NOTICIAS DE ACTUALIDAD
SANTORAL DE HOY
Elogio: En Roma, en el cementerio de Priscila, en la vía Salaria Nueva, sepultura de san Marcelo I, papa, que, como atestigua san Dámaso, fue un verdadero pastor, por lo que sufrió mucho. Fue expulsado de su patria y murió en el destierro tras ser denunciado falsamente ante el tirano por algunos que despreciaban la penitencia que les había impuesto.
Patronazgos: protector de los novios.
Refieren a este santo: Santos Papías y Mauro.
Elogio: En Roma, en el cementerio de Priscila, en la vía Salaria Nueva, sepultura de san Marcelo I, papa, que, como atestigua san Dámaso, fue un verdadero pastor, por lo que sufrió mucho. Fue expulsado de su patria y murió en el destierro tras ser denunciado falsamente ante el tirano por algunos que despreciaban la penitencia que les había impuesto.
Patronazgos: protector de los novios.
Refieren a este santo: Santos Papías y Mauro.
San Danacto, mártir
En la ciudad de Aulona, en Iliria, san Danacto, mártir.
San Melas de Rinocorura, obispo y confesor
En Rinocorura, en Egipto, san Melas, obispo, que en tiempo del emperador arriano Valente sufrió el destierro por su adhesión a la fe ortodoxa, tras lo cual descansó en paz.
San Honorato de Arlés, monje y obispo
En Arlés, ciudad de la Provenza, en la Galia, san Honorato, obispo, que fundó el célebre monasterio en la isla de Lérins y, después, aceptó regir la sede de Arlés.
San Jacobo de Moûtiers, obispo
En Moûtiers, en la Galia Vienense, san Jacobo, obispo, discípulo de san Honorato de Lérins.
San Ticiano de Oderzo, obispo
En la ciudad de Oderzo, en la región de Venecia, san Ticiano, obispo.
San Leobato, abad
En la región de Tours, en la Galia Lugdunense, conmemoración de san Leobato, abad, a quien su maestro, san Urso, designó como superior del monasterio recién fundado de Sénevière, el cual gobernó santamente hasta su vejez.
San Triverio, presbítero y eremita
En el lugar de Dombes, también en la Galia Lugdunense, san Triverio, presbítero, monje y finalmente eremita.
San Furseo, abad
En Mazerolles, junto al río Alteia, en la Galia, san Furseo, abad primero en Irlanda, después en Inglaterra y finalmente en la Galia, donde fundó el monasterio de Lagny.
Santa Juana de Bagno, virgen
En la ciudad de Bagno, de la Romagna, santa Juana, virgen, que, admitida en la Orden camaldulense, se distinguió por su obediencia y humildad.
Santos Berardo, Otón, Pedro, Acursio y Aiuto, mártires
En Marrakech, en el Magreb, santos mártires Berardo, Otón y Pedro, presbíteros, y Acursio y Aiuto, religiosos, todos de la Orden de los Hermanos Menores, que, enviados por san Francisco para anunciar el Evangelio a los musulmanes, fueron apresados en Sevilla y trasladados a Marrakech, donde les ajusticiaron con la espada por orden del príncipe de los sarracenos.
San José Vaz, religioso presbítero
En Kandy, ciudad de la isla de Ceilán, en el Océano Índico, san José Vaz, presbítero de la Congregación del Oratorio de San Felipe Neri, que se entregó con admirable ardor a predicar el Evangelio por aquellas tierras, e incansablemente confirmó en la fe a los católicos que permanecían dispersos y escondidos.
Beato Luis Ormières, presbítero y fundador
En Gijón, Asturias, España, beato Luis Ormières, presbítero, fundador de las Hermanas del Ángel de la Guarda.
Beato José Antonio Tovini, laico
En Brescia, en Italia, beato José Antonio Tovini, el cual, siendo maestro, se ocupó en erigir numerosas escuelas cristianas y en promover la construcción de obras públicas, y en toda su actividad dejó testimonio de su oración y de sus virtudes.
Beata Juana María Condesa Lluch, virgen y fundadora
En Valencia, ciudad de España, beata Juana María Condesa Lluch, virgen, que, con solícita caridad y espíritu de sacrificio hacia los pobres, niños y, especialmente, hacia las mujeres que trabajaban fuera de casa, se entregó completamente a su atención. Fundó para su tutela la Congregación de Esclavas de María Inmaculada.
San Danacto, mártir
En la ciudad de Aulona, en Iliria, san Danacto, mártir.
