PROGRAMA PARROQUIAL:JUEVES, 24 DE NOVIEMBREPARROQUIA DEL CARMEN:
- Adoración del Santísimo y Celebración de la Palabra del Jueves de la XXXIV Semana del Tiempo Ordinario, en la Parroquia (a las 18.00 h.).
PARROQUIA DE LOS DOLORES:
- Adoración del Santísimo, en la Parroquia (a las 18.00 h.).
- Rezo del Santo Rosario (19.00 h.) y Eucaristía del Jueves de la XXXIV Semana del Tiempo Ordinario, en la Parroquia (a las 19.30 h.).
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PARROQUIA DEL CARMEN:
- Adoración del Santísimo y Celebración de la Palabra del Jueves de la XXXIV Semana del Tiempo Ordinario, en la Parroquia (a las 18.00 h.).
PARROQUIA DE LOS DOLORES:
- Adoración del Santísimo, en la Parroquia (a las 18.00 h.).
- Rezo del Santo Rosario (19.00 h.) y Eucaristía del Jueves de la XXXIV Semana del Tiempo Ordinario, en la Parroquia (a las 19.30 h.).
NOTICIAS DE ACTUALIDAD
Ciento diecisiete mártires de las regiones asiáticas de Tonquín, Annam y de la Cochinchina, con distintas fechas de martirio, entre los años 1740 a 1883. Fueron canonizados por SS. Juan Pablo II el 19 de junio de 1988, en la Plaza de San Pedro. El 24 de noviembre está inscripta la memoria litúrgica, encabezada por san Andrés Dung Lac.
San Crisógono, mártir
En Aquilea, en el territorio de Venecia, conmemoración de san Crisógono, mártir, a quien se da culto en Roma el día del aniversario de la dedicación de la iglesia cuyo título lleva su nombre.
Santa Firmina, mártir
En Amelia, ciudad de la Umbría, santa Firmina, mártir.
San Protasio de Milán, obispo
En Milán, de la provincia de Liguria, san Protasio, obispo, que defendió ante el emperador Constante la causa de san Atanasio y tomó parte en el Concilio de Sárdica.
San Romano de Blaye, presbítero
En la fortaleza de Blaye, en el territorio de Burdeos, en Aquitania, san Romano, presbítero.
San Porciano, abad
En el territorio de Auvernia, en Aquitania, san Porciano, abad, que, siendo joven esclavo, buscó el refugio y la libertad en un monasterio, en el cual se hizo monje y llegó a ser abad, y donde murió ya de viejo, agotado por los ayunos.
San Colmano de Cloyne, obispo
En Cluain Uama (hoy Cloyne), de Hibernia, san Colmano, obispo.
Santas Flora y María, vírgenes y mártires
En Córdoba, en la región hispánica de Andalucía, santas Flora y María, vírgenes y mártires, que en la persecución llevada a cabo por los musulmanes fueron encarceladas con san Eulogio y después muertas a espada.
San Alberto de Lovaina, obispo y mártir
En Reims, de la Galia, pasión de san Alberto de Lovaina, obispo de Lieja y mártir, que, desterrado por defender a la Iglesia, allí, en el mismo año fue ordenado y martirizado.
Beato Balsamo, abad
En el monasterio de Cava dei Tirreni, en la Campania, beato Balsamo, abad, que en medio de las confusiones y contradicciones de su tiempo desempeñó su cargo con sabiduría y prudencia.
Santos Pedro Dumoulin-Borie, Pedro Vo Dang Khoa y Vicente Ngyen Tho Diem, mártires
En la ciudad de Dông Hoy, en Annam, santos mártires Pedro Dumoulin-Borie, obispo de la Sociedad de Misiones Extranjeras de París, y Pedro Vo Dang Khoa y Vicente Ngyen Tho Diem, presbíteros, todos los cuales padecieron el martirio, por orden del emperador Minh Mang, al ser decapitado el primero y estrangulados los demás.
Beata María Ana Sala, virgen
En Milán, de Italia, beata María Ana Sala, virgen de la Congregación de Hermanas de Santa Marcelina, que, entregada totalmente a la formación de las niñas, fue maestra cimentada en la fe y la piedad.
