SANTA INÉS, virgen y mártir (MO)
(para el rezo de la Corona, pincha aquí)
PROGRAMA PARROQUIAL:
VIERNES, 21 DE ENERO
- Horario de la parroquia: abierta de 10.30 h. a 13.30 h. y de 17.00 h. a 21.00 h.
- Horario de despacho: de lunes a viernes, de 10.30 h. a 13.30 h y de 17.00 h. a 20.00 h.
- Exequias de +MARÍA JIMÉNEZ HERNÁNDEZ, en la Capilla de San Sebastián (a las 11.00 h.).
DIRECTORIO SOBRE LA PIEDAD POPULAR Y LA LITURGIA
Semana de oración por la unidad de los cristianos
182. Teniendo siempre presente la oración de Jesús: "como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, que ellos sean una sola cosa en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado" (Jn 17,21), la Iglesia invoca en cada Eucaristía el don de la unidad y de la paz. El mismo Misal Romano – entre las Misas por diversas necesidades – contiene tres formularios de Misa "por la unidad de los cristianos". Esta intención aparece también en las preces de Liturgia de las Horas.
Dada la diversa sensibilidad de los "hermanos separados", también las expresiones de la piedad popular deben tener presente el criterio ecuménico. De hecho "la conversión del corazón y santidad de vida, juntamente con las oraciones privadas y públicas por la unidad de los cristianos, han de considerarse como el alma de todo el movimiento ecuménico, y con razón puede llamarse ecumenismo espiritual". Un especial punto de encuentro entre los católicos y los cristianos pertenecientes a otras Iglesias y Comunidades eclesiales es la oración en común, para impetrar la gracia de la unidad y para presentar a Dios las necesidades o preocupaciones comunes, y para darle gracias e implorar su ayuda. "La oración común se recomienda especialmente durante la "Semana de oración por la unidad de los cristianos", o en el tiempo entre la Ascensión y Pentecostés". Se han concedido indulgencias a la oración por la unidad de los cristianos.
NOTICIAS DE ACTUALIDAD
SANTORAL DE HOY
Elogio: Memoria de santa Inés, virgen y mártir, que, siendo aún adolescente, ofreció en Roma el supremo testimonio de la fe y consagró con el martirio el título de la castidad. Victoriosa sobre su edad y sobre el tirano, suscitó una gran admiración ante el pueblo y adquirió una mayor gloria ante el Señor. Hoy se celebra el día de su sepultura.
Patronazgos: patrona de la castidad, y de vírgenes, novias, niños y jardineros.
Tradiciones, refranes, devociones: Día de santa Inés, lluvia una sola vez.
San Publio de Atenas, obispo y mártir
Conmemoración de san Publio, obispo de Atenas, en Grecia, que dio testimonio de Cristo con su martirio.
San Patroclo, mártir
En Troyes, en la Galia Lugdunense, san Patroclo, mártir.
San Epifanio de Pavia, obispo
En Pavía, en la Liguria, san Epifanio, obispo, que en tiempo de invasiones bárbaras trabajó esforzadamente a favor de la reconciliación de los pueblos, así como en la redención de los cautivos y en la reconstrucción de la ciudad arruinada.
San Meinrado, presbítero y eremita
En los montes cercanos al lago de Zurich, entre los helvecios, san Meinrado, presbítero, que dedicado primero a la vida cenobítica y después a la eremítica, fue asesinado por unos desalmados.
San Zacarías «el Angélico», monje
En el monte Mercurio, en la Lucania, san Zacarías, llamado «Angélico», maestro de la vida cenobítica.
Beatos Eduardo Stransham y Nicolás Wheeler, presbíteros y mártires
En la ciudad de Londres, en Inglaterra, beatos Eduardo Stransham y Nicolás Wheeler, presbíteros y mártires, que durante el reinado de Isabel I fueron condenados a muerte por ser sacerdotes, y sufrieron el martirio en Tyburn.
