PARROQUIA DEL CARMEN:
- Eucaristía del Domingo de la V Semana de Cuaresma, en la Parroquia (11.00 h.).
PARROQUIA DE LOS DOLORES:
- Eucaristía del Domingo de la V Semana de Cuaresma, en la Parroquia (a las 12.30 h.).
SANTORAL DE HOY
Elogio: En Roma, en la vía Labicana, san Cástulo, mártir.
Patronazgos: patrono de los pastores; contra el riesgo de rayos, agua o incendios en el campo, contra el robo de caballos y la erisipela.
Refieren a este santo: San Sebastián.
Santos Manuel, Sabino, Codrato y Teodosio, mártires
En Anatolia, santos Manuel, Sabino, Codrato y Teodosio, mártires. († s. inc.)
Santos Montano y Máxima, mártires
En la región de Sirmia, en Panonia, santos mártires Montano, presbítero, y Máxima, su esposa, que por confesar ambos su fe en Cristo Señor, fueron precipitados al mar por unos infieles. († c. 304)
San Eutiquio, subdiácono mártir
Conmemoración de la pasión de san Eutiquio, subdiácono alejandrino, que en tiempo del emperador Constancio, y bajo el obispo arriano Jorge, murió por la fe católica. († 356)
San Pedro de Sebaste, obispo
En Sebaste, en Armenia, san Pedro, obispo, hermano menor de san Basilio Magno, fue un eximio defensor de la fe ortodoxa ante los arrianos. († c. 391)
San Bercario, abad
En Montier-en-Der, en la región de la Champaña, san Bercario, primero abad de Hautvillers y después de Der, que, violentamente apuñalado el día de Jueves Santo por un monje al que había reprendido, pasó al cielo el día de la Resurrección. († 685)
Santos Baroncio y Desiderio, eremitas
En el Monte Albano, en la Toscana, santos Baroncio y Desiderio, ermitaños. († s. VII)
San Liudgero de Münster, abad y obispo
En el monasterio de Werden, en Sajonia, tránsito de san Liudgero, obispo, que fue discípulo de Alcuino. Predicó el Evangelio en Frisia, Dinamarca y Sajonia, estableció la sede de Münster y fundó varios monasterios, que se convirtieron en centros para la propagación de la fe. († 809)
Beata Magdalena Catalina Morano, virgen
En Catania, de Sicilia, en Italia, beata Magdalena Catalina Morano, virgen del Instituto de Hijas de María Auxiliadora, que se dedicó a impartir catequesis y recorrió sin cesar toda esta región. († 1908)
Elogio: En Roma, en la vía Labicana, san Cástulo, mártir.
Patronazgos: patrono de los pastores; contra el riesgo de rayos, agua o incendios en el campo, contra el robo de caballos y la erisipela.
Refieren a este santo: San Sebastián.
Santos Manuel, Sabino, Codrato y Teodosio, mártires
En Anatolia, santos Manuel, Sabino, Codrato y Teodosio, mártires. († s. inc.)
Santos Montano y Máxima, mártires
En la región de Sirmia, en Panonia, santos mártires Montano, presbítero, y Máxima, su esposa, que por confesar ambos su fe en Cristo Señor, fueron precipitados al mar por unos infieles. († c. 304)
San Eutiquio, subdiácono mártir
Conmemoración de la pasión de san Eutiquio, subdiácono alejandrino, que en tiempo del emperador Constancio, y bajo el obispo arriano Jorge, murió por la fe católica. († 356)
San Pedro de Sebaste, obispo
En Sebaste, en Armenia, san Pedro, obispo, hermano menor de san Basilio Magno, fue un eximio defensor de la fe ortodoxa ante los arrianos. († c. 391)
San Bercario, abad
En Montier-en-Der, en la región de la Champaña, san Bercario, primero abad de Hautvillers y después de Der, que, violentamente apuñalado el día de Jueves Santo por un monje al que había reprendido, pasó al cielo el día de la Resurrección. († 685)
Santos Baroncio y Desiderio, eremitas
En el Monte Albano, en la Toscana, santos Baroncio y Desiderio, ermitaños. († s. VII)
San Liudgero de Münster, abad y obispo
En el monasterio de Werden, en Sajonia, tránsito de san Liudgero, obispo, que fue discípulo de Alcuino. Predicó el Evangelio en Frisia, Dinamarca y Sajonia, estableció la sede de Münster y fundó varios monasterios, que se convirtieron en centros para la propagación de la fe. († 809)
Beata Magdalena Catalina Morano, virgen
En Catania, de Sicilia, en Italia, beata Magdalena Catalina Morano, virgen del Instituto de Hijas de María Auxiliadora, que se dedicó a impartir catequesis y recorrió sin cesar toda esta región. († 1908)
LITURGIA DE HOY
Misa del Domingo (morado).
