VIERNES DE LA SEMANA II DEL TIEMPO ORDINARIO, feria SANTOS FRUCTUOSO, obispo, Y AUGURIO Y EULOGIO, diáconos, mártires, SAN FABIÁN, papa y mártir, SAN SEBASTIÁN, mártir (ML) Oficio del Viernes de la Semana II del Salterio (Liturgia de las Horas, Tomo I: Oficio de Lecturas - Laudes - Tercia- Sexta - Nona - Vísperas - Completas)
PROGRAMA PARROQUIAL:VIERNES, 20 DE ENEROPARROQUIA DEL CARMEN:
- Celebración de la Palabra del Viernes de la Semana II del T. O., en la Parroquia (a las 18.30 h.).
PARROQUIA DE LOS DOLORES:
- Rezo del Santo Rosario (19.00 h.) y Eucaristía del Viernes de la Semana II del T. O., en la Parroquia (a las 19.30 h.).
PARROQUIA DEL CARMEN:
- Celebración de la Palabra del Viernes de la Semana II del T. O., en la Parroquia (a las 18.30 h.).
PARROQUIA DE LOS DOLORES:
SANTORAL DE HOY
Elogio: San Fabián, papa y mártir, que, siendo simple laico, fue llamado al pontificado por indicación divina y, después de dar ejemplo de fe y virtud, sufrió el martirio en la persecución bajo el emperador Decio. San Cipriano, al hacer el elogio de su combate, afirma que dejó el testimonio de haber regido la Iglesia de modo irreprochable e ilustre. Su cuerpo fue sepultado en este día en el cementerio de Calixto, en la vía Apia de Roma.Patronazgos: patrono de alfareros y hojalateros.
Refieren a este santo: San Cornelio, San Moisés.
Patronazgos: patrono de alfareros y hojalateros.
Refieren a este santo: San Cornelio, San Moisés.
Elogio: San Sebastián, mártir, oriundo de Milán, que, como narra san Ambrosio, se dirigió a Roma en tiempo de crueles persecuciones, y sufrió allí el martirio. En la ciudad a la que había llegado como huésped obtuvo el definitivo domicilio de la eterna inmortalidad, y fue enterrado en este día en las catacumbas de Roma.
Patronazgos: patrono de diversas ciudades europeas, de los tiradores con distintas clases de armas, en especial arcos y ballestas, también de armeros, soldados, ex-combatientes, de los fundidores de hierro, hojalateros, albañiles, jardineros, trabajadores forestales, curtidores, alfareros y sepultureros; se lo invoca contra la peste, y ya en nuestra época, especialmente en la comunidad homosexual, contra el SIDA.
Tradiciones, refranes, devociones: De los santos frioleros, San Sebastián el primero. Detente varón, que el primero es San Antón.
San Antón, viejo y meón, mete las niñas en un rincón; San Sebastián, mocito y galán, saca las niñas a pasear.
El veinte de enero san Sebastián en cueros y entra el aire por los agujeros.
Refieren a este santo: San Cástulo.
Elogio: En Tarraco (hoy Tarragona), ciudad de la Hispania Citerior, pasión de los santos mártires Fructuoso, obispo, Augurio y Eulogio, sus diáconos, los cuales, en tiempo de los emperadores Valeriano y Galieno, después de haber confesado su fe en presencia del procurador Emiliano, fueron llevados al anfiteatro y allí, en presencia de los fieles y con voz clara, el obispo oró por la paz de la Iglesia, consumando su martirio en medio del fuego, puestos de rodillas y en oración.
Elogio: San Sebastián, mártir, oriundo de Milán, que, como narra san Ambrosio, se dirigió a Roma en tiempo de crueles persecuciones, y sufrió allí el martirio. En la ciudad a la que había llegado como huésped obtuvo el definitivo domicilio de la eterna inmortalidad, y fue enterrado en este día en las catacumbas de Roma.
Patronazgos: patrono de diversas ciudades europeas, de los tiradores con distintas clases de armas, en especial arcos y ballestas, también de armeros, soldados, ex-combatientes, de los fundidores de hierro, hojalateros, albañiles, jardineros, trabajadores forestales, curtidores, alfareros y sepultureros; se lo invoca contra la peste, y ya en nuestra época, especialmente en la comunidad homosexual, contra el SIDA.
