15 de julio - VIERNES DE LA XV SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, SAN BUENAVENTURA, obispo y doctor de la Iglesia (MO)

 

 
  VIERNES DE LA XV SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO,
  SAN BUENAVENTURA, obispo y doctor de la Iglesia (MO)
  Oficio del Viernes de la III Semana del Salterio
  (Liturgia de las Horas, Tomo II: Oficio de Lecturas Laudes - TerciaSexta     Nona Vísperas - Completas)
 


PROGRAMA PARROQUIAL:
VIERNES, 15 DE JULIO

- Horario de la parroquia: abierta de 10.30 h. a 13.30 h. y de 18.00 h. a 21.30 h.

- Horario de despacho: de lunes a viernes, de 10.30 h. a 13.30 h y de 18.00 h. a 21.00 h.

- Misa de los 9 días por +NICOLÁS CAPELO DÍAZ, en la Parroquia (a las 19.00 h.).

- Rezo del Santo Rosario (a las 20.00 h.) y Eucaristía del Viernes de la XV Semana del Tiempo Ordinario (a las 20.30 h.), celebración de la Virgen del Carmen. 





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SANTORAL DE HOY


Elogio: Memoria de la inhumación de san Buenaventura, obispo de Albano, en Italia, y doctor de la Iglesia, celebérrimo por su doctrina, por la santidad de su vida y por las preclaras obras que realizó en favor de la Iglesia. Como ministro general rigió con gran prudencia la Orden de los Hermanos Menores, siendo siempre fiel al espíritu de san Francisco, y en sus numerosos escritos unió suma erudición y ardiente piedad. Cuando estaba prestando un gran servicio al II Concilio Ecuménico de Lyon, mereció pasar a la visión beatífica de Dios.

Patronazgos: patrono de Lyon, de los teólogos, los niños, los trabajadores, los porteadores y los fabricantes de jabón.

Refieren a este santo: Beato Inocencio V.

Oración

Dios todopoderoso, concede a cuantos hoy celebramos la fiesta de tu obispo san Buenaventura la gracia de aprovechar su admirable doctrina e imitar los ejemplos de su ardiente caridad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén (oración litúrgica).


Otros santos de este día:

Santos Eutropio, Zósima y Bonosa, mártires

En Porto Romano (Fiumicino), santos Eutropio, Zósima y Bonosa, mártires.

San Félix de Tibiuca, obispo y mártir

En Cartago, en la vía llamada de los Escilitanos, en la basílica de Fausto, inhumación de san Félix, obispo de Tibiuca y mártir, que ante la orden del procurador Magniliano de que se arrojasen al fuego los libros de la Biblia, respondió que prefería ser abrasado él antes que quemar las Sagradas Escrituras, y por esta respuesta el procurador Anulino le atravesó con la espada.

Santos Catulino y compañeros, mártires

También en Cartago, conmemoración de los santos Catulino, diácono y mártir, alabado por san Agustín en un sermón al pueblo, y otros mártires, que reposan en la basílica de Fausto.

Santos Felipe y diez niños, mártires

En Alejandría, ciudad de Egipto, santos mártires Felipe y diez niños.

San Abudemio, mártir

En la isla de Ténedo, en el mar Egeo, ante la costa del Helesponto, san Abudemio, mártir.

San Jacobo de Nísibe, obispo

En Nísibe, en Mesopotamia, san Jacobo, primer obispo de esta ciudad, que intervino en el Concilio de Nicea y dirigió su rebaño en paz, alimentándolo espiritualmente y defendiéndolo con energía de los enemigos de la fe.

San Plequelmo, obispo

Cerca de Roermond, en la ribera del Mosa, san Plequelmo, obispo, oriundo de Northumbría, que dedicó su vida a anunciar a muchos las riquezas de la fe en Cristo.

San Gumberto, abad

En Ansbach, en Franconia, san Gumberto, abad, que fundó este monasterio en una casa de campo de su propiedad.

San José de Tesalónica, obispo y mártir

En Tesalia, tránsito de san José, obispo de Tesalónica, hermano de san Teodoro Studita, que durante su vida de monje compuso numerosos himnos y, promovido después al episcopado, pronto tuvo que sufrir muchas y ásperas dificultades por defender la disciplina eclesiástica y el culto de las sagradas imágenes, tras lo cual fue relegado al exilio en Tesalia, donde murió de hambre.

