PROGRAMA PARROQUIAL:
MARTES, 19 DE JULIO
- Horario de la parroquia: abierta de 10.30 h. a 13.30 h. y de 18.00 h. a 21.30 h.
- Horario de despacho: de lunes a viernes, de 10.30 h. a 13.30 h y de 18.00 h. a 21.00 h.
- Rezo del Santo Rosario (a las 20.00 h.) y Eucaristía del Martes de la XVI Semana del Tiempo Ordinario (a las 20.30 h.).
PROGRAMA PARROQUIAL:
MARTES, 19 DE JULIO
- Horario de la parroquia: abierta de 10.30 h. a 13.30 h. y de 18.00 h. a 21.30 h.
- Horario de despacho: de lunes a viernes, de 10.30 h. a 13.30 h y de 18.00 h. a 21.00 h.
- Rezo del Santo Rosario (a las 20.00 h.) y Eucaristía del Martes de la XVI Semana del Tiempo Ordinario (a las 20.30 h.).
NOTICIAS DE ACTUALIDAD
SANTORAL DE HOY

Refieren a este santo: San Basilio Magno, Santos Basilio y Emelia, San Gregorio de Nisa, San Pedro de Sebaste.
San Epafras, santo del NT
Conmemoración de san Epafras, que en Colosas, Laodicea y Hierápolis, trabajó mucho en la difusión del Evangelio, y a quien san Pablo llama carísimo consiervo, con-cautivo y fiel ministro de Cristo.
Santos Macedonio, Teódulo y Taciano, mártires
En Meros, de Frigia, santos Macedonio, Teódulo y Taciano, mártires, que, siendo emperador Juliano el Apóstata, por orden del prefecto Almaquio, y después de sufrir muchos tormentos, fueron tendidos sobre parrillas al rojo vivo, donde afrontaron serenamente su martirio.
San Dío «Taumaturgo», abad
En Constantinopla, san Dío, por sobrenombre «Taumaturgo», archimandrita, natural de Antioquía, que fue ordenado sacerdote en esta ciudad y en ella fundó un monasterio bajo la regla de los acemetas.
San Símaco, papa y confesor
En Roma, en la basílica de San Pedro, san Símaco, papa, a quien los cismáticos amargaron durante largo tiempo la vida y murió finalmente como un auténtico confesor de la fe.
Santa Áurea, virgen y mártir
En Córdoba, en la región hispánica de Andalucía, santa Áurea, virgen, hermana de los santos mártires Adolfo y Juan, que, en una de las persecuciones bajo los musulmanes, llevada ante el juez negó, asustada, la fe, pero arrepentida de inmediato, se presentó al mismo magistrado y, repetido el juicio, se mantuvo firme, con lo que superó al enemigo en un nuevo combate con la efusión de su sangre.
San Bernoldo de Utrech, obispo
En Utrech, de Güeldres, en Lotaringia, san Bernoldo o Bernulfo, obispo, que libró del dominio de los señores laicos a las iglesias y a los monasterios de su diócesis, fundó nuevas iglesias e introdujo los usos y costumbres cluniacenses en los monasterios.
Beata Stilla, virgen
En el monasterio de Marienburg, en Franconia, beata Stilla, virgen consagrada, sepultada en la iglesia que ella misma había fundado.
Beato Pedro Crisci, penitente
En Foligno, de la Umbría, beato Pedro Crisci, el cual, distribuidos todos sus bienes entre los pobres, se puso al servicio de la catedral y llevó vida humilde y penitente en la torre del campanario.
San Juan Plessington, presbítero y mártir
En Chester, en Inglaterra, san Juan Plessington, presbítero y mártir, que habiendo sido ordenado sacerdote en Segovia, al volver a Inglaterra fue condenado por ello a la horca, siendo rey Carlos II.
San Juan Bautista Zhou Wurui, mártir
En Lujiazhuang, población cercana a Yingxian, en la provincia china de Hebei, san Juan Bautista Zhou Wurui, mártir, que, joven aún, confesó abiertamente ante los seguidores del movimiento de los Yihetuan que era cristiano, por lo cual le amputaron varios miembros y finalmente le remataron a hachazos.
Santos Isabel Qin Bianzhi y Simón Qin Chunfu, mártires
En el lugar de Liucun, cerca de la ciudad de Renqin, también en la provincia china de Hebei, santos mártires Isabel Qin Bianzhi y su hijo de catorce años Simón Qin Chunfu, que en la misma persecución de los Yihetuan, fuertes en la fe, vencieron todas las crueldades de los enemigos.
Beatos Aquiles Puchala y Hermann Stepien, presbíteros y mártires
En Borowikowszczyzna, lugar de Polonia, beatos Aquiles Puchala y Hermann Stepien, presbíteros de la Orden de los Hermanos Menores Conventuales y mártires, que durante la ocupación militar de Polonia, su patria, fueron asesinados por quienes odiaban la fe.
LITURGIA DE HOY
Misa de feria (verde).
MISAL: cualquier formulario permitido (véase pág. 67, n. 5), Pf. común.
LECC.: vol. III-par.
- Miq 7, 14-15. 18-20. Arrojará nuestros pecados a lo hondo del
mar.
- Sal 84. R. Muéstranos, Señor, tu misericordia.
- Mt 12, 46-50. Extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo:
«Estos son mi madre y mis hermanos».
Liturgia
de las Horas: oficio de feria.
Martirologio: elogs. del 20 de julio, pág. 431.
CALENDARIOS: Carmelitas Descalzos: Madre de la Divina Gracia (MO).
Burgos y Heraldos del Evangelio: San Apolinar, obispo y mártir
(ML).
Sevilla: Santa Áurea, virgen y mártir (ML).
