22 de julio - VIERNES DE LA XVI SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, SANTA MARÍA MAGDALENA, fiesta


 
  VIERNES DE LA XVI SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO, feria
  o SANTA MARÍA MAGDALENA, fiesta
  Oficio del Común de santas mujeres del Salterio
  (Liturgia de las Horas, Tomo II: Oficio de Lecturas Laudes - TerciaSexta     Nona Vísperas - Completas)
 


PROGRAMA PARROQUIAL:
VIERNES, 22 DE JULIO

- Horario de la parroquia: abierta de 10.30 h. a 13.30 h. y de 18.00 h. a 21.30 h.

- Horario de despacho: de lunes a viernes, de 10.30 h. a 13.30 h y de 18.00 h. a 21.00 h.

- Rezo del Santo Rosario, en la Parroquia (a las 20.00 h.) y Eucaristía del Viernes de la XVI Semana del Tiempo Ordinario (a las 20.30 h.).



NOTICIAS DE ACTUALIDAD




    Portada




SANTORAL DE HOY



Elogio: Memoria de santa María Magdalena, que, liberada por el Señor de siete demonios, se convirtió en su discípula, siguiéndole hasta el monte Calvario, y en la mañana de Pascua mereció ser la primera en ver al Salvador retornado de la muerte y llevar a los otros discípulos el anuncio de la resurrección.

Patronazgos: patrona de las mujeres, de los pecadores arrepentidos, de los estudiantes, zapateros, cesteros, fabricantes de peines, peluqueros, perfumistas, maquilladores, fontaneros, bodegueros, toneleros; protectora de los niños con dificultades de aprendizaje, de problemas en los ojos, las tormentas y las plagas.

Oración

Señor, Dios nuestro, Cristo, tu Unigénito, confió, antes que a nadie, a María Magdalena la misión de anunciar a los suyos la alegría pascual; concédenos a nosotros, por la intercesión y el ejemplo de aquella cuya fiesta celebramos, anunciar siempre a Cristo resucitado y verle un día glorioso en el reino de los cielos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén (oración litúrgica).


Otros santos de este día:

San Platón, mártir

En Ancira, de Galacia, san Platón, mártir.

Santos Mártires Masilitanos, mártires

En África, santos mártires Masilitanos, acerca de los cuales san Agustín predicó un sermón a los fieles en el aniversario de su muerte.

San Cirilo de Antioquía, obispo y confesor

En Antioquía, ciudad de Siria, san Cirilo, obispo, que fue encarcelado y desterrado en tiempo del emperador Diocleciano.

San Anastasio el abad, monje confesor

En la fortaleza de Suania (Schemaris), en los montes del Cáucaso, san Anastasio, monje, el cual, discípulo de san Máximo el Confesor, por defender la fe ortodoxa sufrió con él cárcel y torturas, y habiendo partido hacia esta fortaleza, en ella, o tal vez en camino, entregó su vida.

San Vandregisilo, abad

En el monasterio de Fontenelle, en Neustria, san Vandregisilo, abad, que, habiendo renunciado a vivir en la corte con el rey Dagoberto, hizo vida monástica en varios lugares, y promovido al sacerdocio por san Audeno, obispo de Rouen, en el bosque llamado Gemeticense fundó y rigió el monasterio de ese mismo nombre.

San Meneleo, abad

En Menat, en la Galia Arvernense, san Meneleo, abad.

San Jerónimo de Pavia, obispo

En Pavía, ciudad de la Lombardía, san Jerónimo, obispo.

San Gualterio, fundador

En Lodi, en la Lombardía también, san Gualterio, fundador de la Casa Hospital de la Misericordia.

Beato Agustín de Biella Fangi, religioso presbítero

En Venecia, beato Agustín de Biella Fangi, presbítero de la Orden de Predicadores, que derramó grandes bondades en Soncino, en Viglebano y en la misma Venecia.

San Lorenzo de Brindis, presbítero y doctor de la Iglesia

En Lisboa, en Portugal, san Lorenzo de Brindis, cuya memoria se celebró ayer.

Santos Felipe Evans y Juan Lloyd, presbíteros y mártires

En Cardiff, ciudad de Gales, santos Felipe Evans, de la Orden de la Compañía de Jesús, y Juan Lloyd, presbíteros y mártires, que en tiempo del rey Carlos II fueron ahorcados al descubrirse que ejercían el sacerdocio en su patria.

