PROGRAMA PARROQUIAL:
JUEVES, 03 DE MARZO
- Horario de la parroquia: abierta de 10.30 h. a 13.30 h. y de 17.00 h. a 21.00 h.
- Horario de despacho: de lunes a viernes, de 10.30 h. a 13.30 h y de 17.00 h. a 20.00 h.
- Exposición del Santísimo y Rezo de Vísperas (a las 18.00 h.).
- Rezo del Santo Rosario (a las 20.00 h.) y Eucaristía del Jueves después de Ceniza, desde la iglesia de San Francisco (a las 20.30 h.), Primer Día de Triduo al Cristo del Amor (Hermandad de la Borriquita).
DIRECTORIO SOBRE LA PIEDAD POPULAR Y LA LITURGIA
EN EL TIEMPO DE CUARESMA
La veneración de Cristo crucificado
127. El camino cuaresmal termina con el comienzo del Triduo pascual, es decir, con la celebración de la Misa In Cena Domini. En el Triduo pascual, el Viernes Santo, dedicado a celebrar la Pasión del Señor, es el día por excelencia para la "Adoración de la santa Cruz".
Sin embargo, la piedad popular desea anticipar la veneración cultual de la Cruz. De hecho, a lo largo de todo el tiempo cuaresmal, el viernes, que por una antiquísima tradición cristiana es el día conmemorativo de la Pasión de Cristo, los fieles dirigen con gusto su piedad hacia el misterio de la Cruz.
Contemplando al Salvador crucificado captan más fácilmente el significado del dolor inmenso e injusto que Jesús, el Santo, el Inocente, padeció por la salvación del hombre, y comprenden también el valor de su amor solidario y la eficacia de su sacrificio redentor.
128. Las expresiones de devoción a Cristo crucificado, numerosas y variadas, adquieren un particular relieve en las iglesias dedicadas al misterio de la Cruz o en las que se veneran reliquias, consideradas auténticas, del lignum Crucis. La "invención de la Cruz", acaecida según la tradición durante la primera mitad del siglo IV, con la consiguiente difusión por todo el mundo de fragmentos de la misma, objeto de grandísima veneración, determinó un aumento notable del culto a la Cruz.
En las manifestaciones de devoción a Cristo crucificado, los elementos acostumbrados de la piedad popular como cantos y oraciones, gestos como la ostensión y el beso de la cruz, la procesión y la bendición con la cruz, se combinan de diversas maneras, dando lugar a ejercicios de piedad que a veces resultan preciosos por su contenido y por su forma.
No obstante, la piedad respecto a la Cruz, con frecuencia, tiene necesidad de ser iluminada. Se debe mostrar a los fieles la referencia esencial de la Cruz al acontecimiento de la Resurrección: la Cruz y el sepulcro vacío, la Muerte y la Resurrección de Cristo, son inseparables en la narración evangélica y en el designio salvífico de Dios. En la fe cristiana, la Cruz es expresión del triunfo sobre el poder de las tinieblas, y por esto se la presenta adornada con gemas y convertida en signo de bendición, tanto cuando se traza sobre uno mismo, como cuando se traza sobre otras personas y objetos.
129. El texto evangélico, particularmente detallado en la narración de los diversos episodios de la Pasión, y la tendencia a especificar y a diferenciar, propia de la piedad popular, ha hecho que los fieles dirijan su atención, también, a aspectos particulares de la Pasión de Cristo y hayan hecho de ellos objeto de diferentes devociones: el "Ecce homo", el Cristo vilipendiado, "con la corona de espinas y el manto de púrpura" (Jn 19,5), que Pilato muestra al pueblo; las llagas del Señor, sobre todo la herida del costado y la sangre vivificadora que brota de allí (cfr. Jn 19,34); los instrumentos de la Pasión, como la columna de la flagelación, la escalera del pretorio, la corona de espinas, los clavos, la lanza de la transfixión; la sábana santa o lienza de la deposición.
Estas expresiones de piedad, promovidas en ocasiones por personas de santidad eminente, son legítimas. Sin embargo, para evitar una división excesiva en la contemplación del misterio de la Cruz, será conveniente subrayar la consideración de conjunto de todo el acontecimiento de la Pasión, conforme a la tradición bíblica y patrística.