Tradiciones, refranes, devociones: De los santos frioleros, San Sebastián el primero. Detente varón, que el primero es San Antón.
San Antón, viejo y meón, mete las niñas en un rincón; San Sebastián, mocito y galán, saca las niñas a pasear.
El veinte de enero san Sebastián en cueros y entra el aire por los agujeros.
Refieren a este santo: San Cástulo.
San Ascla, mártir
En Antinoe, en la Tebaida, san Ascla, mártir, que, llevado ante el gobernador, no temió sus amenazas dado que le causaba mucha mayor preocupación renegar de Cristo, y después de ser sometido a variados tormentos, fue arrojado al río.
San Neófito, mártir
En Nicea, ciudad de Bitinia, san Neófito, mártir.
San Eutimio «el Grande», abad
En la región de Palestina, san Eutimio, abad, el cual, nacido en Armenia y consagrado a Dios desde la infancia, fue a Jerusalén, y transcurridos muchos años en la soledad, al final de su vida, fiel y esforzado en la humildad y en la caridad, murió dejando ejemplo de observancia y disciplina.
San Wulfstano de Worchester, monje y obispo
En la ciudad de Worchester, en Inglaterra, san Wulfstano, obispo, que pasó del claustro a la sede, donde mantuvo las costumbres monásticas dentro de su celo pastoral. Visitó incansablemente las parroquias de su diócesis, ocupándose en erigir iglesias, fomentar los estudios y condenar los abusos.
Beato Benito Ricásoli, monje eremita
En el monasterio de Coltibuono, en la Toscana, beato Benito Ricásoli, eremita de la congregación benedictina de Valumbrosa.
San Enrique de Upsala, obispo y mártir
En Finlandia, san Enrique, obispo y mártir, que, originario de Inglaterra, se le confió la tarea de regir la Iglesia de Upsala, donde se dedicó con empeño a la evangelización de los finlandeses. Fue herido de muerte por un homicida, al que había tratado de corregir según la disciplina eclesiástica.
Santa Eustoquia Calafato, abadesa
En la ciudad de Mesina, en Sicilia, santa Eustoquia Calafato, virgen, abadesa de la Orden de las Clarisas, que se dedicó con todas sus fuerzas a restaurar la primitiva disciplina de la vida regular, en el seguimiento de Cristo según el ejemplo de san Francisco.
Beato Angelo Paoli, religioso presbítero
En Roma, beato Angelo Paoli, sacerdote de la Orden de los Carmelitas de la Antigua Observancia.
San Esteban Min Kuk-ka, catequista mártir
En Seúl, en Corea, san Esteban Min Kuk-ka, mártir, catequista, que fue decapitado en la cárcel por su fe cristiana.
Beato Basilio Antonio María Moreau, presbítero y fundador
En Le Mans, Francia, beato Basilio Antonio María Moreau, presbítero, fundador de la Congregación de la Santa Cruz.
Santa María Cristina de la Inmaculada Brando, virgen y fundadora
En la ciudad de Casoria, cerca de Nápoles, en Italia, santa María Cristina de la Inmaculada (Adalheides) Brando, virgen, que dedicó su existencia a la formación cristiana de los niños y fundó la Congregación de Religiosas Víctimas Expiadoras de Jesús Sacramentado, con la cual promovió intensamente la adoración a la Sagrada Eucaristía.
Beato Cipriano Iwene Tansi, monje y presbítero
En el monasterio de Mount Saint Bernard, cerca de Leicester, en Inglaterra, beato Cipriano (Miguel) Iwene Tansi, presbítero de la Orden Cisterciense, que nació en el territorio de Onitsha, en Nigeria, y, siendo aún niño, en contra de su familia abrazó la fe cristiana. Llegó a ser ordenado sacerdote y se dedicó con gran celo a la cura pastoral hasta que, hecho monje, mereció coronar con una santa muerte una vida santa.
San Ascla, mártir
En Antinoe, en la Tebaida, san Ascla, mártir, que, llevado ante el gobernador, no temió sus amenazas dado que le causaba mucha mayor preocupación renegar de Cristo, y después de ser sometido a variados tormentos, fue arrojado al río.
