04 de julio - LUNES DE LA XIV SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, feria o SANTA ISABEL DE PORTUGAL (ML)


 
  LUNES DE LA XIV SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, feria
  o SANTA ISABEL DE PORTUGAL (ML)
  Oficio del Lunes de la II Semana del Salterio
  (Liturgia de las Horas, Tomo II: Oficio de Lecturas Laudes - TerciaSexta     Nona Vísperas - Completas)
 



PROGRAMA PARROQUIAL:
LUNES, 04 DE JULIO

- Horario de la parroquia: abierta de 10.30 h. a 13.30 h. y de 18.00 h. a 21.30 h.

- Horario de despacho: de lunes a viernes, de 10.30 h. a 13.30 h y de 18.00 h. a 21.00 h.

- Rezo del Santo Rosario, en la Parroquia (a las 20.00 h.).

HOY NO TRANSMITIREMOS LA MISA. YA MAÑANA SÍ



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SANTORAL DE HOY



Elogio: Santa Isabel, reina de Portugal, admirable por su desvelo en conseguir que reyes enfrentados hiciesen las paces y por su caridad en favor de los pobres. Muerto su esposo, el rey Dionisio, abrazó la vida religiosa en el monasterio de monjas de la Tercera Orden de las Clarisas de Estremoz, en Portugal, que ella misma había fundado, y en el cual murió cuando se esforzaba por conseguir la reconciliación entre un hijo y un nieto suyos que estaban enfrentados.

Patronazgos: intercesora en peleas y conflictos, contra las guerras.

Oración

Oh Dios, que creas la paz y amas la caridad, tú que otorgaste a santa Isabel de Portugal la gracia de conciliar a los hombres enfrentados, muévenos, por su intercesión, a poner nuestros esfuerzos al servicio de la paz, para que merezcamos llamarnos hijos de Dios. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén (oración litúrgica).

 

Otros santos de este día:

San Jocundiano, mártir

En África Proconsular, san Jocundiano, mártir.

San Lauriano, mártir

En Vatan, en la región de Bourges, en Aquitania, san Lauriano, mártir.

San Florencio de Cahors, obispo

En Cahors, en Aquitania, san Florencio, obispo, alabado por san Paulino de Nola como hombre humilde de corazón, fuerte en la gracia y afable en la palabra.

San Valentín, presbítero y eremita

En Langres, en Aquitania también, san Valentín, presbítero y eremita.

Santa Berta, abadesa

En Blangy, en la región de la Galia Atrebatense, santa Berta, abadesa, la cual, habiendo ingresado junto con sus hijas Gertrudis y Deotila en el monasterio que ella misma había fundado, pasados unos años se retiró a una celda donde vivió en completa clausura.

San Andrés de Creta, obispo

En Erissos, en la isla de Lesbos, tránsito de san Andrés de Creta, obispo de Gortinia, que con oraciones, himnos y cánticos de refinada composición alabó a Dios y exaltó a la Madre del Señor, la Virgen inmaculada y asunta a los cielos.

San Udalrico de Augsburgo, obispo

En Augsburgo, ciudad de Baviera, san Udalrico, obispo, ilustre por su admirable abstinencia, su generosidad y sus vigilias, que falleció nonagenario tras haber ejercido durante cincuenta años su ministerio episcopal.

Beato Bonifacio de Saboya, obispo

En el monasterio de Hautecombe, junto al lago de Burget, en Saboya, inhumación del beato Bonifacio, obispo, que, de estirpe regia, se retiró primero a una Cartuja, y elevado después a la sede episcopal de Belley y finalmente a la de Canterbury, en ambos lugares se entregó asiduamente al cuidado de su grey.

Beato Juan de Vespignano, laico

En Florencia, ciudad de la Toscana, beato Juan de Vespignano.

Beatos Juan Cornelio, Tomás Borgrave, Juan Carey y Patricio Salmon, mártires

En Dorchester, en Inglaterra, beatos mártires Juan, presbítero, apellidado Cornelio y admitido poco antes en la Compañia de Jesús, y los seglares que con él colaboraban, Tomás Borgrave, Juan Carey y Patricio Salmon, todos los cuales, en tiempo de la reina Isabel I, glorificaron juntos a Cristo con el martirio.

Beatos Guillermo Andleby, Enrique Abbot, Tomás Warcop y Eduardo Fulthorp, mártires

En York, también en Inglaterra, beatos mártires Guillermo Andleby, presbítero, y Enrique Abbot, Tomás Warcop y Eduardo Fulthorp, seglares, que durante la misma persecución fueron condenados a la pena capital por su fidelidad a la Iglesia católica y, tras pasar por crueles suplicios, volaron al Cielo, donde recibieron el premio eterno.

Beato Pedro Kibe Kasui, presbítero y mártir

En Edo (Tokio), beato Pedro Kibe Kasui, presbítero de la Compañía de Jesús, mártir.