Beato Jacobo Lombardie, presbítero y mártir

Ante el litoral de Rochefort, en Francia, beato Jacobo Lombardie, presbítero de Limoges, mártir, que en la terrible persecución desencadenada contra la Iglesia durante la Revolución Francesa, por ser sacerdote fue encarcelado en una pequeña nave, en condiciones insalubres, donde falleció consumido por una enfermedad incurable.

Santos Ana Wang, Lucía Wang Wangzhi y Andrés Wang Tianqing, mártires

En un lugar llamado Majiazhuang, cerca de Daining, en la provincia de Hebei, en China, santos mártires Ana Wang, virgen, Lucía Wang Wangzhi y su hijo Andrés Wang Tianqing, asesinados por el nombre de Cristo durante la persecución desencadenada por los Yihetuan.

Santa María Wang Lizhi, mártir

También cerca de Daining, igualmente en la provincia china de Hebei, santa María Wang Lizhi, mártir, que en la misma persecución, cuando algunos paganos intentaban salvarla pidiéndole que dijera no ser cristiana, ella afirmó abiertamente ser sierva de Cristo Jesús y por esto fue ejecutada de inmediato.

Beata María Inés Teresa del Santísimo Sacramento, fundadora

En Roma, beata María Inés Teresa del Santísimo Sacramento, que fundó en México las congregaciones de Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento y de Misioneros de Cristo para la Iglesia Universal.




LITURGIA DE HOY

22 VIERNES. SANTA MARÍA MAGDALENA, fiesta


Fiesta de santa María Magdalena, que, liberada por el Señor de siete demonios, se convirtió en su discípula, siguiéndole hasta el monte Calvario, y en la mañana de Pascua mereció ser la primera en ver al Salvador retornado de la muerte y llevar a los otros discípulos el anuncio de la resurrección (elog. del Martirologio Romano).

Misa de la fiesta (blanco).

MISAL: ants. y oracs. props., Gl., Pf. prop. No se puede decir la PE IV.

LECC.: vol. IV.

- Cant 3, 1-4b. Encontré al amor de mi alma.
o bien: 2 Cor 5, 14-17. Ahora ya no conocemos a Cristo según la carne.
- Sal 62. R. Mi alma está sedienta de ti, Dios mío.
- Jn 20, 1-2. 11-18. Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?

Hoy no se permiten las misas de difuntos, excepto la exequial.


Liturgia de las Horas: oficio de la fiesta. Te Deum.

Martirologio: elogs. del 23 de julio, pág. 437.


22 de julio
SANTA MARÍA MAGDALENA
Fiesta

Antífona de entrada Cf. Jn 20, 17

El Señor dijo a María Magdalena: «Ve a mis hermanos y diles: Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro».


Monición de entrada

Celebramos hoy la fiesta de santa María Magdalena, una de aquellas mujeres que, liberada por Jesús, se convirtió en su discípula. Es la que estuvo al pie de la cruz y, junto con otras mujeres, se dirigió al sepulcro la madrugada del domingo de Pascua para embalsamar el cuerpo de Cristo. Fue la primera de entre los discípulos en reconocer al Señor y después fue a anunciar a los apóstoles que Cristo había resucitado.


Oración colecta

Oh, Dios, tu Unigénito confió a María Magdalena, antes que a nadie, el anuncio de la alegría pascual, concédenos, por su intercesión y ejemplo, proclamar a Cristo vivo y que le veamos reinando en tu gloria. Por nuestro Señor Jesucristo.


LECTURAS DE LA MISA


PRIMERA LECTURA (opción 1)
Encontré al amor de mi alma

Lectura del libro del Cantar de los cantares (Cant 3, 1-4a)

ESTO dice la esposa:
«En mi lecho, por la noche,
buscaba al amor de mi alma;
lo buscaba, y no lo encontraba.
“Me levantaré y rondaré por la ciudad,
por las calles y las plazas,
buscaré al amor de mi alma”.
Lo busqué y no lo encontré.
Me encontraron los centinelas
que hacen la ronda por la ciudad.
“Habéis visto al amor de mi alma?”.
En cuanto los hube pasado,
encontré al amor de mi alma».

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.


