21 julio - JUEVES DE LA XVI SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, feria o SAN LORENZO DE BRINDIS, presbítero y doctor de la Iglesia (ML)


 
  JUEVES DE LA XVI SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, feria
  o SAN LORENZO DE BRINDIS, presbítero y doctor de la Iglesia (ML)
  Oficio del Jueves de la IV Semana del Salterio
  (Liturgia de las Horas, Tomo II: Oficio de Lecturas Laudes - TerciaSexta     Nona Vísperas - Completas)
 


PROGRAMA PARROQUIAL:
JUEVES, 21 DE JULIO

- Horario de la parroquia: abierta de 10.30 h. a 13.30 h. y de 18.00 h. a 21.30 h.

- Horario de despacho: de lunes a viernes, de 10.30 h. a 13.30 h y de 18.00 h. a 21.00 h.

- Rezo del Santo Rosario, en la Parroquia (a las 20.00 h.) y Eucaristía del Jueves de la XVI Semana del Tiempo Ordinario (a las 20.30 h.).



NOTICIAS DE ACTUALIDAD





SANTORAL DE HOY


Elogio: San Lorenzo de Brindis, presbítero y doctor de la Iglesia, de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos, predicador incansable por las regiones de Europa, que, de carácter sencillo y humilde, cumplió fielmente todas las misiones que se le encomendaron, como defender la Iglesia contra los infieles, reconciliar a los príncipes enfrentados y llevar el gobierno de su Orden religiosa. Murió en Lisboa, en Portugal, el veintidós de julio de 1619.

Refieren a este santo: Beato Benito de Urbino.

Oración

Oh Dios, que para gloria de tu nombre y salvación de las almas otorgaste a san Lorenzo de Brindis espíritu de consejo y fortaleza, concédenos llegar a conocer, con ese mismo espíritu, las cosas que debemos realizar y la gracia de llevarlas a la práctica después de conocerlas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén (oración litúrgica).


Otros santos de este día:

San Víctor de Marsella, mártir

En Marsella, ciudad de Provenza, en la Galia, san Víctor, mártir.

Santa Práxedes, virgen

En Roma, conmemoración de santa Práxedes, con cuyo nombre se dedicó a Dios una iglesia en el Esquilino.

Santos Simeón «Salos» y Juan, eremitas

En Emesa, población de Siria, san Simeón, llamado «Salos», que, impulsado por el Espíritu Santo, por amor a Cristo anheló ser tenido por los hombres como un tonto y un plebeyo. En este mismo día, conmemoración también de san Juan, ermitaño, que convivió durante casi treinta años con san Simeón en santa peregrinación y en el eremo cercano al lago de Mareotide, en Egipto.

San Arbogasto de Estrasburgo, obispo

En Estrasburgo, ciudad de la Burgundia, san Arbogasto, obispo.

Beato Cristóbal de Santa Catalina Fernández de Valladolid, presbítero y fundador

En Córdoba, España, beato Cristóbal de Santa Catalina Fernández de Valladolid, presbítero de los Hermanos de la Tercera Orden Regular de San Francisco, fundador de las Hermanas Hospitalarias de Jesús Nazareno.

Beato Gabriel Pergaud, presbítero y mártir

En el mar, ante las costas de Rochefort, beato Gabriel Pergaud, presbítero y mártir, canónigo regular de Belloc, en Brieu, que, por ser sacerdote, fue sacado de su abadía y encerrado en condiciones inhumanas en una vieja nave, donde obtuvo la corona del martirio al morir afectado por una enfermedad contagiosa.

San Alberico Crescitelli, presbítero y mártir

En Yanzibian, cerca de Yangpingguan, en China, san Alberico Crescitelli, presbítero del Pontificio Instituto para las Misiones Extranjeras, que, en la persecución desencadenada por la secta de los Yihetuan, golpeado primero brutalmente hasta quedar casi muerto, fue arrastrado al día siguiente, atados sus pies, por un camino empedrado hasta cerca de un río, donde obtuvo la palma del martirio al ser despedazado y decapitado su cuerpo.

