05 de marzo - DOMINGO II DE CUARESMA (CICLO A)



  DOMINGO II DE CUARESMA (CICLO A)
  Oficio del Domingo de la Semana II del Salterio
  (Liturgia de las Horas, Tomo III: Oficio de Lecturas Laudes - TerciaSexta     Nona Vísperas - Completas)
 


PROGRAMA PARROQUIAL:
DOMINGO, 05 DE MARZO

PARROQUIA DEL CARMEN:

- Eucaristía del Domingo de la II Semana de Cuaresma, en la Parroquia (11.00 h.).

PARROQUIA DE LOS DOLORES:

- Eucaristía del Domingo de la II Semana de Cuaresma, en la Parroquia (a las 12.30 h.).



NOTICIAS DE ACTUALIDAD



Portada


Del 3 al 5 de marzo, Encuentro Europeo de LifeTeen en Montserrat; damos sus claves


¿Por qué funciona la catequesis de adolescentes de LifeTeen? Gusta a chicos y catequistas


Su pierna no se puede arreglar, pero con ánimo ella ayuda a reparar muchas familias rotas


De familia hindú, se hizo monja católica y perdió una pierna rescatando niños... nada la detiene


El padre Bogomaz, expulsado de Melitópol, intenta atender a sus feligreses en la distancia


«Ya no quedan curas católicos en las regiones que Rusia ocupa»: testimonio de un cura expulsado


Vídeos


  El Padre Pío somete al demonio


  La canción de Carlo Acutis, en inglés


  El drama de Bassel, cristiano sirio


  Cristo de Medinaceli: días de calle


  La necesaria confesión cuaresmal


Otras noticias


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  El Papa recuerda a las víctimas del peor accidente ferroviario de Grecia: 38 muertos y 85 heridos


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Evangelio del día


  Jesús y la multitud , por ReL


Opinión


  Cartas, por Juan Manuel de Prada


Blogs


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  A mí sí me gustan los hombres , por Cuestión de vida


  Hoy el reto del amor es que emprendas aquello que llevas en el corazón mirando a Cristo , por El Reto Del Amor


  ¡Un planazo! Comentario para Matrimonios: Mateo 7, 7-12 , por ProyectoAmorConyugal.es


SANTORAL DE HOY

Elogio: En Cesarea de Palestina, san Adriano, mártir, que en la persecución desencadenada bajo el emperador Diocleciano, en el día en que solían celebrarse los festejos de la Fortuna, por orden del procurador Firmiliano, y por su fe en Cristo, fue arrojado ante un león y después degollado a espada.


   San Teófilo de Cesarea, obispo   

Conmemoración de san Teófilo, obispo de Cesarea de Palestina, que bajo el emperador Septimio Severo brilló por su sabiduría e integridad de vida. († 195)

   San Conon el Jardinero, mártir

En Panfilia, san Conón, mártir, hortelano de profesión, que en tiempo del emperador Decio fue obligado a correr ante un carro con los pies atravesados por clavos y, cayendo de rodillas, entregó el espíritu mientras oraba. († c. 250)

   San Lucio I, papa   

En Roma, en la vía Apia, en el cementerio de Calixto, sepultura de san Lucio, papa, sucesor de Cornelio, que sufrió el exilio por la fe de Cristo y, en tiempos angustiosos, fue eximio confesor de la fe, actuando con moderación y prudencia. († 254)

   San Foca, mártir   

En Sinope, en el Ponto, san Foca, mártir, labrador de oficio, que sufrió muchas injurias por el nombre del Redentor. († c. s. IV)

   San Gerásimo, eremita   

En Palestina, en la ribera del Jordán, san Gerásimo, anacoreta, que en tiempo del emperador Zenón, convertido a la fe ortodoxa por obra de san Eutimio, se entregó a grandes penitencias, y ofreció a todos los que bajo su dirección se ejercitaban en la vida monástica la norma de una integérrima disciplina y el modo de sustentarse. († 475)