San Melas de Rinocorura, obispo y confesor
En Rinocorura, en Egipto, san Melas, obispo, que en tiempo del emperador arriano Valente sufrió el destierro por su adhesión a la fe ortodoxa, tras lo cual descansó en paz.
San Honorato de Arlés, monje y obispo
En Arlés, ciudad de la Provenza, en la Galia, san Honorato, obispo, que fundó el célebre monasterio en la isla de Lérins y, después, aceptó regir la sede de Arlés.
San Jacobo de Moûtiers, obispo
En Moûtiers, en la Galia Vienense, san Jacobo, obispo, discípulo de san Honorato de Lérins.
San Ticiano de Oderzo, obispo
En la ciudad de Oderzo, en la región de Venecia, san Ticiano, obispo.
San Leobato, abad
En la región de Tours, en la Galia Lugdunense, conmemoración de san Leobato, abad, a quien su maestro, san Urso, designó como superior del monasterio recién fundado de Sénevière, el cual gobernó santamente hasta su vejez.
San Triverio, presbítero y eremita
En el lugar de Dombes, también en la Galia Lugdunense, san Triverio, presbítero, monje y finalmente eremita.
San Furseo, abad
En Mazerolles, junto al río Alteia, en la Galia, san Furseo, abad primero en Irlanda, después en Inglaterra y finalmente en la Galia, donde fundó el monasterio de Lagny.
Santa Juana de Bagno, virgen
En la ciudad de Bagno, de la Romagna, santa Juana, virgen, que, admitida en la Orden camaldulense, se distinguió por su obediencia y humildad.
Santos Berardo, Otón, Pedro, Acursio y Aiuto, mártires
En Marrakech, en el Magreb, santos mártires Berardo, Otón y Pedro, presbíteros, y Acursio y Aiuto, religiosos, todos de la Orden de los Hermanos Menores, que, enviados por san Francisco para anunciar el Evangelio a los musulmanes, fueron apresados en Sevilla y trasladados a Marrakech, donde les ajusticiaron con la espada por orden del príncipe de los sarracenos.
San José Vaz, religioso presbítero
En Kandy, ciudad de la isla de Ceilán, en el Océano Índico, san José Vaz, presbítero de la Congregación del Oratorio de San Felipe Neri, que se entregó con admirable ardor a predicar el Evangelio por aquellas tierras, e incansablemente confirmó en la fe a los católicos que permanecían dispersos y escondidos.
Beato Luis Ormières, presbítero y fundador
En Gijón, Asturias, España, beato Luis Ormières, presbítero, fundador de las Hermanas del Ángel de la Guarda.
Beato José Antonio Tovini, laico
En Brescia, en Italia, beato José Antonio Tovini, el cual, siendo maestro, se ocupó en erigir numerosas escuelas cristianas y en promover la construcción de obras públicas, y en toda su actividad dejó testimonio de su oración y de sus virtudes.
Beata Juana María Condesa Lluch, virgen y fundadora
En Valencia, ciudad de España, beata Juana María Condesa Lluch, virgen, que, con solícita caridad y espíritu de sacrificio hacia los pobres, niños y, especialmente, hacia las mujeres que trabajaban fuera de casa, se entregó completamente a su atención. Fundó para su tutela la Congregación de Esclavas de María Inmaculada.
LITURGIA DE HOY
Misa de feria (verde).
MISAL: cualquier formulario permitido (véase pág. 71, n. 5), Pf.
común.
LECC.: vol. III-impar.
- Heb 5, 1-10. Siendo Hijo, aprendió, sufriendo, a obedecer.
- Sal 109. R. Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.
- Mc 2, 18-22. El esposo está con ellos.
Liturgia de las Horas: oficio de feria.
Martirologio: elogs. del 17 de enero, pág. 114.
CALENDARIOS: Plasencia: San Fulgencio de Écija, obispo (S). Cartagena: (F).
Sevilla: (MO).
Esclavas de María Inmaculada: Beata Juana María Condesa, virgen (F). Valencia: (ML).
Hermanas del Ángel de la Guarda: Beato Luis Antonio Ormières, presbítero
y fundador (F).
Familia Franciscana: Santos Berardo, presbítero, y compañeros, mártires (MO).
Congregación del Oratorio: San José Vaz, presbítero (ML).
Agustinos: Conmemoración de los familiares difuntos.