San José Wang Yumei, mártir

Pasión de san José Wang Yumei, mártir, que, durante la misma persecución, falleció cuando era llevado a Daining, en la provincia de Hebei, también en China.


LITURGIA DE HOY

Misa de feria (verde) o de la memoria (blanco).

MISAL: para la feria cualquier formulario permitido (véase pág. 67, n. 5) / para la memoria 1.ª orac. prop. y el resto del común de pastores o de doctores o de santos (para religiosos), o de un domingo del T.O.; Pf. común o de la memoria.


LECC.: vol. III-par.
- Jer 2, 1-3. 7-8. 12-13. 
Me abandonaron a mí, fuente de agua viva, y se cavaron aljibes agrietados.
- Sal 35. R. En ti, Señor, está la fuente viva.
- Mt 13, 10-17. A vosotros se os han dado a conocer los secretos del reino de los cielos y a ellos no.

o bien: cf. vol. IV.

Liturgia de las Horas: oficio de feria o de la memoria.

Martirologio: elogs. del 22 de julio, pág. 435.

CALENDARIOS: Capuchinos: San Lorenzo de Brindis, presbítero y doctor de la Iglesia (F). Familia Franciscana: (MO).
Mallorca: Beatos Simón Reynés y compañeros, mártires (ML).
Canónigos Regulares de Letrán: Beato Gabriel Pergaud, presbítero y mártir (ML).

Misa de la memoria:

21 de julio
San Lorenzo de Brindis, presbítero y doctor de la Iglesia


Antífona de entrada Cf. Sal 131, 9
Que tus sacerdotes, Señor, se vistan de justicia, que tus fieles vitoreen.

Monición de entrada

Recordamos en esta celebración a san Lorenzo de Brindis, presbítero doctor de la Iglesia, de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos, que nació el año 1559. Predicador incansable por las regiones de Europa, de carácter sencillo y humilde, cumplió fielmente todas las misiones que se le encomendaron, como defender la Iglesia contra los infieles, reconciliar a los príncipes enfrentados y llevar el gobierno de su Orden religiosa. Murió en Lisboa, en Portugal, el 22 de julio de 1619.


Oración colecta
Oh, Dios, que para gloria de tu nombre y salvación de las almas
otorgaste al presbítero san Lorenzo espíritu de consejo y fortaleza,
concédenos conocer, con el mismo espíritu,
lo que debemos realizar y, una vez conocido,
por su intercesión llevarlo a la práctica.
Por nuestro Señor Jesucristo.


LECTURAS DE LA MISA

 

PRIMERA LECTURA
Me abandonaron a mí, fuente de agua viva, y se cavaron aljibes agrietados

Lectura del libro de Jeremías (Jer 2, 1-3. 7-8. 12-13)

 

EL SEÑOR me dirigió la palabra:
«Grita y que te oiga todo Jerusalén:
Esto dice el Señor:
Recuerdo tu cariño juvenil,
el amor que me tenías de novia,
cuando ibas tras de mí por el desierto,
por tierra que nadie siembra.
Israel era sagrada para el Señor,
fruto primero de su cosecha:
quien probaba de ella la pagaba,
la desgracia caía sobre él
—oráculo del Señor—.
Os traje a una tierra de huertos,
para comer sus frutos deliciosos;
pero entrasteis y profanasteis mi tierra,
hicisteis abominable mi heredad.
Los sacerdotes no preguntaban:
“¿Dónde está el Señor?”.
Los expertos en leyes no me reconocían;
los pastores se rebelaban contra mí,
los profetas profetizaban por Baal,
fueron tras ídolos que no sirven de nada.
Espantaos, cielos, de ello,
horrorizaos y temblad aterrados
—oráculo del Señor—,
pues una doble maldad
ha cometido mí pueblo:
me abandonaron a mí,
fuente de agua viva,
y se cavaron aljibes,
aljibes agrietados
que no retienen agua».

 

Palabra de Dios.