   San Kierano de Sahigir, abad y obispo   

En Sahigir, en la región de Ossory, en Hibernia, san Kierano, obispo y abad. († 530)

   San Virgilio de Arlés, obispo   

En Arlés, en la Provenza, san Virgilio, obispo, que recibió como huéspedes a san Agustín y a sus monjes cuando estos viajaban hacia Inglaterra por encargo del papa san Gregorio Magno. († c. 618)

   Beato Cristóbal Macassoli, religioso presbítero

En Vigevano, en Lombardía, beato Cristóbal Macassoli, presbítero de la Orden de Hermanos Menores, insigne por su predicación y su caridad para con los pobres. († 1485)

   Beato Jeremías Kostistik de Valacchia, religioso   

En Nápoles, de la Campania, beato Jeremías (Juan) Kostistik de Valacchia, religioso de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos, que, con caridad y alegría, asistió incesantemente a los enfermos durante cuarenta años. († 1625)

   San Juan José de la Cruz, religioso presbítero   

También en Nápoles, san Juan José de la Cruz (Carlos Cayetano) Calosirto, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, que, siguiendo las huellas de san Pedro de Alcántara, restableció la disciplina de la Regla en muchos conventos de la región napolitana. († 1734)

   Beato Lazër Shantoja, presbítero y mártir 

En Tirana, Albania, beato Lazër Shantoja, presbítero de la arquidiócesis de Shkodrë-Pult y mártir. († 1945)


LITURGIA DE HOY

Misa del Domingo (morado).

MISAL: ants. y oracs. props., sin Gl., Cr., Pf. prop. No se puede decir la PE IV.

LECC.: vol. I (A).

- Gen 12, 1-4a. Vocación de Abrahán, padre del pueblo de Dios.

- Sal 32. R. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.

- 2 Tim 1, 8b-10. Dios nos llama y nos ilumina.

- Mt 17, 1-9. Su rostro resplandecía como el sol.

Por la cruz a la luz. Este fue el mensaje que Jesús dio a sus discípulos en la transfiguración, después de haberles anunciado su pasión y muerte en la cruz. Y el Padre lo revela como su Hijo predilecto a quien debemos escuchar. Así, alimentados con su Palabra, contemplaremos gozosos la gloria de su rostro (cf. Co).

La primera y segunda lectura, por su parte, nos hablan de la llamada que Dios nos hace a una vida santa, lo que supone dejar lo que haga falta con tal de seguir esa llamada. Abrahán, nuestro padre en la fe, se nos propone como modelo, saliendo de su tie- rra fiándose totalmente de Dios.

- DÍA Y COLECTA DE HISPANOAMÉRICA (dependiente de la CEE, optativa). Celebración de la liturgia del día, alusión en la mon. de entrada y en la hom., intención en la orac. univ., colecta.

- Hoy no se permiten otras celebraciones, tampoco la misa exequial.

Liturgia de las Horas: oficio dominical. No se dice Te Deum. Comp. Dom. II.

Martirologio: elogs. del 6 de marzo, pág. 193.

CALENDARIOS: Huesca y Jaca: Aniversario de la ordenación episcopal de Mons. Julián Ruiz Martorell, obispo (2011).