LUNES DE LA II SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, feria
Verde / Blanco Feria o Misa por los sacerdotes MR, p. 1102 (1194) / Lecc. I, p. 506
LA INTIMIDAD Y LA SOLIDARIDAD
La Epístola a los hebreos intenta explicar la obra que Jesús realizó -lo que otros libros bíblicos denominan salvación o redención- utilizando el oficio de sumo sacerdote de Israel, que supuestamente los lectores conocían bien. En su explicación, pone de relieve los dos requisitos fundamentales para tal oficio, a saber, la vocación-elección y la función de ofrecer sacrificios por los pecados. Estos requisitos expresan los dos polos de la obra de Jesús, que son la intimidad con Dios y la solidaridad con los pecadores. La solidaridad con los pecadores del sumo sacerdote de Israel viene de sus propios pecados, pero tal solidaridad no es posible para Jesús, quien nunca pecó. Su solidaridad se encuentra en su compasión para con los seres humanos. Los ministros de la Iglesia hoy necesitan la misma intimidad y solidaridad que caracterizaron a Jesús.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Lc 4, 18
El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para llevar a los pobres la buena nueva, para sanar a los contritos de corazón y perdonar a los que se arrepienten.
Señor y Dios nuestro, que para gobernar a tu pueblo
te sirves del ministerio de los sacerdotes,
concédeles perseverar en el cumplimiento de tu voluntad,
para que, en su ministerio y en su vida,
puedan buscar siempre tu gloria en Cristo.
Él, que vive y reina contigo.
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURASiendo Hijo, aprendió, sufriendo, a obedecer
Lectura de la carta a los Hebreos (Heb 5, 1-10)
TODO sumo sacerdote, escogido de entre los hombres, está puesto para representar a los hombres en el culto a Dios: para ofrecer dones y sacrificios por los pecados.
Él puede comprender a los ignorantes y extraviados, porque también él está sujeto a debilidad.
A causa de ella, tiene que ofrecer sacrificios por sus propios pecados, como por los del pueblo.
Nadie puede arrogarse este honor sino el que es llamado por Dios, como en el caso de Aarón.
Tampoco Cristo se confirió a sí mismo la dignidad de sumo sacerdote, sino que la recibió de aquel que le dijo: «Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy»; o, como dice en otro pasaje: «Tú eres sacerdote para siempre según el rito de Melquisedec».
Cristo, en los días de su vida mortal, a gritos y con lágrimas, presentó oraciones y súplicas al que podía salvarlo de la muerte, siendo escuchado por su piedad filial. Y, aun siendo Hijo, aprendió, sufriendo, a obedecer. Y, llevado a la consumación, se convirtió, para todos los que lo obedecen, en autor de salvación eterna, proclamado por Dios sumo sacerdote según el rito de Melquisedec.
Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL (Sal 109, 1bcde. 2. 3. 4 [R: 4bc])
R/. Tú eres sacerdote eterno,
según el rito de Melquisedec.
V/. Oráculo del Señor a mi Señor:
«Siéntate a mi derecha,
y haré de tus enemigos
estrado de tus pies».
R/. Tú eres sacerdote eterno,
según el rito de Melquisedec.
V/. Desde Sion extenderá el Señor
el poder de tu cetro:
somete en la batalla a tus enemigos.
R/. Tú eres sacerdote eterno,
según el rito de Melquisedec.
V/. «Eres príncipe desde el día de tu nacimiento
entre esplendores sagrados;
yo mismo te engendré, desde el seno,
antes de la aurora».
R/. Tú eres sacerdote eterno,
según el rito de Melquisedec.
V/. El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:
«Tú eres sacerdote eterno,
según el rito de Melquisedec».
R/. Tú eres sacerdote eterno,
según el rito de Melquisedec.
Lectura del santo Evangelio según san Marcos (Mc 2, 18-22)
EN AQUEL TIEMPO, como los discípulos de Juan y los fariseos estaban ayunando, vinieron unos y le preguntaron a Jesús:
«Los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan. ¿Por qué los tuyos no?».
Jesús les contesta:
«¿Es que pueden ayunar los amigos del esposo, mientras el esposo está con ellos? Mientras el esposo está con ellos, no pueden ayunar.
Llegarán días en que les arrebatarán al esposo, y entonces ayunarán en aquel día.
Nadie echa un remiendo de paño sin remojar a un manto pasado; porque la pieza tira del manto —lo nuevo de lo viejo— y deja un roto peor.
Tampoco se echa vino nuevo en odres viejos; porque el vino revienta los odres, y se pierden el vino y los odres; a vino nuevo, odres nuevos».
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