San Atanasio de Nápoles, obispo y confesor

En Nápoles, ciudad de la Campania, san Atanasio, obispo, quien, después de haber sufrido mucho por las insidias de su impío sobrino Sergio, fue expulsado de su sede episcopal y, sumido en las tribulaciones, voló al cielo en Véroli, país de los hérnicos.

San Vladimiro Basilio, rey

En Kiev, ciudad de Rusia, san Vladimiro, príncipe, bautizado con el nombre de Basilio, que se preocupó en propagar la fe ortodoxa entre los pueblos que gobernaba.

Santos Ansuero y veintiocho compañeros, monjes y mártires

En Ratzeburg, de Schleswig-Hostein, en Germania, san Ansuero, abad y mártir, lapidado junto con otros veintiocho monjes de Wendes, por paganos contrarios a quienes predicaban el Evangelio.

San David de Västeras, abad y obispo

En Västeras, en Suecia, san David, obispo, el cual, originario de Inglaterra, después de abrazar la vida de monje cluniacense fue a predicar la fe cristiana a los suecos y, ya anciano, murió piadosamente en el monasterio que él mismo había fundado.

Beato Ceslas, religioso presbítero

En Breslau, en Silesia, beato Ceslas, uno de los primeros presbíteros de la Orden de Predicadores que trabajó por el reino de Dios en Silesia y en otras regiones cercanas.

Beato Bernardo de Baden, laico

En Montcallier, pueblo del Piamonte, beato Bernardo, marqués de Baden, a quien le sorprendió la muerte mientras se dirigía a Oriente para defender a la población cristiana, después de la conquista de Constantinopla por los enemigos.

Beatos Ignacio de Acevedo y treinta y ocho compañeros, religiosos mártires

Pasión de los mártires beatos Ignacio de Acevedo, presbítero, y treinta y ocho compañeros religiosos de la Orden de la Compañía de Jesús, que cuando se dirigían a las misiones del Brasil en una nave llamada «San Jacobo», fueron asaltados por piratas y, en odio a la religión católica, traspasados todos ellos con espadas y lanzas. Sus nombres son: Diego de Andrade, presbítero; Gonzalo Henriques, diácono; Antonio Soares, Benito de Castro, Juan Fernandes, Manuel Álvares, Francisco Álvares, Juan de Mayorga, Esteban de Zudaire, Alfonso de Baena, Domingo Fernandes, otro Juan Fernandes, Alejo Delgado, Luis Correia, Manuel Rodrigues, Simón Lopes, Manuel Fernandes, Álvaro Mendes, Pedro Nunes, Luis Rodrigues, Francisco de Magalhaes, Nicolás Dinis, Gaspar Álvares, Blas Ribeiro, Antonio Fernandes, Manuel Pacheco, Pedro de Fontoura, Andrés Gonçalves, Mauro Vaz, Diego Pires, Marco Caldeira, Antonio Correia, Fernando Sánchez, Gregorio Escribano, Francisco Pérez Godoy, Juan de Zafra, Juan de San Martín, religiosos, y Juan, que se unió a ellos.

San Pompilio María Pirrotti, religioso presbítero

En Campi Salentina, en la Apulia, san Pompilio María Pirrotti, presbítero de la Orden de Clérigos Regulares de las Escuelas Pías, célebre por la austeridad de su vida.

Beato Miguel Bernardo Marchand, presbítero y mártir

En el mar, ante la costa de Rochefort, beato Miguel Bernardo Marchand, presbítero y mártir, que durante la Revolución Francesa fue encarcelado en Rouen por ser sacerdote, siendo trasladado después a una vieja nave, en la que enfermó y murió.

San Pedro Nguyen Bá Tuân, presbítero y mártir

En la ciudad de Nam Dinh, en Tonkín, san Pedro Nguyen Bá Tuân, presbítero y mártir, que, en tiempo del emperador Minh Mang, fue encarcelado por ser cristiano y falleció de hambre en prisión.

Beata Ana María Javouhey, virgen y fundadora

En París, en Francia, beata Ana María Javouhey, virgen, fundadora de la Congregación de Religiosas Misioneras de San José de Cluny, dedicadas al cuidado de enfermos y a la instrucción cristiana de la juventud femenina, obra que la beata consiguió difundir también en tierras de misión.

