13 de marzo - DOMINGO II DE CUARESMA (CICLO C)

 


DOMINGO II DE CUARESMA (CICLO C)


PROGRAMA PARROQUIAL:
DOMINGO, 13 DE MARZO

- Horario de la parroquia: abierta de 09.30 h. a 13.30 h. y de 18.00 h. a 21.30 h.

- Eucaristía del Domingo II de Cuaresma (a las 11.00 h.).


- Rezo del Santo Rosario (a las 19.00 h.) y Eucaristía II Vísperas del Domingo II de Cuaresma (a las 19.30 h.), Función Principal de Instituto de la Hermandad de la Vera+Cruz.



NOTICIAS DE ACTUALIDAD




También nuestra parroquia está recogiendo donativos para enviarlos a Cáritas Huelva, y desde ahí, a Cáritas Española para hacerlos llegar a Cáritas Ucrania.

Gracias por vuestra generosidad. Ningún céntimo o ayuda hechos con amor a Dios y al prójimo quedará sin recompensa. Dios os lo pagará.

Si queréis colaborar desde la cuenta de la parroquia lo podéis hacer aquí:



Número de cuenta: ES87 3187 0026 4510 8793 8021

Concepto:                      Colecta UCRANIA.

Para más información, pincha aquí en Cáritas






Portada

La hermana Malika visita cada día peligrosas chozas y callejones para rescatar a niños de la droga

Fe y valentía, la receta que hace de esta religiosa la única esperanza contra el narcotráfico

Se cumple el centenario de su ingreso en la Iglesia: muchos llegaron luego gracias a él

¿Por qué Chesterton tardó tanto en convertirse al catolicismo? Varias hipótesis para un misterio

Gray arrastraba un problema de falta de amor en el hogar

Aunque no creía, en una web de oración conoció a la Virgen y le transformó tanto que va a bautizarse

Vídeos

  Una fe «absorbida por el Nuevo Orden Mundial»

  Refugio provida frente al abortorio

  Aceites, vinos y dulces del Barroux

  Mariana: historia de conversión y efusión

  El Papado y el obispo destituido

Otras noticias

  El Evangelio, la cruz y María, los tres remedios del Papa para vencer el cansancio espiritual

  «Renovar y reformar», la agenda de Conesa Ferrer como sucesor de Novell al frente de Solsona

  Francisco: «No es tiempo de dejarse anestesiar por el clima individualista de hoy»

  La Santa Sede expresa su dolor ante la «incomprensible expulsión» del nuncio apostólico de Nicaragua

Opinión

  ¿Lucharía por mi país? , por Juan Cadarso

Blogs

  Hoy el reto del amor es que recojas todos tus palos. , por El Reto Del Amor

  La trasfiguración en ti. Comentario para Matrimonios: Lucas 9, 28b-36 , por ProyectoAmorConyugal.es

  Reflexión Domingo II de Cuaresma , por La alegría de la Buena Noticia

  ¡400 años de santidad! , por Sólo Dios basta


Elogio: En Córdoba, en Andalucía, pasión de los santos Rodrigo, presbítero, y Salomón, mártires. El primero, al negarse a aceptar a Mahoma como el verdadero profeta enviado por el Omnipotente, fue encarcelado. En el cautiverio coincidió con Salomón, que algún tiempo antes había pertenecido a la religión mahometana, y al ser decapitados ambos a la vez, finalizaron gloriosamente el curso de su combate.

    Santos Macedonio, Patricia y Modesta, mártires   

En Nicomedia, de Bitinia, santos mártires Macedonio, presbítero, Patricia, su esposa, y Modesta, su hija. († s. inc.)

