– Ez 34, 15-20: Buscaré a las ovejas perdidas y haré volver a las descarriadas; vendaré a las heridas y robusteceré a las débiles.
– Mt 25, 31-40: Os aseguro que todo lo que hayáis hecho en favor del más pequeño de mis hermanos, a mí me lo habéis hecho.
Reflexión
En el Evangelio de Mateo, se nos recuerda que no podemos separar nuestro amor a Dios del amor a los demás. Amamos a Dios cuando alimentamos al hambriento, damos de beber al sediento, acogemos al extranjero, vestimos al desnudo, cuidamos al enfermo y visitamos al encarcelado. Cuando cuidamos y servimos al «más pequeño de mis hermanos», estamos cuidando y sirviendo a Cristo mismo.
Los años 2020 y 2021 hicieron visible el inmenso sufrimiento entre los miembros de la familia de Dios. La pandemia mundial de Covid-19, junto con las disparidades económicas, educativas y ambientales, nos impactó de tal manera que se necesitarán décadas para la recuperación. Expuso el sufrimiento individual y colectivo en todo el mundo y unió a los cristianos en amor, empatía y solidaridad. Mientras tanto, en Minnesota, el asesinato de George Floyd por el oficial de policía Derek Chauvin puso de manifiesto la continua injusticia racial. El grito de Floyd de «no puedo respirar» también fue el grito de muchos que sufren bajo el peso de la pandemia y la opresión.
Dios nos llama a honrar la sacralidad y la dignidad de cada miembro de la familia de Dios. Cuidar, servir y amar a los demás no muestra quiénes son ellos, sino quiénes somos nosotros. Como cristianos, debemos estar unidos en nuestra responsabilidad de amar y cuidar a los demás, pues nosotros mismos somos cuidados y amados por Dios. Al hacerlo, compartimos nuestra fe en las obras al servicio del mundo.
Unidad cristiana
El profeta Ezequiel describe a Dios, el Señor, como un pastor que cuida del rebaño reuniendo a los que se han desviado y vendando a los heridos. La unidad es el deseo del Padre para su pueblo y él continúa congregando en esta unidad, para que todos sean un mismo rebaño por la acción del Espíritu Santo. Por la oración nos abrimos para acoger al Espíritu que restaura la unidad de todos los bautizados.
Desafío
¿Cómo son invisibles los «más pequeños» para ti o tu iglesia? ¿Cómo pueden nuestras Iglesias trabajar juntas para cuidar y servir a «los más pequeños»?
Oración
Dios de amor, te damos gracias por tu infinito cuidado y amor hacia nosotros. Ayúdanos a cantar cantos de redención. Abre nuestros corazones para recibir tu amor y extiende tu compasión sobre toda la familia humana. Te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.
Elogio: San Vicente, diácono de Zaragoza y mártir, que durante la persecución bajo el emperador Diocleciano sufrió cárcel, hambre, potro y hierros candentes, hasta que en Valencia, en la Hispania Cartaginense, voló al cielo a recoger el premio del martirio.
Patronazgos:patrono de Valencia (España), de Portugal, y de los fabricantes de ladrillos, alfareros, techistas, bodegueros y fabricantes de vino, marineros y leñadores, para pedir por la debilidad física, y para la recuperación de bienes robados.
Tradiciones, refranes, devociones:Por San Vicente, el invierno pierde un diente.
El día San Vicente entra 'l sol ena fuente (asturiano: hace referencia a una fuente que hay cerca del pueblo de La Focella, (Teverga); es muy sombría, y está situada de espaldas al sur; el sol, en su diario elevarse comienza a tocarla el 22 de Enero a las once de la mañana. CASTAÑÓN, Luciano: Refranero asturiano).
San Lorenzo calura y San Vicente friura, uno y otro poco dura.
San Vicente el barbau rompe el chelau, y si no lo rompe, lo deja doblau (aragonés).
