01 de agosto - LUNES DE LA XVIII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, SAN ALFONSO MARÍA DE LIGORIO, obispo y doctor de la Iglesia (MO)


 
  LUNES DE LA XVIII SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO,
  o SAN ALFONSO MARÍA DE LIGORIO (MO)
  Oficio del Lunes de la Semana II del Salterio
  (Liturgia de las Horas, Tomo IV: Oficio de Lecturas Laudes - TerciaSexta     Nona Vísperas - Completas)
 



PROGRAMA PARROQUIAL:
LUNES, 01 DE AGOSTO

- Horario de la parroquia: abierta de 10.30 h. a 13.30 h. y de 18.00 h. a 21.30 h.

- Horario de despacho: de lunes a viernes, de 10.30 h. a 13.30 h y de 18.00 h. a 21.00 h.

- Entierro de + JOSEFA , en la Parroquia (a las 19.00 h.).

HOY NO TRANSMITIREMOS LA MISA. YA MAÑANA SÍ


NOTICIAS DE ACTUALIDAD



Elogio: Memoria de san Alfonso María de Ligorio, obispo y doctor de la Iglesia, que refulgió por su celo por las almas y por sus escritos, su palabra y su ejemplo. A fin de promover la vida cristiana en el pueblo, trabajó infatigablemente predicando y escribiendo, especialmente sobre teología moral, disciplina en la que es considerado maestro, y tras muchos obstáculos, fundó la Congregación del Santísimo Redentor, para evangelizar a la gente falta de formación. Elegido obispo de Sant'Agata dei Goti, se entregó de modo excepcional a este ministerio, que tuvo que dejar quince años después aquejado por graves enfermedades, y pasó el resto de su vida en Nocera dei Pagani, en Campania, entre grandes sacrificios y dificultades.

Patronazgos: patrono de los confesores, los teólogos morales y los directores espirituales.

Refieren a este santo: San Clemente María Hofbauer, San Gerardo Majella, San José de Calasanz, Beata María Celeste del Santísimo Salvador, Beata María Teresa de Soubiran La Louvière.

Oración

Oh Dios, que suscitas continuamente en tu Iglesia nuevos ejemplos de santidad, concédenos la gracia de imitar en el celo apostólico a tu obispo san Alfonso María de Ligorio, para que podamos compartir en el cielo su misma recompensa. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén (oración litúrgica).


Otros santos de este día:

Los santos mártires Macabeos, junto a su madre y Eleazar, escriba, santos del AT

Conmemoración del triunfo de los siete santos hermanos mártires, que en Antioquía de Siria, por su invencible fidelidad en el cumplimiento de la ley del Señor, durante el reinado de Antioco Epifanes sufrieron un fin cruel, al igual que su madre, que presenció con dolor la muerte de cada uno de sus hijos, coronada de gloria en todos ellos, como se nos refiere en el libro de los Macabeos.

Asimismo, conmemoración también de san Eleazar, uno de los escribas más destacados, varón de edad ya avanzada, que en la misma persecución se negó a comer carne prohibida para salvar su vida, aceptando una muerte gloriosísima antes que una vida ignominiosa, y se adelantó de buen grado al lugar del suplicio, mostrando un admirable ejemplo de virtud.

San Secundino de Roma, mártir

En la vía Prenestina, a treinta miliarios de Roma, san Secundino, mártir.

San Félix de Girona, mártir

En Girona, en la Hispania Tarraconense, san Félix, mártir en la persecución bajo el emperador Diocleciano.

San Eusebio de Vercelli, obispo y confesor

En Vercelli, en la Liguria, muerte de san Eusebio, obispo, cuya conmemoración se celebra mañana.

San Exuperio de Bayeux, obispo

En Bayeux, en la Galia Lugdunense, san Exuperio, a quien se venera como primer obispo de esta ciudad.

San Severo de Aquitania, presbítero

En Aquitania, san Severo, presbítero, que empleó sus bienes para la construcción de iglesias y para el servicio a los pobres.

Santos Friardo y Secundino, eremitas

En la isla Vinduneta (hoy Besné), cerca de Nantes, en Francia, santos Friardo y Secundino, este último diácono, ambos eremitas.

San Jonato, abad

En Marchiennes, en la Galia Bélgica, san Jonato, abad, discípulo de san Amando.

San Ethelwoldo, monje y obispo

En Winchester, en Inglaterra, sepultura de san Ethelwoldo, obispo, que compuso la famosa Concordia Regular, para la renovación de la disciplina monástica que había aprendido de san Dunstán.

