
SÁBADO DE LA
XXXIII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO,
o
SANTA MARÍA EN SÁBADO (ML)
Principio del formulario
PROGRAMA
PARROQUIAL:
SÁBADO 20, DE NOVIEMBRE
- Horario de la
parroquia: abierta de 10.00 h. a 13.30 h. y de 18.00 h. a 23.00 h.
- ERMITA DE MONTEMAYOR:
- Rezo del Santo
Rosario (a las 16.30 h.) y Eucaristía I Vísperas del Domingo de la XXXIV Semana
del Tiempo Ordinario (a las 17.00 h.).
- SAN FRANCISCO:
- Rezo del Santo
Rosario (a las 19.00 h.) y Eucaristía I Vísperas del Domingo de la XXXIV Semana
del Tiempo Ordinario (a las 19.30 h.).
- Eucaristía – Comunidades
Neocatecumenales (a las 20.30 h.).
NOTICIAS DE ACTUALIDAD

Portada
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La fulminante conversión de Alessio,
que pasará 30 años en la cárcel
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Está
en prisión por asesinato: el obispo le tomó allí tres votos que ha hecho para
expiar su crimen
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Abusos al inicio, soledad al final:
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¿Por
qué algunos gays no temen desvelar el «lado oscuro» de la vida homosexual?
Una interpretación
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La película de dibujos sobre la Virgen
de Guadalupe trata bien al sabio obispo franciscano
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El
buen obispo Zumárraga, que molesta a izquierdas y nacionalistas, un gran
personaje en «Tepeyac»
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«Soy fuego»: así era el
padre Henry
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La vida religiosa vista
por un dominico
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Sarah: qué le espera a
la Iglesia en Europa
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Si Dios te pide un
imposible... hazlo
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Corrección política:
así fue el congreso
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ReL 2021 por «Madre Patria»: «Defender la verdad es deber de todo cristiano»
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A los 14 años trabajaba
en una fábrica, con 37 se doctora en Roma: la historia de un cura de aldea
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«La violencia contra
cristianos en la India debe ser perseguida», denuncia el premiado padre
Prakash
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Youtube cierra La
Contra TV, un canal con una cosmovisión cristiana que tiene 300.000 suscriptores
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Opinión
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La respuesta a la
cancelación , por Rafael Sánchez Saus
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Hoy el reto del amor es
descubrir el “sabor” de quien tienes al lado. , por El Reto
Del Amor
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Pequeños potentes.
Comentario para Matrimonios: Lucas 19, 45-48 , por
ProyectoAmorConyugal.es
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Elogio: En Inglaterra, san Edmundo, mártir, que, siendo rey de los anglos orientales, cayó prisionero en la batalla contra los invasores normandos y, por profesar la fe cristiana, fue coronado con el martirio.
Patronazgos: protector contra la peste.
San Basilio de Antioquía, mártir
En Antioquía de Siria, san Basilio, mártir.
San Crispín de Écija, obispo y mártir
En la población de Écija, en la provincia hispánica de la Bética, san
Crispín, obispo y mártir.
San Dasio, mártir (1 coms.)
En Silistra, de Mesia, san Dasio, mártir.
Santos Octavio, Solutor y Adventor, mártires
(1 coms.)
En Turín, de la Liguria, santos Octavio, Solutor y Adventor, mártires.
San Teonesto, mártir
En Vercelli, también en la Liguria, san Teonesto, mártir, en cuyo honor
edificó san Eusebio una basílica.
San Doro de Benevento, obispo
En Benevento, de la Campania, san Doro, obispo.
San Silvestre de Châlon-sur-Saône, obispo
En Châlon-sur-Saône, en Burgundia, san Silvestre, obispo, que a los
cuarenta años de su sacerdocio, lleno de Dios y virtudes, voló al Señor.
San Hipólito de Condat, abad y obispo
En los montes del Jura, en la región de la Galia lugdunense, san
Hipólito, abad y obispo.
San Gregorio Decapolita, monje
En Constantinopla, san Gregorio Decapolita, monje, que primeramente
abrazó la vida monástica y después la de anacoreta. Más tarde, peregrinando,
permaneció bastante tiempo en Tesalónica, y finalmente se afincó en
Constantinopla, donde, luchando fuertemente en defensa de las imágenes
sagradas, entregó su alma al Señor.