Hay muchos refranes referidos a este san Vicente del 22 de enero, pero en todos el punto común es que aluden a que comienza a declinar el invierno. Posiblemente sean anteriores al siglo XVI y por tanto la observación meteorológica corresponda hoy al 2 de febrero, excepto el asturiano de la fuente.
Conmemoración de san Valero o Valerio, obispo de Zaragoza, en la Hispania Tarraconense, que tomó parte en el primer Concilio de Illiberis. Conducido a Valencia junto con san Vicente, fue enviado al destierro.
San Gaudencio de Novara, obispo
En la ciudad de Novara, en la Liguria, san Gaudencio, a quien se considera el primer obispo de esta sede.
San Anastasio, monje mártir
En Sergiopolis, ciudad de Persia, pasión de san Anastasio, monje y mártir, el cual, después de muchos tormentos que sufrió en la ciudad de Cesarea de Palestina, fue ahogado y luego decapitado junto a un río por orden de Cosroes, rey de los persas, tras haber presenciado la muerte de setenta compañeros.
San Barnardo de Vienne, monje y obispo
En el monasterio de Romans, junto al río Isère, en la región de los Alpes franceses, sepultura de san Barnardo, obispo de Vienne, que, dejando el servicio del emperador Carlomagno, abrazó la milicia de Cristo, repartió entre los pobres los bienes recibidos de su padre, construyó dos cenobios, el de Ambronay y el de Romans, en donde terminó sus días.
Santo Domingo de Sora, abad y fundador
En Sora, ciudad del Lacio, santo Domingo, abad, que fundó monasterios en diversas regiones de Italia y condujo a otros cenobios a la disciplina regular con su espíritu renovador.
Beata María Mancini, religiosa
En la ciudad de Pisa, en la Toscana, beata María Mancini, quien, después de enviudar dos veces y perder a todos sus hijos, estableció, siguiendo las indicaciones de santa Catalina de Siena, la vida común en el monasterio de Santo Domingo, que presidió durante diez años.
Beato Antonio della Chiesa, religioso presbítero
En Como, ciudad de Lombardía, beato Antonio della Chiesa, presbítero de la Orden de Predicadores, que restableció la vida cenobítica en algunos conventos de la Orden, mostrando indulgencia con la debilidad humana pero corrigiéndola con firmeza.
Beato Guillermo Patenson, presbítero y mártir
En Londres, en Inglaterra, beato Guillermo Patenson, presbítero y mártir, que durante el reinado de Isabel I fue condenado a muerte por ser sacerdote y, estando en prisión, reconcilió con la Iglesia a otros seis compañeros de cárcel. Completó finalmente su martirio en Tyburn, donde fue descuartizado.
Santos Francisco Gil de Féderich y Mateo Alonso de Leciniana, presbíteros y mártires
En Tonkin, santos Francisco Gil de Féderich y Mateo Alonso de Leciniana, presbíteros de la Orden de Predicadores y mártires, quienes, después de una infatigable predicación del Evangelio, fueron encarcelados durante el reinado de Trinh Doanh y, heridos con espada, obtuvieron una muerte gloriosa por Cristo.
San Vicente Pallotti, presbítero y fundador
En Roma, san Vicente Pallotti, presbítero, fundador de la Sociedad del Apostolado Católico, que con sus escritos y actividades fomentó la vocación de todos los bautizados en Cristo para trabajar a favor de la Iglesia.
Beato Guillermo José Chaminade, presbítero y fundador
En la ciudad de Burdeos, en Francia, beato Guillermo José Chaminade, presbítero, que audazmente trabajó con gran celo pastoral durante el tiempo de persecución, y, deseoso de atraer a los laicos a la devoción a la santísima Virgen María, así como de promover las misiones, fundó el Instituto de Hijas de María Inmaculada y la Sociedad de María.