Beato Emerico de Quart, obispo

En Aosta, en los Alpes Graios, beato Emerico de Quart, obispo, admirable por su austeridad de vida y por su celo en la salvación de las almas.

Beato Juan Bufalari, eremita

En Rieti, de la Sabina, beato Juan Bufalari, religioso de la Orden de Ermitaños de San Agustín, joven humilde y amable, siempre dispuesto a ayudar a su prójimo.

San Pedro Favre, religioso presbítero

En Roma, San Pedro Favre, presbítero, que fue el primero entre los miembros de la Orden de la Compañía de Jesús que soportó difíciles responsabilidades en diversas partes de Europa, y murió en la Urbe, cuando partía hacia el Concilio de Trento.

Beato Tomás Welbourne, mártir

En York, en Inglaterra, beato Tomás Welbourne, mártir, el cual, maestro de escuela, durante el reinado de Jacobo I fue condenado a muerte por haber aconsejado seguir al Romano Pontífice y, ahorcado en el patíbulo, se configuró en el martirio con Cristo, sumo Maestro.

Santos Domingo Nguyen Van Hanh y Bernardo Vu Van Due, presbíteros y mártires

En la ciudad Nam Dinh, en Tonquín, santos Domingo Nguyen Van Hanh (Dieu), de la Orden de Predicadores, y Bernardo Vu Van Due, presbíteros y mártires, que murieron decapitados por su fe en Cristo, en tiempo del emperador Minh Mang.

San Pedro Julián Eymard, presbítero y fundador

En la aldea de La Mure, junto al río Isar, en Francia, muerte de san Pedro Julián Eymard, presbítero, cuya conmemoración se celebra mañana.

Beato Bienvenido de Miguel Arahal, presbítero y mártir

En Madrid, en España, beato Bienvenido (José) de Miguel Arahal, presbítero de los Terciarios Capuchinos de Nuestra Señora de los Dolores y mártir, que en el furor de la persecución contra la fe derramó su sangre por Cristo.

Beatos José Teófilo y Severino, religiosos mártires

En La Palma de Cervelló, Barcelona, beatos Hno. José Teófilo (José Mulet Velilla) y Hno. Severino (Severino Ruiz Hidalgo), profesos de los Hermanos Maristas, muertos en la persecución religiosa de España en época de la Guerra Civil.

Beato Rafael Maria de Mataró, presbítero y mártir

En Vallvidrera, Barcelona, beato Rafael Maria de Mataró (Francesc de Paula Soteras Culla), presbítero, capuchino mártir en la persecución religiosa durante la Guerra Civil.

Beato Félix de Tortosa, religioso y mártir

En Palafolls, Barcelona, beato Félix de Tortosa (Joan Bonavida Dellà), capuchino mártir en la persecución religiosa durante la Guerra Civil.

Beato Alexis Sobaszek, presbítero y mártir

En el campo de concentración de Dachau, cercano a Munich, en Alemania, beato Alexis Sobaszek, presbítero y mártir, el cual, nacido en Polonia, en tiempo de guerra fue deportado inhumanamente por los invasores de su patria, y por Cristo murió entre torturas en defensa de la fe.

Beato Gerardo Hirschfelder, presbítero y mártir

En Dachau, Alemania, beato Gerardo Hirschfelder, presbítero del vicariato de Glatz, mártir en el campo de concentración, muerto por un régimen contrario a la dignidad humana.

Beatas María Estrella del Santísimo Sacramento Mardosewicz y sus diez compañeras, vírgenes y mártires

En un bosque cercano a la ciudad de Nowogródek, en Polonia, beatas María Estrella del Santísimo Sacramento (Adelhéidis) Mardosewicz y sus diez compañeras, de la Congregación de Misioneras Hijas de la Sagrada Familia de Nazaret, vírgenes y mártires, que, en funesto tiempo de guerra, entraron en la gloria de los cielos al ser fusiladas por los enemigos de la fe. Sus nombres son: Beatas María Imelda de Jesús Hostia (Hedwigis Carolina) Zak, María Raimunda de Jesús y María (Ana) Kukolowicz, María Daniela de Jesús y María Inmaculada (Eleonora Aniela) Jozwik, María Canuta de Jesús en el Huerto de Getsemani (Josefa) Chrobot, María Sergia de la Virgen Dolorosa (Julia) Rapiej, María Guidona de la Divina Providencia (Helena) Cierpka, María Felicidad (Paulina) Borowik, María Heliodora (Leocadia) Matuszewska, María Canisia (Eugenia) Mackiewicz y María Boromea (Verónica) Tarmontowicz.


LITURGIA DE HOY

Misa de la memoria (blanco).