San Andrés Nguyên Kim Thông Nam, catequista mártir

En la provincia de My Tho, en Cochinchina, actualmente Vietnam, san Andrés Nguyên Kim Thông Nam (Nam Thuông), mártir, el cual, en tiempo del emperador Tu Duc, por ser catequista fue primero encarcelado y después desterrado, obligándole a caminar hacia el exilio encadenado y cargado con un madero, por lo que murió durante el viaje como auténtico mártir.

Beato Antonio Beszta-Borowski, presbítero y mártir

En el pueblo de Bielsk Podlaski, en Polonia, beato Antonio Beszta-Borowski, presbítero y mártir, que en tiempo de guerra fue hecho prisionero por los enemigos de la fe y descansó en la paz de Cristo tras ser fusilado.


LITURGIA DE HOY

Misa de la memoria (blanco).

MISAL: 1.ª orac. prop. y el resto del común de pastores (para un obispo) o de doctores, o de un domingo del T.O., Pf. común o de la memoria.

LECC.: vol. III-par.

- Is 38, 1-6. 21-22. 7-8. He escuchado tu plegaria y visto tus lágrimas.
- Salmo: Is 38, 10-16. R. Tú, Señor, detuviste mi alma para que no pereciese.
- Mt 12, 1-8. El Hijo del hombre es señor del sábado.

o bien: cf. vol. IV.

Liturgia de las Horas: oficio de la memoria.

Martirologio: elogs. del 16 de julio, pág. 422.

CALENDARIOS: Canarias-Fuerteventura: San Buenaventura, obispo y doctor de la Iglesia (S). Franciscanos: (F).
Canarias y Tenerife: Beatos Ignacio de Acevedo, y compañeros, mártires (MO).
Escolapios: San Pompilio María Pirrotti, presbítero (MO).
Toledo: Beatos Alfonso de Baena, Juan de san Martín Rodríguez, Francisco Pérez Godoy y compañeros, religiosos y mártires (ML).
Cuenca: Aniversario de la muerte de Mons. José Guerra Campos, obispo, emérito (1997).

15 de julio
San Buenaventura, obispo y doctor de la Iglesia
Memoria

Antífona de entrada Cf. 1 Sam 2, 35
Suscitaré un sacerdote fiel, que obre según mi corazón y mis deseos, dice el Señor.

O bien: Cf. Lc 12, 42

Este es el administrador fiel y prudente a quien el Señor pondrá al frente de su servidumbre para que reparta la ración de alimento a sus horas.


Monición de entrada

Celebramos hoy la memoria de san Buenaventura, religioso franciscano, obispo, cardenal y doctor de la Iglesia. Fue profesor universitario en París y un gran contemplativo, que por la elocuencia de su doctrina y la intensidad de su vida de fe mereció ser llamado el «Doctor seráfico». Su vida estuvo animada por el deseo de la unión de Oriente y Occidente, que él procuró con todo empeño en el concilio ecuménico de Lion, celebrado en 1274.


Oración colecta
Dios todopoderoso, concede a cuantos hoy celebramos
la fiesta anual del obispo san Buenaventura
aprovechar su admirable doctrina
e imitar constantemente su ardiente caridad.
Por nuestro Señor Jesucristo.


LECTURAS DE LA MISA

Audio y comentario del Evangelio de hoy

Audio y comentario del Evangelio de hoy


PRIMERA LECTURA
He escuchado tu plegaria y visto tus lágrimas

Lectura del libro de Isaías (Is 38, 1-6. 21-22. 7-8)

EN AQUELLOS DÍAS, el rey Ezequías enfermó mortalmente. El profeta Isaías, hijo de Amós, vino a decirle:
«Esto dice el Señor: “Pon orden en tu casa, porque vas a morir y no vivirás».
Ezequías volvió la cara a la pared y oró al Señor:
«¡Ah, Señor!, recuerda que he caminado ante ti con sinceridad y corazón íntegro; que he hecho lo que era recto a tus ojos».
Y el rey se deshizo en lágrimas.
Le llegó a Isaías una palabra del Señor en estos términos:
«Ve y di a Ezequías: “Esto dice el Señor, el Dios de tu padre David: He escuchado tu plegaria y visto tus lágrimas. Añadiré otros quince años a tu vida y te libraré, a ti y a esta ciudad, de la mano del rey de Asiria y extenderé mi protección sobre esta ciudad”».
Isaías dijo:
«Que traigan un emplasto de higos y lo apliquen a la llaga para que se cure».
Ezequías dijo:
«¿Cuál es la prueba de que podré subir a la casa del Señor?».
Respondió Isaías:
«La señal que el Señor te envía de que cumplirá lo prometido será esta:
Haré retroceder diez gradas la sombra en la escalera de Ajaz, que se había alargado por efecto del sol».
Y el sol retrocedió las diez gradas que había avanzado sobre la escalera.