Beata Laura Vicuña, virgen
En Junín de los Andes, en Argentina, beata Laura Vicuña, virgen, que habiendo nacido en la ciudad de Santiago de Chile, fue alumna del Instituto de Hijas de María Auxiliadora y, para obtener la conversión de su madre, a los trece años ofreció su vida a Dios.
Beato José Nascimbeni, presbítero y fundador
En Castelletto di Brenzone, junto al lago de Garda, en Italia, beato José Nascimbeni, presbítero, fundador del Instituto de Pequeñas Hermanas de la Sagrada Familia.
Beato Ladislao Batthyány-Strattmann, padre de familia
En Viena, ciudad de Austria, beato Ladislao Batthyány-Strattmann, padre de familia, que dio testimonio del Evangelio con la santidad de su vida y de sus obras, tanto en el ambiente familiar como en la sociedad civil. Honró como cristiano el nombre y la dignidad de médico, entregado con toda caridad a cuidar a enfermos, para los cuales fundó un hospital, donde solamente acogía a los pobres y menesterosos, dando de lado toda clase de vanidad.
Beato Remigi del Papiol, presbítero y mártir
En Cerdanyola, Barcelona, beato Remigi del Papiol (Esteve Santacana Armengol), presbítero, capuchino mártir en la persecución religiosa durante la Guerra Civil.
LITURGIA DE HOY
Misa del III Domingo del tiempo ordinario (verde).
MISAL:ants. y oracs. props., Gl., Cr., Pf. dominical.
LECC.:vol. I (A).
- Is 8, 23b — 9, 3.En Galilea de los gentiles el pueblo vio una luz grande. - Sal 26.R. El Señor es mi luz y mi salvación. - 1 Cor 1, 10-13. 17.Decid todos lo mismo y que no haya divisiones entre vosotros. - Mt 4, 12-23.Se estableció en Cafarnaún, para que se cumpliera lo dicho por Isaías.
Liturgia de las Horas:oficio dominical. Te Deum. Comp. Dom. II.
Martirologio:elogs. del 23 de enero, pág. 125.
CALENDARIOS: Valencia-capital:San Vicente, diácono y mártir (S).
Palotinos: San Vicente Palotti, presbítero (S).
- DOMINGO DE LA PALABRA DE DIOS (mundial y pontificia): Liturgia del día, alusión en la mon. de entrada y en la hom., intención en la orac. univ.
- Por mandato o con permiso del ordinario, se puede celebrar la misa «Por la unidad de los cristianos» (cf. OGMR, 373) con las lecturas del domingo.
- Hoy no se permiten las misas de difuntos, excepto la exequial.
El Evangelio de san Mateo hace con frecuencia referencia al Antiguo Testamento, presentando cómo las profecías se van cumpliendo en Jesucristo. Así el texto evangélico de hoy nos presenta a Jesús estableciéndose en Cafarnaún, junto al lago, en el territorio de Zabulón y Neftalí que «vio una luz grande; habitaba en tierra y sombras de muerte, y una luz les brilló» (1 Lect). Esa luz que Cristo emite con su predicación: «Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos», y que iluminó a los primeros discípulos que dejándolo todo lo siguieron. Esa luz y esperanza con la que curaba las enfermedades y dolencias del pueblo (Ev).
La luz es uno de los signos primordiales del hombre. Ella no es solamente
un elemento necesario para nuestra vida, es la imagen de la vida misma. Esto ha
influido profundamente en el lenguaje. Por el cual ver la luz, dar a luz,
significa nacer. Ver la luz del sol es sinónimo de vivir. Al contrario, cuando
un hombre muere, se dice que se apagó, que cerró sus ojos a la luz. La Biblia
usa esta palabra como símbolo de la salvación: “El Señor es mi luz y
salvación”.