R. Te alabamos, Señor.

 

SALMO RESPONSORIAL (Sal 35, 6-7ab. 8-9. 10-11 [R.: 10a])

R. En ti, Señor, está la fuente viva.

 

V. Señor, tu misericordia llega al cielo,
tu fidelidad hasta las nubes;
tu justicia hasta las altas cordilleras,
tus sentencias son como el océano inmenso.

R. En ti, Señor, está la fuente viva.

 

V. ¡Qué inapreciable es tu misericordia, oh, Dios!,
los humanos se acogen a la sombra de tus alas;
se nutren de lo sabroso de tu casa,
les das a beber del torrente de tus delicias.

R. En ti, Señor, está la fuente viva.

 

V. Porque en ti está la fuente viva,
y tu luz nos hace ver la luz.
Prolonga tu misericordia con los que te reconocen,
tu justicia con los rectos de corazón.

R. En ti, Señor, está la fuente viva.

 

Aleluya Cf. Mt 11, 25

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

V. Bendito seas, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado los misterios del reino a los pequeños. R.

 

EVANGELIO

A vosotros se os han dado a conocer los secretos del reino de los cielos y a ellos no

╬ Lectura del santo Evangelio según san Mateo (13, 10-17)

R. Gloria a ti, Señor.

 

EN AQUEL TIEMPO, se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron:
«¿Por qué les hablas en parábolas?»
Él les contestó:
«A vosotros se os han dado a conocer los secretos del reino de los cielos y a ellos no. Porque al que tiene se le dará y tendrá de sobra, y al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Por eso les hablo en parábolas, porque miran sin ver y escuchan sin oír ni entender. Así se cumple en ellos la profecía de Isaías:
“Oiréis con los oídos sin entender;
miraréis con los ojos sin ver;
porque está embotado el corazón de este pueblo,

son duros de oído, han cerrado los ojos;
para no ver con los ojos, ni oír con los oídos,
ni entender con el corazón,
ni convertirse para que yo los cure”.
Pero bienaventurados vuestros ojos porque ven y vuestros oídos porque oyen.
En verdad os digo que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis y no lo vieron, y oír lo que oís y no lo oyeron».

 

Palabra del Señor.

R. Gloria a ti, Señor Jesús.

San Juan Pablo II, Cruzando el umbral de la esperanza

Sí, en cierto sentido Dios calla, porque ya lo ha revelado todo. Habló «en los tiempos antiguos» por medio de los profetas y, «últimamente», por medio del Hijo (cfr. Hebreos 1, 1-2): en Él ha dicho todo cuanto tenía que decir. El mismo san Juan de la Cruz afirma que Cristo es «como abundante mina con muchos senos de tesoros, que, por más que ahonden, nunca les hallan fin ni término, antes van en cada seno hallando nuevas venas de nuevas riquezas acá y allá» (Cántico espiritual, B, 37, 4). Es necesario, pues, volver a escuchar la voz de Dios que habla en la historia del hombre. Y si esta palabra no se oye, puede ser porque el oído interior no se abre a ella. En este sentido hablaba Cristo de los que «viendo no ven, y oyendo no oyen» (cfr. Mt 13, 13), mientras que tener experiencia de Dios está siempre al alcance de todo hombre, el cual puede acceder a Él en Jesucristo y en virtud del Espíritu Santo.


Pensamientos para el Evangelio de hoy

«‘Porque al que tiene se le dará’. Como si dijera: a aquel que tiene deseo y celo se le dará todo lo que viene de Dios; por el contrario, a aquel que está privado de este deseo y no pusiere de su parte cuanto puede para conseguirlo, ése no recibirá los dones de Dios» (San Juan Crisóstomo).

«‘¿Por qué les hablas en parábolas?’. Para estimular precisamente la decisión, la conversión del corazón. Las parábolas, por su naturaleza, requieren un esfuerzo de interpretación, interpelan a la inteligencia, pero también la libertad» (Francisco).

«El Reino de los cielos ha sido inaugurado en la tierra por Cristo. ‘Se manifiesta a los hombres en las palabras, en las obras y en la presencia de Cristo’ (Concilio Vaticano II). La Iglesia es el germen y el comienzo de este Reino (…)» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 567).


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