PROGRAMA PARROQUIAL:MARTES, 24 DE ENEROPARROQUIA DEL CARMEN:
- Celebración de la Palabra del Martes de la Semana III del T. O., en la Parroquia (a las 18.30 h.).
PARROQUIA DE LOS DOLORES:
- Rezo del Santo Rosario (19.00 h.) y Eucaristía del Martes de la Semana III del T. O., en la Parroquia (a las 19.30 h.).
PARROQUIA DEL CARMEN:
- Celebración de la Palabra del Martes de la Semana III del T. O., en la Parroquia (a las 18.30 h.).
PARROQUIA DE LOS DOLORES:
- Rezo del Santo Rosario (19.00 h.) y Eucaristía del Martes de la Semana III del T. O., en la Parroquia (a las 19.30 h.).
NOTICIAS DE ACTUALIDAD
7º Día del octavario de oración
por la unidad de los cristianos
"Lo que ahora es así no tiene por qué seguir siéndolo"
Lecturas
– Jb 5, 11-16: Así el
indigente vive con esperanza pues la maldad cierra su boca.
– Lc 1, 46-55: Derribó
a los poderosos de sus tronos y encumbró a los humildes.
Reflexión
Job estaba viviendo una buena vida e
inesperadamente sufrió la pérdida de su ganado y sirvientes, y soportó la
desolación por la muerte de sus hijos. Estaba sufriendo mental, corporal y
espiritualmente. Todos experimentamos estos sufrimientos que afectan nuestras
mentes, nuestros cuerpos y espíritus. Podemos alejarnos de Dios y de los demás.
Podemos perder la esperanza. Sin embargo, como cristianos, estamos unidos en
una misma fe de que Dios está con nosotros en medio de nuestro sufrimiento.
El 11 de abril de 2021 en Minnesota,
Daunte Wright, un hombre afroamericano desarmado de veinte años fue asesinado a
tiros por un oficial de policía blanco en un control rutinario de tráfico. Este
incidente ocurrió durante el juicio de Derek Chauvin por el asesinato de George
Floyd.
No es difícil sentirse desesperado
cuando se nos recuerda una y otra vez que vivimos en una sociedad fracturada
que no reconoce, respeta y protege en plenitud la dignidad humana y la libertad
de todos los seres humanos. Según el P. Bryan Massingale, un destacado profesor
de ética social especialista en justicia racial, «la vida social la hacen los
seres humanos. La sociedad en la que vivimos es el resultado de elecciones y
decisiones humanas. Esto significa que los seres humanos pueden cambiar las
cosas. Aquello que los seres humanos rompen, dividen y separan, puede ser
también sanado, unido y restaurado con la ayuda de Dios. Lo que ahora es no
tiene por qué seguir siendo así, esa es la esperanza y el desafío».
En la oración, los cristianos hacen que
sus corazones entren en armonía con el corazón de Dios, para amar lo que él ama
y amar como él ama. Por tanto, la oración armoniza los corazones de todos los
cristianos más allá de sus divisiones, para amar lo que Dios ama, a quienes él
ama y como él ama, y para hacer que este amor se manifieste en nuestras obras.
Unidad cristiana
El Magnificat es el canto de alegría de
María por todo lo que ve que Dios hace: restaurando el equilibrio entre los
seres humanos al alzar a los humildes; reparando la injusticia al alimentar a
los hambrientos; y recordando a Israel, su siervo. El Señor nunca olvida sus
promesas ni abandona a su pueblo. Es fácil pasar por alto o subestimar la fe de
aquellos que pertenecen a otras comunidades cristianas, particularmente si esas
comunidades son pequeñas. Pero el Señor salva a su pueblo levantando a los
humildes y reconoce el valor de cada uno. Estamos llamados a ver como él ve y a
valorar a cada uno de nuestros hermanos y hermanas cristianos como él los
valora.
Desafío
¿Cómo podemos unirnos en Cristo con la
esperanza y la confianza de que Dios
«cerrará la boca de la maldad»?
Oración
Dios de esperanza, ayúdanos a recordar
que estás con nosotros en el sufrimiento.
Ayúdanos a encarnar la esperanza entre nosotros cuando la desesperanza venga a
habitar sin más remedio en nuestros corazones.
Concédenos el don de estar arraigados en
tu Espíritu de amor, mientras trabajamos juntos para erradicar toda forma de
opresión e injusticia.