La lectura de la Pasión del Señor
130. La Iglesia exhorta a los fieles a la lectura frecuente, de manera individual o comunitaria, de la Palabra de Dios. Ahora bien, no hay duda de que entre las páginas de la Biblia, la narración de la Pasión del Señor tiene un valor pastoral especial, por lo que, por ejemplo, el Ordo unctionis infirmorum eorumque pastoralis curae sugiere la lectura, en el momento de la agonía del cristiano, de la narración de la Pasión del Señor o de algún paso de la misma.
Durante el tiempo de Cuaresma, el amor a Cristo crucificado deberá llevar a la comunidad cristiana a preferir el miércoles y el viernes, sobre todo, para la lectura de la Pasión del Señor.
Esta lectura, de gran sentido doctrinal, atrae la atención de los fieles tanto por el contenido como por la estructura narrativa, y suscita en ellos sentimientos de auténtica piedad: arrepentimiento de las culpas cometidas, porque los fieles perciben que la Muerte de Cristo ha sucedido para remisión de los pecados de todo el género humano y también de los propios; compasión y solidaridad con el Inocente injustamente perseguido; gratitud por el amor infinito que Jesús, el Hermano primogénito, ha demostrado en su Pasión para con todos los hombres, sus hermanos; decisión de seguir los ejemplos de mansedumbre, paciencia, misericordia, perdón de las ofensas y abandono confiado en las manos del Padre, que Jesús dio de modo abundante y eficaz durante su Pasión.
Fuera de la celebración litúrgica, la lectura de la Pasión se puede "dramatizar" si es oportuno, confiando a lectores distintos los textos correspondientes a los diversos personajes; asimismo, se pueden intercalar cantos o momentos de silencio meditativo.
NOTICIAS DE ACTUALIDAD
A través de la Limosnería Apostólica, el Papa ha enviado suministros médicos a la Basílica de Santa Sofía en Roma, un punto de referencia para la comunidad ucraniana: desde hace días salen de allí camiones cargados de alimentos y productos de primera necesidad, destinados a la población que sufre las dramáticas consecuencias de la guerra.
SANTORAL DE HOY
Elogio: En Calahorra, en la Hispania Tarraconense, santos Emeterio y Celedonio, quienes, durante el desempeño de la milicia en los campamentos junto a León, en la provincia romana de Gallaecia, por confesar el nombre de Cristo en los comienzos de la persecución, fueron conducidos a Calahorra, y allí coronados con el martirio.
Patronazgos: patronos de Santander.
Refieren a este santo: Santos Servando y Germán.
Elogio: En Calahorra, en la Hispania Tarraconense, santos Emeterio y Celedonio, quienes, durante el desempeño de la milicia en los campamentos junto a León, en la provincia romana de Gallaecia, por confesar el nombre de Cristo en los comienzos de la persecución, fueron conducidos a Calahorra, y allí coronados con el martirio.
Patronazgos: patronos de Santander.
Refieren a este santo: Santos Servando y Germán.
Santos Marino y Asterio, mártires
En Cesarea de Palestina, santos Marino, soldado, y Asterio, senador, mártires en tiempo del emperador Galieno. El primero, delatado por su condición de cristiano por un compañero envidioso, profesó su fe ante el juez con palabras muy claras y, decapitado, alcanzó la corona del martirio. Asterio, por haber honrado el cuerpo del mártir al ajustarle la propia veste con que se cubría, mereció a su vez el mismo honor que él había prestado al mártir. († c. 260).