Beatas Nicetas de Santa Prudencia Plaja Xifra y once compañeras, vírgenes y mártires
En Picadero de Paterna, en el territorio de Valencia, en España, beatas Nicetas de santa Prudencia Plaja Xifra y compañeras, vírgenes del Instituto de Hermanas Carmelitas de la Caridad y mártires, todas las cuales fueron consideradas dignas de entrar con Cristo Esposo en el convite eterno, llevando sus lámparas encendidas. Sus nombres son: beatas Paula de Santa Anastasia Isla Alonso, Antonia de San Timoteo Gosens Sáez de Ibarra, Daría de Santa Sofía Campillo Paniagua, Erundina de Nuestra Señora del Carmen Colino Vega, María Consuelo Cuñado González, Concepción de San Ignacio Odriozola Zabalía, Feliciana de Nuestra Señora del Monte Carmelo de Uribe y Orbe, Concepción de Santa Magdalena Rodríguez Fernández, Justa de María Inmaculada Maiza Goicoechea, Clara de Nuestra Señora de la Esperanza Ezcurra Urrutia y Cándida de Nuestra Señora de los Ángeles Cayuso González.
Beato Félix Alonso Muñiz, presbítero y mártir
En Paracuellos de Jarama, Madrid, España, beato Félix Alonso Muñiz, presbítero de la Orden de Predicadores, mártir.
Ciento diecisiete mártires de las regiones asiáticas de Tonquín, Annam y de la Cochinchina, con distintas fechas de martirio, entre los años 1740 a 1883. Fueron canonizados por SS. Juan Pablo II el 19 de junio de 1988, en la Plaza de San Pedro. El 24 de noviembre está inscripta la memoria litúrgica, encabezada por san Andrés Dung Lac.
San Crisógono, mártir
En Aquilea, en el territorio de Venecia, conmemoración de san Crisógono, mártir, a quien se da culto en Roma el día del aniversario de la dedicación de la iglesia cuyo título lleva su nombre.
Santa Firmina, mártir
En Amelia, ciudad de la Umbría, santa Firmina, mártir.
San Protasio de Milán, obispo
En Milán, de la provincia de Liguria, san Protasio, obispo, que defendió ante el emperador Constante la causa de san Atanasio y tomó parte en el Concilio de Sárdica.
San Romano de Blaye, presbítero
En la fortaleza de Blaye, en el territorio de Burdeos, en Aquitania, san Romano, presbítero.
San Porciano, abad
En el territorio de Auvernia, en Aquitania, san Porciano, abad, que, siendo joven esclavo, buscó el refugio y la libertad en un monasterio, en el cual se hizo monje y llegó a ser abad, y donde murió ya de viejo, agotado por los ayunos.
San Colmano de Cloyne, obispo
En Cluain Uama (hoy Cloyne), de Hibernia, san Colmano, obispo.
Santas Flora y María, vírgenes y mártires
En Córdoba, en la región hispánica de Andalucía, santas Flora y María, vírgenes y mártires, que en la persecución llevada a cabo por los musulmanes fueron encarceladas con san Eulogio y después muertas a espada.
San Alberto de Lovaina, obispo y mártir
En Reims, de la Galia, pasión de san Alberto de Lovaina, obispo de Lieja y mártir, que, desterrado por defender a la Iglesia, allí, en el mismo año fue ordenado y martirizado.
Beato Balsamo, abad
En el monasterio de Cava dei Tirreni, en la Campania, beato Balsamo, abad, que en medio de las confusiones y contradicciones de su tiempo desempeñó su cargo con sabiduría y prudencia.
Santos Pedro Dumoulin-Borie, Pedro Vo Dang Khoa y Vicente Ngyen Tho Diem, mártires
En la ciudad de Dông Hoy, en Annam, santos mártires Pedro Dumoulin-Borie, obispo de la Sociedad de Misiones Extranjeras de París, y Pedro Vo Dang Khoa y Vicente Ngyen Tho Diem, presbíteros, todos los cuales padecieron el martirio, por orden del emperador Minh Mang, al ser decapitado el primero y estrangulados los demás.
