
MARTES DE LA IV SEMANA DE CUARESMA, feria
La Cuaresma: Recordar el agua vivificante y curante
PROGRAMA PARROQUIAL:
MARTES, 29 DE MARZO
- Horario de la parroquia: abierta de 10.30 h. a 13.30 h. y de 18.00 h. a 21.00 h.
- Horario de despacho: de lunes a viernes, de 10.30 h. a 13.30 h y de 17.00 h. a 20.00 h.
- Rezo del Santo Rosario, en la Parroquia (a las 19.00 h.) y Eucaristia del Martes de la IV Semana de Cuaresma (a las 19.30 h.).
Video divulgativo
de Moguer y sus monumentos
SANTORAL DE HOY
Elogio: Conmemoración de san Marcos, obispo de Aretusa (actual Er Rastan), en Siria, que durante la controversia arriana no se desvió lo más mínimo de la fe ortodoxa y, bajo el emperador Juliano el Apóstata, fue perseguido. San Gregorio Nacianceno lo saludó como varón eximio y santísimo anciano.
Refieren a este santo: San Casiano de Ímola.
Elogio: En el monte Carmelo, en Palestina, beato Bertoldo, que, abandonando la milicia, fue admitido entre los hermanos que profesaban vida religiosa en ese monte, y más adelante, elegido prior, encomendó la piadosa comunidad a la Madre de Dios.
refieren a este santo: Beato Brocardo.
Santos Armogastes, Arquinimo y Saturno, mártires
Conmemoración de los santos Armogastes, Arquinimo y Saturno, mártires, que en el reino vándalo de África, durante la persecución desencadenada bajo el rey arriano Genserico, sufrieron graves suplicios e infamias por confesar la verdadera fe. († c. 462)
San Guillermo Tempier, obispo
En Poitiers, en Aquitania, san Guillermo Tempier, obispo, que, prudente y firme, defendió contra los nobles la Iglesia a él encomendada, ofreciendo en su persona un integérrimo ejemplo de vida. († 1197)
San Ludolfo de Ratzeburg, obispo y mártir
En Wismar, en la región de Holstein, en Alemania, san Ludolfo, obispo de Ratzeburg y mártir, que por defender la libertad de la Iglesia fue aherrojado, por mandato del duque Alberto, en una reducida cárcel, donde quedó tan agotado corporalmente que, al ser liberado de prisión, partió hacia el Señor. († 1250)
Beato Juan Hambley, presbítero y mártir
En Salisbury, en Inglaterra, conmemoración del beato Juan Hambley, presbítero y mártir, que en tiempo de la reina Isabel I, por ser sacerdote, en un día no precisado de este mes, cercano a la Pascua del Señor, en el suplicio del patíbulo se conformó a la pasión de Cristo. († 1587)
MISAL: ants. y oracs. props., Pf. Cuaresma.
LECC.: vol. II.
- Ez 47, 1-9. 12. Vi agua que manaba del templo, y habrá vida
allí donde llegue el torrente.
- Sal 45. R. El Señor del universo está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
- Jn 5, 1-16. Al momento aquel hombre quedó sano.
Liturgia
de las Horas: oficio de feria.
Martirologio: elogs. del 30 de marzo,
pág. 229.
Antífona
de entrada Cf. Is 55, 1
Sedientos,
acudid por agua, dice el Señor; venid los que no tenéis dinero y bebed con
alegría.
Oración colecta
Señor, que el ejercicio respetable de este tiempo santo
prepare el corazón
de tus fieles
para acoger adecuadamente el Misterio pascual
y anunciar a todos
los hombres el mensaje de tu salvación.
Por nuestro Señor Jesucristo.
LECTURAS DE LA MISA
PRIMERA LECTURA
Vi agua que manaba del templo, y habrá vida
allí donde llegue el torrente
Lectura de la profecía de Ezequiel (47, 1-9. 12)
EN AQUELLOS DÍAS, el ángel me hizo volver a la entrada del templo del Señor.
De debajo del umbral del templo corría agua hacia el este —el templo miraba al
este—. El agua bajaba por el lado derecho del templo, al sur del altar.
Me hizo salir por el pórtico septentrional y me llevó por fuera hasta el
pórtico exterior que mira al este. El agua corría por el lado derecho.
El hombre que llevaba el cordel en la mano salió hacia el este, midió
quinientos metros y me hizo atravesar el agua, que me llegaba hasta los
tobillos. Midió otros quinientos metros y me hizo atravesar el agua, que me
llegaba hasta las rodillas. Midió todavía otros quinientos metros y me hizo
atravesar el agua, que me llegaba hasta la cintura. Midió otros quinientos
metros: era ya un torrente que no se podía vadear, sino cruzar a nado. Entonces me
dijo:
«¿Has visto, hijo de hombre?»,
Después me condujo por la ribera del torrente.
Al volver vi en ambas riberas del torrente una gran arboleda. Me dijo:
«Estas aguas fluyen hacia la zona oriental, descienden hacia la estepa y
desembocan en el mar de la Sal, Cuando hayan entrado en él, sus aguas serán
saneadas. Todo ser viviente que se agita, allí donde desemboque la corriente,
tendrá vida; y habrá peces en abundancia. Porque apenas estas aguas hayan
llegado hasta allí, habrán saneado el mar y habrá vida allí donde llegue el
torrente.
En ambas riberas del torrente crecerá toda clase de árboles frutales; no se
marchitarán sus hojas ni se acabarán sus frutos; darán nuevos frutos cada mes,
porque las aguas del torrente fluyen del santuario; su fruto será comestible y
sus hojas medicinales».
Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL Sal 45, 2-3. 5-6. 8-9 (R.: 8)
R. El Señor del universo está con nosotros, nuestro alcázar es el Dios de
Jacob
V. Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza,
poderoso defensor en el peligro.
Por eso no tememos aunque tiemble la tierra,
y los montes se desplomen en el mar.
R. El Señor del universo está con nosotros, nuestro alcázar es el Dios
de Jacob.
V. Un río y sus canales alegran la ciudad de Dios,
el Altísimo consagra su morada.
Teniendo a Dios en medio, no vacila;
Dios la socorre al despuntar la aurora.
R. El Señor del universo está con nosotros, nuestro alcázar es el Dios de
Jacob.
V. El Señor del universo está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
Venid a ver las obras del Señor,
las maravillas que hace en la tierra.
R. El Señor del universo está con nosotros, nuestro alcázar es el Dios
de Jacob.
Versículo antes del Evangelio Sal 50, 12a. 14a
Oh, Dios, crea en mí un corazón puro; y devuélveme la alegría de tu
salvación.
EVANGELIO
Al momento aquel hombre quedó sano
╬ Lectura del santo Evangelio según san Juan (Jn 5, 1-16)
R. Gloria a ti, Señor.
SE CELEBRABA una fiesta de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén.
Hay en Jerusalén, junto a la Puerta de las Ovejas, una piscina que llaman en
hebreo Betesda. Esta tiene cinco soportales, y allí estaban echados muchos
enfermos, ciegos, cojos, paralíticos.
Estaba también allí un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo.
Jesús, al verlo echado, y sabiendo que ya llevaba mucho tiempo, le dice:
«¿Quieres quedar sano?».
El enfermo le contestó:
«Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se remueve el agua;
para cuando llego yo, otro se me ha adelantado».
Jesús le dice:
«Levántate, toma tu camilla y echa a andar».
Y al momento el hombre quedó sano, tomó su camilla y echó a andar.
Aquel día era sábado, y los judíos dijeron al hombre que había quedado sano:
«Hoy es sábado, y no se puede llevar la camilla».
Él les contestó:
«El que me ha curado es quien me ha dicho: “Toma tu camilla y echa a andar”».
Ellos le preguntaron:
«¿Quién es el que te ha dicho que tomes la camilla y eches a andar?».
Pero el que había quedado sano no sabía quién era, porque Jesús, a causa del
gentío que había en aquel sitio, se había alejado.
Más tarde lo encuentra Jesús en el templo y le dice:
«Mira, has quedado sano; no peques más, no sea que te ocurra algo peor».
Se marchó aquel hombre y dijo a los judíos que era Jesús quien lo había sanado.
Por esto los judíos perseguían a Jesús, porque hacía tales cosas en sábado.
Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Papa Francisco, Homilía en santa Marta 28-marzo-2017
El paralítico ni siquiera le había dado las gracias a Jesús, no le había
preguntado ni su nombre. Se levantó con aquella pereza que hace vivir porque el
oxígeno es gratis, hace vivir siempre mirando a los demás que son más felices
que yo, y se está en la tristeza, se olvida la alegría. La pereza es un pecado
que paraliza, nos vuelve paralíticos. No nos deja caminar. También hoy el Señor
nos mira a cada uno, todos tenemos pecados, todos somos pecadores, pero mirando
ese pecado nos dice: Levántate. Hoy el Señor nos dice a cada uno: ‘Levántate,
toma tu vida como sea, bonita, fea, como sea, tómala y ve adelante. No tengas
miedo, ve adelante con tu camilla’ - ‘Pero Señor, no es el último modelo…’.
¡Pues sigue adelante! ¡Con esa camilla fea, quizá, pero ve adelante! Es tu
vida, es tu alegría. ¿Quieres curarte?, es la primera pregunta que hoy nos hace
el Señor. ‘Sí, Señor’ - ‘Pues, levántate’. Y en la antífona de entrada estaba
ese comienzo tan bonito: Sedientos, acudid por agua -dice el Señor-, venid los
que no tenéis dinero y bebed con alegría. Y si decimos al Señor: ‘Sí, quiero
curarme. Sí, Señor, ayúdame que quiero levantarme’, sabremos cómo es la alegría
de la salvación.
Pensamientos para el Evangelio de hoy
«Sintamos disgusto de nosotros mismos cuando pecamos, ya que el pecado disgusta a Dios. Y, ya que no estamos libres de pecado, por lo menos asemejémonos a Dios en nuestro disgusto por lo que a Él le disgusta» (San Agustín).
«La Iglesia tiene siempre las puertas abiertas. Es la casa de Jesús y Jesús acoge. Si la gente está herida, ¿qué hace Jesús? ¿Le regaña por estar herida? No, va y lo carga sobre los hombros. Y esto se llama misericordia». (Francisco).
«Jesús realizó obras como el perdón de los pecados que lo revelaron como Dios Salvador. Algunos judíos que no le reconocían como Dios hecho hombre veían en Él a ‘un hombre que se hace Dios’ (Jn 10,33), y lo juzgaron como un blasfemo» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 594).
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