San Neófito, mártir
En Nicea, ciudad de Bitinia, san Neófito, mártir.
San Eutimio «el Grande», abad
En la región de Palestina, san Eutimio, abad, el cual, nacido en Armenia y consagrado a Dios desde la infancia, fue a Jerusalén, y transcurridos muchos años en la soledad, al final de su vida, fiel y esforzado en la humildad y en la caridad, murió dejando ejemplo de observancia y disciplina.
San Wulfstano de Worchester, monje y obispo
En la ciudad de Worchester, en Inglaterra, san Wulfstano, obispo, que pasó del claustro a la sede, donde mantuvo las costumbres monásticas dentro de su celo pastoral. Visitó incansablemente las parroquias de su diócesis, ocupándose en erigir iglesias, fomentar los estudios y condenar los abusos.
Beato Benito Ricásoli, monje eremita
En el monasterio de Coltibuono, en la Toscana, beato Benito Ricásoli, eremita de la congregación benedictina de Valumbrosa.
San Enrique de Upsala, obispo y mártir
En Finlandia, san Enrique, obispo y mártir, que, originario de Inglaterra, se le confió la tarea de regir la Iglesia de Upsala, donde se dedicó con empeño a la evangelización de los finlandeses. Fue herido de muerte por un homicida, al que había tratado de corregir según la disciplina eclesiástica.
Santa Eustoquia Calafato, abadesa
En la ciudad de Mesina, en Sicilia, santa Eustoquia Calafato, virgen, abadesa de la Orden de las Clarisas, que se dedicó con todas sus fuerzas a restaurar la primitiva disciplina de la vida regular, en el seguimiento de Cristo según el ejemplo de san Francisco.
Beato Angelo Paoli, religioso presbítero
En Roma, beato Angelo Paoli, sacerdote de la Orden de los Carmelitas de la Antigua Observancia.
San Esteban Min Kuk-ka, catequista mártir
En Seúl, en Corea, san Esteban Min Kuk-ka, mártir, catequista, que fue decapitado en la cárcel por su fe cristiana.
Beato Basilio Antonio María Moreau, presbítero y fundador
En Le Mans, Francia, beato Basilio Antonio María Moreau, presbítero, fundador de la Congregación de la Santa Cruz.
Santa María Cristina de la Inmaculada Brando, virgen y fundadora
En la ciudad de Casoria, cerca de Nápoles, en Italia, santa María Cristina de la Inmaculada (Adalheides) Brando, virgen, que dedicó su existencia a la formación cristiana de los niños y fundó la Congregación de Religiosas Víctimas Expiadoras de Jesús Sacramentado, con la cual promovió intensamente la adoración a la Sagrada Eucaristía.
Beato Cipriano Iwene Tansi, monje y presbítero
En el monasterio de Mount Saint Bernard, cerca de Leicester, en Inglaterra, beato Cipriano (Miguel) Iwene Tansi, presbítero de la Orden Cisterciense, que nació en el territorio de Onitsha, en Nigeria, y, siendo aún niño, en contra de su familia abrazó la fe cristiana. Llegó a ser ordenado sacerdote y se dedicó con gran celo a la cura pastoral hasta que, hecho monje, mereció coronar con una santa muerte una vida santa.
LITURGIA DE HOY
Día IV octavario de oración por la unidad de los cristianos.
DIRECTORIO SOBRE LA PIEDAD POPULAR Y LA LITURGIA
Semana de oración por la unidad de los cristianos
182. Teniendo siempre presente la oración de Jesús: "como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, que ellos sean una sola cosa en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado" (Jn 17,21), la Iglesia invoca en cada Eucaristía el don de la unidad y de la paz. El mismo Misal Romano – entre las Misas por diversas necesidades – contiene tres formularios de Misa "por la unidad de los cristianos". Esta intención aparece también en las preces de Liturgia de las Horas.