MISAL: oracs. props., ants. del común de pastores (para un obispo) o de doctores, Pf. común o de la memoria.

LECC.: vol. III-par.

- Jer 28, 1-17. Jananías, el Señor no te ha enviado, y tú has inducido al pueblo a una falsa confianza.
- Sal 118. R. Instrúyeme, Señor, en tus decretos.
- Mt 14, 13-21. Alzando la mirada al cielo, pronunció la bendición y dio los panes a los discípulos; los discípulos se los dieron a la gente.
o bien: cf. vol. IV.

Liturgia de las Horas: oficio de la memoria.

Martirologio: elogs. del 2 de agosto, pág. 463.

CALENDARIOS: Redentoristas: San Alfonso María de Ligorio, obispo y doctor de la Iglesia (S).
Girona: San Félix, mártir (F).



TEXTOS MISA

1 de agosto

San Alfonso María de Ligorio, obispo y doctor de la Iglesia

Memoria

 

Antífona de entrada Cf. Eclo 15, 5

En medio de la asamblea le abrió la boca, y el Señor lo llenó del espíritu de sabiduría y de inteligencia, lo revistió con un vestido de gloria.

O bien: Sal 36, 30-31

La boca del justo expone la sabiduría, su lengua explica el derecho, porque lleva en su corazón la ley de su Dios.

 

Monición de entrada

Celebramos hoy la memoria de san Alfonso María de Ligorio, obispo y doctor de la Iglesia. Nació en Nápoles el año 1696. A fin de promover la vida cristiana en el pueblo, trabajó infatigablemente predicando y escribiendo, especialmente sobre teología moral, disciplina en la que es considerado maestro, y tras muchos obstáculos, fundó la Congregación del Santísimo Redentor, para evangelizar a la gente falta de formación. Elegido obispo, se entregó de modo excepcional a este ministerio, que tuvo que dejar quince años después aquejado por graves enfermedades. Murió el año 1787

 

Oración colecta
Oh, Dios, que suscitas continuamente en tu Iglesia
nuevos ejemplos de virtud,
concédenos seguir las huellas del obispo san Alfonso María en el celo por las almas,
de modo que consigamos su recompensa en el cielo.
Por nuestro Señor Jesucristo.


LECTURAS DE LA MISA

Audio y comentario del Evangelio de hoy (I)

Audio y comentario del Evangelio de hoy (II)


PRIMERA LECTURA 
Jananías, el Señor no te ha enviado, y tú has inducido al pueblo a una falsa confianza

Lectura del libro de Jeremías (Jr 28, 1-17)

EL MISMO AÑO, el año cuarto de Sedecías, rey de Judá, el quinto mes, Jananías, hijo de Azur, profeta de Gabaon, me dijo en el templo, en presencia de los sacerdotes y de todo el pueblo:
«Esto dice el Señor del universo, Dios de Israel: “He roto el yugo del rey de Babilonia. Antes de dos años devolveré a este lugar el ajuar del templo, que Nabucodonosor, rey de Babilonia, tomó de este lugar para llevárselo a Babilonia. A Jeconías, hijo de Joaquim, rey de Judá, y a todos los desterrados de Judá que marcharon a Babilonia, yo mismo los haré volver a este lugar —oráculo del Señor— cuando rompa el yugo del rey de Babilonia”».
El profeta Jeremías respondió al profeta Jananías delante de los sacerdotes y de toda la gente que estaba en el templo.
Le dijo así el profeta Jeremías:
«¡Así sea; así lo haga el Señor! Que el Señor confirme la palabra que has profetizado y devuelva de Babilonia a este lugar el ajuar del templo y a todos los que están allí desterrados. Pero escucha la palabra que voy a pronunciar en tu presencia y ante toda la gente aquí reunida: Los profetas que nos precedieron a ti y a mí, desde tiempos antiguos, profetizaron a países numerosos y a reyes poderosos guerras, calamidades y pestes. Si un profeta profetizaba prosperidad, solo era reconocido como profeta auténtico enviado por el Señor cuando se cumplía su palabra».
Entonces Jananías arrancó el yugo del cuello del profeta Jeremías y lo rompió.
Después dijo Jananías a todos los presentes:
«Esto dice el Señor: “De este modo romperé del cuello de todas las naciones el yugo de Nabucodonosor, rey de Babilonia, antes de dos años”».
El profeta Jeremías se marchó.
Vino la palabra del Señor a Jeremías después de que Jananías hubo roto el yugo del cuello del profeta Jeremías.
El Señor le dijo:
«Ve y dile a Jananías: “Esto dice el Señor: Tú has roto un yugo de madera, pero yo haré un yugo de hierro. Porque esto dice el Señor del universo, Dios de Israel: Pondré un yugo de hierro al cuello de todas estas naciones para que sirvan a Nabucodonosor, rey de Babilonia, y se le sometan. Le entregaré hasta los animales salvajes”».
El profeta Jeremías dijo al profeta Jananías:
«Escúchame, Jananías: El Señor no te ha enviado, y tú has inducido a este pueblo a una falsa confianza. Por tanto, esto dice el Señor: “Voy a hacerte desaparecer de la tierra; este año morirás porque has predicado rebelión contra el Señor”».
Y el profeta Jananías murió aquel mismo año, el séptimo mes.