Concédenos el valor de amar lo que tú
amas, a quienes tú amas y como tú amas, y de expresar este amor con nuestras obras. Por Cristo, nuestro
Señor. Amén
NOTICIAS DE ACTUALIDAD
por la unidad de los cristianos
Lecturas
– Jb 5, 11-16: Así el
indigente vive con esperanza pues la maldad cierra su boca.
– Lc 1, 46-55: Derribó
a los poderosos de sus tronos y encumbró a los humildes.
Reflexión
Job estaba viviendo una buena vida e
inesperadamente sufrió la pérdida de su ganado y sirvientes, y soportó la
desolación por la muerte de sus hijos. Estaba sufriendo mental, corporal y
espiritualmente. Todos experimentamos estos sufrimientos que afectan nuestras
mentes, nuestros cuerpos y espíritus. Podemos alejarnos de Dios y de los demás.
Podemos perder la esperanza. Sin embargo, como cristianos, estamos unidos en
una misma fe de que Dios está con nosotros en medio de nuestro sufrimiento.
El 11 de abril de 2021 en Minnesota,
Daunte Wright, un hombre afroamericano desarmado de veinte años fue asesinado a
tiros por un oficial de policía blanco en un control rutinario de tráfico. Este
incidente ocurrió durante el juicio de Derek Chauvin por el asesinato de George
Floyd.
No es difícil sentirse desesperado
cuando se nos recuerda una y otra vez que vivimos en una sociedad fracturada
que no reconoce, respeta y protege en plenitud la dignidad humana y la libertad
de todos los seres humanos. Según el P. Bryan Massingale, un destacado profesor
de ética social especialista en justicia racial, «la vida social la hacen los
seres humanos. La sociedad en la que vivimos es el resultado de elecciones y
decisiones humanas. Esto significa que los seres humanos pueden cambiar las
cosas. Aquello que los seres humanos rompen, dividen y separan, puede ser
también sanado, unido y restaurado con la ayuda de Dios. Lo que ahora es no
tiene por qué seguir siendo así, esa es la esperanza y el desafío».
En la oración, los cristianos hacen que
sus corazones entren en armonía con el corazón de Dios, para amar lo que él ama
y amar como él ama. Por tanto, la oración armoniza los corazones de todos los
cristianos más allá de sus divisiones, para amar lo que Dios ama, a quienes él
ama y como él ama, y para hacer que este amor se manifieste en nuestras obras.
Unidad cristiana
El Magnificat es el canto de alegría de
María por todo lo que ve que Dios hace: restaurando el equilibrio entre los
seres humanos al alzar a los humildes; reparando la injusticia al alimentar a
los hambrientos; y recordando a Israel, su siervo. El Señor nunca olvida sus
promesas ni abandona a su pueblo. Es fácil pasar por alto o subestimar la fe de
aquellos que pertenecen a otras comunidades cristianas, particularmente si esas
comunidades son pequeñas. Pero el Señor salva a su pueblo levantando a los
humildes y reconoce el valor de cada uno. Estamos llamados a ver como él ve y a
valorar a cada uno de nuestros hermanos y hermanas cristianos como él los
valora.
Desafío
¿Cómo podemos unirnos en Cristo con la
esperanza y la confianza de que Dios
«cerrará la boca de la maldad»?
Oración
Dios de esperanza, ayúdanos a recordar
que estás con nosotros en el sufrimiento.
Ayúdanos a encarnar la esperanza entre nosotros cuando la desesperanza venga a
habitar sin más remedio en nuestros corazones.
Concédenos el don de estar arraigados en
tu Espíritu de amor, mientras trabajamos juntos para erradicar toda forma de
opresión e injusticia.
Concédenos el valor de amar lo que tú
amas, a quienes tú amas y como tú amas, y de expresar este amor con nuestras obras. Por Cristo, nuestro
Señor. Amén
SANTORAL DE HOY
Elogio: Memoria de san Francisco de Sales, obispo de Ginebra y doctor de la Iglesia. Verdadero pastor de almas, consiguió volver a la comunión católica a muchos hermanos que se habían separado, y con sus escritos enseñó a los cristianos la devoción y el amor a Dios. Fundó, junto con santa Juana de Chantal, la Orden de la Visitación, y en Lyon entregó humildemente su alma a Dios el veintiocho de diciembre de 1622. Fue sepultado en Annecy, en Francia, el día de hoy.