Durante la invasión de los asirios y la ocupación de los territorios
septentrionales de Palestina, los galileos, humillados y oprimidos, verán
despuntar la luz de la liberación. Mateo indica el cumplimiento de la profecía
en la predicación de Cristo, que comenzará en Galilea, después que Herodes
había tomado preso a Juan el Bautista. Jesús invitará a todos los convertidos a
volver a Dios con un corazón nuevo y puro, a estar disponibles a su voluntad
para entrar en el Reino de Dios.
La conversión es un imperativo cotidiano del Evangelio, porque cada día,
cada hora estamos en peligro de alejarnos de Dios. La vocación de los apóstoles
demuestra la voluntad del Salvador de extender a todos los tiempos y a todos
los hombres los bienes eternos de la salvación.
A la comunidad cristiana de Corinto, la que se divide por las preferencias
que se le da a distintos predicadores del Evangelio, el apóstol les muestra
enérgicamente la necesidad de no poner en peligro la Iglesia que Cristo quiere
en un mismo sentir. Todos los ministros de la Palabra están al servicio de la
intención del único Salvador, cuyo único Bautismo es el fundamento de la unidad
de los creyentes en él.
Arrancado de las tinieblas del pecado e inmerso en la luz de Cristo, por el
Bautismo, el cristiano debe cumplir las obras de la luz. El paso de las
tinieblas a la luz es la conversión. Pero esta conversión no es una tarea
realizada una vez para siempre, es algo cotidiano, es algo que se debe vivir
minuto a minuto.
RITOS INICIALES
Antífona de entrada Sal 95, 1. 6
Cantad al Señor un cántico nuevo, cantad
al Señor toda la tierra. Honor y majestad le preceden, fuerza y esplendor
están en su templo. Se dice Gloria. Oración
colecta
DIOS todopoderoso y eterno, orienta nuestros actos según tu
voluntad, para que merezcamos abundar en buenas
obras en nombre de tu Hijo predilecto. El, que vive y reina contigo.
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
En Galilea de los gentiles el pueblo vio una luz grande
Lectura del libro de Isaías (Is 8, 23b - 9,3)
EN OTRO TIEMPO, humilló el Señor la tierra de Zabulón y la tierra de Neftalí, pero luego ha llenado de gloria el camino del mar, el otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles.
El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande;
habitaba en tierra y sombras de muerte, y una luz les brilló.
Acreciste la alegría, aumentaste el gozo;
se gozan en tu presencia, como gozan al segar,
como se alegran al repartirse el botín.
Porque la vara del opresor, el yugo de su carga,
el bastón de su hombro, los quebrantaste como el día de Madián.
Decid todos lo mismo y que no haya divisiones entre vosotros
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (1 Cor 1, 10-13. 17)
OS RUEGO, hermanos, en nombre de nuestro Señor Jesucristo, que digáis todos lo mismo y que no haya divisiones entre vosotros. Estad bien unidos con un mismo pensar y un mismo sentir.
Pues, hermanos, me he enterado por los de Cloe de que hay discordias entre vosotros. Y os digo esto porque cada cual anda diciendo: «Yo soy de Pablo, yo soy de Apolo, yo soy de Cefas, yo soy de Cristo».
¿Está dividido Cristo? ¿Fue crucificado Pablo por vosotros? ¿Fuisteis bautizados en nombre de Pablo?
Pues no me envió Cristo a bautizar, sino a anunciar el Evangelio, y no con sabiduría de palabras, para no hacer ineficaz la cruz de Cristo.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Aleluya Cf. Mt 4, 23
R/. Aleluya, aleluya, aleluya.
V/.Jesús proclamaba el evangelio del reino,
y curaba toda dolencia del pueblo.
EVANGELIO
Se estableció en Cafarnaún, para que se cumpliera lo dicho por Isaías
╬ Lectura del santo Evangelio según san Mateo (Mt 4, 12-23)
AL ENTERARSE JESÚS de que habían arrestado a Juan se retiró a Galilea. Dejando Nazaret se estableció en Cafarnaún, junto al mar, en el territorio de Zabulón y Neftalí, para que se cumpliera lo dicho por medio del profeta Isaías:
«Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles. El pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz grande; a los que habitaban en tierra y sombras de muerte, una luz les brilló».