RITOS INICIALES

INTRODUCCIÓN
La vocación de Abraham es un ejemplo de la respuesta a la propuesta del Padre. Es por eso que es llamado el padre de la fe. Con Abrám, Dios retoma la iniciativa del diálogo. En la respuesta de Abraham existe un cambio con respecto a Abrám, de la lejanía se viene a la cercanía, de la posesión de la tierra a salir de sus posesiones, de la desconfianza en la palabra de Dios a la fe en las promesas. 
Los cristianos estamos llamados con una vocación santa a seguir a Cristo, en un camino de obediencia a Dios. La fe y el total abandono al Señor es un modelo permanente para cada uno de nosotros. Todos estamos llamados a entrar en los caminos de la redención y la respuesta que hay que dar exige una fidelidad cotidiana. Dios no nos abandona, siempre nos sostiene con su gracia, es por eso que siempre hay que recurrir a Él. Jesús se transfiguró en la montaña, después de haber anunciado a los apóstoles que el camino de la salvación tenía que pasar por el calvario, meta que Dios asignó a su Hijo para redimir a la humanidad. 
Sin embargo, Pedro, trata de detener a Jesús en el monte de la gloria, en una tentativa ingenua de evitarle la cruz. Pero la voz del cielo advierte que es necesario escuchar a Cristo y seguir sus pasos. El Evangelio es la palabra de la cruz. Tontera para algunos, pero para aquellos que se salvan, para nosotros, es potencia de Dios. Si Cristo ha tenido que sufrir e inmolarse por nuestros pecados no podemos pretender ser fieles a Dios sin esfuerzo, sin lucha, sin hacer morir en nosotros aquello que no es digno de Dios.
 

Antífona de entrada Sal 24, 6. 3. 22

Mi corazón me habla de ti diciendo: “Busca su rostro”. Tu faz estoy  buscando, Señor; no me escondas tu rostro.

O bien: Cfr. Sal 24, 6. 2. 22

Recuerda, Señor, que tu ternura y tu misericordia son eternas. No permitas que nos derrote el enemigo. Sálvanos, Dios de Israel, de todas nuestras angustias.

No se dice Gloria.


Oración colecta
SEÑOR, Dios, que nos mandaste escuchar a tu Hijo muy amado,
dígnate alimentarnos íntimamente con tu palabra,
para que, ya purificada nuestra mirada interior,
nos alegremos en la contemplación de tu gloria.
Por nuestro Señor Jesucristo.

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA
Vocación de Abrahán, padre del pueblo de Dios
Lectura del libro del Génesis 12, 1-4a
EN AQUELLOS DÍAS, el Señor dijo a Abrahán:
-«Sal de tu tierra y de la casa de tu padre hacia la tierra que te mostraré. Haré de ti un gran pueblo, te bendeciré, haré famoso tu nombre y será una bendición. Bendeciré a los que te bendigan, maldeciré a los que te maldigan. Con tu nombre se bendecirán todas las familias del mundo.»
Abrahán marchó, como le había dicho el Señor.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial Salmo 32, 4-5. 18-19. 20 y 22
R/. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.
V/. La palabra del Señor es sincera
y todas sus acciones son leales;
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra. R/.
V/ Los ojos del Señor están puestos en sus fieles,
en los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre. R/.
V/. Nosotros aguardamos al Señor:
él es nuestro auxilio y escudo.
Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti. R/.

SEGUNDA LECTURA
Dios nos llama y nos ilumina
Lectura de la segunda carta del apóstol San Pablo a Timoteo 1,8b-10
QUERIDO HERMANO:
Toma parte en los duros trabajos del Evangelio, según la fuerza que Dios te dé. Él nos salvó y nos llamó a una vida santa no por nuestros méritos, sino porque antes de la creación, desde tiempo inmemorial, Dios dispuso darnos su gracia, por medio de Jesucristo; y ahora, esa gracia se ha manifestado por medio del Evangelio, al aparecer nuestro Salvador Jesucristo, que destruyó la muerte y sacó a la luz la vida inmortal.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
EVANGELIO
Su rostro resplandecía como el sol
╬ Lectura del santo Evangelio según San Mateo 17, 1-9
EN AQUEL TIEMPO, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan y se los llevó aparte a una montaña alta. Se transfiguró delante de ellos y su rostro resplandecía como el sol y sus vestidos se volvieron blancos como la luz. Y se les aparecieron Moisés y Elías conversando con él.
Pedro entonces tomó la palabra y dijo a Jesús:
-«Señor, ¡qué hermoso es estar aquí! Sí quieres, haré tres chozas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.»
Todavía estaba hablando cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra, y una voz desde la nube decía:
-«Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto. Escuchadle.»
Al oírlo, los discípulos cayeron de bruces, llenos de espanto. Jesús se acercó y tocándolos les dijo:
-«Levantaos, no temáis.»
Al alzar los ojos no vieron a nadie más que a Jesús, solo. Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó:
-«No contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos.»
Palabra del Señor.
Gloria a Ti, Señor Jesús.