Misa por los enfermos:
Por los enfermos
Antífona de entrada Sal 6, 3-4
Misericordia, Señor, que desfallezco, cura, Señor, mis huesos dislocados.
Tengo el alma en delirio.
O bien: Cf. Is 53, 4
El Señor soportó nuestros sufrimientos, y aguantó nuestros dolores.
Monición de entrada
En esta eucaristía, nos hacemos eco del grito de dolor de todos los
enfermos y pedimos al Señor, varón de dolores, que les dé esperanza consuelo,
paciencia, y que les haga comprender la gran eficacia redentora de sus
sufrimientos, unidos a los de Cristo en su pasión.
Oración colecta
Oh, Dios, tú quisiste que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades para
manifestar el valor de la enfermedad y la paciencia humana; escucha benévolo
nuestras plegarias por los hermanos enfermos, y concede a cuantos se hallan
sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad, la gracia de sentirse
elegidos entre aquellos que tu Hijo ha llamado dichosos, y de saberse unidos a
Cristo en su pasión para la redención del mundo. Por nuestro Señor Jesucristo.
O bien:
Dios todopoderoso y eterno, salvación eterna de cuantos creen en ti,
escucha las oraciones que te dirigimos por tus siervos enfermos, para quienes
imploramos el auxilio de tu misericordia, para que, recuperada su salud, puedan
ofrecer la acción gracias en tu Iglesia. Por nuestro Señor Jesucristo.
LECTURAS DE LA MISA
Arrojará nuestros pecados a lo hondo del mar
Lectura de la profecía de Miqueas (Miq 7, 14-15. 18-20)
PASTOREA a tu pueblo, Señor, con tu cayado,
al rebaño de tu heredad,
que anda solo en la espesura,
en medio del bosque;
que se apaciente como antes
en Basán y Galaad.
Como cuando saliste de Egipto,
les haré ver prodigios.
¿Qué Dios hay como tú,
capaz de perdonar el pecado,
de pasar por alto la falta
del resto de tu heredad?
No conserva para siempre su cólera,
pues le gusta la misericordia.
Volverá a compadecerse de nosotros,
destrozará nuestras culpas,
arrojará nuestros pecados
a lo hondo del mar.
Concederás a Jacob tu fidelidad
y a Abrahán tu bondad,
como antaño prometiste a nuestros padres.
Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL (Sal 84, 2-4. 5-6. 7-8 [R.: 8a])
R. Muéstranos, Señor, tu misericordia.
V. Señor, has sido bueno con tu tierra,
has restaurado la suerte de Jacob,
has perdonado la culpa de tu pueblo,
has sepultado todos sus pecados,
has reprimido tu cólera,
has frenado el incendio de tu ira.
R. Muéstranos, Señor, tu misericordia.
V. Restáuranos, Dios salvador nuestro;
cesa en tu rencor contra nosotros.
¿Vas a estar siempre enojado,
o a prolongar tu ira de edad en edad?
R. Muéstranos, Señor, tu misericordia.
V. ¿No vas a devolvernos la vida,
para que tu pueblo se alegre contigo?
Muéstranos, Señor, tu misericordia
y danos tu salvación.
R. Muéstranos, Señor, tu misericordia.
Aleluya Cf. Jn 14, 23
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. El que me ama guardará mi palabra -dice
el Señor-, y mi Padre lo amará, y vendremos a él. R.
╬ Lectura del santo Evangelio según san Mateo (Mt 12, 46-50)
R. Gloria a ti, Señor.
EN AQUEL TIEMPO, estaba Jesús hablando a la gente, cuando su madre y sus hermanos
se presentaron fuera, tratando de hablar con él.
Uno se lo avisó:
«Tu madre y tus hermanos están fuera y quieren hablar contigo».
Pero él contestó al que le avisaba:
«¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?».
Y, extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo:
«Estos son mi madre y mis hermanos. El que haga la voluntad de mi Padre que
está en los cielos, ese es mi hermano y mi hermana y mi madre».
Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.
San Juan Crisóstomo, homiliae
in Matthaeum, hom. 44, 2
Lo que se acaba de decir nos enseña también otra cosa, a saber: que no se debe despreciar la virtud dejándose llevar de la confianza que puede inspirar el parentesco; porque si nada aprovecha a la Madre el ser Madre, si no tiene virtud, ¿quién podrá gloriarse de encontrar su salvación en el parentesco? Porque no hay más que una sola nobleza, el hacer la voluntad de Dios, y por eso sigue: "Cualquiera, pues, que hiciere la voluntad de mi Padre, que está en los cielos, es mi hermano, mi hermana y mi Madre". Muchas mujeres glorificaron a aquella Virgen santa, y a su vientre, y desearon ser madres parecidas a ella. ¿Quién se lo impide? Abierto tenéis el camino, y no sólo las mujeres, sino también los hombres pueden llegar a ser Madre de Dios.
Pensamientos para el Evangelio de hoy
«Cualquier cosa que me dé la mano de mi Señor la aceptaré con alegría, sumisión y amor. Tu santa voluntad es mi quietud. En ella se encierra toda mi santidad, y toda mi salvación eterna, ya que cumplir la voluntad de Dios es la mayor gloria» (Santa Faustina Kowalska).
«Debemos aprender a confiar más en la divina Providencia, y pedirle a Dios la fuerza para salir de nosotros mismos y adecuar nuestra voluntad a la suya» (Benedicto XVI).
«Hacerse discípulo de Jesús es aceptar la invitación a pertenecer a la familia de Dios, a vivir en conformidad con su manera de vivir: ‘El que cumpla la voluntad de mi Padre celestial, éste es mi hermano, mi hermana y mi madre’ (Mt 12,49) (…)» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 2.233).
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