Desde entonces comenzó Jesús a predicar diciendo:
«Convertios, porque está cerca el reino de los cielos».
Paseando junto al mar de Galilea vio a dos hermanos, a Simón, llamado Pedro, y a Andrés, que estaban echando la red en el mar, pues eran pescadores.
Les dijo:
«Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres».
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Y pasando adelante vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, su hermano, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre, y los llamó.
Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.
Jesús recorría toda Galilea enseñando en sus sinagogas, proclamando el evangelio del reino y curando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.
DOMINGO DE LA III SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO (CICLO A)
Los judíos, en general más estrictos seguidores de la ley, no veían con buenos ojos a los Galileos. Los planes de Dios una vez más desconciertan a quienes ven sólo las cosas externas. Jesús, aunque nace en Belén, será de Nazaret y llamado además Nazareno y la mayoría de los apóstoles serán también de Galilea y además escogidos en las cercanías del lago llamado mar de Galilea.
En la primera y tercera lecturas se nos hace ver esta circunstancia. Sorprende la prontitud con que los llamados: Simón Pedro y Andrés y Santiago y Juan siguen al Maestro: inmediatamente dejaron las redes y le siguieron o dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.
San Pablo nos recuerda la unión que tiene que reinar en quienes son verdaderos seguidores de Cristo. No hay personalismos, hay que ser solamente medios para que nadie se quede en nosotros, ni nosotros nos quedemos pendientes de nadie, sino que veamos al único protagonista que es Cristo, al que, nosotros y todos, tenemos que seguir con la máxima fidelidad.
Aprendamos esta doble lección: el Señor elige a quien quiere y no siempre a los que puedan creerse mejores y además es a Él y sólo a Él al que tenemos que buscar y seguir. Veamos estos pensamientos de la Madre Trinidad de la Santa Madre Iglesia (del libro Frutos de oración):
1.090. El más pequeño entre los hombres, es tal vez el más grande ante los ojos de Dios, ya que Éste conoce lo recóndito del corazón y se complace en los sencillos, comunicándoles sus secretos. (14-12-1976)
1.092. «Nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquél a quien el Hijo quiera revelárselo». Y el Hijo quiere comunicárselo a los pequeños, cumpliendo el deseo del Padre que le ha enviado: «Gracias te doy, Padre, porque ocultaste estas cosas a los sabios y prudentes, y se las revelaste a los pequeñuelos». (6-11-1963)
1.094. ¿Cómo entrarás en los secretos del Reino de Dios si no eres pequeño? ¿No sabes que a los soberbios les resiste el Señor? En la medida que seas pequeño, sabrás el secreto del Padre, que se encuentra en el seno de la Iglesia. (12-11-1963)
1.098. Mi gran riqueza es no tener ninguna riqueza humana; mi gran riqueza es no ser, no poder, no saber, no servir; es ser pequeña, pobre, desvalida, no teniendo ciencia, ni sabiduría humana, que estorbe al don infinito de Dios depositando en mi pobreza su riqueza, en mi pequeñez su grandeza, en mi nada su todo, en mi muerte su vida, en mi ignorancia su sabiduría y ciencia. (19-4-1964)
1.108. Señor, ¿por qué me amas tanto...? –Eres tan pequeña, pobre y nada que robas mi corazón de Padre. (27-3-1962)
1.109. Señor, ¿qué te enamoró de mí? –Tu pobreza, tu nada, tu pequeñez. (27-3-1962).
Se dice Credo.
