NOVENA EN HONOR
A LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA,
NTRA. SRA. DE MONTEMAYOR
PROGRAMA PARROQUIAL:MIÉRCOLES, 31 DE AGOSTO- Horario de la parroquia: abierta de 10.00 h. a 13.30 h. y de 18.00 h. a 21.30 h.
- Horario de despacho: de lunes a viernes, de 10.30 h. a 13.30 h y de 18.00 h. a 21.00 h.
- SEGUNDO DÍA DE NOVENA: Rezo del Santo Rosario (20.30 h.) y Eucaristía del Miércoles de la XXII Semana del Tiempo Ordinario, en la Parroquia (a las 21.00 h.).
A LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA,
NTRA. SRA. DE MONTEMAYOR
- Horario de la parroquia: abierta de 10.00 h. a 13.30 h. y de 18.00 h. a 21.30 h.
- Horario de despacho: de lunes a viernes, de 10.30 h. a 13.30 h y de 18.00 h. a 21.00 h.
- SEGUNDO DÍA DE NOVENA: Rezo del Santo Rosario (20.30 h.) y Eucaristía del Miércoles de la XXII Semana del Tiempo Ordinario, en la Parroquia (a las 21.00 h.).
NOTICIAS DE ACTUALIDAD
NOTICIAS DE ACTUALIDAD
Catequesis del Papa Francisco
(31.08.2022)
(31.08.2022)
SANTORAL DE HOY
Patronazgos: patrono de las mujeres embarazadas, madres lactantes y niños, protector de los inocentes injustamente acusados, para pedir un parto feliz, y contra la fiebre puerperal.
Refieren a este santo: San Serapión.
Otros santos de este día:
En Jerusalén, conmemoración de los santos José de Arimatea y Nicodemo, que recogieron el cuerpo de Jesús bajo la cruz, lo envolvieron en una sábana y lo depositaron en el sepulcro. José, noble decurión y discípulo del Señor, esperaba el reino de Dios, y Nicodemo, fariseo y principal entre los judíos, que había ido de noche a ver a Jesús para interrogarle acerca de su misión, defendió luego su causa ante los sumos sacerdotes y los fariseos que buscaban la detención del Señor.
En Atenas, en Grecia, san Aristides, filósofo, que, notabilísimo por su fe y por su ciencia, dedicó al emperador Adriano algunos de sus libros sobre la religión cristiana.
En Tréveris, en la Galia Bélgica, san Paulino, obispo y mártir, que en tiempo de la herejía arriana fue el verdadero heraldo de la verdad, y en el Sínodo de Arlés, convocado por el emperador arriano Constancio, ni amenazas ni adulaciones pudieron llevarle a condenar a san Atanasio ni a apartarse de la recta fe, por lo que fue relegado a Frigia, en la actual Turquía, donde pasados cinco años llevó a cumplimiento su martirio en el exilio.
En Lindisfarne, en el territorio de Northumbria, san Aidano, obispo y abad, varón de suma mansedumbre, piedad y rectitud de gobierno, que desde el monasterio de Iona fue llamado por el rey Osvaldo a esta sede episcopal, donde fundó un monasterio, para atender eficazmente a la evangelización de aquel reino.
En el desierto de Vallucola, en la Toscana, beato Andrés de Borgo Sansepolcro, presbítero de la Orden de los Siervos de María, entregado a la penitencia y a la contemplación.
En Almería, en España, beatos Edmigio (Isidoro) Primo Rodríguez, Amalio (Justo) Zariquiegui Mendoza y Valerio Bernardo (Marciarlo) Herrero Martínez, mártires, que, por ser hermanos de las Escuelas Cristianas, sufrieron la muerte durante la persecución contra la fe en tiempo de guerra.
En Barcelona, España, beato Pere Tarrés i Claret, presbítero.
LITURGIA DE HOY
Misa de feria (verde).
MISAL: cualquier formulario permitido (véase pág. 67, n. 5), Pf. común.
LECC.: vol. III-par.
- 1 Cor 3, 1-9. Nosotros somos colaboradores de Dios y
vosotros, campo de Dios, edificio de Dios.
- Sal 32. R. Dichoso el pueblo que Dios se escogió como
heredad.