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.


SALMO RESPONSORIAL (Is 38, 10. 11. 12abcd. 16Bcd [R.: cf. 17b])

R. Tú, Señor, detuviste mi alma para que no pereciese.

V. Yo pensé: «En medio de mis días
tengo que marchar hacia las puertas del abismo;
me privan del resto de mis años».

R. Tú, Señor, detuviste mi alma para que no pereciese.

V. Yo pensé: «Ya no veré más al Señor
en la tierra de los vivos,
ya no miraré a los hombres
entre los habitantes del mundo».

R. Tú, Señor, detuviste mi alma para que no pereciese.

V. Levantan y enrollan mi vida
como una tienda de pastores.
Como un tejedor, devanaba yo mi vida,
y me cortan la trama.

R. Tú, Señor, detuviste mi alma para que no pereciese.

V. ¡Señor, en ti espera mi corazón!,
que se reanime mi espíritu.
Me has curado, me has hecho revivir.

R. Tú, Señor, detuviste mi alma para que no pereciese.


Aleluya Jn 10, 27

R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Mis ovejas escuchan mi voz -dice el Señor-,
y yo las conozco, y ellas me siguen. R.


EVANGELIO
El Hijo del hombre es señor del sábado

╬ Lectura del santo Evangelio según san Mateo (Mt 12, 1-8)
R. Gloria a ti, Señor.

EN AQUEL TIEMPO, atravesó Jesús en sábado un sembrado; los discípulos, que tenían hambre, empezaron a arrancar espigas y a comérselas.
Los fariseos, al verlo, le dijeron:
«Mira, tus discípulos están haciendo una cosa que no está permitida en sábado».
Les replicó:
«¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y sus hombres sintieron hambre? Entró en la casa de Dios y comieron de los panes de la proposición, cosa que no les estaba permitida ni a él ni a sus compañeros, sino solo a los sacerdotes.
¿Y no habéis leído en la ley que los sacerdotes pueden violar el sábado en el templo sin incurrir en culpa?
Pues os digo que aquí hay uno que es más que el templo.
Si comprendierais lo que significa “quiero misericordia y no sacrificio”, no condenaríais a los inocentes. Porque el Hijo del hombre es señor del sábado».

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.


San Hilario, in Matthaeum, 12

Los fariseos, que se creían dueños de las llaves del reino de los cielos, arguyen a los discípulos de haber obrado mal. El Señor sólo les habla de una profecía, para un tiempo lejano. Y, para demostrar que este hecho encierra la ciencia del porvenir añade: " Y si supiéseis qué es: misericordia quiero, y no sacrificio". Porque no consiste la obra de nuestra salvación en el sacrificio, sino en la misericordia. Cesando la ley, nos salva la bondad de Dios. Si ellos hubieran comprendido su beneficio, jamás hubieran condenado a los inocentes (esto es, a los apóstoles) a quienes acusaban por animadversión de haber infringido la ley. Cesando la antigüedad de los sacrificios, la nueva ley de la misericordia les hubiera favorecido a todos mediante los Apóstoles.


Pensamientos para el Evangelio de hoy

«Dulce es el nombre de misericordia; y, si el nombre es tan dulce, ¿cuánto más lo será la cosa misma? Quien desee alcanzar misericordia en el cielo debe él practicarla en este mundo» (San Cesáreo de Arlés).

«Esta palabra de Dios [Jesús] nos ha llegado, a través de los Evangelios, como una de las síntesis de todo el mensaje cristiano: la verdadera religión consiste en el amor a Dios y al prójimo» (Benedicto XVI).

«Jesús, al dar con autoridad divina la interpretación definitiva de la Ley, se vio enfrentado a algunos doctores de la Ley (…). Esto ocurre, en particular, respecto al problema del sábado: Jesús recuerda, frecuentemente con argumentos rabínicos, que el descanso del sábado no se quebranta por el servicio de Dios o al prójimo (…)» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 582).