Patronazgos: patrono de la prensa católica, los escritores y periodistas, y los sordos.
Refieren a este santo: Beato Juan Juvenal Ancina, Santa Juana Francisca Frémiot de Chantal, Santa Luisa de Marillac, Beata María de la Encarnación Avrillot.
Elogio: Memoria de san Francisco de Sales, obispo de Ginebra y doctor de la Iglesia. Verdadero pastor de almas, consiguió volver a la comunión católica a muchos hermanos que se habían separado, y con sus escritos enseñó a los cristianos la devoción y el amor a Dios. Fundó, junto con santa Juana de Chantal, la Orden de la Visitación, y en Lyon entregó humildemente su alma a Dios el veintiocho de diciembre de 1622. Fue sepultado en Annecy, en Francia, el día de hoy.
Patronazgos: patrono de la prensa católica, los escritores y periodistas, y los sordos.
Refieren a este santo: Beato Juan Juvenal Ancina, Santa Juana Francisca Frémiot de Chantal, Santa Luisa de Marillac, Beata María de la Encarnación Avrillot.
San Feliciano de Foligno, obispo
En Foligno, ciudad de la Umbría, san Feliciano, considerado el primer obispo de esta región.
San Sabiniano, mártir
En el territorio de Troyes, en la Galia Lugdunense, san Sabiniano, mártir.
San Babila de Antioquía, obispo y mártir
En Antioquía de Siria, pasión de san Babila, obispo, el cual, durante la persecución desencadenada bajo el emperador Decio, glorificó a Dios muchas veces con suplicios y tormentos, y acabó gloriosamente su vida cargado de cadenas, con las que pidió que lo enterrasen. Se cuenta que con él padecieron tres jóvenes, Urbano, Prilidiano y Epolonio, a los que había instruido en la fe de Cristo.
San Exuperancio de Cíngoli, obispo
En Cíngoli, del Piceno, san Exuperancio, obispo.
Beata Paula Gambara Costa, viuda
En Binaco, cerca de Milán, en la Lombardía, beata Paula Gambara Costa, viuda, que perteneció a la Tercera Orden Regular de San Francisco y se distinguió por la paciencia con que soportó a su violento esposo hasta lograr su conversión, así como por la caridad exquisita que demostró hacia los pobres.
Beatos Guillermo Ireland y Juan Grove, mártires
En Londres, en Inglaterra, beatos mártires Guillermo Ireland, presbítero de la Orden de la Compañía de Jesús, y Juan Grove, su ayudante, quienes, durante el reinado de Carlos II, acusados falsamente de sedición, sufrieron en Tyburn el martirio por su fe en Cristo.
Beata María Poussepin, virgen y fundadora
En el lugar de Sainville, en la región de Chartres, en Francia, beata María Poussepin, virgen, fundadora del Instituto de Hermanas de la Caridad Dominicas de la Presentación de la Santísima Virgen, para ayudar a los pastores de almas en la formación de las jóvenes y para la asistencia de pobres y enfermos.
Beatos Vicente Lewoniuk y doce compañeros, mártires
En Pratulin, en la región de Siedlce, en Polonia, beatos Vicente Lewoniuk y doce compañeros, mártires, que, firmes ante las amenazas y halagos de los que querían apartarlos de la Iglesia católica, fueron asesinados o heridos mortalmente por haberse negado a entregar las llaves de la parroquia. Son sus nombres: beatos Daniel Karmasz, Lucas Bojko, Bartolomé Osypiuk, Honofrio Wasiluk, Felipe Kiryluk, Constantino Bojko, Miguel Nicéforo Hryciuk, Ignacio Franczuk, Juan Andrzejuk, Constantino Lubaszuk, Máximo Hawryluk y Miguel Wawrzyszuk.
Beato Paciá Maria de Barcelona, religioso y mártir
En Cerdanyola, Barcelona, beato Paciá Maria de Barcelona (Francesc Maria Colomer Presas), presbítero, capuchino mártir en la persecución religiosa durante la Guerra Civil.
Beato Timoteo Giaccardo, presbítero
En Roma, beato Timoteo (José) Giaccardo, presbítero, que instruyó a muchos discípulos en la Pía Sociedad de San Pablo, para anunciar el Evangelio con un apropiado uso de los instrumentos de comunicación social.
LITURGIA DE HOY
Misa de la memoria (blanco).
