NOTICIAS DE ACTUALIDAD
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SANTORAL DE HOY
SANTORAL DE HOY
Elogio: San Wenceslao, mártir, duque de Bohemia, que, educado por su abuela santa Ludmila en sabiduría divina y humana, fue severo consigo, pacífico en la administración del reino y misericordioso para con los pobres, pues redimió, para ser bautizados, a esclavos paganos que estaban en Praga para ser vendidos. Después de sufrir muchas dificultades en el gobierno de sus súbditos, así como en formarlos en la fe, traicionado por su hermano Boleslao, fue asesinado por sicarios en la iglesia de Stara Boleslav, en Bohemia.
Elogio: Santos Lorenzo de Manila Ruiz y quince compañeros, mártires, tanto presbíteros como religiosos y seglares, sembradores de la fe cristiana en Filipinas, Formosa y otras islas japonesas, a causa de lo cual, por decreto del supremo gobernador de Japón, Tokugawa Yemitsu, en distintos días, pero celebrados en una única conmemoración, consumaron en Nagasaki su martirio por amor a Cristo. Sus nombres son: santos Domingo Ibáñez de Erquicia, Jacobo Kyuhei Gorobioye Tomonaga, Antonio González, Miguel de Aozaraza, Guillermo Courtet, Vicente Shiwozuka, Lucas Alonso Gordo, Jordán (Jacinto) Ansalone y Tomás Hioji Rokuzayemon Nishi, presbíteros de la Orden dominicana; Francisco Shoyemon, Miguel Kurobioye y Mateo Kohioye, religiosos de la misma Orden; Magdalena de Nagasaki, virgen de la Tercera Orden de San Agustín; Marina de Omura, virgen de la Tercera Orden dominicana; Lázaro de Kyoto, seglar.
Oración
Concédenos, Señor y Dios nuestro, la constancia de ánimo de tus santos mártires Lorenzo Ruiz y compañeros para servirte a ti y al prójimo, ya que son felices en tu reino los que han sufrido persecución por causa de la justicia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén (oración litúrgica).
Otros santos de este día:
Santos Alfeo, Alejandro y Zósimo, mártires
En Calidone, de Pisidia, santos hermanos Alfeo, Alejandro y Zósimo, mártires.
San Caritón, abad
En el monasterio de Souka, cerca de Belén, en Palestina, san Garitón, abad, perseverante en la oración y en ayunos, y fundador de muchas lauras en el desierto de Judea.
San Zama de Bolonia, obispo
En Bolonia, en la Emilia, san Zama, considerado como primer obispo de esta ciudad.
San Exuperio de Toulouse, obispo
En Toulouse, ciudad de Aquitania, san Exuperio, obispo, que dedicó una basílica en honor de san Saturnino, defendió acérrimamente su ciudad ante la invasión de los bárbaros y, al decir de san Jerónimo, fue tan parco consigo mismo como dadivoso con los demás.
Santa Eustoquio, virgen
En Belén de Judea, conmemoración de santa Eustoquio, virgen, la cual, con su madre santa Paula, pasó de Roma a Belén para no privarse del consejo del maestro san Jerónimo, y allí, llena de preclaros méritos, voló al cielo.
San Salonio de Ginebra, monje y obispo
En Ginebra, en la región de Helvecia, san Salonio, obispo, y antes monje en la isla de Lérins, que, durante su obispado, afirmó la doctrina del papa san León Magno y explicó en sentido místico las Sagradas Escrituras.
San Fausto de Riez, monje y obispo
En Riez, lugar de Provenza, en la Galia, san Fausto, obispo, y antes abad de Lérins, que contra los arrianos escribió sobre el Verbo Encarnado y el Espíritu Santo consubstancial al Padre y al Hijo y coeterno con ellos, y fue exiliado por el rey Eurico.
San Anemundo de Lyon, obispo y mártir
En Lyon, de la Galia, san Anemundo, obispo y mártir.
Santos Cunialdo y Gisilario, presbíteros
En Salzburgo, de Baviera, santos Cunialdo y Gisilario, presbíteros, colaboradores pastorales del obispo san Ruperto.
