismo.

   Santos Marino y Aniano, mártires

En el monte Irschenberg, en Baviera, santos Marino, obispo, y Aniano, mártires.

   San Fintano, monje  

En Rheinau, en la región de Helvecia, san Fintano, procedente de Irlanda, que vivió mucho tiempo en un monasterio, pero se recluyó después en una pequeña celda, junto a la iglesia, escondido por amor de Dios.

   San Leopoldo el Piadoso, laico  

En el cenobio de Klosterneuburg, sepultura de san Leopoldo, príncipe de ese territorio, a quien se honró, aún en vida, con el sobrenombre de «Piadoso», pues fue siempre portador de paz y amigo de los pobres y del clero.

   Beatos Hugo Faringdon, Juan Eynon y Juan Rugg, mártires  

En Reading, en Inglaterra, beatos mártires Hugo Faringdon o Cook, abad de la Orden de San Benito, Juan Eynon y Juan Rugg, presbíteros, los cuales opusieron tenaz resistencia al rey Enrique VIII, que intentaba apropiarse de la autoridad de la Iglesia, y por esa causa, acusados de traición, delante del monasterio fueron ahorcados y descuartizados.

   Beatos Ricardo Whiting, Rogelio James y Juan Thorne, mártires  

En Glastonbury, también en Inglaterra, beatos mártires Ricardo Whiting, abad, Rogelio James y Juan Thorne, presbíteros de la Orden de San Benito, que, acusados falsamente de traición y sacrilegio, durante el mismo reinado fueron ahorcados también y descuartizados.

   Beata Lucía Brocadelli, religiosa  

En Ferrara, de la Emilia, beata Lucía Broccadelli, religiosa, que tanto en el matrimonio como en el monasterio de la Tercera Orden Dominicana sobrellevó con paciencia muchos dolores y vejaciones.

   Beato Cayo Coreano, catequista mártir  

En Nagasaki, del Japón, beato Cayo Coreano, mártir, que, siendo catequista, por confesar a Cristo fue condenado a la hoguera.

   Santos Roque González y Alfonso Rodríguez, presbíteros y mártires  

En Caaró, del Paraguay, santos Roque González y Alfonso Rodríguez, presbíteros de la Orden de la Compañía de Jesús y mártires, que ganaron para Cristo a los pueblos indígenas abandonados, fundando las llamadas «reducciones», donde el trabajo y la vida social se compaginaban libremente con los valores del cristianismo, y por esto fueron asesinados a traición por el sicario de un personaje adicto a las artes mágicas.

   San José Pignatelli, religioso presbítero (1 coms.)  

En Roma, san José Pignatelli, presbítero de la Orden de la Compañía de Jesús, que trabajó mucho para reforzarla en un momento peligroso de extinción, y se significó por su caridad e integridad de costumbres, siempre con las miras puestas en la mayor gloria de Dios.

   San José Mkasa Balikuddembé, mártir  

En Mengo, lugar de Uganda, san José Mkasa Balikuddembé, mártir, que, estando al frente del palacio real, una vez recibido el bautismo ganó a muchos jóvenes para Cristo y defendió a los niños de la corte de las pasiones viciosas del rey Mwenga, por lo que el rey, enfurecido, ordenó decapitarle a los veinticinco años de edad.

   Beata María de la Pasión de Chappotin de Neuville, virgen y fundadora  

En San Remo, de la Liguria, en Italia, beata María de la Pasión (Helena) de Chappotin de Neuville, virgen, que, enamorada de la humildad y sencillez de san Francisco, fundó las Hermanas Franciscanas Misioneras de María, para el servicio de la mujer en tierras de misión.

   San Rafael de San José Kalinowski, religioso presbítero

En Wadowice, en Polonia, san Rafael de San José (José) Kalinowski, presbítero, que durante la guerra, en la insurrección del pueblo contra el opresor, fue hecho prisionero por los enemigos y deportado a Siberia; después de sufrir muchas calamidades, por fin recuperada la libertad, ingresó en la Orden de Carmelitas Descalzos, que promovió notablemente.

   Beato Miguel Díaz Sánchez, presbítero y mártir

En Almansa, Albacete, España, beato Miguel Díaz Sánchez, presbítero diocesano y mártir.