PRIMERA LECTURA (opción 2)
Ahora ya no conocemos a Cristo según la carne

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios (2 Cor 5, 14-17)

HERMANOS:
Nos apremia el amor de Cristo al considerar que, si uno murió por todos, todos murieron.
Y Cristo murió por todos, para que los que viven ya no vivan para sí, sino para el que murió y resucitó por ellos.
De modo que nosotros desde ahora no conocemos a nadie según la carne; si alguna vez conocimos a Cristo según la carne, ahora ya no lo conocemos así.
Por tanto, si alguno está en Cristo es una criatura nueva. Lo viejo ha pasado, ha comenzado lo nuevo.

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL (Sal 62, 2. 3-4. 5-6. 8-9 [R.: 2b])

R. Mi alma está sedienta de ti, mi Dios.

V. Oh, Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, 



agostada, sin agua.

R. Mi alma está sedienta de ti, mi Dios.

V. ¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabaran mis labios.

R. Mi alma está sedienta de ti, mi Dios.

V. Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabaran jubilosos.

R. Mi alma está sedienta de ti, mi Dios.

V. Porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.

R. Mi alma está sedienta de ti, mi Dios.


Aleluya

R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. «¿Qué has visto de camino, María, en la mañana?»
«A mi Señor glorioso, la tumba abandonada». R.


EVANGELIO 
Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?

╬ Lectura del santo Evangelio según san Juan (20, 1. 11-18)
R. Gloria a ti, Señor.

EL PRIMER DÍA de la semana, María la Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.
Echó a correr y fue donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo:
«Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto».
Estaba María fuera, junto al sepulcro, llorando. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, donde había estado el cuerpo de Jesús.
Ellos le preguntan:
«Mujer, ¿por qué lloras?».
Ella les contesta:
«Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto».
Dicho esto, se vuelve y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús.
Jesús le dice:
«Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?».
Ella, tomándolo por el hortelano, le contesta:
«Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré».
Jesús le dice:
«¡María!».
Ella se vuelve y le dice:
«¡Rabbuní! », que significa: «¡Maestro! ».
Jesús le dice:
«No me retengas, que todavía no he subido al Padre. Pero, anda, ve a mis hermanos y diles: “Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro”».
María la Magdalena fue y anunció a los discípulos:
«He visto al Señor y ha dicho esto».

Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús.


Benedicto XVI, Ángelus, 23-julio-2006

Celebramos la memoria litúrgica de santa María Magdalena, discípula del Señor, que en los evangelios ocupa un lugar destacado. San Lucas la incluye entre las mujeres que siguieron a Jesús después de haber sido "curadas de espíritus malignos y enfermedades", precisando que de ella "habían salido siete demonios" (Lc 8, 2). Magdalena está presente al pie de la cruz, junto con la Madre de Jesús y otras mujeres. Ella fue quien descubrió, la mañana del primer día después del sábado, el sepulcro vacío, junto al cual permaneció llorando hasta que se le apareció Jesús resucitado (cf. Jn 20, 11). La historia de María Magdalena recuerda a todos una verdad fundamental: discípulo de Cristo es quien, en la experiencia de la debilidad humana, ha tenido la humildad de pedirle ayuda, ha sido curado por él y lo ha seguido de cerca, convirtiéndose en testigo del poder de su amor misericordioso, más fuerte que el pecado y la muerte


Pensamientos para el Evangelio de hoy

«Lo que hay que considerar en estos hechos es la intensidad del amor que ardía en el corazón de aquella mujer, que no se apartaba del sepulcro, aunque los discípulos se habían marchado de allí» (San Gregorio Magno).

«¡Qué bonito es pensar que la primera aparición del Resucitado —según los Evangelios— sucedió de una forma tan personal! Que hay alguien que nos conoce, que ve nuestro sufrimiento y desilusión, que se conmueve por nosotros, y nos llama por nuestro nombre» (Francisco).

«El carácter velado de la gloria del Resucitado durante este tiempo se transparenta en sus palabras misteriosas a María Magdalena: ‘Todavía no he subido al Padre. Vete donde los hermanos y diles: Subo a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios’ (Jn 20,17). Esto indica una diferencia de manifestación entre la gloria de Cristo resucitado y la de Cristo exaltado a la derecha del Padre. El acontecimiento a la vez histórico y trascendente de la Ascensión marca la transición de una a otra» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 660).


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