Beata María Ana Sala, virgen
En Milán, de Italia, beata María Ana Sala, virgen de la Congregación de Hermanas de Santa Marcelina, que, entregada totalmente a la formación de las niñas, fue maestra cimentada en la fe y la piedad.
Beatas Nicetas de Santa Prudencia Plaja Xifra y once compañeras, vírgenes y mártires
En Picadero de Paterna, en el territorio de Valencia, en España, beatas Nicetas de santa Prudencia Plaja Xifra y compañeras, vírgenes del Instituto de Hermanas Carmelitas de la Caridad y mártires, todas las cuales fueron consideradas dignas de entrar con Cristo Esposo en el convite eterno, llevando sus lámparas encendidas. Sus nombres son: beatas Paula de Santa Anastasia Isla Alonso, Antonia de San Timoteo Gosens Sáez de Ibarra, Daría de Santa Sofía Campillo Paniagua, Erundina de Nuestra Señora del Carmen Colino Vega, María Consuelo Cuñado González, Concepción de San Ignacio Odriozola Zabalía, Feliciana de Nuestra Señora del Monte Carmelo de Uribe y Orbe, Concepción de Santa Magdalena Rodríguez Fernández, Justa de María Inmaculada Maiza Goicoechea, Clara de Nuestra Señora de la Esperanza Ezcurra Urrutia y Cándida de Nuestra Señora de los Ángeles Cayuso González.
Beato Félix Alonso Muñiz, presbítero y mártir
En Paracuellos de Jarama, Madrid, España, beato Félix Alonso Muñiz, presbítero de la Orden de Predicadores, mártir.
LITURGIA DE HOY
Misa de la memoria (rojo).
LITURGIA DE HOY
Misa de la memoria (rojo).
MISAL: ants. y oracs.
props., Pf. común o de la memoria.
LECC.: vol. III-par.
- Ap 18, 1-2.
21-23; 19, 1-3. 9a. Cayó la gran Babilonia.
- Sal 99. R. Bienaventurados
los invitados al banquete de bodas del Cordero.
- Lc 21,
20-28. Jerusalén será pisoteada por gentiles, hasta que alcancen su
plenitud los tiempos de los gentiles.
o bien: cf. vol. IV.
Liturgia de las Horas: oficio de la memoria.
Martirologio: elogs. del 25 de
noviembre, pág. 688.
CALENDARIOS:
Valladolid: Santos Mateo Alonso de Leciñana y José Fernández de Ventosa,
presbíteros y mártires (MO).
Dominicos: Santos Ignacio
Delgado, obispo, y compañeros, mártires (MO).
Tenerife: Aniversario
de la muerte de Mons. Damián Iguacén Borau, obispo, emérito (2020).
Antífona de entrada Cf. Ga 6, 14 a; 1Co 1, 18
Nosotros hemos
de gloriamos en la cruz de nuestro Señor Jesucristo. El mensaje de la cruz,
para los que se salvan, es fuerza de Dios.
Monición
de entrada
Celebramos
hoy la memoria de los santos Andrés Dung-Lac, presbítero, y de sus compañeros,
mártires. Durante el siglo XVI varias familias religiosas anunciaron el
Evangelio en Vietnam y mucha gente del pueblo recibió con alegría la Buena
Noticia. Esta fe enseguida fue probada por la persecución y durante los siglos
XVII, XVIII y XIX muchos cristianos fueron martirizados. A todos ellos los
recordamos en esta misma celebración. El grupo canonizado está formado por
noventa y seis vietnamitas, ocho de ellos obispos, otros muchos presbíteros,
junto con otros muchos fieles de ambos sexos y de toda condición y edad, que
prefirieron el destierro, las cárceles, los tormentos y, finalmente, la tortura,
antes que pisotear la cruz y abandonar la fe cristiana.
Oración
colecta
Oh,
Dios, fuente y origen de toda paternidad, tú hiciste que los santos mártires
Andrés y sus compañeros fueran fieles a la cruz de tu Hijo hasta el
derramamiento de su sangre, concédenos, por su intercesión, difundir tu amor
entre los hermanos y que nos llamemos y seamos de verdad hijos tuyos. Por
nuestro Señor Jesucristo.