LITURGIA DE HOY

Misa de feria (verde) o de la memoria (blanco).
MISAL: para la feria cualquier formulario permitido (véase pág. 67, n. 5) / para la memoria 1.ª orac. prop. y el resto del común de pastores (para un obispo) o de doctores, o de un domingo del T.O.; Pf. común o de la memoria.
LECC.: vol. III-impar.
- 1 Mac 1, 10-15. 41-43. 54-57. 62-64. Una cólera terrible se abatió sobre Israel.
- Sal 118. R. Dame vida, Señor, para que observe tus preceptos.
- Lc 18, 35-43. «¿Qué quieres que haga por ti?» «Señor, que recobre la vista». 

o bien: cf. vol. IV.

Liturgia de las Horas: oficio de feria o de la memoria.

Martirologio: elogs. del 16 de noviembre, pág. 670.
CALENDARIOS: Bernabitas y HH. Angélicas de San Pablo: Santa María Virgen, Madre de la Divina Providencia (S). Monfortianos: (MO).
Toledo: San Eugenio de Toledo, obispo (F).
Dominicos: San Alberto Magno, obispo y doctor de la Iglesia (F).
Franciscanas Misioneros de María: Beata María de la Pasión, virgen (F).
Hijos de la Pequeña Obra de la Divina Providencia, Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad y Hermanas Sacramentinas Ciegas: Nuestra Señora de la Divina Providencia (F).
Salesianas: Beata Magdalena Morano, virgen (MO). Salesianos: (ML).
Jesuitas: San Leandro, obispo (ML).
Carmelitas: Conmemoración de todos los difuntos de la Orden.

Antífona de entrada Cf. 1 Sam 2, 35

Suscitaré un sacerdote fiel, que obre según mi corazón y mis deseos, dice el Señor.

O bien: Cf. Lc 12, 42

Este es el administrador fiel y prudente a quien el Señor pondrá al frente de su servidumbre para que reparta la ración de alimento a sus horas.

 

Monición de entrada

Conmemoramos en esta celebración a san Alberto, llamado «Magno», obispo y doctor de la Iglesia. Nació en Alemania, alrededor del año 1206. Ingresó en la Orden de Predicadores y fue maestro de santo Tomás de Aquino en la Universidad de París. Años después se vio obligado a aceptar la sede episcopal de Ratisbona, desde la cual se esforzó en fortalecer la paz entre los pueblos y, al cabo de un año, prefirió la pobreza de la Orden a toda clase de honores. Murió en Colonia el año 1280.

 

Oración colecta

Oh, Dios, que has hecho grande al obispo san Alberto Magno al conciliar la sabiduría humana con la fe divina, concédenos aceptar de tal modo el magisterio de su doctrina que, a través del progreso de las ciencias, lleguemos a conocerte y a amarte más profundamente. Por nuestro Señor Jesucristo.

 

PRIMERA LECTURA 
Una cólera terrible se abatió sobre Israel

Lectura del primer libro de los Macabeos (1 Mac 1,10-15. 41-43. 54-57. 62-64)

EN AQUELLOS DÍAS, brotó un vástago perverso Antíoco Epífanes, hijo del rey Antíoco. Había estado en Roma como rehén y subió al trono el año ciento treinta y siete de la era seléucida.

Por entonces surgieron en Israel hijos apóstatas que convencieron a muchos:

«Vayamos y pactemos con las naciones vecinas, pues desde que que nos hemos aislado de ellas nos han venido muchas desgracias».

Les gustó la propuesta y algunos del pueblo decidieron acudir al rey.

El rey les autorizó a adoptar la legislación pagana; y entonces, acomodándose a las costumbres de los gentiles, construyeron en Jerusalén un gimnasio, disimularon la circuncisión, apostataron de la alianza santa, se asociaron a los gentiles y se vendieron para hacer el mal.

El rey decretó la unidad nacional para todos los súbditos de su reino, obligando a cada uno a abandonar la legislación propia. Todas las naciones acataron la orden del rey e incluso muchos israelitas adoptaron la religión oficial: ofrecieron sacrificios a los ídolos y profanaron el sábado.