- Lc 4, 38-44. Es necesario que evangelice también a las otras
ciudades, pues para esto he sido enviado.
Liturgia
de las Horas: oficio de feria.
Martirologio: elogs. del 1 de septiembre, pág. 526.
CALENDARIOS: Guadix y Málaga: Dedicación de la iglesia-catedral
(F).
Mercedarios: San Ramón Nonato, presbítero (F). Solsona: (MO). En
el resto de Cataluña: (ML).
Calahorra y La Calzada-Logroño, diócesis: Santos Emeterio y
Celedonio, mártires (MO).
Mallorca: Santa Teresa de Jesús Jornet e Ibars, virgen (MO).
Zaragoza: Santo Domingo del Val, mártir (MO).
Servitas: Beato Andrés de Borgo Sansepolcro, religioso (ML).
Jaén: Aniversario de la ordenación episcopal de Mons. Amadeo
Rodríguez Magro, obispo, emérito (2003).
Antífona de
entrada Cf. Eclo 36, 15-16
Señor, da la paz
a los que esperan en ti, escucha las súplicas de tus siervos y llévanos por el
camino de la justicia.
Monición de entrada
La paz y la justicia son aspiraciones permanentes de los hombres de todos los tiempos. El cristiano, con el auxilio de Cristo, Príncipe de la paz, es llamado a ser constructor de la justicia e instrumento de paz en medio del mundo. Para ello, pidamos en esta eucaristía los dones de la justicia y la paz.
O bien:
Cristo vino a traer paz a este mundo, reconciliando con su muerte y
resurrección a todos los hombres y eliminando todo tipo de discordia y
enemistad. Pidámosle que, continuando su obra en el mundo, nos ayude a
esforzarnos de manera personal y comunitaria, y cooperemos en su obra.
Oración colecta
Oh, Dios, que manifestaste que serán llamados hijos tuyos los amantes de la
paz, concédenos instaurar sin descanso aquella justicia que puede garantizar
una paz firme y verdadera. Por nuestro Señor Jesucristo.
O bien:
Oh, Dios, que cuidas de todos con amor paternal, concede, en tu bondad, que
los hombres, a quienes diste un mismo origen, formen una sola familia en la paz
y vivan siempre unidos por el amor fraterno. Por nuestro Señor Jesucristo.
Oración colecta
Oh, Dios, creador del mundo, bajo cuyo gobierno se desarrolla el curso de la
historia, muéstrate propicio a nuestras súplicas y concede a nuestro tiempo el
sosiego de la paz, para que nos gocemos incesantemente en la alabanza de tu
misericordia. Por nuestro Señor Jesucristo.
O bien:
Dios de la paz, tú eres la paz misma, a quien el espíritu violento no
comprende ni el corazón cruel acepta, haz que perseveren en el bien los que
conviven en concordia, y que recuperen la paz, olvidando el mal, los que están
enfrentados. Por nuestro Señor Jesucristo.
LECTURAS DE LA MISA
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo
a los Corintios (1 Co 3, 1-9)
HERMANOS, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a
niños en Cristo. Por eso, en vez de alimento sólido, os di a beber leche, pues
todavía no estabais para más. Aunque tampoco lo estáis ahora, pues seguís
siendo carnales. En efecto, mientras haya entre vosotros envidias y contiendas,
¿no es que seguís siendo carnales y que os comportáis al modo humano? Pues si
uno dice «yo soy de Pablo» y otro, «yo de Apolo», ¿no os comportáis al modo
humano?
En definitiva, ¿qué es Apolo y qué es Pablo? Servidores a través de los cuales
accedisteis a la fe, y cada uno de ellos como el Señor le dio a entender. Yo
planté, Apolo regó, pero fue Dios quien hizo crecer; de modo que, ni el que
planta es nada, Dichoso el pueblo que Dios se escogió como heredad. ni
tampoco el que riega; sino Dios, que hace crecer. El que planta y el que riega son
una misma cosa, si bien cada uno recibirá el salario según lo que haya
trabajado. Nosotros somos colaboradores de Dios y vosotros, campo de Dios,
edificio de Dios.
Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL (Sal 32, 12-13. 14-15. 20-21 [R.: cf. 12])
R. Dichoso el pueblo que Dios se escogió como heredad.
V. Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que él se escogió como heredad.
El Señor mira desde el cielo,
se fija en todos los hombres.
R. Dichoso el pueblo que Dios se escogió como heredad.
V. Desde su morada observa
a todos los habitantes de la tierra:
él modeló cada corazón,
y comprende todas sus acciones.
R. Dichoso el pueblo que Dios se escogió como heredad.
V. Nosotros aguardamos al Señor:
él es nuestro auxilio y escudo.
Con él se alegra nuestro corazón,
en su santo nombre confiamos.
R. Dichoso el pueblo que Dios se escogió como heredad.
V. El Señor me ha enviado a evangelizar a los pobres,
a proclamar a los cautivos la libertad. R.
╬ Lectura del santo Evangelio según san
Lucas (Lc 4, 38-44)
R. Gloria a ti, Señor.
EN AQUEL TIEMPO, al salir Jesús de la sinagoga, entró en la casa de Simón.
La suegra de Simón estaba con fiebre muy alta y le rogaron por ella.
El, inclinándose sobre ella, increpó a la fiebre, y se le pasó; ella,
levantándose enseguida, se puso a servirles.
Al ponerse el sol, todos cuantos tenían enfermos con diversas dolencias se los
llevaban, y él, imponiendo las manos sobre cada uno, los iba curando.
De muchos de ellos salían también demonios, que gritaban y decían:
«Tú eres el Hijo de Dios».
Los increpaba y no les dejaba hablar, porque sabían que él era el Mesías.
Al hacerse de día, salió y se fue a un lugar desierto. La gente lo andaba
buscando y, llegando donde estaba, intentaban retenerlo para que no se separara
de ellos.
Pero él les dijo:
«Es necesario que proclame el reino de Dios también a las otras ciudades, pues
para esto he sido enviado».
Y predicaba en las sinagogas de Judea.
Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.
San Cirilo, in Cat. graec. Patr.
Aunque como Dios
hubiese podido curarlos a todos con una sola palabra, sin embargo, los toca,
dando a entender que su carne tenía virtud bastante para remediar todos los
males; porque era carne de un Dios. Así como el fuego colocado en un vaso de
bronce le comunica su propio calor, así el Omnipotente Verbo de Dios, cuando se
unió realmente al templo, animado e inteligente, tomado de la Virgen, le hizo
participante de los efectos de su poder. Que nos toque también a nosotros;
mejor aún, toquémosle nosotros a El, para que nos libre de las enfermedades del
alma, de los ataques del demonio y de la soberbia.
Pensamientos para el Evangelio de hoy
«La curada demostró mucha virtud y el provecho que había sacado de su enfermedad: en cuanto estuvo curada sólo quiso usar de su salud en el servicio del Señor» (San Francisco de Sales).
«En la enfermedad todos necesitamos calor humano: para consolar a una persona enferma, más que las palabras, cuenta la cercanía serena y sincera» (Benedicto XVI).
«La enfermedad puede conducir a la angustia, al repliegue sobre sí mismo, a veces incluso a la desesperación y a la rebelión contra Dios. Puede también hacer a la persona más madura, ayudarla a discernir en su vida lo que no es esencial para volverse hacia lo que lo es. Con mucha frecuencia, la enfermedad empuja a una búsqueda de Dios, un retorno a Él» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1.501).
Pensamientos para el Evangelio de hoy
«La curada demostró mucha virtud y el provecho que había sacado de su enfermedad: en cuanto estuvo curada sólo quiso usar de su salud en el servicio del Señor» (San Francisco de Sales).
«En la enfermedad todos necesitamos calor humano: para consolar a una persona enferma, más que las palabras, cuenta la cercanía serena y sincera» (Benedicto XVI).
«La enfermedad puede conducir a la angustia, al repliegue sobre sí mismo, a veces incluso a la desesperación y a la rebelión contra Dios. Puede también hacer a la persona más madura, ayudarla a discernir en su vida lo que no es esencial para volverse hacia lo que lo es. Con mucha frecuencia, la enfermedad empuja a una búsqueda de Dios, un retorno a Él» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1.501).
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