PROGRAMA PARROQUIAL:
VIERNES, 14 DE DICIEMBRE
- Horario de la parroquia: abierta de 10.30 h. a 13.30 h. y de 17.00 h. a 21.00 h.
- Horario de despacho: de lunes a viernes, de 10.30 h. a 13.30 h y de 17.00 h. a 21.00 h.
- Rezo del Santo Rosario (a las 19.00 h.) y Eucaristía del Viernes de la I Semana del T.O. (a las 19.30 h.).
NOTICIAS DE ACTUALIDAD
SANTORAL DE HOY
Elogio: En la ciudad de Nola, en la Campania, san Félix, presbítero, el cual, según cuenta san Paulino, mientras arreciaba la persecución fue encarcelado y sometido a crueles tormentos. Restablecida la paz, pudo reintegrarse a los suyos y vivió en la pobreza, hasta una venerable ancianidad, como invicto confesor de la fe.
Patronazgos: protector contra los perjurios.
Refieren a este santo: San Máximo de Nola.
Elogio: En la ciudad de Nola, en la Campania, san Félix, presbítero, el cual, según cuenta san Paulino, mientras arreciaba la persecución fue encarcelado y sometido a crueles tormentos. Restablecida la paz, pudo reintegrarse a los suyos y vivió en la pobreza, hasta una venerable ancianidad, como invicto confesor de la fe.
Patronazgos: protector contra los perjurios.
Refieren a este santo: San Máximo de Nola.
Nació en la ciudad de Sevilla, España. Su padre era virrey de Nápoles. Creció sin el amor materno, porque la madre murió cuando él era todavía muy niño. Pero en sus familiares aprendió los más admirables ejemplos de santidad. En su casa se repartían grandes limosnas a los pobres y se ayudaba a muchísimos enfermos muy abandonados. A una familiar suya, Teresa Enríquez. La llamaban "la loca por el Santísimo Sacramento", porque buscaba las mejores uvas de la región para fabricar el vino de la Santa Misa y escogía los mejores trigos para hacer las hostias, y trataba de entusiasmar a todos por la Eucaristía.
San Potito, mártir
Conmemoración de san Potito, mártir, que, después de padecer tormentos en la ciudad de Sárdica, en la antigua provincia romana de Dacia, alcanzó finalmente el martirio al ser ejecutado por la espada.
San Glicerio, diácono y mártir
En Antioquía de Siria, san Glicerio, diácono y mártir.
Santos Monjes del Monte Sinaí y Raiti, monjes y mártires
Conmemoración de los santos monjes que en Raití y en el monte Sinaí fueron martirizados por su fe en Cristo.
Santa Nino, laica
En la región de los Iberos, al otro lado del Ponto Euxino, santa Nino, quien, siendo cristiana, fue llevada a aquel país, donde por su vida santa suscitó la reverencia y admiración de todos, hasta el punto de abrazar la fe cristiana la misma reina, cuyo hijo fue curado con sus oraciones, y también el rey y todo el pueblo.
San Fermín de Mende, obispo
En Mende (Gévaudan), en la Provenza, san Fermín, obispo.
San Eufrasio de Auvernia, obispo
En Auvernia, en Aquitania, san Eufrasio, obispo, cuya hospitalidad alaba san Gregorio de Tours.
San Dacio de Milán, obispo
En Milán, en la Liguria, sepultura de san Dacio, obispo, que en la controversia de los Tres Capítulos defendió los criterios del papa Vigilio, a quien acompañó a Constantinopla, donde murió.
San Fulgencio de Écija, obispo
En la ciudad de Écija, en la provincia romana de Bética, san Fulgencio, obispo, hermano de los santos Leandro, Isidoro y Florentina. Su hermano Isidoro le dedicó su tratado «De los oficios eclesiásticos».
Beato Odón de Novara, monje y presbítero
En Tagliacozzio, en el Abruzo, beato Odón de Novara, presbítero de la Orden de los Cartujos.
Beato Odorico Mattiuzzi de Pordenone, religioso presbítero
En la ciudad de Udine, en la región de Venecia, beato Odorico Mattiuzzi de Pordenone, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, que viajó por las regiones de los tártaros, de los indios y de los chinos hasta la principal ciudad de China, llamada Kambalik. En todas estas regiones convirtió a muchos a la fe de Cristo con su predicación del Evangelio.
Beato Devasahayam Pillai, mártir
En Aralvaimozhi, Tamil Nadu, India, beato Devasahayam (Lázaro) Pillai, mártir, oficial en la corte del rey de Travancore, que no admitió la conversión del beato a la fe de Cristo, y lo asesinó.