El día quince de casleu del año ciento cuarenta y cinco, el rey Antíoco mandó poner sobre el altar de los holocaustos la abominación de la desolación; y fueron poniendo aras por todas las poblaciones judías del contorno.

Quemaban incienso ante las puertas de las casas y en las plazas. Rasgaban y echaban al fuego los libros de la ley que encontraban; al que le descubrían en casa un libro de la Alianza, y a quien vivía de acuerdo con la ley, lo ajusticiaban según el decreto real.

Pero hubo muchos israelitas que resistieron, haciendo el firme propósito de no comer alimentos impuros. Prefirieron la muerte antes que contaminarse con aquellos alimentos y profanar la Alianza Santa. Y murieron.
Una cólera terrible se abatió sobre Israel.

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.


SALMO RESPONSORIAL (Sal 118, 53. 61. 134. 150. 155. 158)

R. Dame vida, Señor, para que conserve tus preceptos.
 V. Sentí indignación ante los malvados,
que abandonan tu ley.

R. Dame vida, Señor, para que conserve tus preceptos.
 
V. Los lazos de los malvados me envuelven,
pero no olvido tu ley.

R. Dame vida, Señor, para que conserve tus preceptos.
 
V. Líbrame de la opresión de los hombres,
y guardaré tus mandatos.

R. Dame vida, Señor, para que conserve tus preceptos.
 
V. Ya se acercan mis inicuos perseguidores,
están lejos de tu ley.

R. Dame vida, Señor, para que conserve tus preceptos.
 
V. La salvación está lejos de los malvados
que no buscan tus decretos.

R. Dame vida, Señor, para que conserve tus preceptos.
 
V. Viendo a los renegados, sentí asco,
porque no guardan tus palabras.

R. Dame vida, Señor, para que conserve tus preceptos.
 

Aleluya Jn 18, 12b
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Yo soy la luz del mundo -dice el Señor-; el que me sigue tendrá la luz de la vida. R.
 

EVANGELIO
«¿Qué quieres que haga por ti?». «Señor, que recobre la vista»

╬ Lectura del santo Evangelio según san Lucas ( Lc 18, 35-43)
R. Gloria a ti, Señor.

CUANDO se acercaba Jesús a Jericó, había un ciego sentado al borde del camino pidiendo limosna. Al oír que pasaba gente, preguntaba qué era aquello; y le informaron:

«Pasa Jesús el Nazareno».

Entonces empezó a gritar:

«¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!».

Los que iban delante lo regañaban para que se callara, pero él gritaba más fuerte:

«Hijo de David, ten compasión de mí!».

Jesús se paró y mandó que se lo trajeran.

Cuando estuvo cerca, le preguntó:

«¿Qué quieres que haga por ti?».

Él dijo:

«Señor, que recobre la vista».

Jesús le dijo:

«Recobra la vista, tu fe te ha salvado».

Y enseguida recobró la vista y lo seguía, glorificando a Dios. Y todo el pueblo, al ver esto, alabó a Dios.

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.


Papa Francisco, Audiencia general 15-junio-2016

El ciego pide poder ver de nuevo y su deseo es atendido: «Recobra la vista, tu fe te ha salvado» (Lc 18, 42). Él mostró su fe invocando a Jesús y queriendo encontrarse con Él de todos los modos posibles, y esto le dio como don la salvación. Gracias a la fe ahora puede ver y, sobre todo, se siente amado por Jesús. Por ello el relato termina diciendo que el ciego «lo seguía glorificando a Dios» (Lc 18, 43): se convierte en discípulo. De mendigo a discípulo, también este es nuestro camino: todos nosotros somos mendigos, todos. Siempre tenemos necesidad de salvación. Y todos nosotros, todos los días, debemos dar este paso: de mendigos a discípulos. Y así, el ciego se pone en camino siguiendo al Señor y entrando a formar parte de su comunidad. Aquel a quien querían hacer callar, ahora testimonia a gran voz su encuentro con Jesús de Nazaret, y «todo el pueblo, al verlo, alabó a Dios» (Lc 18, 43). Tiene lugar un segundo milagro: lo que sucedió al ciego hace que, al final, también la gente vea. La misma luz ilumina a todos congregándolos en la oración de alabanza. 

 

 

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