MISAL: oracs. props., ants. del
común de pastores (para un obispo) o de doctores, Pf. común o de la memoria.
LECC.: vol. III-impar.
- Heb 10, 1-10. He aquí que vengo
para hacer, ¡oh, Dios!, tu voluntad.
- Sal 39. R. Aquí estoy, Señor,
para hacer tu voluntad.
- Mc 3, 31-35. El que haga la
voluntad de Dios, ese es mi hermano y mi
hermana y mi madre.
o bien: cf. vol. IV.
Liturgia de las Horas: oficio de
la memoria.
Martirologio: elogs. del 25 de
enero, pág. 127.
CALENDARIOS: Salesas del Sagrado
Corazón: San Francisco de Sales, obispo
y doctor de la Iglesia (S).
Familia Salesiana, Congregación del Oratorio y
Familia Mínima: (F).
Cartagena: Dedicación de la
iglesia-catedral (F).
Teruel-ciudad: San Ildefonso,
obispo (ML), o san Francisco de Sales, obispo
y doctor de la Iglesia: (ML).
Toledo: Conmemoración de la
bienaventurada Virgen María (MO).
Pamplona y Tudela: Aniversario de
la muerte del cardenal Fernando Sebastián Aguilar, arzobispo, emérito (2019).
MARTES III SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
Nuestra Señora.
Reina de la paz
Blanco Memoria de san Francisco de Sales, obispo y doctor de la Iglesia MR, pp. 692 (682) y 956 (948) / Lecc. I, p. 536.
SAN FRANCISCO DE SALES, obispo y doctor de la Iglesiaobispo y doctor de la Iglesia
Fue esencialmente un pastor de almas (1567-1622). Fue misionero y después obispo de Ginebra (residente en Annecy), fundó la Orden de las religiosas de la Visitación junto con santa Juana Francisca Fremiot de Chantal. Se hizo todo a todos por medio de la palabra hablada y escrita, y mantuvo conversaciones teológicas con los protestantes. Se preocupaba de todos, pequeños y grandes, y puso al alcance de todos ellos la vida ritual.
LA FAMILIA DE JESÚS
Marcos presenta un episodio acerca de Jesús para dar ánimo a los miembros de su comunidad que sufrían la oposición por parte de sus familias a su conversión a la fe cristiana. En este episodio, Jesús aprovecha la visita de su familia para enseñar algo fundamental: no podemos ser mezquinos con los asuntos del reino, atándolos a nuestra familia biológica. La verdadera familia de Jesús, la familia del reino, traspasa las barreras biológicas y étnicas y la constituyen todos los hombres y mujeres que hacen la voluntad de Dios. Con esta afirmación, Jesús propone una nueva perspectiva sobre la pertenencia a una religión. Para el pueblo de Israel, en los días de Jesús, y también hoy, uno pertenece a su religión principalmente por nacer de una madre judía. En contraste, para Jesús lo que cuenta es la voluntad de cada uno.
Antífona de
entrada cfr. Sir 15, 5
En medio de la
Iglesia abrió su boca, y el Señor lo llenó del espíritu de sabiduría e
inteligencia, y lo revistió de gloria.
Oración colecta
quisiste que el obispo san Francisco de Sales se hiciera todo para todos,
concédenos que, a ejemplo suyo, mostremos siempre
la mansedumbre de tu amor en el servicio a los hermanos.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Si no fuera así, ¿no habrían dejado de ofrecerse, porque los ministros del culto, purificados de una vez para siempre, no tendrían ya ningún pecado sobre su conciencia?
Pero, en realidad, con estos sacrificios se recuerdan, año tras año, los pecados. Porque es imposible que la sangre de los toros y de los machos cabríos quite los pecados.
Por eso, al entrar él en el mundo dice:
«Tú no quisiste sacrificios ni ofrendas,
pero me formaste un cuerpo;
no aceptaste
holocaustos ni víctimas expiatorias.
Entonces yo dije: He aquí que vengo
—pues así está escrito en el comienzo del libro
acerca de mí—
para hacer, ¡oh, Dios!, tu voluntad».
Primero dice: «Tú no quisiste
sacrificios ni ofrendas, ni holocaustos, ni víctimas expiatorias», que se
ofrecen según la ley.
Después añade: «He aquí que vengo
para hacer tu voluntad».
Niega lo primero, para afirmar lo
segundo.