MISAL: ants. y oracs. props., sin Gl., Cr., Pf. prop. No se puede decir la PE IV.
LECC.: vol. I (A).
- Ez 37, 12-14. Pondré mi espíritu en vosotros y viviréis.
- Sal 129. R. Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa.
- Rom 8, 8-11. El Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros.
- Jn 11, 1-45. Yo soy la resurrección y la vida.
Cercanos ya los días de la pasión del Señor, la oración colecta de este domingo nos recuerda que fue el amor el que movió al Hijo a entregarse a la muerte por la salvación del mundo. Pero vencerá a la muerte resucitando para que nosotros participemos en su resurrección: «Pondré mi espíritu en vosotros y viviréis» (1 Lect). Se trata del mismo Espíritu Santo que resucitó a Jesús de entre los muertos y que, si habita en nosotros por la gracia, también vivificará nuestros cuerpos (2 Lect). En el Evangelio Cristo se nos revela como laresurrección y la vida: «el que cree en mí no morirá para siempre».
- Este domingo se celebra el tercer escrutinio preparatorio al bautismo para los catecúmenos que en la Vigilia pascual serán admitidos a los sacramentos de la Iniciación cristiana, con oraciones e intercesiones propias.
- La costumbre de cubrir las cruces y las imágenes de la iglesia desde este domingo puede conservarse. Las cruces permanecerán cubiertas hasta después de la celebración de la Pasión del Señor, el Viernes Santo, y las imágenes hasta el comienzo de la Vigilia pascual.
- Hoy no se permiten otras celebraciones, tampoco la misa exequial.
Liturgia de las Horas: oficio dominical. No se dice Te Deum. Comp. Dom. II.
Martirologio: elogs. del 27 de marzo, pág. 225.
CALENDARIOS: Canarias: Aniversario de la ordenación episcopal de Mons. Cristóbal Déniz Hernández, obispo auxiliar (2022).
LITURGIA DE HOY
Misa del Domingo (morado).
MISAL: ants. y oracs. props., sin Gl., Cr., Pf. prop. No se puede decir la PE IV.
LECC.: vol. I (A).
- Ez 37, 12-14. Pondré mi espíritu en vosotros y viviréis.
- Sal 129. R. Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa.
- Rom 8, 8-11. El Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros.
- Jn 11, 1-45. Yo soy la resurrección y la vida.
Cercanos ya los días de la pasión del Señor, la oración colecta de este domingo nos recuerda que fue el amor el que movió al Hijo a entregarse a la muerte por la salvación del mundo. Pero vencerá a la muerte resucitando para que nosotros participemos en su resurrección: «Pondré mi espíritu en vosotros y viviréis» (1 Lect). Se trata del mismo Espíritu Santo que resucitó a Jesús de entre los muertos y que, si habita en nosotros por la gracia, también vivificará nuestros cuerpos (2 Lect). En el Evangelio Cristo se nos revela como laresurrección y la vida: «el que cree en mí no morirá para siempre».
- Este domingo se celebra el tercer escrutinio preparatorio al bautismo para los catecúmenos que en la Vigilia pascual serán admitidos a los sacramentos de la Iniciación cristiana, con oraciones e intercesiones propias.
- La costumbre de cubrir las cruces y las imágenes de la iglesia desde este domingo puede conservarse. Las cruces permanecerán cubiertas hasta después de la celebración de la Pasión del Señor, el Viernes Santo, y las imágenes hasta el comienzo de la Vigilia pascual.
- Hoy no se permiten otras celebraciones, tampoco la misa exequial.
Liturgia de las Horas: oficio dominical. No se dice Te Deum. Comp. Dom. II.
Martirologio: elogs. del 27 de marzo, pág. 225.
CALENDARIOS: Canarias: Aniversario de la ordenación episcopal de Mons. Cristóbal Déniz Hernández, obispo auxiliar (2022).
RITOS INICIALES
RITOS INICIALES
Señor, hazme justicia. Defiende
mi causa contra gente sin piedad, sálvame del hombre injusto y malvado, tú que
eres mi Dios y mi defensa.
No se dice Gloria.