Santa Leoba, abadesa
Cerca de Maguncia, ciudad de Renania, en Austrasia, santa Leoba, virgen, la cual, pariente de san Bonifacio, fue llamada por él desde Inglaterra a Germania y presidió el monasterio situado a orillas del Tauber, donde con la palabra y el testimonio condujo a las siervas de Dios por el camino de la perfección.
Beato Bernardino de Feltre, religioso presbítero
En Pavía, en la Lombardía, beato Bernardino de Feltre (Martín) Tomitano, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, que obtuvo buenos frutos en su función de predicador, fundó contra la usura y para el ahorro el llamado Monte de Piedad y, como hombre de paz, fue delegado del papa Sixto IV para conciliar discordias civiles.
San Simón de Rojas, religioso presbítero
En Madrid, en España, san Simón de Rojas, presbítero de la Orden de la Santísima Trinidad para la redención de cautivos, que, acompañando al séquito de la reina de España, nunca viajó en carroza ni percibió sueldo, sino, más bien, entre regios fastos siempre se mostró humilde y pobre, así como misericordioso hacia los necesitados y fervorosamente devoto para con Dios.
Beatos Juan Shozaburo, Mancio Ichizayemon, Miguel Taiemon Kinoshi, Lorenzo Hachizo, Pedro Terai Kuhioye y Tomás Terai Kahioye, mártires
En Nagasaki, de Japón, beatos Juan Shozaburo, catequista, Mancio Ichizayemon, Miguel Taiemon Kinoshi, Lorenzo Hachizo, Pedro Terai Kuhioye y Tomás Terai Kahioye, mártires, degollados todos ellos por su fe en Cristo.
Beato Francisco Javier Ponsa Casallarch, religioso y mártir
En la localidad de Sant Feliu de Codines, en Cataluña, en España, beato Francisco Javier Ponsa Casallarch, religioso de la Orden Hospitalaria San Juan de Dios y mártir, que llegó a la gloriosa palma del martirio por Cristo y la Iglesia, en la cruel persecución religiosa desencadenada en aquel tiempo.
Beata Amalia Abad Casasempere, mártir
En Benillup, en la provincia de Alicante, también en España, beata Amalia Abad Casasempere, mártir, madre de familia, que coronó su fe dando testimonio de Cristo en la misma persecución religiosa.
Beato José Tarrats Comaposada, religioso y mártir
En Valencia, de nuevo en España, beato José Tarrats Comaposada, religioso de la Orden de la Compañía de Jesús y mártir, que llegó a la gloria de Cristo durante la referida persecución.
Beato Nicetas Budka, obispo y mártir
En la ciudad de Karadzar, cerca de Karaganda, en Kazajstán, beato Nicetas Budka, primer obispo en Canadá al frente de fieles católicos de rito bizantino, que, en tiempo de un régimen hostil a Dios, fue deportado a un campo de concentración, donde, por amor a Cristo, perseveró en la fe arrostrando la muerte con fortaleza de ánimo frente a todas las adversidades.
LITURGIA DE HOY
Otros santos de este día:
Santos Alfeo, Alejandro y Zósimo, mártires
En Calidone, de Pisidia, santos hermanos Alfeo, Alejandro y Zósimo, mártires.
En el monasterio de Souka, cerca de Belén, en Palestina, san Garitón, abad, perseverante en la oración y en ayunos, y fundador de muchas lauras en el desierto de Judea.
En Bolonia, en la Emilia, san Zama, considerado como primer obispo de esta ciudad.
En Toulouse, ciudad de Aquitania, san Exuperio, obispo, que dedicó una basílica en honor de san Saturnino, defendió acérrimamente su ciudad ante la invasión de los bárbaros y, al decir de san Jerónimo, fue tan parco consigo mismo como dadivoso con los demás.
En Belén de Judea, conmemoración de santa Eustoquio, virgen, la cual, con su madre santa Paula, pasó de Roma a Belén para no privarse del consejo del maestro san Jerónimo, y allí, llena de preclaros méritos, voló al cielo.