Y conforme a esa voluntad todos
quedamos santificados por la oblación del cuerpo de Jesucristo, hecha una vez
para siempre.Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL (Sal 39,
2 y 4ab. 7-8a. 10. 11 [R: cf. 8a y 9a])R/. Aquí estoy, Señor, para hacer
tu voluntad.V/. Yo esperaba con ansia al
Señor;
él se inclinó y escuchó mi grito.
Me puso en la boca un cántico
nuevo,
un himno a nuestro Dios.R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.V/. Tú no quieres sacrificios ni
ofrendas,
y, en cambio, me abriste el oído;
no pides holocaustos ni
sacrificios expiatorios;
entonces yo digo: «Aquí estoy».R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.V/.He proclamado tu justicia
ante la gran asamblea;
no he cerrado los labios, Señor,
tú lo sabes.R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad. V/.No me he guardado en el pecho
tu justicia,
he contado tu fidelidad y tu
salvación,
no he negado tu misericordia y tu
lealtad
ante la gran asamblea.
Aleluya Cf. Mt 11, 25
R/.
Aleluya, aleluya, aleluya.V/. Bendito seas, Padre, Señor
del cielo y de la tierra,porque has revelado los misterios
del reino a los pequeños. R/. EVANGELIO
El
que haga lo voluntad de Dios, ese es mi hermano y mi hermana y mi madreLectura del santo Evangelio según
san Marcos (Mc 3, 31-35)EN AQUEL TIEMPO, llegaron la
madre de Jesús y sus hermanos y, desde fuera, lo mandaron llamar.
La gente que tenía sentada
alrededor le dice:
«Mira, tu madre y tus hermanos y tus hermanas están fuera y te buscan».
Él les pregunta:
«¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?».
Y mirando a los que estaban
sentados alrededor, dice:
«Estos son mi madre y mis hermanos. El que haga la voluntad de Dios, ese es mi
hermano y mi hermana y mi madre».Palabra del Señor.
Gloria a Ti, Señor Jesús.
Después añade: «He aquí que vengo para hacer tu voluntad».
Niega lo primero, para afirmar lo segundo.
Y conforme a esa voluntad todos quedamos santificados por la oblación del cuerpo de Jesucristo, hecha una vez para siempre.
Te alabamos, Señor.
él se inclinó y escuchó mi grito.
Me puso en la boca un cántico nuevo,
un himno a nuestro Dios.
y, en cambio, me abriste el oído;
no pides holocaustos ni sacrificios expiatorios;
entonces yo digo: «Aquí estoy».
ante la gran asamblea;
no he cerrado los labios, Señor, tú lo sabes.
he contado tu fidelidad y tu salvación,
no he negado tu misericordia y tu lealtad
ante la gran asamblea.
El que haga lo voluntad de Dios, ese es mi hermano y mi hermana y mi madre
La gente que tenía sentada alrededor le dice:
«Mira, tu madre y tus hermanos y tus hermanas están fuera y te buscan».
Él les pregunta:
«¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?».
Y mirando a los que estaban sentados alrededor, dice:
«Estos son mi madre y mis hermanos. El que haga la voluntad de Dios, ese es mi hermano y mi hermana y mi madre».
Gloria a Ti, Señor Jesús.
Oración sobre las ofrendas
Por esta ofrenda se salvación que te presentamos, Señor,
enciende nuestro corazón con aquel divino fuego del Espíritu Santo
con el que de manera admirable
inflamaste el corazón lleno de mansedumbre de san Francisco.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de la Comunión cfr. Lc 12, 42
Éste es el siervo fiel y prudente, a quien el Señor puso al frente de su familia, para darles a su tiempo la ración de trigo.
Oración después de la comunión
Concédenos, Dios todopoderoso,
que, por este sacramento que acabamos de recibir,
imitando en la tierra la caridad y la mansedumbre de san Francisco,
consigamos también la gloria del cielo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Oración sobre las ofrendas
enciende nuestro corazón con aquel divino fuego del Espíritu Santo
con el que de manera admirable
inflamaste el corazón lleno de mansedumbre de san Francisco.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Antífona de la Comunión cfr. Lc 12, 42
Éste es el siervo fiel y prudente, a quien el Señor puso al frente de su familia, para darles a su tiempo la ración de trigo.
Oración después de la comunión
que, por este sacramento que acabamos de recibir,
imitando en la tierra la caridad y la mansedumbre de san Francisco,
consigamos también la gloria del cielo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
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