San Albano Roe y beato Tomás Green, presbíteros y mártires
También en Londres, en Inglaterra, san Albano Roe, de la Orden de San Benito, y beato Tomás Green, ambos presbíteros y mártires, los cuales, ya ancianos, durante el reinado de Carlos I dieron su vida por Cristo al ser ahorcados en Tyburn, después de haber pasado en la cárcel diecisiete años el primero y catorce el segundo.
Beata Josefa María de santa Inés, virgen
En el monasterio de Benigamin, en la región de Valencia, en España, beata Josefa María de Santa Inés, virgen de la Orden de Agustinas Descalzas.
Beatos Juan Bautista Turpín du Comier y trece compañeros, presbíteros y mártires
En la ciudad de Laval, en Francia, beatos presbíteros Juan Bautista Turpín du Cornier y otros trece compañeros, mártires, que por su constante fidelidad a la Iglesia católica fueron guillotinados durante la Revolución Francesa. Sus nombres son: beatos Juan Bautista Triquerie, de la Orden de Hermanos Menores Conventuales, Juan Maria Gallot, José Pellé, Renato Luis Ambroise, Julián Francisco Morvin de la Gérardière, Francisco Duchesne, Jacobo André, Andrés Duliou, Luis Gastineau, Francisco Migoret Lambardière, Julián Moulé, Agustín Manuel Philippot y Pedro Thomas.
San Juan Yi Yun-il, catequista mártir
En la aldea de Daegu, en Corea, san Juan Yi Yun-il, mártir, que, siendo padre de familia, campesino y catequista, soportó azotes y luxación de todos sus miembros, a pesar de lo cual se mantuvo constante en la fe cristiana, y culminó con sereno espíritu el martirio al ser decapitado. Fue la última víctima de la gran persecución sufrida en esta nación.
LITURGIA DE HOY
DIRECTORIO SOBRE LA PIEDAD POPULAR Y LA LITURGIA
Semana de oración por la unidad de los cristianos
182. Teniendo siempre presente la oración de Jesús: "como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, que ellos sean una sola cosa en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado" (Jn 17,21), la Iglesia invoca en cada Eucaristía el don de la unidad y de la paz. El mismo Misal Romano – entre las Misas por diversas necesidades – contiene tres formularios de Misa "por la unidad de los cristianos". Esta intención aparece también en las preces de Liturgia de las Horas.
Dada la diversa sensibilidad de los "hermanos separados", también las expresiones de la piedad popular deben tener presente el criterio ecuménico. De hecho "la conversión del corazón y santidad de vida, juntamente con las oraciones privadas y públicas por la unidad de los cristianos, han de considerarse como el alma de todo el movimiento ecuménico, y con razón puede llamarse ecumenismo espiritual". Un especial punto de encuentro entre los católicos y los cristianos pertenecientes a otras Iglesias y Comunidades eclesiales es la oración en común, para impetrar la gracia de la unidad y para presentar a Dios las necesidades o preocupaciones comunes, y para darle gracias e implorar su ayuda. "La oración común se recomienda especialmente durante la "Semana de oración por la unidad de los cristianos", o en el tiempo entre la Ascensión y Pentecostés". Se han concedido indulgencias a la oración por la unidad de los cristianos.
LECTURAS
DE LA MISA
Lectura del primer libro de Samuel (1 Sam 24, 3 -21)
EN AQUELLOS DÍAS, Saúl tomó tres mil hombres escogidos de todo Israel y
marchó en busca de David y su gente frente a Sure Hayelín.
Llegó a un corral de ovejas, junto al camino, donde había una cueva. Saúl
entró a hacer sus necesidades, mientras David y sus hombres se encontraban al
fondo de la cueva.
Los hombres de David le dijeron:
«Este es el día del que te dijo el Señor: “Yo entregaré a tus enemigos en
tu mano”. Haz con él lo que te parezca mejor».
David se levantó y cortó, sin ser visto, la orla del manto de Saúl.
Después de ello, sintió pesar por haber cortado la orla del manto de Saúl. Y
dijo a sus hombres:
«El Señor me libre de obrar así contra mi amo, el ungido del Señor,
alargando mi mano contra él; pues es el ungido del Señor».
David disuadió a sus hombres con esas palabras y no les dejó alzarse
contra Saúl. Este salió de la cueva y siguió su camino.
A continuación, David se levantó, salió de la cueva y gritó detrás de
Saúl:
«¡Oh, rey, mi señor!»
Saúl miró hacia atrás. David se inclinó rostro a tierra y se postró.
Y dijo a Saúl:
«¿Por qué haces caso a las palabras que dice la gente: “David busca tu
desgracia”? Tus ojos han visto hoy mismo en la cueva que el Señor te ha
entregado en mi mano. Han hablado de matarte, pero te he perdonado, diciéndome:
“No alargaré mi mano contra mi amo, pues es el ungido del Señor”. Padre mio,
mira por un momento, la orla de tu manto en mi mano. Si la he cortado y no te
he matado, comprenderás bien que no hay en mi ni maldad ni culpa y que no te he
ofendido. Tú, en cambio, estás buscando mi vida para arrebatármela. Que el
Señor juzgue entre los dos y me haga justicia. Pero mi mano no estará contra
ti. Como dice el antiguo proverbio: “De los malos sale la maldad”. Pero en mí
no hay maldad. ¿A quién ha salido a buscar el rey de Israel? ¿A quién
persigues? A un perro muerto, a una simple pulga. El Señor sea juez y juzgue
entre nosotros. Juzgará, defenderá mi causa y me hará justicia, librándome de
tu mano».
Cuando David acabó de dirigir estas palabras a Saúl, este dijo:
«¿Es esta tu voz, David, hijo mío?».
Saúl levantó la voz llorando. Y siguió diciendo:
«Eres mejor que yo, pues tú me tratas bien, mientras que yo te trato mal. Hoy has puesto de manifiesto tu bondad para conmigo, pues el Señor me había puesto en tus manos y tú no me has matado. ¿Si uno encuentra a su enemigo, le deja seguir por las buenas el camino? Que el Señor te recompense el favor que hoy me has hecho. Ahora sé que has de reinar y que en tu mano se consolidará la realeza de Israel».
R. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL (Sal 56, 2. 3-4. 6 y 11 [R.: 2a)
V. Misericordia, Dios mío, misericordia,
que mi alma se refugia en ti;
me refugio a la sombra de tus alas
mientras pasa la calamidad.
R. Misericordia, Dios mío, misericordia.
V. Invoco al Dios altísimo,
al Dios que hace tanto por mi.
Desde el cielo me enviará la salvación,
confundirá a los que ansían matarme,
enviará Dios su gracia y su lealtad.
R. Misericordia, Dios mío, misericordia.
V. Elévate sobre el cielo, Dios mio,
y llene la tierra tu gloria.
Por tu bondad, que es más grande que los cielos;
por tu fidelidad, que alcanza a las nubes.
R. Misericordia, Dios mío, misericordia.
╬ Lectura del santo Evangelio según san Marcos (Mc 3, 13-19)
R. Gloria a ti, Señor.
EN AQUEL TIEMPO, Jesús, mientras subía al monte, llamó a los que quiso, y
se fueron con él.
E instituyó a doce para que estuvieran con él y para enviarlos a
predicar, y que tuvieran autoridad para expulsar a los demonios.
Simón, a quien puso el nombre de Pedro, Santiago el de Zebedeo, y Juan,
el hermano de Santiago, a quienes puso el nombre de Boanerges, es decir, los
hijos del trueno, Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de
Alfeo, Tadeo, Simón el de Caná y Judas Iscariote, el que lo entregó.
Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.
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