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.


SALMO RESPONSORIAL(Sal 118, 29. 43. 79. 80. 95. 102 [R.: 68b])

R. Instrúyeme, Señor, en tus decretos.

V. Apártame del camino falso,
y dame la gracia de tu ley.

R. Instrúyeme, Señor, en tus decretos.

V. No quites de mi boca las palabras sinceras,
porque yo espero en tus mandamientos.

R. Instrúyeme, Señor, en tus decretos.

V. Vuelvan a mi los que te temen
y hacen caso de tus preceptos.

R. Instrúyeme, Señor, en tus decretos.

V. Sea mi corazón perfecto en tus decretos,
así no quedaré avergonzado.

R. Instrúyeme, Señor, en tus decretos.

V. Los malvados me esperaban para perderme,
pero yo meditaba tus preceptos.

R. Instrúyeme, Señor, en tus decretos.

V. No me aparto de tus mandamientos,
porque tú me has instruido.

R. Instrúyeme, Señor, en tus decretos.


Aleluya Mt 4, 4b
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. R.

EVANGELIO (años B y C)
Alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición y dio los panes a los discípulos; los discípulos se los dieron a la gente

╬ Lectura del santo Evangelio según san Mateo (Mt 14, 13-21)
R. Gloria a ti, Señor.

EN AQUEL TIEMPO, al enterarse Jesús de la muerte de Juan el Bautista, se marchó de allí en barca, a solas, a un lugar desierto. Cuando la gente lo supo, lo siguió por tierra desde los poblados.
Al desembarcar vio Jesús una multitud, se compadeció de ella y curó a los enfermos. Como se hizo tarde, se acercaron los discípulos a decirle:
«Estamos en despoblado y es muy tarde, despide a la multitud para que vayan a las aldeas y se compren comida».
Jesús les replicó:
«No hace falta que vayan, dadles vosotros de comer».

Ellos le replicaron:
«Si aquí no tenemos más que cinco panes y dos peces».

Les dijo:
«Traédmelos».
Mandó a la gente que se recostara en la hierba y tomando los cinco panes y los dos peces, alzando la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos; los discípulos se los dieron a la gente. Comieron todos y se saciaron y recogieron doce cestos llenos de sobras. Comieron unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños.

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.


Del Papa Francisco, Ángelus, Domingo 3 de agosto de 2014

El prodigio de los panes prenuncia la Eucaristía. Se lo ve en el gesto de Jesús que "lo bendijo" (v. 19) antes de partir los panes y distribuirlos a la gente. Es el mismo gesto que Jesús realizará en la última Cena, cuando instituirá el memorial perpetuo de su Sacrificio redentor. En la Eucaristía Jesús no da un pan, sino el pan de vida eterna, se dona a Sí mismo, entregándose al Padre por amor a nosotros. Y nosotros tenemos que ir a la Eucaristía con estos sentimientos de Jesús, es decir, la compasión y la voluntad de compartir. Quien va a la Eucaristía sin tener compasión hacia los necesitados y sin compartir, no está bien con Jesús.


Pensamientos para el Evangelio de hoy

«Posiblemente no nos encontramos en situación de dar mucho, pero siempre podemos dar la alegría que brota de un corazón que ama a Dios» (Santa Teresa de Calcuta).

«Esos pocos panes y peces, compartidos y bendecidos por Dios, fueron suficientes para todos. ¡Y atención! No es magia, es un ‘signo’: un signo que invita a tener fe en Dios, Padre providente» (Francisco).

«La Sagrada Comunión del Cuerpo y de la Sangre de Cristo acrecienta la unión del comulgante con el Señor, le perdona los pecados veniales y lo preserva de pecados graves. Puesto que los lazos de caridad entre el comulgante y Cristo son reforzados, la recepción de este sacramento fortalece la unidad de la Iglesia, Cuerpo místico de Cristo» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1.416).


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