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Elogio: En Roma, san Crispín de Viterbo, religioso de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos, que mientras recorría los pueblos de las montañas para mendigar limosna, enseñaba los rudimentos de la fe a los campesinos.
Elogio: En Roma, san Crispín de Viterbo, religioso de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos, que mientras recorría los pueblos de las montañas para mendigar limosna, enseñaba los rudimentos de la fe a los campesinos.
San Máximo de Cesarea, mártir
En Cesarea de Capadocia, san Máximo, corepíscopo [ie: auxiliar del obispo] y mártir.
Santos Severino, Exuperio y Feliciano, mártires
En la aldea de Brennier, cerca de Vienne, en la Galia Lugdunense, santos Severino, Exuperio y Feliciano, mártires.
San Bárlaam, mártir
En Antioquía de Siria, san Bárlaam, mártir, el cual, aunque rústico e ignorante, pero fortalecido por la sabiduría de Cristo, con una invicta constancia en la fe rechazó el fuego y el incienso que le ponían en las manos para que sacrificara a los ídolos, y por la ferocidad del tirano obtuvo la palma del martirio.
Santas Cuarenta mujeres, mártires
En Heraclea, de Tracia, cuarenta santas mujeres, vírgenes o viudas, y mártires.
San Eudón, abad
En la región de Vélay, en Aquitania, san Eudón, abad.
San Simón de Monte Mercurio, eremita
En el monte Mercurio, en Calabria, san Simón, eremita.
Santa Matilde, virgen
En el monasterio de Helfta, en Sajonia, santa Matilde, virgen, que fue mujer de exquisita doctrina y humildad, ilustrada con el don celeste de la contemplación mística.
Beato Jacobo Benfatti, religioso y obispo
En Mantua, de la Lombardía, beato Jacobo Benfatti, obispo, de la Orden de Predicadores, que además de apaciguar las disensiones en la ciudad, alivió al pueblo asolado por la peste y el hambre.
Beatos Eliseo García García y Alejandro Planas Saurí, mártires
En la localidad de Garraf, cerca de la ciudad de Barcelona, en España, beatos mártires Eliseo García García, religioso de la Sociedad de San Francisco de Sales, y Alejandro Planas Saurí, que durante el tiempo de persecución de la fe fueron encontrados dignos de ser asociados al combate salvífico de Cristo.
LITURGIA DE HOY
MISAL: para el sábado cualquier formulario permitido (véase pág. 67, n. 5)
/ para la memoria del común de la bienaventurada Virgen María o de las «Misas
de la Virgen María», o de un domingo del T.O.; Pf. común o de la memoria.
LECC.: vol. III-par.
- Ap 11, 4-12. Los dos profetas fueron un tormento para los habitantes de la
tierra.
- Sal 143. R. ¡Bendito el Señor, mi alcázar!
- Lc 20, 27-40. No es Dios de muertos, sino de vivos.
o bien: cf. vol. IV, o bien cf. Leccionario
de las «Misas de la Virgen María».
Liturgia de las Horas: oficio de sábado o de la memoria.
Martirologio: elog. prop. de la solem. de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo,
pág. 45, y elogs. del 20 de noviembre, pág. 678.
CALENDARIOS:
Hospitalarios de San Juan de Dios: Patrocinio
de santa María Virgen sobre la Orden Hospitalaria (S).
Palencia: Dedicación de la iglesia-catedral (F).
Carmelitas Descalzos: San Rafael Kalinowski de San José, presbítero (MO).
II Franciscanos: Santa Inés de Asís, virgen (MO).
Orden de San Juan de
Jerusalén: Conmemoración de todos los Santos
(MO).
Barcelona: Dedicación de las basílicas de los santos Pedro y Pablo, apóstoles
(ML).
Cuenca: Santos Juan del Castillo, presbítero, y compañeros, mártires (ML).
Sevilla: San Crispín de Écija, obispo y mártir (ML).
Benedictinos, O. Cist. y
OCSO: Santa Matilde, virgen y monja cisterciense
(ML).
Dominicos: Beato Santiago Benfatti, obispo (ML).
Memoria de santa María:
Común de la Bienaventurada Virgen María. I. Tiempo ordinario 7.
Antífona de entrada Cf. Lc 1, 47-48
María dijo: «Se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador, porque ha mirado la
humildad de su esclava».
Monición de entrada
Alegrémonos todos al celebrar la memoria de la Virgen María. En ella
encontramos el modelo del orante que escucha la Palabra de Dios y de la acogida
incondicional de esa Palabra, que hace carne los designios de Dios. La alabamos
glorificando la obra del Altísimo en ella; rezamos cantando su Magníficat y
recurrimos a ella confiando en su intercesión maternal, pues es tradición de la
comunidad cristiana dirigirse directamente a ella invocando su ayuda en las
horas difíciles. En la escuela de la Madre de Dios, los cristianos aprendemos
el estilo de vida de la gratuidad, de un amor que no espera, sino que se
adelanta a las necesidades del otro, de una caridad que alcanza al hermano en
lo concreto y le transmite no solo la vida, sino el gozo y el sentido de la
misma vida.
Oración colecta
Oh, Dios, que te has dignado elegir para morada de tu Verbo el seno virginal
de santa María, concédenos, defendidos por su protección, participar en su
memoria llenos de alegría. Por nuestro Señor Jesucristo.