San Bernwardo de Hildesheim, obispo
En Hildesheim, de Sajonia, en Germania, san Bernwardo, obispo, que
defendió a sus fieles de las incursiones, restauró la disciplina del clero en
numerosos sínodos y fomentó la vida monástica.
San Cipriano de Calamizzi, abad
En Calabria, san Cipriano, abad de Calamizzi, que conservó con ejemplar
fidelidad las tradiciones de Oriente y que, severo consigo mismo, era sin
embargo generoso para con los pobres y buen consejero para todo el mundo.
San Francisco Javier Can, catequista
mártir
En Hanoi, en Tonkin, san Francisco Javier Can, mártir, que, siendo
catequista, a causa de su fe fue estrangulado y decapitado en tiempo del
emperador Minh Mang.
Beata María Fortunata Viti, monja
En Veroli, cerca de Frosinone, en el Lacio, de Italia, beata María
Fortunata (Ana Felicia) Viti, de la Orden de San Benito, que casi toda su vida
estuvo al cuidado del ropero, intentando solamente ajustarse de todo corazón al
cumplimiento de la Regla.
Beatas Ángela de San José Lloret Martí y
catorce compañeras, vírgenes y mártires (1 coms.)
Cerca de Valencia, en España, beata Angela de San José (Francisca) Lloret
Martí y catorce compañeras, vírgenes y mártires. Una era superiora general, y
las demás, religiosas de la Congregación de Hermanas de la Doctrina Cristiana.
Todas ellas padecieron a causa de la fe en Cristo durante la persecución contra
la Iglesia, en la devastadora guerra civil. Sus nombres son: beata María del
Sufragio (Antonia María) Orts Baldó, María de los Dolores (María de Montserrat)
Llimona Planas, Teresa de San José (Ascensión) Duart y Roig, Isabel Ferrer
Sabriá, María de la Asunción (Josefa) Mongoche Homs, María de la Concepción
(Emilia) Martí Lacal, María Gracia (Paula) de San Antonio, Corazón de Jesús
(María de la Purificación) Gómez Vives, María del Socorro (Teresa) Jiménez
Baldoví, María de los Dolores (Gertrudis) Suris Brusola, Ignacia del Santísimo
Sacramento (Josefa) Pascual Pallardó, María del Rosario (Catalina) Calpe
Ibáñez, María de la Paz (María Isabel) López García y Marcela de Santo Tomás
(Áurea) Navarro.
Beata María de los Milagros Ortells Gimeno,
virgen y mártir
En el Picadero de Paterna, también en la región de Valencia, en España,
beata María de los Milagros Ortells Gimeno, virgen de la Orden de las Clarisas
Capuchinas y mártir en testimonio de Cristo durante la citada persecución.
(Hasta la hora nona)
Misa de sábado (verde) o de la memoria (blanco).
MISAL: para el sábado cualquier formulario permitido (véase pág.
67, n. 5) / para la memoria del común de la bienaventurada Virgen María o de
las «Misas de la Virgen María», o de un domingo del T.O.; Pf. común o de la
memoria.
LECC.: vol. III-impar.
- 1 Mac 6, 1-13. Por las desgracias que hice en Jerusalén, muero de
tristeza.
- Sal
9. R. Gozaré con tu salvación, Señor.
- Lc 20, 27-40. No es Dios de muertos, sino de vivos.
o bien: cf. vol. IV, o bien cf. Leccionario de las
«Misas de la Virgen María».
Liturgia de las Horas: oficio de sábado o de la memoria.
Martirologio: elog. prop. de la solem. de Nuestro Señor Jesucristo,
Rey del Universo, pág. 45, y elogs. del 21 de noviembre, pág. 680.
CALENDARIOS: Hospitalarios de San Juan de Dios: Patrocinio de santa
María Virgen sobre la Orden Hospitalaria (S).
Ciudad Rodrigo: Dedicación de la iglesia-catedral (F).
