25 de enero - MIÉRCOLES DE LA SEMANA III DEL TIEMPO ORDINARIO, CONVERSIÓN DE SAN PABLO APÓSTOL, Fiesta



  MIÉRCOLES DE LA SEMANA III DEL TIEMPO ORDINARIO, fiesta
  CONVERSIÓN DE SAN PABLO, APÓSTOL
  Oficio del Miércoles de la Semana III del Salterio
  (Liturgia de las Horas, Tomo I: Oficio de Lecturas Laudes - TerciaSexta     Nona Vísperas - Completas)
 



PROGRAMA PARROQUIAL:
MIÉRCOLES, 25 DE ENERO

PARROQUIA DEL CARMEN:

Eucaristía del Miércoles de la Semana III del T. O., en la Parroquia (a las 18.30 h.).

PARROQUIA DE LOS DOLORES:

- Rezo del Santo Rosario (19.00 h.) y Eucaristía del Miércoles de la Semana III del T. O., Fiesta de la conversión de San Pablo, en la Parroquia (a las 19.30 h.).




NOTICIAS DE ACTUALIDAD

Catequesis del Papa Francisco
(25.01.2023)


8º Día del octavario de oración 
por la unidad de los cristianos

"La justicia restaura la comunión"

Lecturas

– Sal 82, 1-4: Haced justicia al huérfano y al pobre, defended al humilde y al necesitado

– Lc 18, 1-8: ¿No hará Dios justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche?

Reflexión

El Libro de los Salmos es una compilación de oraciones, alabanzas, lamentaciones y enseñanzas de Dios para nosotros. En el Salmo 82, Dios reclama una justicia que defienda los derechos humanos básicos, propios de toda persona: libertad, seguridad, dignidad, salud, igualdad y amor. El Salmo también hace una llamada a derogar los sistemas de disparidad y opresión, y corregir cualquier tipo de injusticia, corrupción o explotación. Esta es la justicia que nosotros, como cristianos, estamos llamados a promover. Como comunidad cristiana, hemos de unir nuestras voluntades y nuestras acciones a las de Dios, al tiempo que él realiza su salvación en la creación. La división, incluida la que se da entre los cristianos, siempre tiene su raíz en el pecado, y la redención, por el contrario, siempre restaura la comunión.

Dios nos llama a encarnar nuestra fe cristiana para actuar tomando conciencia de una verdad esencial: que cada persona es valiosa, que las personas son más importantes que las cosas, y que la consideración de cada estructura institucional en la sociedad está en función de si supone una amenaza para la dignidad de las personas, o si, por el contrario, promueve su dignidad. Toda persona tiene el derecho y la responsabilidad de participar en la sociedad, buscando juntos el bien común y el bienestar de todos, especialmente de los humildes y los indigentes.

En Jesús y los desheredados, el Rvdo. Dr. Howard Thurman, que fue consejero espiritual del Rvdo. Dr. Martin Luther King Jr. afirma que: «Debemos proclamar la verdad de que toda vida es una y que todos estamos unidos. Por lo tanto, es obligatorio que trabajemos por una sociedad en la que la persona más insignificante pueda encontrar refugio y descanso. Debéis poner vuestras vidas sobre el altar del cambio social para que dondequiera que estéis, allí esté cerca el Reino de Dios».

Unidad cristiana

Jesús narra la parábola de la viuda y del juez injusto para enseñar al pueblo a «oraren cualquier circunstancia, sin jamás desanimarse» (Lc 18, 1). Jesús ha ganado una victoria decisiva sobre la injusticia, el pecado y la división, y, como cristianos, nuestra tarea es acoger esta victoria, en primer lugar, en nuestros propios corazones a través de la oración y, en segundo lugar, en nuestras vidas a través de la acción. Que nunca nos desanimemos, sino que sigamos pidiendo en oración el don de la unidad de Dios y que manifestemos esta unidad en nuestras vidas.

Desafío

Como pueblo de Dios, ¿cómo deben comprometerse nuestras Iglesias en la justicia que nos une amando y sirviendo a toda la familia de Dios?