Oración de los fieles Oremos,
hermanos, a Dios Padre todopoderoso, en cuyas manos está el destino del
universo, y pidámosle confiadamente que escuche las oraciones de su pueblo: Por la santa
Iglesia de Dios, para que busque cada día con mayor afán el rostro de su Señor,
y sus fieles se esfuercen en purificarse de todas sus faltas y pecados,
roguemos al Señor. Por los que
gobiernan las naciones, para que trabajen con interés y constancia por la paz y
el bienestar de sus comunidades, a fin de que reine entre los pueblos la
justicia y la paz, roguemos al Señor. Por los
enfermos, los encarcelados y por todos los que sufren, para que Dios, Padre de
misericordia, venga en auxilio de sus males, roguemos al Señor. Por todos
los que estamos aquí reunidos, para que el Señor nos conceda perseverar en la
fe y progresar en el mutuo amor, roguemos al Señor.
Dios nuestro,
que has fundamentado tu Iglesia sobre la fe de los apóstoles, escucha nuestras
oraciones y haz que, iluminados con tu palabra y unidos por los vínculos de la
caridad, nos convirtamos en signo claro de salvacióny de esperanza para
cuantos viven en las tinieblas. Por Jesucristo, nuestro Señor.
LITURGIA EUCARÍSTICA
Oración sobre las ofrendas SEÑOR,
recibe con bondad nuestros dones y, al
santificarlos, haz que sean
para nosotros dones de
salvación. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO COMÚN VI
EL MISTERIO DE LA SALVACIÓN EN
CRISTO
Este prefacio, tomado de la
Plegaria eucarística II, se dice en las misas que carecen de prefacio propio y
no deben tomar un prefacio del tiempo.
V/. El Señor esté con vosotros. R/. Y con tu espíritu. V/. Levantemos el corazón. R/. Lo tenemos levantado hacia el Señor. V/. Demos gracias al Señor, nuestro Dios. R/. Es justo y necesario. En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias, Padre santo, siempre y en todo lugar, por Jesucristo, tu Hijo amado.
Por él, que es tu palabra,
hiciste todas las cosas; tú nos lo enviaste para que, hecho hombre por obra
del Espíritu Santo y nacido de María la Virgen, fuera nuestro Salvador y
Redentor.
Él, en cumplimiento de tu
voluntad, para destruir la muerte y manifestar la resurrección, extendió sus brazos en la cruz, y así adquirió para ti un pueblo
santo.
Por eso, con los ángeles y los santos, cantamos tu gloria diciendo:
Santo, Santo, Santo...
Antífona de
comunión Cf. Sal 33, 6
Contemplad al Señor y
quedaréis radiantes, vuestro rostro no se avergonzará.
O bien: Cf.
Jn 8, 12
Yo soy la luz del mundo,
dice el Señor. El que me sigue no camina en las tinieblas, sino que tendrá
la luz de la vida.
Oración después de la comunión
CONCÉDENOS,
Dios todopoderoso, que cuantos
hemos recibido tu gracia vivificadora nos
gloriemos siempre del don que
nos haces. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
Pensamientos para el Evangelio de hoy
«Un sector del pueblo enjuicia peyorativamente la obra y el mensaje de Cristo. Hemos de aprender de la entereza de Cristo al sufrir tan gran difamación y calumnia. ¿Qué importa que los hombres nos deshonren, si nuestra conciencia nos defiende?» (San Gregorio Magno).
«Su Madre lo siguió siempre fielmente, manteniendo fija la mirada de su corazón en Jesús, y en su misterio. Pidamos a María que nos ayude también a nosotros a mantener la mirada bien fija en Jesús y a seguirle siempre, incluso cuando cuesta» (Francisco).
«Muchas de las cosas respecto a Jesús que interesan a la curiosidad humana no figuran en el Evangelio. Casi nada se dice sobre su vida en Nazaret, e incluso una gran parte de la vida pública no se narra. Lo que se ha escrito en los Evangelios lo ha sido ‘para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre’ (Jn 20,31)» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 514).
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