En Ginebra, en la región de Helvecia, san Salonio, obispo, y antes monje en la isla de Lérins, que, durante su obispado, afirmó la doctrina del papa san León Magno y explicó en sentido místico las Sagradas Escrituras.
En Riez, lugar de Provenza, en la Galia, san Fausto, obispo, y antes abad de Lérins, que contra los arrianos escribió sobre el Verbo Encarnado y el Espíritu Santo consubstancial al Padre y al Hijo y coeterno con ellos, y fue exiliado por el rey Eurico.
En Lyon, de la Galia, san Anemundo, obispo y mártir.
En Salzburgo, de Baviera, santos Cunialdo y Gisilario, presbíteros, colaboradores pastorales del obispo san Ruperto.
Cerca de Maguncia, ciudad de Renania, en Austrasia, santa Leoba, virgen, la cual, pariente de san Bonifacio, fue llamada por él desde Inglaterra a Germania y presidió el monasterio situado a orillas del Tauber, donde con la palabra y el testimonio condujo a las siervas de Dios por el camino de la perfección.
En Pavía, en la Lombardía, beato Bernardino de Feltre (Martín) Tomitano, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, que obtuvo buenos frutos en su función de predicador, fundó contra la usura y para el ahorro el llamado Monte de Piedad y, como hombre de paz, fue delegado del papa Sixto IV para conciliar discordias civiles.
En Madrid, en España, san Simón de Rojas, presbítero de la Orden de la Santísima Trinidad para la redención de cautivos, que, acompañando al séquito de la reina de España, nunca viajó en carroza ni percibió sueldo, sino, más bien, entre regios fastos siempre se mostró humilde y pobre, así como misericordioso hacia los necesitados y fervorosamente devoto para con Dios.
En Nagasaki, de Japón, beatos Juan Shozaburo, catequista, Mancio Ichizayemon, Miguel Taiemon Kinoshi, Lorenzo Hachizo, Pedro Terai Kuhioye y Tomás Terai Kahioye, mártires, degollados todos ellos por su fe en Cristo.
En la localidad de Sant Feliu de Codines, en Cataluña, en España, beato Francisco Javier Ponsa Casallarch, religioso de la Orden Hospitalaria San Juan de Dios y mártir, que llegó a la gloriosa palma del martirio por Cristo y la Iglesia, en la cruel persecución religiosa desencadenada en aquel tiempo.
En Benillup, en la provincia de Alicante, también en España, beata Amalia Abad Casasempere, mártir, madre de familia, que coronó su fe dando testimonio de Cristo en la misma persecución religiosa.
En Valencia, de nuevo en España, beato José Tarrats Comaposada, religioso de la Orden de la Compañía de Jesús y mártir, que llegó a la gloria de Cristo durante la referida persecución.
En la ciudad de Karadzar, cerca de Karaganda, en Kazajstán, beato Nicetas Budka, primer obispo en Canadá al frente de fieles católicos de rito bizantino, que, en tiempo de un régimen hostil a Dios, fue deportado a un campo de concentración, donde, por amor a Cristo, perseveró en la fe arrostrando la muerte con fortaleza de ánimo frente a todas las adversidades.
LITURGIA DE HOY
Misa de feria (verde) o de una de las memorias (rojo).
Memoria de san
Wenceslao:
28 de septiembre
San Wenceslao, mártir.
Antífona de entrada
Este es un
verdadero mártir que derramó su sangre por el nombre de Cristo, no temió las
amenazas de los jueces y así alcanzó el reino de los cielos.
O bien: Fl 3, 8. 10
Todo lo considero
pérdida comparado con la excelencia del conocimiento de Cristo y la comunión
con sus padecimientos, muriendo su misma muerte.