Santos Cleónico y Eutropio, mártires
En Amasea, en el Ponto, santos Cleónico y Eutropio, mártires en la persecución desencadenada bajo el emperador Maximiano, siendo procurador Asclepiódato. († s. IV)
San Ticiano de Brescia, obispo
En Brescia, en la región de Venecia, san Ticiano, obispo. († c. 526)
San Winwaleo, abad
En la península de Armórica, en Bretaña, san Winwaleo, primer abad de Landevenec, el cual, según la tradición, fue discípulo de san Budoco en la isla de Lavret, y con su vida ilustró la regla monástica. († c. 533)
Santa Artelaides, virgen
En Benevento, en la Campania, santa Artelaides, virgen († c. 567)
San Anselmo de Nonantola, abad
En Nonántola, en la Emilia, san Anselmo, fundador y primer abad de este monasterio, en el que durante cincuenta años promovió la disciplina monástica, tanto con sus normas como con el ejercicio de las virtudes. († 803)
Santa Cunegunda, viuda y fundadora
En el monasterio de Oberkaufungen, en Hesse, santa Cunegunda, que aportó muchos beneficios a la Iglesia junto con su cónyuge, el emperador san Enrique, y que, tras la muerte de éste, abrazó la vida cenobítica en el monasterio donde se había retirado. Al morir, hizo a Cristo heredero de todos sus bienes, y su cuerpo fue colocado junto a los restos de su esposo, en Bamberg. († 1033/1039)
Beato Federico de Mariengaarde, abad y presbítero
En Frisia, beato Federico, presbítero, que primero fue párroco en la ciudad de Hallum y después llegó a ser abad del monasterio de Mariengaarde, de la Orden Premonstratense. († 1175)
Beato Pedro Geremia, religioso presbítero
En Palermo, en Sicilia, beato Pedro Geremia, presbítero de la Orden de Predicadores, que, confirmado por san Vicente Ferrer en el ministerio de la palabra de Dios, se entregó por entero a la salvación de las almas. († 1452)
Beato Giacomino de Canepaci, religioso
En Vercelli, en el Piamonte, beato Jacobino de' Canepacci, religioso de la Orden de los Carmelitas, preclaro por su dedicación a la oración y a la penitencia. († 1508)
Beatos Liberato Weiss, Samuel Marzorati, y Miguel Pío Fasoli de Zerbo, presbíteros y mártires
En Gondar, en Etiopía, beatos Liberato Weisss, Samuel Marzorati y Miguel Pío Fasoli de Zerbo, presbíteros de la Orden de los Hermanos Menores y mártires, que murieron lapidados a causa de su fe católica. († 1716)
Beato Pedro Renato Rogue, presbítero y mártir
En Vannes, localidad de Bretaña Menor, en Francia, beato Pedro Renato Rogue, presbítero de la Congregación de la Misión y mártir, que en tiempo de la Revolución Francesa, rechazando el inicuo juramento impuesto al clero, permaneció secretamente en la ciudad para atender con su ministerio a los fieles, y finalmente, condenado a la pena capital, descansó en la misericordia del Señor en la misma iglesia donde celebraba los sagrados misterios. († 1796)
Santa Teresa Eustoquio Verzeri, virgen y fundadora
En Brescia, en Lombardía, santa Teresa Eustoquio (Ignacia) Verzeri, virgen, fundadora del Instituto de Hijas del Sacratísimo Corazón de Jesús. († 1852)
Beato Inocencio de Berzo Scalvinoni, religioso presbítero
En Bérgamo, también de Lombardía, beato Inocencio de Berzo (Juan) Scalvinoni, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos, que brilló por su eximia caridad difundiendo la palabra de Dios y escuchando las confesiones. († 1890)
Beata María Concepción Cabrera Arias de Armida, fundadora
En México D.F., México, beata María Concepción Cabrera Arias de Armida, laica, devota esposa y madre de familia. Al enviudar se sumergió profundamente en la contemplación de la Trinidad, llevándola a fundar las Obras de la Cruz. († 1937)
Santa Catalina Drexel, virgen y fundadora
En Filadelfia, ciudad del estado de Pensilvania, en los Estados Unidos de Norteamérica, santa Catalina Drexel, virgen, que fundó la Congregación de Hermanas del Santísimo Sacramento y utilizó con largueza y de buen grado los bienes de su herencia en educar y ayudar a indios y negros. († 1955)
LITURGIA DE HOY
Pensamientos para el
Evangelio de hoy
«Fijemos con
atención nuestra mirada en la sangre de Cristo, y reconozcamos cuán preciosa ha
sido a los ojos de Dios, su Padre, pues, derramada por nuestra salvación,
alcanzó la gracia de la penitencia para todo el mundo» (San Clemente Romano)
«No podemos
pensar en la vida cristiana fuera de este camino que Él recorrió primero. Es el
camino de la humildad. El estilo cristiano sin cruz no es de ninguna manera
cristiano, y si la cruz es una cruz sin Jesús, no es cristiana» (Francisco)
«La conversión
se realiza en la vida cotidiana mediante gestos de reconciliación, la atención
a los pobres, el ejercicio y la defensa de la justicia y del derecho, (…) la
aceptación de los sufrimientos, el padecer la persecución a causa de la
justicia. Tomar la cruz cada día y seguir a Jesús es el camino más seguro de la
penitencia» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1.435).