LECTURAS DE LA MISA
Lectura del libro del Apocalipsis (Ap 11, 4-12)
ME FUE DICHO a mí, Juan:
«Aquí están dos testigos míos, estos son los dos olivos y los dos candelabros
que están ante el Señor de la tierra. Y si alguien quiere hacerles daño, sale
un fuego de su boca y devora a sus enemigos; y si alguien quisiera hacerles
daño, es necesario que muera de esa manera. Estos tienen el poder de cerrar el
cielo, para que no caiga lluvia durante los días de su profecía, y tienen poder
sobre las aguas para convertirlas en sangre y para herir la tierra con toda
clase de plagas siempre que quieran.
Y cuando hayan terminado su testimonio, la bestia que sube del abismo les hará
la guerra y los vencerá y los matará. Y sus cadáveres yacerán en la plaza de la
gran ciudad, que se llama espiritualmente Sodoma y Egipto, donde también su
Señor fue crucificado. Y gentes de los pueblos, tribus, lenguas y naciones
contemplan sus cadáveres durante tres días y medio y no permiten que sus
cadáveres sean puestos en un sepulcro. Y los habitantes de la tierra se alegran
por ellos y se regocijan y se enviarán regalos unos a otros, porque los dos
profetas fueron un tormento para los habitantes de la tierra».
Y después de tres días y medio, un espíritu de vida procedente de Dios entró en
ellos, y se pusieron de pie, y un gran temor cayó sobre quienes los
contemplaban. Y oyeron una gran voz del cielo, que les decía:
«Subid aquí».
Y subieron al cielo en una nube, y sus enemigos se quedaron mirándolos.
Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL Sal 143, 1bcd. 2. 9-10 (R.: cf. 1a)
R. ¡Bendito el Señor, mi alcázar!
V. Bendito el Señor, mi Roca,
que adiestra mis manos para el combate,
mis dedos para la pelea.
R. ¡Bendito el Señor, mi alcázar!
V. Mi bienhechor, mi alcázar,
baluarte donde me pongo a salvo,
mi escudo y refugio,
que me somete los pueblos.
R. ¡Bendito el Señor, mi alcázar!
V. Dios mío, te cantaré un cántico nuevo,
tocaré para ti el arpa de diez cuerdas:
para ti que das la victoria a los reyes,
y salvas a David, tu siervo, de la espada maligna.
R. ¡Bendito el Señor, mi alcázar!
R. Gloria a ti, Señor.
EN AQUEL TIEMPO, se acercaron algunos saduceos, los que dicen que no hay resurrección, y preguntaron a Jesús:
«Maestro, Moisés nos dejó escrito: “Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer pero sin hijos, que tome la mujer como esposa y dé descendencia a su hermano». Pues bien, había siete hermanos; el primero se casó y murió sin hijos. El segundo y el tercero se casaron con ella, y así los siete, y murieron todos sin dejar hijos. Por último, también murió la mujer. Cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será la mujer? Porque los siete la tuvieron como mujer».
Jesús les dijo:
«En este mundo los hombres se casan y las mujeres toman esposo, pero los que sean juzgados dignos de tomar parte en el mundo futuro y en la resurrección de entre ¡os muertos no se casarán ni ellas serán dadas en matrimonio. Pues ya no pueden morir, ya que son como ángeles; y son hijos de Dios, porque son hijos de la resurrección.
Y que los muertos resucitan, lo indicó el mismo Moisés en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor: “Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob”. No es Dios de muertos, sino de vivos: porque para él todos están vivos».
Intervinieron unos escribas:
«Bien dicho, Maestro».
Y ya no se atrevían a hacerle más preguntas.
Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Papa Francisco, Ángelus 6-noviembre-2016
Los «hijos del
cielo y de la resurrección» no son unos pocos privilegiados, sino que son todos
los hombres y todas las mujeres, porque la salvación traída por Jesús es para
cada uno de nosotros. Y la vida de los resucitados será parecida a la de los
ángeles (cf. Lc 20, 36), es decir, toda inmersa en la luz de Dios, toda
dedicada a su alabanza, en una eternidad llena de alegría y de paz. ¡Pero
cuidado! La resurrección no es sólo el hecho de resurgir después de la muerte,
sino que es una nueva clase de vida que ya experimentamos hoy; es la victoria
sobre la nada que ya podemos pregustar. ¡La resurrección es el fundamento de la
fe y de la esperanza cristiana! Si no hubiera referencia al Paraíso y a la vida
eterna, el cristianismo se reduciría a una ética, a una filosofía de vida. En
cambio, el mensaje de la fe cristiana viene del cielo, es revelado por Dios y
va más allá de este mundo. Creer en la resurrección es esencial, para que cada
acto de nuestro de amor cristiano no sea efímero y sin más utilidad, sino que
se convierta en una semilla destinada a florecer en el jardín de Dios, y
producir frutos de vida eterna.
Después
de la Hora Nona:
TRIGESIMOCUARTA O ÚLTIMA
SEMANA DEL T. ORDINARIO
Segunda semana del
Salterio
Misa vespertina de la solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del
Universo (blanco).
Liturgia de las
Horas: I Vísp. de la solemnidad. Comp. Dom. I
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