   San Sabino, mártir   

En Hermópolis, en Egipto, san Sabino, mártir, que después de varios suplicios terminó siendo arrojado al río. († s. IV)

   Santa Cristina, mártir   

En Persia, santa Cristina, mártir, que, azotada con varas, consumó el martirio en tiempo de Cosroes I, rey de los persas. († 559)

   San Pientio de Poitiers, obispo   

En Poitiers, en Aquitania, san Pientio, obispo, que tanto ayudó a la beata Radegunda en la fundación de cenobios. († c. 564)

   San Eldrado, abad   

En el monasterio de Novalesa, a los pies del Montecenisio, en el valle de Susa, san Eldrado, abad, que, apasionado del culto divino, revisó el salterio y promovió la construcción de nuevas iglesias. († c. 840)

   San Ansovino de Camerino, obispo   

En Camerino, del Piceno, san Ansovino, obispo. († 868)

   Beato Pedro II, abad   

En el monasterio de Cava dei Tirreni, en la Campania, beato Pedro II, abad. († 1208)

   Beato Agnelo de Pisa, religioso presbítero   

En Oxford, en Inglaterra, beato Agnelo de Pisa, presbítero, que enviado por san Francisco a Francia y después a Inglaterra, estableció allí la Orden de los Hermanos Menores y promovió las ciencias sagradas. († c. 1236)

   Beata Francisca Tréhet, religiosa mártir   

En Ernée, en la región de Mayenne, en Francia, beata Francisca Tréhet, virgen de la Congregación de la Caridad y mártir, que, entregada con toda diligencia a la instrucción de los niños y al cuidado de los enfermos, durante la Revolución Francesa fue guillotinada, y completó así su glorioso martirio por Cristo. († 1794)

   Santa Dulce Lopes Pontes de Souza Brito, virgen

En San Salvador, Bahía, Brasil, santa Dulce (Maria Rita) Lopes Pontes de Souza Brito, virgen, de las Hermanas Misioneras de la Inmaculada Concepción, que fundó varias obras sociales para la atención de los más necesitados. († 1992)


LITURGIA DE HOY

 

Pensamientos para el Evangelio de hoy

  • «Que nadie se avergüence de la cruz de Cristo, gracias a la cual el mundo ha sido redimido. El Señor echó sobre sí toda la debilidad de nuestra condición, y, si nos mantenemos en su amor, venceremos lo que él venció y recibiremos lo que prometió» (San León Magno)

  • «Jesús toma la decisión de mostrar a Pedro, Santiago y Juan una anticipación de su gloria, aquella que tendrá después de la Resurrección, para confirmarlos en la fe y alentarlos a seguirlo en el camino de la prueba, en el camino de la Cruz» (Francisco)

  • «Por un instante, Jesús muestra su gloria divina, confirmando así la confesión de Pedro. Muestra también que para ‘entrar en su gloria’ (Lc 24,26), es necesario pasar por la Cruz en Jerusalén. Moisés y Elías habían visto la gloria de Dios en la Montaña; la Ley y los profetas habían anunciado los sufrimientos del Mesías. La Pasión de Jesús es la voluntad por excelencia del Padre: el Hijo actúa como siervo de Dios» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 555)

Misa del Domingo (morado).

MISAL: ants. y oracs. props., sin Gl., Cr., Pf. prop. No se puede decir la PE IV.

LECC.: vol. I (C).

- Gén 15, 5-12. 17-18. Dios inició un pacto fiel con Abrahán.
- Sal 26. R. El Señor es mi luz y mi salvación.
- Flp 3, 17 — 4, 1. Cristo nos configurará según su cuerpo glorioso.
- Lc 9, 28b-36. Mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió.

Si el domingo anterior veíamos a Cristo precediéndonos en la peregrinación de esta vida, en la que luchamos y sufrimos tantas pruebas, hoy, al contemplarlo lleno de gloria en la transfiguración, se nos anticipa también nuestro destino de resucitados. Se nos testimonia claramente que la Pasión es el camino de la resurrección (Pf.). En la celebración de la eucaristía, el Señor nos alimenta con su Palabra y nos prepara para contemplar un día la gloria de su rostro (1.ª orac.). Pero, además, por el sacramento de la eucaristía, esa gloria no es solo una esperanza futura, sino que nos hace ya partícipes de los bienes eternos del reino de los cielos (orac. después de la comunión). El significado de Pasión y gloria, propio de la transfiguración, se encuentra, pues, realizado sacramentalmente en la eucaristía.

* Hoy no se permiten otras celebraciones, tampoco la misa exequial.

Liturgia de las Horas: oficio dominical. No se dice Te Deum. Comp. Dom. II.

Martirologio: elogs. del 14 de marzo, pág. 206.
CALENDARIOS: Santo Padre: Aniversario de la elección del papa Francisco (2013).