DOMINGO DE LA II SEMANA DE CUARESMA CICLO A
Vamos a detenernos en la Transfiguración del Señor. Jesús se hizo semejante a nosotros en todo menos en el pecado. Es verdadero hombre con todo lo que supone de pasibilidad y las exigencias de cargo sobre sí al hacerse responsable de nuestros pecados. Como hoy mismo lo recuerda San Pablo: destruyó la muerte y sacó a luz la vida inmortal.
Hay algo que hoy el Evangelio nos quiere poner delante: la Encarnación lleva consigo la unión de la naturaleza humana con la divina en la Persona del Verbo. La humanidad de Cristo -su alma y su cuerpo- quedan divinizados; transformados de tal manera, que su alma queda enriquecida en modo tal que Jesús, dice el cardenal Ratzinger, participa como hombre del presente de Dios que abarca todos los tiempos. (Alfa y Omega 14 de abril de 2004)
La dimensión y experiencia vivencial del alma de Cristo, como hemos visto frecuentemente en estos breves comentarios a la liturgia de los domingos, llega a profundidades insondables.
Veamos, por ejemplo, unos pensamientos del libro Frutos de oración:
603. La vida de Jesús es tan grande en inmensidad, abarcación, largura y anchura, que sobrepasa el tiempo y la distancia. Y, siendo el Cristo Grande, vive en todos los tiempos y para todos ellos; por lo que, en cualquier tiempo, se le puede vivir en la donación comunicativa de su misterio. (24-10-1974)
606. Jesús me une a Él por el misterio de la Encarnación, en su tiempo, y se une a mí, en el mío, a través del bautismo; al quedar injertada en Él, paso a ser miembro de su Cuerpo, del que Él es Cabeza, desapareciendo los impedimentos del tiempo para vivir la realidad del Sumo y Eterno Sacerdote en la plenitud de cuanto es, vive y manifiesta. (15-9-1974)
612. La vida de fe, esperanza y caridad es más grande y extensiva que la distancia y el tiempo. Y no es que Jesús venga a mi tiempo o yo al suyo, no; es que, por el misterio de la Iglesia, Él abarca todos los tiempos, por lo que Jesús está conmigo y yo estoy con Él realmente, aunque bajo el misterio. (26-10-1974)
Este mismo aspecto, en muchos de los escritos citados de la Madre Trinidad de la Santa Madre Iglesia, lo hemos recordado con frecuencia. Lo que hoy vemos en esta escena es la divinización de su cuerpo, es decir algunos de los efectos visibles de esta unión con el Verbo que se percibe en su cuerpo. Cuando veamos a Jesús en la eternidad, con su cuerpo ya glorificado, seguramente la experiencia será en la línea de lo que fue la experiencia de los tres apóstoles en la Transfiguración. Las consecuencias que transforman el cuerpo del que, con su alma santísima, constituyen la humanidad del mismo Verbo.
La unión personal es de tal calibre que esta naturaleza humana privilegiada mostrará de muchas maneras sus efectos. Ver la divinidad de Cristo supondría ver a Dios cara a cara, ver la Trinidad. Aquí se trata de ver algunos de los efectos en la humanidad de Jesús de lo que es su unión personal con el Verbo.
Como el Señor quiso fortalecer la fe en Él de sus apóstoles predilectos, ver de antemano algunos de los efectos de su glorificación también nos anima a nosotros a seguir a Jesús en su pasión. También nosotros necesitamos animarnos en el caminar por la vida esperando lo que será nuestro triunfo en la eternidad.
Credo.