Oración

Dios, creador y redentor de todas las cosas, enséñanos a mirarnos internamente para vivir arraigados en tu Espíritu de amor, para que podamos salir con sabiduría y valentía optando siempre por el camino del amor y la justicia. Te lo pedimos en el nombre de tu Hijo, Jesucristo, en la unidad del Espíritu Santo. Amén.









Portada

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SANTORAL DE HOY

Elogio: Fiesta de la Conversión de san Pablo, apóstol. Viajando hacia Damasco, cuando aún maquinaba amenazas de muerte contra los discípulos del Señor, el mismo Jesús glorioso se le reveló en el camino y lo eligió para que, lleno del Espíritu Santo, anunciase el Evangelio de la salvación a los gentiles. Sufrió muchas dificultades a causa del nombre de Cristo.

Refieren a este santo: Santos Pedro y Pablo.


   San Ananías, santo del NT   

Conmemoración de san Ananías, discípulo del Señor, que en Damasco bautizó a san Pablo.

   San Artemas, mártir   

En Pozzuoli, en la Campania, san Artemas, mártir.

   San Agileo, mártir   

En Cartago, ciudad de África, san Agileo, mártir, en cuyo aniversario de muerte san Agustín ofreció, en su honor, un sermón al pueblo en su basílica.

   San Gregorio de Nacianzo, obispo   

En la ciudad de Nacianzo, de la región de Capadocia, muerte de san Gregorio, obispo, cuya memoria se celebra el día dos de enero.

   San Bretanión de Tomis, obispo y confesor   

Conmemoración de san Bretanión, obispo de Tomis, en Escitia, que se opuso enérgicamente al emperador arriano Valente y se distinguió por su santidad y por su celo en defensa de la fe católica.

   San Palemón, eremita   

En Tabennesi, en la región de Tebaida, en Egipto, san Palemón, anacoreta, hombre asiduo a la oración y de gran austeridad, que fue maestro de san Pacomio.

   Santos Preyecto y Amarino, confesores   

En Auvernia, de Aquitania, santos Preyecto, obispo, y Amarino, hombre de Dios, que fueron asesinados por los notables de la ciudad.

   San Popón, abad   

En Marchiennes, en Fiandre, san Popón, abad de los monasterios de Stavelot y Malmedy, que difundió en muchos cenobios de Lotaringia la observancia de Cluny.

   Beato Enrique Suso, religioso presbítero   

En Ulm, ciudad de Suabia, beato Enrique Suso, presbítero de la Orden de Predicadores, que soportó pacientemente muchos contratiempos y enfermedades, compuso un tratado sobre la sabiduría eterna y predicó asiduamente sobre el Nombre de Jesús.

   Beato Antonio Migliorati, presbítero y eremita   

En la ciudad de Amándola, del Piceno, beato Antonio Migliorati, presbítero de la Orden de Ermitaños de San Agustín.

   Beata Arcángela Girlani, virgen y fundadora   

En Mantua, ciudad de la Lombardía, beata Arcángela (Leonor) Girlani, virgen de la Orden del Carmen, priora del convento de Parma y fundadora del cenobio de Mantua.

   Beato Francisco Zirano, presbítero y mártir   

En la ciudad de Argel, beato Francisco Zirano, presbítero y mártir, profeso de los franciscanos conventuales.

   Beato Manuel Domingo y Sol, presbítero y fundador   

En Tortosa, en España, beato Manuel Domingo y Sol, presbítero, que instituyó la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos del Corazón de Jesús, para fomentar las vocaciones sacerdotales.

   Beata María Antonia Grillo, viuda y fundadora   

En Alessandria, en la región del Piamonte, en Italia, beata María Antonia (Teresa) Grillo, religiosa, que, al quedar viuda, asumió con misericordia las necesidades de los pobres y, después de vender todas sus posesiones, fundó la Congregación de Hermanitas de la Divina Providencia.

   Beato Antonio Swiadek, presbítero y mártir   

En el campo de concentración de Dachau, cercano a la ciudad de Munich, en Alemania, beato Antonio Swiadek, presbítero y mártir, que en tiempo de guerra, por defender la fe ante quienes seguían doctrinas que negaban la dignidad humana y cristiana, adquirió una corona inmarcesible.


LITURGIA DE HOY

Fiesta de la Conversión de san Pablo, apóstol. Viajando hacia Damasco, en la actual Siria, cuando aún maquinaba amenazas de muerte contra los discípulos del Señor, el mismo Jesús glorioso se le reveló en el camino y lo eligió para que, lleno del Espíritu Santo, anunciase el Evangelio de la salvación a los gentiles. Sufrió muchas dificultades a causa del nombre de Cristo (elog. del Martirologio Romano).

Misa de la fiesta (blanco).
MISAL: ants. y oracs. props., Gl., Pf. I Apóstoles.
LECC.: vol. IV.
- Hch 22, 3-16. Levántate, recibe el bautismo y lava tus pecados invocando el nombre de Jesús.
o bien: Hch 9, 1-22. Allí se te dirá lo que tienes que hacer.
- Sal 116. R. Id al mundo entero y proclamad el Evangelio.
- Mc 16, 15-18. Id al mundo entero y proclamad el Evangelio.

Finaliza el Octavario de oración por la unidad de los cristianos.
Hoy no se permiten las misas de difuntos, excepto la exequial.

Liturgia de las Horas: oficio de la fiesta. Te Deum.

Martirologio: elogs. del 26 de enero, pág. 129.

CALENDARIOS: Tarragona, Sevilla, en la ciudad de Écija, y HH. Angélicas de san Pablo: Conversión de san Pablo, apóstol (S).
Solsona: Aniversario de la muerte de Mons. Jaume Traserra Cunillera, obispo, emérito (2019).

MIÉRCOLES III SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

Fiesta de la conversión de san Pablo, Apóstol

En su camino hacia Damasco, Saulo de Tarso descubrió que Jesús de Nazaret era el Mesías, que había resucitado el domingo de Pascua y que él formaba una sola cosa con sus hermanos, los cristianos. Este maravilloso descubrimiento marcaría toda la vida de Pablo.

UNA CONVERSIÓN QUE LLEVA LA ESPERANZA A TODOS LOS DESVIADOS

En medio de la agitación que sigue a su arresto, Pablo logra hablar con el oficial romano y deshacer el malentendido. Él no es un cabecilla de revoltosos anti-romanos, sino un respetable ciudadano de la ciudad de Tarso. Es difícil imaginar al oficial romano concediendo la palabra a un preso en aquellas circunstancias y más difícil aún que la masa alborotada guardase silencio. En realidad, por boca de Pablo, el discurso lo dirige el narrador a los lectores de su libro. Más que una defensa, se trata de una apología de su conversión de perseguidor a un apóstol del camino, la fe cristiana. Es una apología llena de esperanza para todos los que se desesperan de cualquier persona que se ha desviado del camino de la vida y escogido el camino de la muerte. Si Pablo tuvo una conversión, hay esperanza para todos.

Antífona de entrada 2 Tm 1, 12; 4, 8

Sé de quién me he fiado y estoy firmemente persuadido de que el juez justo tiene poder para velar hasta aquel día por el depósito que se me confió.


Monición de entrada

Hoy celebramos la fiesta de la conversión del apóstol san Pablo. En torno al año 31 o 32 de nuestra era, viajando hacia Damasco, en la actual Siria, cuando aún perseguía a muerte a los discípulos del Señor, el mismo Jesús glorioso se le reveló en el camino y lo eligió para que, lleno del Espíritu Santo, anunciase el Evangelio de la salvación a los gentiles. Para san Pablo lo sucedido significó el vuelco de su vida: fue alcanzado por Cristo hasta el punto de que cuanto para él había sido una ganancia, se convirtió en pérdida. Su conversión hizo de él un cristiano y su existencia pasó a ser la de un apóstol apasionado que se hizo todo para todos.

Se dice Gloria.


Oración colecta

Oh, Dios, que has instruido al mundo entero
con la predicación de san Pablo, apóstol,
concede a cuantos celebramos hoy su conversión,
avanzar hacia ti, siguiendo su ejemplo,
y ser en el mundo testigos de tu verdad.
Por nuestro Señor Jesucristo.



PRIMERA LECTURA (opción 1)
Levántate, recibe el bautismo y lava tus pecados invocando el nombre de Jesús

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (Hch 22, 3-16)

«YO SOY JUDÍO, nacido en Tarso de Cilicia, pero educado en esta ciudad; me formé a los pies de Gamaliel en la exacta observancia de la ley de nuestros padres; he servido a Dios con tanto celo como vosotros mostráis hoy. Yo perseguí a muerte este Camino, encadenando y metiendo en la cárcel a hombres y mujeres, como pueden atestiguar en favor mío el sumo sacerdote y todo el consejo de los ancianos. Ellos me dieron cartas para los hermanos de Damasco, y me puse en camino con el propósito de traerme encadenados a Jerusalén a los que encontrase allí, para que los castigaran.

Pero yendo de camino, cerca ya de Damasco, hacia mediodía, de repente una gran luz del cielo me envolvió con su resplandor; caí por tierra y oí una voz que me decía:

“Saúl, Saúl, ¿por qué me persigues?

Yo pregunté:

“¿Quién eres, Señor?”.

Y me dijo:

“Yo soy Jesús el Nazareno a quien tú persigues”.

Mis compañeros vieron el resplandor, pero no oyeron la voz que me hablaba.

Yo pregunté:

¿Qué debo hacer, Señor?

El Señor me respondió:

“Levántate, continúa el camino hasta Damasco, y allí te dirán todo lo que está determinado que hagas”.

Como yo no veía, cegado por el resplandor de aquella luz, mis compañeros me llevaron de la mano a Damasco.

Un cierto Ananías, hombre piadoso según la ley, recomendado por el testimonio de todos los judíos residentes en la ciudad, vino a verme, se puso a mi lado y me dijo:

“Saúl, hermano, recobra la vista”.

Inmediatamente recobré la vista y lo vi.

Él me dijo:

“El Dios de nuestros padres te ha elegido para que conozcas su voluntad, veas al Justo y escuches la voz de sus labios, porque vas a ser su testigo ante todos los hombres de lo que has visto y oído. Ahora, ¿qué te detiene? Levántate, recibe el bautismo y lava tus pecados invocando su nombre”».

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.
 
PRIMERA LECTURA (opción 2)
Allí se te dirá lo que tienes que hacer

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (Hch 9, 1-22)

EN AQUELLOS DÍAS, Saulo, respirando todavía amenazas de muerte contra los discípulos del Señor, se presentó al sumo sacerdote y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, autorizándolo a traerse encadenados a Jerusalén a los que descubriese que pertenecían al Camino, hombres y mujeres. Mientras caminaba, cuando ya estaba cerca de Damasco, de repente una luz celestial lo envolvió con su resplandor. Cayó a tierra y oyó una voz que le decía:

«Saúl, Saúl, ¿por qué me persigues?».

Dijo él:

«¿Quién eres, Señor?».

Respondió:

«Soy Jesús, a quien tú persigues. Pero levántate, entra en la ciudad, y allí se te dirá lo que tienes que hacer».

Sus compañeros de viaje se quedaron mudos de estupor, porque oían la voz, pero no veían a nadie. Saulo se levantó del suelo, y, aunque tenía los ojos abiertos, no veía nada. Lo llevaron de la mano hasta Damasco. Allí estuvo tres días ciego, sin comer ni beber.

Había en Damasco un discípulo, que se llamaba Ananías.

El Señor lo llamó en una visión:

«Ananías».

Respondió él:

«Aquí estoy, Señor».

El Señor le dijo:

«Levántate y ve a la calle llamada Recta, y pregunta en casa de Judas por un tal Saulo de Tarso. Mira, está orando, y ha visto en visión a un cierto Ananías que entra y le impone las manos para que recobre la vista».

Ananías contestó:

«Señor, he oído a muchos hablar de ese individuo y del daño que ha hecho a tus santos en Jerusalén, y que aquí tiene autorización de los sumos sacerdotes para llevarse presos a todos los que invocan tu nombre».

El Señor le dijo:

«Anda, ve; que ese hombre es un instrumento elegido por mí para llevar mi nombre a pueblos y reyes, y a los hijos de Israel. Yo le mostraré lo que tiene que sufrir por mi nombre».

Salió Ananías, entró en la casa, le impuso las manos y dijo:

«Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció cuando venías por el camino, me ha enviado para que recobres la vista y seas lleno de Espíritu Santo».

Inmediatamente se le cayeron de los ojos una especie de escamas, y recobró la vista. Se levantó, y fue bautizado.

Comió, y recobró las fuerzas.

Se quedó unos días con los discípulos de Damasco, y luego se puso a anunciar en las sinagogas que Jesús es el Hijo de Dios.

Los oyentes quedaban pasmados y comentaban:

«¿No es este el que hacía estragos en Jerusalén con los que invocan ese nombre? Y ¿no había venido aquí precisamente para llevárselos encadenados a los sumos sacerdotes?».

Pero Pablo cobraba cada vez más ánimo y tenía confundidos a los judíos de Damasco, demostrando que Jesús es el Mesías.

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.


SALMO RESPONSORIAL (Sal 116, 1. 2 [R.: 16, 15])


 
V. Alabad al Señor, todas las naciones,
aclamadlo, todos los pueblos.

R. Id al mundo entero y proclamad el Evangelio.
 
V. Firme es su misericordia con nosotros,
su fidelidad dura por siempre.

R. Id al mundo entero y proclamad el Evangelio.

 
Aleluya Cf. Jn 15, 16
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Yo os he elegido del mundo —dice el Señor— para que vayáis y deis fruto,
y vuestro fruto permanezca. R.

 
EVANGELIO
Id al mundo entero y proclamad el Evangelio

╬ Lectura del santo Evangelio según san Marcos (Mc 16, 15-18)
R. Gloria a ti, Señor.

EN AQUEL TIEMPO, Jesús se apareció a los once y les dijo:

«Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación.

El que crea y sea bautizado se salvará; el que no crea será condenado.

A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos».

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.

Papa Benedicto XVI, Audiencia general 22 de noviembre de 2006

La adhesión de Pablo a la Iglesia se realizó por una intervención directa de Cristo, quien al revelársele en el camino de Damasco, se identificó con la Iglesia y le hizo comprender que perseguir a la Iglesia era perseguirlo a él, el Señor. En efecto, el Resucitado dijo a Pablo, el perseguidor de la Iglesia: "Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?" (Hch 9, 4). Al perseguir a la Iglesia, perseguía a Cristo. Entonces, Pablo se convirtió, al mismo tiempo, a Cristo y a la Iglesia. Así se comprende por qué la Iglesia estuvo tan presente en el pensamiento, en el corazón y en la actividad de san Pablo.


Oración sobre las ofredas

Al celebrar estos divinos misterios, te suplicamos, Señor,
que el Espíritu Santo derrame sobre nosotros la luz de la fe
que iluminó al apóstol san Pablo para propagar tu gloria sin descanso.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I de los Apóstoles
Los apóstoles, pastores del pueblo De Dios

 

78. Este prefacio se dice en las misas de los Apóstoles, principalmente en las de san Pedro y san Pablo.


V/. El Señor esté con vosotros.
R/. Y con tu espíritu.

V/. Levantemos el corazón.
R/. Lo tenemos levantado hacia el Señor.

V/. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R/. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias
siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso,
Pastor eterno.

Porque no abandonas nunca a tu rebaño,
sino que por medio de los santos Apóstoles
lo proteges y conservas,
y quieres que tenga siempre por guía
 la palabra de aquellos mismos pastores
 a quienes tu Hijo dio la misión
de anunciar el Evangelio.

Por eso,
con los ángeles y arcángeles
y con todos los coros celestiales,
cantamos sin cesar el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo...

 

Antífona de la comunión Cfr. Gál 2, 20

Vivo de la fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó a la muerte por mí.


Oración después de la comunión

Señor, Dios nuestro, los sacramentos que hemos recibido
fortalezcan en nosotros el fuego de la caridad
que encendió con ímpetu el apóstol san Pablo,
para tomar sobre sí el cuidado de todas las Iglesias.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Puede utilizarse la fórmula de bendición solemne, M R, p. 616 (611).

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