Antífona de entrada Sal 26, 8-9
Oigo en mi corazón: «Buscad mi rostro». Tu rostro buscaré, Señor. No me escondas tu rostro.

O bien: Sal 24, 6. 2. 22

Recuerda, Señor, que tu ternura y tu misericordia son eternas. Que no triunfen de nosotros nuestros enemigos; sálvanos, Dios de Israel, de todos nuestros peligros.

Monición de entrada

Hoy, segundo domingo de Cuaresma, el mismo Dios nos dice por boca de su profeta: «Buscad mi rostro», Nuestra respuesta será la que el mismo profeta pone en nuestros labios: «Tu rostro buscaremos, Señor». En nuestro camino cuaresmal hacia la Pascua también nosotros necesitamos vivir la experiencia gozosa de los tres discípulos de Cristo en la cumbre del Tabor.

No se dice Gloria.


Oración colecta

Oh, Dios, que nos has mandado escuchar a tu Hijo amado,
alimenta nuestro espíritu con tu palabra;
para que, con mirada limpia, contemplemos gozosos
la gloria de tu rostro.
Por nuestro Señor Jesucristo.

PRIMERA LECTURA 
Dios inició un pacto fiel con Abrahán

Lectura del libro del Génesis (Gn 15, 5-12. 17-18)

EN AQUELLOS DÍAS, Dios sacó afuera a Abrán y le dijo:

«Mira al cielo, y cuenta las estrellas, si puedes contarlas».

Y añadió:

«Así será tu descendencia».

Abrán creyó al Señor y se le contó como justicia.

Después le dijo:

«Yo soy el Señor que te saqué de Ur de los caldeos, para darte en posesión esta tierra».

Él replicó:

«Señor Dios, ¿cómo sabré que voy a poseerla?».

Respondió el Señor:

«Tráeme una novilla de tres años, una cabra de tres años, un carnero de tres años, una tórtola y un pichón».

Él los trajo y los cortó por el medio, colocando cada mitad frente a la otra, pero no descuartizó las aves. Los buitres bajaban a los cadáveres y Abrán los espantaba.

Cuando iba a ponerse el sol, un sueño profundo invadió a Abrán y un terror intenso y oscuro cayó sobre él.

El sol se puso y vino la oscuridad; una humareda de horno y una antorcha ardiendo pasaban entre los miembros descuartizados.

Aquel día el Señor concertó alianza con Abrán en estos términos:

«A tu descendencia le daré esta tierra, desde el río de Egipto al gran río Éufrates».

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.


SALMO RESPONSORIAL (Sal 26, 1bcde. 7-8. 9abcd. 13-14 [R.: 1a])

R. El Señor es mi luz y mi salvación

Dóminus illuminátio mea et salus mea

V. El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar?

R. El Señor es mi luz y mi salvación.

V. Escúchame, Señor,
que te llamo;
ten piedad, respóndeme.
Oigo en mi corazón:
«Buscad mi rostro».
Tu rostro buscaré, Señor.

R. El Señor es mi luz y mi salvación. 

V. No me escondas tu rostro.
No rechaces con ira a tu siervo,
que tú eres mi auxilio;
no me deseches.

R. El Señor es mi luz y mi salvación. 

V. Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor.

R. El Señor es mi luz y mi salvación.

 
SEGUNDA LECTURA (forma larga)
Cristo nos configurará según su cuerpo glorioso

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses (Flp 3, 17-4, 1)

HERMANOS, sed imitadores míos y fijaos en los que andan según el modelo que tenéis en nosotros.

Porque —como os decía muchas veces, y ahora lo repito con lágrimas en los ojos— hay muchos que andan como enemigos de la cruz de Cristo: su paradero es la perdición; su Dios, el vientre; su gloria, sus vergüenzas; solo aspiran a cosas terrenas.

Nosotros, en cambio, somos ciudadanos del cielo, de donde aguardamos un Salvador: el Señor Jesucristo.

Él transformará nuestro cuerpo humilde, según el modelo de su cuerpo glorioso, con esa energía que posee para sometérselo todo.