Beato Pedro Donders, religioso presbítero
En Batavia, lugar de Surinam, beato Pedro Donders, presbítero de la Congregación del Santísimo Redentor, que se entregó con caridad desbordante a atender tanto a los cuerpos como a las almas de los leprosos.
Beata Alfonsa Clerici, virgen
En Vercelli, beata Alfonsa Clerici, virgen del instituto de las Hermanas de la Precisísima sangre de Monza, que desarrolló su apostolado como maestra de jóvenes.
San Potito, mártir
Conmemoración de san Potito, mártir, que, después de padecer tormentos en la ciudad de Sárdica, en la antigua provincia romana de Dacia, alcanzó finalmente el martirio al ser ejecutado por la espada.
San Glicerio, diácono y mártir
En Antioquía de Siria, san Glicerio, diácono y mártir.
Santos Monjes del Monte Sinaí y Raiti, monjes y mártires
Conmemoración de los santos monjes que en Raití y en el monte Sinaí fueron martirizados por su fe en Cristo.
Santa Nino, laica
En la región de los Iberos, al otro lado del Ponto Euxino, santa Nino, quien, siendo cristiana, fue llevada a aquel país, donde por su vida santa suscitó la reverencia y admiración de todos, hasta el punto de abrazar la fe cristiana la misma reina, cuyo hijo fue curado con sus oraciones, y también el rey y todo el pueblo.
San Fermín de Mende, obispo
En Mende (Gévaudan), en la Provenza, san Fermín, obispo.
San Eufrasio de Auvernia, obispo
En Auvernia, en Aquitania, san Eufrasio, obispo, cuya hospitalidad alaba san Gregorio de Tours.
San Dacio de Milán, obispo
En Milán, en la Liguria, sepultura de san Dacio, obispo, que en la controversia de los Tres Capítulos defendió los criterios del papa Vigilio, a quien acompañó a Constantinopla, donde murió.
San Fulgencio de Écija, obispo
En la ciudad de Écija, en la provincia romana de Bética, san Fulgencio, obispo, hermano de los santos Leandro, Isidoro y Florentina. Su hermano Isidoro le dedicó su tratado «De los oficios eclesiásticos».
Beato Odón de Novara, monje y presbítero
En Tagliacozzio, en el Abruzo, beato Odón de Novara, presbítero de la Orden de los Cartujos.
Beato Odorico Mattiuzzi de Pordenone, religioso presbítero
En la ciudad de Udine, en la región de Venecia, beato Odorico Mattiuzzi de Pordenone, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, que viajó por las regiones de los tártaros, de los indios y de los chinos hasta la principal ciudad de China, llamada Kambalik. En todas estas regiones convirtió a muchos a la fe de Cristo con su predicación del Evangelio.
Beato Devasahayam Pillai, mártir
En Aralvaimozhi, Tamil Nadu, India, beato Devasahayam (Lázaro) Pillai, mártir, oficial en la corte del rey de Travancore, que no admitió la conversión del beato a la fe de Cristo, y lo asesinó.
Beato Pedro Donders, religioso presbítero
En Batavia, lugar de Surinam, beato Pedro Donders, presbítero de la Congregación del Santísimo Redentor, que se entregó con caridad desbordante a atender tanto a los cuerpos como a las almas de los leprosos.
Beata Alfonsa Clerici, virgen
En Vercelli, beata Alfonsa Clerici, virgen del instituto de las Hermanas de la Precisísima sangre de Monza, que desarrolló su apostolado como maestra de jóvenes.
LITURGIA DE HOY
MISAL: cualquier
formulario permitido (véase pág. 67, n. 5), Pf. común.
LECC.: vol. III-par.
- 1 Sam
8, 4-7. 10-22a. Os quejaréis a causa del rey, pero el Señor
no os responderá.
- Sal
88. R. Cantaré eternamente tus misericordias,
Señor.
- Mc 2, 1-12. El Hijo del hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados.
Liturgia de las Horas: oficio de feria.
Martirologio: elogs. del 15 de enero, pág. 111.
CALENDARIOS:
Valencia: San Juan de Ribera, obispo (F). Orihuela-Alicante: (MO).
Orden
Premonstratense: San Godefrido, religioso (MO).
Cartujos: Beato
Odón, monje (ML).
OFM
Conv.: Beato Odorico de Pordenone, presbítero (ML).
Redentoristas: Beato
Pedro Donders, presbítero (ML).
La paz y la justicia son aspiraciones permanentes de los hombres de todos los tiempos. El cristiano, con el auxilio de Cristo, Príncipe de la paz, es llamado a ser constructor de la justicia e instrumento de paz en medio del mundo. Para ello, pidamos en esta eucaristía los dones de la justicia y la paz.
O bien:
Oh, Dios, que cuidas de todos con amor paternal,
concede, en tu bondad, que los hombres, a quienes diste un mismo origen,
formen una sola familia en la paz y vivan siempre unidos por el amor fraterno.
Por nuestro Señor Jesucristo.
LECTURAS
DE LA MISA
Os quejaréis a causa del rey, pero el Señor no os responderá
Lectura del primer libro de Samuel (1 Sam 8, 4-7. 10-22a)
EN AQUELLOS DÍAS, se reunieron todos los ancianos de Israel y fueron a
Ramá, donde estaba Samuel.
Le dijeron:
«Tú eres ya un anciano, y tus hijos no siguen tus caminos. Nómbranos, por
tanto, un rey, para que nos gobierne, corno se hace en todas las naciones».
A Samuel le pareció mal que hubieran dicho:
«Danos un rey para que nos gobierne».
Y oró al Señor.
El Señor dijo a Samuel:
«Escucha la voz del pueblo en todo cuanto te digan. No es a ti a quien
rechazan, sino a mí, para que no reine sobre ellos».
Samuel transmitió todas las palabras del Señor al pueblo que le había
pedido un rey.
Samuel explicó:
«Este es el derecho del rey que reinará sobre vosotros: se llevará a
vuestros hijos los para destinarlos a su carroza y a su caballería, y correrán
delante de su carroza. Los destinará a ser jefes de mil o jefes de cincuenta, a
arar su labrantío y segar su mies, a fabricar sus armas de guerra y los
pertrechos de sus carros. Tomará a vuestras hijas para perfumistas, cocineras y
panaderas. Se apoderará de vuestros mejores campos, viñas y olivares, para
dárselos a sus servidores. Cobrará el diezmo de vuestros olivares y viñas, para
dárselo a sus eunucos y servidores. Se llevará a vuestros mejores servidores,
siervas y jóvenes, así como a vuestros asnos, para emplearlos en sus trabajos.
Cobrará el diezmo de vuestro ganado menor, y vosotros os convertiréis en
esclavos suyos. Aquel día os quejaréis a causa del rey que os habéis escogido:
Pero el Señor no os responderá».
El pueblo se negó a hacer caso a Samuel y contestó:
«No importa. Queremos que haya un rey sobre nosotros. Así seremos como
todos los otros pueblos. Nuestro rey nos gobernará, irá al frente y conducirá
nuestras guerras».
Samuel oyó todas las palabras del pueblo y las transmitió a oídos del
Señor.
El Señor dijo a Samuel:
«Escucha su voz y nómbrales un rey».
R. Te alabamos, Señor.
caminará, oh, Señor, a la luz de tu rostro;
tu nombre es su gozo cada día,
tu justicia es su orgullo.
R. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor.
V. Porque tú eres su honor y su fuerza,
y con tu favor realzas nuestro poder.
Porque el Señor es nuestro escudo
y el Santo de Israel nuestro rey.
R. Gloria a ti, Señor.
CUANDO a los pocos días entró Jesús en Cafarnaún, se supo que estaba en
casa.
Acudieron tantos que no quedaba sitio ni a la puerta. Y les proponía la
palabra.
Y vinieron trayéndole un paralítico llevado entre cuatro y, como no
podían presentárselo por el gentío, levantaron la techumbre encima de donde él
estaba, abrieron un boquete y descolgaron la camilla donde yacía el paralítico.
Viendo Jesús la fe que tenían, le dice al paralítico:
«Hijo, tus pecados te son perdonados».
Unos escribas, que estaban allí sentados, pensaban para sus adentros:
«¿Por qué habla éste así? Blasfema. ¿Quién puede perdonar pecados, sino
sólo uno, Dios?».
Jesús se dio cuenta enseguida de lo que pensaban y les dijo:
«¿Por qué pensáis eso? ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: “Tus
pecados te son perdonados” o decir: “Levántate, coge la camilla y echa a
andar”?
Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene autoridad en la tierra
para perdonar pecados -dice al paralítico-:
“Te digo: levántate, coge tu camilla y vete a tu casa”».
Se levantó, cogió inmediatamente la camilla y salió a la vista de todos.
Se quedaron atónitos y daban gloria a Dios, diciendo:
«Nunca hemos visto una cosa igual».
R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Es de notar que no dijo la fe del paralítico, sino la de los que lo
llevaban, pues a veces ocurre que alguno recobra la salud por la fe de otro.
Beda (Catena
aurea)
Ciertamente es digno de meditación cuánto debe valer para Dios la propia
fe de cada uno, cuando vale tanto la ajena, que por ella se levanta un hombre
de repente curado interior y exteriormente, y por el mérito de unos se perdonan
a otros sus pecados.
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