Monición de entrada
Conmemoramos en esta celebración a
san Wenceslao, mártir, duque de Bohemia, en la actual Chequia, donde nació el
año 907. Educado por su abuela, fue severo consigo, pacífico en la
administración del reino y misericordioso para con los pobres. A esclavos
paganos que estaban en Praga esperando su venta los redimió para ser
bautizados. Después de sufrir muchas dificultades en el gobierno y en la
defensa de la fe, fue traicionado por su hermano Boleslao y asesinado en una
iglesia, entre los años 929 y 935.
a preferir el reino de los cielos antes que el de este mundo,
concédenos, por sus ruegos, negarnos a nosotros mismos
para seguirte a ti de todo corazón.
Por nuestro Señor Jesucristo.
Memoria de santos
Lorenzo Ruiz y compañeros:
28 de septiembre
San Lorenzo Ruiz y
compañeros, mártires
Antífona de
entrada Cf. SaI 33, 18
Los justos gritaron, y el Señor los escuchó y los
libró de todas sus angustias.
O bien:
Por la alianza del Señor y la ley de nuestros
padres, los santos de Dios perseveraron en el amor fraterno: porque en ellos
hubo un mismo espíritu y una misma fe.
Monición de entrada
Conmemoramos en esta celebración a
los santos Lorenzo Ruiz, padre de familia, oriundo de Filipinas, y quince compañeros,
mártires, tanto presbíteros como religiosos y laicos. Fueron sembradores de la
fe cristiana en Filipinas, Formosa y algunas islas japonesas, a causa de lo
cual, por decreto del supremo gobernador de Japón, consumaron en Nagasaki su
martirio por amor a Cristo, entre los años 1633 y 1637.
la paciencia de tus santos mártires Lorenzo y compañeros
en el servicio a ti y al prójimo,
porque los perseguidos por causa de la justicia
alcanzan la felicidad en tu reino.
Por nuestro Señor Jesucristo.
LECTURAS DE LA MISA
Lectura del libro de Job (Job 9, 1-12. 14-16)
Hay que ser ágil, no se pueden
llevar todos los adornos de casa. Lo enseña la Biblia: cuando Dios liberó al
pueblo elegido, hizo que fuera al desierto solo con el equipaje de su confianza
en Él. Y cuando se hizo hombre, Él mismo caminó en la pobreza, sin tener donde
reposar su cabeza (cf. Lc 9, 58). Pide a los suyos el mismo estilo. Para viajar
hay que ir ligeros. Para anunciar hay que renunciar. Solo una Iglesia que
renuncia al mundo anuncia bien al Señor. Solo una Iglesia liberada del poder y
del dinero, libre de triunfalismos y clericalismos testimonia de manera creíble
que Cristo libera al hombre. Y quien, por su amor, aprende a renunciar a las
cosas que pasan, abraza este gran tesoro: la libertad. No se queda enredado en
sus apegos, que cada vez le piden algo más, pero nunca dan paz, y siente que el
corazón se expande, sin inquietudes, disponible para Dios y para los hermanos.
Pensamientos para el Evangelio de hoy
«El consentimiento a la gracia depende mucho más de la gracia que de nuestra propia voluntad solamente; pero la resistencia a la gracia depende únicamente de la sola voluntad. Así de amorosa es la mano de Dios» (San Francisco de Sales).
«Dios, para darnos el movimiento de su poder sin impedir el de nuestro querer, ajusta su poder a su suavidad y la libertad de nuestro querer» (Benedicto XVI).
«(…) La vocación del hombre a la vida eterna no suprime, sino que refuerza su deber de poner en práctica las energías y los medios recibidos del Creador para servir en este mundo a la justicia y a la paz» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 2.820).
Pensamientos para el Evangelio de hoy
«El consentimiento a la gracia depende mucho más de la gracia que de nuestra propia voluntad solamente; pero la resistencia a la gracia depende únicamente de la sola voluntad. Así de amorosa es la mano de Dios» (San Francisco de Sales).
«Dios, para darnos el movimiento de su poder sin impedir el de nuestro querer, ajusta su poder a su suavidad y la libertad de nuestro querer» (Benedicto XVI).
«(…) La vocación del hombre a la vida eterna no suprime, sino que refuerza su deber de poner en práctica las energías y los medios recibidos del Creador para servir en este mundo a la justicia y a la paz» (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 2.820).
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