Así, pues, hermanos míos queridos y añorados, mi alegría y mi corona, manteneos así, en el Señor, queridos.

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.
 

SEGUNDA LECTURA (forma breve)
Cristo nos configurará según su cuerpo glorioso

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses (Flp 3, 20-4, 1)

HERMANOS:

Nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde aguardamos un Salvador: el Señor Jesucristo.

Él transformará nuestro cuerpo humilde, según el modelo de su cuerpo glorioso, con esa energía que posee para sometérselo todo.

Así, pues, hermanos míos queridos y añorados, mi alegria y mi corona, manteneos así, en el Señor, queridos.

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

 

Versículo antes del Evangelio Cf. Lc 9, 35

En el esplendor de la nube se oyó la voz del Padre:
«Este es mi Hijo amado, escuchadlo».


EVANGELIO
Mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió

╬ Lectura del santo Evangelio según san Lucas (Lc 9, 28b-36)
R. Gloria a ti, Señor.

EN AQUEL TIEMPO, tomó Jesús a Pedro, a Juan y a Santiago y subió a lo alto del monte para orar. Y, mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió y sus vestidos brillaban de resplandor.

De repente, dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías, que, apareciendo con gloria, hablaban de su éxodo, que él iba a consumar en Jerusalén.

Pedro y sus compañeros se caían de sueño, pero se espabilaron y vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él.

Mientras estos se alejaban de él, dijo Pedro a Jesús:

«Maestro, ¡qué bueno es que estemos aquí! Haremos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías».

No sabía lo que decía.

Todavía estaba diciendo esto, cuando llegó una nube que los cubrió con su sombra. Se llenaron de temor al entrar en la nube.

Y una voz desde la nube decía:

«Este es mi Hijo, el Elegido, escuchadlo».

Después de oírse la voz, se encontró Jesús solo. Ellos guardaron silencio y, por aquellos días, no contaron a nadie nada de lo que habían visto.

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.


Papa Francisco
ÁNGELUS. Plaza de San Pedro. II Domingo de Cuaresma, 17 de marzo de 2019

Queridos hermanos y hermanas:

En este segundo domingo de Cuaresma, la liturgia nos hace contemplar el evento de la Transfiguración, en el que Jesús concede a los discípulos Pedro, Santiago y Juan saborear la gloria de la Resurrección: un resquicio del cielo en la tierra. El evangelista Lucas (cf. 9, 28-36) nos muestra a Jesús transfigurado en el monte, que es el lugar de la luz, símbolo fascinante de la singular experiencia reservada a los tres apóstoles. Ellos suben con el Maestro a la montaña, lo ven sumergirse en la oración, y en un determinado momento, «su rostro cambió de aspecto» (v. 29). Habituados a verle cotidianamente con los simples rasgos de su humanidad, ante aquel nuevo esplendor, que envuelve toda su persona, se quedan maravillados. Y junto a Jesús aparecen Moisés y Elías, que hablan con Él de su próximo «éxodo», es decir, de su Pascua de muerte y resurrección. Es una anticipación de la Pascua. Entonces Pedro exclama: «Maestro, que bien se está aquí» (v. 33). Quisiera que aquel momento de gracia no acabase jamás.

La Transfiguración se cumple en un momento bien preciso de la misión de Cristo, es decir, después de que Él ha confiado a los discípulos que deberá «sufrir mucho, [...] ser asesinado y resucitar al tercer día» (v. 21). Jesús sabe que ellos no aceptan esta realidad —la realidad de la cruz, la realidad de la muerte de Jesús—, y entonces quiere prepararles para soportar el escándalo de la pasión y de la muerte de cruz, porque sabemos que este es el camino por el que el Padre celestial hará llegar a la gloria a su Hijo, resucitándolo de entre los muertos. Y este será también el camino de los discípulos: ninguno llega a la vida eterna si no es siguiendo a Jesús, llevando la propia cruz en la vida terrenal. Cada uno de nosotros, tiene su propia cruz. El Señor nos hace ver el final de este recorrido que es la Resurrección, la belleza, llevando la propia cruz.