Dada la diversa sensibilidad de los "hermanos separados", también las expresiones de la piedad popular deben tener presente el criterio ecuménico. De hecho "la conversión del corazón y santidad de vida, juntamente con las oraciones privadas y públicas por la unidad de los cristianos, han de considerarse como el alma de todo el movimiento ecuménico, y con razón puede llamarse ecumenismo espiritual". Un especial punto de encuentro entre los católicos y los cristianos pertenecientes a otras Iglesias y Comunidades eclesiales es la oración en común, para impetrar la gracia de la unidad y para presentar a Dios las necesidades o preocupaciones comunes, y para darle gracias e implorar su ayuda. "La oración común se recomienda especialmente durante la "Semana de oración por la unidad de los cristianos", o en el tiempo entre la Ascensión y Pentecostés". Se han concedido indulgencias a la oración por la unidad de los cristianos.
VIERNES DE LA II SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, feria
R/ La misericordia y la fidelidad se encuentran.
V/ Muéstranos, Señor, tu misericordia
y danos tu salvación.
La salvación está cerca de los que lo temen,
y la gloria habitará en nuestra tierra.
R/ La misericordia y la fidelidad se encuentran.
V/. La misericordia y la fidelidad se encuentran,
la justicia y la paz se besan;
la fidelidad brota de la tierra,
y la justicia mira desde el cielo.
R/ La misericordia y la fidelidad se encuentran.
V/. El Señor nos dará la lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él,
y sus pasos señalarán el camino.
Gloria a Ti, Señor Jesús.
COMENTARIO AL EVANGELIO DE HOY POR BENEDICTO XVI
En el lugar de la revelación, “el monte”, Jesús, con una iniciativa que manifiesta absoluta conciencia y determinación, constituye a los Doce para que sean con él testigos y anunciadores del acontecimiento del reino de Dios.
... El número Doce remite evidentemente a las doce tribus de Israel, y revela... la iniciativa de refundar el pueblo santo... Al elegir a los Doce, para introducirlos en una comunión de vida consigo y hacerles partícipes de su misión de anunciar el Reino con palabras y obras, Jesús quiere manifestar que ha llegado el tiempo definitivo en el que se constituye de nuevo el pueblo de Dios, el pueblo de las doce tribus, que se transforma ahora en un pueblo universal, su Iglesia.
Con su misma existencia los Doce —procedentes de diferentes orígenes— son un llamamiento a todo Israel para que se convierta y se deje reunir en la nueva Alianza, cumplimiento pleno y perfecto de la antigua.
El hecho de haberles encomendado en la última Cena, antes de su Pasión, la misión de celebrar su memorial, muestra cómo Jesús quería transmitir a toda la comunidad en la persona de sus jefes el mandato de ser, en la historia, signo e instrumento de la reunión escatológica iniciada en Él. En cierto sentido podemos decir que precisamente la última Cena es el acto de la fundación de la Iglesia, porque Él se da a sí mismo y crea así una nueva comunidad, una comunidad unida en la comunión con Él mismo.
Desde esta perspectiva, se comprende que el Resucitado les confiera —con la efusión del Espíritu— el poder de perdonar los pecados (cf. Jn 20, 23). Los doce Apóstoles son así el signo más evidente de la voluntad de Jesús respecto a la existencia y la misión de su Iglesia, la garantía de que entre Cristo y la Iglesia no existe ninguna contraposición: son inseparables, a pesar de los pecados de los hombres que componen la Iglesia.
Por tanto, es del todo incompatible con la intención de Cristo un eslogan que estuvo de moda hace algunos años: “Jesús sí, Iglesia no”. Este Jesús individualista elegido es un Jesús de fantasía. No podemos tener a Jesús prescindiendo de la realidad que Él ha creado y en la cual se comunica.
Entre el Hijo de Dios encarnado y su Iglesia existe una profunda, inseparable y misteriosa continuidad, en virtud de la cual Cristo está presente hoy en su pueblo. Es siempre contemporáneo nuestro, es siempre contemporáneo en la Iglesia construida sobre el fundamento de los Apóstoles, está vivo en la sucesión de los Apóstoles. Y esta presencia suya en la comunidad, en la que Él mismo se da siempre a nosotros, es motivo de nuestra alegría. Sí, Cristo está con nosotros, el Reino de Dios viene.
Fuente: Vatican News)
No hay comentarios:
Publicar un comentario