LECTURAS DE LA MISA
Lectura
del libro del Apocalipsis (Ap 18, 1-2. 21-23; 19, 1-3. 9a)
YO, JUAN, vi un ángel que bajaba del cielo con gran autoridad, y la tierra se
deslumbró con su resplandor. Y gritó con fuerte voz:
«Cayó, cayó la gran Babilonia. Y se ha convertido en morada de demonios, en
guarida de todo espíritu inmundo, en guarida de todo pájaro inmundo y
abominable.
Un ángel vigoroso levantó una piedra grande como una rueda de molino y la
precipitó al mar diciendo:
«Así, con este ímpetu será precipitada Babilonia, la gran ciudad, y no quedará
rastro de ella. No se escuchará más en ti la voz de citaristas ni músicos, de
flautas y trompetas. No habrá más en ti artífices de ningún arte; y ya no se
escuchará en ti el ruido del molino; ni brillará más en ti luz de lámpara; ni
se escuchará más en ti la voz del novio y de la novia, porque tus mercaderes
eran los magnates de la tierra y con tus brujerías embaucaste a todas las
naciones».
Después de esto oí en el cielo como el vocerío de una gran muchedumbre, que
decía:
«Aleluya. La salvación, la gloria y el poder son de nuestro Dios, porque sus
juicios son verdaderos y justos. Él ha condenado a la gran prostituta que
corrompía la tierra con sus fornicaciones, y ha vengado en ella la sangre de
sus siervos».
Y por segunda vez dijeron:
«¡Aleluya!».
Y el humo de su incendio sube por los siglos de los siglos.
Y me dijo:
«Escribe: “Bienaventurados los invitados al banquete de bodas del Cordero”».
Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL (Sal 99,
1b-2. 3. 4. 5 [R.: Ap 19, 9a])
R. Bienaventurados los invitados al banquete de bodas del Cordero.
V. Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con vítores.
R. Bienaventurados los invitados al banquete de bodas del Cordero.
V. Sabed que el Señor es Dios:
que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño.
R. Bienaventurados los invitados al banquete de bodas del Cordero.
V. Entrad por sus puertas con acción de gracias,
por sus atrios con himnos,
dándole gracias y bendiciendo su nombre.
R. Bienaventurados los invitados al banquete de bodas del Cordero.
V. El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades.
R. Bienaventurados los invitados al banquete de bodas del Cordero.
R. Gloria a ti, Señor.
EN AQUEL TIEMPO, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando veáis a Jerusalén sitiada por ejércitos, sabed que entonces está cerca su destrucción.
Entonces los que estén en Judea, que huyan a los montes; los que estén en medio de Jerusalén, que se alejen; los que estén en los campos, que no entren en ella; porque estos son “días de venganza” para que se cumpla todo lo que está escrito.
¡Ay de las que estén encintas o criando en aquellos días!
Porque habrá una gran calamidad en esta tierra y un castigo para este pueblo.
“Caerán a filo de espada”, los llevarán cautivos “a todas las naciones”, y “Jerusalén será pisoteada por gentiles”, hasta que alcancen su plenitud los tiempos de los gentiles.
Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y el oleaje, desfalleciendo los hombres por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues las potencias del cielo serán sacudidas.
Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y gloria.
Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación».
Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Papa Francisco, Homilía en santa Marta 29-noviembre-2018
En la condena de las dos ciudades se oirá la voz del Señor y, tras la destrucción, vendrá la salvación: Y el ángel dirá: Venid: "Bienaventurados los invitados al banquete de bodas del Cordero". La gran fiesta, la verdadera fiesta. Hay tragedias, también en nuestra vida, pero ante estas, mirar al horizonte, porque hemos sido redimidos y el Señor vendrá a salvarnos. Y esto nos enseña a vivir las pruebas del mundo no con un pacto con la mundanidad o con la paganismo que nos lleva a la destrucción, sino con esperanza, separándonos de esa seducción mundana y pagana y mirando el horizonte, esperando a Cristo, el Señor. La esperanza es nuestra fuerza: sigamos adelante. Pero debemos pedirlo al Espíritu Santo.
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