Oración de los fieles

Oremos, hermanos, al Padre de la misericordia, árbitro de nuestros actos y Dios que escudriña lo profundo de nuestros corazones, y, con espíritu contrito, pidámosle que escuche la oración de su pueblo penitente:

- Para que Dios conceda a sus fieles vivir estos días de Cuaresma con verdadero espíritu de penitencia y prepararse a celebrar con fruto el sacramento del perdón, roguemos al Señor.

- Para que quienes se han apartado del camino del bien y han muerto a causa del pecado escuchen en estos días de Cuaresma la voz del Hijo de Dios y vivan, roguemos al Señor.

- Para que Dios inspire sentimientos de caridad a los que tienen riquezas y multiplique los bienes de la tierra en bien de todos, roguemos al Señor.

- Para que la penitencia cuaresmal aleje de nosotros el amor desordenado a los bienes visibles y sane nuestra aridez espiritual con el deseo de los bienes del cielo, roguemos al Señor.

Dios nuestro, que llamaste a la fe a nuestros padres de Israel,
y a nosotros nos has concedido ser iluminados con la fe del Evangelio,
escucha nuestras oraciones y abre nuestros oídos,
para que, escuchando siempre la voz de tu Hijo 
y aceptando en nuestra vida el misterio de la cruz,
podamos alcanzar la gloria de tu reino.
Por Jesucristo, nuestro Señor.


LITURGIA EUCARÍSTICA

Oración sobre las ofrendas
TE ROGAMOS, Señor, que estos dones borren nuestros pecados
y santifiquen el cuerpo y el alma de tus fieles,
para celebrar dignamente las fiestas pascuales.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

Prefacio
La transfiguración del Señor
℣. El Señor esté con vosotros.
℟. Y con tu espíritu.
℣. Levantemos el corazón.
℟. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
℣. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
℟. Es justo y necesario.
 
EN VERDAD es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar;
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo, Señor nuestro.
Porque él mismo,
después de anunciar su muerte a los discípulos,
les mostró en el monte santo el esplendor de su gloria,
para testimoniar, de acuerdo con la ley y los profetas,
que la pasión es el camino de la resurrección.
Por eso, como los ángeles te cantan en el cielo,
así nosotros en la tierra te aclamamos,
diciendo sin cesar:
 
Santo, Santo, Santo...
 

Antífona de la comunión Mt 17, 5

Éste es mi Hijo amado, en quien me complazco; escuchadlo.


Oración después de la comunión
AL RECIBIR, Señor, este glorioso sacramento,
queremos darte gracias de todo corazón
porque así nos permites, desde este mundo,
participar ya de los bienes del cielo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.


Oración sobre el pueblo
BENDICE, Señor, a tus fieles con una bendición perpetua, y haz que de
tal manera acojan el Evangelio de tu Hijo, que puedan debida y
felizmente desear y alcanzar la gloria que El manifestó a los apóstoles.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Pensamientos para el Evangelio de hoy

«En aquella transfiguración se trataba, sobre todo, de alejar de los corazones de los discípulos el escándalo de la cruz, y evitar así que la humillación de la pasión voluntaria conturbara su fe» (San León Magno).

«‘Escúchenlo’. Es muy importante esta invitación del Padre. Nosotros, los discípulos de Jesús, estamos llamados a ser personas que escuchan su voz y se toman en serio sus palabras» (Francisco).

«Los Evangelios narran en dos momentos solemnes, el bautismo y la transfiguración de Cristo, que la voz del Padre lo designa como su ‘Hijo amado’. Jesús se designa a sí mismo como ‘el Hijo Único de Dios’ (Jn 3,16) y afirma mediante este título su preexistencia eterna. Pide la fe en ‘el Nombre del Hijo Único de Dios’ (Jn 3,18) (…)» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 444).


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