MISAL: ants. y oracs. props., Pf. Cuaresma.
LECC.: vol. II.
- Lc 9, 22-25. El que pierda su vida por mi causa la salvará.
Liturgia de las Horas: oficio de
feria.
Martirologio: elogs. del 4 de marzo,
pág. 190.
CALENDARIOS:
Bilbao, Pamplona y Tudela, San Sebastián y Vitoria: Santos
Emeterio y Celedonio, mártires (conm.).
Calahorra
y La Calzada-Logroño: El martirio de los santos Emeterio y
Celedonio, mártires (conm.).
Antífona de entrada Cf. Sal 54, 17-20. 23
Cuando
invoqué al Señor, él escuchó mi voz y me salvó de los enemigos. Encomienda al
Señor tus afanes, que él te sustentará.
Te pedimos, Señor, que inspires, sostengas y acompañes nuestras obras,
para que nuestro trabajo comience en ti, como en su fuente,
y tienda siempre a ti, como a su fin.
Por nuestro Señor Jesucristo.
LECTURAS DE LA MISA
Audio y comentario del Evangelio de hoy (I)
Audio y comentario del Evangelio de hoy (II)
Lectura del libro del Deuteronomio (Dt 30, 15-20)
MOISÉS habló al pueblo, diciendo:
«Mira: hoy pongo delante de ti la vida y el bien, la muerte y el mal. Pues yo te mando hoy amar al Señor, tu Dios, seguir sus caminos, observar sus preceptos, mandatos y decretos, y así vivirás y crecerás y el Señor, tu Dios, te bendecirá en la tierra donde vas a entrar para poseerla.
Pero, si tu corazón se aparta y no escuchas, si te dejas arrastrar y te postras
ante otros dioses y les sirves, yo os declaro hoy que moriréis sin remedio; no
duraréis mucho en la tierra adonde tú vas a entrar para tomarla en posesión una
vez pasado el Jordán.
Hoy cito como testigos contra vosotros al cielo y a la tierra. Pongo delante de
ti la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Elige la vida, para que
viváis tú y tu descendencia, amando al Señor, tu Dios, escuchando su voz,
adhiriéndote a él, pues él es tu vida y tus muchos años en la tierra que juró
dar a tus padres, Abrahán, Isaac y Jacob».
que no sigue el consejo de los impíos,
ni entra por la senda de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los cínicos;
sino que su gozo es la ley del Señor,
y medita su ley día y noche.
R. Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.
V. Será como un árbol
plantado al borde de la acequia:
da fruto en su sazón
y no se marchitan sus hojas;
y cuanto emprende tiene buen fin.
R. Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.
V. No así los impíos, no así;
serán paja que arrebata el viento.
Porque el Señor protege el camino de los justos,
pero el camino de los impíos acaba mal.
R. Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.
╬ Lectura del santo Evangelio según san Lucas (Lc 9, 22-25)
R. Gloria a ti, Señor.
Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.
No se trata de una cruz ornamental, o de una cruz ideológica, sino que es la
cruz del propio deber, la cruz del sacrificarse por los demás con amor –por los
padres, los hijos, la familia, los amigos, también por los enemigos–, la cruz
de la disponibilidad para ser solidarios con los pobres, para comprometerse por
la justicia y la paz. Asumiendo esta actitud, estas cruces, siempre se pierde
algo. No debemos olvidar jamás que «quien perderá la propia vida [por Cristo],
la salvará» (Lc 9, 24). Es un perder para ganar. Y recordamos a todos nuestros
hermanos que aún hoy ponen en práctica estas palabras de Jesús, ofreciendo su
tiempo, su trabajo, su propia fatiga y hasta su vida para no renegar de su fe
en Cristo. Jesús, mediante su Espíritu Santo, nos da la fuerza para ir hacia
adelante en el camino de la fe y del testimonio: actuar de acuerdo con lo que
creemos; no decir una cosa y hacer otra.
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