Oración colecta
TE ROGAMOS, Señor Dios nuestro, que, con tu auxilio, avancemos animosamente
hacia aquel grado de amor con el que tu Hijo, por la salvación del mundo, se
entregó a la muerte. Él que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
LITURGIA DE LA PALABRA
Pondré mi espíritu en vosotros y viviréis
«Yo mismo abriré vuestros sepulcros,
y os sacaré de ellos, pueblo mío,
y os llevaré a la tierra de Israel.
Y cuando abra vuestros sepulcros
y os saque de ellos, pueblo mío,
comprenderéis que soy el Señor.
Pondré mi espíritu en vosotros y viviréis;
os estableceré en vuestra tierra
y comprenderéis que yo, el Señor,
lo digo y lo hago —oráculo del Señor—».
Te alabamos, Señor.
la redención copiosa.
Señor, escucha mi voz;
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica. R/.
¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón,
y así infundes temor. R/.
espera en su palabra;
mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela la aurora.
Aguarde Israel al Señor,
como el centinela la aurora. R/.
la redención copiosa;
y él redimirá a Israel
de todos sus delitos. R/.
Te alabamos, Señor.
Gloria a Ti, Señor Jesús.
DOMINGO DE LA V SEMANA DE CUARESMA CICLO A
Aunque centraremos principalmente nuestra atención en el Evangelio
-la resurrección de Lázaro-, veamos también la lección de la primera lectura:
restauración del pueblo que vive en el exilio y en la segunda lectura: la
promesa de la restauración de cada uno de nosotros: El que resucitó de entre
los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales...
¡El poder de Cristo es capaz de renovar totalmente la creación
entera y al hombre que fue rey de la creación y que es víctima del pecado y sus
consecuencias, al pueblo de Israel desecho también por sus infidelidades a
Dios!
Constatar las consecuencias de su infidelidad a Dios ha sido
frecuentemente lo que ha llevado al pueblo de Dios a volver a Él y en su grado
también en la historia de la Iglesia y de la humanidad.
Si buscamos las razones del porqué Dios deja para el fin de los tiempos la plena restauración del hombre en la resurrección de los cuerpos, una muy clara es la gran lección de la muerte en la que tan claramente se palpa que sólo Dios se es y que nosotros por nosotros mismos somos nada.
Veamos algunos pensamientos de la Madre Trinidad de la Santa Madre
Iglesia (del libro Frutos de oración):
1.169. La muerte es la rendición del hombre ante Dios, que, con la
destrucción de su ser, le dice: Tú sólo eres de por ti, y lo que no eres Tú, no
es más que lo que Tú quieres que sea, en tiempo, realidad y ser. (8-5-1970)
1.170. Un hombre muerto está diciendo a Dios con su destrucción, en demostración de su total impotencia: Tú sólo eres. (8-5-1970)
1.171. La soberbia del hombre termina con y en su destrucción el
día de la muerte, sometiéndose al que Es, en manifestación de su nada ante el
Todo, que para serlo todo, se es en sí, por sí y para sí mismo. (8-5-1970).
1.172. Gracias, Señor, por el descanso que me das, al saber que un
día, con mi muerte, yo seré una demostración visible de que Tú sólo eres, y de
que yo no soy. (8-5-1970).
1.173. El día que el hombre dijo a Dios que «no», murió; y con su
muerte, en rendición total, clamó escalofriantemente: Tú sólo eres, y todo lo
que no eres Tú, a ti te está sometido. Yo hoy lo demuestro con mi destrucción y
fracaso total, pues, si Tú no me resucitas, ya nada soy capaz de ser ni hacer.
(8-5-1970).
1.175. La muerte es la consecuencia del «NO TE SERVIRE», y la
rendición del hombre, diciendo con su destrucción: «Tú sólo eres de por ti, y
yo dependo total y exclusivamente de tu voluntad; lo reconozco, en ti espero».
(8-5-1970).
¡Bonita lección que brota de la promesa de restauración de la
sociedad en general y de nuestra restauración!
Pero metámonos en el Evangelio: resurrección de Lázaro. Sigamos un
poco el diálogo: le comunican a Jesús la enfermedad sin duda muy grave de Lázaro
y Jesús se quedó todavía dos días donde estaba. Por lo que aparece después
estaba sin duda lejos: en Galilea o en la Decápolis donde se había refugiado
ante las hostilidades de los judíos.
La aparente indiferencia de Jesús tiene su explicación. Él sabe que
ha muerto y quiere que pasen más de tres días para que la resurrección sea más
asimilable, tratándose de un cadáver en descomposición, como subraya también
Marta: Señor, ya huele mal, porque lleva cuatro días.
