SANTORAL DE HOY
Misa de feria (verde).
MISAL: cualquier formulario permitido (véase pág. 67, n. 5), Pf. común.
LECC.: vol. III-par.
Martirologio: elogs. del 9 de noviembre, pág. 657.
Antífona de
entrada
Señor, dales el descanso eterno y llena sus almas
de tu esplendor.
O bien: Jn 3, 16
Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su
Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida
eterna.
O bien: Ap 14, 13
Bienaventurados los que mueren en el Señor. Que
descansen de sus fatigas, porque sus obras los acompañan.
Monición de
entrada
La Iglesia
siempre ha mantenido una gran veneración por los difuntos, orando por ellos,
especialmente en la celebración de la eucaristía, donde rogamos al Señor de la
Vida que tenga misericordia de ellos y los admita en el banquete del reino de
los cielos. Por eso, en esta eucaristía, imploramos humildemente a Dios, que
mire benignamente a nuestros hermanos, para que gocen eternamente de la
compañía del Señor.
Oración colecta
Oh, Dios, que concedes
el perdón de los pecados y quieres la salvación de los hombres, invocamos tu
clemencia, por intercesión de santa María, la Virgen, y de todos los santos,
para que concedas a los hermanos, parientes y bienhechores de nuestra comunidad
que han salido ya de este mundo, llegar a la asamblea de la eterna
bienaventuranza. Por nuestro Señor Jesucristo.
Habla de lo que es conforme a la sana doctrina.
Que los ancianos sean sobrios, respetables, sensatos, sanos en la fe, en el amor y en la paciencia.
Las ancianas, igualmente, sean, en su comportamiento, como conviene a personas religiosas; no sean calumniadoras, ni se envicien con el vino; sean maestras del bien, que inspiren buenos principios a las jóvenes, enseñándoles a amar a sus maridos y a sus hijos, a ser sensatas, puras, a cuidar de la casa, a ser bondadosas y sumisas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea maldecida.
A los jóvenes exhórtalos también a que sean sensatos. Muéstrate en todo como un modelo de buena conducta; en la enseñanza sé íntegro y grave, irreprochable en la sana doctrina, a fin de que los adversarios sientan vergüenza al no poder decir nada malo de nosotros.
Pues se ha manifestado la gracia de Dios, que trae la salvación para todos los hombres, enseñándonos a que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, llevemos ya desde ahora una vida sobria, justa y piadosa, aguardando la dicha que esperamos y la manifestación de la gloria del gran Dios y Salvador nuestro, Jesucristo, el cual se entregó por nosotros para rescatamos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo de su propiedad, dedicado enteramente a las buenas obras.
Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL Sal 36, 3-4. 18 y 23. 27 y 29
R. El Señor es quien salva a los justos.
V. Confía en el Señor y haz el bien:
habitarás tu tierra y reposarás en ella en fidelidad;
sea el Señor tu delicia,
y él te dará lo que pide tu corazón.
R. El Señor es quien salva a los justos.
V. El Señor vela por los días de los buenos,
y su herencia durará siempre.
El Señor asegura los pasos del hombre,
se complace en sus caminos.
R. El Señor es quien salva a los justos.
V. Apártate del mal y haz el bien,
y siempre tendrás una casa.
Los justos poseen la tierra,
la habitarán por siempre jamás.
R. El Señor es quien salva a los justos.
R. Gloria a ti, Señor.
EN AQUEL TIEMPO, dijo el Señor:
«¿Quién de vosotros, si tiene un criado labrando o pastoreando, le dice cuando
vuelve del campo:
“Enseguida ven y ponte a la mesa”?
¿No le diréis más bien:
“Prepárame de cenar, cíñete y sírveme mientras como y bebo, y después comerás y
beberás tú”?
¿Acaso tenéis que estar agradecidos al criado porque ha hecho lo mandado? Lo
mismo vosotros: cuando hayáis hecho todo lo que se os ha mandado, decid:
“Somos siervos inútiles, hemos hecho lo que teníamos que hacer”».
Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Siervos inútiles; es decir, sin reclamar agradecimientos, sin pretensiones. "Somos siervos inútiles" es una expresión de humildad y disponibilidad que hace mucho bien a la Iglesia y recuerda la actitud adecuada para trabajar en ella: el servicio humilde, cuyo ejemplo nos dio Jesús, lavando los pies a los discípulos (cf. Jn 13, 3-17).
Pensamientos para el Evangelio de hoy
«Reconozcamos la gracia sin olvidar nuestra naturaleza; no te envanezcas si has servido bien, porque has cumplido aquello que tenías que hacer. El sol hace su trabajo, la luna obedece; los ángeles cumplen su misión» (San Ambrosio).
«Si hacemos cada día la voluntad de Dios, con humildad, sin pretender nada de Él, será Jesús mismo quien nos sirva, quien nos ayude, quien nos anime, quien nos dé fuerza y serenidad» (Benedicto XVI).
«En la medida en que el hombre hace más el bien, se va haciendo también más libre. No hay verdadera libertad sino en el servicio del bien y de la justicia. La elección de la desobediencia y del mal es un abuso de la libertad y conduce a “la esclavitud del pecado”» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1.733).
Pensamientos para el Evangelio de hoy
«Reconozcamos la gracia sin olvidar nuestra naturaleza; no te envanezcas si has servido bien, porque has cumplido aquello que tenías que hacer. El sol hace su trabajo, la luna obedece; los ángeles cumplen su misión» (San Ambrosio).
«Si hacemos cada día la voluntad de Dios, con humildad, sin pretender nada de Él, será Jesús mismo quien nos sirva, quien nos ayude, quien nos anime, quien nos dé fuerza y serenidad» (Benedicto XVI).
«En la medida en que el hombre hace más el bien, se va haciendo también más libre. No hay verdadera libertad sino en el servicio del bien y de la justicia. La elección de la desobediencia y del mal es un abuso de la libertad y conduce a “la esclavitud del pecado”» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1.733).
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