Palencia: Beatos Anselmo Polanco, obispo, y compañeros, mártires
(MO).
OFM: Beatos Pascual Fortuni y compañeros, mártires (MO).
Orihuela-Alicante: Beatas Ángeles de San José, María del Sufragio,
vírgenes, y compañeras, mártires (ML).
Sant Feliu de Llobregat: Beatas Isabel Ferrer Sabriá y compañeras,
vírgenes y mártires (ML).
Valencia: Beatas Ángeles Lloret Martí y compañeras, mártires (ML).
Legionarios de Cristo: Beato José Sánchez del Río, mártir (ML).
Hermanas de la Cruz: Conmemoración de todas las Hermanas,
familiares y bienhechores.
Antífona de entrada Cf. Hch 1, 14
Los discípulos perseveraban unánimes en la oración con María, la madre de
Jesús.
Monición de entrada
El titulo de Madre de la Iglesia, aplicado a la Virgen María, fue proclamado
por el beato papa Pablo VI en el Concilio Vaticano II. Nos recuerda una verdad
muy antigua, contenida en la tradición de la Iglesia: que María, por ser Madre
de Cristo, es también verdadera Madre de todos los fieles, que, incorporados a
Cristo en su Iglesia, formamos con él un solo cuerpo. Ella, como segunda Eva,
nos dio a luz a nosotros, sus hijos, con dolores de parto al pie de la cruz. Y
siempre que celebramos el memorial de la cruz en la eucaristía, está ella
presente como nuestra madre y corredentora.
Oración colecta
Oh, Dios, Padre de misericordia,
cuyo Unigénito, clavado en la cruz,
proclamó a santa María Virgen, su Madre,
como Madre también nuestra,
concédenos, por su cooperación amorosa,
que tu Iglesia, cada día más fecunda,
se llene de gozo por la santidad de sus hijos
y atraiga a su seno a todas las
familias de los pueblos.
Por nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
Por
las desgracias que hice en Jerusalén muero de tristeza
Lectura del primer libro de los Macabeos (1 Mac 6, 1-13)
EN AQUELLOS DÍAS, el rey Antíoco recorría las provincias del norte cuando
se enteró de que había en Persia una ciudad llamada Elimaida, famosa por su
riqueza en plata y oro, con un templo lleno de tesoros: escudos dorados,
lorigas y armas depositadas allí por Alejandro el de Filipo, rey de Macedonia,
primer rey de los griegos.
Antíoco fue allá e intentó apoderarse de la ciudad y saquearla; pero no pudo,
porque los de la ciudad, dándose cuenta de lo que pretendía, salieron a
atacarlo.
Antíoco tuvo que huir y emprendió apesadumbrado el viaje de vuelta a Babilonia.
Cuando él se encontraba todavía en Persia, llegó un mensajero con la noticia de
que la expedición militar contra Judea había fracasado y que Lisias, que en un
primer momento se había presentado como caudillo de un poderoso ejército, había
huido ante los judíos; estos, sintiéndose fuertes con las armas, pertrechos y
el enorme botín de los campamentos saqueados, habían derribado la abominación
de la desolación construida sobre el altar de Jerusalén, habían levantado en
torno al santuario una muralla alta como la de antes y habían hecho lo mismo en
Bet Sur, ciudad que pertenecía al rey.
Al oír este informe, el rey se asustó y se impresionó de tal forma que cayó en
cama y enfermó de tristeza, porque no le habían salido las cosas como quería.
Allí pasó muchos días, cada vez más triste. Pensó que se moría, llamó a todos
sus Amigos y les dijo:
«El sueño ha huido de mis ojos y estoy abrumado por las preocupaciones, y me
digo: “A qué tribulación he llegado, en qué violento oleaje estoy metido, yo,
que era feliz y querido cuando era poderoso! Pero ahora me viene a la memoria
el daño que hice en Jerusalén, robando todo el ajuar de plata y oro que había
allí, y enviando gente que exterminase sin motivo a los habitantes de Judea.
Reconozco que por eso me han venido estas desgracias. Ya veis, muero de
tristeza en tierra extranjera”».
Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL (Sal 9, 2-3. 4 y 6. 16 y 19 [R.: cf. 15b])
R. Gozaré, Señor, de tu salvación.
V. Te doy gracias, Señor, de todo corazón,
proclamando todas tus maravillas;
me alegro y exulto contigo,
y toco en honor de tu nombre, oh Altísimo.
R. Gozaré, Señor, de tu salvación.
V. Porque mis enemigos retrocedieron,
cayeron y perecieron ante tu rostro.
Reprendiste a los pueblos, destruiste al impío
y borraste para siempre su apellido.
R. Gozaré, Señor, de tu salvación.
V. Los pueblos se han hundido en la fosa que hicieron,
su pie quedó prendido en la red que escondieron.
Él no olvida jamás al pobre,
ni la esperanza del humilde perecerá.
R. Gozaré, Señor, de tu salvación.
Aleluya Cf. 2 Tm 1, 10
R. Aleluya,
aleluya, aleluya.
V. Nuestro Salvador, Cristo Jesús, destruyó la muerte, e hizo
brillar la vida por medio del Evangelio. R.
EVANGELIO
No es Dios de muertos, sino de vivos
╬ Lectura del santo Evangelio según san Lucas (Lc 20, 27-40)
R. Gloria a ti, Señor.
EN AQUEL TIEMPO, se acercaron algunos saduceos, los que dicen que no hay
resurrección, y preguntaron a Jesús:
«Maestro, Moisés nos dejó escrito: “Si a uno se le muere su hermano, dejando
mujer pero sin hijos, que tome la mujer como esposa y dé descendencia a su
hermano». Pues bien, había siete hermanos; el primero se casó y murió sin
hijos. El segundo y el tercero se casaron con ella, y así los siete, y murieron
todos sin dejar hijos. Por último, también murió la mujer. Cuando llegue la
resurrección, ¿de cuál de ellos será la mujer? Porque los siete la tuvieron
como mujer».
Jesús les dijo:
«En este mundo los hombres se casan y las mujeres toman esposo, pero los que
sean juzgados dignos de tomar parte en el mundo futuro y en la resurrección de
entre ¡os muertos no se casarán ni ellas serán dadas en matrimonio. Pues ya no
pueden morir, ya que son como ángeles; y son hijos de Dios, porque son hijos de
la resurrección.
Y que los muertos resucitan, lo indicó el mismo Moisés en el episodio de la
zarza, cuando llama al Señor: “Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob”.
No es Dios de muertos, sino de vivos: porque para él todos están vivos».
Intervinieron unos escribas:
«Bien dicho, Maestro».
Y ya no se atrevían a hacerle más preguntas.
Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Papa Francisco, Ángelus 6-noviembre-2016
Los «hijos del cielo y de la resurrección» no son unos pocos privilegiados,
sino que son todos los hombres y todas las mujeres, porque la salvación traída
por Jesús es para cada uno de nosotros. Y la vida de los resucitados será
parecida a la de los ángeles (cf. Lc 20, 36), es decir, toda inmersa en la luz
de Dios, toda dedicada a su alabanza, en una eternidad llena de alegría y de
paz. ¡Pero cuidado! La resurrección no es sólo el hecho de resurgir después de
la muerte, sino que es una nueva clase de vida que ya experimentamos hoy; es la
victoria sobre la nada que ya podemos pregustar. ¡La resurrección es el
fundamento de la fe y de la esperanza cristiana! Si no hubiera referencia al
Paraíso y a la vida eterna, el cristianismo se reduciría a una ética, a una
filosofía de vida. En cambio, el mensaje de la fe cristiana viene del cielo, es
revelado por Dios y va más allá de este mundo. Creer en la resurrección es
esencial, para que cada acto de nuestro de amor cristiano no sea efímero y sin
más utilidad, sino que se convierta en una semilla destinada a florecer en el
jardín de Dios, y producir frutos de vida eterna.
(Después de la hora nona)
TRIGESIMOCUARTA O ÚLTIMA SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
Segunda semana del salterio
Misa vespertina de la solemnidad de Nuestro Señor
Jesucristo, Rey del Universo (blanco).
Liturgia de las Horas: I Vísp. de la solemnidad. Comp. Dom. I.
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