Hoy adelantamos la fiesta de la Virgen del Carmen en la Misa de la tarde

Antífona de entrada Cf. Jdt 13, 23. 25

El Señor Dios altísimo te ha bendecido, Virgen María, entre todas las mujeres de la tierra, porque ha sido glorificado tu nombre de tal modo que tu alabanza está siempre en la boca de todos.

Monición de entrada

El Monte Carmelo, cuya hermosura ensalza la Biblia, ha sido siempre un monte sagrado. El profeta Elías lo convirtió en el refugio de la fidelidad al Dios único y lugar de encuentro con el Señor. En tiempo de las Cruzadas, ermitaños cristianos inspirados por la vida y espíritu del profeta, se acogieron en las grutas de aquel monte reuniéndose en torno a una iglesia que dedicaron a la Virgen María, tomándola como patrona de su grupo. Llegados de Oriente a Europa en el siglo XIII, extendieron la devoción a María bajo la advocación del Carmen; advocación enriquecida con el don del Escapulario, que es para los que lo visten signo de protección, estímulo de imitación y promesa de salvación. Por eso le pedimos hoy al Señor que nos haga llegar, gracias a la intercesión de la Virgen María, hasta Cristo, monte de salvación.

Celebramos hoy la memoria de la bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo, monte en el que Elías consiguió que el pueblo de Israel volviese a dar culto al Dios vivo y al que, más tarde, buscando la soledad, algunos se retiraron para hacer vida eremítica. Estos dieron origen a la Orden Carmelitana de vida contemplativa, que tiene como patrona y protectora a la Madre de Dios.

Antífona de entrada Is 35,2

Tiene María la gloria del Líbano, la belleza del Carmelo y del Sarón. Ellos verán la gloria del Señor, la belleza de nuestro Dios.

 

Oración
Te suplicamos, Señor, que nos asista con su intercesión poderosa
la Santísima Virgen María, Madre y Reina del Carmelo,
para que, guiados por su ejemplo y protección,
lleguemos hasta la cima del monte de la perfección que es Cristo.
Que vive y reina contigo.

 

PRIMERA LECTURA
Elías oró y el cielo dio su lluvia

Lectura del primer libro de los Reyes (18,41-46)

EN AQUELLOS DÍAS, Elías dijo a Ajab: «Vete a comer y beber, que ya se oye el ruido de la lluvia». Ajab fue a comer y beber, mientras Elías subía a la cima del Carmelo; allí se encorvó hacia tierra, con el rostro en las rodillas, y ordenó a su criado: «Sube a otear el mar». El criado subió, miró y dijo: «No se ve nada». Elías ordenó: «Vuelve otra vez». El criado volvió siete veces, y a la séptima dijo: «Sube del mar una nubecilla como la palma de una mano». Entonces Elías mandó: «Vete a decirle a Ajab que enganche el carro y se vaya, no le coja la lluvia». En un instante se oscureció el cielo con nubes empujadas por el viento y empezó a llover. Ajab montó en el carro y marchó a Yizreel. Y Elías, con la fuerza del Señor, se ciñó y fue delante de Ajab, corriendo hasta la entrada de Yizreel.


Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.


SALMO RESPONSORIAL (Sal 14,1.2-3.4)
R. Atráenos, Virgen María, caminaremos en pos de ti.
V. Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda y habitar en tu monte santo?
R. Atráenos, Virgen María, caminaremos en pos de ti.
V. El que procede honradamente y practica la justicia, el que tiene intenciones leales y no calumnia con su lengua.
R. Atráenos, Virgen María, caminaremos en pos de ti.
V. El que no hace mal a su prójimo ni difama al vecino, el que considera despreciable al impío y honra a los que temen al Señor.
R. Atráenos, Virgen María, caminaremos en pos de ti.

SEGUNDA LECTURA
Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas (4,4-7)
CUANDO se cumplió el tiempo envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la Ley, para rescatar a los que estaban bajo la Ley, para que recibiéramos el ser hijos por adopción. Como son hijos, Dios envió a sus corazones al Espíritu de su Hijo que clama: ¡Abba! ¡Padre!. Así que ya no eres esclavo, sino Hijo; y si eres hijo, eres también heredero por voluntad de Dios.

Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
 
Aleluya Lc 11,28

Aleluya, aleluya.
Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen.
 
EVANGELIO
Ahí tienes a tu hijo. Ahí tienes a tu madre

Lectura del santo Evangelio según San Juan (19,25-27)

EN AQUEL TIEMPO, junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María de Cleofás, y María la Magdalena. Jesús, al ver a su madre, y cerca al discípulo que tanto quería, dijo a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo». Luego dijo al discípulo: «Ahí tienes a tu madre». Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa.


Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor.
 

Oración de los fieles

Invoquemos a Dios nuestro Padre en esta solemnidad de la Virgen María del Monte Carmelo, para que por su intercesión, derrame sus gracias sobre toda la humanidad.

Por la santa Iglesia de Dios que en María contempla su Madre y su modelo, para que aprenda a escuchar la Palabra y a proclamarla a toda la humanidad, roguemos al Señor.

Por todos aquellos que invocan a María como Madre y Protectora, para que encuentren en ella refugio en las adversidades y estímulo en la vida cristiana, roguemos al Señor.

Por las personas que llevan el santo Escapulario del Carmen, signo de consagración y de esperanza, para que aprendan a imitar las virtudes de la Virgen y reflejen en sus obras una vida evangélica, roguemos al Señor.

Por quienes que invocan a María, la Virgen del Carmen, en los peligros de la tierra y del mar, para que por ella lleguen a Cristo, Salvador de la humanidad, roguemos al Señor.

Por aquellas personas que duermen ya el sueño de la paz para que por intercesión de la Virgen María gocen de las alegrías del cielo, roguemos al Señor.

Por toda nuestra asamblea, para que la participación en el misterio de Cristo, nacido de la Virgen María, nos ayude a ser en el mundo testigos del amor de Dios, roguemos al Señor.


Escucha, Padre Santo, la oración de tu Iglesia,
y por la intercesión de la Santísima Virgen del Carmen,
concédenos cuanto te hemos pedido.
Por Jesucristo nuestro Señor.


Oracion sobre las ofrendas
Te ofrecemos, Señor, estos dones sagrados
al celebrar la protección de la Virgen del Carmen sobre tu Pueblo santo;
que ellos nos hagan crecer, imitando su amor, en tu santo servicio,
y nos unan íntimamente al misterio redentor.
Por Jesucristo nuestro Señor.


Prefacio
de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo

V. El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre Santo,
Dios todopoderoso y eterno.

Y alabar, bendecir y proclamar tu gloria
en la solemnidad de la Bienaventurada y siempre Virgen María.
Unida íntimamente al misterio de Cristo
no cesa de ser Madre de nuevos hijos en la Iglesia
y con su ejemplo los guía
a seguir el camino de la caridad perfecta.

Ella, con su afecto maternal
y el encanto de sus virtudes,
ha suscitado en la Iglesia a la Orden del Carmelo
y le ha dado en el Escapulario un signo de su protección.

Ella es el modelo de la vida consagrada al servicio de Cristo,
en la contemplación de la Palabra y en la entrega generosa a los hermanos.

Por este don inmenso de tu amor te damos gracias
y proclamamos tus grandezas cantando con los ángeles.

Santo, Santo, Santo...


Antifona de comunión Lc 2,19

María conservaba todas estas cosas meditándolas en su corazón.

 

Oración
Te pedimos, Señor, nos fortalezca el don inefable de tu amor,
que hemos recibido en el sacramento del Cuerpo y Sangre de Cristo, tu Hijo,
y haga de cuantos hemos consagrado nuestra vida al servicio de la Virgen María
fieles imitadores de sus virtudes.
Por Jesucristo nuestro Señor.


BENDICION FINAL

V. Dios, Padre de bondad, llene de gozo sus vidas al celebrar solemnemente la fiesta de la Santísima Virgen María del Monte Carmelo.

R. Amén.

V. Que El conceda a quienes llevan el Santo Escapulario del Carmen la gracia de meditar y proclamar la Palabra a imitación de la Virgen María.

R. Amén.

V. Que El les haga sentir la protección materna de la Virgen María, en la hora de la muerte para que, purificados del pecado, gocen eternamente de su compañía.

R. Amén.

V. Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros y les acompañe siempre.

R. Amén.


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