San Antonio Daniel, presbítero y mártir

En la región de los hurones, entonces en territorio de Canadá, san Antonio Daniel, presbítero de la Orden de la Compañía de Jesús y mártir, que, tras haber celebrado la Misa, y cuando estaba en la puerta de la iglesia protegiendo a sus neófitos del ataque de unos paganos, fue asaeteado y finalmente arrojado al fuego. Su memoria y la de sus compañeros mártires se celebra el diecinueve de octubre.

Beata Catalina Jarrige, virgen

En Mauriac, en Francia, beata Catalina Jarrige, virgen, de la Tercera Orden de Santo Domingo, insigne por su entrega a los pobres y a los enfermos, que durante la Revolución Francesa defendió a los sacerdotes perseguidos, a quienes ayudaba y visitaba en la cárcel.

San Cesidio Giacomantonio, presbítero y mártir

En la ciudad de Hengyang, en la provincia de Hunam, en China, san Cesidio Giacomantonio, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores y mártir, que en la persecución llevada a cabo por los seguidores del movimiento Yihetuan, al intentar proteger el Santísimo Sacramento de las turbas incontroladas, murió tras ser apedreado y quemado vivo, envuelto con un lienzo empapado en petróleo.

Beato Pedro Jorge Frassati, laico

En Turín, ciudad de Italia, beato Pedro Jorge Frassati, joven militante en varias asociaciones de seglares católicos y gran deportista, que se entregó alegremente y con toda su energía a las obras de caridad en favor de pobres y enfermos, hasta que, afectado por una parálisis fulminante, descansó en el Señor.

Beato José Kowalski, presbítero y mártir

En el campo de exterminio de Auschwitz, cerca de Cracovia, en Polonia, beato José Kowalski, mártir, que en tiempo de guerra fue encarcelado por su fe en Cristo y, después de atroces tormentos, consumó el martirio en aquel lugar.

Beata María Crucificada Curcio, virgen y fundadora

En Santa Marinella, Italia, beata María Crucificada Curcio, virgen y fundadora de la congregación de las Carmelitas Misioneras de Santa Teresa del Niño Jesús.



LITURGIA DE HOY


Misa de feria (verde) o de la memoria (blanco).

MISAL: para la feria cualquier formulario permitido (véase pág. 67, n. 5) / para la memoria 1.ª orac. prop. y el resto del común de santos (santos que practicaron obras de misericordia), o de un domingo del T.O.; Pf. común o de la memoria.

LECC.: vol. III-par.

- Os 2, 16. 17b-18. 21-22. Me desposaré contigo para siempre.
- Sal 144. R. El Señor es clemente y misericordioso.
- Mt 9, 18-26. Mi hija acaba de morir, pero ven tú y vivirá.

o bien: cf. vol. IV.

Liturgia de las Horas: oficio de feria o de la memoria.

Martirologio: elogs. del 5 de julio, pág. 398.

CALENDARIOS: Bilbao: San Valentín de Berriochoa, obispo y mártir (F).
Tarragona: Dedicación de la iglesia-catedral (F).
Zaragoza: Santa Isabel de Portugal (MO).
Mínimos: Beato Gaspar de Bono, presbítero (MO).
Sevilla: San Laureano, obispo y mártir (ML).
Vic: San Antonio María Zaccaría, presbítero (ML).
Carmelitas: Beata María Crucificada Curcio, virgen (ML).
Dominicos: Beato Pedro Jorge Frassatti o Beata Catalina Jarrigue, virgen (ML).
Servitas: Beato Ubaldo de Borgo Sansepolcro, presbítero (ML).

Misa de la memoria:

4 de julio
Santa Isabel de Portugal


Antífona de entrada Cf. Mt 25, 34. 36. 40

Venid vosotros, benditos de mi Padre, dice el Señor. Estaba enfermo y me visitasteis. En verdad os digo que cada vez que lo hicisteis con uno de estos mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis.

O bien: Sal 111, 9

Reparte limosna a los pobres, su caridad dura por siempre, y alzará la frente con dignidad.


Monición de entrada

Conmemoramos en esta celebración a santa Isabel, reina de Portugal. Nació el año 1271, hija del rey Pedro III de Aragón. Fue admirable por su desvelo en conseguir que reyes enfrentados hiciesen las paces por su caridad en favor de los pobres. Muerto su esposo, abrazó la vida religiosa en el monasterio de monjas de la Tercera Orden de las Clarisas de Estremoz, en Portugal, que ella misma había fundado y en el cual murió cuando se esforzaba por conseguir la reconciliación entre un hijo y un nieto suyos que estaban enfrentados. Murió en el Señor el año 1336.


Oración colecta

Oh, Dios, que creas la paz y amas la caridad,
haciendo brillar a santa Isabel de Portugal
con la gracia admirable de reconciliar a los enemigos;
concédenos, por su intercesión, ser constructores de paz
para que podamos ser llamados hijos de Dios.
Por nuestro Señor Jesucristo.

LECTURAS DE LA MISA


PRIMERA LECTURA
Me desposaré contigo para siempre

Lectura de la profecía de Oseas (Os 2, 16. 17b-18. 21-22)

ESTO dice el Señor:
«Yo la persuado,
la llevo al desierto, le hablo al corazón.
Allí responderá como en los días de su juventud,
como el día de su salida de Egipto.
Aquel día —oráculo del Señor—
me llamarás «esposo mío”,
y ya no me llamarás «mi amo”.
Me desposaré contigo para siempre,
me desposaré contigo
en justicia y en derecho,
en misericordia y en ternura,
me desposaré contigo en fidelidad
y conocerás al Señor».

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.


SALMO RESPONSORIAL (Sal 144, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9 [R.: 8a])

V. Día tras día, te bendeciré
y alabaré tu nombre por siempre jamás.
Grande es el Señor, merece toda alabanza,
es incalculable su grandeza.

R. El Señor es clemente y misericordioso.

V. Una generación pondera tus obras a la otra,
y le cuenta tus hazañas.
Alaban ellos la gloria de tu majestad,
y yo repito tus maravillas.

R. El Señor es clemente y misericordioso.

V. Encarecen ellos tus temibles proezas,
y yo narro tus grandes acciones;
difunden la memoria de tu inmensa bondad,
y aclaman tus victorias.

R. El Señor es clemente y misericordioso.

V. El Señor es clemente y misericordioso,
lento a la cólera y rico en piedad;
el Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus criaturas.

R. El Señor es clemente y misericordioso.


Aleluya Cf. 2 Tm 1, 10
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Nuestro Salvador, Cristo Jesús, destruyó la muerte,
e hizo brillar la vida por medio del Evangelio. R.


EVANGELIO

Mi hija acaba de morir, pero ven tú y vivirá

╬ Lectura del santo Evangelio según san Mateo (Mt 9, 18-26)
R. Gloria a ti, Señor.

EN AQUEL TIEMPO, mientras Jesús hablaba, se acercó un jefe de los judíos que se arrodilló ante él y le dijo:
«Mi hija acaba de morir. Pero ven tú, impón tu mano sobre ella y vivirá».
Jesús se levantó y lo siguió con sus discípulos.
Entre tanto, una mujer que sufría flujos de sangre desde hacía doce años, se le acercó por detrás y le tocó la orla del manto, pensando que con solo tocarle el manto se curaría.
Jesús se volvió y al verla le dijo:
«¡Ánimo, hija! Tu fe te ha salvado».
Y en aquel momento quedó curada la mujer.
Jesús Llegó a casa de aquel jefe y, al ver a los flautistas y el alboroto de la gente, dijo:
«¡Retiraos! La niña no está muerta, está dormida». Se reían de él.
Cuando echaron a la gente, entró él, cogió a la niña de la mano y ella se levantó.
La noticia se divulgó por toda aquella comarca.

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.

San Josemaría Escrivá, Amigos de Dios 199.

Tocó delicadamente el ruedo del manto, se acercó con fe, creyó y supo que había sido sanada... Así nosotros, si queremos ser salvados, toquemos con fe el vestido de Cristo (S. Ambrosio, Expositio Evangelii secundum Lucam, 6, 56, 58). ¿Te persuades de cómo ha de ser nuestra fe? Humilde. ¿Quién eres tú, quién soy yo, para merecer esta llamada de Cristo? ¿Quiénes somos, para estar tan cerca de El? Como a aquella pobre mujer entre la muchedumbre, nos ha ofrecido una ocasión. Y no para tocar un poquito de su vestido, o un momento el extremo de su manto, la orla. Lo tenemos a El. Se nos entrega totalmente, con su Cuerpo, con su Sangre, con su Alma y con su Divinidad. Lo comemos cada día, hablamos íntimamente con El, como se habla con el padre, como se habla con el Amor. Y esto es verdad. No son imaginaciones.


Pensamientos para el Evangelio de hoy

«Aunque estemos acostados en el lecho de nuestros pecados y de nuestro cuerpo, si nos toca Jesús, al instante quedaremos curados» (San Jerónimo).

«Jesucristo vino para vencer el mal desde la raíz, y las curaciones son un anticipo de su victoria, obtenida con su muerte y resurrección» (Benedicto XVI).

«‘¡Sanad a los enfermos!’ (Mt 10,8). La Iglesia ha recibido esta tarea del Señor e intenta realizarla tanto mediante los cuidados que proporciona a los enfermos como por la oración de intercesión con la que los acompaña. Cree en la presencia vivificante de Cristo, médico de las almas y de los cuerpos (…)» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1.509).


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