Jesús ha querido probar la fe de Marta y María y ha querido
también dar una muestra clara de su divinidad: Padre te doy gracias porque me
has escuchado; yo sé que tú me escuchas siempre; pero lo digo por la gente que
me rodea, para que crean que Tú me has enviado. Antes había dicho: esta enfermedad
no acabará con la muerte, sino para la gloria de Dios...; las lágrimas de
Jesús: sollozó y, muy conmovido, preguntó. Más adelante: Jesús, sollozando de
nuevo y un poco antes: Jesús se echó a llorar.
Este llorar de Jesús, señalado por tres veces, dice sin duda mucho
en torno a su sensibilidad humana y viendo más allá de la escena presente la
capacidad de Jesús de llorar ante las consecuencias tremendas y el sufrimiento
que lleva consigo el pecado para toda la humanidad.
Qué bien vienen aquí las frases de la Madre Trinidad de la Santa
Madre Iglesia: (Opúsculo nº 2 del libro Luz en la noche. El misterio de la fe
dado en sabiduría amorosa):
Pero a Dios, al mirar al hombre en la situación en que se
encuentra después de haberse rebelado contra su Creador en el Paraíso terrenal,
por instigación del diablo, se le mueven las honduras de sus entrañas en
compasión, se le remueve la médula de su ser infinito, se siente estremecer en
el amor del Espíritu Santo. Las tres divinas Personas, mirándose entre sí,
hubieran roto a llorar –si en Dios cupiera el llanto, que no cabe–, ante la
catástrofe espeluznante en que el hombre está envuelto: ¡aquella criatura que
con ternura infinita fue creada por su mano omnipotente; aquella que, llena de
los dones del Espíritu Santo, era capaz de ser, por participación, lo que Él
mismo era; la criatura en la que Él había ido poniendo los reflejos de su serse
sabiduría, de su serse Padre, de su serse amor candente en las llamas del
Espíritu Santo...!
Y fue ¡tanto, tanto, tanto! el destrozo del hombre ante Dios que
no puede llorar, que, para poder llorar, Dios se hace Hombre. ¡Porque había que
llorar, como fuera, ante aquella respuesta de la criatura a su Creador!
Y Dios, a pesar de no poder realizar en sí, por la plenitud de su
ser y la grandeza de su subsistencia, la necesidad de padecer y llorar por la
situación escalofriante en que el hombre se encontraba, inventó, de una manera
portentosa y maravillosa, el modo de poder realizar aquello que el «no» de la
criatura clamaba ante la rotura de los planes eternos.
«Cristo, en los días de su vida mortal, a gritos y con lágrimas,
presentó oraciones y súplicas al que podía salvarlo de la muerte, cuando en su
angustia fue escuchado»17.
«Lloró Jesús, y los judíos decían: ¡Cómo le amaba!»18.
Y «al acercarse Jesús a Jerusalén y ver la ciudad, lloró por ella diciendo: ¡Si al menos en este día conocieras también tú lo que te traigo para la paz...! Pero no: está escondido a tus ojos»19.
17 Heb 5, 7. 18 Jn 11, 35-36. 19 Lc 19,
41-42.
LITURGIA DE LA EUCARISTÍA
LITURGIA DE LA EUCARISTÍA
en quienes infundiste la sabiduría de la fe cristiana,
quedar purificados, por la eficacia de este sacrificio.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Cuando no se lee el evangelio de la resurrección de Lázaro, se dice el prefacio I o II de Cuaresma. En cambio, cuando se lee el evangelio de la resurrección de Lázaro, se dice el siguiente:
EN VERDAD es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo, Señor nuestro.
por el misterio de la encarnación,
condujo al género humano, que caminaba en tinieblas, a la luz de la fe,
y a quienes nacían esclavos del pecado los elevó, renacidos por el bautismo,
a la dignidad de hijos de adopción.
en el cielo y en la tierra,
te adoran entonando un cántico nuevo,
y también nosotros, unidos a los ángeles,
te aclamamos, diciendo sin cesar:
Antífona de la comunión Cfr. Jn 11, 26
que podamos contarnos siempre entre los miembros de aquel
cuyo Cuerpo y Sangre acabamos de comulgar.
El, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Oración sobre el pueblo
que espera los dones de tu misericordia,
y concédele recibir de tu mano generosa
lo que tú mismo lo mueves a pedir.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
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