Por lo tanto, la Transfiguración de Cristo nos muestra la prospectiva cristiana del sufrimiento. No es un sadomasoquismo el sufrimiento: es un pasaje necesario pero transitorio. El punto de llegada al que estamos llamados es luminoso como el rostro de Cristo transfigurado: en Él está la salvación, la beatitud, la luz, el amor de Dios sin límites. Mostrando así su gloria, Jesús nos asegura que la cruz, las pruebas, las dificultades con las que nos enfrentamos tienen su solución y quedan superadas en la Pascua. Por ello, en esta Cuaresma, subamos también al monte con Jesús. ¿Pero en qué modo? Con la oración. Subamos al monte con la oración: la oración silenciosa, la oración del corazón, la oración siempre buscando al Señor. Permanezcamos algún momento en recogimiento, cada día un poquito, fijemos la mirada interior en su rostro y dejemos que su luz nos invada y se irradie en nuestra vida. En efecto el Evangelista Lucas insiste en el hecho que Jesús se transfiguró «mientras oraba» (v. 29). Se había sumergido en un coloquio íntimo con el Padre, en el que resonaban también la Ley y los profetas —Moisés y Elías— y mientras se adhería con todo su ser a la voluntad de salvación del Padre, incluida la cruz, la gloria de Dios lo invadió transparentándose también externamente. Es así, hermanos y hermanas: Cuántas veces hemos encontrado personas que iluminan, que emanan luz de los ojos, que tienen una mirada luminosa. Rezan, y la oración hace esto: nos hace luminosos con la luz del Espíritu Santo.

Continuemos con alegría nuestro camino cuaresmal. Demos espacio a la oración y a la Palabra de Dios, que abundantemente la Liturgia nos propone en estos días. Que la Virgen María nos enseñe a permanecer con Jesús incluso cuando no lo entendemos y no lo comprendemos. Porque solo permaneciendo con Él veremos su gloria.

Se dice Credo.


Oración de los fieles (Año C)

Oremos al Señor, nuestra luz y salvación.

- Por la Iglesia, pueblo de la Nueva Alianza, para que se mantenga siempre como esposa fiel de Jesucristo. Roguemos al Señor.

- Por todos los pueblos de la tierra y por los hombres de todas las razas y culturas, para que descubran la llamada universal a la salvación en Cristo. Roguemos al Señor.

- Por los que se preparan para completar su iniciación cristiana con la recepción de la confirmación y de la eucaristía, para que sus vidas sean testimonio de la alegría del Evangelio que los ha renovado. Roguemos al Señor.

- Por nuestra comunidad, para que unidos a Cristo en los sufrimientos de la vida seamos un día transfigurados con él en la gloria de la resurrección. Roguemos al Señor.

Escucha, Señor, las súplicas de tus hijos,
que buscan tu rostro y esperan gozar de tu dicha
en el país de la vida.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

Oración sobre las ofrendas

Te pedimos, Señor, que esta oblación borre nuestros pecados
y santifique los cuerpos y las almas de tus fieles,
para que celebren dignamente las fiestas pascuales.
Por Jesucristo, nuestro Señor.


Prefacio. La Transfiguración del Señor.

En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo, Señor nuestro.

Que, después de anunciar su muerte a los discípulos,
les mostró en el monte santo el resplandor de su luz,
para testimoniar, de acuerdo con la ley y los profetas,
que, por la pasión, se llega a la gloria de la resurrección.

Por eso, con las virtudes del cielo,
te aclamamos continuamente en la tierra
alabando tu gloria sin cesar:

R. Santo, Santo, Santo...


Antífona de comunión Mt 17, 5

Este es mi Hijo, el amado, en quien me complazco. Escuchadlo.


Oración después de la comunión

Te damos gracias, Señor,
porque, al participar en estos gloriosos misterios,
nos haces recibir, ya en este mundo,
los bienes eternos del cielo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.


Oración sobre el pueblo

V. El Señor esté con vosotros.

R. Y con tu espíritu.

V. Inclinaos para recibir la bendición.

Dirige continuamente, Señor, los corazones de tus fieles
y concede esta gracia a tus siervos,
de modo que, permaneciendo en tu amor y cercanía,
cumplan plenamente tus mandamientos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

V. Y la bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo +, y Espíritu Santo,
descienda sobre vosotros y os acompañe siempre.
R. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario