- Horario de la parroquia: abierta de 10.30 h. a 13.30 h. y de 20.00 h. a 22.00 h.
- Celebración del Sacramento del Matrimonio de MANUEL ÁNGEL Y TAMARA, en la Parroquia (a las 11.00 h.).
- Solemne Eucaristía en honor de San José, esposo de la Virgen María y patrón de Moguer, en la Parroquia (a las 12.00 h.).
- Exequias de +MANUEL MORENO RODRÍGUEZ, en la Parroquia (a las 16.30 h.).
- ERMITA DE MONTEMAYOR:
- Rezo del Santo Rosario (a las 16.30 h.) y Eucaristía I Vísperas del Domingo III de Cuaresma (a las 17.00 h.), "DOMINICA LAETARE" (DOMINGO DE LA ALEGRÍA).
- Celebración del Sacramento del Matrimonio de MANUEL Y MARÍA en Santa Clara (a las 17.30 h.).
- CAPILLA DE SAN SEBASTIÁN:
- Rezo del Santo Rosario, en la Capilla de San Sebastián (a las 19.00 h.) y Eucaristía I Vísperas del Domingo III de Cuaresma (a las 19.30 h.), Quinto Día de Triduo en honor a Ntro. P. Jesús Nazareno.
- Eucaristía con las Comunidades Neocatecumenales (a las 20.30 h.).
DIRECTORIO SOBRE LA PIEDAD POPULAR Y LA LITURGIA
San José
218. Dios, en su providente sabiduría, para realizar el plan de la salvación, asignó a José de Nazaret, "hombre justo" (cfr. Mt 1,19), esposo de la Virgen María (cfr. ibid.; Lc 1,27), una misión particularmente importante: introducir legalmente a Jesús en la estirpe de David de la cual, según la promesa (2 Sam 7,5-16; 1 Cro 17,11-14), debía nacer el Mesías Salvador, y hacer de padre y protector para Él.
En virtud de esta misión, san José interviene activamente en los misterios de la infancia del Salvador: recibió de Dios la revelación del origen divino de la maternidad de María (cfr. Mt 1,20-21) y fue testigo privilegiado del nacimiento de Cristo en Belén (cfr. Lc 2,6-7), de la adoración de los pastores (cfr. Lc 2,15-16) y del homenaje de los Magos venidos de Oriente (cfr. Mt 2,11); cumplió con su deber religioso respecto al Niño, al introducirlo mediante la circuncisión en la alianza de Abraham (cfr. Lc 2,21) y al imponerle el nombre de Jesús (cfr. Mt 1,21); según lo prescrito en la Ley, presentó al Niño en el Templo, lo rescató con la ofrenda de los pobres (cfr. Lc 2,22-24; Ex 13,2.12-13) y, lleno de asombro, escuchó el cántico profético de Simeón (cfr. Lc 2,25-33); protegió a la Madre y al Hijo durante la persecución de Herodes, refugiándose en Egipto (cfr. Mt 2,13-23); se dirigía todos los años a Jerusalén con la Madre y el Niño, para la fiesta de Pascua, y sufrió, turbado, la pérdida de Jesús, a sus doce años, en el Templo (cfr. Lc 2,43-50); vivió en la casa de Nazaret, ejerciendo su autoridad paterna sobre Jesús, que le estaba sometido (cfr. Lc 2,51), instruyéndolo en la Ley y en la profesión de carpintero.
219. A lo largo de los siglos, especialmente en los tiempos más recientes, la reflexión eclesial ha puesto de manifiesto las virtudes de san José, entre las que destacan: la fe, que en él se traduce en adhesión plena y valerosa al designio salvífico de Dios; obediencia solícita y silenciosa ante las manifestaciones de su voluntad; amor y observancia fiel de la Ley, piedad sincera, fortaleza en las pruebas; el amor virginal a María, el debido ejercicio de la paternidad, el trabajo escondido.
220. La piedad popular comprende la validez y la universalidad del patrocinio de san José, "a cuya atenta custodia Dios quiso confiar los comienzos de nuestra redención" y "sus tesoros más preciados". Al patrocinio de san José se confían: toda la Iglesia, que el beato Pío IX quiso poner bajo la especial protección del santo Patriarca; los que se consagran a Dios eligiendo el celibato por el Reino de los cielos (cfr. Mt 19,12): estos "en san José tienen...un modelo y un defensor de la integridad virginal"; los obreros y los artesanos, de los cuales el humilde carpintero de Nazaret se considera un especial modelo; los moribundos, porque, según una piadosa tradición, san José fue asistido por Jesús y María, en la hora de su tránsito .
221. La Liturgia, al celebrar los misterios de la vida del Salvador, sobre todo los de su nacimiento e infancia, recuerda con frecuencia la figura y el papel de san José: en el tiempo de Adviento; en el tiempo de Navidad, especialmente en la fiesta de la Sagrada Familia; en la solemnidad del 19 de Marzo; en la memoria del 1º de Mayo.
El nombre de san José aparece en el Communicantes del Canon Romano y en las Letanías de los Santos. En la Recomendación de los moribundos se sugiere la invocación al santo Patriarca y, en la misma circunstancia, la comunidad ora para que el alma del difunto, que ha partido ya de este mundo, encuentre su morada "en la paz de la santa Jerusalén, con la Virgen María, Madre de Dios, con san José, con todos los Ángeles y los Santos".
222. También en la piedad popular la veneración de san José tiene un amplio espacio: en numerosas expresiones de genuino folclore; en la costumbre, establecida al menos desde el siglo XVII, de dedicar los miércoles al culto de san José, costumbre sobre la que se desarrollan algunos ejercicios de piedad como los Siete miércoles en su honor; en las jaculatorias que brotan de los labios de los fieles;en oraciones, como la compuesta por el Papa León XIII, Ad te, beate Ioseph, que no pocos fieles recitan diariamente; en las Letanías de san José, aprobadas por san Pío X; en el ejercicio de piedad de la corona de los Siete dolores y los siete gozos de san José.
223. El hecho de que la solemnidad de san José (19 de Marzo) caiga en Cuaresma, en la que la Iglesia se dedica totalmente a la preparación bautismal y a la memoria de la Pasión del Señor, provoca ciertas dificultades de armonización entre la Liturgia y la piedad popular. Por lo tanto, las prácticas tradicionales del "mes de San José" se deben poner en sintonía con el tiempo litúrgico. La renovación litúrgica ha conseguido que el significado del periodo cuaresmal sea más profundo en los fieles. Con las debidas adaptaciones en las expresiones de la piedad popular, se debe favorecer y difundir la devoción a san José, teniendo siempre presente "el insigne ejemplo... que va más allá de los diversos estados de vida y se propone a toda la comunidad cristiana, sea cual sea la condición y tareas de cada fiel".
NOTICIAS DE ACTUALIDAD
LA IGLESIA CON UCRANIA
Es presidente del Consejo Asesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Francisco de Vitoria, vicepresidente del Instituto de Investigación Conde de Floridablanca, vocal de la Junta Directiva del Foro de la Sociedad Civil, miembro del patronato del Instituto Universitario General Gutiérrez Mellado y de la Comisión Académica de la Fundación Transición Española. Es Miembro del Consejo Editorial de la revista La Ilustración Liberal, del Consejo Asesor de Revista de Libros, del Consejo Asesor de la revista Pasado y Memoria, del Consejo Asesor de Infomedio.
SANTORAL DE HOY
Elogio: Solemnidad de san José, esposo de la Bienaventurada Virgen María, varón justo, nacido de la estirpe de David, que hizo las veces de padre para con el Hijo de Dios, Cristo Jesús, el cual quiso ser llamado hijo de José, y le estuvo sujeto como un hijo a su padre. La Iglesia lo venera con especial honor como patrón, a quien el Señor constituyó sobre su familia.
Patronazgos: Patrono de la Iglesia Católica (proclamado por SS Pío IX), de México, Filipinas, Canadá, China, Perú, Rusia, Vietnam y Austria, entre los países, Bohemia y Baviera, entre otras muchas regiones; de los matrimonios y familias, de los niños, los jóvenes y los huérfanos, de la virginidad, de los obreros, artesanos, carpinteros, leñadores, sepultureros, ingenieros, educadores, viajantes, exiliados, moribundos, protector contra problemas en los ojos, y para invocar en las tentaciones y la desesperación, para vender, comprar o conseguir vivienda, para tener una buena muerte, también es patrono de muchas diócesis del mundo y muchas instituciones religiosas se ponen bajo su patrocinio.
Tradiciones, refranes, devociones: España, Honduras, Bolivia, Italia, Liechtenstein y Portugal celebran en este día el «día del padre».
Las «Fallas» en Valencia, España, y muchas otras fiestas se realizan en homenaje a san José.
Refranes [tomados de BADARE y otras fuentes]:
Si por San José / no ha venido el cucut, / o és mort o s'ha perdut (castellano-aragonés)¿Nieve por San José? Poca y alguna vez.No digas corderada, que San José o la Virgen de marzo no sia pasada (aragonés, parece que se refiere a que aun pueden morir ovejas por el frío)Por San José bendito, hace la perdiz su nido.Por San José, los sapos se empiezan a ver.
San Juan de Parrano, abad
En Spoleto, en la Umbría, san Juan, abad de Parrano, que fue padre de muchos siervos de Dios. († s. VI)
Beato Isnardo de Chiampo, religioso presbítero
En Pavía, de Lombardía, beato Isnardo de Chiampo, presbítero de la Orden de Predicadores, que en esta ciudad fundó un convento de su Orden. († 1244)
Beato Andrés Gallerani, fundador
En Siena, de la Toscana, beato Andrés Gallerani, que visitó y consoló con esmerada solicitud a enfermos y afligidos, y congregó a los Hermanos de la Misericordia para que, como laicos sin votos, atendiesen a pobres y a enfermos. († 1251)
Beato Juan de Parma, religioso presbítero
En Camerino, del Piceno, en Italia, beato Juan de Parma Buralli, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, a quien el papa Inocencio IV envió como legado a los griegos, para restaurar su comunión con los latinos. († 1289)
Beata Sibilina Biscossi, virgen y reclusa
En Pavía, en Lombardía, beata Sibilina Biscossi, virgen, que, ciega desde los doce años, transcurrió sesenta y cinco recluida junto a la iglesia de la Orden de Predicadores, alumbrando con su luz interior a muchos de los que acudían a ella. († 1367)
Beato Marcos de Marchio de Montegallo, religioso presbítero
En Vicenza, en el territorio de Venecia, beato Marcos de Marchio de Montegallo, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, que creó la obra «Monte de Piedad», para aliviar las necesidades de los pobres. († 1496)
Beato Narciso Turchan, presbítero y mártir
Cerca de la ciudad de Munich, en la región de Baviera, en Alemania, beato Narciso Turchan, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores y mártir, que, a causa de su fe, desde Polonia, que estaba sometida a un régimen invasor hostil, fue deportado a los campos de concentración de Dachau, donde murió agotado por las torturas. († 1942)
Beato Marcelo Callo, mártir
En Mauthausen, en Austria, beato Marcelo Callo, mártir, joven oriundo de la región francesa de Rennes, que en tiempo de guerra fue encarcelado en ese campo de concentración, donde con cristiano ardor confortaba en la fe a los compañeros de cautiverio agotados por los duros trabajos, motivo por el cual se le hizo morir en ese lugar de exterminio. († 1945)
Beato Anton Muzaj, presbítero y mártir
En Shkodrë, Albania, beato Anton Muzaj, presbítero de la arquidiócesis de Shkodrë-Pult y mártir. († 1948)
LITURGIA DE HOY
Solemnidad de San José, esposo de la Bienaventurada Virgen María, varón justo, nacido de la estirpe de David, que hizo las veces de padre para con el Hijo de Dios, Cristo Jesús, el cual quiso ser llamado hijo de José, y le estuvo sujeto como un hijo a su padre. La Iglesia lo venera con especial honor como patrón, a quien el Señor constituyó sobre su familia (elog. del Martirologio Romano).
Misa de la solemnidad (blanco).
MISAL: ants. y oracs. props., Gl., Cr., Pf. prop «en la solemnidad», conveniente PE I. No se puede decir la PE IV.
LECC.: vol. IV.
- 2 Sam 7, 4-5a. 12-14a. 16. El Señor Dios le dará el trono de
David, su padre (Lc 1, 32).
- Sal 88. R. Su linaje será perpetuo.
- Rom 4, 13. 16-18. 22. Apoyado en la esperanza, creyó contra
toda esperanza.
- Mt 1, 16. 18-21. 24a. José hizo lo que le había mandado el
ángel del Señor.
o bien: Lc 2, 41-51a. Tu padre y yo te buscábamos
angustiados.
El Hijo de Dios es verdaderamente hombre. Como tal tiene unas raíces, una
historia: «El Señor Dios le dará el trono de David, su padre» (1 lect.).
Sin estirpe, Jesús habría sido en nuestra historia un extraño y su humanidad
podría ponerse en duda. Este es el gran servicio que san José presta desde
su fe a la obra de la redención. San José, junto a María, rotura el camino
de la fe de toda la Iglesia: «Apoyado en la esperanza creyó contra
toda esperanza» (2 lect.). «Hizo lo que le había mandado el
ángel» (Ev.) San José es patrono de la Iglesia, transmisora del
misterio de Cristo. La oración colecta recuerda la estrecha vinculación
de san José con la Iglesia, ya que a su fiel custodia fueron
confiados por Dios los primeros misterios de la salvación del mundo.
* DÍA Y
COLECTA DEL SEMINARIO: Liturgia del día, alusión en la mon. de entrada y en la
hom., intención en la orac. univ., colecta. Puede celebrarse también el domingo
21 de marzo.
* Hoy puede utilizarse la música instrumental y se puede adornar el altar con flores.
* Hoy no se permiten otras celebraciones, tampoco la misa exequial.
Liturgia de las Horas: oficio de la solemnidad. Te Deum. Comp. Dom. II.
Martirologio: elogs. del 20 de marzo, pág. 214.
CALENDARIOS: Santo Padre: Aniversario de la inauguración del
Pontificado del papa Francisco (2013).
Sigüenza-Guadalajara: Aniversario de la ordenación episcopal de
Mons. José Sánchez González, obispo, emérito (1980).
Tarazona: Aniversario de la ordenación episcopal de Mons. Eusebio
Hernández Sola, obispo (2011).
Antífona de entrada Cf. Lc 12, 42
Este es el administrador fiel y prudente a quien el Señor puso al frente
de su servidumbre.
Monición
de entrada
Hoy es la solemnidad de San José, esposo de la
Bienaventurada Virgen María, varón justo, nacido de la estirpe de David, que
hizo las veces de padre para con el Hijo de Dios, Cristo Jesús, el cual quiso
ser llamado hijo de José, y le estuvo sujeto como un hijo a su padre. La
Iglesia lo venera con especial honor como patrón, a quien el Señor constituyó
sobre su familia.
Concédenos, Dios todopoderoso,
que tu Iglesia conserve siempre y lleve a su plenitud
los primeros misterios de la salvación humana
que confiaste a la fiel custodia de san José.
Por nuestro Señor Jesucristo.
LECTURAS DE LA MISA
Audio y comentario del Evangelio de hoy (I)
El Señor Dios le dará el trono de David, su padre (Lc 1, 32)
Lectura del segundo libro de Samuel (2 Sam 7, 4-5a.
12-14a. 16)
EN AQUELLOS DÍAS, vino esta palabra del Señor a
Natán:
«Ve y habla a mi siervo David:
“Así dice el Señor: Cuando se cumplan tus días y
reposes con tus padres, yo suscitaré descendencia tuya después de ti. Al que
salga de tus entrañas le afirmaré tu reino.
Será el quien construya una casa a mi nombre y yo
consolidaré el trono de su realeza para siempre.
Yo seré para él un padre y él será para mí un hijo.
Tu casa y tu reino se mantendrán siempre firmes ante mí, tu trono durará para siempre”».
R. Te alabamos, Señor.
R. Su linaje será perpetuo.
V. Cantaré eternamente las misericordias del Señor,
anunciaré tu fidelidad por todas las edades.
Porque dijiste: «La misericordia es un edificio eterno»,
más que el cielo has afianzado tu fidelidad.
V. «Sellé una alianza con mi elegido,
jurando a David, mi siervo:
Te fundaré un linaje perpetuo,
edificaré tu trono para todas las edades».
V. Él me invocará: “Tú eres mi padre,
mi Dios, mi Roca salvadora”.
Le mantendré eternamente mi favor,
y mi alianza con él será estable.
R. Su linaje será perpetuo.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (Rm 4, 13. 16-18. 22)
HERMANOS:
No por la ley sino por la justicia de la fe
recibieron Abrahán y su descendencia la promesa de que iba a ser heredero el
mundo.
Por eso depende de la fe, para que sea según gracia;
de este modo, la promesa está asegurada para toda la descendencia, no solamente
para la que procede de la ley, sino también para la que procede de la fe de
Abrahán, que es padre de todos nosotros.
Según está escrito: «Te he constituido padre de
muchos pueblos»; la promesa está asegurada ante aquel en quien creyó, el Dios
que da vida a los muertos y llama a la existencia lo que no existe.
Apoyado en la esperanza, creyó contra toda esperanza
que llegaría a ser padre de muchos pueblos, de acuerdo con lo que se le había
dicho:
«Así será tu descendencia».
Por lo cual le fue contado como justicia.
R. Te alabamos, Señor.
José hizo lo que le había mandado el ángel del Señor
╬ Lectura del santo Evangelio según san Mateo (Mt 1, 16. 18-21. 24a)
R. Gloria a ti, Señor.
JACOB engendró a José, el esposo de María, de la
cual nació Jesús, llamado Cristo.
La generación de Jesucristo fue de esta manera:
María, su madre, estaba desposada con José y, antes
de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.
José, su esposo, como era justo y no quería
difamarla, decidió repudiarla en privado. Pero, apenas había tomado esta
resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo:
«José, hijo de David, no temas acoger a María, tu
mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz
un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los
pecados».
Cuando José se despertó, hizo lo que le habla mandado el ángel del Señor.
LOS PADRES de Jesús solían ir cada año a Jerusalén
por la fiesta de la Pascua.
Cuando cumplió doce años, subieron a la fiesta según
la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en
Jerusalén, sin que lo supieran sus padres.
Éstos, creyendo que estaba en la caravana,
anduvieron el camino de un día y se pusieron a buscarlo entre los parientes y
conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén en buscándolo.
Y sucedió que, a los tres días, lo encontraron en el
templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles
preguntas. Todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las
respuestas que daba.
Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre:
«Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Tu padre y yo
te buscábamos angustiados».
Él les contestó:
«¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía
estar en las cosas de mi Padre?».
Pero ellos no comprendieron lo que les dijo.
Él bajó con ellos y fue a Nazaret y estaba sujeto a ellos.
R. Gloria a Ti, Señor Jesús.
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
Hoy, 19 de marzo, celebramos la fiesta solemne de
san José, esposo de María y patrono de la Iglesia universal. Dedicamos, por lo
tanto, esta catequesis a él, que se merece todo nuestro reconocimiento y
nuestra devoción por el modo en que supo custodiar a la Virgen Santa y al Hijo
Jesús. Ser custodio es la característica de san José: es su gran misión, ser
custodio.
Hoy quisiera retomar el tema de la custodia según
una perspectiva especial: la dimensión educativa. Miremos a José como el modelo
del educador, que custodia y acompaña a Jesús en su camino de crecimiento «en
sabiduría, edad y gracia», como dice el Evangelio. Él no era el padre de Jesús:
el padre de Jesús era Dios, pero él hacía de papá de Jesús, hacía de padre de
Jesús para ayudarle a crecer. ¿Cómo le ayudó a crecer? En sabiduría, edad y
gracia.
Partamos de la edad, que es la dimensión más
natural, el crecimiento físico y psicológico. José, junto con María, se ocupó
de Jesús ante todo desde este punto de vista, es decir, lo «crió»,
preocupándose de que no le faltase lo necesario para un desarrollo sano. No
olvidemos que la custodia atenta de la vida del Niño comportó también el exilio
en Egipto, la dura experiencia de vivir como refugiados —José fue un refugiado,
con María y Jesús— para escapar de la amenaza de Herodes. Después, una vez que
volvieron a su patria y se establecieron en Nazaret, está todo el largo periodo
de la vida de Jesús en su familia. En esos años José enseñó a Jesús incluso su
trabajo, y Jesús aprendió a ser carpintero con su padre José. Así, José ayudó a
crecer a Jesús.
Pasemos a la segunda dimensión de la educación: la
«sabiduría». José fue para Jesús ejemplo y maestro de esta sabiduría, que se
alimenta de la Palabra de Dios. Podemos pensar en cómo José educó al pequeño
Jesús en la escucha de las Sagradas Escrituras, sobre todo acompañándolo el
sábado a la sinagoga de Nazaret. Y José lo acompañaba para que Jesús escuchase
la Palabra de Dios en la sinagoga.
Y, por último, la dimensión de la «gracia». Dice san
Lucas refiriéndose a Jesús: «La gracia de Dios estaba con Él» (2, 40). Aquí
ciertamente la parte reservada a san José es más limitada respecto a los
ámbitos de la edad y de la sabiduría. Pero sería un grave error pensar que un
padre y una madre no pueden hacer nada para educar a los hijos en el
crecimiento en la gracia de Dios. Crecer en edad, crecer en sabiduría, crecer
en gracia: éste es el trabajo que hizo José con Jesús, ayudarle a crecer en
estas tres dimensiones, ayudarle a crecer.
Queridos hermanos y hermanas, la misión de san José
es ciertamente única e irrepetible, porque absolutamente único es Jesús. Y, sin
embargo, al custodiar a Jesús, educándolo en el crecimiento en edad, sabiduría
y gracia, él es modelo para todo educador, en especial para todo padre. San
José es el modelo del educador y del papá, del padre. Encomiendo, por lo tanto,
a su protección a todos los padres, a los sacerdotes —que son padres—, y a
quienes tienen una tarea educativa en la Iglesia y en la sociedad. De modo
especial, quiero saludar hoy, día del padre, a todos los padres, a todos los
papás: os saludo de corazón. Veamos: ¿hay algunos padres en la plaza? ¡Levanten
la mano los papás! ¡Pero cuántos papás! ¡Felicidades, felicidades en vuestro
día! Pido para vosotros la gracia de estar siempre muy cerca de vuestros hijos,
ayudándoles a crecer, pero cercanos, cercanos. Ellos necesitan de vosotros, de
vuestra presencia, de vuestra cercanía, de vuestro amor. Sed para ellos como
san José: custodios de su crecimiento en edad, sabiduría y gracia. Custodios de
su camino; educadores, y caminad con ellos. Y con esta cercanía seréis
auténticos educadores. Gracias por todo lo que hacéis por vuestros hijos:
gracias. A vosotros, muchas felicidades y feliz fiesta del padre a todos los
papás que están aquí, a todos los padres. Que san José os bendiga y os
acompañe. Y algunos de nosotros hemos perdido al papá, se marchó, el Señor lo
llamó; muchos de los que están en la plaza no tienen papá. Podemos rezar por
todos los padres del mundo, por los papás vivos y también por los difuntos y
por los nuestros, y podemos hacerlo juntos, cada uno recordando a su padre, si
está vivo o si está muerto. Y recemos al gran Papá de todos nosotros, el Padre.
Un «Padrenuestro» por nuestros padres: Padrenuestro...
¡Y muchas felicidades a los papás!
Del Catecismo de la Iglesia Católica
437 El ángel anunció a los pastores el nacimiento de Jesús como el del Mesías prometido a Israel: "Os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor" (Lc 2, 11). Desde el principio él es "a quien el Padre ha santificado y enviado al mundo"(Jn 10, 36), concebido como "santo" (Lc 1, 35) en el seno virginal de María. José fue llamado por Dios para "tomar consigo a María su esposa" encinta "del que fue engendrado en ella por el Espíritu Santo" (Mt 1, 20) para que Jesús "llamado Cristo" nazca de la esposa de José en la descendencia mesiánica de David (Mt 1, 16; cf. Rm 1, 3; 2Tm 2, 8; Ap 22, 16).
Se dice Credo.
Oración
de los fieles
Oremos a Dios Padre, por la intercesión de san José,
a quien puso al frente del hogar de su Hijo, en Nazaret.
- Por la Iglesia, la gran familia de los hijos de Dios. Roguemos al
Señor.
- Por los gobernantes, responsables de la institución familiar y de
la convivencia de todos los ciudadanos. Roguemos al Señor.
- Por todos los hogares del mundo, en especial por los hogares
cristianos y por los padres de familia que han de ser ejemplo de fe y santidad
para sus hijos. Roguemos al Señor.
- Por los enfermos y los agonizantes, por los que se sienten
angustiados. Roguemos al Señor.
Si hoy se celebra el día del seminario:
- Por los seminaristas que se preparan para recibir el ministerio
presbiteral, que descubran pronto, como Jesús, que están llamados a ocuparse
solamente de las cosas del Padre. Roguemos al Señor.
- Por los que colaboran en la formación de los futuros ministros de
la Iglesia. Roguemos al Señor.
- Por nosotros, llamados a vivir en la oscuridad y a la luz de la fe,
que contemplamos el ejemplo luminoso de san José, cuya vida estuvo escondida
con Cristo en Dios. Roguemos al Señor.
el cuidado de Jesús y María:
haz que siga cuidando de tu familia en la tierra
para que lleguemos a heredar tus promesas.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Te pedimos, Señor, que, así como san José se entregó con piadoso afecto
a servir a tu Unigénito, nacido de la Virgen María,
merezcamos, también nosotros, servir a tu altar con un corazón puro.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
La Misión De San José
En
verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación,
darte gracias
siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Y
alabar, bendecir y proclamar tu gloria en la solemnidad de san José.
Porque
él es el hombre justo que diste por esposo a la Virgen Madre de Dios;
el
servidor fiel y prudente que pusiste al frente de tu familia
para que, haciendo
las veces de padre, cuidara a tu Unigénito,
concebido por obra del Espíritu
Santo, Jesucristo, Señor nuestro.
Por
él, los ángeles alaban tu gloria,
te adoran las dominaciones y tiemblan las
potestades,
los cielos, sus virtudes y los santos serafines
te celebran unidos
en común alegría.
Permítenos asociarnos a sus voces cantando humildemente tu
alabanza:
Santo,
Santo, Santo...
Antífona de comunión Mt 25, 21
Siervo bueno y fiel: entra en el gozo de tu Señor.
Defiende, Señor, con tu protección continua a tu familia,
alegre por la solemnidad de san José,
y, al saciarla con el alimento de este altar,
conserva con bondad tus dones en ella.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Pensamientos para el
Evangelio de hoy
«Fe, amor,
esperanza: éstos son los ejes de la vida de San José y los de toda vida
cristiana. La entrega de San José aparece tejida de ese entrecruzarse de amor
fiel, de fe amorosa, de esperanza confiada» (San Josemaría).
«En los
Evangelios, san José aparece como un hombre fuerte y valiente, trabajador, pero
en su alma se percibe una gran ternura, que no es la virtud de los débiles,
sino más bien todo lo contrario: denota fortaleza de ánimo. No debemos tener
miedo de la bondad, de la ternura» (Francisco).
«La Iglesia nos anima a prepararnos para la hora de nuestra muerte (‘De la muerte repentina e imprevista, líbranos Señor’: antiguas Letanías de los santos), a pedir a la Madre de Dios que interceda por nosotros ‘en la hora de nuestra muerte’ (Ave María), y a confiarnos a San José, Patrono de la buena muerte» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1.014).
Letanías a San José
Señor, ten piedad. Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad. Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad. Señor, ten piedad.
Cristo, óyenos. Cristo, óyenos.
Cristo escúchanos, Cristo escúchanos,
Dios Padre Celestial. Ten piedad de nosotros.
Dios Hijo Redentor del mundo. Ten piedad de nosotros.
Dios Espíritu Santo. Ten piedad de nosotros.
Santa Trinidad, un solo Dios. Ten piedad de nosotros.
Santa María. Ruega por nosotros.
San José, Ruega por nosotros.
Ínclito descendiente de David, Ruega por nosotros.
Lumbrera de los Patriarcas, Ruega por nosotros.
Esposo de la Madre de Dios, Ruega por nosotros.
Custodio casto de la Virgen, Ruega por nosotros.
Padre nutricio del Hijo de Dios, Ruega por nosotros.
Solícito defensor de Cristo, Ruega por nosotros.
Jefe de la Sagrada Familia, Ruega por nosotros.
José justísimo, Ruega por nosotros.
José castísimo, Ruega por nosotros.
José prudentísimo, Ruega por nosotros.
José fortísimo, Ruega por nosotros.
José obedientísimo, Ruega por nosotros.
José fidelísimo, Ruega por nosotros.
Espejo de paciencia, Ruega por nosotros.
Amador de la pobreza, Ruega por nosotros.
Modelo de los obreros, Ruega por nosotros.
Honra de la vida doméstica, Ruega por nosotros.
Custodio de Vírgenes, Ruega por nosotros.
Amparo de las familias, Ruega por nosotros.
Consuelo de los desgraciados, Ruega por nosotros.
Esperanza de los enfermos, Ruega por nosotros.
Abogado de los moribundos, Ruega por nosotros.
Terror de los demonios, Ruega por nosotros.
Protector de la Santa Iglesia, Ruega por nosotros.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo. Perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo. Escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo. Ten misericordia de nosotros.
R/. Y jefe de todo cuanto poseía.
Oremos
Oh Dios, que con inefable providencia te dignaste elegir a San José para esposo de tu Madre Santísima: te rogamos nos concedas que, pues le veneramos como protector en la tierra, merezcamos tenerle por intercesor en el Cielo. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Invocación
Liturgia de las Horas: I Vísp. del oficio dominical. Comp. Dom. I.
No hay comentarios:
Publicar un comentario